Et2e n0

Alcaudete de la Jara (Toledo) Jesús de Paz Calderón

D.L. TO 397-2017

D.L. TO 397-2017

El Torreón -

II época

Equipo de Redacción

2

-

Juan Francisco Uceda García (coordinador).

-

María Teresa Montes Pinto.

-

Editorial

5

Tribuna local

7

Jaime Farelo Montes.

Alcaudete de la Jara: emblema y pórtico de una comarca

3

-

Luis Miguel Alonso Robledo.

Imágenes y pinceladas

9

-

José Carlos Gómez Mancebo.

Ayer y hoy

10

Nuestros personajes

12

Colaboradores en este número:

DON FERNANDO JIMÉNEZ DE GREGORIO

12

(Jesús de Paz Calderón, José Pablo Montemayor Farelo, Paula Alfonso Santorio, Vicente Torrejón Alonso).

MIS RECUERDOS Y MIS VINCULOS ALCAUDETANOS

12

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Alcaudete, puerta de la Jara

Verano 2017

El Torreón II época –Nº 0

14

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

3

D.L. TO 397-2017

D.L. TO 397-2017

Editorial

El Torreón y el proceso repoblador

14

Nuestra gente: Tertulias de taberna

19

El “TORREÓN”. Boletín informativo editado por A.A.A.A. pretende tener en un futuro próximo diferentes secciones que permitan analizar la situación de nuestro pueblo tratando de llevar la realidad del mismo a todos sus conciudadanos.

Alcaudete de la Jara

19

Tratamos de desarrollar secciones referidas a la marcha rutinaria de aquellas actividades (laborales, culturales, económicas, deportivas, etc.) que se vayan desarrollando dentro de nuestro pueblo.

Gastronomía jareña. JARALCA

24

El rincón literario

25

25

Dimas Torrejón. Semblanza de un pionero del transporte a motor en

Las poesías de Félix

In memoriam

28

Notas de la redacción

34

Pretendemos asimismo lo anteriormente expuesto a todos aquellos hijos de la villa que, por circunstancias de la vida se han visto obligados abandonar esta en beneficio de sus intereses.

El “TORREÓN”, que en un principio no tendrá periodicidad fija, constará de las siguientes secciones: • • • • •

Editorial Crónica municipal Crónica laboral, cultural y deportiva Páginas de humor popular Cartas a El “TORREÓN”

Dicho boletín queda a toda idea o sugerencia que cada uno pueda aportar en beneficio de El “TORREÓN” y por tanto de nuestro pueblo que, en definitiva es el fin que pretendemos.

GRACIAS POR VUESTRA ACOGIDA

4

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

5

D.L. TO 397-2017

Este escrito, fechado el domingo, 15 de abril de 1979, suponía el arranque de un proyecto cultural en el mejor y más amplio sentido que se puede dar a esta palabra tan empleada para reflejar la idiosincrasia de los pueblos. Cultura es toda manifestación de una comunidad en un espacio de tiempo más o menos dilatado, tanto en el aspecto histórico, como literario, político, económico, tecnológico o cualquier otra expresión que emane de la actividad que un conjunto de personas llevan a cabo en común.

Sus años de existencia ha permitido grabar sobre el papel la vida de esta nuestra querida villa, al tiempo que se impulsaban iniciativas para fomentar el deporte, la indagación sobre las raíces históricas de Alcaudete de la Jara, así como mantener expresiones culturales del folklore de nuestra localidad, por citar una mínima parte de la enorme labor llevada a cabo por este grupo de mujeres y hombres que pusieron el hombro para que un capítulo de la historia de esta jareña tierra quedase abierto a aquellos y aquellas que quieren acercarse al pasado de la localidad, puedan tener un peldaño ya construido, a la hora de arrancar cualquier estudio histórico y cultural de la localidad.

Por las razones aludidas, una nueva edición de EL “TORREÓN” no podía comenzar su andadura sin hacer el reconocimiento y agradecimiento que merecen todas y todos los que participaron en esta publicación, al tiempo que nos gustaría heredar esa ilusión que impulsó esta magna y desinteresada tarea, con el objetivo de tratar de prolongar un poco más la preocupación por dejar constancia por escrito de toda actividad que tenga como fin el mantenimiento de la cultura de Alcaudete de la Jara.

El acrónimo compuesto por las cuatro aes (AAAA) es ya un sello que la historia ha grabado en lacre sobre nuestra querida localidad, como “alfa” de un proyecto que, deseamos no tenga nunca una “omega”, sino que se perpetúe, con la adhesión de generaciones futuras entre las que recabar personas interesadas por mantener el patrimonio material e inmaterial de esta centenaria villa.

(AAAA Asociación de Antiguos Alumnos de Alcaudete)

D.L. TO 397-2017

Tribuna Local

Alcaudete de la Jara: emblema y pórtico de una comarca.

En ocasiones, en la vida de los pueblos, la Geografía manda y la Historia obedece...”

Fernando Jiménez de Gregorio.

Belviseño, Historiador y Erudito.

Hijo adoptivo de Alcaudete de la Jara Alcaudete de la Jara desde sus tiempos más remotos ha ocupado una posición central en la comarca jareña, siendo uno de sus municipios, en su momento, uno de sus lugares, más destacados en la configuración geográfica, histórica y económica, de lo que en el Medievo fue conocido como el Alfoz de Talavera y sus Montes.

Numerosos testimonios arqueológicos y documentales, variadas muestras de su riqueza patrimonial y medioambiental o una repleta nómina de personajes relevantes, influyentes y destacados en la vida nacional o provincial, han dado buena cuenta de la importancia de Alcaudete en el contexto de una comarca histórica natural, la Jara, delimitada territorial y administrativamente como Jara toledana, a partir de las nuevas divisiones provinciales llevadas a cabo en 1833.

Y, todo ello, con la referencia de Talavera de la Reina como capitalidad histórica, económica y administrativa de un territorio común, vinculado, desde la Edad Media al Señorío de los Reyes y, más tarde, al de los Arzobispos de Toledo.

En el ámbito geográfico, puede decirse que un término municipal de los más extensos de la Comarca y unas bases fundamentales para el asentamiento de sus moradores como son la fertilidad de sus tierras y la abundancia de agua, han conformado los pilares necesarios para hacer de nuestro pueblo el único territorio comarcano en el que atestiguar los sucesivos poblamientos en su historia (como ejemplo, las pinturas rupestres de “El Martinete”, las esculturas vetonas de “El Cortijo”, la necrópolis de la Edad de Hierro de “El Carpio”, la villa romana de “El cuadro de las Palomas”, la visigoda de “los Villarejos”…..)

En el contexto histórico, solo un lugar como Alcaudete de la Jara pudo ocupar una posición relevante en el conjunto comarcal, sin duda por la importancia para la capital talaverana de la Iglesia alcaudetana y su riqueza. Por no citar, como santo y seña para la repoblación de la antigua tierra de Talavera, en sus distintas fases, de la atalaya conocida como “Torreón del Cura”. O por no abundar, en el apoyo de esta idea, en el reparto de las ricas tierras alcaudetanas entre las Órdenes Militares y Religiosas de la Capital (Calatrava, San Juan, Los Jerónimos de Talavera…), como de manera simbólica se encargara de reflejar el profesor Jiménez de Gregorio, en su Memoria sobre la heráldica municipal de nuestra villa (Escudo Municipal de Alcaudete de la Jara, 1954).

6

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

7

D.L. TO 397-2017

Pero es en el plano social, a lo largo de los siglos y, especialmente, a partir de los procesos de desamortización civil llevadas a cabo en el Siglo XIX, donde Alcaudete de la Jara adquiere una relevancia especial en el panorama comarcal, provincial e incluso nacional, que se ejemplifica por encima de cualquier episodio, en el otorgamiento Real del Privilegio de Villazgo, firmado por el Rey Alfonso XIII y fechado en 6 de Abril de 1911.

Y esa consideración, a través de un elenco de personajes ilustres, políticos nacionales o provinciales de la época, eruditos y gentes de la Administración y hasta representantes de la nobleza y de la burguesía terrateniente y económica de los siglos XIX y XX que en sus distintas facetas, han dado brillo y luz a nuestro pueblo, formando parte inseparable de su historia, como se han encargado de analizar, entre otros, el erudito e ilustre filólogo talaverano Jaime Olmedo Ramos (1) o, en clase más local, el historiador alcaudetano, Francisco Uceda García (2).

En definitiva, una nómina de ciudadanos ilustres, influyentes y de prestigio, relacionados con el diario quehacer de Alcaudete de la Jara en las dos últimas centurias (especialmente en este periodo) que han servido de punta de lanza para la relevancia de una comarca, la Jara, que desde Talavera de la Reina, tiene su puerta de entrada en la propia villa de Alcaudete de la Jara.

De manera genérica, pues, y sólo a título de ejemplo (que a buen seguro encontrarán su desarrollo historiográfico en momentos venideros) son éstos los fundamentos y éstos los pilares que deben alumbrar en el futuro inmediato, el nacimiento de un ambicioso proyecto cultural que, de manera irrenunciable, asiente a nuestra villa en el papel que por su geografía y por su historia le corresponde: “Alcaudete de la Jara, emblema y pórtico de una Comarca”.

Un proyecto cultural que, liderado y gestionado por el Ayuntamiento, con el apoyo unánime y decidido de la sociedad civil, persiga, entre otras iniciativas, la creación y puesta en marcha en nuestro pueblo de una moderno MUSEO DE LA COMARCA, que contribuya a difundir, como apuesta dinamizadora de primer nivel, el relevante papel de Alcaudete de la Jara en la antigua tierra de Talavera, en la repoblación de su Alfoz o en el impulso económico y social de su comarca y capital.

Un proyecto cultural que, desde la ilusión por el mañana y con el respaldo necesario de las distintas Administraciones, contrapese administrativamente el actual papel de nuestro pueblo en su entorno comarcal, redefiniendo, al propio tiempo, su destacada posición histórica y geográfica como “emblema y pórtico“ de un territorio común, con el que nos sentimos especialmente vinculados.

Un proyecto cultural, en fin, que desde el apasionado conocimiento de nuestro rico pasado, consiga hacernos partícipes de un futuro ilusionante.

(1) “Alcaudete de la Jara. Centenario de su Villazgo (1911-2011).

Jaime Olmedo Ramos. 1 de mayo de 2011.

(2) “Jacinto Bonilla. Un político y literato surgido de Alcaudete” Francisco Uceda García. https: //jufranuc4.wordpress.com/2017.06,02.

8

El Torreón II época –Nº 0

Imágenes y pinceladas

D.L. TO 397-2017

Numerosas son las imágenes, y variadas también, que podemos obtener de cualquier rincón de nuestra villa. Es posible que no seamos ni tan siquiera conscientes de la gran riqueza que poseemos. Una riqueza medioambiental de extraordinaria belleza y una riqueza cultural que se ve reflejada en numerosos documentos que lo atestiguan y en joyas arquitectónicas como la Iglesia Parroquial de la Inmaculada Concepción.

No podemos olvidarnos de los habitantes de la Villa y unos de los más importantes y sin los cuales no sería lo mismo, son las cigüeñas. Nuestras inseparables compañeras de viaje, esas que algún que otro disgusto nos dan cuando arrojan lo que les sobra, orgánico o no, desde lo alto de la iglesia, pero las mismas que contribuyen a que nuestro paisaje sea tan maravilloso.

Son nuestras vigilantes permanentes, siempre en guardia y las que nos acompañan con su peculiar canto.

Sin ellas Alcaudete de la Jara no sería lo mismo.

Luís Miguel Alonso Robledo.

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

9

D.L. TO 397-2017

Ayer y Hoy

Archivo de A.R.C.A.

D.L. TO 397-2017

Archivo de A.R.C.A.

MONUMENTO AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS ANTIGUO

MONUMENTO AL SAGRADO CORAZON DE JESÚS ACTUAL

El 25 de Octubre de 1925, sobre un pedestal de piedra de unos seis metros se levanta la Imagen del Sagrado Corazón de Jesús del escultor Francisco Font y Pons (1848-1913). Fundida en bronce por la Casa Codina Hermanos de Madrid. La estatua mide más de 2 metros.

El Castellano da la noticia al día siguiente.

Sobre el mismo pedestal del monumento antiguo se instala y bendice el día 7 de diciembre de 1944 la actual imagen del Corazón de Jesús hecha de piedra blanca de Alicante por D. José Clemente Díaz. Mide dos metros y Medio y costó 12.000 pesetas. Se pagaron con donativos y la rifa de un Mantón de Manila y una Máquina de coser, regalados por Dª Rosario.

(1).

“En Alcaudete de la Jara se inaugura un soberbio monumento, erigido por suscripción popular, y se consagra el pueblo al Corazón de Jesús.

La reja actual es realizada por los alumnos de la Escuela Taller de la Diputación Provincial siendo Alcalde D. José Antonio García Gómez, el año 2002.

Oficia de Pontifica en Eminentísimo Cardenal Primado doctor Reig Casanova (1858-1927) que bendice el monumento.

1.- Archivo parroquial.

Destacamos el excelente conjunto de rejería que circundaba el monumento obra realizada por D. Juan Antonio Martín Fernández (1890-1926). Casado con María Alonso Gómez (1896-1986)” Al fondo la rica portada desaparecida de la vega, donde se aprecian las piedras armeras de Algarra y Bustamante.

10

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

11

D.L. TO 397-2017

Nuestros personajes DON FERNANDO JIMÉNEZ DE GREGORIO

D.L. TO 397-2017

Pasados los años, el Torreón pasó a ser propiedad de la Iglesia de Alcaudete, por eso desde entonces se le llama El Torreón del Cura.

No podía faltar en la nueva revista cultural el Torreón II Época, la pluma de nuestro ilustre y querido paisano, D. Fernando Jiménez de Gregorio (1911- 2012) como no lo hizo en la mayoría de los números de la etapa anterior publicados por A.R.C.A. En sus escritos encontramos la más amplia información histórica, literaria artística y cultural de nuestro pueblo, sus pinturas rupestres, los hallazgos arqueológicos, toponimia, heráldica etc. etc. y siempre destacando la importancia de nuestro pueblo en la comarca Jareña.

Desde el Torreón nuestro respeto y admiración para D. Fernando, que entre su amplia bibliografía, encontramos más de cien publicaciones sobre Alcaudete de la Jara.

El artículo escrito por D. Fernando cuando rondaba los 100 años de edad ha sido facilitado por su ahijado D. Fernando Marín al que agradecemos su colaboración.

MIS RECUERDOS Y MIS VINCULOS ALCAUDETANOS Desde mi primer viaje a Talavera, cuando tenía solo siete años, recuerdo mi paso por Alcaudete, en una diligencia tirada por dos mulas. Entonces el mayoral que la conducía, tío Eustaquio, me dijo: Fernando, mira la torre que en su cumbre tiene una higuera loca y siguió: “si vas a Alcaudete, mira y repara, que en la torre hay una cornicabra”. Desde aquel entonces (1918), a este año de ahora, ha corrido mucho agua del río Jébalo bajo el puente Cacharro.

Iba pasando el tiempo al Coche-Correo le reemplazó la camioneta-automóvil. Este viejo cronista seguía pasando por Alcaudete, ahora veía su cementerio y en él, una construcción de ladrillo, abovedada, en donde se daban sepultura a varias familias importantes, como los Bonilla, Contreras, Mansi y Garnica.

Al borde de la carretera que va de Belvis a Talavera, se había levantado una Fábrica de Harinas: en sus muros de ladrillo, campeaba la imagen de la Purísima, en una bella cerámica talaverana, de cuerpo entero. Años después, pasada la Guerra Civil, la cerámica que aparecía en los muros era también la Purísima pero solo el busto. El Automóvil-Correo paraba entonces frente a una posada, que llevaba, por aquellos días, un Benigno Pérez, “Chaparro”, natural de Belvis y vecino de Alcaudete.

Mis relaciones alcaudetanas aumentaban a medida que pasaba el tiempo y el Ayuntamiento me encargó el escudo-heráldico municipal, que hice sin pérdida de tiempo y que luego fue aprobado en Consejo de Ministros. Después por la Asociación “El Torreón”, me encargaron, la Historia de Alcaudete, que escribí en 1983. Luego hice la Bandera por encargo del Ayuntamiento. Este me nombra “Hijo adoptivo” de Alcaudete y da mi nombre a la Casa de la Cultura.

A lo largo y ancho de mi vida, he escrito artículos y más artículos sobre los más variados aspectos de Alcaudete, pueblo gemelo del mío que han ido y van unidos, tanto en el pasado como en el presente, por su estrecha vecindad Jareña.

Fernando Jiménez de Gregorio, Hijo adoptivo de Alcaudete de La Jara.

Algunos años después, ya en una diligencia que llamábamos Coche-Correo, tirado por dos caballos, volví a pasar por Alcaudete, entonces me fijé en el Torreón del Cura, más bajo que la esbelta torre de campanas, de perfil herreriano. Muchos años después, supe que el Torreón, había sido construido por los bereberes que entonces dominaban toda la Jara y luego restaurado por mandato del califa Ab al-Rahman III (919-01) , de mano de su arquitecto militar y cliente, Durri. Ya siendo cristiano Alcaudete, un feudal talaverano, Calderón, entregó la dehesa de Castellano, con sus torres, entre ellas el Torreón, al arzobispo de Toledo, D. Pedro Tenorio, hijo de una talaverana, apellidada Duque de Estrada.

12

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

13

Alcaudete, puerta de la Jara

D.L. TO 397-2017

D.L. TO 397-2017

El Torreón y el proceso repoblador

Esta torre vigía pudo su origen en época musulmana, aunque hay indicios que confunden esta afirmación apuntando que fue mandada construir por un noble talaverano de la familia Calderón1 (de quien el monasterio de Santa Catalina de Talavera recibirá la dehesa de Castellanos por voluntad de su albacea: el arzobispo Tenorio, en 13722 ). De dicho caballero talaverano pasaría a la familia Duque de Estrada, linaje vinculado al gobierno de Talavera desde la segunda mitad del siglo XV3 , y que también tuvo en posesión otro torreón en la parte cacereña de la Jara, concretamente en el pueblo de Garvín, del que solo se conserva el trazado a nivel del suelo en la fachada norte del templo parroquial4. La heredad en la que se ubicaba El Torreón (la conocida como “Huerta el Cura”) se mantuvo en poder de los Duque de Estrada hasta del XVIII, siglo en que sería donada al párroco de la localidad Ventura Angulo. Desde entonces es propiedad de la parroquia de Alcaudete de la Jara5.

Como mencionaba el profesor Jiménez de Gregorio, esta torre debió estar vinculada a la repoblación de Alcaudete y de la Jara en conjunto6. Para César Pacheco, los diferentes elementos que componían el sistema defensivo de las tierras que controlaba la Medina Talabira musulmana (lo que serán las tierras de Talavera), pasarán a ser focos en torno a los cuales se crearán casas fortificadas o alquerías de señores y pobladores del alfoz de Talavera7.

Este proceso de ocupación del territorio que ya había sido conquistado por las tropas, se centró inicialmente en las zonas cercanas a Talavera o las situadas en la cuenca del Tajo.

En septiembre de 1155, Alfonso VII (desde Talavera) entregaba a Domingo Pérez, a su hijo Domingo Domínguez, a Juan Pérez y a Martín Pérez de Bériz la aldea de Torrebella, situada junto al río Jébalo8. Para César Pacheco la ubicación de esta aldea entregada por el citado monarca a Domingo Pérez y otros mozárabes está aún por determinar9. Por su parte el profesor Jiménez de Gregorio apuntaba la posibilidad de que se tratase de lo que se conoce en esta jareña villa como El Torreón.

PACHECO JIMÉNEZ, César, “La fortificación en el valle del Tajo y el alfoz de Talavera entre los siglos XI y XV, Espacio, Tiempo y Forma, serie III, Historia Medieval, 2004, p. 511; Jiménez de Gregorio, 1957: 182.

2 RODRÍGUEZ-PICAVEA MATILLA, Enrique, La villa de Talavera de la Reina en la plena Edad Media. Orígenes, consolidación, crecimiento de un Concejo de Realengo. Excmo. Ayto. de Talavera de la Reina, Talavera de la Reina, 1996.

3 LOZANO CASTELLANOS Alicia, “Controlando el regimiento. La nobleza de Talavera de la Reina y sus métodos de intervención política en el concejo en la Baja Edad Media”, En la España Medieval, Universidad Complutense de Madrid, 2015, vol. 38, pág.42.

4 JIMÉNEZ DE GREGORIO, Fernando, “Castillos, torres y fortalezas de la Jara”, Boletín de la Asociación Española de Amigos de los Castillos, Madrid, 1957, núm. 16, año IV, pág. 184.

1

14

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

Del mismo modo menciona que el término Alcaudete de la Jara ya se cita entre las posesiones (concretamente una viña) que tenía el alguacil toledano Julián Pérez en 116310.

Una segunda fase repobladora tendrá lugar con Alfonso VIII (1158-1214), y seguirá unas directrices similares, al centrarse en la creación de aldeas en las proximidades del Tajo y sus afluentes. El objetivo era la roturación de nuevas tierras.

Habrá un tercer impulso repoblador hacia el sur por los valles del Jébalo y el Sangrera, tras la batalla de Las Navas de Tolosa (1212), aunque no será hasta la toma de Trujillo en 1232 cuando se consolide el territorio definitivamente. La Jara sería una de las zonas de más tardía repoblación, apareciendo las nuevas aldeas a lo largo del siglo XV11.

En el siglo XIII aparece el nombre de la dehesa Jebalillos que, según Jiménez de Gregorio fue donada por Fernando III (1217-1252) al Concejo de Talavera, mientras que para Rodríguez-Picavea esta cesión sería realizada por su nieto Sancho IV12.

Pacheco Jiménez, César, ob. cit., 2004, pág. 511; Jiménez de Gregorio, ob. cit. 1957, pág. 182.

Jiménez de Gregorio, ob. cit. 1957, pág. 182.

7 Pacheco Jiménez, César, ob. cit., 2004, pág. 485.

8 Rodríguez-Picavea Matilla, ob. cit., pág. 67.

9 Pacheco Jiménez, César, ob. cit., 2004, pág. 506.

10 JIMÉNEZ DE GREGORIO, F. “Anales alcaudetanos” en Anales Toledanos. XLIII, IPIET, Diputación Provincial de Toledo, 2007, págs. 315-316. Título nobiliario para los mozárabes en aquellos tiempos.

11 Rodríguez-Picavea Matilla, ob. cit., pág. 67-69.

12 JIMÉNEZ DE GREGORIO, F. La villa de Alcaudete de la Jara. Notas para su geografía e historia, ARC El Torreón, Toledo, 1981, pág. 58; Rodríguez-Picavea Matilla, E., ob. cit., pág. 30.

5 6

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

15

D.L. TO 397-2017

D.L. TO 397-2017

Es posible que existiera un núcleo musulmán antes de la llegada de los repobladores tras la consolidación de las fronteras en valle del Tajo en el siglo XIII13, lo que podría haber permitido iniciar la repoblación. Leñadores, cazadores, colmeneros y pastores se desplazarían al lugar, para tratar de aprovechar los recursos que las tierras y montes les ofrecían14.

Tras la repoblación, cuando el asentamiento poblacional se consolidaba y aumentaba surgirán las parroquias, última unidad en la jerarquía organizativa eclesiástica. Ejercían sus competencias sobre un territorio que solía coincidir con la jurisdicción civil. Su papel fue de suma importancia: las iglesias eran punto de reunión del Concejo, y en sus pórticos se llevaban a cabo las actividades comerciales. Estos motivos explican que el crecimiento de las parroquias esté muy vinculado al aumento demográfico, económico y administrativo adquirido por una comunidad vecinal. En el caso de Talavera y sus tierras la primera parroquia sería la de Santa María la Mayor (La Colegial), que probablemente se erigiría sobre el solar de la antigua mezquita15.

En el caso de Alcaudete de la Jara, los primeros repobladores eran vecinos de Talavera, lo que suponía que tributasen como feligreses a las parroquias de dicha villa los diezmos y las primicias. El aumento gradual de habitantes requería la necesidad de crear una parroquia nueva que, inicialmente dependería de La Colegial, a la que se tributaría. Esta situación era a todas luces injusta, por lo cual los clérigos de la parroquia alcaudetana y los de las que surgieron en la Jara solicitaron nuevos acuerdos con las autoridades religiosas talabricenses.

Esto dio lugar a dos concordias (acuerdos)16: En 1433 las parroquias jareñas adquirirán su propia jurisdicción, así como unas nuevas condiciones para la distribución de diezmos y primicias. Se decide que los naturales de las poblaciones jareñas paguen el diezmo (sobre el pan, ganado o colmenas) en sus respectivas parroquias.

En 1481 el arzobispo Carrillo firmaba un nuevo convenio donde se señalaba la distribución de los ámbitos territoriales de tributación de las parroquias vinculadas a Alcaudete de la Jara. A dicha parroquia debían de pagar las de Belvís de la Jara, Torrecilla, Espinoso y Navalucillos de Talavera.

Una vez consolidada la organización territorial civil y religiosa cabe preguntarse qué institución era la encargada de mantener el orden, el equivalente a la Guardia Civil que se crearía siglos más tarde (1844) durante el Gobierno liderado por Narváez. Este sería el papel asignado a la Santa Hermandad, cuerpo que se creaba en la Edad Media y que perduraría hasta su disolución en mayo de 183517.

13 IZQUIERDO BENITO, Ricardo, Reconquista y repoblación en la tierra toledana, Temas toledanos, IPIET, Diputación de Toledo, 1983., pág. 31.

14 Jiménez de Gregorio, ob. cit., 1983, pág. 58.

15 Rodríguez-Picavea Matilla, E., ob. cit., pág. 77.

16

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

Barrio de Toledillo - Archivo de A.R.C.A

Hay que tener en cuenta que hacia 1516 la Jara es aún un territorio en proceso de colonización con asentamientos recientes. La población se repartía en caseríos muy pequeños que se agrupaban en torno a una aldea ligeramente más poblada, donde se solía ubicar la sede de la parroquia. En aquel momento Alcaudete de la Jara contaba con 110 vecinos (en este cómputo solo se incluían a los cabezas de familia). Sobre la Jara, la Hermandad ejercía la vigilancia directamente por medio de cuadrilleros y de un alcalde que solía hacer una visita anual al territorio. No obstante, podían sobrepasar los límites de su jurisdicción en el caso de que se persiguiese a algún malhechor (el territorio que vigilaba la Hermandad de Talavera se enmarcaba entre el Tajo y el Guadiana, de norte a sur; y entre los señoríos de Montalbán y Guadalupe de este a oeste)18.

Aunque las ordenanzas preveían un cuadrillero por lugar, la realidad era que una misma persona se solía ocupar de varios lugares (entre 1530-1540 solo había 20 para todo el territorio). Tampoco se solía cumplir las dos visitas que el alcalde debía realizar al año, como se indicaba en las ordenanzas de 152319.

El protocolo que se seguía a la llegada del alcalde es algo que merece la pena explicar brevemente. Cuando el personaje que ostentaba este cargo llegase a Alcaudete de la Jara es muy probable que viniese acompañado de un escribano.

JIMÉNEZ DE GREGORIO, Fernando: “Iglesias y parroquias de la Jara”, Toletum, núm. 2, 1959, págs. 38-40 La villa de Alcaudete de la Jara…, 1983, págs. 66-67.

17 PEREIRA GARCÍA, Jaime, “La Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera de la Reina”, Revista de estudios de administración local y autonómica, 1955, núm. 81, págs. 412-420.

18 GUILLUAME-ALONSO, Araceli, Una institución del Antiguo Régimen: la Santa Hermandad Vieja de Talavera de la Reina, Excmo. Ayto. de Talavera de la Reina, 1995, págs. 174-176.

19 Guillaume-Alonso, ob. cit., 1995, págs. 183-184.

16

• •

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

17

D.L. TO 397-2017

En el momento de su llegada se indicaba su presencia situando el estandarte de la Hermandad en un lugar público y visible (en muchas ocasiones solían ser las ventanas de las ventas). El alcalde mandaba venir al Concejo por medio del tañido de la campana de la iglesia. En la reunión solían participar dos o tres regidores (cargo más o menos equivalente a los concejales actuales), el citado notario, y un conjunto de vecinos. El alcalde explicaba el motivo de su presencia y de forma básica, la finalidad de la Hermandad, de la tradición de la visita y del carácter regio de la justicia que impartía. Del mismo modo aludía a la obligación de colaborar de todos los vecinos, tanto con su predisposición, como con su aporte económico (en especie o en metálico). El siguiente paso era seleccionar a unos testigos (normalmente los regidores) y tenía lugar un cuestionario de entre 5 y 7 preguntas que solían hacer referencia a los intereses económicos de la Hermandad (si se había prendido fuego en sus tierras, si les habían quitado corteza de los árboles o pastado en los terrenos de esta institución, etc.). También se interrogaba acerca de delitos pendientes y sus posibles autores, así como sobre el comportamiento de los cuadrilleros. Desde el siglo XVI también se incluían preguntas acerca de la forma de actuar del último alcalde que visitó la localidad20.

D.L. TO 397-2017

Nuestra gente

Dimas Torrejón. Semblanza de un pionero del transporte a motor en Alcaudete de la Jara Por su predisposición a una conversación en la que se muestra inagotable, el humor con el que la adereza, y la memoria tan detallada que posee sobre sus dilatadas vivencias, este veterano del volante es un auténtico archivo vivo de la historia más reciente de nuestra villa.

Nacido en 1931, tiene el honor de haber sido bautizado por un personaje clave en la historia de esta villa jareña, don Clemente Villasante.

Su aprendizaje en la enseñanza primaria se restringe básicamente a la instrucción recibida de don Antonio Berenguer, y un corto espacio de tiempo con don Honorio, interrumpida esta segunda etapa por el estallido de la guerra Civil. Las clases las recibió en lo que actualmente es el CP Rufino Mansi, cuyas estructuras originarias datan de 1927.

En 1941 Dimas tuvo que dejar los estudios para trabajar, abandonando el casco urbano de la Villa para marchar a la labranza llamada Las Cumbres, donde permaneció catorce años.

Allí dormía la mayoría de las noches en un chozo en el que se colocaban dos esteras y una hoguera entre las mismas.

Barrio de Toledillo - Archivo de A.R.C.A

De forma muy sucinta este sería el proceso de creación de lo que fue Alcaudete de la Jara en sus inicios hasta su consolidación administrativa y económica como lugar de las tierras de Talavera.

“…con mi primo Félix…hacíamos prácticas desde el tractor. Él hacía de suegro y yo de novio…El día que te tallaban en el Ayuntamiento, ya venías a pedir la entrada al suegro…”

Guillaume-Alonso, ob. cit., 1996, pág. 187.

20

18

El Torreón II época –Nº 0

Después de un tiempo sumido en el medio agreste, el año que se talló para su posterior reclutamiento militar daba un paso importante para los jóvenes alcaudetanos del momento: “pedir la entrada al padre de su novia”. Este trance no resultaba muy agradable debido al embarazoso momento que había que pasar al realizar la solicitud ante el futuro suegro.

Para esta labor Dimas estuvo ensayando con un compañero de trabajo la forma en que afrontaría esta petición, para lo cual, Dimas dice estuvo ensayando previamente

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

19

D.L. TO 397-2017

D.L. TO 397-2017

Pasado este mal trago, ya estaba formalizada la relación en familia hasta el casamiento celebrado en el salón de Mario.

A la carretera con la “forita”

“A Maxi “El Rey” ya yo le llevaba tomates a Valladolid… con mi Ebro…y los llevábamos luego, si no se vendían…a León…Una cosa era realizarlo a porte y otra realizarlo para ti…”

Sus inicios al volante no fueron con un camión, tipo de vehículo indisoluble de la imagen que de Dimas se tiene en la localidad. Su aprendizaje al volante lo haría a lomos de un tractor cuando rondaba los 16 años. “…Yo empecé como tractorista…entonces no había tractoristas jóvenes. Yo porque mi padre estaba de encargado en casa de los Gómez, y me enseñaban a mí … y a mi primo Félix (el de mi tío Fermín). Entonces los tractores venían y se los destinaban a que los llevara el mayoral de las mulas, el hombre de experiencia del campo…Entonces que pasaba, que la gente no entendía nada de mecánica” Dimas había trabajado como tractorista con Carmen Sánchez, además de hacer las veces de taxista con un turismo marca Volvo. Esta rica dama ofreció a Dimas y a su esposa Ana trabajar para ella en exclusiva. Pero la ilusión de nuestro entrevistado era dar el salto al vehículo comercial, para lo cual había obtenido el carnet de primera, y solicitado un préstamo con el que adquiriría una camioneta marca Ford, dotada de un motor de gasolina que se arrancaba por medio de una manivela, que Dimas aún guarda entre los diversos objetos que ornamentan la nave que posee en el huerto de los Calera. La puesta en marcha requería una considerable fuerza humana, como señala nuestro protagonista. “…Había un perrero que llamaban Tacón, que se había criado en casa de don Anselmo, … ¡qué no arrancaba la camioneta! ... se le volvía [la manivela] y, como tenía tanta fuerza, …sujetaba y arrancaba…”

También menciona los dolores de cabeza que le provocó el posterior cambio del motor que tenía inicialmente por otro (marca Barreiros) de mayor potencia, lo que ocasionaba averías en los elementos de transmisión del movimiento del motor a las ruedas (tales como caja de cambios o grupo diferencial). “…rompía el [motor] Barreiros todo lo que pillaba: el grupo, el cambio…”

La amena charla con Dimas aporta datos sobre los vehículos comerciales que había en la localidad, concretamente menciona uno marca Leyland, y otro GMC. Mas no eran solo las averías mecánicas las que padecía en aquellos años. El emprendimiento de empresas efímeras, como eran viajes con productos de la tierra hacia lugares tan lejanos como León o Zamora, teniendo en cuenta el estado de las carreteras en aquel momento, y lo aventurero que resultaba cargarse con un producto que no tenía venta segura, le ocasionó situaciones complicadas, como él mismo relata.

20

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

En este punto se podría enlazar con uno de los elementos más característicos de Alcaudete de la Jara, sus huertas. Sobre este aspecto aporta importante información este octogenario alcaudetano. Hace referencia a como se arrancaban de raíz en un principio para posteriormente envasarlas en serones (años antes de que se emplearan las cajas).

Un dato curioso en este punto de la tertulia es la preferencia que tenían los asentadores respecto a las lechugas de la localidad. Al parecer eran partidarios de que se compraran en función de quien las sembraba, y no de la huerta en la que se cultivara esta planta herbácea. “…Recuerdo un asentador que había en Madrid…aquel hombre decía [a los corredores]: - ¡Qué no me compréis las huertas, comprarme al hortelano! -, y les daba una lista (el de Madrid) para las huertas que tenían que comprar…”

No deja en el tintero el intenso trabajo realizado por los cargadores de lechugas, quienes quedaban exhaustos tras la jornada de trabajo.

Otro elemento muy unido a la huerta de Alcaudete de la Jara es el cultivo del tomate. Dimas relata hechos que permiten hacerse una idea de la situación de los hortelanos que habían empleado su esfuerzo durante varios meses, y que en ocasiones veían como su producto se quedada en el montón cuando en el mercado madrileño la venta era dificultosa, lo que hacía que los corredores no quisieran cargar. Entonces los agricultores le ofrecían nuestro protagonista venderlos a comisión.

En el transcurso de la conversación sale a colación una herramienta muy característica de Alcaudete de la Jara: el almocafre21 , que en nuestra localidad es denominado amocafre.

Esta prolongación de la mano del hortelano era realizado magistralmente por un herrero de la Villa, que a su vez sería padre de herrero, se trataba de Sabas, un herrero de cuna.

Según la RAE almocafre, palabra posiblemente de origen árabe, es un útil empleado para escardar y limpiar las malas hierbas de la tierra, así como para trasplantar plantas pequeñas: http://dle.rae.es/srv/fetch?id=1zLaWEg

21

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

21

D.L. TO 397-2017

“…aquella gente aprendía a dar el temple con los medios que había entonces, en el carbón de la fragua…Además eran herreros de labranza que, si había que tardar tres días en hacer un amocafre, pues tres días tardaban…”

Mas no se restringía el uso de los vehículos de Dimas a la carga de la hortaliza alcaudetana, también empleó sus vehículos para la actividad cinegética. En este punto, además de las frecuentes cacerías organizadas por la familia Garnica (en aquellos momentos dotada de una influencia de ámbito nacional considerable), Dimas menciona su presencia en las cacerías organizadas en fincas estatales como Quintos o Lugar Nuevo donde las medidas de seguridad eran considerables, al reunir a los más importantes mandatarios españoles de la época.

“Me acuerdo que una vez Pepe Dapica vino conmigo a una montería…llegábamos al último pueblo donde se concentraba toda la gente…a las ocho de la mañana se salía de ese pueblo, a la finca…De allí no pasaba nadie que no pudiera ir a la montería. Me acuerdo que Pepe, que montó conmigo y con el perrero, estuvo toda la noche por allí, de viaje y en el último pueblo aquel. Nadie se metía con él. Pero a la hora de salir para la finca ya va un señor y dice: -Usted no es de la montería, ¿verdad? - y dije yo -No, no, y dice -Entonces este viene con usted…traiga usted su carnet de identidadLe di mi carnet de identidad, tomó nota exacta de quien era el responsable…”

Nos habla Dimas de su relación con el deporte en Alcaudete de la Jara, concretamente con el fútbol y nos cuenta como tuvo que acondicionar su “Forita” para el transporte de los jugadores del Real Tabique, y de cómo esta pequeña reforma le sirvió posteriormente para otros usos, al cumplir con la normativa sobre transporte de personas. “…Sabes lo que nos exigían … para llevar a los futbolistas tenía que traer la camioneta unos laterales de 60 centímetros y un banco… y sabes para lo que lo usaba yo luego, para llevar segadores a Cáceres…”

Más datos sobre la historia de nuestra villa. Entre la información que Dimas aporta se podría señalar la vivencia en primera persona del cambio que el casco urbano de Alcaudete de la Jara ha experimentado. Preguntado por elementos que aparecen en fotografías anteriores a la intervención del organismo de Regiones Devastadas (tales como las Puertas de la Vega) hace referencia al “Tío Malaño” con cuyo carro se transportó buena parte de los áridos y las piedras que se emplearon en estas obras realizadas en los años 40 del pasado siglo.

D.L. TO 397-2017

Luego ya vino el camión de Regiones…”

A preguntas sobre ciertos personajes relacionados con las actividades cotidianas del Alcaudete de la Jara de antaño también responde Dimas, desde su posición de coetáneo de los mismos. Es el caso de Daniel “el Hojalatero”, de quien afirma tener embudos y cuyo taller: “…que yo me acuerde, tenía uno ahí por donde tenían los churros luego Fuse y Pepa.

O se ponía en la calle, o por ahí estaba…”

Hace alusiones Dimas a las formas de diversión que antaño eran comunes en la Villa: “…Por donde está la casa de “Joto” ahora, por ahí hacían un cine…”

Como se puede apreciar la historia personal de Dimas Torrejón nos desvela mucho sobre la vida en la segunda mitad del siglo XX en nuestra villa, lo que convierte el testimonio de este paisano en un documento del mismo valor que los que custodian los archivos y bibliotecas. Sin las vivencias de las gentes que habitan una localidad, no se puede escribir una historia completa. En este sentido es obligado defender la necesidad de las fuentes orales, en la búsqueda de una historia lo más amplia posible sobre nuestros antepasados, para entender mejor lo que somos en la actualidad.

De todo corazón, ¡Muchas gracias Dimas!

“…debían de traer los áridos del río, porque siempre el “Tío Malaño” no hacía otra cosa que el volquete [mientras con las manos indica el movimiento de ida y vuelta].

22

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

23

Gastronomía jareña. JARALCA

D.L. TO 397-2017

Las poesías de Félix

INGREDIENTES: 1 Kg. de magro de cerdo partido en trocitos pequeños. 1/2 Kg. de trozos tiernos de espárragos trigueros Tárenos. 1/2 Kg. de cardillos jareños “opcional según temporada” 1 Kg. de patatas. 4 Huevos cocidos. 1/2 Litro de esencia de flor de la Jara. 1 copa de vino blanco y 1 copa de brandy 1/2 vaso de aceite de oliva de la Jara. 3 cucharadas de tomate frito. 3 dientes de ajo picados. 2 cebollas grandes 2 pimientos rojos. 3 pimientos verdes. 2 puerros. 1/2 cucharada de pimentón al gusto “picante o dulce”. 2 cucharadas de harina tostada. 1 cucharada entre pimienta negra, cominos, clavo y cilandro, todo tostado y molido. Perejil picado y sal.

ELABORACIÓN: Para elaborar la esencia de la flor de la jara, basta con cocer 3/4 de litro de agua con quince o veinte pétalos de la flor de la jara durante unos ocho minutos, pasarlo bien con la batidora y el chino o colador muy fino. Partimos los cardillos y los espárragos en trozos de 3 cm. los lavamos, escurrimos y reservamos. Pelamos las patatas, las lavamos bien y las partimos en trocitos de 2x2 cm. las reservamos en agua. Lavamos y limpiamos bien todas las verduras, las picamos en trocitos de 1 cm. aproximadamente.

Ponemos una cazuela de barro grande, al fuego medio-alto con el aceite, añadimos los ajos picaditos y cuando empiecen a dorarse añadimos las verduras picadas, lo dejamos que se pechen durante unos ocho minutos removiéndolas varias veces. Incorporamos la carne picada previamente salamos al gusto, subimos el fuego al máximo y lo salteamos durante unos diez minutos más. Añadimos el brandy y el pimentón y lo removemos, rápidamente incorporamos el tomate frito y lo removemos todo ello, los cardillos y los espárragos, lo salteamos todo ello removiéndolo durante unos cinco minutos y lo rociamos con el vino, dejamos cocer durante unos tres minutos más, y añadimos la esencia de la flor de la jara, lo salpimentamos al gusto, añadimos el resto de las especies y agua templada hasta cubrirlo todo ello generosamente, lo dejamos a fuego alto hasta que rompa a hervir.

Una vez que este cociendo, lo bajamos a fuego medio, añadimos la patatas y dejamos cocer durante unos quince minutos, rectificamos el punto de sal y añadimos el perejil picado y, lo removemos todo ello y lo dejamos cocer otros tres minutos, lo ligamos con la harina tostada diluida en poco de agua fría, y a los dos minutos lo retiramos del fuego y añadimos por encima los huevos troceados en 1/8 partes aproximadamente. Lo dejamos reposar durante unos tres minutos y servimos.

(Creado en 2007, presentado y elaborado por: Pablo Fernández Montes autor del libro: “La Gastronomía de La Jara” plato elaborado con productos autóctonos para la promoción turística de Alcaudete de la Jara y toda la Jara Toledana).

24

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

El rincón literario

D.L. TO 397-2017

Verano 2017

El Colectivo Cultural El Torreón me ha pedido uno de los poemas que allá por los años 70 escribió mi padre. Mi respuesta fue inmediata y plena de gratitud ¿Qué otro sentimiento puede brotar en una hija cuando lo que le proponen es mantener viva la memoria de su padre? Ojalá esta sencilla aportación contribuya al feliz lanzamiento de una publicación que con verdadera ansia estábamos esperando todos los que amamos Alcaudete de la Jara y a la que deseo una larga y próspera vida. Mucha suerte, amigos.

Uno de los sentimientos más profundos de mi padre, Félix Alfonso (1922-1981) era su pasión por el pueblo. Nunca dejó de sorprenderme su transformación cuando, a comienzos del verano, metidos en aquel “cuatrocuatro” verde y tras un viaje que nos había sacado hacía horas de Madrid, enfilábamos la recta de la Solana. En ese momento, cuando en el horizonte se empieza a recortar de forma cada vez más nítida la bella imagen del pueblo, la cara de mi padre se inundaba de luz, los ojos le brillaban y en sus labios aparecía una amplia sonrisa.

Palpaba ya el reencuentro con los amigos, los paseos por el campo, las conversaciones pausadas a la orilla del pantano,…. Sin duda, para él, estar en el pueblo era VIVIR, vivir en lo suyo, en lo querido, en el lugar que amaba.

El destino quiso llevárselo cuando aún era demasiado pronto y, tal vez para hacerse perdonar tanta premura, le concedió lo que para él fue un auténtico regalo. Coincidiendo con lo que serían sus últimos años de vida, tuvo a su disposición un medio, una plataforma donde volcar su sentir alcaudetano. Esa plataforma fue la revista El Torreón, que editaba la Asociación Recreativa A.R.C.A. Allí, en su última página, número tras número fueron apareciendo sus poesías, trovas, como él las llamaba, en las que, con un lenguaje sencillo, entrañable y divertido, lanzaba a los cuatro vientos su orgullo de haber nacido en Alcaudete de la Jara.

Esta mañana he vuelto a abrir el ejemplar donde guardo todos sus escritos. Pero, en vez de dejar que su lectura me evocase el padre que ya no está, el que se marchó una fría madrugada de febrero, me hice el firme propósito de recuperar al que vivió, al que me llevaba de la mano, el que me enseñó a pescar, el que me hacía reír; tenía que conseguir que su palabra me condujese de nuevo hasta él. Suena a fantasía, lo sé, pero si lo lograba, aunque solo fuera por unos segundos, habría merecido la pena. Comencé a leer sus versos de forma serena, pausada y lo imaginé escribiendo en la mesa del salón con su preciosa y cuidada letra. De pronto, para mi sorpresa, estaba allí, a su lado, junto a ese hombre de cuerpo menudo, ojos claros y corazón grande que era mi padre. Y nos fuimos a caminar sin prisa, con pasos cortos, como a él le gustaba, y volví a escuchar su voz ensalzando a “La Patrona”, y me habló de la gratitud que siempre merecen “Los Padres”, y cantó a ese “Gévalo”, Gevalillo, novio El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

25

D.L. TO 397-2017

de la Jara, que parece un pastorcillo corriendo tras la zagala. Su mirada se ensombreció cuando evocó al “Amigo” que se fue o al “Maestro” injustamente olvidado…. Pero también hemos reído, y mucho, con los motes (Magillo, Paleto, Chupín, Charretes…) y con las “Cosas del pueblo”, un repertorio de anécdotas de las que tampoco en esta ocasión he conseguido que me revelara cuáles eran ciertas y cuáles no. Después vinieron “Los toros en Alcaudete”, la crónica de una aclamada tarde de lidia con dos alternativas. ¿Solo dos?

Le pregunté ¡y para qué más si eran los mejores! El Maratón, la Soldadesca, ese Alcaudete de la Jara castizo cantado A ritmo de chotis…. Y así, casi sin darnos cuenta, entre chato y chato, interrumpidos de vez en cuando por un - - -

Hombre Félix ya estás por aquí.

Lorenzo, pon de beber a mi amigo.

No, deja, que esta ronda es mía.

hemos recorrido la senda que tú dejaste tan perfectamente definida y que hoy es ya todo un legado histórico, la de los bares del pueblo. Comenzamos en La Ponderosa, seguimos por La Cabaña, entramos después en El Cano, Mari Pili, Feliciano, Triguito, Angelillo, el Vivo, la Carbonilla, Marceliano, Clavel, y dejamos para el final la bodega del Seco La de más antigüedad Pasa y bebe vino tinto Que esa es su especialidad Cuando he cerrado el libro han venido a mi mente aquellos sentidos versos nacidos de un corazón cuando aún estaba reciente su pérdida Ya no andaremos juntos por el pueblo esas sendas de amor a trago limpio, pero sabrán los vientos de tu nombre porque hablaremos siempre de EL BONITO

D.L. TO 397-2017

Una Deuda que tiene Alcaudete Si los hijos de Alcaudete no han perdido lucidez, deben recordar su nombre, Don Antonio Berenguer.

Porque todos sus alumnos cuando su nombre mencionan, aunque todos son mayores a Don Antonio le lloran

Como maestro “especial” como hombre un caballero, nunca podremos pagarle lo que hizo por el pueblo

Por eso y porque Alcaudete tan bueno es de agradecer pido una calle que diga Don Antonio Berenguer

Porque de aquellos que en el saber despuntaron, se lo deben todo a él y nunca se lo pagaron.

Debiera tenerla ya, y esto es lo que me irrita, pues la mancha de mora con otra mora se quita

Hoy quiero en nombre de todos reparar este desmadre pidiendo para este hombre por lo menos una calle

Calle o plaza da lo mismo para pagar a aquel hombre.

Alumnos de Don Antonio Calle o plaza y ahí su nombre.

Mi padre y yo juntos levantamos nuestra copa agradecidos y de corazón os decimos Que siga la animación Y entre todos apoyemos Al grupo del Torreón

De las poesías que compuso mi padre me ha parecido que esta era la más acertada para la ocasión. Hay en ella una reivindicación que por diferentes motivos no llegó a cumplirse, pero puede que aún estemos a tiempo. Hagamos de este rincón, en el primer número de la que ya es nuestra revista, el lugar de encuentro, el escenario donde homenajear no solo a aquel excelente maestro, como pedía Félix, sino que incluyamos también a los que fueron sus alumnos, sus pupilos, NUESTROS PADRES.

26

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

Paula Alfonso

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

27

D.L. TO 397-2017

In memoriam

El pasado 24 de marzo de 2.017 fallece en Madrid Paloma Gómez Borrero a las 8 de la Tarde.

Nos deja una importante periodista y persona, cuyas raíces con Alcaudete de la Jara son importantes en su vida.

Es hija de José Gómez Gómez y de Paloma Borrero Roldán. Sus abuelos paternos son José Gómez Granda y Tomasa Gómez, fundadores de la fábrica de harinas “La Inmaculada” cuyo edificio todavía podemos contemplar.

D.L. TO 397-2017

Cuando murió el abuelo, mi padre se ocupó de la fábrica de harinas y junto a ella construyó otra casa, de tipo más urbano, con piscina en el patio, que estaba un poco aislada del casco urbano, en la salida de la carretera hacia Talavera. Como es lógico, el tráfico era mínimo, por lo que no teníamos el menor temor de que nos atropellara un vehículo, que se debían de contar con los dedos de la mano.

Casi sin salir de Alcaudete. Y digo «casi sin salir», porque no creo que llegara a alejarse mucho de la villa aquel otro ciudadano que se decidió a subir un peldaño en la escala del transporte y se compró una moto. Sin embargo, no debió de leerse las instrucciones con la debida atención. Sabía arrancarla, eso sí; y maniobrar con cierta soltura, pero al parecer nadie le había explicado la teoría del cambio de marchas en los vehículos a motor.

Por lo que creo que nunca llegó a alcanzar la vecina Talavera porque yendo en primera todo el tiempo, la avería llegaba inevitablemente antes de la meta del viaje.

La gracia le debió de costar un buen pico en reparaciones, porque la experiencia se repitió unas cuantas ocasiones. Al final, todo Alcaudete estaba al cabo de la calle, y cuando el intrépido piloto se aventuraba una vez más a lomos de su sufrida motocicleta, el rumor que presagiaba el enésimo estropicio hacía que de las casas saliera un clamor unánime:

Su niñez en Alcaudete de la Jara todavía es recordada por algunos primos cuando jugaban juntos en la Plaza de los Toros.

Su boda en 1.959 fue un acontecimiento social importante en la localidad, las Hermanas de la Caridad bordaron su ajuar y nume-

rosos alcaudetanos asistieron a la boda en Madrid, en lo que para ellos sería la primera vez que pisaban el Paseo de la Castellana y veían un hotel de lujo como el Castellana Hilton.

Sin duda han sido testigos importantes de su vida

Moreno y Alejandra, que conservan recuerdos importantes como la medalla al trabajo que concedió el mismo ministro de la época, a través de Paloma, para Alejandra por toda una vida dedicada al trabajo con su familia.

Extracto de entrevista que concede con motivo de la publicación de uno de sus libros: “A Alcaudete no se iba en verano porque hacía mucho calor, pero allí pasábamos las vacaciones de Semana Santa, las fiestas de la Inmaculada y algunos días con ocasión de la matanza.

La casa de mis abuelos en Alcaudete era una casona inmensa de dos pisos, que a mí ahora me recordaría La casa de los espíritus, con un patio central acristalado donde hacían su nido las cigüeñas. La abuela tenía un ala para ella sola, donde comía y daba órdenes a los criados a los que llamaba a toque de timbre. Íbamos todos los días a visitarla, casi como una expedición a provincias.

28

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

—¡Que cambieeee!

Las distancias, ya no son lo que eran. Tampoco las comunicaciones, y merece la pena recordarlo en estos tiempos de internet y teléfonos móviles. No hace tanto tiempo que un simple teléfono fijo era un lujo, o por lo menos algo que no se encontraba en todas las casas. Y por lo que respecta a las comunicaciones a través de operadora, en el medio rural han existido hasta hace bien poco (creo recordar que la última centralita se cerró siendo ministro del ramo el socialista José Barrionuevo).

Alcaudete tenía su centralita y su operadora, pero dependía logísticamente de Talavera, a través de cuya central pasaban las comunicaciones con Madrid. Pero durante un cierto tiempo, la localidad sufrió constantes interferencias e interrupciones del servicio.

Y la culpa no era de las inclemencias del tiempo, ni de accidentes geográficos. Ni mucho menos de sabotajes o defectos en el mantenimiento de la línea. No, señor. La culpa era de una vaca.

Este pacífico rumiante pastaba en una finca de Alcaudete por la que pasaban los cables del teléfono, bien sujetos a sus correspondientes postes. Parece ser que la vaca en cuestión era de un carácter totalmente opuesto a la Cordera que inmortalizara Leopoldo Alas «Clarín», y en vez de sentir repulsión por los avances de la tecnología sentía por ellos una pasión desgarradora. En este caso concreto, por el poste del teléfono, en el que se rascaba con fruición día sí y día también, sometiéndolo a un constante acoso. Y derribo, El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

29

D.L. TO 397-2017

que es lo peor, ya que el citado poste, por muy firme que estuviera enclavado, no podía soportar en pie tantas y tan repetidas acometidas. Por lo que, cada cierto tiempo, se venía abajo, rompiendo los cables y dejando a la villa sin conexión con el resto del mundo. Así que uno llamaba desde Madrid pidiendo conferencia con Alcaudete de la Jara, a apenas ciento veinte kilómetros, y se oía responder amablemente por las telefonistas de la centralita de Talavera de la Reina que la localidad estaba incomunicada por motivos técnicos.

Claro está que, con el tiempo, la razón de las repetidas averías dejó de ser un secreto para nadie, y desde Talavera se ofrecían explicaciones más detalladas, del tipo «Lo siento, Alcaudete está incomunicada… sí, sabe usted, ha sido la vaca otra vez». Por lo que ya se sabía que, hasta que no volvieran a poner el poste en su sitio, no había nada que hacer por teléfono.

No se podía ni pensar en matar la vaca, porque el animal era muy bueno y daba mucha leche, según declaraciones de su propietario, que se negaba a tomar decisiones drásticas, a pesar del clamor popular. Se pensó en aplicar la técnica del señuelo, erigiendo junto al poste titular uno idéntico, pero sin cables, en el que la vaca pudiera desahogarse sin que se enteraran (a la fuerza) en varios kilómetros a la redonda. Pero fue inútil. Sería por las emanaciones electromagnéticas del cable telefónico, porque la vaca era muy fiel o porque no aceptaba imitaciones, lo cierto es que siguió rascándose donde no debía. Y consiguientemente, saboteando la línea telefónica.

Finalmente, se optó por comprar la vaca a su legítimo propietario, al precio de un rebaño entero, y enviarla a donde no pudiera seguir haciendo daño. O sea, al matadero.

De esta manera, quedaron restablecidas las comunicaciones telefónicas de Alcaudete, con gran contento de la población. Y de nuestra propia telefonista local, Angelita, un personaje muy querido en el municipio. Cierto que la mujer no perdía sílaba de las conversaciones para las que servía de intermediario técnico, pero nadie podría acusarla de cotilla.

Era muy eficiente y sobre todo, discreta. Sólo a petición de los interesados podía referir detalles que hubiera escuchado durante su trabajo. Mi madre se servía mucho de ella para asegurarse de cosas puntuales que hubieran salido a colación en una precedente llamada de Madrid a Alcaudete, y sobre los que albergara alguna duda.

Si había quedado con mi padre, a qué hora era la cita, si iban a ir al cine, qué película iban a ver, etcétera… Y la telefonista, sin vacilar un instante, aclaraba los datos requeridos: «Sí, ¿no se acuerda usted, doña Paloma, que usted le preguntó esto, y su marido le respondió esto otro, y luego le dijo que habían quedado a tal hora, en tal sitio, que iban a ir a tal otro…?». Un servicio no regular, pero que daba a la centralita de Alcaudete un valor añadido que no se facturaba en el recibo de la Telefónica.

30

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

D.L. TO 397-2017

Por entonces y en materia de diversión y espectáculo, las cosas no iban mucho más allá de la pianola que había en casa de mis abuelos, gracias a la cual presumíamos ante los chicos del pueblo de saber tocar mejor que Chopin. Mi abuela Tomasa sabía de mi querencia hacia el instrumento y me la dejó en su testamento. Aún la conservo, aunque ya no me dedique a dar «recitales».

En lo que respecta al séptimo arte, su presencia en la villa no carecía de altibajos. Igual que sucediera en el pueblo de Cinema Paradiso (e igual que aún hoy pasa en televisión alguna vez) podía suceder que en la cabina de montaje hubiera errores a la hora de colocar los rollos, por lo que en una película del oeste podía asistirse a la muerte violenta de Gary Cooper, para verlo vivo y resucitado en la (presunta) segunda parte de la historia.

Lo que no redundaba precisamente en beneficio de la credibilidad de la trama, ya que los espectadores salían convencidos de que aquello era una trola de las buenas.

Hoy en día Alcaudete de la Jara, aparte de su riqueza olivarera, tiene sus discotecas como Dios manda y una presencia notable de VIPS. Con eso se enlaza con una tradición arraigada en la villa, la afluencia de grandes personalidades, que no faltaban en los años de mi infancia. Gente que salía en las revistas, como Hogar y Moda o Luna y Sol, que eran el equivalente al ¡Hola! de la época. Todo ello, merced a una de las actividades más características del lugar: la caza.

Alcaudete cuenta con fincas de caza muy estimables, como la de la familia Garnica, tan relacionada con el Banco Español de Crédito, y gracias a ello ha disfrutado en el pasado de la presencia de personalidades de primer orden, de alteza real para arriba. No exagero; allí acudieron a cazar cabezas coronadas como la del príncipe Bernardo de Holanda o el mismísimo sha de Persia, acompañado de la emperatriz Farah Diba. Y con ellos, otros muchos, como la familia torera de los Dominguín y Marcial Lalanda, quienes tenían gran amistad con la familia de mi padre. Lo que estuvo a punto de crear un conflicto familiar cercano a la separación conyugal, porque mi madre era ferviente partidaria del arte torero de Manolete.

Sucedió durante las fiestas del pueblo. El cartel era de los de antología, porque se anunciaban Luis Miguel y Pepe Dominguín junto a Manolete. Venían evidentemente por amistad, porque no había dinero en la comarca para pagar semejante plantel. Los Dominguín se quedaron en casa de mis abuelos, mientras que Manolete se hospedó en casa del alcalde, don Cesáreo, que era primo hermano de mi padre. Mi madre, ante la noticia de que su ídolo taurino iba a recalar en la localidad, comunicó que ella se iba a almorzar a casa de los primos.

Mi padre se opuso, porque también en su casa había huéspedes de renombre y no le parecía correcto que ella no estuviera presente. Ante lo que mi madre argumentó que la El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

31

D.L. TO 397-2017

señora de la casa era su suegra, a quien correspondía por derecho la responsabilidad de hacer los honores a los invitados. Y que aun respetando y estimando el arte de los Dominguín, ella era manoletista y se iba a casa de los primos a comer con Manolete. Y así fue.

Tuvo mi madre la gran fortuna de que tío Cesáreo estuviera soltero, y así la sentaron a la derecha del torero cordobés. Y cuando regresó a casa del exilio voluntario, volvió encantada porque había podido hablar con su mito. Aunque, habida cuenta del carácter lacónico de Manolete, el diálogo nos supo a todos a poco. Mi madre le dijo algo así como:

— No sabe, maestro, lo mucho que le admiro.

Quería decírselo. Y Manolete le respondió, con su acento profundo de Córdoba:

—Muchas gracias, señora.

D.L. TO 397-2017

RELACIÓN MÁS RECIENTE CON ALCAUDETE DE LA JARA En este caso nos referiremos a contactos institucionales mantenidos con Paloma Gómez Borrero. El primero tuvo lugar en 1979 cuando se le entrega en su domicilio de Roma una carta que dirige ARCA (Asociación Recreativa Cultural de Alcaudete), conservándose todavía dicha carta, así como su respuesta.

Con motivo de la inauguración de la Placa conmemorativa dedicada a Su Santidad Juan Pablo II el 3 de diciembre de 2005, asiste al homenaje público en el que se dedica la Plaza del Sagrado Corazón de Jesús al Papa.

Este mismo día y tras descubrir la placa imparte una conferencia junto con el Obispo de Toledo del momento D. Antonio Cañizares en la Iglesia Parroquial.

Finalmente realiza el pregón de las Fiestas Patronales 2005.

Y allí acabó todo. Pero mi madre se quedó tan contenta. Había arriesgado el matrimonio, pero pienso que siempre creyó que en el fondo mi padre, tan manoletista como ella, la había comprendido. Manolete era mucho Manolete. Cuando años después, el diestro cayó en la plaza de Linares, mi madre lloró por él. Dijo: «Se ha muerto el maestro. Ya no hay corridas». Y nunca más volvió a una plaza de toros.

El caso era que en Alcaudete de la Jara no se paraban en barras para dar solemnidad a las festividades, ni para las fiestas de la Inmaculada ni menos aún para las de Semana Santa. La procesión del Viernes Santo era especialmente solemne. Un año, sin embargo, el cura párroco pensó en darle un santo toque andaluz y preguntó a los parroquianos si alguno sabía (y si se atrevía) cantar una saeta. Al voluntario se le instaló en el balcón principal de casa de mi tío Ángel, que se abre sobre una explanada. Todos aguardábamos con emoción el momento de la llegada del Cristo. Y al aparecer el Crucificado, el lamento de la saeta rompió la noche y el silencio. ¡Ay, ay, ay… ciento cincuenta farolas…! ¡Ay, ay, ay… ciento cincuenta farolas…!

El párroco don Andrés mandó parar la procesión y a todos nos recorrió un escalofrío de orgullo y conmoción. Sentimos que nos encontrábamos en la calle Sierpes de Sevilla, por lo menos. El saetero repitió por lo menos diez veces el mismo grito de dolor. Pero de ahí no pasaba: se había atascado en las ciento cincuenta farolas. Y cuando ya debía de andar por las mil quinientas, don Andrés, visiblemente consternado, dio orden de que prosiguiera la procesión como siempre antes de que, al menos virtualmente, Alcaudete de la Jara superara en iluminación a Nueva York. Ni que decir tiene que a partir de esa Semana Santa el frustrado saetero alcaudetano fue llamado por todos con el (merecido) apodo de «Farolero».”

32

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

Dejando estos últimos acontecimientos su memoria imborrable en Alcaudete de la Jara para sus familiares y para muchos de nosotros.

Vicente Torrejón Alonso

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017

33

D.L. TO 397-2017

Notas de la redacción

Es justo reconocer a quienes con su desinteresada contribución han hecho posible que este primer número vea la luz y por ello queremos mencionar a Jesús de Paz Calderón quien nos ha aportado una valiosa documentación gráfica. La portada es una fotografía suya, así como algunas de las imágenes que ilustran la presente publicación. Es justo reconocerlo y conocerlo y por eso dejamos unos pequeños apuntes de su biografía: Jesús de Paz Calderón y Juárez Centellas vino al mundo en tiempos difíciles, pues hacía solo nueve años que había finalizado la contienda civil; sería el día 19 de junio de 1950, en Alcaudete de la Jara, lugar por el que ha sentido siempre especial respeto y veneración, donde descansan el sueño eterno todos sus ancestros y donde tiene su sitio reservado.

Nació en una familia de enorme raigambre alcaudetana, por un lado, los de Paz ‘Los chirres’ oriundos de Los Navalucillos y por otro lado los Calderón, los Juárez y los Centellas, sin contar otros más apellidos que en él convergen.

Su llegada al mundo tuvo lugar en la calle del Cordel donde pasó sus primeros tres meses de vida y atendido por la señora Marina, la comadrona.

Asistió al colegio de las monjas, donde la señorita Dolores ejercía de maestra para pasar luego al colegio público (las escuelas). Marchó con 19 años a trabajar a Alemania y en contra de la opinión paterna convirtiéndose en eso que llamaban emigrantes, experiencia que duró hasta su entrada en el ejército para cumplir con el Servicio Militar donde sirvió durante catorce meses en la bella ciudad de Vitoria (Álava). Una vez finalizado este periodo se trasladó a trabajar a Madrid como hacían gran parte de nuestros paisanos y donde se quedó y fijó su residencia. Pese a todo, nunca ha dejado de visitar de manera continua nuestra Villa; donde no solo están sus raíces, vínculos indisolubles y difíciles de olvidar, e incluso ahora con el paso inexorable del tiempo sigue visitándonos y honrándonos con su presencia con la misma asiduidad e ilusión.

Muchas gracias Jesús.

Este número de El Torreón-II Época tiene mucho de ti.

34

El Torreón II época –Nº 0

Villa de Alcaudete de la Jara

Verano 2017