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temporizado!', irremisiblemente caerá en la trampa de Satanás. Los hombres ambiciosos fácilmente son conducidos a las trampa del Diablo. Evidentemente que los guías primitivos de la organización eclesiástica católica eran sinceros, pero algunos de ellos, ambicionando el honor entre los hombres, y temiendo perder lo que habían adquirido, inmediatamente cedieron a la adulación del Diablo, quien se encargó de que fueran en gran manera adulados. Como 400 años después de la muerte del apóstol Pedro la "Jerarquía de Jurisdicción" católico-romana fué organizada. Y siglos después, habiéndose mantenido a la gente en ignorancia de la verdad, fué cosa fácil inducir a los vivientes a creer que un hombre, a quien se les había enseñado a honrar como papa o cabeza de la Jerarquía era el sucesor del apóstol Pedro. De esa manera la gente fué inducida a creer una grande y perjudical falsedad. No hay razón alguna para decir algo del hombre que ocupa el puesto de papa, y por lo tanto lo que aquí se dice no tiene por objeto atacar a un individuo, sino al puesto que ocupa. En tiempo de los apóstoles no existía el puesto de papa. Ese puesto fué creado por los hombres a instancias de Satanás, y en año 440 (E.C.) el primer papa fué electo.—McClintock & Strong^ Cyclopedia, Yol. 7, página 629. La Iglesia Católica no existió sino siglos después de la muerte de los apóstoles de Jesucristo, y sin embargo pretende ser la iglesia de Cristo, y millones de personas sinceras creen esa falsedad. Ni Cristo ni sus apóstoles tuvieron nada que ver con la creación de la organización católi-