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ENEMIGOS
sonas sinceras han sido engañadas y descarriadas por las pretensiones de la Jerarquía. El Diablo ha hecho que la gente sea muy supersticiosa y religiosa. Pablo entró en contacto con los habitantes de Atenas, quienes practicaban la religión diabólica ignorando el hecho de que rendían homenaje a Satanás. A esa gente Pablo dijo: "Señores atenienses, en todas las cosas percibo que sois muy religiosos." (Hechos 17:22-29) Otro traductor presenta el texto anterior en las siguientes palabras: "Qué . . . reverentes de los demonios sois, percibo." (Róth.) "Señores atenienses, percibo que en todo respecto sois notablemente religiosos." (Weymouth) Lo anterior es prueba corroborativa de que la religión procede del Diablo y está en exacta y completa oposición al mandamiento del todopoderoso Dios. "El hombre de pecado" practica la religión contrariamente a los mandamientos de Dios. "El hombre de pecado, el hijo do perdición; el cual se opone a Dios, y se ensalza sobre todo lo que se llama Dios, o que es objeto de culto; de modo que se siente en el templo de Dios, ostentando que él es Dios. Es decir, aquel cuyo advenimiento es según la operación de Satanás, con todo poder, y con señales, y con maravillas mentirosas, y con todo artificio de la injusticia, para los que perecen; por cuanto no admitieron el amor de la verdad [lo opuesto a la religión es la verdad], para que fuesen salvos. Y por esto, Dios les envía la eficaz operación de error, a fin de que crean en la mentira [enseñanza religiosa]." (2 Tesalonicenses 2: 3, 4, 9-11) Ese grupo de personas que forma o compone el "hombre de pecado" confía en las enseñanzas de los hom-