en poRTada
de cAsA del pósito A cAsA consistoriAl
La historia del edificio de la calle Padre Cueto se remonta a finales del siglo XIX. La planta baja fue construida en 1883 como Casa del Pósito o granero público. En 1909 el yuntamiento adquirió este inmueble, de una sola planta, con la intención de ubicar una escuela. Sin embargo, nunca llegó a realizar esta función y pasó a convertirse en Casa Consistorial. Entre 1945 y 1952 se edificaría la planta alta del edificio, incluyendo las torres que enaltecen el edificio en cada una de sus esquinas. Hasta finales de la década de 1980 el edificio albergaba todos los servicios del Ayuntamiento. Casa Consistorial de Teror, en pleno Casco Histórico
lA cAsA consistoriAl, pArA lA HistoriA y lA cUltUrA con la apertura de las nuevas oficinas municipales, el antiguo edificio de la casa consistorial en la calle padre cueto descansará de su intenso trajín diario administrativo pero no perderá su función institucional. La Casa oficial del Ayuntamiento abrirá sus puertas para las sesiones plenarias, bodas civiles y recepciones oficiales, principalmente en la festividad del Pino. Pero al mismo tiempo, el gobierno municipal estudia la posibilidad de que el edificio se convierta en un espacio para la cultura y la historia del municipio. Ante el previsible abandono del
Palacio episcopal como Casa de la Cultura en los próximos años, el “viejo” Ayuntamiento podría convertirse en el lugar ideal para acoger actividades culturales, como exposiciones, charlas y actos con un aforo reducido, como se realizan actualmente en la Casa de la Cultura. Lo que sí está claro por parte de la Corporación es que el edificio de la Casa Consistorial, que mantiene ciertas similitudes arquitectónicas con el “nuevo” Ayuntamiento pero en menores dimensiones, seguirá siendo un referente de la institución municipal, de su historia y trascendencia en la vida de los terorenses.
el nUevo AyUntAmiento, sin AneXo El edificio anexo del antiguo Instituto de Teror, construido en los años 80, fue derribado el pasado 3 de marzo, recuperando así una gran explanada para aparcamiento que comunicará además la nueva Estación de Guaguas con las Oficinas Municipales y el Centro urbano de Teror. La construcción del edificio anexo ocasionó al antiguo instituto algunos problemas en su estructura, ya que estaba “enganchado” al viejo inmueble, subsanados con la rehabilitación y derribo del anexo.
Proceso de derribo del edificio anexo al antiguo instituto, el 3 y 4 de marzo. de 2011, y vista actual (arriba)
8 TeroRInforma / primavera 2011
JoSé LuIS yÁnez, Cronista de Teror
UN EDIFICIO CON HISTORIA A mediados del pasado siglo, gracias a la ilusión y las demandas de muchos terorenses, a la aportación económica de Monseñor Socorro Lantigua y al apoyo del entonces Director General de Trabajo, el abogado grancanario don Agustín Miranda Junco (ligado a la Villa por ser hijo del estudioso, economista e investigador terorense don José Miranda Guerra), se hacía realidad el Colegio Nuestra Señora del Pino, que desde entonces señorea la entrada de la Villa con su estampa de inconfundible arquitectura. El centro educativo se construyó en los terrenos que, conjuntamente con los que ocupa el Cementerio Parroquial,habían pertenecido secularmente a los herederos de la vinculación del canónigo don Juan González Falcón, fundador y propietario asimismo de la ermita de San Isidro en el pago terorense de su mismo nombre desde el siglo XVII. Así, el 24 de julio de 1955 se inauguraba el colegio de tres clases de Primaria y cuatro cursos de Bachiller, con una eucaristía en la Basílica y una procesión con las imágenes de María Auxiliadora y don Bosco hasta el mismo. Puesto en manos de la Orden Salesiana, el Colegio Nuestra Señora del Pino significó para los habitantes de la Villa un logro de incalculable valor, y la posibilidad de dar estudios a muchos niños y jóvenes terorenses sin tener que desplazarse del municipio. Por ello fue muy importante la activa labor de los salesianos y su presencia destacada en el pueblo. El 7 de marzo de 1969, cuando ya dependía del Obispado como Colegio Diocesano y a petición también de la orden salesiana, el Ayuntamiento releva a la Congregación de los compromisos contraídos anteriormente respecto a la educación en el colegio, con lo que concluyó un destacado episodio de la historia de la enseñanza en el municipio. En los años siguientes, el Ayuntamiento afrontó el déficit que el centro educativo generaba y se llegó a 1974 a una situación que concluyó con la cesión del mismo al Ministerio, logro en el que tuvieron papeles relevantes don Vicente Hernández Jiménez, desde la Delegación en Las Palmas; y, sobre todo, desde Madrid, el abogado palentino don Félix Falcón Alonso. Las reformas educativas, la transferencia de competencias a las comunidades que trajo consigo la transición y la descentralización política consiguiente marcaron el posterior periplo de este edificio, ya destinado a Instituto de Bachillerato de la Villa de Teror. ver artículo ampliado en www.teror.es