SALVEMOS A LAS JIRAFAS ESTE 2019 Nos hubiera gustado empezar el año con un tema que nos dejara un mejor sabor de boca, pero lo cierto es que hay cosas de las que no se deben dejar de hablar. Cuando éramos pequeños, en la escuela nos enseñaban cuáles eran los animales del mundo y en nuestra cabeza nos imaginábamos corriendo por la selva a leones, tigres, elefantes y, por supuesto, a las jirafas. Seguro que este último animal era el favorito de muchos de nosotros, quedándonos pasmados cuando los profesores nos enseñaban dibujos de este ser vivo: su majestuoso aspecto y descomunal cuello desbordaban nuestra mente infantil. Pensábamos que no podía existir nada mejor que una jirafa, retratada simpáticamente en miles de películas para niños. Ahora, la supervivencia de esta especie está más en peligro que nunca. Qué mal hemos tratado a nuestros amigos de la niñez. Este mes nos ha deparado una triste noticia. La Lista Roja de la International Union for Conservation of Nature (IUCN) señala que dos subespecies de jirafas están por primera vez en peligro grave de extinción: la jirafa de Kordofan y la de Nubia. Este animal pasó a formar parte de la lista, que alerta de los seres vivos que potencialmente pueden desaparecer, hace dos años. En esa ocasión, la organización indicó que el estado de la especie era ‘vulnerable’ y, lejos de encontrar solución a este problema, las dos subespecies comentadas han pasado a la lamentable categoría de ‘en peligro crítico’. De hecho, la IUCN informa de que solo quedan 1.455 ejemplares de la de Kordofan y 455 de la de Nubia. También cabe recordar que en 2015 el número total de jirafas bajó de 100.000. El principal factor relacionado con el peligro real que corren estos animales es, como ya te imaginas, la caza furtiva. Miles de cazadores andan al acecho en el continente africano en busca de jirafas. No ayuda para nada el hecho de que en países tan importantes
como Estados Unidos haya aumentado la demanda de productos hechos con piel y huesos de este ser vivo. Además, la IUCN también informa de otros factores que están provocando su extinción. Uno de ellos es la pérdida de su hábitat, a causa de la deforestación, la expansión de la actividad agrícola, el crecimiento de la población humana… Otros son los disturbios civiles que se dan en África, ocasionados por milicias y operaciones militares y paramilitares, o los numerosos cambios ecológicos, ya sea por el clima, por la actividad minera u otras amenazas. Aunque el panorama es desalentador, tampoco conviene olvidar unas pocas buenas noticias que pueden servir para motivarnos y luchar por el futuro de las jirafas. Una de las nueve subespecies, la jirafa de Rothschild, se encontraba en la categoría de ‘peligro’, pero, gracias a las acciones de conservación y a la mejora de la protección legal, está creciendo su población. De esta forma, ha pasado al estado, mucho más favorable, de ‘casi amenazada’. Incluso, los avances tecnológicos actualmente contribuyen en el combate contra la caza ilegal. Por ejemplo, hace unos meses se desarrolló un proyecto de Microsoft, AI for Earth. Consiste en una inteligencia artificial que detecta los barritos de los elefantes y averigua dónde se ubican, monitoriza sus movimientos y calcula si están creciendo los ejemplares de la especie. Así, los tienen localizados para tratar de garantizar su seguridad. Pese a estos logros, queda un largo camino por recorrer y mucha gente por concienciar. Nuestros deseos para este 2019 son una mayor determinación y medidas contundentes por parte de los estados para afrontar los grandes problemas del planeta Tierra, como la extinción masiva de los animales o el cambio climático. Porque sería muy triste que las generaciones venideras no lleguen a conocer a una jirafa.