La manada del Tallar Capítulo I Por uno de los costados, el encarado más hacia el sur, la caída era abrupta y pronunciada, la montaña descendía casi verticalmente a un estrecho y hundido valle que, sin apenas respiro, iniciaba de inmediato otra pronunciada cuesta hasta remontar a otro «llano en alto», que configuraba todo aquel paisaje, de igual altitud y al que la vista alcanzaba con facilidad, pero al que suponía un indudable esfuerzo acceder.