RODILLA MONTADO:RODILLA 31/01/11 12:11 Página 201
CAPÍTULO
18
Recambios protésicos de rodilla E. C. Rodríguez Merchán, C. Martín Hervás y P. Gómez Cardero
INTRODUCCIÓN A pesar de que las prótesis totales de rodilla (PTR) primarias tienen una supervivencia excelente, estimada en un 90% a los 10 años,1 todavía nos enfrentamos a un grupo de PTR que finalmente acaban necesitando cirugía de recambio (o de revisión). Además, se prevé que la cifra de revisiones aumentará en los próximos años por el rápido incremento de PTR que se implantan cada año. En el momento de la cirugía de revisión suelen usarse componentes con vástagos largos para mejorar la fijación de los implantes, sobre todo cuando el hueso metafisario está afectado, lo que además requerirá la utilización de suplementos metálicos o de injerto óseo. Actualmente sigue siendo un tema controvertido cuál es el mejor método para fijar los vástagos, es decir, con cemento o sin cemento. En este capítulo revisaremos las principales causas de recambio protésico de rodilla y las diversas formas de fijación de los componentes protésicos en los recambios. PRINCIPALES CAUSAS DE RECAMBIO Las causas más frecuentes de recambio protésico de rodilla son la infección profunda, las fracturas periprotésicas, el desgaste y osteolisis, y la inestabilidad protésica. En esta sección revisaremos estas causas etiológicas y su manejo actual. Infección Existen varias opciones para el tratamiento de la PTR infectada. Antes de elegir cualquier opción hemos de tener en cuenta una serie de factores. Estos incluyen el tiempo transcurrido desde la infección, algunos factores relacionados con el huésped, el estado de los tejidos blandos, la situación del implante, el tipo de microorganismo y su sensibilidad. También las expectativas y necesidades funcionales de cada paciente. El objetivo final del tratamiento será erradicar la infección, aliviar el dolor y mantener la función de la rodilla. El recambio en dos tiempos es actualmente el patrón oro del tratamiento de las infecciones protésicas de rodilla.2 Hoy en día la supervivencia libre de extracción del implante por re-infección tras dicha técnica es del 93,5%
a los 5 años y del 85% a los 10 años. Además, las cifras de curación iniciales suelen mantenerse con el paso del tiempo. El riesgo de recidiva de la infección no está relacionado con el tipo de germen, ni con el tipo de fijación protésica en el segundo tiempo del recambio. Tampoco con los datos demográficos de los pacientes. La supervivencia libre de retirada del implante por cualquier motivo es del 90% a los 5 años y del 77,3% a los 10 años. Los espaciadores móviles parecen ser mejores que los estáticos. Además, las prótesis constreñidas parecen dar mejores resultados que las no constreñidas. Finalmente, el recambio en dos tiempos puede ser igualmente exitoso en infecciones con gérmenes resistentes a meticilina que con bacterias sensibles a meticilina. A continuación vamos a analizar cada una de las opciones terapéuticas de las infecciones protésicas de rodilla (Figs. 18-1 a 18-3). Antibioterapia y aspiración Las indicaciones para este tipo de tratamiento son las siguientes: imposibilidad de operar al paciente por su mal estado de salud, que los microorganismos sean de baja virulencia y susceptibles de tratamiento con antibióticos por vía oral, que haya una buena tolerancia antibiótica sin provocar toxicidad y que la prótesis esté solidamente fijada. Al diseñar el tratamiento antibiótico tendremos que seguir tres principios fundamentales: 1) usar antibióticos de eficacia intracelular demostrada [rifampicina, quinolonas fluoradas, quatrimoxazol, clindamicina, fosfomicina, macrólidos (azitromicina, claritromicina)] y nuevos anti-estafilocócicos (linezolid, quinupr istina-dalfopristina); 2) utilizar una combinación de antibióticos, empleando como mínimo dos para aumentar las posibilidades de éxito terapéutico; 3) que el tratamiento dure como mínimo 6 meses. Con este protocolo podemos obtener buenos resultados en un 18-21% de los casos. Desbridamiento y mantenimiento de la prótesis En ocasiones podremos realizar un desbridamiento de los tejidos infectados y conservar la prótesis. Este tratamiento estará indicado en infecciones postoperatorias agudas o en diseminaciones hematógenas agudas sobre prótesis normo-funcionantes. Para ello deberán cumplirse los siguientes criterios: corta duración de los síntomas