The Clinic 395

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HISTERIA POLÍTICA Y ECORRELATO Foto: Alejandro Olivares

V

ivo en la peor ciudad de Chile según un estudio que mide la calidad de vida en los centros urbanos, y eso me enorgullece, porque en alguno de los índices negativos de ese informe está la derrota de los habitantes que lucharon contra autoridades y empresas que la empobrecieron; me refiero al municipio y a la empresa portuaria de San Antonio. Un alcalde que permitió la construcción de 10 silos graneleros, entre otras barbaridades, en pleno barrio cívico no puede después quejarse contra un medio de comunicación por basurearnos, cuando fue él quien ayudó a provocar esos resultados. En la peor ciudad del país se ubica el primer puerto de Chile, paradoja que tiene chocha a la empresa portuaria. Otra paradoja fascinante es que una gran cantidad de personas salió a protestar contra HidroAysén, pero no lo ha hecho, al menos masivamente, contra la instalación de estanques de ácido sulfúrico en plena ciudad o contra otros crímenes que cometen las grandes empresas contra los espacios públicos (así es donde yo vivo). Al parecer el gran lema publicitario Patagonia Sin Represas está movilizando un clamor popular que sintetizaría los deseos de un sector importante del país. Y por supuesto que el oportunismo concertacionista intenta ganar terreno (la voltereta de Lagos tiene nombre y da asco, igual que la reposición de las lacrimógenas). Lo cierto es que la voluntad de protesta es estructural, se incorporan nuevos actores sociales que antes no participaban, a pesar del contexto político poco democrático y de mínima participación. Quizás haya un nuevo relato, como se les llama ahora a los proyectos políticos, que se está gestando, ojalá fuera así, es bueno para la salud mental de nuestra sociedad (como diría un bienpensante, yo jamás diría algo así). A propósito de usar la analogía literaria para analizar el paisaje político, el otro día leía un artículo del compañero Pedro Gandolfo en El Mercurio que se refería a la ausencia de relato de este gobierno, que Longueira echaba de menos, concluyendo que esto no daba ni para folletín, al pasar revista a los géneros literarios en disputa. Lo que sí nos parece claro es que este gobierno no tiene mucho que contar, no hay un argumento que conduzca una historia, sólo es capaz de exhibir un lema publicitario arrogante. Se echa de menos la épica fascista del gobierno militar o la novela revolucionaria de la gloriosa de la UP, incluida su tragedia. Pero sorpresivamente surge en los escaparates del imaginario político una nueva oferta, muy distinta a la presencia de marca que tiene

Por Marcelo Mellado

El problema es que lo que entendemos por país lo definen los mismos hijos de puta de siempre, como dice mi contador, refiriéndose a una especie de oligarquía perra. la política tradicional, concretamente los movimientos ciudadanos que, muy sensibilizados, se movilizan por el tema medioambiental, más allá de HidroAysén. He aquí una posible nueva narrativa que comienza a articularse en el mercado político, aunque hasta hace poco era marginal. Es decir, la perspectiva ecológica y medioambiental entra al ruedo, a pesar del desprecio de que era víctima, desde la derecha y desde la izquierda, ambas conservadoras y profundamente resentidas. En este contexto, el compañero Pedro Cayuqueo, en este mismo pasquín, hace una representación descalificadora del

depende de un ministerio no podría tener más atribuciones que éste. Al crearse un ministerio se perderá toda facultad decisoria por parte del actual Directorio del CNCA, especialmente en materia de políticas culturales, y un cuerpo colegiado como ese pasará a tener un carácter meramente asesor o consultivo. ¿Es eso lo que queremos para la cultura? ¿Que todo lo resuelva un ministro

con el Presidente de la República y que se pierda lo que se había ganado en cuanto a participación decisoria de la sociedad civil en materia de cultura, a través del Directorio del CNCA? Lo que ocurre actualmente en las calles a propósito de otros asuntos de interés, ¿no constituye acaso un reclamo de mayor participación ciudadana en las decisiones públicas?

“Cuando se tramitaba el proyecto de ley que creó el CNCA, lo que más preguntaban RN y la UDI era si se trataba o no de un ministerio, pues no estaban dispuestos a aprobar la figura de un ministerio, porque se prestaría para el dirigismo cultural. ¿Cómo votarán ahora?

-Porque la única ventaja de crear un Ministerio de la Cultura y el Patrimonio es que reuniría de manera más fácil a esos tres organismos, facilitando su coordinación, aunque pagando por ello un precio demasiado alto en cuanto a quién tendría la competencia de aprobar políticas culturales: hoy esa competencia es de un órgano colegiado con fuerte participación de la sociedad civil, y mañana lo sería únicamente el Presidente de la República. Hoy esos tres organismos tienen el deber de coordinarse. Es más: el CNCA tiene competencia para coordinar a los otros dos. Y lo que uno constata con cierta tristeza es que la incapacidad mostrada hasta ahora por parte de esos organismos para coordinarse entre sí lleve a la creación de un ministerio, es decir, a la instalación por sobre ellos de un ministro que los com-

¿Por qué cree entonces que los miembros de la DIBAM, Consejo de Monumentos y el mismo CNCA encuentran positivo el anuncio?

sabía usted que... Ni a los del Ku Klux Klan les gusta que las mujeres les saquen puntos negros. (@parquearaujo)

movimiento por su carácter cuico, algo de razón tiene, pero el espíritu de cuidado del medioambiente tiene una tradición, es algo que yo compartí con algunos vecinos y colaboradores cuando trabajé en el campo en la zona austral, casi todos de origen huilliche, y en mi propia familia, que me inculcó ese sentimiento como un hábito. A mí me pasa algo parecido a Cayuqueo, pero con la izquierda mapuchistoide, sin identidad propia, que asume el originalismo étnico para sazonar el ideologismo progresistón. Recuerdo haber padecido a ñañas autoritarias y a unos peñis fachos que se parecían mucho a los “cara de chileno” profundos. Es decir, los cuicos y los no cuicos valen callampa cuando comparten la misma voluntad de desprecio y perversión. Mi temor es que los cuicos se apropien del llamado discurso ecológico, al igual como lo hicieron con el discurso progresista de los 60. El problema es que el molde o matriz de lo que entendemos por país lo definen los mismos hijos de puta de siempre, como dice mi contador, refiriéndose a una especie de oligarquía perra que ejercería el poder en nuestro territorio. Tratemos de confiar en una posible escritura épica original de nuestro pueblo -así de histérico-, construida desde la dignidad.

pela a coordinarse. Por lo demás, la institucionalidad cultural pública de un país, tanto en el ámbito de las artes como del patrimonio, no se diseña pensando únicamente en los funcionarios y tampoco en los artistas, agentes culturales y expertos en patrimonio. Se diseña pensando en el desarrollo cultural del país y en lo que sea mejor para éste. Y hay en fin una cuestión que me parece grave: si en este momento están en estudio por el Directorio del CNCA las políticas culturales para el período 2011-2016, ¿cómo es posible que el Presidente de la República, sin esperar a ver cuáles serán las políticas que aprobará ese Directorio, se anticipe a anunciar una medida que incide en un asunto muy relevante -cambios a la actual institucionalidad cultural- que debería ser materia o contenido de tales políticas? Cuando se tramitaba el proyecto de ley que creó el CNCA, lo que más preguntaban los parlamentarios de RN y la UDI era si se trataba o no de un ministerio, puesto que -decían- no estaban dispuestos a aprobar la figura de un ministerio, porque se prestaría para el dirigismo cultural. ¿Cómo votarán ahora esos parlamentarios la propuesta presidencial de crear un ministerio? ¿Un ministerio de la Cultura es bueno o malo dependiendo de si se está en el gobierno o en la oposición? 21


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