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ReflexionesCristianas
Habían transcurrido 34 años desde el día en que mi madre había aceptado a Jesús y mi padre había oído hablar del Salvador por primera vez. Al comienzo él hizo muy difícil las cosas para la joven esposa que había decidido unirse a la iglesia. Después, con el tiempo, se dio cuenta de que el cristianismo era un muro de protección para los hijos y decidió apoyar a la familia en la iglesia, pero nunca se comprometió con Dios. Era un buen padre de familia, un marido ejemplar -no fumaba, no bebía y no tenía algún otro vicio-, pero no quería un compromiso mayor con Jesús. Los años pasaron. Yo me transformé en pastor y fui al Brasil. Dios bendijo mi ministerio, pero en el fondo divisas latinoamericanas. Además, los vaivenes del dólar, para muchos, y en lo que significa para las grandes economías, también puede afectar la estabilidad financiera del país, especialmente si hay una gran cantidad de deudas en dólares en la economía. Si el valor del dólar se mueve bruscamente, las deudas pueden volverse más difíciles de pagar, lo que puede tener un efecto dominó en todo el sistema financiero.
Lo bueno es que, en nuestro país, los gobiernos de turno siempre han tomado medidas paliativas para minimizar su impacto en la economía. Una de las medidas que se pueden tomar es la implementación de políticas fiscales y monetarias adecuadas, que permitan estabilizar la economía en caso de fluctuaciones en el valor del corazón siempre llevaba la tristeza de saber que mi padre no se decidía en favor de Cristo. "Yo no hago mal a nadie", decía cada vez que hablaba con él sobre el tema. "No quiero ser bautizado sólo porque de tanto en tanto asisto a la iglesia, devuelvo el diezmo y guardo el sábado".
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Muchos pueblos en el valle de la Decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle de la Decisión. Joel 3:14.
Durante muchos años coloqué, en mis oraciones personales, el nombre de mi padre ante Dios, hasta que un día, de regreso a mi país en la época de Navidad, mi padre me dio la agradable sorpresa de que quería ser bautizado.
Un sábado de tarde entré con él en el pila bautismal y sellé el pacto de amor con Dios que mi padre había hecho. Esa noche la familia había prepara do una fiesta en casa para celebrar la alegría de ver al padre bautizado. Eramos nueve hermanos y todos estábamos en la iglesia, con sus respectivos cónyuges e hijos. ¿Podía haber mayor alegría que la de ver al único miembro de la familia que estaba faltando, ahora unido a nosotros en la bendita esperanza del regreso de Cristo? Pero esa noche descubrí que mi padre no tenía más que dos meses de vida, porque un terrible cáncer lo estaba consumiendo.
Cuando llegó el momento de regresar al Brasil entré en su cuarto. Tenía el rostro arrugado por el tiempo y el cuerpo consumido por la enfermedad. Sabía que lo estaba viendo por última vez en la tierra, y sentí ganas de llorar, pero su sonrisa me animó: "Ve en paz, del dólar. Un detalle: ya al menos las cifras del Imacec entregadas hace unas semanas, al menos, son buenas noticias en términos económicos. hijo, cumple tu ministerio en el Brasil, yo ya no tengo miedo de nada. Ahora conozco a Jesús". Un mes después de mi partida recibí la triste noticia de que mi padre había descansado en la bendita esperanza de ver a sus hijos cuando Jesús retornara.
Cuesta hacer un control con la divisa norteamericana, de un momento llegó a los mil pesos, pero en los últimos dos meses bordea los 830 (cambio del día viernes) y posible, debido a factores externos, que vuelva a subir. Ya se está viendo esto en los precios de diversos productos de consumo diario, considerando que el peso chileno se volvió a depreciar gracias a este vaivén que el dólar entrega a diario, más subida que bajada.
¿Y tú ? ¿Ya te decidiste? ¿0 estás entre las multitudes en el valle de la decisión? Dios está dispuesto a hacer todo por ti. Lo único que no puede hacer es tomar la decisión por ti. Esa es tu parte. ¿Por qué no decidir hoy y dar la mayor sorpresa de la vida a tu familia? En esta mañana estaré orando por ti, aunque no te conozco. ¡Decídete ahora por Jesús! (Pr. Alejandro Bullón).