Koreana Spring 2011 (Spanish)

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El melocotonar se extendía por una larga planicie que parecía de varios kilómetros, rodeada por un muro montañoso culminado por nubes y niebla. Había muchos árboles en flor, bosques de bambú y algunas cabañas con techos de paja. La escena es adorable pero desoladora, como una aldea de los inmortales.

An Gyeon, el pintor Mongyu dowon do es el cuadro de mayor valor artístico de los de esa temática en Asia. Fue posible por la calidad de An Gyeon, el pintor. Varios factores contribuyeron a su evolución como creador: un talento y creatividad extraordinarios, su dedicación al arte y al estudio de las grandes obras y su continua interacción con aquellos que en su época tenían buen ojo crítico. A este respecto, un notable tributo a An fue expresado por Shin Suk-ju (1417-1475) en el documento sobre pintura de su libro Bahanjae jip (colección de Shin Suk-ju), del que forma parte el siguiente párrafo: “Hay un artista famoso en la corte llamado An Gyeon. Es muy inteligente y con gran cultura. Ha estudiado profundamente la pintura antigua y ha descubierto sus claves combinando los mejores aspectos y hallando equilibrio. No hay nada que no pueda pintar pero sus paisajes son particularmente excepcionales. Ni siquiera en el pasado hubo quien se le pudiera comparar. Forma parte del entorno de Bihaedang [Anpyeong] y sus obras son las más numerosas entre las de la colección privada del príncipe”. De este texto de 1445 podemos extraer varias enseñanzas sobre el pintor. Sobre su formación, se mencionan los siguientes puntos: primero, es muy inteligente y con gran cultura. Segundo, ha creado su propio estilo estudiando la pintura antigua, combinando los mejores aspectos y hallando un equilibrio. Tercero, en 1445, era miembro del círculo cercano del príncipe y no tenía igual entre los artistas de su género. Anpyeong tenía ya en ese año 30 obras de An, entre las que había pinturas a tinta china de bambú, flores del ciruelo, grandes pinos y gansos entre los juncales, aparte de paisajes. En los poemas asociados con el cuadro que aquí nos ocupa de los poetas contemporáneos y escritores posteriores, An es considerado el mejor artista de su tiempo y se le compara con Gu Kaizhi, uno de los tres maestros de las Seis Dinastías de China, y con Wu Daozi y Wang Wei, los tres autores más destacados de la Dinastía Tang. Tales elogios habrían desempeñado un papel importante en su influencia en las expresiones creativas de principios de Joseon (1392-1550 aprox.) y Joseon medio (aprox. 1550-

1700), aparte de en las obras a tinta y aguadas del periodo nipón de Muromachi.

Estilo singular Este cuadro, el único de An Gyeon que existe en la actualidad, presenta varias características distintivas. Primero, la historia se desarrolla a lo largo de una diagonal imaginaria con inicio en la esquina inferior izquierda. Esta orientación, en sentido contrario a la normal en la pintura asiática (desde la esquina superior derecha hasta la inferior izquierda) no es ortodoxa y no tiene precedentes. La grandeza de la obra cobra vida con esta panorámica nueva. La composición presenta cuatro grupos distinguibles de sierras desde la izquierda a la derecha: montañas bajas del mundo real, crestas a la entrada del melocotonar, otros picos justo dentro de la entrada y otros más en el huerto. Aunque parecen separadas, forman un conjunto visual. El sendero, que comienza en la esquina inferior izquierda, sirve para unir los distintos elementos composicionales según va por el segundo y tercer grupo de elevaciones. A diferencia del primero, claramente terrenal, los del huerto están formados por peñascos agudos y pertenecen al mundo onírico. Las sierras se ven desde tres perspectivas, según tres puntos de fuga: alta, cuando se ven desde arriba, plana, cuando las de más allá se ven de cerca, y profunda cuando las del fondo se ven desde delante. Aunque el melocotonar está rodeado por alturas (cuarto grupo), parece ser una gran planicie. Este efecto se consigue al pintarlo en una ladera y ajustar la altura de los montes para el panorama visual. Aunque la influencia de Guo Xi, maestro pintor de la Dinastía Song, es evidente, la pincelada es singular y original de An. Mongyu dowon do es un logro monumental que engloba la pintura de An Gyeon, la caligrafía del príncipe Anpyeong y la poesía de 21 escritores de primera línea. Tiene una importancia cultural inmensa, lo que lo convierte en el tesoro artístico más importante de la época del rey Sejong.

Primavera 2011 | Koreana 67


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