Edición 2015
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Lunes, 15 De Junio
Decisiones “Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse”. Daniel 1:8
S
alir o no salir, comer o no comer, hacer la dieta o no hacerla, estudiar o no hacerlo, son muchas de las decisiones que día a día tenemos que tomar. De las decisiones que tomemos, depende cómo será nuestro futuro y cómo está marchando nuestro presente. A una persona que decida no estudiar y entrar al mundo de las drogas, su futuro le está pronosticado a ir de mal en peor, ya que las acciones que está tomando en cuenta en el presente, no están garantizando un futuro satisfactorio. Cuando me levantaba todos los días para ir a la universidad, muchas veces anhelaba quedarme dormida, principalmente cuando estaba lloviendo. Era difícil para mí levantarme sin salir el sol, cuando podía decidir quedarme en la cama. Pero algo sabía: la cama no me daría lo que el estudio sí. La palabra de Dios nos habla de un joven llamado Daniel, quien fue llevado cautivo a Babilonia y le dieron a comer del banquete real que estaba dedicado a los dioses falsos, pero él y sus amigos decidieron no contaminarse con aquella comida, y prefirieron hacer un acuerdo con el jefe para que, en vez de comer esos alimentos, ingirieran legumbres y agua. Confiaron en Dios y al final se encontraban más robustos que aquellos que aceptaron comer del menú que el rey les había preparado. Daniel fue muy amado por Dios y por el rey. Su decisión de obedecer a Dios lo puso en alta estima, pues Dios estuvo con él. Nuestras decisiones deben estar basadas en un “así dice Jehová”. No importa de qué tipo sean; puede ser una decisión sencilla, como qué ropa he de ponerme, o una complicada, como cuál trabajo me conviene tomar. En todos nuestros planes, asuntos y proyectos, pongamos a Dios como guía y Padre, y tomemos decisiones junto a Él Isis Urbaez
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