¡O
h tú a quien nadie puede compararse, tú que abres las puertas de la generosidad y de la nobleza! ¿Está bien, que siendo tú como la niña de mis ojos, tenga yo que andar oculto contra mi voluntad? Toda la gente aquí son como palomas, y yo entre ellas parezco un cuervo. Versos de al-Nahlí dirigidos a al-Mutásim (Tr. Soledad Gibert)
V
iniste cubierto de ropas negras como la noche, pero yo tengo mantos blancos como la aurora. Mientras estés con nosotros serás siempre agasajado y tu vida, como agua dulce, fresca y abundante. Contestación de al-Mutásim a al-Nahlí (Tr. Soledad Gibert)