CUENTOS POPULARES VERSIONADOS

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LOS TRES CERDITOS En el corazón de la Gran Manzana vivían tres hermanos llamados Justín, Jesús y Óscar. Un ladrón siempre andaba detrás de ellos para robarle en sus casas. Para escapar del ladrón decidieron irse al pueblo y construir sus casas. Justín la construyó sin alarmas y sin ninguna seguridad porque no quiso gastarse dinero. Jesús se gastó un poco más de dinero y puso algunas alarmas. Óscar se gastó mucho dinero porque tenía mucho miedo. Al poco tiempo el ladrón volvió a robar en casa de Justín. Este, corriendo, se fue a la casa de su hermano Jesús. El ladrón consiguió entrar en su casa, así que el hermano buscó en Internet la dirección de Óscar. Se montaron en el quad y fueron hacia allá. El ladrón ya no consiguió entrar después de muchos intentos, así que se fue. Los hermanos vivieron juntos y felices.

Antonio Clavijo Menacho 1º ESO


Hansel y Gretel Una familia vivía en una ciudad de Nueva York. El hombre era barrendero y vivía con su segunda mujer y sus dos hijos. El hombre no tenía dinero por culpa de la crisis económica. Su mujer dijo que lo

mejor sería llevarlos a un centro de acogida, el más lejos de la ciudad. El hombre se negó. No podía hacerle eso a sus hijos. Hansel y Gretel

escucharon la conversación y entonces fueron a coger el GPS del

coche de su padre para después volver a casa. La mujer insistió, hasta que lo convenció.

- Mañana por la mañana los llevaremos al centro de acogidadijo el barrendero.

Se montaron en el coche y los llevaron. Una vez allí, nada más llegar, los adoptaron. Ellos pensaban que su nueva familia sería mejor que su madrastra. Los que adoptaron eran traficantes de órganos. Hansel y Gretel no lo sabían, pero se dieron cuenta.

Al cabo de una semana, el barrendero se arrepintió de lo que

hizo. Fue al centro de acogida, pero ya no estaban. Los traficantes los

estaban maltratando. En el centro se dieron cuenta de que se lo habían dado a un traficante.

Fueron a la policía, buscaron mucho hasta poder encontrarlos. Al

cabo de un tiempo consiguieron encontrarlos y les pidió perdón . Entonces volvieron a estar de nuevo juntos.

Belinda Barba Valderrama

1º ESO


Caperucita en Manhattan Sara se encontró sola en un claro de árboles de Central Park. Vio un banco y se sentó en él, dejando al lado la cesta con la tarta y el móvil táctil. Por eso, cuando descubrió los zapatos de un hombre que estaba de pie, plantado delante de ella, se llevó un poco de susto. – ¿Qué haces aquí tan sola, hermosa niña? –le preguntó cortésmente–. ¿Esperabas a alguien? – No, a nadie solo estaba pensando un poco. – ¿Vives por este barrio? –preguntó el hombre mientras se quitaba los guantes. – No, no tengo esa suerte. Mi abuela dice que es el mejor barrio de Manhattan. Ella vive al norte, por Morningside. Voy a verla ahora y a llevarle una tarta de fresa que ha hecho mi madre. - ¿Vas en algún vehículo? - Sí, en moto. ¿Quieres que te lleve a algún sitio? - Te lo agradecería muchísimo porque yo vivo por Morningside y te agradecería que me llevaras. - Tranquilo, yo te llevaré. Me coge de camino a casa de mi abuelita, ¡vamos!. Cuando llegaron, el hombre le dio las gracias a Caperucita, pero como quería llegar antes que ella a casa de su abuelita, se aprovechó y dijo: - Ve por este camino, Caperucita. Te será mas corto. - Gracias. Y cuando la abuelita estaba tranquila jugando a la wii, llegó el hombre y la escondió en un armario. - ¡¡Socorro, socorro...!! La abuelita gritaba y gritaba, pero nadie la escuchó. Antes de llegar, Caperucita la llamó por teléfono y lo cogió el hombre poniendo la voz de la abuelita y dijo que estaba en camino, así que el hombre se puso el pijama y las zapatillas de Bob Esponja de la abuelita y se metió en el cuarto de baño. -¡Abuelita, ya he llegado!- dijo Caperucita- ¡Ya estoy aquí! -¡Espera Caperucita, estoy en el baño. Ahora salgo! -Vale, abuelita. ¿Qué voz más rara tienes? El hombre salió de repente del baño y metió a Caperucita junto a su abuela en el armario, pero lo que el hombre no sabía es que Caperucita llevaba con ella el móvil táctil y llamó al cazador. -Señor cazador, por favor, venga a casa de la abuelita, que un hombre nos ha atrapado en el armario. Ven deprisa. - Tranquila, Caperucita. Llegaré en un momento. Mientras el cazador llegaba, el hombre estaba jugando a la playstations 3. El cazador llegó en silencio, ató al hombre con una cuerda y sacó a Caperucita y a la abuelita del armario. - Gracias señor cazador. - De nada, gracias a vosotras. Mientras tanto el hombre entró en la cárcel y no volvió a molestar nunca jamás a nadie y todos fueron felices para siempre.

María Jesús Zurita Charradi 1º ESO


LOS TRES CHAVALES Érase una vez tres chavales que se fueron a vivir solos. Hicieron 3 casas, una para cada uno. El Ayuntamiento no quería que se construyeran más casas en esa zona, así que mandó un coche de vigilancia para advertir de que se las caerían. Los chavales llamaron por el móvil pidiendo una explicación. Aun así, el Ayuntamiento mandó una excavadora para el derribo. Las excavadoras derribaron la primera casa. El chaval se fue a vivir a casa de su hermano de al lado. La segunda casa costó más trabajo derribarla, pero también lo consiguieron. Tuvieron que vivir los 3 chavales juntos en la misma casa. En la tercera casa los hermanos se reunieron y decidieron llamar a un juez conocido de ellos. Este les echó un cable consiguiendo que la tercera no la derrumbaran. Los chavales, muy contentos, decidieron vivir los tres juntos. Lo celebraron haciendo una fiesta. David Gil Carretero 1º ESO


EL LADRÓN Y LOS SIETE GEMELOS Érase una vez una mujer que vivía con sus siete hijos. Un día se tuvo que ir a comprar. La madre les dijo que se portaran bien. Pero muy cerca había un astuto ladronzuelo. − ¡Me los llevaré a todos!¡Ja,ja,ja! -dijo el ladrón. Cuando la mamá se fue, el ladrón se asomó y vio a los gemelos jugando tranquilamente. Se acercó a la puerta y llamó ¡Toc!¡Toc! Los hermanitos dijeron: - ¿Quién es? El ladrón contesto: - Soy vuestra mamá. Pero se dieron cuenta de que no era la madre. - ¡Fuera, vete de aquí! El ladrón se puso un dispositivo en la garganta para hablar de otra forma. Tocó la puerta otra vez. Los gemelos le dijeron que volviera a hablar. El ladrón habló, pero los gemelos dudaron. Le dijeron que enseñara la mano por debajo de la puerta . − ¡Ja! ¡No tiene el anillo de mamá!¡Fuera de aquí! -dijeron los hermanos. El ladrón se puso un anillo. Volvió a tocar y esta vez picaron. El ladrón entró y los metió a todos en un saco, menos a uno, que era el más listo, que se escondió debajo del somier de la cama. Cuando el ladrón se marchó, el niño fue tras él para ver dónde se llevaba a sus hermanos. Llegaron hasta una casa. El niño llamó a la policía y todo se solucionó. Juan García Conde 1º ESO


LA FAMILIA Y EL LADRÓN Una mujer y sus dos hijos decidieron hacer sus casas en el bosque. La madre se llamaba Pepita, la hija mayor Lucía y el más pequeño Daniel. Pero para tardar menos y conectarse al tuenti y al messeger, uno la hizo de chapa, el otro de madera y la madre, que era la más lista, la hizo de ladrillos. Cuando llegó el ladrón, derrumbó la casa de chapa, cogió un rotaflex y se puso a cortar la casa. El pobre niño salió corriendo para la casa de su hermana, pero el ladrón cogió una hacha y se puso a derrumbar la casa de madera en la que estaban los dos hermanos. Se fueron corriendo para la casa de ladrillos donde estaba su madre. El ladrón trató de entrar por la ventana grande del salón, que estaba abierta. Entró disimuladamente y... ¡cuando menos se lo esperaba!, lo atracaron los policías y se lo llevaron . Los niños saltaron de alegría y salieron al bosque a dar una vuelta, pero en ese momento vino un hombre. La madre y él se enamoraron nada más verse. Desde ese momento ella encontró un marido maravilloso y vivieron los cuatro muy felices en la casa de ladrillo. Emilia Machuca de los Santos 1º ESO


LOS TRES ALBAÑILES En una pequeña ciudad de Estados Unidos, tres jóvenes albañiles construían casa algunas veces. Los tres aún vivían con su madre hasta que el mayor, que se llamaba Antonio, decidió construirse su propia casa e irse a vivir solo. Al principio a Pedro y a Ramón, los hermanos pequeños, no les gustó la idea. Al final aceptaron tener que dejar la casa de su madre. Pedro, el más pequeño, decidió hacer la casa de barro y paja porque le gustaba las casas del Neolítico que veía en documentales. Ramón se hizo una cabaña de madera porque le gustaba la naturaleza. En cambio, Antonio hizo la casa de ladrillo, grande y resistente. A los pocos días, Pedro y Ramón terminaron sus casas y llamaron a Antonio por el móvil para ver si quería ir al cine. - ¿Quieres ir al cine esta noche con nosotros?- le preguntó Ramón. - No puedo, tengo que terminar mi casa antes que nada. - Eres un aburrido, ya lo terminarás más tarde.- le dijeron sus hermanos. - Lo siento, pero de verdad que no puedo. Antonio colgó y siguió con su casa. Días después la terminó. Sus hermanos pensaban que era un tonto aburrido al que solo le gustaba trabajar. Un día, mientras Antonio veía la televisión, informaron de un peligroso asesino llamado Salazar Slitherin. Había escapado de la prisión. Antonio se lo comunicó a sus hermanos, a quienes pareció no importarles mucho. Días más tarde, alguien llamó a la puerta de Pedro. Este abrió y se encontró de frente con... ¡El asesino! Cerró la puerta de golpe y se escondió asustado. El asesino cogió una navaja, se subió al techo, abrió un agujero en la paja y entró de un salto. Pedro salió, cogió su coche y huyó rápidamente hacia casa de su hermano. Cuando Pedro le contó a Ramón lo que había sucedido, éste no le dio importancia. - Tranquilo, en mi casa estamos seguros.- le aseguró Ramón. Después el asesino llegó a casa de Ramón y con un hacha que había allí, entró. Los dos salieron corriendo por la puerta trasera hacia casa de Antonio. Le contaron lo que había sucedido y preparó un plan por si venía. Al final llegó y disparó unas cuantas balas que rebotaron contra un muro. Se dio cuenta que, al ser de ladrillo, no podía pasar por ninguna parte, excepto por la chimenea. Subió al techo y saltó por ella, pero cuando salió, Antonio le dio con un bate de béisbol y Ramón y Pedro lo ataron lo mejor que pudieron. Después lo entregaron a la policía y Pedro y Ramón no volvieron a hacer las cosas rápidas y sin ganas. Ismael Vargas García 1º ESO


LOS TRES OBREROS Y EL LADRÓN Había una vez tres obreros que querían hacerse sus propias casas. El primero se hizo un chalet de paja, pero no sabía que había un ladrón cerca. Llegó el ladrón y le dijo: − Ábreme o explotaré tu chalet con una bomba. El obrero no le abrió. El ladrón explotó la casa y lo mató. El segundo se hizo un piso con ordenador, wifi, etc. Llegó el ladrón y le dijo: − Ábreme o caeré tu piso con una excavadora. El segundo obrero le mandó un mensaje al tercer obrero por el móvil. El ladrón cayó el piso con la excavadora y lo mató. Se fue a la casa del tercer obrero en coche. El ladrón intentó destruir la casa con excavadoras, bombas, etc. Pero no pudo. El ladrón intentó entrar por los conductos de aire, pero el obrero fue listo y dejó una bañera con agua caliente. El ladrón se fue y no volvió nunca más.

Issac Gutiérrez Lora 1º ESO


LOS TRES CERDITOS Había una vez tres cerditos que se independizaron. Los cerditos construyeron sus casas. El pequeño era granjero y construyó una casa de paja. El mediano trabajó y se hizo una casa de madera. El mayor era empresario y se construyó un chalet. Los tres cerditos vivían felices. Un día un tigre llamó a la puerta del pequeño. El pequeño no le abrió y el tigre sopló y tiró la casa de paja. Él salió corriendo con su bici a casa del mediano. El tigre llegó y con una motosierra cortó los palos de la chabola y la cayó. Los dos salieron corriendo a casa del mayor. Le dio un toque con el móvil y el cerdito les abrió. El tigre llegó y puso una dinamita. Y el chalet salió por los aire y los tres cerditos corrieron para la ciudad. Pero como al tigre le daba miedo la ciudad, los dejó que vivieran en paz y tranquilos.

Jaime Corbacho Domínguez 1º ESO


Los tres hermanos y el vecino traidor En mi pueblo hay una familia que son tres hermanos que viven con su madre. Como se están haciendo mayores, deciden hacerse cada uno una casa. El pequeño, que todavía solo piensa en jugar al fútbol y a la playstation, no pensó mucho y se hizo su casa de paja. El del medio, que está todo el día metido en Internet y tampoco tiene mucho tiempo, se la hace de madera. El mayor, que es muy trabajador y responsable, se la hace de ladrillos. Como en todos los pueblos, siempre hay vecinos muy envidiosos. Cerca de la casa de su madre había uno. Éste cogió una aspiradora y aspiró la casa de paja. El pequeño se quedó sin casa. Corrió a casa de su hermano el mediano. El vecino echó gasolina y prendió fuego y la casa se quemó. Salieron corriendo hacia la casa de su hermano mayor. Cuando llegó el vecino e intentó destruir la casa, no pudo porque el único que acertó fue el hermano mayor haciendo su casa de ladrillos. El vecino no pudo salirse con la suya y se tuvo que volver a su casa. La envidia es muy mala. Los tres hermanos vivieron juntos para siempre. Jairo Orihuela Mairena 1º ESO


LOS TRES HERMANITOS Había una vez tres hermanos que soñaban con vivir en Hollywood de mayores. Los tres hermanos, nada más acabar los estudios, se buscaron una casa para cada uno allí. El más pequeño, Abraham, no tenía trabajo, así que con el dinero del paro se compró una chabola a las afueras. El mediano, Luis, tenía un trabajo de cajero y con el dinero del trabajo y unos ahorrillos, se compró un piso en pleno centro de Hollywood. El mayor, Ezequiel, trabajó mucho para llegar a ser el jefe de una de las mayores empresas productoras de Hollywood y con su sueldo y sus ahorros, que eran muchos, se compró un chalet con piscina en la zona rica. Una empresa constructora, la mayor empresa constructora de los Estados Unidos, quiso hacer bloques de pisos donde estaban sus casas. Cuando llegaron a la casa de Abraham, la derrumbaron sin problemas porque no tenía trabajo. Abraham le mandó un SMS a Luis, cogió su bicicleta y se dirigió a su casa. Cuando llegaron a la casa de Luis, con unas llamadas a proveedores y a unos contactos, la derrumbaron. Luis le mandó un SMS a Ezequiel y él y su hermano se fueron en el coche de Luis a la casa de Ezequiel. Cuando llegaron a la casa de Ezequiel, vieron que él era más poderoso que la empresa y todos sus contactos y proveedores juntos, así que se fueron de allí pitando. Ezequiel demandó a la empresa por construir en un terreno que no era suyo, la empresa quebró y Ezequiel le compró un chalet a cada uno de sus hermanos para que viviesen en paz.

Jorge Núñez Villalba 1º ESO


LOS TRES CERDITOS En el corazón de la ciudad vivían tres hermanos. El león que se escapó siempre andaba persiguiéndoles para comérselos. Para escapar del león, los hermanos decidieron hacerse un piso. El pequeño lo hizo de paja para acabar antes y poder irse a jugar. El mediano construyó un piso de madera. Al ver que su hermano pequeño había terminado ya, se dio prisa para ir a jugar con él. El mayor trabajaba en su piso de ladrillo. - Ya veréis lo que hace el león con vuestros pisos -riñó a sus hermanos mientras éstos se lo pasaban en grande. El león, con su aspiradora, salió detrás del hermano pequeño y él corrió hasta su piso de paja, pero el león aspiró y aspiró y el piso de paja se derrumbó. El león persiguió también al hermano pequeño por la ciudad, que corrió a refugiarse en el piso de su hermano mediano. Pero el león aspiró y aspiró y el piso de madera se lo chupó. Los dos hermanos salieron pitando de allí. Casi sin aliento, con el león pegado a sus talones, llegaron al piso del hermano mayor. Los tres se metieron dentro y cerraron bien todas las puertas y ventanas. El león se puso a dar vueltas al piso, buscando algún sitio por el que entrar. Con una máquina elevadora larguísima, subió hasta el tejado para colarse por la puerta de la azotea. Pero el hermano mayor puso un montón de plátanos para que el león se cayera. El león comilón descendió por la escalera, pero cayó sobre los plátanos y se cayó. Escapó de allí dando unos terribles aullidos que se oyeron en toda la ciudad. Se cuenta que nunca jamás quiso comer a esos hermanos.

José María Mairena Sánchez 1º ESO


CAPERUCITA ROJA Érase una vez una niña que iba a llevar una aspirina a su abuela que

estaba enferma con la gripe. Caperucita Roja tenía que ir en metro a la casa de su abuela. Cuando paró en la estación se encontró con un lobo que le preguntó a dónde iba y caperucita dijo que iba a la casa de su abuelita.

El lobo le dijo a caperucita que si iba por la autopista, en autobús, llegaría

antes. El lobo cogió su moto y se fue a la casa de la abuelita de Caperucita Roja. El lobo llegó antes que ella y llamó a la puerta. La abuelita contestó: − Adelante.

El lobo entró, pero la abuelita se asustó y se metió en el armario. El lobo, que era

muy astuto, se vistió como la abuelita y se metió en la cama.

Cuando Caperucita Roja llegó, vio a su abuelita y le dijo: - Abuelita, ¿por qué tiene ese piercing ? - Para ser más guapa.

- Abuelita, ¿por qué tiene ese tatuaje ? - Para esconder el lunar de la espalda.

- Abuelita, ¿por qué tiene esa dentadura? - Para comerte mejor.

Caperucita salió corriendo a la ciudad y fue a la comisaría. Contó que había un lobo en la casa de su abuelita. La policía fue allí y se encontró al lobo.

La policía disparó al lobo en la mano y se rindió. Se lo llevaron a la cárcel y colorín colorado este cuento se ha acabado.

Kevin Rivas Guerrero 1º ESO


Los tres cerditos y el Ayuntamiento feroz. Érase una vez tres cerditos. Tenían una casita y el Ayuntamiento se la derribó porque estaba construida sin licencia y en terreno no urbanizable. Construyeron otra, y también se la derribaron porque no tenía proyecto de obra y no la había diseñado un arquitecto. El más pequeño de los tres pensó muy bien cómo iba a hacer la casa. Entonces, entre los tres, compraron un terreno, asegurándose muy bien de que fuera urbanizable. Hablaron con el mejor arquitecto de la ciudad, que les hizo el proyecto. Pidieron la licencia de obra al Ayuntamiento, hicieron una casa preciosa para vivir los tres y cuando vinieron los del Ayuntamiento y pidieron los documentos, los cerditos dijeron: - Pedid todos los documentos que queráis. Pedid, pedid. Cuando vieron que los tenían todos en regla, se quedaron muy sorprendidos y no pudieron tirarles la casa. Muy contentos se fueron al cine a celebrar que tenían un nuevo hogar. Lorena Román Gil 1º ESO


LOS TRES CERDITOS Había una vez tres cerditos que tenían que construirse una casa cada uno. El primero se la hizo de paja, el segundo de madera y el tercero de hormigón. Cuando a la mañana siguiente ya estaban terminadas las casas, un lobo hambriento, que pasaba por allí, vio la casa de paja en la que estaba el cerdito jugando a la wii. Así que el lobo llamó con el móvil a Media Mark para que le trajeran el ventilador mas potente que tuvieran. Cuando llegó el paquete, el lobo lo abrió y puso el ventilador a máxima potencia. Mientras la casa se destruía, el cerdito se conectó al Messeger y le dijo a su hermano que iba para su casa. Cuando llegó en su moto a la casa de su hermano, entró y pusieron la televisión. El lobo, más hambriento todavía, cogió su lanzallamas y le prendió fuego a la casa del segundo cerdito. Los dos cerditos se conectaron a Internet mediante wifi y le enviaron un mensaje al tercer cerdito. El tercer cerdito, que estaba tan tranquilo descargándose juegos, se interrumpió su tranquilidad cuando llegaron sus hermanos. Los tres hermanos estaban asustados porque el lobo cogió su bazooka e iba a destruir la casa, pero el tercer hermano cogió la botella de butano y se la tiró al lobo. El lobo lanzó el cohete y le dio a la botella de gas...¡BOOM! El lobo voló tan alto que acabó...¡en la antorcha de la Estatua de la Libertad! Manuel Vicente García Ortegón 1º ESO


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