Memorias congreso carabobo 2015

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AUTORIDADES

COORDINACIÓN DE DECLARATORIA

MINISTRO DEL PODER POPULAR PARA EL ECOSOCIALISMO Y AGUAS

Esquisa Omaña Campaña Venezuela Libre de Transgénicos

Guillermo Barreto

FINANCIAMIENTO Y GESTIÓN DE FONDOS

VICEMINISTRO DE GESTIÓN ECOSOCIALISTA DEL AMBIENTE

Jesús Manzanilla DIRECTOR GENERAL DE DIVERSIDAD BIOLÓGICA

Lenin Parra

Dolores Iglesias, Jairelem Mora, Yemayá Padrón Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo y Aguas LOGÍSTICA

Geraldine Sánchez Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo y Aguas

Martha León

Red de Escuelas Populares de Agroecología

COMITÉ ORGANIZADOR PRESIDENCIA

Guillermo Barreto Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo y Aguas VICEPRESIDENCIAS

HOSPEDAJE

José Rengifo Red de Escuelas Populares de Agroecología ALIMENTACIÓN e HIDRATACIÓN

Elsy Rangel / Zaida Santiago, Fanny Calderón Red de Escuelas Populares de Agroecología

Jesús Manzanilla Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo y Aguas Ángel Moreno Red de Escuelas Populares de Agroecología

TRANSPORTE

COORDINACIÓN GENERAL

SEGURIDAD

Francisco Moreno Red de Escuelas Populares de Agroecología

Violeta Gómez, Lenin Parra Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo y Aguas

Rudith Garrido Red de Escuelas Populares de Agroecología

MANEJO DE DATOS, INSCRIPCIONES Y CERTIFICADO

LIMPIEZA

Dinora Sánchez Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas

Tania Ramos Red de Escuelas Populares de Agroecología

MANEJO DE BASE DE DATOS

ESPACIOS

Ramón Rivas COORDINACIÓN DE ARBITRAJE

Silvana Saturno, Liliana Buitrago Instituto de Estudios Avanzados COORDINACIÓN REGIONAL

Martha León Red de Escuelas Populares de Agroecología

Aurimar Méndez Red de Escuelas Populares de Agroecología IMAGEN Y COMUNICACIÓN

Camila La Rosa Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo y Aguas VIDEO DEBATES

Nicanor Cifuentes


EQUIPOS Y MATERIALES

CONVERSATORIOS

Edgar Santos Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo y Aguas Zoraida Jarbouh Red de Escuelas Populares de Agroecología

María Gabriela Atencio Colectivo Diversidad

MEMORIAS

Editorial Agujero Negro Cronistas: Juan Sebastián Ibarra, Silvia Gouverneur, Daniel Herrera, José Luis Omaña y Río C Corrección y edición de textos: Jose Luis Omaña, Joussete Rivodo y Alejandra Teijido Diagramación: Taller Artefacto Ilustracíon: Richard León Leonice REGISTRO FOTOGRÁFICO Y AUDIOVISUAL

Foto: Alejandra Teijido, Editorial Agujero Negro Colectivo Lente Rojo PRENSA Y DIVULGACIÓN

Yukensy Huise Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo y Aguas DISEÑO DE IMAGEN

Escuela Nacional de Gráfica Popular PROGRAMA

Ana Felicien Campaña Venezuela Libre de Transgénicos Violeta Gómez Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo y Aguas

CURSOS Y TALLERES

Hugo Pérez. Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo y Aguas CARTELES

Natalia Blanco TARANTINES

Oneida Rebolledo Ecoescuela El Jardín – La Azulita Eduardo Gil Red de Escuelas Populares de Agroecología RECORRIDOS

Eduardo Gil Red de Escuelas Populares de Agroecología EXPOSICIONES

Yoandy Medina, Gabriela Ferreira REDCCA UCV ACTIVIDADES CULTURALES

Osvaldo Blanco, Carina Campero Frente de Artistas Patria o Muerte ACTIVIDADES CON NIÑOS Y NIÑAS

Alfredo Miranda, Eisamar Ochoa Colectivo Diversidad Esquisa Omaña Campaña Venezuela Libre de Transgénicos

José Luis Omaña, Esquisa Omaña Colectivo Camada Lucrecia Valdivia APPUI Margaret Gaviria, Asdrubal Borjas Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo y Aguas

ARTE Y PARTE

TRUEKE

Taller Artefacto Fabián en cuento Manaure Audiovisual Richard León Leonice, muralista

Marbelia Linares Sistema de Trueke Tinaquillo Tito Quiroz Sistema de Trueke Urachiche

FORO DEBATES


APOYO FINANCIERO

Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo y Aguas Red de Escuelas Populares de Agroecología Fondo de Compensación Interterritorial del Consejo Federal de Gobierno Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología (Proyecto número 2014000316) Misión Sucre Programa Todas las Manos a la Siembra del Ministerio del Poder Popular para la Educación Gobernación Bolivariana del Estado Carabobo.

PARA MAYOR INFORMACIÓN

Ministerio del Poder Popular para el Ecosocialismo y Aguas Centro Simón Bolívar. Torre Sur. Piso 9. Oficina Nacional de Diversidad Biológica. congresodiversidadbiologica@gmail.com http://www.congresodiversidadbiologica.com.ve 0212- 4084757



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Presentación Inauguración

47 ¿Y qué hacemos con todos nuestros desechos?

Propuestas para el manejo sustentable de la basura

El renacer de los Héroes: La aldea recuperada y puesta al servicio del debate popular

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53 Reflexiones y aportes al buen vivir (II) 57 Cambio climático: reflexiones, experiencias y propuestas

Detrás de cámaras: Participación de la Empresa de Propiedad Social de eventos Los Cántaros

19 23

Conversatorios

Foros centrales

63 Conocimientos y prácticas soberanas para la salud construcción del modelo agroproductivo 67 La ecosocialista: de la producción al intercambio

73 Experiencias en la construcción del modelo agroproductivo ecosocialista

77 Saberes, prácticas y conocimientos para el resguardo 25 La agricultura indígena, campesina y afrodescendiente para el resguardo de territorios, identidades y memorias

de territorios, identidades y memorias

83 Ecofeminismo, patriarcado y androcentrismo (I)

en defensa de las semillas, políticas públicas y 29 Luchas legislación en Nuestramérica

91 Ecofeminismo, patriarcado y androcentrismo (II)

39 Saberes, conocimientos e innovación popular para la

97 Diversidad para la alimentación soberana:

soberanía

experiencias y prácticas

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101 Maíz venezolano: semillas de soberanía y diversidad luchas del Poder Popular en defensa de las 109 Las semillas (II)

111 Siembra libre y soberana: por una Ley de Semillas del pueblo 117 Desarrollo ilimitado: críticas, reflexiones y propuestas ecosocialistas

a través de la ciencia: la sostenida defensa 121 Soberanía sobre el Refugio de Fauna Silvestre Isla de Aves

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Arte y parte Tarantines Actividades culturales las crías en el Congreso Semillas para la vida de las niñas y los niños, semilleros de la comuna

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Entrevista: Walter Lanz, Maestro Pueblo, Homenajeado por el VI CVDB

161 Plenaria y declaratoria final

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Presentación

“Semillas para la vida y la soberanía alimentaria” es más que el tema del VI Congreso Venezolano de Diversidad Biológica. Es el nombre de un proyecto político, ético y epistemológico que estamos construyendo. El Congreso es sólo un evento en el que confluye buena parte de las y los actorxs de ese proyecto. Este año la confluencia fue responsabilidad de la Aldea Universitaria Héroes de Canaima 4F, es decir, del Poder Popular, con el apoyo institucional del Ministerio de Ecosocialismo y Aguas. Hay una ruta histórica que va desde el primer Congreso hasta la sexta edición. “Histórica” porque el Congreso ha ido mutando con los devenires y necesidades de la revolución bolivariana. No sólo han cambiado los temas sino también las perspectivas, metodologías e incluso los lugares de enunciación. Lo cual hace que tengamos que hablar más bien de “congresos”, en plural. Desde la creación de la Estrategia Nacional para la Conservación de la Diversidad Biológica, del primer congreso, a la noción de ecosocialismo del IV y V Congreso; desde la socialización de la información sobre diversidad biológica del II Congreso, hasta la consolidación de la Ley de Semillas y la introducción de la noción de “vida” (y ya no sólo de diversidad biológica) del V y VI congreso, ha habido transformaciones de forma y fondo. Existe un registro de esas transformaciones en diversos formatos: audio y video, libros de resúmenes, la propia Estrategia Nacional para la Conservación de la Diversidad Biológica y, por último, las memorias que venimos realizando desde el III Congreso.

Éstas representan un esfuerzo por sistematizar, editar, publicar y divulgar lo que ocurre en los congresos: desde los elementos más simples de su cotidianidad hasta la data técnica y política, tanto proveniente de las academias como de los saberes populares y asamblearios. Estas memorias recogen una parte muy pequeña de la sexta edición. El ejercicio de recordar siempre es limitado, porque la realidad histórica nos sobrepasa. Y al ser un congreso no academicista, esa realidad es aún más compleja y diversa. En estas memorias hemos querido apenas citar esa diversidad, que está muy lejos de ser reflejada aquí en su plenitud. Por eso hemos insistido en hacer crónicas, en lugar de compilar ponencias y carteles. Primero porque tales ponencias, en estos congresos, casi nunca han tenido la forma de textos académicos, y segundo, porque casi siempre se expresan desde las lógicas de la oralidad y su particular episteme. Además, la crónica (en tanto género discursivo) tiene un alcance distinto al de otros registros académicos: permite rescatar categorías, metodologías, discusiones y resultados, pero también sentires y particulares situaciones afectivas y espirituales del congreso. Las y los cronistas han sido rigurosos en esto: las voces de las y los participantes, ponentes y expositorxs han sido plasmadas con exactitud, pues cada crónica se basa en un registro de audio que luego es trascrito. Pero también cada crónica insiste en captar el “ambiente”, el “clima” político y ético de cada conversatorio, de cada foro, de cada espacio de debate e intercambio de saberes. 9



Inauguración

INAUGURACIÓN La aventura, el descubrimiento y la invención continúan. Construir la patria que queremos sigue siendo una gran lucha que se aborda desde muchos frentes. Hoy el Ecosocialismo, como gran horizonte político y estratégico, hermana el proyecto de país que desde hace más de 15 años viene desarrollándose en Venezuela, transversalizado por las múltiples y diversas luchas que la Revolución ha visibilizado y encarnado. En este tránsito, el Congreso Venezolano de Diversidad Biológica ya tiene un buen trecho recorrido. Y es que este 2015, este gran espacio de encuentro e intercambio arribó a su sexta edición, consolidando las ideas fuerza ya establecidas, y profundizando el complejísimo entramado de nuevas relaciones y nuevas estrategias que se han fraguado al calor del Poder Popular organizado en torno a la tierra y las semillas. El jueves 08 de octubre, en el Salón Generalísimo Francisco de Miranda del Fuerte Paramacay, sede de la 41 Brigada “Huracán blindado de la Patria” se llevó a cabo el acto de apertura de este evento, que estuvo cargado de muchas emociones y arengas revolucionarias. El primero en hablar fue el compañero Ángel Moreno, proveniente de la Escuela Popular de Agroecología y la aldea Héroes de Canaima 4F, quien fue recibido con una cerrada lluvia de aplausos y un coro de pueblo empoderado, gritando: “poder popular, poder popular”, pues reconocen en Ángel a un camarada de lucha.

—Bienvenidos todas y todos, especialmente nuestros campesinos y campesinas, a todos estos compañeros que andan día a día luchando porque este ambiente se preserve; al espíritu de la Comuna, que está aquí presente, al espíritu del comandante Chávez, que está aquí con nosotros—, bramó nada más empezar, y cerró con una joya: —cuando la gente piensa que ya esto se está acabando es cuando va a empezar—. Así es “El Gocho”, como cariñosamente lo apodan sus hermanos de batalla, quienes reconocen en él un importante representante de la conciencia política popular transformadora que se ha despertado por todo al calor de la Revolución. Moreno expuso las intenciones del debate que se busca con la semilla como eje central del Congreso: profundizar la discusión popular sobre el proyecto de Ley de Semillas que ha forjado el pueblo. —Nosotros creímos y creemos en Chávez, y nosotros creemos en el pueblo legislador, y por eso es que nosotros estamos planteando una Ley de Semillas desde la base—, aseveró. Inmediatamente, ve a quienes lo acompañan en esta presentación (en su mayoría funcionarios del gobierno) y dice: —nosotros, los que estamos con Chávez, despertamos con Simón Bolívar, con Guaicaipuro y con José Leonardo Chirinos. Nosotros venimos a estos espacios porque confiamos en estos compañeros que están aquí sentados en el presidio—, demostrando que en la conciencia popular está manifiesta la alianza entre el gobierno revolucionario y las luchas del pueblo: gobierno y pueblo son expresiones de la misma búsqueda política. 11


VI Congreso Venezolano de Diversidad Biológica

Cuando cesaron los aplausos, el viceministro de Ecosocialismo y Aguas, Jesús Manzanilla, ofreció sus impresiones sobre el Congreso, acerca del espacio de su realización y la importancia de tan grande plataforma de encuentro: —Alguien me había dicho que este Congreso pintaba emotivo, y yo dije: “¿Será a partir de mañana?” Pero ya vemos que desde el inicio está siéndolo—, expresó. Manzanilla se dedicó a aportar algunas cifras que han dejado estos seis años de labor, demostrando que el Congreso ha ido creciendo en su desarrollo. —Estamos en el VI Congreso. ¿Qué pudiéramos decir? Para los que les gustan los numeritos: cerca de 14 mil personas se han registrado durante los cinco congresos y han participado de diferentes formas. Hemos hecho 800 inscripciones para participantes, bastante equilibrado el número: 400 de ellas instituciones, pero 400 son del Poder Popular. Más de 1200 carteles: hablamos de contribuciones a la ciencia, la tecnología—. —¡Que no nos vengan a decir los falsos espacios del saber que no hacemos y producimos conocimiento. Desde hace rato nuestra tierra está produciendo información, saber y conocimiento—, exhortó con convicción. Además, recordó que esta actividad ha ido recorriendo varios espacios del país, consolidando la colaboración y cooperación de movimientos sociales dedicados al tema de la conservación del ambiente y de la naturaleza en general. —Tenemos seis años de lucha: seis años transitando desde Aragua, Caracas, Cojedes, Falcón, Zulia y ahora Carabobo. Sin embargo, los momentos se hacen cada vez más 12

importantes, y en este momento el Congreso es un apoyo fundamental—, aseveró en clara alusión al espacio del Congreso como idóneo para la creación de mecanismos de combate contra la guerra económica. Tras la participación de Manzanilla se proyectó un material audiovisual que el Colectivo Agujero Negro hizo a partir de las experiencias del V Congreso Venezolano de Diversidad Biológica, realizado en la sede Zulia de la Universidad Bolivariana de Venezuela. Allí se observó no solo el alcance del Congreso, sino que esta gran plataforma de encuentro sirve para visibilizar problemas urgentes del territorio sede del Congreso: tal es el caso de las comunidades indígenas de la Sierra de Perijá, retratadas con gran respeto por el colectivo en sus justas luchas por el agua, el territorio y la dignidad. Al finalizar el video, el Ministro del poder Popular para Ecosocialismo y Aguas, Guillermo Barreto, tomó la palabra, y además tuvo el grato placer de entregarle un reconocimiento al homenajeado de esta edición del Congreso: Walterio Lanz. Barreto afirmó que simultáneamente a esta instalación del Congreso, en la ciudad de Cochabamba, en Bolivia, ocurría la Cumbre de Los Pueblos, espacio donde también se discutirían temas neurálgicos en torno al ambiente y la labor de conservación de las múltiples organizaciones sociales del mundo. En el caso venezolano, la vía que eligió el pueblo ya está establecida: —Nosotros escogimos la vía del Ecosocialismo y exigimos que se nos respete—, expresó.


Inauguración

Además, habló acerca de los múltiples objetivos internacionales que Venezuela ha logrado gracias a la revolución bolivariana, como el acceso al agua potable (logrado en 2007), el porcentaje de áreas protegidas (superado antes del 2010). —Nosotros hemos superado las metas que se ha planteado la ONU—, enfatizó, asegurando que muchas de estas metas tienen relación directa con la erradicación del hambre y la salvaguarda de la semilla, tal y como lo hace esta edición del congreso. También aseguró que en el plano político, el debate que ha protagonizado el chavismo ha ido hacia el empoderamiento del Poder Popular, y que prueba de ello son instrumentos como la Ley Popular de Semillas. —Ahora el pueblo legisla. Hay un empoderamiento del Poder Popular sobre las decisiones de su destino—, completó. Tras sus palabras, el Ministro le entregó un diploma de reconocimiento a Walterio Lanz, Maestro Pueblo sumamente comprometido en las luchas por las tierras, las semillas y el saber popular: —Por toda una vida dedicada a la lucha por la defensa y conservación de la semilla campesina, a Walterio Lanz—, dijo Barreto, y el salón Francisco de Miranda se colmó de aplausos y vítores para quien es un importante representante de las luchas soberanas y populares del país. “Es un poco raro esa cosa de uno estar en un lado donde lo están homenajeando, pero bueno, la vida va haciendo sus picardías, ¿no?”, comenzó Lanz, cargado de esa elocuencia y energía pura que lo caracteriza. Recordó cómo en determinado momento de su vida compartió con un militar que había servido en los espacios donde

se estaba llevando a cabo la inauguración del Congreso, quien siempre aseguró que civiles y militares debían estar separados. Se nota que él no conoció a Hugo Chávez, quien, según Walterio —como lo llaman los amigos—, fue el promotor principal de la unión cívico militar que hace posible eventos de índole civil en espacios eminentemente militares: el pueblo es el mismo: —Chávez fue quien nos enseñó a no caer en la trampa de la desunión, quién mostró que somos un mismo pueblo—, expresó. Pero no se quedó allí e hizo un análisis crítico de las condiciones a las que la humanidad se ha condenado a vivir en las ciudades, condenando también la relación humano-naturaleza casi a la extinción. —¿Por qué debemos seguir utilizando agua potable para los baños? ¿Por qué seguimos utilizando la tecnología que contra la naturaleza? Esa ingeniería inversa y disfuncional—, dijo. Tras declarar el desatino que significa ese modo de relacionarse con el entorno, pidió “más respeto a nuestra agua y a nuestra semilla”, pues según dijo, son estos los verdaderos bastiones de toda posibilidad de grandeza para los pueblos: sustento vital en su más pura expresión. Finalmente, Lanz felicitó a la Aldea Héroes de Canaima 4F porque “generaron un pequeño milagro” en un espacio que estaba sumido en el abandono y la desidia. Un gran aplauso recorrió todo el salón Francisco de Miranda y Walterio se quedó en silencio, emocionado ante tanto amor. Al cierre, el compañero Eleazar cantó temas dedicados a la madre naturaleza, al conuco, al cultivo y la semilla. El congreso echó a andar, y el trabajo, el encuentro y la discusión entre iguales, militantes de un horizonte común —el ecosocialismo—, iniciaba con buen pie. Río C. 13



El renacer de los héroes

El Renacer De Los Héroes: La aldea recuperada y puesta al servicio del debate popular Los tiros se escuchaban por todos lados, según cuentan lxs testigos, la noche de aquel 4 de febrero, ese rebelde de 1992, el del famoso “por ahora”. Pero la cosa no es en Caracas, sino en Valencia, en Naguanagua, bien cerca de las instalaciones de la Universidad de Carabobo. La época en que todavía las universidades eran caldo de cultivo revolucionario. Las fuerzas policiales de CAP, en su defensa del moribundo gobierno, cercaron y asesinaron al distinguido del Ejército José de Pablo y 4 estudiantes disidentes: Columba Rivas, José Luis Zerpa, Gilberto Peña y Ángel Ruiz, “El Egipcio” para lxs panas. Fue exactamente en el módulo Canaima donde los pacos tendieron la emboscada. Los estudiantes, que habían tomado un autobús de la universidad, con el que llegaron al puesto de guardia dentro del campus, intentaron escapar, se refugiaron en casas de la zona, pero no bastó: la saña era evidente. Incluso una de las muertes, la de Enrique Lugo —presuntamente confundido con uno de los

estudiantes—, se produjo a golpes. No bastaron las súplicas de la madre, que lo vio todo. *** —El compromiso sellado aquel día que fue un día de parto, uno parecía que moría y hasta cierto punto uno murió con aquellos que dieron su sangre. Uno se fue un poco con la sangre del capitán Santiago Carmona, de los subtenientes Carregal Cruz, Cabrera Landaeta, de los soldados que aquel día murieron, de los estudiantes. Muchachos estudiantes, luchadores y soñadores que se fueron con aquel toque de diana revolucionario, el 4 de febrero. Con nosotros salieron a rebelión los estudiantes que fueron masacrados en los años 70, en los años 80. Con nosotros salieron los campesinos de Yumare, Cantaura, El Caño, Las Coloradas. Con nosotros salieron los rebeldes de todos los caminos. Con nosotros salió el Pueblo venezolano cantando, como siempre, Gloria al Bravo Pueblo—. Palabras del comandante Hugo Rafael Chávez Frías, en el año 2007, durante desfile en conmemoración de los 15 años de aquella rebelión. *** Han pasado 23 años ya, y la zona de la entonces Facultad de Educación es ahora la Aldea Universitaria 15


VI Congreso Venezolano de Diversidad Biológica

Héroes de Canaima 4F. Fue recuperada por militantes revolucionarios de este tiempo, cuando las universidades se han amoldado a los intereses de la burguesía. Por eso, se han dado a la tarea de recuperar el espacio para la memoria y la construcción de esa utopía que perseguían lxs caídxs de aquel día. Muchas cosas han cambiado en este tiempo. Caminar por ese sitio es un recordatorio, sin duda, pero no exclusivamente de las muertes. Es el recuerdo de que se debe continuar trabajando. No hay lugar sin una mata, de lo que sea, que esté creciendo allí para dar vida donde antes olía a muerte. Quienes ahora ocupan el lugar se han encargado de convertir la aldea en el semillero de una convivencia renovada, de una posibilidad de hacer lo nuevo: confluyen iniciativas diversas, que en algún momento estuvieron desencontradas. De formación y lucha, por ejemplo, en torno a la conciencia para la consolidación de una agricultura sustentable. Lo que sabemos necesario: la consolidación, o más bien la creación, de un nuevo modelo de producción, de distribución y, especialmente, unas nuevas formas de consumo. Todxs juntxs, ahora como un gran colectivo, se hacen llamar Golpe de Timón. Es una responsabilidad autoadquirida, la de asumir el llamado que hiciera Chávez hace tres años: transitar, dejando la vida si hace falta, hacia el modelo comunal, el único que 16

aparece en el horizonte posible como respuesta a la necesidad. *** Han pasado ya unos siete años desde que confluyeron, a través del Programa Todas las Manos a la Siembra, la Aldea Héroes de Canaima, la comunidad de La Yaguara, y algunxs compañerxs que hacían vida en Trincheras. A la labor campesina, de siembra, de resguardo y protección de semillas originarias, no transgénicas, se unió entonces la de apoyar los procesos de formación de las próximas generaciones, algo que mantienen hoy en día. Vienen participando, además, en el debate popular constituyente por una nueva Ley de Semillas, que al momento de escribir este texto ya fue aprobada en la Asamblea Nacional. Esa iniciativa fue impulsada por diversos colectivos a nivel nacional, trazando un horizonte claro: la defensa de las semillas campesinas, afrodescendientes e indígenas, contra la invasión transnacional de los productos transgénicos y la patentización de la semilla. Así, en un encuentro de debate popular para construir la ley, Ángel Eduardo Moreno, “El Gocho”, conoció


El renacer de los héroes

a miembrxs del comité organizador del Congreso Venezolano de Diversidad Biológica. Fue en Monte Carmelo, estado Lara, hace unos tres años, y la relación fluyó y creció, de forma que el presente congreso, el sexto ya, fue realizado en la Aldea, y con una participación activa de la comunidad en la organización. ***

Con nosotrxs, construyeron lxs campesinxs de Yumare, Cantaura, Las Colaradas, El Caño, pero también compartieron con nosotrxs lxs muertxs de Puente Llaguno, lxs de las guarimbas. Mucha sangre se ha sembrado, y por ahí van brotando esas semillas. Ahora, Ley en mano, es tarea del Poder Popular velar porque esas semillas se conviertan en la Patria Nueva, soberana en producción, en consumo, en vida.

—Cuando la gente cree que esto se está acabando, esto apenas está comenzando, porque aquí estamos los campesinos, patria o muerte (…) nosotros le creímos a Chávez, y nosotros creemos en el pueblo legislador, por eso es que estamos planteando una Ley de Semillas desde las bases—. Así Ángel Eduardo Moreno, “El Gocho”, intervino en el día inaugural del VI Congreso Venezolano de Diversidad Biológica. El énfasis de El Gocho, militante de la Red de Escuelas Populares Agroecológicas, no es gratuito: el encuentro giraba este año en torno al tema de las semillas por la vida y la soberanía alimentaria. *** “Valió la pena el sacrificio”, repiten las voces de los Héroes de Canaima. Esos días, y los siguientes y los que quedan por venir, con nosotros debatieron lxs estudiantes caídos de Canaima, y lxs perseguidxs de los 70, lxs de los 80. Juan Sebastián Ibarra 17



Detrás de cámaras

Detrás de cámaras: participación de la empresa de propiedad social de eventos los cántaros —Nosotros sabíamos que se estaba despidiendo—, recuerda Rosana Muñoz sobre el cierre de la campaña electoral que llevaría por última vez a Hugo Chávez a la Presidencia de la República Bolivariana de Venezuela. Lo recuerda porque, según cuenta, ese día ella y sus compañeras decidieron que la Empresa de Propiedad Social que se encontraban conformando llevaría por nombre Los Cántaros. —Dijo que llovía a cántaros y que eso era un regalo de Dios, y se estaba despidiendo—, insiste. Así, juntaron sus gotas (algunas de llanto, otras de río desbordado por el amor), se convirtieron en aguacero y trabajaron duro, se organizaron, lucharon y fueron consolidando el proyecto que les ayudaría a mejorar las condiciones materiales (pero también espirituales) de su comunidad, parte del consejo comunal Simón Bolívar, en Bárbula, Estado Carabobo. Venían ya de un tiempo trabajando, conceptualizando, activando la cosa: en 2012 habían recibido un financiamiento por la Misión Saber y Trabajo,

a través del Fondo de Desarrollo Microfinanciero (Fondemi), y al año siguiente construyeron su galpón, compraron los activos: se hizo definitivamente la empresa, en la que actualmente son ocho trabajadores regulares, directos, que durante todo el año cumplen las tareas necesarias: limpiar, planchar, cargar lo que sea necesario. —Nosotros no producimos un activo. Y si uno intenta que la empresa de eventos, a través de su naturaleza, transforme y aporte, es difícil, pero es maravilloso—. Con estas palabras define la satisfacción de haber sacado adelante una Empresa de Propiedad Social en un área cuya naturaleza podría ser cuestionada de cara a la construcción de una sociedad distinta, con unos valores nuevos. No se complica en definiciones ni justificaciones. Sabe que hará todo lo que esté a su alcance para aportar a la transformación de su comunidad, y que lo ha venido logrando: —Nosotros tenemos mesoneros, y la mitad de esos mesoneros yo te puedo decir que son bien malandros, y todos han ido mejorando. Siempre preguntan cuándo viene una actividad, un evento, y si yo te digo que en alguna fiesta se ha perdido un lápiz, lo que sea… ¡jamás! —. *** Con ese historial llegaban al VI Congreso Venezolano de Diversidad Biológica lxs compañerxs de Los 19


VI Congreso Venezolano de Diversidad Biológica

Cántaros, y con la novedad de esta, su primera contratación por un ente del Estado. —Llegamos porque tenemos muy buenas relaciones con la gente de la Aldea, con los amigos acá de Todas las Manos a la Siembra (coorganizadores del Congreso, y sobre todo, anfitriones del espacio) —. Cuando se comenzó a tratar desde el comité organizador el tema de los proveedores, era de esperarse que los anfitriones pusieran sobre la mesa la experiencia de Los Cántaros, que siempre colaboraban con los eventos en la Aldea sin cobrar, como apoyo político, y que, sin duda, si esta vez se trataba de una contratación, debía ser para ellos. Lo recuerda Rosana con orgullo de los antecedentes que los preceden. No le parece casual haber ganado la licitación, una vez que fueron convocados, pues sus precios son bastante inferiores a los del mercado: —El alquiler de una silla te cuesta 50 bolívares diarios. Nosotros les cobramos 25—. —Nosotros estuvimos a punto de abortar porque cuando nos dicen que son 200 mesones, no los teníamos—. Y aunque con el adelanto que les dieron una semana antes del evento pudieron aumentar su capacidad, el tiempo no les daba para responder al total solicitado. Resolvieron con lo que consideran su mejor y principal insumo: la comunidad, que 20

completó el número solicitado en el poquísimo tiempo restante antes de la inauguración, a punta de cosas que tuvieran en sus propios hogares. —Aquí hay mesas de varias casas. Espero no se pierdan—, dice entre risas. Y no se perdieron, se supo al final del evento, unos días después. Recuerda que para la inauguración hubo un cambio de seña. Sería inicialmente en los mismos espacios que el resto del Congreso, en una carpa instalada cerca de la entrada, y a última hora le informaron que ya no se haría allí, sino en un salón, en otro lugar, aunque no muy lejos. —Lo hicimos en la noche. Terminamos a las once de la noche de montarlo. Hasta el backing lo montamos nosotras, a tablazo limpio—. No hay que omitir que dijo “nosotras”, y es que son casi en su totalidad mujeres quienes levantan, cargan sillas, muebles, mesas, se suben a escaleras para montar estructuras. Resuelven. Porque de eso se trata también, como dirían ellas: —Tocó resolver como sea—. Llegó la apertura, un evento ministerial, con autoridades de diversas instituciones, además de la representación comunera, de saberes populares, y múltiples medios de comunicación, cámaras varias, que terminaban por llenar una sala con sillas de Los Cántaros, tarima de Los Cántaros, mesones de Los Cántaros, alfombras de Los Cántaros, mantelería de Los Cántaros: misión cumplida.


Detrás de cámaras

Para cualquiera, podría ser sólo un evento más, algo inherente a las labores cotidianas de su empresa, pero para quienes ven en ese espacio la posibilidad de organizarse, hacer política, transformar su barrio, esto podría suponer un compromiso grande, además de una satisfacción que todo hombre y mujer desea que suscite su trabajo: el reconocimiento, la legitimación. Ser proveedor del Estado no es fácil, dice, porque hay un secuestro de las licitaciones. PDVSA, por ejemplo, tiene eventos continuamente, pero ellxs ni siquiera han tenido la oportunidad de optar por una contratación. —Viene un carajo que tiene una empresa de maletín, pero tiene el contacto adentro, le dan el contrato y quiere venir donde uno “Dame unas veinte sillas para PDVSA”. Yo les digo que no, porque no me parece que sea correcto, con todo lo que uno trabaja, que esa gente se aproveche. Y entonces vienen y cobran una millonada—. —Pero esta experiencia ha sido una maravilla. Yukensy —del comité organizador— ha sido un amor con nosotras, ha estado siempre pendiente, siempre me llamaba “¿Consiguieron las mesas?”, “¿Están listas?” —.Y con una frase remata algo que por simple siempre se pasa por alto, y más a la hora de una contratación: —Es bonito que le digan a uno: “Confío en ti” —. Recibieron esa confianza como un

espaldarazo, y como una arenga más a trabajar con ganas y eficiencia, para formar parte del éxito de un evento grande, bonito, donde confluyeron esfuerzos de lo más diversos: la EPS, el Ministerio y sus entes; científicxs e investigadorxs; comunerxs, campesinxs, colectivos comunicacionales, entre muchos otros. Y ahí es justamente donde se redondea el sentido de la EPS, porque en el Congreso Venezolano de Diversidad Biológica 2015, mil sillas se tradujeron en mil personas sobre esas sillas: debatiendo, escuchando, construyendo, pensándose una sociedad diferente, con un modelo productivo, de respeto a la vida. Fueron entonces mil semillas sembradas en el horizonte carabobeño, y Los Cántaros formó parte de ese proceso bonito, que sin duda llevarán a su comunidad como una novedad que dará frutos, y ayudará a que más chamxs dejen de correr, huyéndole a los tiros que ellxs mismxs provocaron, y se incorporen a compartir con su pueblo el proceso colectivo. *** —Nuestra materia prima está en la comunidad. Somos un colectivo pequeño por la naturaleza de la empresa, pero si yo te muestro a ti la cantidad de dinero que se distribuye dentro de la empresa con todos los colectivos indirectos que tenemos…—. Hace una pausa, rememora y ríe. 21


VI Congreso Venezolano de Diversidad Biológica

Ya habíamos dicho que la EPS cuenta con ocho trabajadrxs directos. Pero Rosana hace énfasis en toda la gente que se beneficia indirectamente: unas cuarenta personas al año que perciben algunos ingresos por contrataciones específicas. Además de los mesoneros, están quienes cuidan los colchones inflables para fiestas infantiles, quienes preparan perros calientes, pinta caritas, recreadores. En su mayoría son muchachxs, casi todxs de bachillerato, que se ayudan con esos trabajos, pero también está la señora que cose, y un carpintero que los ha ayudado a fabricar muebles diversos.

Rosana sabe muy bien lo que deben evitar para tener éxito, y hace énfasis en un aspecto particular: hay muchxs vocerxs de organizaciones populares que se creen representantes, no son la voz del resto. —Una palabra que es tan bonita. A mí me da mucho orgullo decir que soy vocera de mi comunidad—. Vocera y hacedora, le faltó acotar, como sus compas de Los Cántaros, las mismas que juntaron las gotas de lluvia con las que Chávez se despidió.

La satisfacción de un trabajo hecho entre todxs reposa ahora en su mirada, y retoma el mayor logro, el que supera cualquier cifra, el humano: —Yo tengo un niño que es malo, de tener varias cruces en su haber, y un día se me acercó y me dijo “Estoy cansado de correr, ¿qué hago?”, y él está trabajando con nosotros. Y ya está dejando de correr. Yo no digo que sea de la noche a la mañana, pero sí pasa—. Pasa que todo proceso de transformación toma su tiempo, y tiene sus complicaciones. Pero el primer paso está en sembrar lo que se quiere recoger después de ese tiempo. Si no, se pierden esfuerzos valiosos. Los planes a futuro contemplan seguir consolidando ese espacio que han ido construyendo para todxs en esa joven comunidad (apenas pasan los 30 años de fundación), y mantener siempre la misma actitud: la de lucha, de respeto y de apoyo entre lxs miembrxs. 22

Juan Sebastián Ibarra




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Agricultura indígena, campesina y afrodescendiente para el resguardo de territorios, identidades y memorias —La economía agraria en Estados Unidos es un ejemplo de lo que pasa cuando triunfa el capitalismo— La que se escucha es la voz de Quincy Saul, de Horizontes Ecosocialistas (EE.UU). Bajo la caliente carpa central, en el estacionamiento de la Aldea, se está llevando a cabo el primer foro del Congreso, el mismo que giraría temáticamente en torno a la “Agricultura indígena, campesina y afrodescendiente para el resguardo de territorios, identidades y memorias”. Hay más jugadores de World of Warcraft [en EE UU] que trabajadores de la tierra. En un país de 300 millones de habitantes, solo 3 millones la trabajan. Menos del 2% de la población entera. La comparación, utilizada por Quincy, hace más fuerte la cifra, ya de por sí alarmante, pero es así: en el mundo globalizado nos han alejado de nuestras prácticas ancestrales al punto de convertirnos en consumidorxs de cine, de música, de videojuegos, pero ni por asomo en productorxs de nuestro propio alimento. La cosa va más allá de la sustitución de unas manos por máquinas. El asunto no es sólo que la mecanización aleja al ser humano de la generación de sus alimentos, sino de la calidad de los mismos.

—Más de 90% de las variedades de comida que se sembraron antes de la Segunda Guerra Mundial—hace muy poco, si se piensa en los lapsos de vida en el planeta-, ya lo hemos perdido—. Además, este tipo de producción ha traído problemas de salud. Las semillas transgénicas no afectan solamente los suelos y la diversidad biológica, sino que producen comida dañina para la gente. Mientras la buena comida (orgánica) está criminalizada, la mala comida (modificada genéticamente) está subvencionada. —Entonces en EEUU encontramos ahora el fenómeno extraño de que la pobreza está marcada, ya no por la malnutrición, sino por la obesidad—. Eso junto a los índices de cáncer que se han venido incrementando notablemente habla de una producción de “alimentos” que estaría en gran medida ayudando a la destrucción de la vida humana, y de toda vida, en el planeta. El tema, presentado del modo en que lo hace Quincy, nos muestra un panorama poco alentador, en principio. —Pero cuando digo que casi no existe [la agricultura indígena, afrodescendiente y campesina], en esta palabra ‘casi’, existen cientos y miles de sitios de lucha y de resistencia. No se puede hablar de solo un Estados Unidos—. Y justo de esos otros EEUU, los que resisten, es de los que pretende contar el militante ecosocialista. Aunque para llegar a eso, se extiende en la realidad adversa que atraviesan esas luchas, porque el enemigo es grande, muy poderoso y no perdona lo que se salga de los márgenes que ha impuesto. 25


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Así, Quincy repasa la historia de su país, erigido en torno al “despojo continuo” de los pueblos indígenas, y con estos de sus culturas, sus formas, sus creencias, sus alimentos y, especialmente, su contacto con lo que les rodea.

es para asegurar que las personas sepan lo que están comiendo—, dice, además de destacar que tuvo éxito esta campaña a pesar de los millones de dólares que Monsanto gasta en publicidad contra la iniciativa.

Y en el afán de aplacar toda práctica que atente contra la industria agroalimentaria, han convertido incluso en un crimen federal la reproducción de semillas. A lxs semillerxs se les persigue y encierra por agro terrorismo. “No es broma”, diría Quincy al respecto. En algunos estados, como Pennsylvania, Nebraska, Minnesota, ha habido arrestos a semillerxs, calificados de terroristas.

Pero no es la única luz en la cerrada noche gringa. Más gente se ha sumado a la batalla. En 2015, por ejemplo, en el pueblo de San Quentin, en el Estado de California, se lanzó una iniciativa contra la empresa Driscoll, transnacional que se hace rica con las fresas.

Saul asegura que el gran triunfo del agronegocio es que se ha podido consolidar porque dominan por completo al gobierno de los Estados Unidos, y cita el ejemplo de los estados de Florida y Wisconsin, donde la Agencia para la Protección del Medio Ambiente ha prohibido la utilización del término “cambio climático”, o, peor aún, la palabra “sustentabilidad”.

Algunas victorias Para Quincy, el panorama adverso no representa una derrota definitiva. Lo sabe con la certeza de que mientras haya gente luchando, puede haber una victoria. Por ejemplo, la recientemente aprobada Ley según la cual se determina que todos los productos que tienen ingredientes transgénicos deben decirlo en la etiqueta. —Perdimos la lucha en contra de la siembra de transgénicos, entonces ahora la lucha

A pesar de que nació al lado sur de la frontera con México, esta lucha ha unificado hasta cierto punto a trabajadorxs en la costa oeste entera, según afirma. Justamente la unión de pueblos que fueron separados por una frontera, tras el saqueo gringo a tierras mexicanas, puede ser la semilla de juntura entre los pueblos que se saben sometidos por el mismo enemigo transnacional.

Mismo enemigo, otras prácticas En Venezuela, por muchos años la situación fue muy parecida a la estadounidense. Y eso se rompió de forma importante con la llegada del comandante Hugo Chávez y la implementación de mecanismos que promovieran la producción agrícola, campesina. Un ejemplo de ello fue la promulgación de la Ley de Tierras, con la que se le dio acceso a la tierra a quienes la trabajaban y que anteriormente eran semi esclavxs de lxs terratenientes. Como el enemigo mundial es el mismo, esa ley fue una de 27


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las responsables de desencadenar el Golpe de Estado en el año 2002. Rómulo Alvarado, coordinador nacional de Producción Agrícola del INCES y fundador de la Escuela Agroecológica Feminista Consuelo Fernández, asegura en su intervención en el foro que, a pesar de eso, las políticas de financiamiento y acceso a tierras en Venezuela siguen beneficiando esencialmente a diversos sectores de la burguesía asociados a la producción agrícola e importación de alimentos. Es decir, que el sector campesino, indígena y afrodescendiente sigue siendo excluido. Puede que por eso un Congreso como este se desarrollara en un espacio recuperado por el mismo poder popular, el constituyente, con apoyo financiero del poder constituido, el Estado venezolano. ¿Y no será también por eso el desembolso de millones de bolívares a comunas, consejos comunales, cooperativas y demás organizaciones campesinas, indígenas o afrodescendientes, apoyando el desarrollo de infraestructura para la producción, para el mejoramiento del hábitat y que con esto las condiciones del trabajo sean también más dignas?

En algo sí estamos de acuerdo con Rómulo: dice que son las organizaciones campesinas, indígenas y afrodescendientes las que deben llevar las riendas de las políticas agrícolas en Venezuela. Y usa la palabra “autogobierno”, también acertada, que se vive en cada espacio comunal que se ha organizado con éxito y que, partiendo de sus realidades territoriales, ha comenzado a andar con pasos de decisión colectiva, buscando una trascendencia que, incluso en las contradicciones, inició su rumbo con políticas de Estado. Es cierto que ese Estado está plagado de factores que en realidad adversan la transformación, y que falta mucho por transitar. Pero de la persecución y el encarcelamiento por “agro terrorismo” al otorgamiento de recursos del Estado para la reproducción de semillas autóctonas debe haber algunas diferencias sustanciales. Tales acciones no parecieran, por lo menos, venir del mismo lugar.

No, seguro por eso es que se ha estado promoviendo la Ley de Semillas, que ataca directamente intereses transnacionales al sacar de la ecuación los transgénicos y declararse contra la privatización. 28

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Luchas en defensa de las semillas, políticas públicas y legislación en Nuestramérica El sol salió en la Aldea Héroes de Canaima. Naguanagua, tierra de fertilidad y convicciones, amaneció dispuesta al trabajo del Congreso: jornada de liberación de las estructuras del saber y discusión política del conocimiento. A pesar de que durante la noche hizo un poco de frío, la mañana se llenaba de la energía del astro rey. Poco a poco, el Congreso se reactivó por completo y las actividades arrancaron. Aquí y allá se veían niños, niñas, jóvenes, no tan jóvenes, pueblo en general disfrutando de jornadas enriquecedoras, de las que crean conciencia y sentimientos profundos. Una de las discusiones más repetidas durante los escasos días que tenía la actividad fue la defensa del proyecto de Ley de Semillas y su acompañamiento hasta la Asamblea Nacional, que debería aprobarla sin mayores contratiempos, pues el instrumento legal se fraguó al calor del debate popular, en la amplitud del territorio nacional, y recoge la voz de lo que la gente espera sea una realidad en el corto plazo. En este contexto, el Foro-Debate titulado “Luchas en defensa de las semillas, políticas públicas y legislación en Nuestramérica” abrió las actividades del sábado 10 de octubre.

—Chávez vive, camaradas—, saludó Gerardo Rojas a las y los presentes nada más iniciar su participación. A un sonoro “¡La lucha sigue!”, “Comuna o nada”. Desde que se presentó ante quienes asistieron al Foro, Gerardo Rojas dejó bien claro el compromiso y la convicción política que lo mueve a trabajar. Indicó que encuentra necesario iniciar cada participación suya en cualquier espacio de esa forma, pues es así como se identifican los ideales comunes de los hermanos y hermanas de lucha. —Quiero felicitar al camarada Walter Lanz, Walterio, a quien esta actividad homenajea—, afirmó, dirigiéndose a Lanz, quien también participaba en el Foro-Debate. —Para nosotros la comuna en el marco de la revolución bolivariana es central, sobre todo en este momento político. Para nosotros, la comuna no es más que el desarrollo de la política de participación protagónica que la revolución bolivariana ha colocado en la mesa desde el primer momento. El desarrollo de la revolución implica en este momento el autogobierno: darle poder al pueblo ha sido la línea central que dejó el comandante Chávez y que se ha mantenido desde el primer momento hasta el día de hoy—, inició Rojas, cuyo trabajo titulado “Autogobiernos populares, comunas y profundización de la revolución bolivariana”, mostró las líneas más fuertes del discurso político comunal en manos del pueblo. El empoderamiento popular es real; y el ejercicio del autogobierno, una necesidad de su propio desarrollo. Según afirmó Rojas, la participación protagónica ha sido una línea neurálgica del proceso revolucionario, y su 29



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reconocimiento en el devenir del tiempo es fácil, ya que, a pesar de haberse ido transformando, pasando por diversos modos de organización y planteamientos teóricos, a nivel práctico, las consecuencias han sido claras: la gente busca ejercer cada vez más y mejor el poder en sus localidades, de allí el nacimiento de tantos Consejos Comunales y Comunas. Pero, ¿qué es el autogobierno?: la posibilidad de ejercer control de la vida propia en el espacio en donde ésta se desarrolla, poder ejercer un plan de desarrollo específico, adecuado al contexto territorial —de corte comunal y alineado con el “Plan de la Patria”—, y con la participación de las distintas instancias que el Poder Popular ha constituido. —Los autogobiernos populares significan la concreción de esa política de participación—, asegura Rojas. Se trata de hilvanar de manera orgánica las acciones que se puedan impulsar desde los Consejos Comunales, las Comunas, los Consejos Presidenciales de Gobierno Popular y todos los mecanismos, estructuras y formas en que el Poder Popular ejerce la soberanía. No es un proyecto anarquista, al contrario, se trata de un plan orgánico que principalmente demanda trabajo y convicción. —Un autogobierno que tiene que construir, además del control de la vida en su espacio, un proyecto integral—, afirmó Rojas, quien añadió que esta proyección debe incluir el punto de vista organizativo, productivo y sustentable de la ejecución de la Comuna. No es una empresa fácil, pero sí urgente. —En este momento podemos decir que hay un número importante de comunas, pero no solamente desde el punto

de vista del número sino de la cualificación. Hay por lo menos 1300 comunas con registro, pero hay muchas más trabajando, construyendo, formándose. Pero formalmente constituidas, con las formalidades que nosotros aprobamos, hay más de 1300—, aseveró Rojas en torno a las comunas que en la actualidad existen en el país, de la mano del desarrollo del autogobierno como política de participación protagónica. Pero este sistema de gobierno popular no se nutre sólo de los dictámenes que a nivel legislativo ha hecho la Revolución, sino que parte de la esencia popular de las luchas de la gente, recoge el debate, construye corresponsabilidad y empuja a quienes participan en él a lograr agendas comunes. Se trata de un ejercicio de “síntesis, de ejercicio territorial de la política, buscando que la tensión entre instituciones y Poder Popular se rompa en favor de nosotros, el pueblo organizado”. No obstante, Rojas tiene los pies en el suelo. No todo es perfecto, y para él una de las debilidades más claras es la ausencia de contraloría social y comunal, por donde se ha atacado con más fuerza a la revolución, por ser este espacio vacío un nicho propicio para la corrupción. Asimismo, defendió los quince puntos que contiene la Agenda Comunal de la Patria, aprobados desde el Poder Popular, y que se ha nutrido de “debatir la construcción del instrumento que reactive la producción y los planes de siembra comunal, pero desde abajo, desde la gente, los campesinos y campesinas, las y los verdaderos productores”. Se trata de apostar con fuerza a la profundización del modelo revolucionario, de la participación protagónica pasar a un ejercicio soberano más directo aún, enmarcado en la comuna como horizonte político. Ejemplo de ello son las propuestas 31



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como el Sistema Agrícola Comunal, o el apoyo irrestricto de los luchadores campesinos a la Ley de Semillas. El compañero terminó exhortando a las y los presentes a no desandar el camino labrado y a defender los logros construidos colectivamente desde la militancia activa. Ana Felicien, desde la organización popular “Venezuela Libre de trangénicos”, ofreció un balance de las discusiones que llevaron a la consecución del Proyecto de Ley de Semillas titulado “Debate popular constituyente por la nueva Ley de semillas”. Avisó que la presentación sería colectiva y que contendría un contexto de la Ley, luego la compañera Marta, de la Aldea, relataría cómo se construyó y redactó la Ley, para finalmente mostrar los logros de la discusión. Felicien inició su contextualización asegurando que el movimiento que se preocupó por la discusión del tema de la semilla y los territorios comenzó con la llamada revolución verde: —ese momento en que las ciencias agrícolas se hacen dueñas de las formas de producir las semillas, e instauran unos mecanismos que legitiman el conocimiento científico para la experimentación agrícola e invisibilizan todo ese patrimonio cultural, esos conocimientos tradicionales que nos alimentaron hasta ese momento. Eso fue justo después de la Segunda Guerra Mundial, y además permitió usar muchos insumos y venenos que quedaron de este conflicto como parte de la producción agrícola en nuestra región y en África—. Pero para que todo esto fuera posible, según Felicien, fue necesario crear el aparato jurídico que permitiera legitimar estar prácticas sobre la producción de semillas de los llamados “centros de investigación”.

No obstante, las semillas que poseían los campesinos y que conservaban las comunidades dejaron de ser semillas y pasaron a ser llamados “recursos fitogenéticos”: el saqueo estaba preparado y justificado en los marcos legales. “Así, todos los agricultores pasaron a ser meramente usuarios de esos productos científicos y fueron despojados de esa legitimidad y autonomía para la producción de semillas”, ignorando todo el trabajo acumulado tras cada una de las semillas que guardan los campos. Después de la Segunda Guerra Mundial, todos los países modifican sus leyes para poder insertarse en esta lógica, y en ese contexto surge la necesidad de legislar para poder proteger el acervo indocampesino. —De unos cinco años para acá ha habido una movida muy fuerte en torno a la necesidad de conservar las semillas, ya que en Latinoamérica se encuentran países con mucha diversidad, países megadiversos, que han sido centro de origen de rubros como el maíz, el tomate, el aguacate, la papa, entre otros. La base alimenticia del mundo salió de la agricultura indígena de la región y eso es innegable— sentenció. Tras los aplausos, tomó la palabra Marta Durán, de la aldea Héroes de Canaima. Sin mucho preámbulo inició: —Para el año 2012 en el evento internacional de la semilla, nosotros fuimos invitados, porque nosotros formamos parte, de forma institucional, del Programa Todas las Manos a la Siembra, y de forma popular estamos impulsando las Escuelas Populares de Agroecología, que no están adscritas a ningún ministerio: son los espacios donde la gente puede hacer lo que quiere, consensuadamente con las mayorías y de acuerdo al contexto que estamos viviendo cada uno—. 33


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El proceso de construcción de la Ley acompañó el desarrollo de un movimiento popular cuyo fundamento es la tierra y su producción armónica. Relató cómo en Monte Carmelo, durante una reunión de colectivos y movimientos sociales comprometidos con el tema de la semilla, se presentó un proyecto de Ley en el que se avalaban los transgénicos. —El pueblo se indignó, ¿Si nuestro Hugo Chávez Frías nos decía que nosotros teníamos que ser un país antitransgénicos, cómo era eso que había un proyecto de ley que los avalaba? El pueblo se molestó, dijimos: “No, esto no puede ser así”—, relató. Además, detalló cómo luego de esa experiencia reinó el desconcierto, el debate estuvo a punto de ser cancelado, la lucha se había perdido sin siquiera iniciarse. Sin embargo, ante la alarma, todos decidieron actuar. —Si aquí se vino a construir una ley—, dijo recordando las palabras de El Gocho, otro de los miembros de la Aldea, —esa vaina hay que hacerla. No sabíamos, no teníamos ni idea de cómo construir una ley. Creo que por primera vez, y de manera bien amplia, el pueblo ha estado trabajando esta ley, para resguardar, primeramente nuestra semilla campesina, indígena y afrodescendiente—. Se lograron varios acuerdos y el verdadero debate constituyente empezó a andar. El pueblo legislador, por primera vez, se trazó un objetivo: concretar una Ley de Semillas verdaderamente popular, revolucionaria: —Venezuela tiene que construir sus leyes, esta es la primera, pero ya vendrán las otras- avisó, —que si del agua, del suelo... Eso es lo que hay que hacer—, sentenció, y los aplausos llenaron el Foro. Para finalizar, Marta se mostró sumamente sincera sobre el verdadero

objetivo de las legislaciones populares y de la dura lucha política que supone el empoderamiento comunal: “la vida es libre y eso es lo que hay que defender en este país”. —Qué vaina tan buena escuchar a Ana y qué vaina tan buena escuchar a esta guerrera de Carabobo—, con su particular personalidad y carisma, Walter Lanz, el conocido Walterio, homenajeado por el Congreso, tomó la palabra. Se regodeó en la fortaleza de quienes lo precedieron, asegurando que ese es el espíritu que mantiene vivas las luchas más allá de las personas, más allá de la muerte. Walterio, como parte del movimiento popular que sustentó la constitución del Proyecto de Ley de Semillas, dio cuenta de los logros que se podría alcanzar con su aprobación, sobre todo retrotrayendo la memoria a los tiempos en los que el Estado estaba del lado de las corporaciones y las iniciativas de este tipo eran vedadas: —Toda discusión sobre la cuestión de la semilla es de carácter trascendental. No importa si nosotros no comprendemos del todo el asunto, y es natural que no comprendamos del todo ese asunto, porque nuestras familias migraron a las grandes ciudades en un proceso que se agudizó a partir de hace 50 o 60 años. Por supuesto que no tenemos relación con esa historia: quienes viven en las ciudades tienen poca relación con el asunto de la semilla—. La realidad de la migración del campo a la ciudad es innegable, pero también lo es el proceso de miles de años de trabajo y cultura tras el mejoramiento de las semillas indo afro campesinas. De ese acervo es de lo que quieren 35


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apropiarse las transnacionales, y contra esos intereses es que se debe luchar. ¿Cómo nos reencontramos con ese saber? Los abuelos, según Walterio, son un buen lugar para iniciar. —Han saqueado y pretenden seguir saqueando este patrimonio humano, y las universidades han estado de espalda al país, es más, sus prácticas avalan el saqueo—, afirmó contundente. —¿Por qué tenemos que entregarle a estos ladrones el esfuerzo histórico que guarda la semilla?—, preguntó inmediatamente, asegurando que las millones de horas humanas invertidas durante miles de años se hacen impagables y que, de todas formas, el esfuerzo generacional y el arraigo cultural es invaluable, por lo que consideró que empresas como Monsanto, Bayer, entre otras, son menos que saqueadores. Acto seguido, el compañero Lanz hizo referencia a la Ley de Semillas y su importancia dentro de ese conflicto general. Avisó que si bien para él la ley tiene imperfecciones, es necesaria su aprobación: —Aunque sea imperfecta hay que aprobar esa Ley, luego la mejoraremos—. Sus palabras tienen sentido, pues si bien la legitimidad del instrumento reposa en el debate popular, como bien había señalado Marta, el pueblo está iniciándose como legislador. El espíritu de la lucha popular debe poder ser traducido cabalmente al lenguaje legal, pues de otra forma, se volvería irrealizable en el plano de la legislación, y la inversión de horas, trabajo y debate sería estéril. La compañera Mónica, también de La Campaña, se encargó de cerrar brindando cifras: fueron 6 debates promovidos por el 36

Poder Popular, en donde participaron hasta 1036 personas, que forman parte de 115 organizaciones, 162 instituciones, 32 comunidades organizadas, quienes, no conforme con su debate interno, acompañaron los distintos momentos de discusión que se dieron en el seno de la Asamblea Nacional, asumiendo la corresponsabilidad en torno a la legislación. —Hubo un acompañamiento completo de la discusión de la Ley de Semillas, desde el inicio en el año 2012, cuando nos enteramos y como movimiento popular nos activamos para hacer esa contraloría, pero además, para ser actores protagónicos de ese espacio— enfatizó. Finalmente, invitó a Luisa Estela Morales, presente en el panel a avalar el Proyecto de Ley. —Estamos en un proceso de socialización, y planteamos que en este espacio, el Congreso que tiene directamente que ver con la semilla, en el mes de la semilla, cuando estamos discutiendo estos temas, necesitamos vincularnos con estos procesos legislativos y ponemos desde ya, la ley a disposición de todos— dijo. —Tengo una historia en esta militancia. En 1980 yo también era conuquera, es más, me da un poco de vergüenza con los más jóvenes, pero yo conozco a Walter desde hace más de 30 años—, así, llena de historias desconocidas debido a su cara más visible como Magistrada del Tribunal Supremo de Justicia, se presentó la abogada Luisa Estela Morales. Morales afirmó que se sentía contenta de estar en el Congreso, aprendiendo, y destacó que en los años que tiene en la militancia “he oído y he visto cosas que me sorprenden y me entusiasman”.


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No obstante, dijo que en su papel de abogada iba a hacer algunos comentarios sobre la Ley, que podrían sonar a dogma, pero deben verse como un recordatorio de lo que originó la situación actual. Sin historia no hay memoria, no sabemos de donde venimos, es necesaria para las luchas populares tener memoria y conciencia histórica, y esa fue la invitación principal de Morales. —Sin historia es como si estuviésemos desmemoriados, como si no supiéramos de dónde venimos, pues cuando perdemos lo de atrás, perdemos lo ancestral, perdemos la brújula, perdemos la capacidad de hacer análisis como el que ustedes han hecho aquí—. En ese sentido, destacó la guerra del presidente Chávez contra el ALCA, y la importancia de tener el ALBA, pues todos los países que están incluidos en el primer acuerdo están obligados a aceptar el cultivo y la cría con material transgénico. Afortunadamente hubo conciencia histórica y memoria lo suficientemente despierta como para decidir por el camino difícil del empoderamiento. Morales exhortó a adoptar un modelo productivo que no destruya para producir, sino que sea cónsono con el funcionamiento ambiental, combatiendo también “la ciencia ideologizada por el capital, desarrollando la ciencia socialista”. Finalmente, reflexionó en torno a la complejidad del problema: “no es local, es mucho más complejo”. Señaló que el conocimiento científico, las Universidades, las industrias, los comercios, prácticamente todo lo que tiene que ver con la semilla está al servicio del capitalismo, por lo que ver una sola arista del problema sería una miopía muy costosa. En este sentido instó a “hacer valer la cultura campesina, la semilla tiene que ser libre”, y la lucha debe ser de todos los pueblos. Tras su palabras, los Duendes de Sanare, llenos de júbilo, entregaron

a Morales la condecoración “Muñeca de Trapo en su primera clase”, una distinción sumamente significativa dentro de la militancia ecosocialista del país, pues supone un gesto de complicidad con lo más potente del ejercicio político militante del Poder Popular. Para concluir el arduo Foro-Debate, pasada la una de la tarde, el compañero Carlos Lanz comenzó a hablar acerca del Programa Todas las Manos a la Siembra y la soberanía alimentaria, y sin mucha pausa arrancó diciendo: —Estamos en un contexto difícil, en medio de la guerra económica, el desabastecimiento programado nos está asfixiando. Desde nuestra experiencia nosotros afirmamos que sembramos o nos jodemos—. El panorama es claro y con la continua subida de los precios, aunada al mencionado desabastecimiento, la opción soberana es el trabajo, la siembra, pero no de manera acéfala, sin plan. Se busca producir en pequeña escala, —en cualquier espacio susceptible de siembra, ¡qué todo el mundo siembre! —, enfatizó. Inmediatamente planteó 4 objetivos primordiales: plantear otra opción de siembra y de producción, ofrecer respuestas prácticas y garantizar la legitimidad del proceso de empoderamiento ya más que andado. —Yo me voy a meter por la coyuntura, por eso nosotros planteamos una convocatoria, para dos meses, sembrar rubros de ciclo corto, por ejemplo con la época decembrina cerca, sería interesante la siembra de condimentos hallaqueros—, expresó. Y aunque pareciera un poco descabellado, la verdad es que tras la argumentación y la descripción del panorama que hizo Lanz, 37


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se entiende perfectamente que la invitación, el desafío, es real y necesario. —Esta Revolución no tiene vida si nosotros no sembramos, si nosotros no recuperamos semillas—. Destacó que en el año 2015, el Programa Todas las Manos a la Siembra logró recuperar, a mediana escala, varias de las semillas tradicionales de nuestra cultura campesina. Hay un trabajo exitoso hecho y haciéndose, falta visibilizarlo y replicarlo efectivamente, —nosotros somos bien sencillos en eso, debemos producir en cualquier espacio sin pretender ser los nuevos dueños de hectáreas— subrayó. —No tenemos capacidad de resolver el desabastecimiento en el corto plazo, ¿vamos a resolver el problema de los alimentos con las importaciones? No es verdad que conseguimos alimentos en todos lados porque esta crisis alimentaria está atravesando todo el mundo—. Para Lanz, lo importante de la propuesta de Todas las Manos a la Siembra es la posibilidad real de ofrecer verdadera soberanía alimentaria, pero necesita esfuerzo, compromiso y mucho trabajo. —Todo esto, hermanos y hermanas, involucra una contingencia, una elaboración teórica un poco más compleja y una decisión política, y yo les traigo esta propuesta, el mensaje, este convite. Vamos a meterle de verdad verdad a la siembra. Que esto sirva para revertir el decaimiento—. Así sea.

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Río C.


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Saberes, conocimientos e innovación popular para la soberanía Estamos en el último de los tres foros debate programados para esta edición del Congreso. La carpa se llena cada vez más de gente y de expectativas, a la vez que los tres ponentes se instalan y esperan la indicación para empezar. El primero que toma la palabra es Gerardo de Jesús Rivas, mejor conocido como “Lalo”.

Innovación popular para la soberanía en la producción de semillas Lalo es el coordinador de la Asociación de Productores Integrales del Páramo PROINPA y nos acompaña desde Mérida. Desde el año 1997 esta organización trabaja en pro de la agroecología, protegiendo y utilizando semillas sanas del páramo para la producción. PROINPA nace como una red que fue posteriormente apoyada por el Estado. Han desarrollado un sistema de capacitación en el páramo para formar, en tres años, a hombres y mujeres en agroecología. Esta, evidentemente, es una de sus grandes fortalezas. —No necesitamos de la academia para ser buenos productores— nos dice, orgulloso.

La producción de papas ha sido su bandera de lucha: papas nativas, sanas, libres de agrotóxicos y plagas. Desarrollaron un sistema de certificación de sus semillas, y de esa manera garantizan su calidad genética. La llaman la “semilla angostureña” y quieren que se decrete de propiedad social. Son semillas sin patente, por supuesto, certificadas gracias al apoyo económico y científico del Estado. —¡Vengan y vean!—. Además, nuestras papas nativas son altamente resistentes a las plagas, de modo que no se necesita utilizar herbicidas o químicos para su producción. —Nuestro salto a la agroecología es la papa nativa—, comenta. Es así. No necesitamos importar semillas ni papas, tenemos las nuestras. Lo que necesitamos es concretar ideas y proyectos a partir de congresos como éste, unificar criterios y recursos, masificar la producción sana y libre de agrotóxicos. ¡Tenemos semillas angostureñas en nuestro páramo y seguimos importando! —Comamos la papa picada, la de la concha negra. Esas son las nuestras —comenta Lalo— ¿De qué sirve que no comamos carne o que nos jactemos de ser consumidores agroecológicos si compramos la papa importada y transgénica en el supermercado? — La tarea no es sólo del productor, los consumidores debemos también ser conscientes de lo que compramos y comemos. Y cierra Lalo con su acento merideño: —Seamos soberanos de nuestras propias semillas. Nosotros lo somos ya. Sí se puede—. 39



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Amenazas de la propiedad intelectual exclusiva sobre el patrimonio cultural colectivo asociado a la semilla La antropóloga Isabel Piña es la Directora General del Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual SAPI. Comienza sustentando legalmente su ponencia: en los artículos 127 y 124 de nuestra Constitución Nacional, se prohíbe el patentamiento de los seres vivos, los conocimientos tradicionales y los recursos genéticos. Por otro lado, en la Ley de Gestión de la Diversidad Biológica del año 2008, en los artículos 92 y 137, se establecen lineamientos que prohíben el patentamiento de investigaciones asociadas a la diversidad biológica y que exponen las sanciones pertinentes. Sin embargo, la tendencia proteccionista que patenta las semillas y las investigaciones científicas a nivel mundial, también prohíbe el almacenamiento para los campesinos y los obliga a comprar sólo aquellas semillas modificadas genéticamente. —Si a algún campesino se le ocurre faltar a alguna de estas normas, como ha sucedido ya en Colombia, por ejemplo, se verá involucrado en demandas cuantiosas—. Por otro lado, nos cuenta que en el año 2000 el SAPI recibió 18 solicitudes de patentes de variedades vegetales, de las cuales sólo 3 pertenecían al Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas: el resto, el 95% de las solicitudes, eran extranjeras. ¿Quién se beneficia

entonces de nuestra diversidad biológica? ¿Hablamos de biopiratería? ¡No al proteccionismo! El ejemplo extremo de este modelo es el del caso colombiano: la resolución 970 del Instituto Colombiano Agropecuario prohíbe el uso de la semilla nativa y obliga al campesino a sembrar con semillas patentadas. Isabel comenta que podemos sentirnos orgullosos de que en nuestro país estas prácticas no existen, pero debemos saber cuáles son los retos actuales a los que nos enfrentamos. El reto inmediato es garantizar la legislación de la protección de la semilla antitransgénica y antipatente que sigue en aparente discusión. Debemos ejercer presión. —Tenemos que unirnos y ser muy minuciosos con cada detalle, cada coma, cada “y/o” que pueda estar en ese proyecto de ley de semillas—. Defendamos la semilla como ser vivo y también los conocimientos e investigaciones asociadas a ella, todo a favor de la protección de nuestra agrobiodiversidad. Piña nos recuerda que “nada de esto es nuevo”, pues todo está enmarcado dentro del Plan de la Patria. Chávez pensó en nuestros conocimientos tradicionales y generacionales y nos dejó un claro legado: NO A LOS TRANSGÉNICOS.

Contaminación transgénica y tecnología terminator: la vida en peligro Nos visita, desde “otra España, que no es la de los conquistadores”, el músico, escritor y comunicador independiente Miguel Rix. 41


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La España de la que viene es su España, esa que lleva años luchando contra el imperio, contra los transgénicos y la industria farmacéutica. Comienza aclarando que él está aquí por Chávez, porque ha sido el mejor ejemplo de alzamiento contra el imperio —contra el mal, como lo llama—. —Yo vengo a hablarles de algo que no es tan bonito como lo de Lalo o lo de Isabel. Yo quiero que conozcamos y profundicemos en el enemigo—, comenta. Rix nos dice que tiene años procurando destapar las trampas del imperio desde su música, sus programas de radio y los libros que escribe. Nos recomienda que descarguemos gratis su publicación “Eugenesia legal” en su página www.somosmejoresqueellos.com, porque ahí se señalan minuciosamente estas grandes trampas que hoy no tendremos tiempo de comentar, dice. Digamos que Estados Unidos se ha mostrado siempre altamente preocupado por la seguridad y la salud de la gente, ofreciendo —desde su empresa Monsanto— agroquímicos y semillas transgénicas, alteradas con biotecnología, que garantizan una mejor calidad genética de los alimentos que consumimos, además de mucha salud y bienestar. Eso es lo que, con descaro, alegan Monsanto y la Federal Drugs Administration desde los inicios del transgénico. Nosotros sabemos que el verdadero objetivo de las trasnacionales es patentar la vida del planeta: hacernos

sus esclavos y consumidores. —Los cómplices de las trasnacionales son los científicos, más que los políticos—. Lo más peligroso es que nadie sabe con exactitud las consecuencias que traerá para la naturaleza, a la larga, la modificación genética de los alimentos. ¿Estamos sacrificando nuestra salud y tradiciones por comodidad, rendimiento y rentabilidad? Lo que sí sabemos es que no aportan nada. Una plantación de transgénicos genera, a largo plazo, que las plantaciones aledañas no transgénicas se contaminen y se vuelvan tierras infértiles. —Debemos ser radicales. No podemos empezar investigaciones si está en riesgo la salud del pueblo. Nuestras decisiones deben ser inmediatas—, nos dice, alterado, a la vez que insiste en que ejerzamos presión sobre esa ley de semillas que está en concordancia con la revolución que queremos. Por último, Rix pide que incluyamos en la declaratoria final que estamos radicalmente en contra del biocolonialismo en cualquiera de sus expresiones, y concluye con un afectuoso grito revolucionario. Comienzan ahora las intervenciones de los demás participantes: ¿Cómo evito que mis plantas se contaminen por las del vecino, desde mi individualidad? Rix, con una sonrisa, responde que lo que podemos hacer es vivir conscientes —de lo que comemos, de lo que compramos, 43


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de lo que hacemos— aunque sea extenuante, y luchar contra las trasnacionales desde la individualidad. —¡Sembremos pira! Las trasnacionales buscan el principio activo de las plantas para patentarlos. Incluso, en la comunidad europea es ilegal utilizar plantas medicinales—. La lucha individual es desde ahí. Aprovechemos nuestra maravillosa flora tropical y la libertad que tenemos para usarla: sembremos. Satisfecho, cierra el foro, tentándonos: “Organicémonos. Quememos las plantaciones de Monsanto”.

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Silvia Gouverneur


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¿Y qué hacemos con todos nuestros desechos? Propuestas para el manejo sustentable de la basura Primer día de Congreso: emoción y expectativa. La marea de gente se desplaza agitada y cada persona busca el espacio de debate de su interés. ¿No sé qué hacer con mis desechos? Me acerco al salón 13 del edificio Cener Coronil a las nueve de la mañana para escuchar y proponer alternativas. Comienza la jornada.

Luchando contra el monstruo de la basura en Caracas Los compañeros de Supra Caracas, Rosa Elena Betancourt y Jaratzon Ordóñez, hacen un recuento de la trayectoria y la función de esta empresa de la que forman parte: Supra Caracas se encarga de la recolección de basura del municipio Libertador de Caracas. Fue fundada en el año 2011 por el comandante Hugo Chávez bajo la concepción de que debía ser una empresa enmarcada en los valores socialistas, que buscara transformar los sistemas de recolección de basura de la ciudad. El municipio Libertador es el más poblado y urbanizado de todo el país: cuenta con 22 parroquias y aproximadamente 1.943.901 habitantes.

Además —y esto nos lo lanzan así, de golpe— genera alrededor de 3.113 toneladas de basura cada mes. Proyectan los resultados de un estudio en el que compararon la relación —muchas veces inversa— entre la cantidad de población y la producción de basura en cada parroquia del municipio: —Vemos cómo algunas parroquias, que no son las que más población tienen, son las que más basura generan—, nos dice Rosa Elena. Este es el caso, por citar un ejemplo, de la parroquia Catedral: siendo la que cuenta con la menor población, es una de las que más genera desechos. Por el contrario, la parroquia San Juan, teniendo una enorme población, no genera tanta cantidad de basura. Nos preguntamos, entonces ¿de qué depende la producción de basura en cada parroquia? Nos lo revelan: Catedral es una parroquia principalmente comercial, mientras que San José es sobre todo residencial. “Son los comercios y la industria los que generan la basura, no somos los usuarios comunes los más responsables.” Los compañeros nos hablan también de otro de los principales problemas del sistema de recolección de basura: no llega hasta zonas altas o de difícil acceso porque muchas veces es imposible. Esto nos lo comentan mientras muestran fotografías de inmensas montañas de basura en calles muy angostas y empinadas, a las que evidentemente un camión de basura no podría acceder. Carlos Méndez, miembro del colectivo Abya Yala, nos suelta: “Nosotros somos marginales no porque no sabemos, sino porque vivimos al margen”. 47


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Jaratzon Ordoñez comenta: —El sistema de recolección debería ser incluyente y estamos trabajando en eso, pero debemos entender que la solución al problema de la basura no está en quién la recoge o cómo: participamos del sistema consumista que utiliza el capitalismo, en el que sólo el 10% de lo que compramos es duradero, útil y verdaderamente necesario. Somos esclavos de este sistema dañino, que despilfarra los recursos naturales y genera demasiada basura. Y es que la lucha empieza desde ahí, desde el momento en que ponemos en tela de juicio nuestros patrones de consumo y comenzamos a accionar desde la casa, desmontando el sistema. Rosa Elena nos cuenta que la lucha de Supra Caracas también es interna, pues, en la mayoría de los casos a los trabajadores sólo les interesa recoger la basura y cumplir con el horario. Es por eso que se han creado programas como Supra en ambiente, que buscan sensibilizar sobre el tema ambiental a los mismos trabajadores de la empresa a través de encuentros, actividades, talleres y charlas. A su vez, han desarrollado también proyectos comunitarios como Supra va a la escuela, Supra va a la comunidad y Supra vocero universitario, que propician la participación del pueblo organizado en la resolución de sus propios conflictos. A largo plazo, nos cuenta, lo ideal sería que el Poder Popular asumiera y participara activamente en las medidas de la empresa, al punto de tomar decisiones en conjunto, en vez de esperar a que sea la empresa la que accione y resuelva los problemas de la basura que ellos mismos generan. 48

Entre cantos de niños que pasaban al lado del salón, se despiden los compañeros de Supra Caracas, para dar paso a una interesante pareja de creativos luchadores ambientales.

De la basura al recurso y del turismo a la integración Yermana Duque y Carlos Méndez se conocieron en un congreso de agroecología. Ella es de Mérida y él de Falcón, y son bellamente distintos. Como pareja, han desarrollado diversas maneras de aprovechar la basura y de entender el turismo. Para iniciar su ponencia, plantean la introducción de un nuevo término que consideran más apropiado que “biodiversidad”, por ser más amplio: “diversidad bio-cultural”. La diversidad de formas de vida, opiniones, pasado, momorias y costumbres determinan el entorno y la manera de relacionarnos con él. Problematizan la actitud de la mayoría de las personas ante la basura que producen. “¿Qué uso le damos a la basura además de quejarnos? Los cambios de paradigma deben ser individuales y tratados en comunidad” expone Yermana. “Nos vamos a la playa o al páramo y vemos la gran cantidad de basura, sobre todo después de la temporada alta vacacional. Necesitamos redireccionar el turismo en nuestro país y manejar responsablemente nuestros desechos”. Otra compañera de Mérida, María Mora, comparte que se puede cambiar la manera de hacer turismo, evitando


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el consumo exagerado, si cada Estado propicia que sus turistas busquen los rubros y la producción local de la zona en la que se encuentran. “Mérida no es sólo pastelitos” nos dice, indignada. “Pero el productor necesita ayuda para ser visibilizado también. ¿Cómo hacer para impulsar y difundir la producción nacional o para exhortar al turista a relacionarse de una manera más equilibrada con los espacios?” Después de algunos comentarios que complementan la propuesta de la merideña, nuestros ponentes nos muestran los increíbles tejidos que juntos hacen con bolsas y artículos plásticos (forros, accesorios, bolsos y decoraciones) mientras nos instan a generar creativamente otras maneras de relacionarnos con la basura. Carlos Méndez, del colectivo Abya Yala, en vez de un zarcillo porta graciosamente un largo lápiz en el lóbulo de la oreja. Captando toda la atención, plantea que es importante entender que “el pote de Coca-Cola no va a dejar de existir. Hay que asumirlo.” Nuestra tarea es reutilizarlo y encontrar usos distintos para cada recurso, para así reducir nuestra participación en la generación de la contaminación ambiental. “Aprovechemos el sistema para transformarlo, pero tengamos cuidado para no justificar el consumismo. No es que vamos a comprar más cosas para poder reutilizarlas.” Empieza el debate. Omar Álvarez propone que cada comunidad debería asumir la recolección y tratamiento de sus desechos en “centros de acopio comunales”, para lo que necesitamos desarrollar y masificar la especialidad universitaria de “ambientalista”. Yermana cree, en cambio, que todas las

carreras y profesiones deberían ser transversalizadas por el problema ambientalista que a todos atañe. Adrián Flores cree que todos somos víctimas y cómplices. “Aunque no usemos los productos, ya se sacaron, ya se produjeron, ya el daño está hecho. No lo compro yo, pero lo compra otro. Lo que debemos hacer es buscar cómo abrir el debate desde la legislación y el Estado. Debemos generar políticas de Estado que asuman, sancionen y multen a las empresas que no cumplan con los lineamientos de protección ambiental”. En este debate activo surgen afirmaciones e inquietudes como: ¿de dónde viene lo que consumimos? ¿A quién le compramos? Debemos cuestionar y averiguar. La mayoría de las grandes trasnacionales financian guerras y horrores con nuestra inocente ayuda, y ni hablar del daño que nos hacen sus productos. ¡Busquemos alternativas! ¡Hagamos boicot a las empresas! ¡Dejemos de comprar innecesariamente! La pareja de ponentes propone algunas soluciones que podemos exigir y llevar a cabo: educación ambiental (desde la casa, los colegios y universidades); acopio comunal (en espacios como la Misión Vivienda o las Comunas); manejo de residuos sólidos urbanos y humanos (seguimiento, supervisión y control desde las comunidades); aprovechamiento de la innovación tecnológica y reconocimiento de la responsabilidad de la industria y los medios de comunicación para sabotearnos. De un salto se para Amada Díaz y nos sacude: “¡Pero es más complejo que eso! Nosotros dependemos de Papá-Estado. 49



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Yo vivo aquí en Valencia y muchas veces el agua me llega marrón. ¿Cómo no voy a comprar mi botellita Minalba? Que tampoco sabemos de dónde viene, pero al menos no es marrón.”

Procesamiento de plástico reciclado para producir implementos y utensilios en la agroindustria

Esta intervención sacude al salón, que de inmediato se llena de comentarios simultáneos. Después de lograr un poco de orden y silencio, las intervenciones empiezan a girar en torno a lo que hay que exigirle al Estado: debemos aprovechar que este congreso lo organiza un ministerio, para exigir, desde aquí, que se generen normativas que abarquen el tema de los desechos (y que se cumplan, por supuesto).

Marleny Suárez, desde su experiencia académica como licenciada en química y doctora en bioquímica, expone el placer que le genera que podamos sentarnos a discutir en un mismo espacio, desde distintos lugares del conocimiento. Aquí estamos, compartiendo opiniones, estudiantes, agricultores, académicos, amas de casa y pare de contar. Sólo así se construye verdaderamente un país: desde el debate inclusivo y la participación popular.

Edilia Arrechedera dice “dejemos de pensar que el Estado está por allá y nosotros por aquí. ¡Poder popular somos todos! Nosotros podemos tomar decisiones, no esperar que el Estado lo haga, porque todos somos Estado. Nuestra participación es protagónica. Sólo nosotros le damos vida a lo que se decreta desde nuestra participación y organización”.

Desde el Frente Bolivariano de Innovadores, Investigadores y Trabajadores de la Ciencia (FREBIN) del Estado Aragua, Marleny nos trae un interesante proyecto nacional que nos enorgullece.

Brinca el compañero Roque Bolívar: “¿De dónde sacamos el financiamiento, como poder popular, para organizarnos? No podríamos hacer un congreso como éste sin el dinero del Estado. El Poder Popular se debilita porque no somos independientes”. Así finaliza la jornada. Empezamos hablando de la basura como recurso y terminamos debatiendo sobre nuestra organización y participación en las políticas del Estado.

Tenemos máquinas pensadas, diseñadas y construidas por venezolanos y venezolanas, que procesan el plástico que se desecha. Después de intentar explicarnos el complejo proceso por el que pasa el plástico en la máquina, nos cuenta que cada una genera láminas, baldosas, tableros, tarimas y contenedores. Este es un gran avance tecnológico que hace útil nuestros desechos. “La basura es una oportunidad socioproductiva, es energía que se transforma”. Lamentablemente, uno de los miembros del equipo de científicos, antes de que se pusieran en marcha nuestras máquinas, fue con la idea a México, y allá se patentó y se instaló de inmediato el proyecto, nos dice, alterada. 51


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En cualquier caso, comenta que es una idea que debería ser masificada en todo el país. El gobierno ofreció pagar por el alquiler de las máquinas. —Y eso haría rico a cualquiera —dijo—, pero nosotros queremos que todos sepan cómo se hacen para que no dependan de nosotros. Para poder construir el modelo que queremos, tenemos que enseñar a hacer las máquinas, no alquilarlas. Vamos a ser soberanos en alimentación, cultura y tecnología cuando dejemos la dependencia de terceros. Aunque el gobierno de Aragua ha estado poco a poco visibilizando la situación, la producción de máquinas aún no se ha masificado, y ha sido poca la atención que ha recibido: —¿Qué presión ejercemos a instituciones gubernamentales para que financien nuestros proyectos? Si la participación es verdaderamente protagónica, más que una propuesta, tenemos que poder generar lineamientos. El congreso debe ir enfocándose hacia allá—, interviene el compañero Adrián Flores, de la Universidad Bolivariana. Después de estratégicos intercambios telefónicos entre varios de los participantes y ponentes, concluye la mañana de trabajo de la primera jornada.

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Silvia Gouverneur


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Reflexiones y aportes al buen vivir (II) Cuatro paredes y una naranja sobre la mesa. La naranja se transformó en un mundo en las manos de Eduardo Dorta mientras exponía La arena y el polen. Durante su ponencia utilizaba la naranja para explicarnos cómo el agua de lluvia venezolana lleva consigo partículas de arena del Sahara. Nos mostró un video en el que se veía cómo las corrientes de aire conectan a América con África y nos dijo —por más que haya mar de por medio, los continentes nunca han estado del todo separados, ellos siguen unidos—. A Eduardo le dicen “el Quijote” y “El Señor de las plantas”, ya que a ellas se dedica apasionadamente en el Programa Todas las Manos a la Siembra. Él se pregunta: si las partículas de arena pueden viajar a tales distancias, ¿qué pasa con las partículas de polen? Y tomando en cuenta que las plantas transgénicas producen polen, nos increpó: ¿acaso las partículas de polen no son capaces de viajar como las de arena? ¿Cómo pueden afectar estas partículas la producción de nuestras plantas criollas? Todos vemos con preocupación la naranja en su mano. Pasa entonces a hablar de una posible solución: la instalación de unas trampas atrapa-polen. No nos quedó claro el funcionamiento de las trampas ni sus dimensiones, pero vale la pena investigar.

Pastor Vizcaya, en tono ameno, comenzó por aclarar que pese a su nombre no es cristiano evangélico ni nada por el estilo. Se identificó como miembro del Frente Revolucionario Artístico Patria o Muerte (FRAPOM) y vocero de la Red Nacional de Teatro y Circo. Anunció que expondría “El arte, una barrera contra el éxodo campesino”. Tomó la naranja en la mano. —Detrás de cada producto del campo hay un ser humano en un contexto particular. Por lo que la relación del Estado con el campesino no debe ser meramente mercantilista— señaló. Pastor afirmó que las políticas de Estado no deben conformarse con modificar las condiciones materiales para conseguir una mejor producción, pues tal cosa sería como repetir esquemas capitalistas. Hace falta incidir también en el contexto social en el que viven las personas. Ubicó entonces la problemática en el territorio venezolano, y con cifras en mano señaló que entre el Distrito Capital, Miranda y Vargas viven casi 6 millones de personas en apenas 9 mil ochocientos quilómetros cuadrados. Mientras en Estados de mayor tamaño como Guárico, viven menos de 900 mil personas. Siendo Guárico 6 veces más grande que la Gran Caracas. El problema de nuestra irregular densidad poblacional dialoga con la realidad cultural de cada una de nuestras regiones. Pastor indicó que las principales ciudades (donde se encuentra la mayoría de los teatros y museos) 53


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proyectan ser mas “desarrolladas” que el resto del país. Así una lógica mercantil, la noción de ciudades portuarias centralizadas, incide en la manera en que distribuimos nuestros centros culturales. A esta problemática se añade el poder simbólico que hemos otorgado históricamente a los medios de comunicación nacionales, que centran su programación en dar a conocer lo que ocurre en la Gran Caracas, conformándose con una programación hecha por y para los habitantes de la ciudad. Pastor lanzó y atajó la naranja. —Entonces uno se encuentra con muchachos que dicen “me voy de este pueblo, aquí no hay vida”. Buscan irse a la capital de Estado, pero a su vez esas capitales miran como norte cultural la hacinada vida caraqueña. ¿Cómo se puede promover la vida campesina si no se piensa a la campesina y al campesino como productores y consumidores de cultura? —El concepto de ciudad es de naturaleza burguesa— afirmó Pastor. Las ciudades consumen la mayor cantidad de recurso y producen muy poco. Cuando algunos de nuestros pueblos dejaron de ser pueblitos para convertirse en ciudades, dejaron de producir y comenzaron a sostenerse a renta petrolera. Afortunadamente, en todos los pueblos hay una cancha pero —insiste—, no en todos los pueblos hay un cine y una casa de la cultura en funcionamiento. Y antes de plantear su propuesta, recalcó: —No se puede acabar 54

el estado burgués si no acabamos con el tratamiento hegemónico que imponen las ciudades. Pastor nos invita a apoyar el modelo de casa artística o centro de artes vivas que desde la Red Nacional de Teatro y Circo se intenta implementar. Afirmó que puede ser el primer paso para establecer un diálogo cultural entre las distintas poblaciones. Al terminar su ponencia entregó la naranja a la siguiente ponente Amarilis Hidalgo. Junto a Juan Carlos Asencio, del Colectivo Gente Chavista, expuso La casa más allá de la mercancía. —Sufrimos al menos 15 años consecutivos de asedio desde instancias nacionales e internacionales, padecemos todos los días la guerra contra el pueblo —afirma Amarilis. Sabemos que nosotros no vamos a resolver de manera inmediata el problema pero necesitamos garantizar la comida, la salud, espacios culturales y una casa en la que resguardarnos. Levantamos la vista y logramos leer una hermosa cita de la señora Antonia Rodríguez, a sus 80 años de edad: —Yo vivía en un conuco —¿Cómo es esa vaina, Antonia? —Guá, así mismo, estaba dentro del conuco una casa de bahareque. Muchos de nosotros no producimos comida, pero sí la consumimos. Nuestra improductividad es una decisión que ha sido planificada para sostener un Estado minero.


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Por lo que durante la historia previa a la llegada de Chávez no existía una intención real de mejorar la vida del campesino. Amarilis sostiene que lamentablemente nuestro patrón de economía de puerto no ha cambiado, pero hasta ahora hemos logrado distribuir nuestras riquezas petroleras de una manera más justa.

Ellas socializaron la ponencia Higiene independiente. Compartieron con nosotros sus experiencias con la producción y uso de jabones y desodorantes caseros. Así hacen desodorantes:

La vuelta al campo que plantea Amarilis no está anclada en una añoranza bucólica del pasado. Ella sostiene que el campesino históricamente ha sido un esclavo, y si por el boom petrolero se abandonaron los campos fue porque las ciudades se vendían como una posibilidad de libertad.

• Bicarbonato, una cucharada • Maicena, una cucharada • Aceite de coco prensado, una cucharadita • Esencia (ellas recomiendan la lavanda), un chorrito

Juan Carlos Asencio nos mostró fotos de los hogares que el colectivo ha ayudado a construir. Cada casa era diferente y respondía a las características propias de cada grupo familiar. “Nosotros atendemos casos de verdadera necesidad —dice Juan Carlos— y no vendemos casas, ayudamos a armar una cayapa para construirlas” El colectivo se distancia de prácticas como la bioconstrucción, ya que ellos prefieren “trabajar con lo que se tenga”. Mostraron casas con estructuras metálicas, paletas de madera, conteiners, barro y bloques. Luchan porque están convencidos de que el capitalismo se empeña en robarnos hasta el valor para atrevernos a construir nuestras propias casas. Apartamos un momento la naranja de nuestra vista y colocamos un escritorio para recibir a Adriana Colmenares y a Marián Oropeza, del colectivo agropolítico Abya Yala.

Ingredientes:

Se mezcla el bicarbonato con la maicena y luego se agrega la esencia y el aceite de coco. Se envasa y se deja reposar. Para extraer el aceite de coco: Se ralla el coco por la parte más pequeña del rayo, sin calentarlo. Se exprime para sacarle la leche. La leche del coco se coloca en una olla fría y se cocina a fuego lento hasta que salga a flote la cuajada, quitamos la cuajada y volvemos a coser para repetir el proceso. Adriana advierte que debemos tener paciencia, ya que la etapa en la que el cuerpo se adapta al desodorante libre de toxinas puede durar días. Nos aconseja que durante este tiempo tengamos siempre el desodorante a mano. Las compañeras recomendaron no utilizar limón en el desodorante, ya que tiende a manchar la piel. Aconsejaron llevar una dieta adecuada; nuestra alimentación e hidratación afectan nuestro olor. 55


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Sobre la receta de los jabones que hace el colectivo supimos que se usa como base la soda cáustica, un elemento muy inestable. Marián cuenta que lo más difícil es conseguirla, y propone que nos juntemos los productores para hacer pedidos a grandes a empresas hermanas como la Corporación Petroquímica de Venezuela (Pequiven). Otros asistentes al foro también aprovecharon el espacio para compartir recetas, cómo la siguiente, de champú de cayena: Ingredientes: • 4 tazas de pétalos o cogollo de cayena • 8 tazas de agua • Media panela de jabón azul rayado (Para el cabello seco se le agrega una cucharadita de aceite vegetal por cada taza de agua. Para el cabello graso se le agrega una cucharadita de vinagre por cada taza de agua). Se licuan las hojas y retoños en 6 tazas de agua, se cuelan en un paño de gasa. Se derrite el jabón azul en las otras dos tazas de agua a fuego lento. Se mezcla todo, se envasa y se deja reposar. A este intercambio de saberes se sumó el compañero William Granada, con la ponencia “La configuración sostenible entre ruralidad y desarrollo, desde la ecología profunda” William se plantea como objetivo analizar elementos epistemológicos y metodológicos del paradigma emergente de una nueva ruralidad. Comenzó por señalar que conceptos como “sostenible”, “desarrollo” y “ruralidad” 56

son contrabando del sistema hegemónico que estamos combatiendo. —Estas palabras nos ayudan a conocer las categorías de estudio necesarias para transitar las estructuras que pretendemos modificar. Es decir, que para comprender al capitalismo debemos conocer los conceptos que utiliza, pero para comprender otros ámbitos de nuestra existencia es necesario trastocar estos conceptos o crear otros nuevos. En tal sentido, William nos invita a pensar la ruralidad, la urbanidad y la naturaleza como un continuum. William propone el rescate de un término robinsoniano: la topoecología, como la simbiosis de los conocimientos científicos y cotidianos desde el hábitat. El llamado es a que tal ciencia se estudie asumiendo la transdisciplinareidad y las teorías críticas de ecología (profunda, social y ecofeminista) y se facilite el empoderamiento de las leyes del poder popular. Pasamos a la ronda final de preguntas y aportes. Ya para entonces las cuatro paredes parecían ausentes. Como si estuviésemos hablando en el porche de una casa, con varios libros sobre testimonios, surgió la pregunta fundamental: ¿cómo definir la casa necesaria? La respuesta no es una sola. Seguramente se trate de una casa provisional, acogedora, que muta para cubrir todas las necesidades. Es una casa que sabe que es víctima de una guerra. Tiene libros útiles y palabras necesarias. Sabe hacer desodorante y si se le olvida, aprende. Cambia todo el tiempo pero vuelve siempre sobre los mismos temas, como una espiral. Es una casa comunera. Sabe de las luchas de sus habitantes. Es una casa despierta, es casa y es trinchera. Daniel herrera


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Cambio climático: reflexiones, experiencias y propuestas Continuaban las jornadas de trabajo del Congreso. La polémica no se hizo esperar: durante el conversatorio “Cambio climático: reflexiones, experiencias y propuestas” se desarrolló un análisis sumamente crítico de los modos de vida que han favorecido la situación actual, en donde los polos se derriten sin detenerse, grandes períodos de sequía se ciernen sobre el trópico y las temperaturas se vuelven insoportables tanto para los humanos como para otras especies. Hablar de cambio climático siempre es controversial. El salón 13 del edificio Cener Coronil fue el escenario de la discusión. Allí estuvimos. La compañera Olga Ochoa fue la encargada de abrir el conversatorio con su trabajo “El papel de la Universidad ante el cambio climático”. Intentó mostrar que uno de los objetivos transversales de la universidad necesaria para nuestros tiempos debe ser “tomar conciencia de que el cambio climático ocurre acá, no solo en Asia o en los polos”: —¿o por qué creen que en este salón hace tanto calor hoy?— inquirió. Uno de los argumentos que se esgrimen para desestimar el cambio climático es que sus “efectos no se sienten”, lo que Ochoa calificó como un desconocimiento, pues se trata de “cambios palpables, evidentes, a la vista de todos nosotros”.

La compañera dijo: —Antes, en Venezuela eran muy estables los períodos de invierno y verano; ahora usted no puede decir “estamos en sequía” o “llegó la lluvia”, eso se ha ido modificando con el pasar de los años—. Se refirió de manera particular al efecto invernadero y sus efectos en el calentamiento global y el cambio climático, que han ido en aumento a pesar de la advertencia de hace ya casi 30 años de que las emisiones de gases a la atmósfera podría traer esas consecuencias. —Muchas veces los acuerdos se han quedado sólo en el papel, y países como China, Estados Unidos, que son los mayores emisores de gases, firman pero no toman las medidas correctivas y no toman en serio el compromiso suscrito en los convenios—. Ochoa no se concentró en la descripción del panorama adverso y propuso una serie de medidas y pequeñas acciones para poder hacer frente a esta realidad como “reorientar la educación superior en el contexto de la sustentabilidad, fomentar una educación para el cambio, de la mano de un cambio en esa educación que genere mayor conciencia del impacto que nuestra vida está teniendo en el ambiente”, expresó. Para ella es necesario poder caracterizar los riesgos a que estamos expuestos, establecer vulnerabilidades de los ecosistemas y sectores socioeconómicos, acciones que “nos permitan ser previsores y no sólo reactivos”. Finalmente, expresó que es “el consumo responsable una posible solución”, porque resulta evidente que no podemos dejar de consumir, mas sí podemos cambiar los paradigmas depredadores que guían el modo en que lo hacemos. 57



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Le tocó el turno a Ana Felicien, quien presentó el trabajo “Cambio climático: una mirada desde el discurso global hasta la práctica local asociada a la agrobiodiversidad”. Presentó los conceptos clave a través de los que se construye la discusión por el ambiente hoy en día. —Tomando en cuenta el tema de este Congreso, nosotros quisimos presentar cómo está constituido el discurso del cambio climático en esos escenarios multilaterales y lo que está surgiendo desde el discurso de la gente, la experiencia popular— aclaró. Los conceptos que compartió Felicien se encuentran en documentos técnicos y en estructuras internacionales donde el ambiente y nuestra incidencia en él son protagonistas. Así, expresiones como “cambio climático”, “vulnerabilidad”, “gases de efecto invernadero y sus emisiones”, “mitigación”, “adaptación” y “responsabilidades históricas” son algunos de ellos. —Entre todo este panorama, nosotros mismos estamos amenazando la agrobiodiversidad con nuestras prácticas agroindustriales—. Ni hablar de las comunidades originarias: —Saberes ancestrales han caído frente al crecimiento exponencial de la mercantilización de la agricultura. Sin embargo, la agrodiversidad no está agotada y aún se le puede dar un reimpulso. Ésta se sustenta en el reconocimiento de la diversidad de especies genéticas, ecológicas, sostenidas en el tiempo por conocimientos y culturas locales, lo que supone su conservación dinámica— dijo Felicien.

La compañera destacó que en los espacios de acuerdos internacionales tiene especial peso la importancia de las responsabilidades históricas, aclarando que —Todos tenemos responsabilidad en el cambio climático, pero unos más que otros, sobre todo aquellos países que han generado emisiones desde la revolución industrial y cuyo crecimiento económico coincide con su rol de contaminadores del mundo. Estos gases se han acumulado históricamente y, en medio de su desarrollo, estos países son responsables por este duro impacto sobre la naturaleza—. A través de los medios de comunicación se llama a tomar conciencia desde lo individual: a reciclar, a no desperdiciar agua, etc. Pero la responsabilidad histórica de los países que, a través de su desarrollo económico y material, contaminaron irresponsablemente el planeta y “están generando consecuencias que afectan a toda la humanidad” es cosa que no se hace visibile masivamente. Felicien acotó los principios que rigen en el tema de las responsabilidades históricas: la equidad, el derecho al desarrollo y la erradicación de la pobreza, y aseveró que el contenido de tales principios no puede despacharse como si se tratara de delirios trasnochados, sino que ponen a la luz necesidades reales para la dignidad humana: —Los que están más excluidos de las políticas referidas al cambio y a la producción generan más del 50% del total de los alimentos que consumimos a través de la conservación de la agrobiodiversidad —. 59



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En torno a la producción hizo énfasis en el paradigma de la agricultura “convencional”, que emplea derivados del petróleo y otros tóxicos, consume ingentes cantidades de agua dulce y es responsable de cerca de 32% de los gases de efecto invernadero. Frente a ella planteó la forma de producción campesina, donde se dan otras relaciones con el territorio, sin violentarlo, pues el principio que rige no es el de la mercantilización de los alimentos, sino la calidad y el buen desarrollo de estos. Finalmente, Felicien listó una serie de acciones concretas para luchar por la mitigación y la agrobiodiversidad, tales como: retomar prácticas ancestrales, incentivar la agricultura a pequeña escala, reciclar materia y energía, respetar y practicar los saberes tradicionales de nuestros campesinos y campesinas. A continuación, María Helena Ramírez, del colectivo Alianza Sexo-Género Diversa Revolucionaria (ASGDRe), habló acerca de la “Participación de movimientos sociales en la Precop de cambio climático en 2014”. Relató: — El año pasado tuvimos la oportunidad de estar en la Precop social del cambio climático. La COP es la Conferencia de las Partes, donde se reunen las personas que van a discutir y tomar decisiones en el marco de las convenciones de las Naciones Unidad en torno al cambio climático—. Dijo Ramírez que los países del sur no habían podido ejercer una gran influencia en estos espacios, aún cuando son los más afectados por los embates del cambio climático, ante la imposibilidad material de hacer frente a las tragedias naturales que se han suscitado a raíz de esta alteración.

Esta experiencia es sumamente importante porque es el relato directo de la primera ocasión en que la Organización de Naciones Unidas, ante la evidencia de los hechos, creó un espacio de debate para los movimientos sociales vinculados al tema; todo un logro, si se tiene en consideración lo que señaló Ramírez, al respecto de la segregación de los pueblos del sur del mundo, Ámerica y África, como los grandes depauperados del cambio climático. —La primera PreCOP se produjo el año pasado en Margarita, en noviembre, y fue llevada a cabo por las organizaciones que están participando en estos debates en la ONU, y fueron muchas representaciones de muchos países. Todos los países tienen su representación, algunos están casados con las ideas de mantener el curso del clima como va, y habemos otros, muchos menos, que estamos interesados en romper esa lógica— aseveró. La compañera expuso que en la reunión a Venezuela se le atacó con dureza porque —…sí, Venezuela es el país que impulsa todo esto alternativo y muy bonito, pero es un país petrolero, el más petrolero de la región, entonces allí hay una contradicción. Porque parece que no estamos dispuestos a abandonar este modelo—. Sin embargo, aclaró que este punto también implica otra discusión, la del derecho al desarrollo: —…que significa que tenemos el derecho de decidir cómo, cuándo, y hacia dónde, como países, vamos a encaminar nuestro proceso de desarrollo—. Destacó que estamos en vías de un cambio en nuestro modelo de desarrollo, pues —todas y todos entendimos que el petróleo no es algo infinito, y no podemos seguir dependiendo de él porque no es factible 61


VI Congreso Venezolano de Diversidad Biológica

ni económicamente ni ecológicamente. Eso es algo que no se entiende y en estos espacios se nos presiona para que el cambio sea ipso facto. Para finalizar, hizo una invitación a estar pendientes a las decisiones que se tomen en París, en diciembre de 2015, donde se espera una nueva reunión en torno al tema.

Para cerrar, un compañero manifestó que en Venezuela existe la posibilidad real de dar ejemplo en la materia del impacto ambiental y el cambio climático: el Plan de la Patria.

Debate Durante el debate, las y los compañeros discutieron acerca de las distintas posiciones que habían sirgido en torno al problema del cambio climático, cuyo punto común fue que “se hace urgente, más que necesario, que combatamos juntxs”. Para muchos y muchas de las y los asistentes es fundamental la soberanía en materia ambiental, pues solo tomando decisiones que vayan acorde a las necesidades del país es posible hacer frente de manera real a la problemática. —Se han hecho esfuerzos para avanzar a la soberanía; pero es una deuda histórica: ¿quiénes entran en las universidades?, ¿quiénes están en las instituciones del Estado? — inquirió Felicien. En esta discusión confluyeron no solo representantes del Poder Popular y del campo venezolano, sino también representantes de diversas instituciones como el IVIC, el Ministerio del Poder Popular para Ecosocialismo y Aguas, quienes aseguraron que en el Estado venezolano está la voluntad de avanzar codo a codo en estas luchas, pero que el problema es cómo llevar a cabo la transición del modelo rentista actual sin la colaboración del pueblo organizado, produciendo en las comunas, los campos e incluso las ciudades. 62

Río C.


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Conocimientos y prácticas soberanas para la salud

La inconsistencia se hace más evidente cuando se constata que la farmacología toma como referencia el uso ancestral de las plantas medicinales en una primera etapa de la elaboración de fármacos modernos.

Importancia de la medicina ancestral y uso de plantas medicinales se titulaba la ponencia de Andrea Angulo. Ella comenzó por mencionar dos definiciones avaladas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Seguidamente Andrea hace referencia, en franco contraste, al marco legal venezolano, que respeta y resguarda los saberes de las diversas culturas indígenas que han hecho vida en nuestro territorio desde tiempos ancestrales.

Se entiende por medicina ancestral la suma completa de los conocimientos, técnicas y prácticas fundamentales de las teorías, creencias y experiencias propias de las diferentes culturas, que se utilizan para mantener la salud, prevenir, diagnosticar, mejorar o tratar trastornos físicos o mentales.

Luego comenzaron los aportes del resto de los presentes. Apuntaban a generar una nueva cotidianidad en nuestra relación con las plantas que comemos. Concientes del lastre del legado occidental que separa lo alimenticio de lo medicinal, y que sólo entiende de dosis, enfermedades y placebos. También se hizo referencia al legado ancestral, ya olvidado por mucha gente, que habla del ser humano como parte de esa naturaleza que come. Se habló de nuestros cuerpos mal acostumbrados a alimentos lácteos, grasas saturadas, harinas precocidas y embutidos. El tema de los usos medicinales de plantas conlleva recuperar la discusión sobre el rescate y resguardo de las memorias locales, reconocer de una vez por todas la sabiduría popular.

Plantas medicinales son todas aquellas que contengan uno o más principios activos, los cuales, administrados en dosis adecuadas, producen un efecto curativo frente a enfermedades del ser humano o de los animales. Andrea luego hace visible una franca incoherencia de la OMS, cuando sostiene que “no existen datos precisos para abordar la extensión del uso de plantas medicinales”, aun cuando el uso de dichas plantas es generalizado en toda Nuestra América. ¿Quién no se ha tomado un guarapito de manzanilla?

José Ángel Sandoval y Xiomara Reyes socializaron el conocimiento aprehendido en el sector Palomar en Tinaquillo, estado Cojedes, al presentar la ponencia Semillas usadas por el pueblo para sanar algunas enfermedades. La ponencia consistió en 63



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una descripción de las propiedades, beneficios y modos de consumo de algunas de estas semillas, que transcribimos a manera de recetario: Comino (Cuminum cyminum) Pese a no ser una planta nacional se ha adaptado muy bien a nuestro clima. Uso común: Sazonar alimentos Uso medicinal: Una cucharadita en infusión es buena para eliminar gases y purificar el organismo de toxinas como las que traen los enlatados. Guácimo (Guazuma ulmifolia) Propiedades nutricionales: La fruta del guácimo es buena fuente de proteínas y su flor también es comestible. Uso cosmético: Las conchas hervidas despiden una sustancia rojiza que sirve como laca. Uso medicinal: Para limpiar el hígado graso. Recogemos 10 semillas de guácimo en una bolsa de papel (las bolsas de plástico aceleran el fermentado de la semilla). Las agregamos a un litro de agua con un trozo de papelón, dejamos reposar por una noche. Diluimos un vaso del jugo en un vaso de agua que nos tomamos en el día. El concentrado no se puede guardar por mucho tiempo, ya que tarda sólo 3 días en fermentarse. Onoto (Bixa orellana) Propiedades nutricionales:Las semillas molidas son ricas en vitamina C, hierro y proteínas. Uso medicinal: Para tratar el asma hacer una infusión

con una cucharadita de hojas y semillas de onoto. Aceite de onoto:Preparar algún aceite natural con semillas. Es cicatrizante y sirve para quemaduras leves. Raíces, en cocimientos ayuda a la limpieza del hígado. Cacao (Theobroma cacao) Uso medicinal: Para afecciones asmáticas. Hervimos 2 semillas de cacao y entibiamos con leche. Picapica o Pringamoza (Urera baccifera) Soportar una exposición breve a las cualidades urticantes de las hojas puede aliviar las afecciones asmáticas en 2 minutos. Cilantro (Coriandrum sativum) Propiedades: Antiinflamatorio, elimina las flatulencias, los cólicos, estimula la producción de insulina. Uso medicinal: La infusión de semillitas de cilantro consumida durante 15 días seguidos tiene poder antidiabético. Auyama (Cucurbita máxima) Propiedades: Antiflatulento, desintoxicante, posee beta-caroteno, previene contra el cáncer, es cicatrizante, mejora la circulación, previene cálculos renales, diurético, mejora el estreñimiento, el insomnio y la oxigenación superior e inferior y oxigenación cerebral. También es recomendado contra la enuresis infantil. Uso medicinal: Semillitas tostadas, se tuestan secas con un poquito de sal, se sirven como pasapalo. Combate la arterioesclerosis. 65


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Para mejorar la próstata licuamos una cucharada de pulpa de auyama con todo y semilla, medio vaso de agua y un chorrito de miel, luego colamos y se debe tomar cada 24 horas por 15 días. José Ángel asegura que si el paciente estaba listo para la operación este licuado amella el bisturí.

los niveles de triglicéridos y colesterol. Uso medicinal: Para coma diabético. Una semilla de aguacate picada en 3 trozos, hervir uno de los trozos en un litro de agua, tomarse el agua. Repetir el procedimiento con los siguientes trozos, tratamiento por 3 días.

Pira, bledo, amaranto, planta Caracas (Amaranthus) Existen 18 tipos en toda Nuestra América, algunas incluso con espinas, le dicen la espinaca criolla. Propiedades: Energizante, estimula las neuronas, mejora la circulación inferior y la memoria. Posee ácido fólico, hierro y más calcio que la leche. Uso medicinal: 30 centímetros de semillas, hojas y tallo en un litro de agua, se deja enfriar y se toma a lo largo del día. Uso culinario: En ensaladas y tortillas. Melón (Cucumis melo) Semillas: Alto valor proteico, emolientes, mineralizantes, verdulíficas, combate los parásitos. Pulpa del melón: Altamente diurético y sirve para eliminar la arenilla de los riñones. Aguacate (Persea americana) Propiedades: Previene enfermedades cardiovasculares, gracias a su contenido de aminoácidos. Sirve para subir las defensas y combatir enfermedades de hongos, microbios y parásitos. Es adelgazante y quema-grasas, revitalizante en caso de cansancio y agotamiento, calmante de dolores articulares y musculares, y baja 66

Daniel Herrera


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La construcción del modelo agroproductivo ecosocialista: de la producción al intercambio El sábado todos estaban entusiasmados porque ya habían corrido varias jornadas de labores y seguía el Congreso, con sus espacios aleccionadores y su aprendizaje a cada instante. Desayunamos, trabajamos durante la mañana y tras el almuerzo nuevamente tocaba el debate, la conversa entre quienes saben que tienen una importante misión política y espiritual cuyo objetivo es la construcción de la vida buena para las y los venezolanos. Por ello, se hace sumamente necesario plantear no solo cómo se construye el modelo agroproductivo, en consonancia con el ecosocialismo y el funcionamiento óptimo de la naturaleza, sino también la creación de nuevas relaciones de producción y, sobre todo, de intercambio, pues es este eslabón, junto al robo sistemático de la plusvalía, lo que hace que la acumulación de riquezas se haga tan apetecible en el capitalismo: más tienes, más y mejor puedes relacionarte, más y mejor puedes consumir. En este contexto y en el salón 20 del edificio Cener Coronil, el grupo de Trueque Urachiche, desde la región centro-occidental del país, se encargó de mostrar cómo la práctica del trueque genera un nuevo

espacio de coexistencia entre los productores y los consumidores, acercando cada vez más a ambos, hasta que, por las condiciones materiales de la producción y la nueva forma de intercambio, se convierten en prosumidores, lo que quiere decir que se produce lo que se consume y el excedente se intercambia, sin dinero de por medio, con otros prosumidores, eliminando varios eslabones que se encuentran después del productor, pero mucho antes que el consumidor final, y que envilecen la economía del país. “El trueke como interrelación entre los seres vivos y el ambiente en procura de la homeostasis de los ecosistemas” se tituló el trabajo de los compañeros. Lo presentó Tito Quiroz. El objetivo fue claro: “demostrar cómo el trueque es un camino de intercambio solidario, justo, igualitario, adecuado a lo que nosotros queremos con la comuna y el ecosocialismo”. El compañero mostró las evidencias de sus palabras al asegurar, tras mostrar una imagen, que allí se había dado una de las experiencias más enriquecedoras para el colectivo: un mercado de trueque colmado de otros participantes, también organizados. —Un aniversario que nosotros tuvimos, organizamos un trueque y allí estuvimos interrelacionados con otros seis sistemas de intercambio, y otras personas que llegaron. Sentimos la necesidad de interrelacionarnos unos y otros en estos espacios—, afirmó. 67


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—Desde lo micro a lo macro. ¿Cómo visualizamos nosotros la vida a través de los distintos modos de organización? ¿Cómo los podemos entender? Pues desde lo más pequeño hasta la inmensidad—, dijo. Para el Sistema de Trueque Urachiche, esta forma de intercambio supone un encuentro entre iguales, no una lucha de intereses, sino una comunión de necesidades que se satisfacen sin solaparse, atendiendo las esferas más pequeñas, primero, y alzando después la vista a posibilidades más grandes: no es una quimera pensar en un gran mercado de trueque citadino, por ejemplo. Quiroz destacó la importancia del trueque, como un símil de las relaciones que se dan en la vida misma. —En definitiva la vida es así, es la suma, la unión de dos o más para que tengamos todo lo que nos corresponde, lo que nos toca en nuestro espacio. Necesitamos que se dé ese vínculo (...) Todo esto está basado en la búsqueda del equilibrio, es una nueva forma de relación—. Cedió la palabra a otra compañera del sistema de trueque, Eria, quien relató con mucha emoción su experiencia con esta forma de intercambio: —Nosotras y nosotros con el trueque tenemos la visión de vencer la guerra económica, pero también de mostrar que otra forma de relacionarse es posible. Debemos tener una relación entre seres humanos más cercana, y estas prácticas nos llevan a relacionarnos de una forma mucho más humana, sin intereses secretos. Este es un compromiso de vida, cuidar el medio ambiente, y 68

la transformación de las relaciones de intercambio y producción son un paso en ese camino—, sentenció. Además, los compañeros hablaron sobre una gran red de colectivos “truequeros”, cuya experiencia es sumamente aleccionadora para el desarrollo de nuevas relaciones de intercambio. Fue Chela, del Trueque Urachiche, quien detalló este hecho: —Este modelo capitalista nos está volviendo gente de baja calidad. Cuando nosotros nacemos, nacemos junto con la Red de Sistemas de Trueque, creado en Yaracuy, donde habíamos entre 400 a 300 personas con otros movimientos. Y a partir de las reuniones con empresarios representantes del capitalismo, en Zulia, la red termina separándose porque se generaron conflictos y discordia por una simple razón: dinero—. —En ese momento nuestra organización bajó en personal, pero no en autoestima, porque nosotros nos sentimos bien en alto. Somos Trueque Urachiche, donde nos paremos, donde estemos, con la moral bien en alto, porque no buscamos dinero ni capitalismo; simplemente buscamos la tierra, las semillas agroecológicas, y el beneficio para el ambiente, nosotros incluidos—, terminó, y todos hicieron un gran silencio, pues habían escuchado una gran verdad relatada de la manera más sencilla: o colaboramos unos con otros o nos derrotan. El Trueque Urachiche cesó y le tocó el turno a la Feria Conuquera Agroecológica de la ciudad de Caracas. Para las y los caraqueños que comparten el horizonte ecosocialista,


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la Feria Conuquera es un espacio conocido. Ubicada en el parque Los Caobos, y gracias a la organización y colaboración de productores, conuqueros y jóvenes ecosocialistas de Caracas, lleva a los hogares de la ciudad muchos rubros alimenticios que la cadena de distribución, plagada de corrupción, encarece. —La hemos considerado como un espacio alternativo de distribución de alimentos y además como un espacio de interacción entre productores y consumidores en la ciudad de Caracas. Además este espacio congrega productores de Caracas y de las ciudades y estados aledaños, eso crea una interacción necesaria entre la ciudad y el campo, pero no de subordinación, de colaboración—, afirmó la compañera que representó al colectivo, aunque en ningún momento dijo su nombre, explicando que el trabajo era común, desde la Feria hasta la presentación con la que trabajó su exposición. La feria se realiza los primeros sábados de cada mes: —Y ya tiene un año de desarrollo. Precisamente en octubre de este año (2015) cumplimos el año. Nace de la experiencia de unos seis o siete colectivos y a medida que se han desarrollado los espacios han ido sumando más productores y aliados del tema de la semilla o del tema de la producción agroecológica, aliados de todos estos principios comunes—. Asimismo, expresó que ya han logrado tejer una red que incluye a más de 60 organizaciones que se han vinculado al espacio de la Feria. Algunos de los principios rectores son la importancia de la producción

y la distribución, la transformación del consumo de alimentos de buena calidad. No se trata solo de distribuir alimentos, también de generar discusiones sobre los patrones de consumo: —Tomando en cuenta las características del lugar donde estamos, la ciudad de Caracas, entendiendo que las ciudades son como receptoras de alimento y sus patrones de consumo están muy asociados a los supermercados, los alimentos procesados sin preguntarnos de dónde vienen, ni qué tipo de alimentos estamos ingiriendo. Este espacio busca abarcar todos esos elementos de la cadena porque creemos que es importante abordarlo de manera integral para poder generar un cambio verdadero—. Además, relató que trabajan con precios “verdaderamente justos”. —Estamos en un contexto que nos obliga a saber sobre estas cosas, y nosotros desde este espacio tratamos de entender cómo funciona nuestra economía y buscamos incidir positivamente—, enfatizó. —De esa manera, como productores, podemos ofrecer productos más económicos, además, con esa interacción se puede dar a entender como productores ese proceso: “somos nosotros y nosotras lass que producimos los alimentos, y de esa manera podemos garantizarte los precios” —, sentenció. Finalmente, la compañera expresó la importancia de este espacio “vitrina de las actividades productivas del país”, puesto que muchas veces las grandes ciudades ignoran de dónde nacen los alimentos que consumen, y es sumamente necesario erradicar esa ignorancia, puesto que así es más fácil ser manipulables en medio de la crisis. 69



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Tomó la palabra el grupo de Trueque Tinaquillo, quienes con mucha alegría narraron la experiencia de conformación de este sistema de trueque en el Estado Cojedes. —Nosotros consideramos que somos parte de los movimientos sociales por la paz, el trueque y el ecosocialismo. Tenemos relación con los compañeros de Urachiche, de Sanare, Barinas, Socopó, de la región centro costera, y estamos movilizados por este gran proyecto de construcción popular—, contó a los asistentes Marbelia Linares. —Estamos avanzando por todos los caminos en el aprendizaje de la producción. Sin embargo, nos hemos dado cuenta de que solo juntos somos fuertes, porque realmente el trabajo colectivo es más enriquecedor que el individualista—, afirmó la compañera. En la conformación de Trueque Tinaquillo se han dado muchos espacios de encuentro de diversa índole, como la experiencia del trueque escolar, los encuentros de guardianes de la semilla en Monte Carmelo en Sanare, estado Lara, permitiendo experimentar una nueva forma de hacer y crear cultura a partir del trueque, “enlazando con otros sistemas de trueque del país”, finalizó Linares. “Mercado de alimentos con otras matrices de racionalidad: entre el hacer, el saber y el sentir para crear y recrear otros mundos”, se tituló el trabajo final del conversatorio, cuya expositora fue Beatriz Graterol. —Primero tengo que pedir disculpas porque yo no formo parte de este mercado, es un mercado indígena,

al que le coloqué el nombre de Mercado Multiétnico de Puerto Ayacucho, donde yo estoy haciendo un estudio, una investigación y son ellos los protagonistas del mercado. Lamentablemente no me pudieron acompañar porque es bastante difícil toda la logística. Yo espero que el año que viene ellos mismos puedan estar aquí—. Según dijo, este mercado es un ejemplo de otras matrices de racionalidad porque los indígenas se relacionan de otra forma entre ellos y con sus productos. Además, porque supone un duro golpe a los patrones de consumo que hemos aprendido del sistema capitalista debido a la ausencia total de productos que no sean fruto del territorio contextual en el que se desarrolla el mercado. —Barí, Eñepa, Jivi, Kurripako, Piapoco, Piaroa, Sikuany, Warequena, Yekuana, Yeral, son algunos de los pueblos originarios que se unen en este mercado, al que vienen de más de 100 comunidades de los municipios Atures, Autana, Atabapo de Amazonas, así como Cedeño en Bolívar— evidencia de la riqueza étnica y cultural de este mercado. Además señaló la importancia de los productos que se venden allí, puesto que son parte del acervo cultural de estos pueblos, y se mantienen en una dinámica constante de descubrimiento y redescubrimiento, adoptando siempre los productos de la temporada, sin echar de menos aquellos que se ausentan porque están acostumbrados a sustituir lo que sea necesario para mantenerse bien alimentados a partir del medio en el que se desarrollan. Una gran lección en medio de la guerra económica. 71


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—Hay muchas especies de pescado, animales de caza de otro tipo, tubérculos, hortalizas e incluso insectos que forman parte de la oferta del mercado, es una experiencia sumamente aleccionadora. Creo que no se los había mencionado, pero la gran mayoría de estos productos vienen del conuco, o de los alrededores de éste, por lo que se evidencia un ejercicio integral de producción, intercambio y consumo—, sentenció Graterol.

Debate El debate sirvió para que la compañera Graterol aclarara dudas que surgieron en torno a las características del mercado multiétnico, del que aseguró no es de trueque ni ella lo organiza, sino que investiga a partir de él. La conversa se llenó de cuestionamientos acerca de las especies exóticas que allí se comercializan pero fue yendo poco a poco hacia las nuevas relaciones de intercambio, las que buscan erradicar la influencia de la mercantilización. Los distintos sistemas de trueque allí presentes recibieron felicitaciones. La audiencia les exortó a mantenerse en el trabajo por el trueque y su consolidación al menos en pequeña escala, porque es muestra de que verdaderamente existen otras formas de relacionarnos.

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Río C.


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Experiencias en la construcción del modelo agroproductivo ecosocialista La jornada de la tarde está compuesta por experiencias absolutamente distintas. Es un panorama, a pequeña escala, de la diversidad de valiosas tareas a las que tanta gente se dedica, y que fortalecen el camino que estamos construyendo hacia la soberanía alimentaria y económica de nuestro país.

Organopónico Bolívar I: Los movimientos sociales de la ciudad organizándose y produciendo alimentos para la vida Gabriela Ferreira forma parte del colectivo de voluntarias y voluntarios que hacen vida en el huerto Organopónico Bolívar 1 en Caracas, específicamente en Bellas Artes, entre las avenidas Bolívar y México. Es un huerto organopónico porque no se trabaja directamente en la tierra, sino que se utilizan canteros, por encima del nivel de la misma, sobre los que se prepara el sustrato para la siembra de hortalizas y plantas medicinales.

Nos cuenta cómo el espacio en el que trabajan pasó de estar abandonado a ser un gran referente de la agricultura urbana en manos de colectivos organizados. Además, vemos uno de los grandes logros de esta revolución: se ha generado una articulación con unidades militares que están ahora ahí, produciendo hortalizas para sus comedores. Estamos hablando de soldados y sargentos que siembran, en unión cívico-militar, y que de alguna manera también protegen el espacio. En el organopónico no sólo se siembran rubros, siembran también conocimiento en los niños y niñas de nuestra ciudad. Este año se consolidó la Escuela Popular de Agricultura Urbana, un espacio organizado de formación, manejado por el Poder Popular y que permite multiplicar los saberes para generar otras experiencias similares. La Escuela ha contado con la participación de niños y niñas de primaria de distintos colegios y de personas y colectivos interesados en apoyar y aprender. Estamos frente a una compañera que representa, en este momento, a un grupo de gente que ha sabido relacionarse, desde la ciudad, con espacios que no han sido pensados para la siembra, pero que han sido transformados y autogestionados gracias a la organización popular y al intercambio con otros colectivos. Los días martes, miércoles y viernes en la mañana el organopónico abre un punto para la venta frente a la estación de metro de Bellas Artes. Allí podemos 73



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encontrar rubros frescos, orgánicos, y, como la relación es directamente entre productor y consumidor, a precios justos. Acelgas, tomates, pepinos, caraotas, auyamas, yuca, batata, maíz y calabacín son algunos de los alimentos que producen y ofrecen a la cuidad.

e importados, que además de ser muy costosos el único beneficio que aportan va dirigido al enriquecimiento de las empresas que los producen. Propone la elaboración de alimentos balanceados a base de batata, árnica, yuca, moringa y pira.

Nos invitan a participar activamente en las convocatorias abiertas o cayapas que frecuentemente organizan, en las que podemos ayudar en lo que se necesite, intercambiar saberes, compartir con gente comprometida con la transformación y disfrutar de un sabroso sancocho. Podemos enterarnos de estos encuentros a través del perfil de Facebook Organopónico Bolívar Uno.

Freddy ya conoce ese tipo de alimentación balanceada y la ha puesto en práctica, pero insiste en que trae algunas complicaciones en la crianza del conejo, relacionadas con la cantidad de agua que se les permite ingerir. Es por eso que busca información sobre la alimentación concentrada.

Cría y producción de conejos Freddy Montaner trabaja incansablemente en el área de cunicultura de la Aldea Universitaria en la que nos encontramos, y aprovecha su ponencia para aprender de otros conocedores. Plantea claramente que su objetivo actual es encontrar un alimento concentrado y autogestionado que sea adecuado para sus conejos, porque los que ha intentado usar le han traído complicaciones. Después de dedicar un buen tiempo a explicarnos varios detalles del ciclo de vida y crianza de los conejos, un compañero toma la palabra. José Almeida aplaude la idea de que, incluso en la cría de animales, podamos desprendernos de la compra de alimentos industrializados

En ese caso, José Almeida le recomienda que se dirija al Centro Experimental Ezequiel Zamora, de la gobernación del Estado Yaracuy, por la amplia experiencia que tienen en el área de cunicultura. Como no conocía esa información, Freddy agradece, contento.

Cría y producción de cerdos en cama alta, bajo un enfoque de transición hacia la cría apropiada para la masificación del consumo de la carne del mismo Francisco Moreno forma parte de la Red de Escuelas Agroecológicas del Estado Carabobo, y se especializa en el área de cerdos. Ha desarrollado investigaciones en torno a los daños que esta carne puede producir en el ser humano. 75


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La cría de cerdo convencional en corrales genera daños irreparables al ecosistema y a nuestra salud. —Es imposible criar animales todos abarrotados en un mismo espacio sin que sus excretas terminen en los cuerpos de agua—, nos dice. Además, la cantidad de vacunas, antibióticos, hormonas y vitaminas que se les suministra generan cerdos casi sintéticos que hacen muchísimo daño a quien los consume. Es por eso que han generado alternativas para transformar la crianza convencional en un nuevo modelo de crianza porcina apropiada. Se trata de un proyecto que utiliza, para los cerdos, camas altas que funcionan como colchones absorbentes, ya que están compuestas por 45 centímetros de conchas de arroz sobre tierra. Este sistema puede durar hasta seis meses, y posteriormente se puede aprovechar esa cama como abono orgánico. También propicia un buen control de los excrementos y sus olores, que son enterrados y descompuestos gracias a microorganismos eficientes. Además, luego de largas investigaciones, la alimentación que reciben es balanceada, alternativa y saludable: a base de verduras, leguminosas, hojas y hortalizas que produce el conucal de la Aldea. Para rematar, son cerdos libres de hormonas y fármacos.

Después de una minuciosa explicación que relaciona los gastos y las ganancias, podemos comprobar la eficacia de este nuevo sistema, respetuoso con el animal, el entorno, el productor y el consumidor. Francisco nos cuenta que la cantidad de cerdos en su criadero aumentó, en un período de un año, de 4 a 27 gordos y felices animales. Este tipo de crianza está actualmente difundiéndose por el país, y ya se cuentan con aproximadamente 300 espacios apropiados.

Por supuesto, todas estas medidas reducen abismalmente los gastos de producción, en comparación con las convencionales. Al bajar los costos de crianza, los cerdos pueden ser vendidos a precios justos tanto para el comprador como para el productor. 76

Silvia Gouverneur


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Saberes, prácticas y conocimientos para el resguardo de territorios, identidades y memorias Los morochos, Juan José y Juan Ramón Escalona, empezaron por señalar el carácter cosmogónico de las semillas, indicando que es “oportuno indagar, conservar y sembrarlo.” Definieron a nuestra semilla ancestral y campesina como vida, espiritualidad y resistencia cultural e ideológica frente al colonialismo eurocéntrico y las trasnacionales capitalistas y ecocidas de hoy. Trajeron su “ponencia a la carrera”: “La semilla y la cosmovisión ancestral y campesina”, resultado de una investigación cuya metodología hace énfasis en lo mítico-mágico de la cultura campesina. La investigación ha sido publicada bajo el título Maíz: taita coyón. Historia de vida, cultura y cultivo del maíz en Sanare, por el Instituto Nacional de Investigaciones Agrícolas (INIA) en 2001. —Resistimos cultural y espiritualmente como valiente y acertadamente lo hicieron nuestros ancestros, cuando el maíz era una deidad agrícola y se le llamaba Zarazo —dijo el morocho. En el ritual para correr animales cebados en el conuco se decía: “Zarazo, zarazo por to´ el conuco, que no se lo coma, que aquí está mi chupo”.

Se acostumbraba a usar mazorcas guindadas por los corredores de las casas para espantar al espíritu de Racataplán, espíritu del hambre y de la escasez. Hacían collares de maíz negro para ponérselos a niños y niñas contra el mal de ojo. Antiguamente nuestros ancestros le ofrecieron un ritual al Espíritu del Maíz, aquel que defendió la fiesta de La Zaragoza en Sanare. —Algunos campesinos de las montañas del municipio Andrés Eloy Blanco todavía encomiendan su conuco a la Ardita o Ardilla —continuaron— porque, según la creencia mítica, fue la Ardita la que trajo la semilla al mundo; gracias al mito las ardillas comen y se reproducen en equilibrio con la biodiversidad. Quien le pichirrea la semilla o la mata le aparece la reina de los encantos, que es la ardilla blanca, y la persona se empava por siete años. Las semillas son de gran continuación ancestral y además de alimento son vida, medicina y protección de la antropología de la oralidad. Las semillas son símbolo de vida, cultura creadora y reverencia filosófica. Seamos guardianes y guardianas de ellas, nuestras otras madres —así nos llamaron al compromiso—. —Para los campesinos y campesinas de Venezuela es deber y derecho cultural y espiritual no permitir que el conuco, ni la semilla de papa, desaparezcan; yendo siempre así contra el sueño de los imperios. Aún resistimos cultural y espiritualmente en defensa de nuestras cosmovisiones, legados y tierras. A quitarle la alambrada a la esperanza 77


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y a los difuntos, vamos. Un convite con Todas las Manos a la Siembra. Semillas peligrosas somos. ¡A soñar sin quedarnos dormidos!

—Y Zarazo entonces está vivo. A él le gusta que le den auyama azada, maíz maduro y granadas. Él está por allá, escondido de la neo inquisición española— siguieron.

—La cosmovisión campesina, larense y sanareña sobrevive y recomienda tres granos de maíz negro en una busaquita como contra para el mal de ojo. La sabiduría aborigen ancestral desde las montañas verde-azules de Sanare nos recuerda que los indios de Yacambú hacían grandes rosarios y collares contra con el tacho de la auyama contra el mal de ojo.

Y entonces alertaron sobre los peligros de las semillas transgénicas: “Con ellas se hacen más ricos los dueños de la Monsanto y Bayer, mientras los productores agrícolas y de la tierra sufren los efectos colaterales. Es decir, infinidad de enfermedades, desequilibrios sociales y ecológicos, crisis o pérdida de la identidad, desmemoria y desarraigo”.

Las voces de los dos hermanos son muy parecidas y se entrelazan en una danza muy rápida, como en un golpe larense:

Aprovecharon la oportunidad para leer poemas sobre la semilla extraídos de su libro mágico, un libro hecho de manuscritos, fotocopias y recortes en el que recogen diversas manifestaciones de la oralidad:

“Semillas que alimentan y profetizan un amanecer arcoíris, el de la liberación de los sentidos, los pueblos y la espiritualidad. Semillas que reivindican y procrean un mundo, el de la cultura creadora y la cosmovisión del amor. Semillas que simbolizan una floración de saberes y espiritualidades de deidades como el Maíz o Zarazo. Semillas que procrean y paren despertares, hallazgos y reconexiones. Para que un nuevo amanecer nos despierte, una y sensibilice con la revolución de los hijos e hijas de la semilla y la madre Omaima (madre tierra). ¡Semillas que alimentan y profetizan un amanecer arcoíris el de la liberación de los sentidos, los pueblos y la espiritualidad! 78

“Piden conuco, ardita, loro y chupo, la ardita confió el chupo al humano. Vamos a desperezar para que vuelva a sembrar el rico y sabroso conuco. Supe ayer del origen del conuco y la agricultura y parte de nuestra cultura son de raíz y fruto aborigen y quien con la luna se rige come sano y sin brujo. ¡Siempre vuelvan al conuco niños, niñas y animalitos! Nos alegran mucho los jojoticos.


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La ardita cogió al chupo La pereza nos está matando, nos está matando la pereza la plata nos partió la cabeza y nos estamos alienando —dijo el cachicamo escardillando— ya nadie quiere ni trabajar, la juventud está por parrandear. ¡Falso, sí trabaja el venezolano! La pereza dijo el hermano Al humano vamos a desperezar…”

“Nosotras, las semillas campesinas reunidas en asamblea junto a los agricultores y agricultoras de Monte Carmelo declaramos:

Hablan de un conocimiento que no se aprende en academias, y cuando se refieren a la metodología dicen:

Que nacemos y damos vida por amor y junto al amor de la gente humilde y sencilla del campo. Que nos gusta ser cultivadas como en el siglo pasado, sin recibir tantos maltratos.

“El comandante Chávez nos dejó un legado y nos llamó a leer en los ojos de los niños y niñas. Cuando estemos bravos, despechados, tristes o desanimados miremos a los ojos de los niños, para que nos salgan plumas y alas”. Buscan saberes de distinto tipo: maneras de domesticar plantas y semillas, tecnologías, gastronomía y recetarios, refranes, adivinanzas… Los Morochos nos pusieron a cada uno de los presentes la tarea de escribir la historia de vida de alguna planta loca, y finalizaron leyendo una “declaración de amor” sobre la semilla, escrita por los esposos Nancy y Omar García, en Monte Carmelo:

Que somos la esperanza alimentaria de nuestro pueblo. Que durante siglos hemos llenado estómagos, marusas, bolsillos, sacos y graneros. Que somos parte de un pueblo venezolano porque siempre estamos juntas en los desayunos, almuerzos, meriendas y cenas. Que además de alimento somos alegría para los campesinos y campesinas.

Que a pesar de la persecución y el maltrato recibido por otras semillas más poderosas que nosotras, aún estamos acurrucaditas en Monte Carmelo. Que con coraje y valentía hemos resistido a la inclemencia de los herbicidas e insecticidas derramados sobre nosotras. Que nacemos del vientre de la madre tierra y que lloramos con ella, por su deterioro y por el poco amor recibido. Que somos amigas de los insectos, pájaros y microorganismos. Que nos gusta que nos acaricien con el agua fresca cuando ya estamos sembradas y que nos canten canciones de amor y fecundidad con voz de patriotismo e identidad nacional. 79



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Por estas razones y muchas más gritamos al mundo: ¡Que necesitamos reunirnos con todas las semillas del mundo!, especialmente las de Latinoamérica y el Caribe. Que las semillas nos conformemos en cooperativas para defender nuestra existencia. Que nos conozcan los que no nos conocen y que nos produzcan y apoyen en nuestras justas demandas. Que se promueva la creación de los bancos de semillas autóctonas en todos los caseríos venezolanos. Que se promueva en las escuelas, liceos, universidades y en todo centro educativo el amor por nosotras. Que las niñas y niños jueguen con nosotras cuando nos estén limpiando para cocinarnos. Que no faltemos nunca como alimento en las mesas de los venezolanos y venezolanas. Que las semillas campesinas podamos vivir y disfrutar junto a los hombres, mujeres, niños, niñas, adolecentes y jóvenes de un ambiente sin contaminación por agrotóxicos y desechos industriales. Evitar, a capa y espada, ser desplazadas por la semilla transgénica e importadas. Ser nosotras mismas con nuestro propio sabor, color y olor. Las semillas de Monte Carmelo, junto a sus laboriosos amigos y amigas, habitantes y servidores de este caserío,

declaramos hoy, 29 de Octubre, el día de la semilla campesina, para que se celebre todos los años en esta misma fecha en toda Venezuela; con el respeto y honores pertinentes que tan venerable fecha representa para el pueblo venezolano. Por último, las semillas presentes en esta asamblea acordamos en consenso y por unanimidad difundir por el mundo entero copia de la presente declaración. Redactado, firmado y sellado en Monte Carmelo a los veintinueve días del mes de Octubre del 2005.” Los ponentes del Colectivo Amplio para la Restauración e Investigación de la Semilla Originaria (CARIACO) compartieron la ponencia “Las semillas culturales” y contaron sus experiencias en el campo cultivando semillas criollas. Aunque algunos de sus miembros vienen de universidades convencionales, se cuestionan el uso de términos académicos en los campos, por ser propios de la cultura occidental. Se asumen defensores de nuestras culturas originarias y campesinas y definen cultura como la inter-relación de una cosmovisión, un pueblo y un territorio que se manifiestan en maneras de pensar, hacer, ser, sentir, convivir, creer, saber y crear. Definieron también agricultura como un término que refiere a un campo de trabajo creado por la visión fragmentaria europea. Occidente históricamente se ha 81


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encargado de fragmentar los saberes que antes estaban unidos; separando alimentación, medicina, ingeniería, religión… Comentaron que los pueblos indígenas, así como algunas comunidades campesinas, son comunidades intersubjetivas. El árbol, el río, las personas y los animales son sujetos que se interrelacionan, a diferencia de la cultura occidental que tiende a objetualizar la naturaleza. Cuando Occidente investiga lo hace para obtener el saber y el hacer, sin respetar lo que piensa, sienta, imagine y crea esa cultura; así transforma el conocimiento en ciencia y tecnología. Plantearon la ponencia como una conversación, con participantes de otros colectivos. Así pudimos escuchar una analogía entre la cosificación y división de la naturaleza y la neutralización de las luchas feministas. “Occidente se erige como ente capaz de solucionar los “problemas de género” —dijeron algunas de las participantes del conversatorio— y nos vende algunos modelos universalizantes de mujer, descontextualizando las luchas de diversas mujeres de distintas tierras y culturas. Luego la Organización de las Naciones Unidas (ONU) concede un día internacional a la mujer y “resume” las cotidianidades de las mujeres de todo el planeta en una serie de problemas con los que “tenemos que sensibilizarnos”. Se intenta por esta vía que las corrientes feministas queden homogeneizadas y despolitizadas. Incluso se asocian estos supuestos “problemas de la mujer” con los supuestos “problemas de identidad de género” de la comunidad GLBTI, generando 82

conflictos entre algunos defensores de la mujer y otros defensores de la comunidad GLBTI.” Luego volvimos al tema de las semillas a ver cómo operan estos mecanismos contra la defensa de las semillas indígenas y campesinas. CARIACO sostiene que la lucha consiste en elegir entre el maíz cultural y el científicamente privatizado. Existe una jerga que nos ha robado la semilla al extremo de llamarla “recurso fitogenético” y asociarla a códigos alfanuméricos. Según esta manera de nombrar, los fitomejoradores permiten manejar la semilla campesina. Alertaron sobre los peligros de algunas prácticas de las ciencias emergentes que, mediante buenas intenciones, pueden estar expandiendo el capitalismo euroantropocéntrico. También advirtieron a los movimientos sociales del peligro que representa pretender construir una nueva cultura, ya que esto significaría vernos como sujetos ahistóricos, negando así nuestro legado ancestral. CARIACO propone que desmontemos nuestra visión europea y antropocéntrica en la práctica, sembrando con el indígena y el campesino. Nos invitaron a escribir más, ya que necesitamos ampliar la literatura sobre el conuco escrita por venezolanos. Una niña pidió la palabra. Fabiana Dámaso nos dejó sorprendidos con la claridad de su discurso, recordándonos la dimensión cultural del problema alimentación: —Mac Donald´s nos vende hamburguesas que nos enferman para que tengamos que comprar medicinas—. —Nuestra cultura es la solución— afirmaron las y los compas de CARIACO. Daniel Herrera


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Ecofeminismo, patriarcado y androcentrismo La tarde del viernes la dedicamos a compartir experiencias despatriarcales. Una familia extendida proveniente de Caracas comenzó la conversa. Su participación llevaba el nombre: “Nacer y comer: argumentos para debatir sobre biotecnología y cuidado de la vida”. En sus quince minutos de participación hablaron sobre la importancia de que las familias, las comunidades, los padres, las madres y las crías recuperen el control sobre los procesos de su reproducción. El contexto epistemológico y espiritual de esta primera conversa fue —en palabras de quienes conversaban— “el ecosocialismo feminista-chavista, desde el cual se comprende la reproducción como ejercicio conciente del poder del trabajo para crear, para mantener y para sustentar la vida, que podemos ejercer todas y todos para todas y para todos”. Comenzaron exponiendo una narración y una imagen: la historia de una guardiana que pasa de un estado de cautiverio a uno de autonomía, interdependencia y soberanía. La guardiana es la imagen del despojo que el capitalismo hizo y hace de los territorios, las tierras, las familias y, específicamente, del cuerpo de las mujeres y de sus crías.

Ese control se diseña y ejecuta con todas las armas de la mediática y la biotecnología del capitalismo. Desde mamilas, leche de fórmula y toda clase de “alimentación” dirigida a las crías humanas, hasta tecnologías para la realización de cesáreas y partos controlados: Pitocin, anestesias, retenes, etc. Todo ello reforzado por la publicidad, que estandariza y controla los procesos vitales y los comportamientos de los cuerpos, mientras que dirige hacia la sique de nuestras crías toda clase de hetero-regulaciones patriarcales y mercantiles, que nos reducen a ser mercancía y nos generan frustración, violencia intrafamiliar, social y estrés materno e infantil. Así escuché que lo relataban: —A la guardiana en cautiverio la alimentación se le plantea como una mercancía que se compra en el supermercado; no sabe de dónde sale, ni quiere saberlo, porque su destino mediático es ser dependiente, ser-para-el-consumo y no para el cuidado de la vida. La publicidad refuerza relatos y prácticas que preparan a esta mujer para depender de agentes externos. El agente externo también puede ser el conocimiento especializado, el sistema clínico y el cosmético, que casi siempre anula el saber in-especializable del propio cuerpo; nos pone a confiar en la profesionalización especializada como objetivo de vida, como forma de progresar en la vida. Lo cual nos hace dependientes de algo que está afuera de nosotrxs, o que viene de afuera, y que, en definitiva, es lo que busca decirnos si nuestro cuerpo está bien o no, o que mes tras mes acudamos a la vigilancia clínica para controlar nuestra gestación, o que nos recomienda el consumo de fármacos para ayudar a madurar a la cría en gestación, etc. 83



Conversatorios

En definitiva, estamos hablando de un control externo que no cuida la vida sino que la vigila, que nos pone a pensar que hay que programar la cesárea porque hay que huir del dolor, porque el parto es dolor, y porque hay que huir de lo que el sistema no puede controlar—. Continuó una de las compañeras: —Frente a esto, o a la par de esto, tenemos las prácticas que en el marco del ecosocialismo feminista chavista cuidan la vida: la crianza respetuosa y soberana, la cesárea cuando es necesaria —porque la tecnología occidental debe tener su lugar y su momento—, el parto placentero, que implica despojar todo lo que (se le) construye (a) la guardiana despojada: miedos y necesidad de dependencia. De esta guardiana despojada surge, no sin trabajo, una guardiana empoderada, según el relato de la familia caraqueña. Este nuevo estado de la guardiana implica la asunción de un poder presente en ella, pero que había sido ocultado para ella misma por los biocontroles impuestos desde su niñez. —Es cuando la madre se detiene y se observa, se reencuentra con sus miedos, y luego llega el momento de alimentar a su cría o de parir, y se empodera de los ciclos que reproducen la vida: hace suyo su cuerpo, que había sido despojado por la publicidad y las tecnologías para el control de la vida, y desde su cuerpo alimenta y cuida a sus crías—. —La guardiana empoderada se da cuenta de lo que significa el trabajo afectivo, el trabajo de cuidar la vida, que es un

trabajo invisibilizado, no remunerado, pero que sostiene la vida: es la base de todos los sistemas sociales, culturales y económicos. La guardiana se debate entre el trabajo remunerado, con su respectivo sistema de reconocimiento público, y el desconocimiento público y social del trabajo afectivo. La guardiana empoderada asume el trabajo afectivo, y resiste y esquiva el asilamiento que el sistema intenta imponerle, para regresarla a la torre de marfil—. —Entonces se reúne con otras madres y padres, con tíos, tías, abuelas, abuelos, comadres, compadres que reconocen la fortaleza indispensable del trabajo afectivo, su poder de base, y así deja de estar sola. Esto permite ir descubriendo y disminuyendo los mecanismos de dominación patriarcal y de biocontrol de los procesos de reproducción de la vida. Las redes de crianza, con sus guardianas de la vida (las compañeras y facilitadoras de nacimiento, las matronas, las sobadoras, la comadronas, las doulas) son como las guardianas de las semillas criollas y afro-indo-campesinas, que asumen el empoderamiento de la tierra y de sus saberes, otrora saqueados por la misma industrialización y por la misma ciencia moderna que confinó al aislamiento a la guardiana cautiva—. Los últimos minutos de la conversa fueron para plantear una hipótesis: esta guardiana no es sólo la mujer, sino que es un “estado de las relaciones entre las actoras y los actores sociales, y una manera de establecer esas relaciones”. Es un “estado”, o una forma de vivir la cotidianidad, en la que se ejerce una ética 85


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de la corresponsabilidad, y en la que los procesos de reproducción de la vida son asumidos colectivamente: —Lo que queremos proponer es que la guardiana no es sólo la figura de la mujer como única responsable del cuidado de la vida; la madre abnegada, la madre-propiedad del Estado o del marido, sobre la cual caen todas las acusaciones, discriminaciones y criminalizaciones cuando algo se sale ligeramente de la norma, de la hetero-norma tecnobiológica, o cuando los roles culturalmente impuestos sobre las construcciones de la subjetividades femeninas y feminizadas son quebrados. Nosotrxs queremos proponer que la guardiana es, más que una persona específica, una relación histórica, social, subjetiva y presente, que actúa en todos los cuerpos, incluyendo el cuerpo social, pero que, desde luego, está mucho más presente en el cuerpo de las mujeres—. Así terminó el primer intercambio de experiencias. El segundo lo facilitó Dubraska Hernández, del colectivo La Conjura Feminista “que se repiensa el género, los amores, la clase y la pertenencia étnica”. Dubraska también apoya una organización de mujeres indígenas en Puerto Ayacucho, mujeres piaroa (https://wanaaleru.wordpress.com). Con ellas tuvo la posibilidad de conocer un feminismo distinto al de las ciudades “centrales”, distinto al europeo y al ilustrado de los centros de estudios de la mujer de las universidades venezolanas. “Un feminismo fundado en la práctica cotidiana, la preocupación por la crianza y la corresponsabilidad de llevar adelante la reproducción de la vida material y de la vida en general”. 86

Su “compartir amoroso” —como ella le llamó— tenía el título: “Ecofeminismo: una alternativa para la vida”. Dubraska comenzó interrogándonos sobre el significado de las palabras “feminismo” y “ecología”. Nos dijo que todavía la palabra “feminismo” da mucho miedo, porque está cargada de prejuicios. “Se piensa que las feministas son groseras, marimachas, feminazis que odian a los hombres. —Pero nosotras, allá en Puerto Ayacucho, identificamos el ecofeminismo a partir de tres elementos: a) la certeza de que el feminismo es un movimiento social que nos junta a todas las mujeres en el horizonte común del empoderamiento. b) La certeza de que también es un cuerpo teórico, compuesto por muchos ejes, con diversas historias de luchas y de conocimientos sistematizados. c) Y el tercer elemento es la ecología, que es una corriente epistémica y un sentir del corazón de muchas y muchos organizados para contribuir a la preservación de la vida humana. El ecologismo feminista, el ecofeminismo, es esa juntura necesaria de estos tres elementos, que se da en espacios de resistencia en los que se construye y se debate, incluso, la pertenencia y la identidad de clase—. —Estamos hablando de un feminismo que se incorpora en las estructuras tradicionales. Por ejemplo, desde el año 2010 se consolidó una organización de mujeres indígenas dentro de la COICA (Coordinadora de los Pueblos Indígenas de la Cuenca Amazónica), que, aunque es un espacio donde confluyen los pueblos de la Amazonía, hasta el 2010 no se había visto la necesidad de incorporar en la discusión de los pueblos indígenas los derechos de las mujeres indígenas—.


Conversatorios

Esto le permite a la COICA exhortar a los Estados a crear leyes equitativas respecto a los derechos de las mujeres. Leyes que no busquen la igualdad o la igualación, sino la equidad. —Hay que tomar en cuenta, por ejemplo, la diversidad de formas de ser mujer de los diferentes pueblos. Lo mismo ocurre con los patrones de crianza. Por ejemplo, si bien la familia extendida es una constante en las familias latinoamericanas, las familias wayúu son matricentrales, y en las familias piaroa el poder recae sobre los consejos de sabias ancianas. Entonces las leyes deberían tomar en cuenta estas especificidades, que casi siempre se omiten por la visión esencialista que se tiene de los pueblos indígenas—. Dubraska nos explicó que en los territorios indígenas se debate acerca de este esencialismo, que prevalece en la manera en que los pueblos son vistos o concebidos por los Estados. Según Dubraska, se trata del mismo esencialismo que genera la identidad entre la naturaleza y la mujer, y promueve los binomios naturaleza-cultura, hombre-mujer, bueno-blanco. —Esto trae como consecuencia que, por ejemplo, en Venezuela contemos con la Ley de Pueblos Indígenas, por un lado, y con la Ley para una Venezuela Libre de Violencia contra las Mujeres, por otro lado. Lo mismo ocurre con las políticas públicas nacionales, que se diseñan y ejecutan como políticas homogéneas para todas las mujeres, pero sin tener presente las realidades particulares de las mujeres indígenas.” Según Dubraska, la crítica a este esencialismo permitirá que el feminismo popular crezca, incorporando nuevos

horizontes culturales, para así no caer en universalizaciones provenientes de la lógica ilustrada. Por ejemplo, a los pueblos indígenas del Amazonas no les interesa la discusión de extender o no el periodo de lactancia materna hasta los dos años de edad, porque en sus comunidades no hay condiciones materiales para realizar esas prácticas de lactancia a la manera de las mujeres asalariadas de las ciudades, por ejemplo. Tener esto en cuenta le permite al feminismo popular no caer en abstracciones totalizantes que, por eso mismo, son violentas. —Entonces el ecofeminismo se reconoce como movimiento social que va desde las pequeñas acciones en nuestros hogares hasta cómo nos incorporamos en nuestra comunidad. Se trata de una ética y de una manera de estar en el mundo, una manera de relacionarnos interdependientemente con el mundo. Lo cual coincide con el feminismo de tercera ola, y específicamente con la socialización de las tareas domésticas. Por eso este ecofeminismo indígena plantea que la preservación de la vida humana no recae sólo en las mujeres porque son las que paren—. —En Amazonas las mujeres no se conciben como las únicas responsables del cuidado de la vida—, plantea Dubraska, —sino que, incluso la responsabilidad del cuidado se comparte con la madre tierra, que es concebida como parte de la comunidad (sin esencialismo). Cuando allá las mujeres están embarazadas, y no quieren tener a la cría, ellas no interrumpen el embarazo, porque 87



Conversatorios

no tienen como hacerlo. Pero cuando la cría nace le parten el cuellito y luego se lo devuelven a la madre tierra, a la vida. Nuestra visión eurocéntrica se espanta, y habla de infanticidio, pero en el contexto de los marcos culturales indígenas esa cría no se puede tener porque es periodo de humedad, porque no habrá comida, y por lo tanto la cría y la comunidad corren mucho peligro—. De pronto, una de las mujeres del conversatorio toma la palabra, y le pregunta a Dubraska qué podemos hacer las mujeres, tanto de las ciudades como de los pueblos indígenas, para enfrentar los retos que son consecuencia del cambio climático? Y Dubraska respondió: —Allá abajo existe un programa que se llama “Defensoras de la Amazonía”, que son mujeres de 22 pueblos indígenas que están trabajando en función de revertir los embates del cambio climático. Por ejemplo, a las comunidades amazónicas se llega a través de caños, pero resulta que el cambio climático bajó el nivel del agua, y ya no pasan las voladoras por donde antes lo hacían. Esto tiene como consecuencia que si alguien se enferma no pueden subirla a Puerto Ayacucho (donde está el único hospital-morgue-maternidad de 7 municipios) —. —Todas estas cosas hay que verlas sin esencialismos, del tipo ellas (indígenas)-nosotras (citadinas), que le hacen el juego a la inequidad. Sin esencialismos podemos nosotras asumirnos como actoras y actores

importantes para mitigar los efectos y detener las causas del cambio climático. Nosotras en las ciudades podemos, incluso, reconocernos indígenas y campesinas. Lo cual no implica la igualación de todas las condiciones existenciales y de todas las variables culturales. Lo contrario: nos permite reconocernos en un mismo horizonte de lucha, y en unas particulares situaciones de clase y pertenencia étnica—. Con esta reflexión terminó el “compartir amoroso” de Dubraska. Las siguientes compañeras conversadoras fueron Aura Celina Pacheco y Edilia Arrechedera, que presentaron el proyecto: “ECOS de mujeres, emprendimientos ecológicos socialistas, liderados y conformados por mujeres para la conformación de unidades de producción socialistas comunitarias (UPSC)”. Cuando en octubre del 2014 se realizó el Primer Congreso Ecofeminista del Estado Aragua, el congreso culminó con la juramentación de un colectivo ecofeminista. Cinco mujeres de ese colectivo se acercaron a la comunidad que hace vida en el Fundo Coroco, en el Municipio Francisco Linares Alcántara del Estado Aragua. Ahí, con la gente, empezaron a generar una propuesta de manejo integral de desechos y residuos sólidos. Para ello, además, establecieron alianzas estratégicas con varias instituciones del Estado. Así fue creciendo una propuesta que se convirtió luego el “proyecto integrador” ECOS de Mujeres. 89


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¿Qué es ECOS de Mujeres? —Es una propuesta de organización social liderizada por mujeres en las comunidades de mayor vulnerabilidad, de pobreza, desplazamientos o inequidad. ECOS de Mujeres lo conforman diversos colectivos del poder popular y de instituciones del Estado, como INAMUJER. Siempre pensando en el 5to Objetivo Histórico del Plan de la Patria. Que las mujeres puedan ser generadoras de recursos que aporten al buen vivir de las comunidades, a través del estímulo de emprendimientos socioproductivos, del saber, hacer y sentir de las mujeres. El proyecto plantea la creación de unidades de producción socialistas comunitarias, que permitan iniciar el proceso socioproductivo, y rescatar y preservar los conocimientos ancestrales.

Y no sólo en términos de cómo hablar o qué decir, sino sobre todo en el rescate de saberes y tradiciones populares, desde festividades hasta recetas, para que el ecoturismo sea también una ocasión para afirmar nuestras soberanías culturales. Asimismo, se propone la recuperación de la conservación y recuperación de los manglares también con fines ecoturísticos. El objetivo es aprovechar estos espacios para la formación ecosocialista del pueblo.

Las unidades de producción social contienen 100 proyectos agrupados en 3 dimensiones: a) la sociofamiliar comunal, conformada por patios medicinales, patios productivos y producción de abono; b) la socio comunal, destinada a que las mujeres se empoderen de las fases del manejo integral de los desechos sólidos, desde la separación inicial hasta la distribución final de los desechos; c) La tercera dimensión implica la conformación de brigadas para la recuperación de espacios urbanos. A la par de esto, ECOS de Mujeres tiene el propósito de ayudar a formar mujeres para la gestión ecoturística. 90

Jose Luis Omaña


Conversatorios

Ecofeminismo, patriarcado y androcentrismo II Nos encontramos en un espacio dedicado a la mujer, a su rol, sus intereses, sus dudas. Un espacio para la desmitificación de convenciones y prejuicios “universalizados” que han propiciado por siglos el control del hombre sobre la mujer. Un espacio para la comprensión y el entendimiento de nuestra feminidad y su valor: para la reivindicación de la relación entre la mujer y la tierra, la mujer y su entorno, la mujer y la naturaleza, la mujer y su cuerpo. Pero sobre todo, un espacio para la discusión y el debate entre todos los géneros.

Lactarte y Patria a pecho: mujeres en resistencia frente a la cosificación de la vida Para comenzar, María Mercedes Cobo y Mariana Francia presentan las diferencias conceptuales entre feminismo y ecofeminismo, entendiendo el último como una corriente que adopta los modelos feministas y ecologistas, y los redimensiona.

Acto seguido, comienzan a presentarnos las características de los dos colectivos con los que trabajaron. Lactarte y Patria a Pecho (dos colectivos activos en la ciudad de Caracas) nacen cuando varias mujeres y madres unidas comparten la opinión de que el amamantamiento —como prefieren llamarlo— se ve altamente amenazado por el capitalismo. —Promover el amamantamiento. Convertirlo en una resistencia ante un sistema depredador— comenta María Mercedes Cobo, es el objetivo de la cooperativa Lactarte y de Patria a Pecho. —Somos mujeres libres en la medida en que tomamos la decisión de amamantar a nuestros hijos y de criarlos con apego y cercanía en un sistema capitalista y patriarcal que nos obliga a separarnos cada vez más de nuestros hijos—, dice. ¿Cuál es el rol del amamantamiento en la construcción del socialismo? La mujer que amamanta es una mujer en resistencia, aunque no lo sepa. Una mujer que combate el capitalismo desde lo más primigenio e instintivo. Esta resistencia garantiza el primer acto de soberanía alimentaria: amamantar. La compañera ecuatoriana Alexandra Coloma nos pide que tengamos cuidado con el discurso “soy mujer y es mi decisión”, porque las mujeres que han sido víctimas del sabotaje capitalista y consumista pueden jactarse de que como “es su decisión”, no amamantan. En este sentido, comprometen la salud y la integridad de sus crías. Y lanza una bella frase que contextualiza esta 91


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discusión en el tema central del congreso: —La primera semilla que debemos cuidar es la que sale de nuestro vientre. Eso nos va a garantizar ser seres humanos amorosos, orgánicos y sanos: seres que germinan—. Entre aplausos, y antes de dar paso al próximo grupo, las compañeras proponen un par de preguntas generadoras para ser tomadas en cuenta en el debate que cierra el conversatorio: ¿Supera el ecofeminismo al feminismo, tomando en cuenta la crisis del modelo civilizatorio?¿Por qué el amamantamiento es un acto de resistencia?

Acercamiento diacrónico a las categorías creadas por la ciencia sobre la sexogénero diversidad y algunos aspectos sobre sus usos políticos Las próximas en tomar la palabra son María Helena Ramírez y Armando Rodríguez, que vienen en representación del colectivo Alianza Sexo Género Diversa Revolucionaria ASGDRe. Este colectivo trabaja desde el 2009 con las luchas reivindicativas de la sexo-género diversidad: derechos civiles, educativos y culturales, pero también busca darle un golpe al sistema patriarcal y financiero que tiene todo un mercado en torno a la sexualidad y control de los cuerpos. La bandera de lucha de la diversidad sexual ha sido y 92

será siempre revolucionaria: —Todas las personas de izquierda deberían apoyar estos tipos de lucha inclusiva— comenta María Helena. El abordaje de la sexo-género diversidad se puede dividir en dos momentos históricos, entendiendo que ninguno niega al otro: el teológico-moral y el científico. Actualmente, este último se basa en regularizar a las personas género-diversas. A las personas transexuales se les trata con inhibidores hormonales que suprimen la aparición de los caracteres sexuales secundarios hasta que éstos definan su sexualidad. Esta práctica, además de favorecer la empresa farmacéutica, según nos dicen “sigue poniendo un paño de agua caliente sobre la situación… si la sociedad no discriminara a estas personas, estos individuos no tendrían que suprimir su sexualidad”. En pocas palabras, cuestionemos la ciencia y la industria farmacéutica: pertenecen a un sistema que busca adaptar al ser extraño a los cánones normales en vez de repensar nuevos modelos de inclusión. Nos oprimen cuando nos hacen creer que necesitamos cabello largo, senos grandes y vagina para ser mujeres: entendamos que “tener una vagina no es indispensable para ser mujer. Incluso, yo podría cuestionar la verdadera condición de mujer de muchas que andan por ahí. Ser mujer no es sólo tener los órganos sexuales definidos según el canon hetero normativo”, dice María Helena.


Conversatorios

Hablemos ahora de la marcha anual “Orgullo gay” que se realiza en todo el mundo cada 28 de junio, como reconocimiento a los disturbios de Stonewall en Nueva York en 1969. Este tipo de espacios, si bien permiten visibilizar las expresiones de algunas personas, no contienen ninguna intención política real: son espacios que no buscan ningún tipo de reivindicaciones: —Tengamos cuidado al creer que sólo por participar una vez al año en estos encuentros, somos parte de la lucha. Es superficial y estéril—. Para cerrar, María Helena nos invita a participar activamente y en conjunto en la lucha género sexo diversa durante todo el año.

El papel de la mujer en la reproducción de la vida material y su opresión en la sociedad patriarcal María Daniela Rendón, del Movimiento Feminista Popular, considera que así como la discusión sobre el capitalismo es urgente e impostergable, también lo es la discusión sobre la mujer. —En muchas luchas siempre este tema termina diluido, difuminado, dentro de otros—. Nos invita a que tratemos de no desprendernos de las siguientes interrogantes: ¿De dónde viene la opresión a la mujer? ¿A qué obedece el patriarcado?

Que reconozcamos la opresión ya es un gran paso. Se ha hecho un esfuerzo para hacer ver la opresión de la mujer como un hecho casual, natural, aceptable e irreversible: “es que somos más débiles”, “eso siempre ha sido así”, “es que Eva mordió la manzana”, etc… Nos han mentido cuando hemos escuchado que la explotación y subordinación de la mujer existe desde los inicios de la humanidad. —Conocemos momentos históricos en los que esa relación no fue así. Hubo períodos en que la mujer fue considerada totalmente igual que el hombre, e incluso en los que el hombre reconocía en la mujer la posición de dirigente y líder—. Debemos entender que la división sexual del trabajo es justa. La mujer y el hombre, dentro de la igualdad, tienen unas diferencias biológicas innegables. La mujer, por condiciones naturales y objetivas, se encuentra, en algún momento de su vida, en situaciones que determinan su contexto y que son distintas a las del hombre. El asunto no es la división sexual del trabajo, es la jerarquización de la división sexual del trabajo. —El problema empieza cuando unos trabajos se consideran importantes y otros no. He allí la opresión—. María Daniela hace un meticuloso recuento histórico de la situación de la mujer desde los inicios de la especie humana: fueron las mujeres quienes trabajaron 93



Conversatorios

por primera vez la tierra, quienes crearon el primer instrumento para labrarla, quienes aprendieron a conocer las propiedades del fuego, a clasificar las semillas y a reconocer las propiedades medicinales de las plantas… y no fue precisamente porque se sentaron un día a meditar.

de ambos. Al depender económicamente del hombre, empieza la dominación a la mujer. Así ha seguido siendo a lo largo de la historia: la mujer que se queda en casa haciendo las desprestigiadas labores del hogar, dependiendo de su hombre que trabaja y la mantiene.

Cuando los hombres (y las mujeres que no estaban embarazadas o tenían hijos) salían a cazar, las madres que se quedaban debían resolver su alimentación y la de sus hijos: salían a recolectar frutos y semillas. Esto propició, después de largos períodos de minuciosa observación, el inicio de la agricultura como modo de supervivencia. El hombre salía a cazar y la mujer sembraba: el alimento seguro provenía de la siembra, porque la caza era, por supuesto, más imprecisa. Esta situación mantenía a la mujer en una condición de respeto e igualdad, y no porque los hombres de antes fueran distintos a los de ahora, ni porque esas mujeres fueran más inteligentes: se trataba de una situación económica distinta a la que conocemos.

Un interesante conversatorio toma lugar espontáneamente durante la ponencia, a partir del momento en el que el compañero Benjamín Molina expone sus inquietudes con respecto a las reivindicaciones legales que se lograron en este proceso revolucionario. Considera que el tema es muy delicado, y que si bien él se siente feminista, ve con preocupación cómo las mujeres hemos sido colocadas en una posición de minusvalía con respecto a los hombres en las nuevas leyes. “Pareciera que no pudieran ser capaces de defenderse por sí mismas. Son casi colocadas como animales. Tenemos que tener cuidado con los extremos.”

Evidentemente, esto sólo sucedió en tribus sedentarias y agricultoras; en las tribus nómadas, el sustento provenía casi exclusivamente de la caza, por lo que el trabajo del hombre era jerarquizado y sobrepuesto al de la mujer. Entendemos entonces que las posibilidades de igualdad entre hombres y mujeres ha dependido siempre de las condiciones estrictamente económicas y laborales

Esta intervención desata una efusiva marea de comentarios, evidentemente en desacuerdo, que llegan a su fin con las palabras de otro compañero, en las que invita a conocer, reconocer y revisar el pasado explotador del hombre sobre la mujer en nuestra injusta sociedad, y aplaude los espacios que la mujer venezolana ha conquistado desde la lucha reivindicadora. —Si no entendemos nuestro papel como opresores y no lo cuestionamos, no va a haber una verdadera revolución—. 95


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Alejandra Rendón, gemela de nuestra ponente, plantea que hasta hace poco no existía ni siquiera un formato legal en el que las mujeres pudieran denunciar una agresión violenta. —La Ley para una Venezuela Libre de Violencia contra las Mujeres no fue debatida como nosotras hubiésemos querido, es cierto, pero el sólo hecho de que exista nos coloca en un lugar de ganancia. Defiende a la mujer desde todos los ámbitos—, responde, indignada, al primer compañero. —En este país buscamos un socialismo feminista y así lo quiso nuestro Comandante. La violencia que se había naturalizado es ahora combatida desde muchos espacios—. Víctor Suárez considera que no podemos negar la evidente vulnerabilidad y discriminación histórica que las mujeres han sufrido, y que de ningún modo una reivindicación legal implica una subvaloración. Todo lo contrario. Son herramientas que las mujeres hemos ido logrando, desde la lucha, para imponernos ante una clara hegemonía de poder. Por otro lado, Suárez plantea un tema muy interesante: cómo el patriarcado y el machismo oprimen también al hombre. Hay todo un imaginario de la masculinidad que oprime y juzga todas las acciones del hombre. —Estamos involucrados en la lucha contra el patriarcado, no es sólo una lucha de la mujer—.

excluidos en las discusiones feministas: —No es que los excluyamos, es que ¿cómo vamos a hablar con el gerente explotador sin ponernos primero de acuerdo los trabajadores oprimidos? Tenemos mucho por discutir, por entender y por reconocer entre nosotras antes de compartirlo con ustedes—. Un amplio e interesante debate se lleva a cabo, en el que hombres y mujeres dialogan en torno al tema de la opresión histórica de la mujer. Algunos hombres expresan su frustración porque, aunque se identifican con el feminismo, se sienten culpables de arrastrar el terrible peso histórico. Se hacen evidentes algunas perspectivas desde las que se aborda el compromiso sobre la lucha feminista que han venido llevando a cabo las mujeres, pero que realmente involucra a todos los identidades sexuales y de género. Por falta de tiempo, el conversatorio debe cerrarse, pero María Daniela Rendón propone finalizar con algunas preguntas y textos para la reflexión posterior e individual: ¿Cómo construimos un nuevo imaginario que busque superar las formas de opresión, sin que sobreviva el patriarcado? ¿Cuáles serían los desafíos a enfrentar en materia de igualdad y equidad de género en la conformación del estado comunal?

Otra compañera comparte una inteligente analogía cuando explica que muchos hombres que conoce se sienten 96

Silvia Gouverneur


Conversatorios

Diversidad para la alimentación soberana: experiencias y prácticas Estamos ahora en un espacio lleno de múltiples y diversas experiencias. Cada quien profundiza en lo que le interesa y lo comparte en encuentros como éste. Nos une un mismo fin: la soberanía alimentaria. ¿Cómo, desde mi sitio, procuro al país posibilidades de autosustentabilidad o denuncio actividades que se alejen de este interés común?

Küse Chiwon Pantonü (El espíritu de la yuca): Restauración del procesamiento de la yuca como salvaguarda de memorias, espiritualidad y diversidad biocultural en la comunidad pemón San Antonio Roscio, municipio Sifontes del estado Bolívar Delia Polanco Loaiza, profesora de la facultad de Agronomía de la UCV, acompaña a Mario Figueroa en su investigación académica sobre la producción de la yuca en su localidad. Esta investigación critica

fuertemente la rápida desaparición de la producción del casabe en la comunidad San Antonio Roscio, por causa de la explotación minera y el tendido eléctrico. Las nuevas ofertas de trabajo para los indígenas propician el abandono del conuco, y por ende, del cultivo de yuca y la producción de casabe. —Todo allí es a base de yuca y al perderla pierden su base primigenia de alimentación. Ahora deben ir a comunidades muy lejanas a comprar el casabe mucho más caro—. Estamos hablando de una feroz destrucción de la cultura ancestral y de la autonomía alimentaria en nuestros pueblos originarios, y ni hablar del desastre para el ecosistema que significa cualquier tipo de actividad extractivista de terreno. El espacio de la tierra ha sido nuevamente cedido a las grandes empresas. En el 2013, cuando producían yuca, una torta grande de casabe en San Antonio costaba Bs. 150. Hoy día cuesta entre Bs. 1.500 y 2.000. —Ya no podemos pensar en San Antonio como una reserva indígena, sino como un asentamiento minero—, dice. A la Sierra de Imataca, donde se ubica San Antonio, también llegó la organización a través de los consejos comunales. La opinión de Polanco es clara: —Una de las destrucciones que estamos haciendo con las comunidades indígenas es llevar la organización occidental a la organización que ancestralmente han tenido ellos—. Habla de sectorización de la población debido a los consejos 97



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comunales y critica fuertemente estas políticas del Estado: —Estamos destruyendo las comunidades ancestrales a paso de vencedores, y he tenido muchos problemas con la comunidad porque ellos están muy agradecidos por la ayuda que se les está dando. Ellos quieren ir hacia el progreso—. ¿Cómo podemos proteger un pueblo que no se siente en peligro? ¿Debemos involucrarnos? ¿Cómo nos cruzamos de brazos sabiendo que los campesinos y los indígenas son nuestra opción de futuro? Muchas preguntas sin respuesta quedan flotando en el espeso aire del salón.

Utilización de la moringa para mejorar la calidad nutricional de galletas para consumo humano Guaireña, marango, reseda, ben, paraíso, árbol de la vida o moringa: puedes llamarla como quieras. Aporta tantos beneficios a nuestra salud que es casi imposible de creer. Difícilmente se puede encontrar un alimento más completo: vitamina C, vitamina A, calcio, potasio, proteínas, hierro, fósforo, magnesio, sodio y demás. De paso, se puede aprovechar cada parte de la planta, que crece muy fácil en casi toda Venezuela, por lo que los costos de su producción son prácticamente nulos.

Esto lo sustenta científicamente la oriunda de Maracaibo, Yuleyda Mendoza, quien plantea una alternativa económica y fácil para aprovechar de manera creativa los beneficios que la moringa tiene para ofrecer. Se trata de la preparación de galletas en las que se disminuye la cantidad de harina de trigo para enriquecerlas al agregar polvo de hojas de moringa deshidratada. Deteniéndose en cada paso de la preparación, nos conduce al resultado: unas nutritivas galletas verdes, con las que podemos merendar en nuestro hogar. Para convencernos, nos ofrece generosas muestras de galletas. Entre risas, comentarios y curiosidad, las comemos y experimentamos con gusto y satisfacción la sensación de quedar con energía necesaria para continuar con la siguiente ponencia.

Producción, elaboración y transformación de alimentos para el ser soberano: harinas de yuca, buenpan, cambur y otros rubros de aprovechamiento local. Nuestra experiencia en búsqueda de la verdadera soberanía agroalimentaria Se acerca ahora un joven compañero cargado de envases de harina que despiertan la curiosidad de la gente en el salón. Se trata de Manuel Rivas, miembro activo del Conuco Hormiguero que se desarrolla en Caucagua, estado Miranda. 99


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Sabemos que la elaboración de harinas surge, en un principio, de la necesidad de conservar los alimentos. Manuel critica el hecho de que, por lo general, sólo consumimos harina empaquetada. Lo que quizás no sabemos es que para obtener una harina tan blanca y refinada como la solicitada por el mercado, ésta debe ser sometida a procesos químicos que separan las propiedades nutricionales para que puedan ser vendidas por separado, como subproductos, y así ganar mucho más de lo que ganarían dejando todo junto. Es por eso que Manuel se ha dedicado a hacer él mismo sus harinas: trabaja con plátano, yuca, ocumo y la mayoría de los tubérculos. —Vamos a desempolvar los molinos que tenemos arrumados en la casa para enriquecer la arepa que nos comemos—, nos dice mientras pasa sus envases de harina de ñame, plátano y cambur para que los jurunguemos. Nos explica el proceso de elaboración: picar el rubro en trozos pequeños, deshidratar al sol o en hornos de gas y finalmente, moler. —Esto yo no lo estudié: ha sido pura prueba y error—. Añade el compañero: —Incluso, podemos hacer merengadas, panes, tortas y galletas con la harina que hacemos—. Entre las recomendaciones que le da la gente, está el hacer un recetario de estas harinas, ya que varias compañeras comentan que la razón principal por la que no se han acercado a ellas es precisamente el desconocimiento y las dudas sobre lo que pueden 100

preparar. “Generemos recetarios, generemos vías de difusión para que realmente cale en el pueblo”, comenta una de ellas. Gracias a estas sugerencias, surge espontáneamente un interesante y polémico tema: el mercado y las campañas publicitarias. —Aunque a muchos les pegue en el estómago: hay que hacer memorables los productos. Esto está bien interesante, pero hay que saber manejar el empaque, la etiqueta, la imagen. Eso es muy importante. Hay que lograr que a la gente le guste y lo compre. A mucha gente no le gusta porque cree que es capitalista, pero si no vendemos lo que hacemos entonces no sirve, no es rentable—, comenta María Ruiz. A veces vemos con cierto recelo estas herramientas, pero podemos aprender a utilizarlas sanamente y a nuestro favor. —Podemos tomar las buenas ideas, posiblemente capitalistas, con fines comunistas. Muchos de nosotros llegamos a este congreso gracias a la publicidad que se le hizo, por ejemplo— comenta José Ramírez. Sin embargo, no todos los presentes parecen estar de acuerdo. Una compañera comenta que cada producto hecho con amor y tiempo pierde su valor al ser industrializado, porque se corrompe, se vuelve perverso. Pero ¿cómo pensamos en abastecer a nuestro país si no masificamos la producción? No necesariamente tenemos que industrializar los productos, pero sí propiciar su rentabilidad y adecuada masificación. Tenemos que poder jugar con el mercado en vez de cerrarle las puertas. Silvia Gouverneur


Conversatorios

Maíz venezolano: semillas de soberanía y diversidad

cultura que tiene una historia que viene de nuestros pueblos originarios, y por eso nosotros le hemos dado a lo que hacemos un enfoque cultural—, aseveró el profesor Andrés Avellaneda nada más empezar.

La mañana transcurría en Naguanagua entre risas, cuentos y alegría. Iniciaron las jornadas de trabajo y discusión dentro del Congreso y la expectación era mucha: quienes asistieron a esta actividad sabían que la savia viva, el intercambio de saberes y el posible empoderamiento desde el horizonte ecosocialista, se respiraba en cada uno de los espacios del Congreso de Diversidad. Había llegado el momento de trabajar.

Avellaneda hizo una introducción a las características de este popular y ancestral cultivo campesino y ofreció detalles sobre su origen y su filiación con los indígenas venezolanos: —el maíz cariaco es una de las semillas originarias de maíz en nuestro país. Los indígenas cumanagoto lo llamaban erepa—, afirmó.

En el edificio Cener Coronil, en el salón 24, apenas pasadas las 9 de la mañana se dio inicio al primer conversatorio de la jornada, llamado Maíz venezolano: semillas de soberanía y diversidad. En él, el Colectivo Cariaco, de la Universidad Central de Venezuela, compartió sus experiencias acerca del maíz desde una perspectiva cultural. —Esta exposición es parte de un trabajo que se viene haciendo desde hace 9 años, de siembra de maíz cariaco que se van multiplicando y se van reintroduciendo con algunos compañeros campesinos para ir nuevamente restaurando esa semilla. Nosotros queremos hacer hincapié que nosotros en ese trabajo, en el que nos sumergimos con las comunidades campesinas, nos encontramos que hay una cultura ahí presente, una

—Queremos señalar que estas experiencias son desde las prácticas campesinas. Nosotros nos guiamos, precisamente, con las orientaciones de la agricultura campesina. También la llamamos indocampesina por el proceso histórico, la continuidad histórica que viene hasta nuestros días de los pueblos originarios—, expresó. Asimismo, detalló parte de las características morfológicas de las plantas de este maíz venezolano: —Es una planta de gran talla, registrándose alturas hasta los 4 metros en épocas de período lluvioso y en períodos más secos están entre los 2.7 y los 3.8 metros. Normalmente, oímos en los trabajos tradicionales que se critica la altura del maíz, puesto que la mayoría de estos trabajos tienen una visión agroindustrial, y la excusa es que los maices de alto porte trancan la mesa de la cosechadora. Eso hace que la ciencia convencional, al servicio de la agroindustria, seleccione maíces de porte bajo—. 101


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Sin embargo, al tratarse de prácticas campesinas, que no necesitan grandes maquinarias y el trabajo es manual, el porte de la planta de maíz ayuda al campesino a cosechar sin tener que esforzarse por conseguir las mazorcas en alturas bajas, ya que al doblar los tallos del maíz cariaco, la mazorca queda prácticamente al nivel de las manos. No es casual, allí hay siglos de saber acumulado. —Se presentan entre doce y quince hojas y la presencia de mazorcas de 1 a 3, aunque el predominio es 1. Cuando se combinan con otros rubros, como yuca, se facilita la polinización sin entorpecer los procesos de ninguna de las plantas—, informó Avellaneda. El maíz cariaco es de tipo harinoso, y para su procesamiento se utiliza un cazo, lo que habla de un desarrollo tecnológico acorde a las necesidades de procesamiento. Además, se consiguen variedades de color blanco con algunos dejos de rosado; —esta semilla es opaca, a diferencia de la de maíz amarillo, por ejemplo—. Dentro de los tipos de maíz que se presentan en el país —más de 20—, el cariaco ha sido ignorado por la ciencia agrotecnológica debido a sus características, pero éstas resultan del trabajo consensuado de generaciones y generaciones de campesinos. El compañero conversó acerca de la forma en que se controlan las plagas, comenzando por señalar que el interés de la fauna por este maíz habla de sus bondades: —Le caen bachacos, torditos, pájaro negro, monos—. Dejó claro que solo se emplean técnicas campesinas, nada de agrotóxicos. 102

Sobre el acercamiento del Colectivo al momento de investigar y trabajar con el maíz cariaco, señaló: —Nuestro enfoque es más cualitativo, que atiende al valor nutricional y cultural de las cosas. Sin embargo, bueno, siempre le piden a uno datos, nosotros no hemos registrado datos de producción aunque hemos observado que se comporta igual que cualquier otro maíz—. También destacó la relación espiritual del campesino con el maíz cariaco, puesto que esta semilla, al estar siempre al margen del mercado y la agroindustria, se ha mantenido en las manos del pueblo, quien como su benefactor y guardián se ha ido ligando emocionalmente a un rubro que late venezolanidad. Tras finalizar, el profesor Avellaneda cedió la palabra a uno de sus alumnos que, pleno de juventud, se mostró sumamente entusiasmado con la idea de compartir su experiencia de siembra junto a los campesinos venezolanos. El joven se presentó como Fernando Báez, también miembro del Colectivo Cariaco, y su ponencia se tituló “El cultivo de maíz cariaco en nuestra experiencia”. Según dijo, uno de los objetivos del Colectivo es “ver y develar lo que es la ciencia de la agricultura agroindustrializada y cómo se han intervenido todos nuestros asentamientos campesinos y como los han transculturizado”, por lo que en su trabajo detalló información sobre el cultivo desde la perspectiva cultural, es decir, atendiendo a los usos tradicionales en torno a la faena con el rubro sin intervenir de ninguna manera. Un proceso de acompañamiento y aprendizaje que amplía los horizontes de conocimiento de este joven estudiante.


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—Nosotros no creemos que la agricultura agroindustrializada debe ser la que debe aplicarse en los asentamientos campesinos—, enfatizó Báez, para quien el acervo cultural tras las técnicas, tecnologías, tradiciones, costumbres, mitos y ritos de la agricultura indocampesina supone una fortaleza enorme para atender las necesidades agrícolas del país, pues se ha mantenido como un ejercicio en que el campesino interviene la tierra, las semillas y en general el ambiente al que pertenece, atendiendo a su funcionamiento, procurando integrarse a ese todo. — Hacer, sentir, creer, convivir, ser, saber, crear, son los fundamentos de toda cultura y a su vez son expresión de ella. Además supone un territorio y una cosmovisión particular para poder manifestarse en los humanos que allí hacen vida—. Para el colectivo, según Báez, pueblo, territorio y cosmovisión son los factores que permiten la subsistencia de una cultura, y prueba de ello es cómo, a lo largo de los años, la agricultura ha sido una manifestación cultural de los campesinos de nuestro país, un sello identitario que los acompaña allá donde van. El extendido mito de la flojera venezolana no alcanza al campesino: el campo los hace trabajadores, sabios y amorosos con su tierra. —Ellos ven cuáles son los sitios idóneos para sembrar el maíz o establecer su conuco. Pero, ¿cuáles son los criterios que siguen para establecerse? Bueno, tenemos una selección de la tierra, donde no se aguachine. Se aprecia el color, así como la presencia de mastrantos, guásimos,

guamas, y otra cantidad de plantas que puedan estar en sus alrededores para establecer un conuco. Asimismo, se plantea la protección del conuco estableciéndolo en lugares de difícil acceso—. Esto no solo busca evitar las visitas de los amigos de lo ajeno, sino algún tipo de fauna como los monos, quienes tienen una predilección por los cultivos de maíz. Quien ha sembrado en el eje centro-costero del país lo sabe. Además, el joven Báez habló acerca de la selección de los cultivos a sembrar, el tiempo de siembra y las tradiciones ligadas a este, como las cabañuelas, la Cruz de Mayo; o hechos naturales como el inicio de las lluvias, las fases lunares o la siembra en seco. Asimismo, puntualizó algunos datos sobre las herramientas que los campesinos destinan a la faena en el campo, entre los que destacan las coas, las guías, los cascos de burro, y unos cuantos otros aparatos. La tecnología nuestra, hija del saber popular indocampesino, también considera detalles técnicos como la incidencia de luz, la dirección y fuerza del viento, la presencia de aguas subterráneas. Báez detalló los tipos del rubro con los que ha trabajado junto con los campesinos: —Maíz cariaco, morado, tabaquito, negro, prota-prota, gallego, lo que ellos culturalmente tengan y que han trabajado de generación en generación, preservando y cuidando su semilla— aseguró. Para los campesinos de nuestro país es sumamente importante la siembra conjunta, por lo que el compañero del Colectivo Cariaco dijo que no era extraño encontrar 103



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siembra de maíz con caraota, yuca, auyama; y destacó el rol fundamental que la fase menguante de la luna juega en el inicio de la siembra, así como el 1° de mayo, o la sanjuanera, 21 o 24 de junio, según la meguante. Antes de despedirse, Báez agradeció a cada uno de los hombres y mujeres que han apoyado al proyecto Cariaco, sobre todo saludó los rostros conuqueros, campesinos que durante su trabajo le han brindado una sonrisa sincera y un apoyo incondicional por reaviviar lo más originario de la agricultura nacional. Al finalizar la participación de Báez tomó la palabra Camila La Rosa, quien pidió un poco de atención y respeto, puesto que el tema que trabajó fue la parte cultural y espiritual de la semilla y la cultura indocampesina. “Hablar del otro desde nuestra concepción de mundo, porque yo tengo 25 años educada en una forma de concebir el mundo y hablar desde aquí, es difícil, sin embargo ahí vamos a ir poco a poco”, afirmó. “Relaciones espirituales entre campesinos y semillas de maíz cariaco en nuestra experiencia” se tituló el trabajo de la compañera Camila, quien confesó estar un poco nerviosa, pero no por no manejar el contenido, sino porque se trataba de un tema neurálgico en la concepción campesina de la agricultura. “En todo este proyecto de la retoma de la cultura del maíz cariaco, que comenzó el profesor Andrés Avellaneda, en ese andar, nos empezamos a dar cuenta que había otra manera de concebir el cultivo, otra manera de ver y relacionarse con esas plantas y en

eso indagamos”, introdujo. Según sus palabras, se hallaron ante una cosmovisión que contrastaba con la suya, colmada de preparación académica de alto nivel en agroecología o agronomía, pero donde se escapaba ese nuevo nexo ahora encontrado. Para ella, hay una separación clara entre la mentalidad occidental, en donde no hay unidad con la realidad y el sujeto se considera amo del mundo; y las cosmovisiones originarias, en la que existe unidad con la naturaleza, el cosmos y el todo. La vida es una sola, integral, para las culturas originarias, mientras que en Occidente hay un gran cúmulo de pequeñas celdas separadas. Ejemplificó esta diferencia con la concepción que ambas culturas tienen del árbol: —La relación de nosotros con este individuo nos llevó a nombrarlo “el árbol”. Para los pueblos originarios no es un ser masculino, sino femenino: crece, y cuando está grande, pare. Desde esta visión de mundo, la cualidad que se le adjudica es “la que puede ser madre”—. Con esto, La Rosa buscaba ilustrar cómo a través de la forma de relacionarse con los entes del mundo real es consecuencia de la cosmovisión que poseamos, y destacó la preponderancia de lo espiritual, lo emotivo, lo afectivo, en el mundo simbólico de los pueblos originarios. Así contextualizó el ejemplo mencionado, el de los Añú, que llaman al árbol kuunkaru, la que puede ser madre. En la cosmovisión de los pueblos originarios el sujeto se siente parte de un todo: —No daña nada, porque entiende 105


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que si daña algo eso le afecta. Estamos en presencia de una cultura donde no hay separación ser humano/ realidad; donde no existen relaciones de dominación ni entre los seres humanos ni con los demás seres; el sujeto no es el centro del universo: hay armonía—, aseveró La Rosa. Es por eso que, por ejemplo, “el conuco parte de las condiciones territoriales: usted ve un conuco y responde a las condiciones del territorio”, y no se intenta insertar una teoría agrotécnica en la realidad, sino que el conocimiento de la realidad permite afrontar el desafío de producir en armonía con el contexto. Se trata de una “fuente de conocimiento ancestral, transmitido generacionalmente y que pervive hoy en el campesino venezolano. Es un acumulado histórico y cultural de experiencias y saberes”. La confrontación más álgida se da en el plano de la producción de alimentos, pues de una cosmovisión que considera esta actividad como sagrada, se pasó a una que ve como negocio la posibilidad de industrializar los procesos: el alimento no es más algo digno de sacralidad sino una fuente de aparente riqueza. —La semilla es un ser sagrado y con vida. Imagínense todo lo que implica que yo conciba la semilla de esta manera. Por supuesto que mi relación es completamente diferente a como yo me relaciono desde la visión de mundo occidental. Se trata de armonía, respeto, solidaridad— subrayó. 106

Compartió algunos testimonios de campesinos que, durante su trabajo en el campo venezolano, han ido revelándole los secretos profundos que unen la mano con la tierra, la mente con la siembra y el espíritu con la semilla. La semilla es fuente de conocimiento, y eso implica años de cuido, logros. Asimismo, supone un sustento en tiempos de crisis. Esta concepción de una semilla generacional, ligada al desarrollo familiar. —La semilla no es fortuna, es vida—. Hernando Silva fue el siguiente en participar. Dijo ser miembro del Colectivo Estudiantes del Agro, y pertenecer a la facultad de Agronomía de la Universidad Central de Venezuela. “Restauración de la cultura del maíz cariaco o erepa en la soberanía comunal” se tituló el trabajo con el que participó, que buscaba “contextualizar el maíz cariaco dentro de la realidad comunal, en búsqueda de establecer o coadyuvar la soberanía comunal”, según Silva. La apuesta de su trabajo fue sumamente política, pues aunque tiene como sustento el acervo cultural, genético e histórico que significa la semilla, no es menos cierto que ésta se ubica en un horizonte social, económico y político específico. —Viendo que tenemos una realidad urbana, que casi el 50% de la superficie del planeta es urbana, en el panorama político nacional, latinoamericano, debemos discutir el tema comunal; el empoderamiento popular para poder tener medios de producción, acceso a los alimentos, acceso al buen vivir— y para esto, según el joven Silva, la clave es la soberanía. En este sentido, el compañero definió el contexto en el que se inscribe esta lectura política y comunal de la cultura erepa.


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Entendiendo que existe una crisis global en alimentos, tanto por su distribución como su accesibilidad, aunado a la crisis climática, la población en constante crecimiento, el cada vez más complicado acceso al agua y la desertificación de vastas áreas del planeta, consideró Silva que se puede tener un panorama lo suficientemente amplio como para sopesar el problema de los alimentos y las bondades que ofrece la política comunal y la cultura del maíz erepa. Para Silva, una posible vía para resistir y dar la lucha en este escenario es el Plan de la Patria, que en su Segundo Objetivo Histórico plantea establecer la construcción del estado social de justicia a través del poder comunal como eje rector. “Lograr que el 70% de la población se organice en consejos comunales y afianzar las comunas, logrando que para el año 2019 sean 3000”, son algunas de las cifras y objetivos planteados en este horizonte comunal. Pero la problemática se agudiza cuando aparentemente se inicia el camino socialista y bolivariano, y es la lógica productiva del capital la que rige sobre la distribución de los alimentos. Esto resulta contradictorio y el modelo comunal está condenado a perecer a escaso tiempo de su nacimiento si es esta la vía que se impulsa desde el Estado y el Poder Popular como soberano. Planteó una interesante diferencia entre conceptos claves de la construcción del socialismo bolivariano, con los que se ha manejado a nivel discursivo el tema de la seguridad alimentaria, dejando un poco rezagado o escondido el tema de la soberanía. Según dijo Silva, solo la comuna puede “garantizar el empoderamiento popular sin reproducir la

industrialización como única idea del desarrollo”. Lo que se plantea es restaurar culturas de producción-procesamientointercambio-consumo, nutridas con tecnologías sencillas, ajustadas y generadas desde su propia dinámica para resolver esos escollos. Eso sí, si nos quedamos en la misma lógica, Silva argumentó que estamos condenados al fracaso: debemos estar atentos a que nuestras prácticas socialistas no estén sometidas a la lógica del capital, pues de ser así, serían un mero disfraz para la reproducción inconsciente del sistema. —Debemos buscar pensar la comuna desde la soberanía, entendiendo que la soberanía de los pueblos pasa porque se tengan las condiciones necesarias para producir los alimentos, para relacionarse de manera más equilibrada con el ambiente y con una relación distinta—, afirmó. La discusión comunal tiene tantas vertientes como granos de arena en las orillas de las playas del mundo; sin embargo, una constante es que el pueblo sabe la necesidad de ejercer plenamente, o al menos de manera más cercana, su soberanía. Sea la comuna de artistas, ecologistas, graffiteros, jóvenes, abuelas curanderas un horizonte clarom es el ejercicio de la soberanía como necesidad liberadora: al hacernos soberanos y asumir nuestras responsabilidades podemos abrirnos a la producción material de nuestras vidas sin depender de la oferta de un sistema enajenante en el que el mundo parece “ya estar hecho”. Uno de los puntos neurálgicos de esta ponencia fue la necesidad de superar la compra de tecnologías alimentarias sin conexión cultural con la realidad del país, que solo soterran las que han nacido al fragor del pueblo y el contexto territorial. 107


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Finalmente, expresó que el aporte intenta despertar la necesidad del pueblo de “construir un estado ideal de vida en plenitud”.

Debate

La propuesta es simple, pero radical, alimentada del espíritu de Simón Rodríguez y tantos otros que nos invitaron a ser nosotros mismos: “pensar con cabeza propia e histórica”. Según dijo, es fundamental reconocer que existe una división del mundo, una creación ficticia de separación en tres partes, con la Doctrina Truman, entrada en vigencia a mediados del siglo XX. A nociones como tecnificación, agricultura industrial y desarrollo, Avellaneda opuso procesos de culturación y reculturación con base en el campesinado del país.

Tras el cierre de la mesa, la discusión se tornó sumamente álgida, sobre todo luego de hacer evidente la contradicción saber académico/saber popular, pues el Colectivo Cariaco había hecho una apología desde varias perspectivas del segundo, y en el salón donde se desarrolló la actividad había mucha reticencia a abandonar las conquistas científicas. La conversación se centró en el tema cultural, pero un participante se encargó de relatar como, a pesar del vilipendio y la violación sufrida por las culturas precolombinas, que Occidente haya llegado hasta aquí terminó siendo beneficioso porque nos insertó en el sistema mundo. Sin embargo, el mismo compañero que dijo eso, señaló que lo importante es ver que ese sistema mundo tiene unas necesidades, y que evidentemente la ciencia que llega a nuestros territorios está diseñada para explotar las riquezas de la tierra -—alimentos incluidos— en detrimento de la localidad donde se hace, insertando materias al mercado mundial, pero dejando al país productor prácticamente sin poder participar de lo producido.

Su ponencia generó mucha polémica, pues varios de los presentes aseguraron que esa división del mundo es quimérica, y no solo eso, sino que la ciencia que se hace en nuestros campos, a pesar de responder a las necesidades de la mercantilización del campo, no es enemiga natural de los saberes populares, si su práctica se hace de manera crítica. El debate iba calentándose con la ponencia de Avellaneda.

Tras ello, el tema central se volvió la diferencia entre la cultura occidental y la campesina, heredera de los pueblos originarios. Sobre este tema, los compañeros del Colectivo Cariaco aseguraron que el trabajo que se han planteado desde el principio es aportar a la resistencia cultural del país, que sirva de bastión necesario para la consecusión del proyecto político bolivariano y ecosocialista.

Para cerrar el ciclo, tomó nuevamente la palabra Andrés Avellaneda, quien esta vez conversó sobre el tema “Propuesta de culturación y reculturación desde la experiencia con el maíz cariaco”. En esta oportunidad, Avellaneda hizo un análisis crítico sobre los procesos que la cultura latinoamericana, venezolana, indocampesina, han vivido a lo largo de su desarrollo histórico, teniendo como parangón común el vilipendio y el atropello.

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Río C.


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Las luchas del Poder Popular en defensa de las semillas II Ya es la tarde del último día de debates y encuentros. Para muchos, este conversatorio cierra el congreso de este año, pero abre infinidad de reflexiones e ideas que urge llevar a la práctica lo antes posible. El conversatorio se desarrolla de una manera particular, un poco alejada de la estructura regular de los anteriores: quizás por ser el último o quizás por la presencia de Walterio Lanz como moderador. En cualquier caso, el encuentro se presta básicamente para la discusión viva entre los participantes. Uno de los compañeros empieza poniendo en duda la existencia actual de los conucos en Venezuela, cosa que determina rápidamente el desenvolvimiento del debate. Walterio toma la palabra y nos remonta a principios del siglo pasado, 1920 específicamente, cuando el 90% de la población venezolana era rural. Hoy, esa cifra ha cambiado dramáticamente: actualmente el 90 o 95% de la población del país vive en las ciudades. Toda la cultura que se había desarrollado en Venezuela durante miles de años, asociada a la vida rural, fue sustituida en menos de un siglo por la vida urbana.

Evidentemente, esta situación está asociada a la explotación comercial del petróleo en suelo venezolano. La manera de ocupar nuestros espacios da cuenta de nuestro tipo de economía. —Mientras más vayamos hacia atrás en el tiempo, conseguiremos muchos más conucos de los que podemos conseguir en la actualidad—. Por otro lado, en el Plan de la Nación, entre los años 1973 y 1978, se planteaba el abandono del conuco como forma de progreso. En este sentido, y entendiendo los intereses profundamente políticos y económicos, somos el resultado de gestiones de gobierno anteriores que han seguido una línea desarrollista y no ingenua que elimina el conuco en pro de la venta monopolizada del petróleo. Fuimos engañados. De esa manera eliminaron un estilo de vida. —Es posible dominar a un pueblo sin semillas, porque entonces tiene que comprarlas— dice Walterio. La mercantilización de los alimentos es también un fenómeno del último siglo. —En el pasado, la comida no tenía ese carácter. Ni siquiera la semilla tenía ese carácter de mercantilización—. En el momento en que nos despojan del conuco, nos imponen lo que vamos a comprar y a comer. Las razones por las cuales ha disminuido la presencia del conuco en Venezuela son razones sociales, económicas y políticas muy complejas, pero decir que ya no existe 109


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el conuco es una afirmación errada y radical. Se sigue viviendo del conuco: —los indígenas saben que eso es lo que nos salvará—. Después de su explicación, se mete la mano en el bolsillo y saca muchísimas semillas de maíz que han sido preservadas desde hace cientos de años en el estado Falcón. —Al terminar, los que tengan la posibilidad de sembrarlas, llévense las que quieran—. El compañero Álvaro Rendón, de 72 años, nos cuenta que nació en las sabanas del Orinoco, al sur de Anzoátegui, y que vivió la cultura del conuco porque todo su pueblo era conuquero. —La primera vez que yo compré un huevo fue cuando llegué a Caracas—. Nos habla también de las cayapas que se hacían en su pueblo, en las que todo el lugar se avocaba a limpiar y trabajar en un conuco distinto cada semana, recibiendo a cambio nada más que un rico sancocho. —Desarrollamos una economía colectiva a partir de las economías individuales. Creo que hay que rescatar eso. Yo detesto a los burócratas que hablan de desarrollo y no han sembrado un cebollín en su vida—. Para complementar la intervención anterior, Beatriz Mendoza quiere compartir su opuesta experiencia. —Yo nací y me crié en Caracas. Soy profesora, y yo leía en los libros que el conuco no servía. Y eso se lo decía yo a mis estudiantes, porque ¿qué iba a hacer? Si eso lo decían los libros, yo lo creía—. 110

Los libros le decían a Beatriz que había que eliminar el conuco porque el conuquero destruía la tierra: al quemarla para volver a sembrar, devastaba la capa vegetal. Esta barbaridad resquebrajó la evolución de nuestra patria. Estamos hablando de los años “sesenta y pico”, aclara. —Por eso todavía, a mi edad, vengo a reaprender—, concluye Beatriz, sonriente. Este contraste, dentro de una misma generación, refleja y remarca la enorme diferencia que había, 50 años atrás, entre los habitantes del pueblo y los de la ciudad. Ahora el tema se redirecciona —y redimensiona— cuando empezamos a hablar de los bancos de semillas originarias en el mundo. —Quieren seguir saqueando nuestras semillas, y fíjense cómo estoy utilizando la palabra seguir— dice Walterio, —los propios saqueadores pretenden conservar en bancos las semillas originales—. Qué raro y qué sospechoso que sean ellos los que están conservándolas. Y es que al final ellos comparten nuestros mismos temores: le temen a la invasión de los transgénicos y saben que en esas semillas está el futuro del planeta. Este no es un asunto de las y los campesinos nada más: a todos nos atañe. Todo el que come está involucrado. Para finalizar, Walterio regala semillas de maíz a quien pueda multiplicarlas. A esta propuesta se unen otras, y terminamos felices, llevándonos semillas de onoto, maíz blanco, maíz rojo y moringa. Silvia Gouverneur


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Siembra libre y soberana: Por una ley de semillas del pueblo —Cuando Chávez vino y dijo “pueblo legislador”, nosotros le creímos, y partiendo de ahí nosotros dijimos ‘bueno, vamos a ver cómo es que sin tener idea vamos a hacer una ley’—, dice Eduardo, de la Red de Escuelas Populares Agroecológicas de Carabobo, parte de los anfitriones del evento en la Aldea Héroes de Canaima. Recién interrumpía a Martha para dejar en claro lo que, para él, sintetiza el comienzo del movimiento popular de construcción de la actual Ley de Semillas, ya aprobada en la Asamblea Nacional. Esa noción que retuvieron de convertirse en hacedores de las leyes que necesitaran como pueblo, llevó al movimiento a una discusión profunda en torno a nuestras semillas. —Decidimos hacer una serie de debates constituyentes, hicimos cinco a lo largo y ancho del país—, recuerda Martha. El primero de esos encuentros, acaso el más intenso, donde todo el mundo dijo lo que tenía por mucho tiempo en la mente, fue en Sanare, estado Lara. Representó el nacimiento de uno de los movimientos de legislación popular más fuertes que recuerde nuestro proceso revolucionario.

—Asumimos el reto. No sólo la discusión fuerte que hubo en Sanare, donde prácticamente se constituyó el primer gran debate, sino que nos agarramos el debate como un asunto de vida para nosotros y nos trajimos el primer gran debate aquí a Carabobo—. Ahora es Eduardo quien recuenta los hechos, reviviéndolos con cada palabra. Se nota en el tono, quizá, o puede ser porque la mirada se le pierde por segundos, en ese terreno que uno solo puede atribuir al siempre sano ejercicio de reconstruir el pasado. Desde el congreso anterior, en Maracaibo, a mediados del año 2014, Eduardo andaba por los distintos espacios de la Universidad Bolivariana de Venezuela núcleo Zulia hablando en favor de la semilla criolla, de la necesidad de promulgación de una ley que la defendiera. Y no solamente a la semilla, sino la ancestral práctica de intercambio de estas entre comunidades productoras, socializándolas, haciéndolas nuevamente de todos y todas. Recuerdo que en ese entonces Sandino, un compañero que fue con nosotros a cronicar el encuentro, me comentaba sobre una buena conversa que sostuvo con él. Me viene a la memoria también su recomendación de hacerle una buena crónica a los compañeros. Que estaban en Carabobo y que tenían una historia de organización bien interesante. 111



Conversatorios

En efecto, esa visita se hizo, pero lo que más y con más gusto recuerdo es el momento en que, en este mismo lugar en que hoy se lleva a cabo el congreso, Eduardo me mostraba orgulloso una pequeña leguminosa, recién germinada. Nació de una semilla de entre unas pocas que le había dado Walterio durante la cita de Maracaibo, a modo de intercambio, como mecanismo de reproducción de esa semilla, y de llevarla a un mayor territorio.

Y es que esa propuesta de ley que no pretendía rechazar los transgénicos no surgió de la bancada de la derecha, sino de diputados y diputadas “revolucionarias”, recordaría con tristeza.

Justamente es ese uno de los principios de esta ley, que se fundamenta en el rescate del intercambio de semillas entre campesinos de todo el país, algo que sería imposible con la privatización. Corrijo, peor que imposible. Sería ilegal una distribución colectiva del principio de la soberanía alimentaria el país: la de las semillas de todos, para la producción y consumo de las propias comunidades.

—Dicen que esta ley la hicieron fueron “cuatro pelúos”, porque así dicen ellos. No, esa vaina surgió del pueblo, surgió de las bases—, agrega Eduardo ante la mirada atenta de los que acudimos a la conversa.

Pero la cosa va más allá. Recuerda también que después, mientras ellos estaban organizando sus debates y generando propuestas para la ley popular, esos mismos diputados y diputadas fueron piedra de tranca.

La Ley de los “cuatro pelúos”

Y se remonta a un proceso que no sólo fue de debate cerrado, sino que buscó las voces más diversas en todo el país: —En cada espacio se fue dejando unos equipos multiplicadores. Nosotros aquí en Carabobo, como coordinamos el programa Manos a la Siembra, se dieron alrededor de 12 debates con la propuesta de ley y lo que estábamos armando—.

La otra razón para organizarse y construir la ley fue una propuesta que salió de la Asamblea Nacional. —Descubrimos que había un anteproyecto, o sea, una nueva Ley de Semillas, pero que seguía avalando los transgénicos—. La voz de Martha se torna más rígida (ya de por sí lo es) al recordar al enemigo que comparte sus filas, el que está dentro del chavismo, instalado con sus prejuicios e ideas conservadoras en situaciones de decisión.

Cinco debates nacionales, doce solamente en Carabobo y los que realizaron los encargados de multiplicar la dinámica en el resto del país, avalan la elaboración del instrumento legal que ahora rige la semilla. No fueron “cuatro pelúos” entonces los responsables de la ley, sino amplia, diversa representación del pueblo venezolano, consciente de que en el trabajo campesino está la respuesta a la crisis alimentaria mundial. 113



Conversatorios

—Es una verdadera construcción colectiva—, insiste Eduardo, que además pregona con el ejemplo: —Pasábamos —durante las actividades de discusión— por cada mesa, para recordar a la gente que se cercioraran de que todas las ideas, todos los aportes, quedaran en el documento de la mesa—. Buscaban, insistimos en eso, cada voz. —Incluso en las plenarias teníamos un derecho a réplica, porque a lo mejor se nos había pasado alguna vaina—.

y amplio de producción, se correrá el riesgo de que las coyunturas inserten el transgénico en el país. Ya ha pasado. Cada vez que se importan rubros alimenticios, suele hacerse desde países que utilizan semillas genéticamente modificadas para sus cultivos. Como Brasil, por ejemplo, se atreve a agregar una compañera del Movimiento Sin Tierra brasileño, presente en el encuentro y que ha estado muy atenta a toda la conversa.

—Hoy día tenemos un anteproyecto consensuado. Es bien cierto que nos faltaron una cantidad de cosas, pero cuando tú negocias hay cosas que te las van a dejar y hay otras cosas que te las van a quitar—, remata Martha, buscando disipar cualquier duda de que la lucha no es fácil. De que las contradicciones son parte de un proceso de transformación.

Eso podría volver a pasar si no se garantiza el abastecimiento de alimentos a todo el país, a través de la siembra y cultivo de semilla campesina. Es necesario entonces evitar un escenario de importación de alimentos, pues la aplicación de la ley pendería de un hilo.

Teniendo la ley, ¿qué? ¿Es suficiente la existencia de una ley para que lo que ésta contiene se cumpla? Pruebas tenemos de sobra para estar seguros de que no es sí. Por eso, es necesario que las acciones lleven al obligatorio cumplimiento de la misma. Comenzar a intercambiar semillas, expandir su presencia en el territorio nacional, es un comienzo. Pero si eso no es acompañado con un plan organizado

Con los transgénicos y la privatización de las semillas, las grandes transnacionales de la agroindustria han garantizado la dependencia de muchas naciones para la producción de alimentos para sus pueblos. Entonces, está en juego mucho más de lo que parece si no se respeta la decisión soberana de rechazar tales injerencias en nuestra producción. No se trata del capricho de “cuatro pelúos”, como ya se dijo, sino el clamor de un pueblo que se restea con el crecimiento de la producción nacional, la soberanía del alimento que llevamos a nuestras mesas, e incluso la salud de nuestrxs hijxs. 115


Esto es algo que parecen olvidar algunos. —Porque el asunto es que esos diputados nuestros que hoy no respetan las decisiones que se tomaron en los cinco debates, ellos también son de a pie y pata descalza como nosotros—, dice finalmente Eduardo, en tono de lección. Los aludidos no están presentes, pero sí el pueblo que garantizará que esa Ley, ya aprobada y en vigencia, se cumpla.

Juan sebastián ibarra


Conversatorios

Desarrollo ilimitado: críticas, reflexiones y propuestas ecosocialistas El Congreso tocaba su fin. Tras largas jornadas de trabajo, compartir y debatir, los asistentes lo sabían y el domingo todas las actividades estuvieron repletas. Se respiraba ganas de concretar todo lo conversado, de lograr darle un rumbo definitivo e irreversible al proceso de empoderamiento político del pueblo. En este sentido, el conversatorio “Desarrollo ilimitado: críticas, reflexiones y propuestas ecosocialistas”, buscó demostrar cómo la noción de desarrollo ilimitado, construido en torno al sistema capitalista, termina permeando incluso la construcción política alternativa y revolucionaria, cosa que debe combatirse para lograr una transformación verdadera. Se realizó en el salón 13 del edificio Cener Coronil. Gabriel Tovar presentó el trabajo “Ecosocialismo en la postmodernidad: modelo de desarrollo ante la crisis global”, donde elucidó cómo el concepto de ecosocialismo ha tenido un correlato en la discursividad del capitalismo que ha intentado subsumir todas las luchas de este horizonte político. —La modernidad está vendida y caracterizada por el mito del progreso y la creencia de que el crecimiento

industrial y económico, los avances tecnológicos, se perfeccionarían cada vez más, beneficiando tanto a nuestra especie como a sus condiciones de vida. Es decir, este es el “sueño americano”. La modernidad fue el sueño americano mundial, en el que todo se compra, todo ya viene listo, todo ya viene hecho—, definió en torno a la modernidad, concepto a deconstruir. Indicó que es importante prestarle atención a la manera en que la “atmósfera industrial” (crisis económica y ecológica mundial, que son conceptos no separados, van de la mano) se ha tratado de ocultar tras ideas como el “desarrollo sostenible” o el “green washing”. — Se trata de una estrategia más para poder disfrazar las tantas vagabunderías de la industria y el desarrollismo. Nos han vendido, dentro de la atmósfera industrial, que podemos seguir sobreviviendo con una dinámica de intercambio, de equilibrio, consumiendo otro tipo de energía, otro tipo de combustible, pero solo se trata de más green washing—, definió. Sin embargo, recordó que —el consumo personal es la última piedra en el eslabón, de la cual, si cambiamos el patrón individualmente, el patrón de consumo, pero mantenemos la tecnología de la modernidad, no afectamos el verdadero problema, el verdadero síntoma que es la industria en sí misma—. En su opinión, tras algunas de nuestras prácticas más “inocentes” pervive el monstruo. No quiere decir que no tengamos buenas intenciones, pero el sistema se 117


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mimetiza tan bien que puede ser que estemos apostando por él repetidamente. —Debemos apuntar al desarrollo territorial, la comuna productiva del saber, el desarrollo económico comunal, la sostenibilidad ecosocialista, el equilibrio y el bienestar social bajo una nueva ética— finalizó. El siguiente turno fue para Francisco Nava, cuya ponencia se tituló “Crisis de diversidad biológica: ¿Es posible superarla frente a los actuales escenarios de desarrollo y progreso?”. Con este trabajo buscaba poner sobre la mesa el debate sobre la forma en que la producción actual arrasa la diversidad biológica, en el horizonte de la destrucción del modelo civilizatorio. —Se ha generado inquietud sobre la estabilidad de las condiciones ambientales que permiten la vida como ha sido en los últimos 10.000 años, y esas condiciones han cambiado en distintos procesos al punto de generar una alarma agorera de posibles cambios irreversibles, es decir, la resiliencia del sistema planetario se ha superado—, señaló. La modernidad vendió una falsa idea de bienestar, crecimiento y desarrollo, en que la evolución económica llevará a mejores niveles de vida, bienestar, modernización y crecimiento. Todo esto es un gran engaño, sobre todo porque plantea una noción de límite que no tiene “asidero real en la condición de ser de la humanidad”. —Si los recursos naturales que sustentan el desarrollo y el crecimiento son limitados, ¿cómo puede ser posible el desarrollo ilimitado? —, inquirió. 118

Para mantener el standard de vida de algunos, las grandes mayorías están condenadas, y así también el planeta, que es explotado alrededor de un 50% más de lo que es capaz de regenerar. Por eso se trata de “buscar una nueva noción de bienestar que no esté atada a lo que ya existe y a su reproducción; se plantea la utopía como solución”. La respuesta puede ser el ecosocialismo, pero teniendo en consideración que está —enmarcado dentro del pensamiento occidental, y allí debemos evaluar si contiene realmente alternativas a lo que estamos viviendo—, concluyó. Luego tomó la palabra Eder Peña, quien con la ponencia “¿Se puede descolonizar el Ecosocialismo?”, analizó las tensiones que ocurren entre el ecosocialismo y el giro decolonial, bolivariano y contrahegemónico. —Debe haber una ruptura en los fundamentos de la civilización capitalista, industrial, occidental, moderna. Además se deben cuestionar las estructuras, los métodos cuantificadores y la lógica productiva que disfraza el capitalismo tras su velo—, señaló. Es por ello que propuso una lectura marxista de los fundamentos socialistas, que suponen que no haya fetichismo de la mercancía, sino producción de valores de uso, y a partir de allí explicar cómo la “abundancia material siempre ascendente está vinculada a la felicidad y la libertad es falsa”. Además, señaló que, en el marco del sistema capitalista, a la narrativa de algunas identidades se les asocian características negativas, mientras que el desarrollo y todos los rasgos positivos están en Europa y Estados Unidos.


Conversatorios

—La idea es acercar un poco la discusión, que ya no solo es académica, sino que se está dando en muchos espacios comunitarios sobre cómo la colonialidad es estructurante de nuestra cultura y nuestro modo de proceder. Las decisiones que tomamos están mediadas por la colonialidad—. La búsqueda, como expuso Peña, es destacar las distintas tensiones que ocurren aguas adentro de la Revolución. El objetivo es lograr el progreso pero “sin devastar, sin alienación en torno a la contaminación ambiental, sin la civilización sobre-individualizada, sin patologías”. Buscamos construir el desarrollo endógeno sustentable. Existe una dinámica particular en la discusión academia-pueblo, y la revolución bolivariana recoge el espíritu de esta discusión, así como el de las diferentes posturas en torno al desarrollo. Es por ello que invitó a leer de manera crítica las propuestas que se mueven dentro del ecosocialismo, a dar un debate conceptual y experiencial que ayude a nacer la “nueva lógica del metabolismo social desde abajo, desde la gente”. Finalmente escuchamos el trabajo “Venezuela: tensiones y retos en la construcción del Estado Ecosocialista”, presentado por Francisco Herrera. —Vine más con preocupaciones, inquietudes, más que desde una posición de experticia ni mucho menos. Nuestra postura es de ciudadanos. Ciertamente hemos llegado a estos temas por nuestra formación en biología, pero llega un momento en que no puedes separarlo de lo social, no puedes separar lo social de lo histórico

y terminas abordando los temas, quizás no con la profundidad debida, pero sí con una preocupación meritoria—. En ese sentido, destacó que la lectura crítica del imaginario que se ha consolidado permite acercarse realmente al problema álgido de si es posible o no construir un Estado verdaderamente ecosocialista. Asimismo, afirmó la extrañeza de que en un marco epistémico neoliberal, el Estado comunal haya nacido sin filiación histórica, y que, de repente, del capitalismo haya nacido la solución al propio capitalismo. —Para que haya una posibilidad distinta al Estado burgués y al capitalismo tiene que haber un quiebre. No hay manera de que no haya un quiebre, ojalá que no sea violento, pero tiene que haber un quiebre, bien sea mental, bien sea cultural, de masa, pero tiene que haber un quiebre. Dentro del Estado es muy poco lo que se puede hacer, porque el Estado no va a atentar contra sus propias lógicas—, de esto se desprende una afirmación clara: la comuna no puede ser una construcción del Estado, porque sino va a ser “una cosa completamente maniatada, tal como lo es hoy”. Durante estos últimos años, los movimientos sociales han gozado de alianzas con el Estado, pero a juicio de Herrera, los sujetos no son el Estado. Por ello destacó el llamado que Chávez hizo con el Golpe de Timón: —Es el conflicto que Chávez tiene por dentro, la contradicción entre lo que quería generar y lo que se da cuenta de que no hay manera de destrancar con la misma lógica de los ministerios—. 119


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Debate El debate fue candente, sobre todo porque había mucho que decir. El espíritu de la discusión giró en torno a la definición del Estado como una construcción burguesa y alejada de las realidades comunales, aún cuando el gobierno sea popular y socialista. Hay formas estructurales en las que el poder se ejerce en el país que no han podido ser modificadas, y de ello se deduce una de las frases que más ruido hizo durante la discusión: “el Estado está en contra de las luchas populares”. No se trata de una acusación al gobierno que hace posible estos debates y estas discusiones, sino a las estructuras de poder que son difíciles de transformar y están renuentes a ello. La invitación de este conversatorio fue a deslastrarse de la dependencia del Estado, a que la militancia, si es un ejercicio real, se llene las manos de tierra y trabajo, que vaya a las comunidades y allá donde haga falta, pues lo que está en juego no es únicamente el poder político, sino la soberanía de una nación. El debate continuó su curso, y muchas y muchos de los presentes interpelaron —respetuosamente— a los expositores, pues consideraron que su lenguaje académico muchas veces hizo difícil el intercambio de conocimientos. Ante esto, los miembros del panel, investigadores del IVIC, pidieron disculpas, y aseguraron que a pesar de todo, forman parte de la misma lucha. Es necesario respetar la militancia de cada uno de los compañeros desde la trinchera que sea y a pesar de que haya espacios aparentemente más necesarios que otros, a fin de cuentas solo se hace socialismo de la mano de muchos y muchas. 120

Río C.


Conversatorios

Soberanía a través de la ciencia: la sostenida defensa sobre el refugio de fauna silvestre isla de aves “Afianzar el ejercicio de la soberanía” es el eje de las campañas científicas en el Refugio de Fauna Silvestre Isla de Aves, asegura Lenin Parra, director general de la Dirección General de Diversidad Biológica, perteneciente al Ministerio del Poder Popular para Ecosocialismo y Aguas, dirigiéndose al pequeño pero atento auditorio. El encuentro, un conversatorio en el marco del VI Congreso Venezolano de Diversidad Biológica, tiene como eje los hallazgos que en los últimos años han arrojado las investigaciones científicas, aunque el verdadero énfasis está en esas primeras palabras. En su mayoría, el público está conformado por científicxs que hacen o han hecho parte en las investigaciones que se realizan anualmente, aunque también hay quienes acudieron por la curiosidad de saber lo que se hace en ese pequeño espacio de tierra, en el que alguna vez el comandante hiciera un Aló, Presidente, y que forma parte de nuestra Patria —“azul”, así la llamaba Chávez— aunque no se note normalmente en los mapas.

La soberanía, su ejercicio, también reside en la información del pueblo, no sólo de quienes hacen vida y trabajan en determinado territorio de la Nación. Para quienes no forman parte de esas expediciones, es importante conocer primero algunas cosas, las principales, tal vez, sobre este pequeño territorio: forma parte de una cadena montañosa submarina, cuyo único espacio visible es precisamente Isla de Aves. El resto está por debajo del agua. Es una isla arenosa, rodeada por una barrera coralina, que no tiene vegetación de gran aforo, está ubicada en el Caribe centro oriental, 509 kilómetros al norte de la isla de Margarita. Aunque no está desapareciendo, también se ha vaticinado que en algún momento puede que lo haga, con el impacto del cambio climático sobre las zonas marinas y costeras, debido a sus dimensiones y a su ubicación. Pero, ¿cuál es entonces la importancia de este pequeño lugar que además puede desaparecer? Hay que remontarse a unos cuantos años atrás, y al devenir de su historia: en el año 1777 es reconocida como parte de la Capitanía General de Venezuela. Luego formó parte de la Audiencia de Caracas, en 1788, para luego ser parte de la Gran Colombia. Finalmente, en 1830, al disolverse la Gran Colombia, la isla queda bajo soberanía venezolana. En esa época la importancia del guano —excremento de las aves— era de carácter estratégico, pues se utilizaba para la agricultura, como fertilizante, y era muy valioso 121


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en términos económicos. El guano abundaba en la isla, pues es un territorio de importante tráfico migratorio de una amplia diversidad de aves. Dos compañías estadounidenses —Shelton y LangDelano— llegaron en marzo de 1854 para la explotación del guano. Pero a finales de ese año, el entonces presidente venezolano, José Gregorio Monagas, envió a un grupo militar para el desalojo de los gringos, hecho que se cumplió el 30 de diciembre. La Shelton y la Lang-Delano influyeron al gobierno norteamericano para realizar reclamos sobre la isla, como si les perteneciera. El Departamento de Estado actuó en consecuencia, e intervino para que las dos explotadoras pudieran retomar sus actividades lucrativas, o que recibieran una compensación económica. Así fue: Venezuela tuvo que pagar 150 mil dólares en total a las empresas por “afectación de sus actividades económicas en la isla”. Ya era 1855, y al conflicto se habían unido los Países Bajos —Holanda—, al ver la pugna entre gringos y venezolanos por la explotación del guano en la isla. El argumento principal era que la isla de Saba —que era, y sigue siendo, colonia holandesa— estaba unida con Isla de Aves por un banco de arena, aunque luego se demostraría la falacia del razonamiento. No fue sino hasta 1865 cuando España, que a petición de ambas naciones arbitró el conflicto, sentenció que el territorio pertenecía a la República de Venezuela. 122

Territorio para la ciencia En 1945 se inician las visitas con fines científicos, cuando el holandés Humenlink realizó estudios geológicos. Muchos años después, 1978 para ser exactos, se instala la base científica. Antes, en 1972, bajo decreto presidencial, se establece como Refugio de fauna silvestre la isla y sus alrededores, asegurando ese territorio para la Nación. Ya no quedaba guano en la superficie de la isla, a pesar del tráfico aún abundante de aves, pues la explotación fue devastadora, pero el resguardo era muy necesario, al ser el segundo lugar en el Caribe para la anidación de la tortuga verde —catalogada internacionalmente en peligro crítico de extinción—, y el mayor lugar en el país para la reproducción de dos especies de gaviotas. En octubre del año 2000, el entonces Primer Mandatario, Hugo Rafael Chávez Frías, emitió el primer Aló Presidente televisado, el 48 del seriado, desde la base científico naval. El Presidente hizo énfasis durante esa alocución en el hecho de que la soberanía no podían ejercerla solamente los militares, sino la Nación entera. Además, recalcó que la ciencia era una forma de garantizar el ejercicio directo de esa soberanía, una defensa territorial con instrumentos de medición, con estudios de poblaciones, con microscopios.


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Ahí se comprometió además a restaurar las instalaciones, ya deterioradas, y a partir del 2006 se reinauguran las instalaciones, con una nueva base, mejor equipada, modernizada. Tres años más tarde se da un nuevo rumbo a la intervención científica de la isla, con campañas de investigación colectivas, ya con una periodicidad sostenida, como una estrategia de trabajo conjunto entre la Armada y el entonces Ministerio del Ambiente, buscando garantizar la soberanía nacional, además de tener una direccionalidad común de las investigaciones. Con la realización anual del Congreso Venezolano de Diversidad Biológica, además de otras estrategias —la publicación de las memorias, por ejemplo— la información de esas investigaciones es ahora de libre y de gratuito acceso a la población del país. —Muchos de los que están aquí son investigadores que han asistido gracias a ese convenio, en el que la Armada facilita el transporte y la alimentación, y en el que se tramitan los viajes a través de la Dirección General de Diversidad Biológica, en función de las investigaciones que se consideren prioritarias—. La audiencia asiente. Pero no sólo es eso. También existe el hecho de que en los últimos tres años el número de instituciones, investigadores y proyectos ha ido en aumento. Algo que se busca fortalecer: que las investigaciones y

la participación, a través de un agenda científica durante todo el año, aumenten, se fortalezcan y generen mayores frutos, esa es la intención. Y parece ser correspondida durante el Congreso, porque el conversatorio, en el que se dio mucha información sobre especies de la isla, se tomó todo un día de actividad, de exposiciones y, especialmente, de confirmación de que el ejercicio de soberanía se hace experimentando el territorio, conociendo e investigando.

Epílogo La importancia estratégica de Isla de Aves —ya lo decía Chávez— se enmarca también dentro de esa nueva política de ubicarnos en la geopolítica internacional. Venezuela, al ejercer su soberanía sobre la isla, deja de limitar, como nos enseñaron siempre, con el Mar Caribe. —En el Mar Caribe hay una serie de naciones que debemos nombrar como limitantes con Venezuela—: Trinidad y Tobago, Francia, Estados Unidos —a través de Puerto Rico—, Países Bajos, República Dominicana. Igualmente, el no despreciable hecho de que otorga a la Nación 135.000 km2 de territorio náutico adicionales. Si se ve el mapa, equivale a una quinta parte de nuestro Mar Caribe, aproximadamente. La defensa no ha terminado. Existen apetencias internacionales actuales, la lucha por ese espacio nuestro aún continúa. Los países miembros de CARICOM alegan que la isla es 123


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una roca y no puede considerarse un territorio, por lo tanto “no debería” pertenecer a ningún país. Esto nos quitaría casi la mitad de territorio sobre nuestro Mar Caribe. Y no es casual ese nuevo intento de saqueo territorial, si se contextualiza en la situación de guerra irregular a la que se ha sometido a Venezuela recientemente, y que en lo territorial se ha manifestado especialmente en la reactivación por parte de Guyana del conflicto sobre el territorio Esequibo. Se está buscando cercar a Venezuela por varios flancos, para que vuelva a ser de dominio imperial. De ahí la necesidad de no abandonar el espacio, de hacer vida científica en él, y además contribuir al resguardo de las especies para las cuales Isla de Aves representa parte importante de su existencia.

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Juan Sebastián Ibarra


Conversatorios

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Arte y parte

Arte y Parte Semilla “La ardilla sacó la semilla y le dijo a la luna que ya era tiempo de que menguara y la luna empezó a menguar” El 27 de febrero de 2015, ante un mural de Simón Rodríguez, con la participación de un árbol y amenizada por tambores de mesa tocados por Juan Sebastián (el integrante de menor edad de Taller Artefacto) transcurrió la reunión-semilla de planificación del Arte y Parte para el VI Congreso de Diversidad Biológica. Junto a Fabián Zaraza (de “Fabián en cuento”), Adriana Herrera y Virgilio Álvarez (del Colectivo Taller Artefacto) buscamos metáforas que sirvieran de enlace entre perspectivas poéticas y científicas de la semilla; entre formas ancestrales de concebir la semilla y los debates contemporáneos sobre su defensa. Intentábamos dar con una metáfora lo suficientemente amplia y certera como para abarcar las relaciones cotidianas de las subjetividades que harían vida en el Congreso. La tormenta de ideas casi adquiría forma poética:

- La semilla como punto de partida de inicio de la vida, el inicio de los ciclos vitales - La semilla que se transforma, la que germina - La semilla como garante de los ciclos - El cerebro semilla que germina en acciones, y el cuerpo como raíz - El reservorio de semillas, semilla memoria - La semilla que guarda en su ADN los saberes y sabores de un pueblo - La semilla-identidad: muchos pueblos originarios se identificaban con una semilla que estaba asociada al Árbol de la vida. (Hablamos de los mitos de los hombres y mujeres del maíz y el de los hombres de la yuca, valdría agregar el de los hijos e hijas del moriche, y seguramente muchos otros). - La semilla humilde que no busca el protagonismo, se deja sepultar bajo tierra para dar vida, deja que la encierren en las maracas para brotar hecha música. - La siembra en oposición a la minería. En la siembra se devuelve la semilla a la tierra; en la minería se extraen los nutrientes de la tierra dejándola infértil. Las ideas sueltas se irían entretejiendo y completando a medida que se sumaran los demás participantes del Arte y Parte. La Aldea Agroecológica Héroes de Canaima 4F, que sirvió de sede para este VI Congreso de Diversidad Biológica, es una de las 4 escuelas que por el estado Carabobo participan en la Red de Escuelas Populares 127


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Agroecológicas Ezequiel Zamora. Martha León nos comenta que las Escuelas son espacios populares de formación para el trabajo y para la vida que no dependen de ningún ente público o privado, y que sirven de espacio de articulación con iniciativas como la del Programa Nacional Todas las Manos a la Siembra, que lleva adelante el Ministerio del Poder Popular para la Educación. Gracias a la Red de Escuelas Populares Agroecológicas, el Arte y Parte logró dictar talleres a profesores, alumnos, maestras y maestros pueblo que participan en ese programa. El programa logra incorporar desde la práctica contenidos curriculares agroecológicos en los colegios, mediante huertos escolares, escuelas granjas, mariposarios, siempre tomando en cuenta las potencialidades de cada escuela. Martha manifiesta la satisfacción de formar parte de un proyecto que trabaja con niños y niñas, y recalca: —Nuestro Hugo Chávez decía que hay que formar a las niñas y niños porque ya nosotros estamos podridos, es decir, tenemos los hábitos ya formados—. Fabián y el Colectivo Taller Artefacto facilitaron un taller de construcción de cuentos e imágenes apoyados en las metodologías propuestas por Gianni Rodari en el libro Gramática de la fantasía, y a partir de los 5 elementos de indispensable interacción en la agroecología: la semilla, la tierra, los animales, la gente y el agua. 128

Nos organizamos en 5 grupos y cada grupo eligió a uno de los elementos. Adriana, de Artefacto, entregó a cada equipo un juego de cartas, que además de contener imágenes de estos 5 elementos incluían al sol y la luna y otras cartas con frases derivadas de lo que Rodari cataloga como “funciones”. Estas últimas permiten sostener el movimiento dramático del cuento (“Quien le impidió…”, “Para resarcir su daño…”, “debía responder…”, “Y … felices”). Al poco tiempo, quienes participaban del taller ya tenían sus cuentos listos para ser contados y dibujados. Mientras cada grupo leía su texto, y algunos terminaban de dibujarlos, reflexionamos junto a Fabián sobre la versatilidad del cuento como herramienta pedagógica: —Sirve para trabajar diferentes contextos y edades, ya que puede dar respuesta a intereses diversos—. —El cuento es una estrategia pedagógica de partida. La función última no es crearlo sino “que la imaginación estalle y podamos empoderarnos de nuestros propios pensamientos. Luego, en el aula se puede re-trabajar el texto y a partir de este trabajo de re-escritura es posible corregir ortografía, practicar lectura, ensayar narrar cuentos; pero también se puede trabajar conceptos de la siembra, mitos tradicionales, reflexionar sobre las consecuencia de las acciones de los personajes…—. Fabián nos recordó que no sólo se leen las letras, ya que existen otros soportes de texto. Hizo referencia a


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las marquesinas, los volantes de productos, el cine y la publicidad, que también están diseñados para ser leídos. —Si no leemos conscientemente podemos ser víctimas de la manipulación y los engaños—. Advierte que la finalidad de estrategias como la construcción de historias a partir de tarjetas no es crear escritores, sino que aprendamos a manejar mejor las palabras, es decir, para que leamos con mayor facilidad el libro de la vida, o mejor dicho, para que nadie sea esclavo. Nuestra semilla fue un libro.

Tierra “Un conejo, bajo la tierra, recorría los túneles que había hecho.” A diferencia de lo sucedido en otros Congresos, en que las actividades de Arte y Parte se desenvolvieron en comunidades, en esta oportunidad se trabajó directamente en la Aldea Agroecológica Héroes de Canaima 4F. Germán Padrón nos explica que éste es un espacio recuperado en el 2006. —Estas eran tierras que el Ministerio del Poder Popular para la Salud le había cedido en comodato a la Universidad de Carabobo para que construyeran—. Nos comenta que la Universidad decidió utilizar otros espacios y convertir el terreno en una Zona Rental, y hacer un centro comercial. Como la Misión Sucre estaba

en funcionamiento y sin sede, algunos de sus miembros, diversos colectivos, estudiantes revolucionarios de la Universidad de Carabobo y la comunidad organizada, trabajaron juntos como un gran colectivo para tomar y recuperar el espacio. Como un territorio está compuesto no sólo por sus cualidades físicas sino que en él habitan todos sus afectos, le preguntamos a Germán por el nombre de la aldea: Héroes de Canaima 4F. Nos contó que en la rebelión cívico-militar del 4 de febrero de 1992, comandada por Hugo Chávez, participaron muchos civiles de Carabobo, tanto estudiantes de la Universidad de Carabobo como estudiantes del Tecnológico de Valencia. Cuatro de estos estudiantes fueron asesinados a mansalva en el módulo Canaima de la Guardia Nacional. “En homenaje a esos compañeros surge el nombre de nuestra aldea educativa”. El 17 de junio regresamos a la Aldea, al siguiente taller de Fabián. En él reflexionamos sobre la importancia del cuento como herramienta lúdico-pedagógica y vimos mediante videos a diversos cuenteros en acción. Fabián nos mostró una vez más que siempre existen cuentos para contar lo que somos. Disfrutamos de cuentos para niños y niñas, para adultos, de tradición oral e incluso urbanos. Supimos de la importancia de utilizar tonos de voces no monótonos para contar cuentos y utilizamos el cuerpo para dibujar personajes. Nuestras voces y cuerpos son territorios. 129


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Animales “Y le dio una semilla que era lo único que la ardilla iba a necesitar.” Un día que llegamos a la clase del Diplomado nos encontramos que el auditorio estaba ocupado por los compañeros del Arte y Parte, y nos invitaron a participar —comenta Albertina Dossantos, docente del Diplomado de Gestión en Nutrición de la Escuela Venezolana de Alimentación y Nutrición (EVAN) —. Albertina nos cuenta cómo el diplomado busca que se hagan cambios en la alimentación para mejorar la calidad de vida y evitar enfermedades. Nos habla de los cultivos familiares, del rescate de recetas ancestrales, de promover el ejercicio, y de las cuatro “S” (Sano, Sabroso, Seguro y Soberano) que deberían definir nuestros hábitos alimenticios. El diplomado en nutrición, el Programa Todas las Manos a la Siembra, La Aldea Héroes de Canaima 4F y el Congreso de Diversidad Biológica son espacios de encuentro y trincheras de lucha que hacen frente a lo que Martha denomina “guerra contra el pueblo”. Sencillamente porque ninguno de estos espacios trata sólo solventar un problema puntual (un problema económico, alimenticio, educativo), sino instaurar o recordar un nuevo sentido común. Esta nueva o antigua manera de relacionarnos supone también una manera de entender al conocimiento libre y liberador. Siguiendo esta lógica, los compas de Taller

Artefacto aplican herramientas básicas de composición (regla de tercio, perspectiva), pero no desde un enfoque academicista sino como herramientas útiles que pueden ser aplicadas en el aula. Virgilio explica que la espiral áurea consiste en la aplicación de una fórmula matemática: la división de un rectángulo en 5 rectángulos iguales, para luego unir 2 de ellos y repetir la operación N cantidad de veces. Pasamos entonces a trazar una espiral que deja en evidencia los puntos de mayor tensión visual de la imagen; siendo el punto final de la espiral el punto de mayor tensión. La regla de tercios es un principio derivado de la espiral aurea. La espiral se puede invertir en todas las direcciones, por lo que existen 4 puntos de mucha tensión en una misma imagen. El diagrama que deriva de la regla de tercio lo podemos encontrar en las cámaras digitales y en algunos celulares y nos ayuda a trasladar el protagonismo de la imagen hacia fuera del centro. Tanto la espiral áurea como la regla de tercios pueden aplicarse en la construcción de murales o la elaboración de carteleras, ya que nos ayudan a identificar cómo se pasea la vista por los objetos. Otra herramienta que Virgilio socializó es la de la Ley de la mirada. Los humanos naturalmente tendemos a seguir 131


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la ruta de la mirada de los otros; por lo tanto, si tenemos un personaje que mire hacia fuera de nuestra foto o cartelera, la mirada del espectador se saldrá del objeto que queremos que vea. Es recomendable que las miradas nos ayuden a hacer foco en los elementos importantes de nuestra composición. Hablando con Sandra Méndez logramos aprehender un poco más sobre cómo es el día a día en la Aldea y cómo hacen para interrelacionar los 5 elementos de la agroecología. Nos contó que ellos se organizan mediante unidades de producción y existe un encargado por cada unidad. Ella es la encargada del vivero, ahí reproducen plantas medicinales, ornamentales, forestales y frutales. Nuestro objetivo aquí no es enriquecernos —dice— sino aprovechar el saldo organizativo en favor de la revolución. La Aldea cuenta con una unidad de producción de hortalizas con 9 canteros grandísimos. Una unidad de piscicultura donde crían cachamas. Una unidad de producción de conejos, otra de gallinas y otra de cerdos. En la unidad de abonos orgánicos preparan abonos líquidos y sólidos. Cuentan con una unidad de lombricultura y un banco forrajero que planean acondicionar para poder sembrar varios tipos de pastos. Sandra anteriormente había trabajado en un comedor escolar, y tuvimos la fortuna de disfrutar de sus habilidades culinarias durante lo que nos dio por llamar la cayapa-mural. Por esos días, Juan Sebastián, el menor

del equipo del Arte y Parte, corría hacia ella cada vez que la veía, y la llamaba tía. Nuestra planta vive y crece entre latidos.

Agua

“Tomó una semilla de agua y la sembró”

Se inicia siempre tomando como base el color más claro, pues al trabajar con pigmentos los tonos oscuros manchan más. Así se empieza con el color amarillo. Lo colocamos en lo más alto del círculo cromático, que a su vez se forma por dos triángulos en direcciones opuestas, los colores primarios y secundarios. Los primarios amarillo, azul y rojo, y los secundarios verde, naranja y violeta. Se inicia mezclando amarillo y rojo para obtener naranja, que se coloca en medio de los dos primarios que lo originan. Y así con los siguientes: amarillo +azul= verde, rojo + azul= violeta. Así comenzaba Adriana la explicación del taller de color. Mientras tanto las maestras, maestros y estudiantes escuchaban atentos con pintura y pinceles en mano para hacer sus propios círculos cromáticos. Para realizar un círculo más amplio —continúa Adriana— se incluyen colores intermedios variando la cantidad de pigmento, de tal manera que predomine uno de los colores primarios que los originan. Luego de este repaso por algunos principios básicos del diseño, estamos listos para aumentar la escala. 133


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Arte y parte

Con una regla, Pedro Malavé, docente del liceo Alejo Zuloaga, traza una cuadrícula sobre el dibujo que sus estudiantes hicieron. Maestro y estudiantes se preparan para ampliar el dibujo mediante la técnica de la cuadrícula; con pabilo, una regla y un lápiz les basta. Pedro insiste en que actividades como las del Arte y Parte sirven para promover valores como la paciencia y la tolerancia. Regar plantas es un acto de amor, requiere cariño y paciencia.

Pueblo “Cayó la gota curando la herida que había en su mano y haciendo germinar la semilla” Al Ser Humano, otro de los cinco elementos que conviven en la agroecología, decidimos transformarlo en Pueblo. Esa fue la palabra generadora del mural pintado por los docentes y estudiantes del diplomado de la EVAN. El pueblo, como protector y defensor activo de la naturaleza de la que forma parte, es el garante de que se afinen cada vez más los procesos agroecológicos ecosocialistas.

las actividades del Arte y Parte: “A través de la cultura facilitan un proceso pedagógico liberador y constructivo, respetando las ideas y la libertad de creación de niños, niñas y adultos.” Los días de la cayapa fueron deliciosamente agitados. Durante una semana más de doscientas personas se pararon frente a las paredes con pincel y lápiz en mano. Eduardo, Adriana y Virgilio iban de un lado a otro facilitando las pinturas y explicando cómo con tres tonalidades de un mismo color se puede pintar un mural. Nunca me imaginé que nuestros niños y niñas podían pintar un mural tan grande —comentó la maestra Mildred Sánchez—. Ella y sus estudiantes trabajaban con mucho afán en dos murales sobre semilla.Y luego manifestó la necesidad de sensibilizar a los niños y niñas a través de su realidad social, para que así ellos mismos sustituyan el tiempo de ocio por estrategias como estas.

Decidimos trabajar el mural usando siluetas, en honor a los héroes cotidianos, muchas veces anónimos, que día a día trabajan por la patria.

En los dos murales sobre la Semilla, vemos un corte transversal de la tierra, con semillas germinando, lombrices, hormigas, conejos e incluso la preparación de un abono tipo bocachi. Mientras que en los dos murales sobre la Tierra, el protagonista es el paisaje, con muchas montañas y diversos tipos de cultivo, desde los más tradicionales hasta los cultivos urbanos.

Una docente de la Escuela Venezolana de Alimentación y Nutrición (EVAN), Elsi Rangel, describe de esta manera

Dos muros sobre el Agua dialogan entre sí, ambos con petroglifos: una muestra de cómo el legado de un pueblo pervive. Los municipios Bejuma, Miranda y 135


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Montalbán del estado Carabobo se encuentran en una región fisiográfica conocida como Los Valles Altos del Occidente de Carabobo, región rica en petroglifos. Entre los glifos dibujados en las paredes el más conocido es el que popularmente llaman la diosa de la lluvia. Al fondo del pasillo, Manaure Paredes (de Manaure Audiovisual) coloca la cámara en el trípode para grabar cómo en pocos días un pasillo en blanco estalla en colores. Él ha estado grabando todo el proceso y junto a Taller Artefacto prepara un corto documental, memoria audiovisual de todo el Arte y Parte. El cierre de la cayapa transcurrió orgánicamente frente al mural sobre el Pueblo, entre cantos y risas, comiendo semillas de auyama tostadas y escuchando a Juan Sebastián tocar maracas. En ese ambiente de júbilo la maestra Elsi nos dice que, entre todos, logramos llenar un pasillo de dibujos que llenan el espíritu y que nos identifican, nos ayudan a integrarnos y a comprometernos a cuidar el espacio. Del 8 al 11 de octubre, es decir, durante los días del Congreso, Adriana, Eduardo y Virgilio realizaron un mural-collage en la pared del vivero. Juan Sebastián aprovechaba para jugar con su Abuela Chuma, mientras ellos tejían imágenes de todos los muros y escuchaban las impresiones de los que se les acercaban para hablarles del proyecto. 136

La experiencia fue muy bonita —nos cuenta Adriana— porque se acercó mucha gente que no sabía del Arte y Parte, incluyendo a tres personas egresadas de esa facultad de Educación cuando estaba en funcionamiento, dos terminaron y ya son profesoras, uno estuvo hablando con la Abuela Chuma y casi se le escapan las lágrimas, viendo cómo se transformó el espacio donde había estudiado. Vemos jugar a Juan Sebastián con las niñas y niños que asistieron al Congreso y pensamos en Mildred, recordándoles al grupo de docentes convencionales que no sólo se enseña a través de un libro, invitándoles a que salgan de las cuatro paredes y exigiendo “que los niños y niñas vivan su vida: que corran, salten, brinquen, entren en contacto con la naturaleza, pero de manera pedagógica”. Al finalizar la experiencia, comenté a gente del Arte y Parte que dividiría la crónica en cinco partes y que cada una comenzaría con un epígrafe extraído de los cuentos escritos por las niñas y niños en los talleres. Luego llegó el duende Juan José Escalona y aportó una frase al murocollage o muro-caleidoscopio que aquí transcribimos: “Del abrazo, beso y afinidad de la semilla encantada nació una espiritualidad la tuya, la mía, la nuestra” J.J. Escalona Daniel Herrera


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tarantines

Espacios para la promoción, divulgación e intercambio de experiencias impulsadas por comunidades, instituciones y colectivos que trabajan por la defensa de la vida. Los tarantines son un espacio colorido en los que se muestra la vinculación entre la diversidad de saberes culturales y la diversidad de la vida, a través de prácticas de aprovechamiento sustentable de elementos de la naturaleza como la artesanía, plantas medicinales, alimentos y comidas basadas en saberes tradicionales o innovadores.

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tarantines

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Actividades Culturales

La enorme carpa de circo instalada en los espacios abiertos de la Aldea universitaria se mantiene llena de gente durante todo el congreso: en las mañanas, gracias a los foros de debate que en ella se realizan, y en las tardes, por la gran variedad de actividades culturales que llenan de vida el espacio. La agitada jornada epistémica y cultural propicia que en las noches, además, se armen espontáneamente proyecciones audiovisuales y debates interesantes. Teatro, telas, danza, cantos, cuentacuentos, talleres, pintura, mimos, tambores, conciertos, poesía, contrapunteo, proyecciones, risas, niñas y niños, juegos… todo transversalizado por nuestra homenajeada semilla indocampesina y afrodescendiente, la conservación del ambiente, el amor a la patria y el reconocimiento de nuestra voz como Poder Popular, organizado y eficiente. Durante todo el congreso se escuchan alegres voces y risas que provienen de la carpa. Niños, niñas, adolescentes y adultos participan vivamente en todas las actividades: desde la tarima, como intérpretes, y desde el público, como curiosos y felices espectadores.

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Semillas para la vida

Semillas para la vida de las niñas y los niños, semilleros de la comuna Cuando vimos que la piscina de cachamas, recién inaugurada, se llenó de niñas y niños, supimos que la piscicultura era —como dice Walterio Lanz— un evento cultural, y no sólo técnico-nutricional. Lo mismo pasó con todos los espacios del congreso: se llenaron de gente que no llegaba a los 15 años. La geografía humanaetárea fue distinta esta vez: ya no sólo contamos con un espacio destinado a las niñas y los niños, como en el V Congreso, sino que todo el congreso se convirtió en ese espacio. Esto explica por qué la Aldea Héroes de Canaima 4F hace énfasis en el trabajo político y técnico con las escuelas de las comunidades cercanas, a través del programa “Todas las manos a la siembra”, del Ministerio de Educación. No hubo una cría humana en el congreso que no se llevara, al final de cada jornada, la experiencia de construir social y públicamente la diversidad de la vida; pero no en abstracto, sino en la realidad de las prácticas comunitarias de soberanía cultural y alimentaria.

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Entrevista a Walter Lanz

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Entrevista a Walter Lanz

Walter Lanz, Maestro Pueblo homenajeado por el VI CVDB

Conversar con Walterio es un viaje de descubrimiento. No se trata solo de sus canas, reflejo de experiencia, sino de la afabilidad de su espíritu: puede ser uno un pequeño, un joven o un anciano, las palabras del viejo son intemporales y valen para todos y todas. El Congreso de Diversidad Biológica se honró al homenajearlo: para nadie es un secreto el loable trabajo que va haciendo Walter allá donde pone los pasos, por lo que todos y todas las asistentes felicitaron la iniciativa de los organizadores de realizar un evento de esa envergadura en honor a tan entrañable personaje. Queríamos que Walterio soltara la lengua, y abonamos la entrevista con una conversa mañanera, acompañada de un café. Confieso que la conversación sostenida terminó conmoviéndome, con regalo de semillas incluidos (a mí, ciudadano salido contadas veces del asfalto y cemento). Walter rehuye los focos y por eso fue necesario hacerle ver que la entrevista, más que un show, era una forma de mostrar la importancia de que fuese su voz, como Maestro Pueblo, guardián de la semillas, la que dijera lo que todos los que se encontraban en

el Congreso pensaban: que es necesario un cambio de paradigma, una ampliación de los horizontes de conocimiento y de trabajo colectivo. ¿Qué piensas acerca de la tensión que existe en este tipo de espacios entre el Poder Popular y las Instituciones del Estado? ¿Ayuda en algo? —Al final todo eso fue para bien, para mejor, porque en este Congreso, la responsabilidad está directamente puesta sobre los colectivos, y la acción de gobierno como tal ha apuntado hacia allá. El Congreso avanza y va generando sus propios espacios, entendiendo que hay muchas visiones: se comparte, se confrontan, no solamente los movimientos entre sí, sino entre los movimientos y algunos sectores del Estado. No puede ser de otro modo, porque nosotros estamos construyendo una Revolución, nosotros no estamos intentando darle continuidad a ningún modelo: nosotros estamos intentando hacer una ruptura con eso, y es natural que hayan tensiones, que algunos pensemos de alguna manera en relación a determinada materia y no todo el mundo tiene que pensar de la misma forma. Lo mismo pasa con las relaciones con las distintas instancias del Estado. Hay demasiados matices y algunos de ellos tienen que ver con la confrontación entre dos modelos: el modelo 163


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de quienes venimos aprendiendo esto, todo lo que tiene que ver con la agricultura como resultado de procesos que van de generación en generación, y aquellos que aprendieron en la academia; entonces es natural que se den confrontaciones, es natural que no estemos de acuerdo todo el tiempo sobre todas las cosas. Un ejemplo: yo lo que he aprendido de semillas es porque estoy repitiendo las cosas de mis abuelos, de mis padres, las cosas de los vecinos que los acompañaban a ellos, las cosas de los mayores. Somos aprendices así. De repente el lenguaje académico pareciera que pretende imponer verdades, y bueno, eso nos da escalofríos y no nos gusta. La verdad es que este Congreso considero que ha sido un éxito, y fundamentalmente un éxito del pueblo. Ha habido muchas dificultades logísticas pero al final comprendimos que quizás mejor así porque esta vez el Congreso dependió más de las personas, de los colectivos, que de los apoyos del gobierno. Por su puesto, han sido muy importantes los apoyos del Estado, especialmente del Ministerio de Ecosocialismo; pero la carga fuerte ha estado sobre los hombros de los colectivos, y eso es algo que nos hace sentir muy bien y que quizás debe definir la ruta de futuros congresos. Con sus excepciones: a mí en lo personal me molesta la manera como el gobernador de este Estado asumió este Congreso, casi podría decir que con poca responsabilidad, pero bueno, no importa, así también nos vamos viendo las caras en una Revolución. Por otro lado es visible y natural en el fragor de las discusiones que veamos que hay parcelas muy marcadas

entre los movimientos sociales y los organismos del Estado; entre los movimientos sociales y la gente proveniente de la academia, pero creo que no puede ser de otra manera, sencillamente eso es correcto. Cuando estamos hablando de lenguajes de verdades no podemos menos que asumir lo que estamos haciendo. Lo bueno es que al final todo esto es para bien; al final, a medida que se avanza en la discusión vamos consiguiendo que se perfilan mejores posiciones, e, independientemente, las posiciones al final no tienen que ser exactamente la mismas, pero acá, como hacemos un debate de verdad, podemos decir que hacemos un debate decente: se nota en la calidad de las propuestas que vienen de todos los lugares de Venezuela. Tenemos aquí colectivos y luchadores sociales de todas las partes del país, y eso también es algo que nos llena de emoción, ver cómo el Congreso, poco a poco, a medida que avanza el tiempo va madurando y perfilando sus propias cosas. La discusión fuerte en algunos casos con los compañeros que provienen de la academia también tiene que ser así, no puede ser de otra manera, venimos acá un grupo de personas que hemos aprendido con la experiencia: la experiencia propia, la experiencia de nuestros padres, la experiencia de nuestros abuelos. Yo me crié en una zona donde había café, pero también había maíz, yuca, ñame, arroz, peces, gallinas, pavos, conejos, cerdos, ovejos y vacas, de manera que no era un cafetal, era una unidad de vida muy hermosa, muy completa, donde las relaciones mercantiles se iban para 165


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abajo, pero había comida, había suficiente comida. Y date cuenta la contradicción ahí, porque luego caímos todos en la trampa y nos fuimos viniendo a las ciudades y eso desapareció, pero esa es la historia centenaria de miles de familas de este país, cómo fuimos engañaditos por el modelo urbano. Mis propios padres abandonaron el campo porque más o menos creyeron entender que la razón estaba del lado de los que construían la ciudad; y que nosotros debíamos estudiar pero no como veníamos estudiando, que era sobre la vida diaria, sino en una escuela, que al final solo son cuatro paredes, durante seis años en primaria, seis años en bachillerato, y los que siguieron hicieron lo mismo en la universidad. Un modelo de vida cambiado, y pasamos de ser actores de nuestra vida, productores de nuestra comida, porque todos teníamos que participar, a consumidores, una categoría nueva en nuestras vidas, y mira que es dura, mira que es dura esa categoría que no tenía la capacidad de producir al menos parte de lo que nosotros comemos, y así fuimos engendrando crisis como esta, por la que estamos pasando. Entonces, claro, un debate con unos compañeros que ven la vida por la luz de los libros, que leyeron de las discusiones que tuvieron es necesario que tenga su contradicción, es natural, y la sabiduría está en trascender más allá de eso y juntar: juntar los elementos académicos con los que nosotros traemos y que deben ser reconocidos, porque ahí es donde nos arrechamos, porque nos dicen “Ah, no, es que ustedes son empíricos”, de bolas que somos empíricos, pero sí 166

sabemos sembrar el maíz, mientras ellos agarraron un libro para saber hacerlo. Pero al final lo importante es que esa discusión se da y vamos generando espacios de comprensión, espacios de expresión que sirvan para catapultar estos ideales. Nosotros no creemos que los empíricos no debemos estudiar, ni que los empíricos no hacen ciencia, no, no, todo el mundo hace ciencia, de una manera u otra pero vamos haciendo ciencia, lo importante es conseguirnos en los espacios para compartir y regalarle al pueblo y a las nuevas generaciones los avances que vamos teniendo cada uno en cada lugar, en cada momento. ¿Qué significa la Semilla en este contexto? ¿Hay una conciencia tras la práctica militante por las semillas? Uno de los ángulos de esa discusión, y que es uno de los propósitos principales de este congreso, es lo que tiene que ver con la Semilla. Podemos discutir mucho, y es importante resaltar que tenemos miles de años cuidando nuestras semillas, de manera que ahí hay un trabajo acumulado que es impagable, invaluable y por eso nos paramos de frente, militantes frente a las transnacionales que quieren controlar las semillas y que han logrado controlar algunas, incluso con nuestras propias semillas han jugado y se han apropiado a través de actos de saqueo; esos no son actos del capitalismo, son actos incluso más prehistóricos, de absoluto saqueo de riquezas populares.


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Si las semillas las conservó el pueblo, entonces las semillas son del pueblo. Allí no hay discusión posible, todo lo demás, todo acto que se hace con la semilla deriva, en primer lugar, de esa magia, de los viejos, de los abuelos, los tatarabuelos que cuidaron la semilla durante miles de años, de manera que es una cantidad horrorosa de trabajo acumulado. Eso no desdice el trabajo de los laboratorios para el perfeccionamiento de la semilla, pero no pueden negar a los otros, los milenarios. Hay muchas contradicciones en cuanto al tema de la semilla, porque la población académica, que está muy matizada por la ciencia capitalista, se aparta de las formas tradicionales. Estas formas se expresan más o menos como estas semillas de maíz que tengo en la mano. Estas me las trajeron de la zona seca de Falcón, por allí por detrás de la laguna. Hay variedades, como ves, y son absolutamente adaptables a la zona seca. ¿Entonces como vamos a estar privilegiando la sustitución de esta semilla? Esto le ha dado alimento a miles de personas por centenares de años y la propia gente ha cuidado las semillas: esto es un acto material, si me entregan semillas es porque alguien las cuidó. ¿Cómo es que no podemos reconocer eso? ¿Cómo es que no podemos tener temores de compañías como Monsanto? Que andan a la cacería absoluta para continuar el saqueo. No es para empezar el saqueo, es para continuarlo, porque el saqueo empezó hace mucho tiempo. Como nosotros tenemos conciencia de la importancia de esta semilla no podemos estar descuidados con los propósitos

que se tienen contra e incluso en Venezuela, sobre todo con la apuesta de tirarse por la vía de los transgénicos. No, nosotros tenemos soberanía, nuestra carta magna lo impide, nosotros no podemos jugar con el genoma, nosotros no podemos privatizar el genoma, ¿qué derecho podría tener yo? Imagínate tú, entonces yo voy a registrar esto como una marca, la “Semilla de Walter”, aquí hay inversión de miles, millones de horas hombre detrás de esta semillita; ah, no es Walter, pero tampoco es Monsanto: no puede haber nadie que venga de una manera u otra a adueñarse de ese trabajo. Finalmente, un comentario sobre el Proyecto de Ley de Semillas —Es importantísimo lo de la Ley, si nosotros pudiéramos estar más pendientes de las cosas que pasan y articular unos asuntos con otros, cuando el viejo Chávez, que en paz descanse, pegó la pelea contra el ALCA, una de las cosas que estaba protegiendo era la semilla. El pueblo colombiano, tristemente, cayó en la trampa, bueno, fue inducido por su gobierno a aceptar los tratados del ALCA (ahorita en Colombia es casi imposible tener semillas criollas, eso es complicado por el Estado). O sea, los campesinos van a perder su semilla, nosotros no podemos permitir eso en Venezuela. Y es triste, me da mucha tristeza por el pueblo colombiano, que también ha sido aguerrido, el pueblo pueblo, el que está allá en los montes, siempre sobreviviendo, sobreviviendo, sobreviviendo, conservando la semilla. La situación de 167


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México también es terrible: es considerada una de las cunas del maíz y ya han desaparecido variedades y los niveles de contaminación con variedades transgénicos han aumentado. En relación a la Ley de Semillas, yo creo que ahí tenemos una especie de capítulo pendiente, hay que terminar un proceso que se comenzó, un proceso que ha insumido muchísimas horas de muchos colectivos alrededor de todo el país, el pueblo hizo su trabajo, y la Asamblea ya dio su primera discusión: quisiera por este medio transmitirle a los camaradas diputados ¿cuándo vamos a terminar de aprobar la Ley? ¿Cuándo viene la segunda discusión? El pueblo está esperando eso ya, no tenemos por qué darle largas a esto, el pueblo, asumiendo su papel de legislador, se fajó, dio la pelea para que llegara esa ley a la Asamblea y necesitamos que se dé la segunda discusión. Terminamos la conversa, y sé que no veré a Walterio en un buen tiempo. Lo bueno es que me voy aprendido. Lo malo es que cuando vuelva, va a haber mucho que decir: ojalá tenga la fortuna.

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Río C.


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Plenaria y declaratoria final

Plenaria El VI Congreso Venezolano de Diversidad Biológica cierra, como cada año, con la elaboración, lectura y aprobación colectiva de una declaratoria final. En ella dialogan, de una u otra manera, las conclusiones a las que llegamos en cada espacio de encuentro durante los tres días de discusión. Ya hay un borrador del documento, que el equipo sistematizador preparó con anticipación —tomando en cuenta cada conversatorio, cada foro, cada encuentro de debate— para agilizar el proceso. Dentro de la enorme carpa azul, Irene Montaño lee de una corrida, aunque con lentitud para que se comprenda, el texto que servirá de punto de inicio. Luego, ya adentrándonos en la dinámica de construcción, volvemos con detenimiento sobre cada frase del texto. Ya se han dispuesto los micrófonos entre la audiencia para que ésta pueda participar, sugerir, preguntar o proponer lo que considere necesario: todxs lxs presentes debemos estar de acuerdo con cada palabra, de eso se trata y se ha tratado siempre. No podría ser de otra manera.

En un congreso como éste, realizado en espacios recuperados por el pueblo organizado y que cuenta con la participación de tanta gente comprometida, sería contradictorio pensar en una declaratoria final que no tome en cuenta la opinión de cada unx. Las voces que estamos aquí compartimos el mismo objetivo: la construcción del ecosocialismo, la protección de nuestras semillas y la soberanía alimentaria de la nación. Las voces que aquí comparten, se dirigen, desde sus experiencias e inquietudes, hacia ese sueño común. Con la conciencia llena de la necesidad de hacerlo realidad. No por capricho, sino por ser la única vía posible.

La guerra de todos los pueblos Cuando gente de otras partes del mundo, en particular de los países más sometidos ideológicamente por el imperante capitalismo, se refieren a Venezuela como esperanza, como horizonte posible, como respuesta a las grandes inquietudes de un mundo con un sistema en decadencia, a unx se le arruga el corazón. No de tristeza, claro, sino como recordatorio de la importancia que cada paso que demos en nuestro proceso tiene con respecto al resto del planeta. Cada paso, cada retroceso y cada avance retumban y hacen mover los pilares de algo que parecía instalarse 171


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para siempre, y que, sin embargo, desde hace unos años tiembla al nombre de Venezuela. Por eso, con mucho orgullo y como renovación del compromiso asumido, vimos cómo compañeros de otras naciones se unen a nuestra lucha, que es también su lucha, es la de toda la especie humana por salvarse de lo que ella misma ha hecho y le ha hecho a su hogar. El camarada estadounidense Quincy Saul se despide del congreso en plena discusión —su transporte lo dejará, si no— y, tomando brevemente la palabra, nos regala un poema de su autoría dedicado a nuestra semilla. Aquí algunos de sus versos, con sus comprensibles y convenientes confusiones gramaticales: Reuniremos en el valle el gobierno del calle. Nadiremos en el mar del Poder Popular, el pueblo cimarrón con cultura Reverón y golpe de timón. Somos ecosocialismo ardiente y afrodescendiente. Hacia el suelo vamos y el cielo en tierra sembramos. Porque el mundo es tan sencilla como una semilla.

Celeridad del consenso Salpicadxs de ternura y admiración, continuamos firmes en la acción para consolidar el objetivo que nos reúne. Avanzamos eficientemente y con rapidez gracias a la participación activa, protagónica, precisa y consciente de muchos y muchas. Especialmente la precisión y pertinencia fueron valores fundamentales del éxito, de la celeridad del asunto. No siempre ha sido así, más por el compromiso de los presentes con la palabra empeñada: siempre buscando la palabra precisa, la coma en el lugar adecuado, el concepto que mejor refleje las luchas; en otros congresos la actividad se había tomado hasta tres, cuatro, cinco horas. Pero esta vez no fue así. En tan sólo un par de horas ya ha sido revisada y aprobada por la audiencia la declaratoria final del VI Congreso Venezolano de Diversidad Biológica, que entre otras cosas fija una posición tajante por la aprobación de la Ley de Semillas —que aún no se concretaba en el momento del encuentro—, el irrestricto rechazo a la semilla transgénica, a la privatización de las semillas campesinas, con un texto que resalta la disposición de preservarlas. Seguiremos en la lucha por la defensa de las semillas, la vida y la soberanía alimentaria, desde espacios de encuentro y compromiso como éste. Espacios de debate, de intercambio, de aprendizaje. Espacios generadores y 173


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regeneradores. Confiamos en esto, valoramos y creemos más que nunca en el trabajo del pueblo organizado y unido. Y la tarea no pasa solamente por encontrarnos cada año, compartir, debatir, discutir y comprometernos; concientizarnos, reflexionar y asegurar que cambiaremos nuestros patrones de consumo, de convivencia con la naturaleza. No. La tarea pasa por llevar eso a la práctica, por asumir desde el cuerpo mismo nuevas formas, nuevos patrones de vida. Sembrar, tocar la tierra, reconocer el valor de cada semilla que nos alimenta. Sobre todo, si entendemos que vienen tiempos duros —sí, peores— para el mundo, que el sistema que ha imperado se gastó y está dando las últimas brazadas antes de la debacle, esa que nos tocará las fibras más profundas de nuestra existencia, y que solo podremos superar colectivamente y produciendo lo que tengamos que consumir. Y, precisamente, sabiendo que trascender el modelo es tarea de todos y todas, es coherente que el próximo tema sea la “Diversidad biológica en América Latina y el Caribe”, para la séptima edición, ahora internacional, de nuestro congreso.

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Silvia Gouverneur / Juan Sebastián Ibarra


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económicas comunitarias. Su protección es garantía de la soberanía de nuestros pueblos, y el derecho a su acceso requiere ser reivindicado como deuda histórica.

Semillas para la vida y la soberanía alimentaria

Que nuestra lucha por la vida es considerada por el sistema y los imperios como una amenaza a los intereses mercantiles y a la intención de las corporaciones transnacionales del agronegocio, que han venido saqueando y privatizando las semillas y nos despojan de los saberes asociados a ellas en su intención de tomar el control total sobre los sistemas de producción de alimentos.

Aldea Héroes de Canaima 4F Carabobo, del 8 al 12 de octubre de 2015

Declaratoria Nosotras y nosotros, reunidas y reunidos en el VI Congreso Venezolano de Diversidad Biológica, en la Aldea Héroes de Canaima 4F, estado Carabobo, del 08 al 12 de octubre de 2015, debatimos sobre las semillas como elemento nuclear para la defensa de la vida y la soberanía alimentaria. Asumimos la continuación del debate de los anteriores congresos para la construcción del Ecosocialismo y, específicamente, el mandato colectivo de la asamblea del V Congreso de generar el encuentro de las luchas populares por la reivindicación y hegemonía de la semilla campesina, indígena y afrodescendiente.

Consideramos Que la semilla es un bien común, reservorio de vida, memoria histórica y herencia cultural, y es la base material y espiritual de las prácticas socioculturales y

Que la guerra económica es también una guerra contra la semilla, que se manifiesta en la vulneración de nuestros sistemas de producción, distribución e intercambio de rubros esenciales para sostener nuestros medios de vida y nuestra cultura, y que genera un estado de crisis nacional inducida. Que asumimos la convocatoria de nuestro Presidente Nicolás Maduro a enfrentar los retos a escala global que plantea la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, para orientarnos, de manera crítica, creativa y revolucionaria, a combatir las causas estructurales del cambio climático y la degradación de las tierras, poner fin a la pobreza y el hambre en todas sus formas, alcanzar la soberanía y la seguridad alimentaria y promover la agricultura sostenible, mantener la diversidad genética de las semillas, así como garantizar 175


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las nuevas pautas de consumo y producción rompiendo con las impuestas por el capitalismo. Que nuestro Comandante Supremo Hugo Chávez en el Plan de la Patria 2013-2019 nos dejó trazada la ruta para la construcción de nuestro Ecosocialismo, en el que la preservación de la semilla y la soberanía alimentaria son los fundamentos esenciales de la transición del modelo rentista petrolero al modelo agroproductivo comunitario y comunal.

Declaramos Nuestra inquebrantable voluntad para continuar el debate y la movilización permanente para la consolidación de las luchas populares en defensa de las semillas, como única vía para profundizar las garantías sociales conquistadas por la Revolución Bolivariana. Que nos proponemos seguir construyendo un conjunto de políticas públicas que faciliten la producción, protección, intercambio, distribución y cultivo de las semillas campesinas, indígenas y afrodescendientes, que garantice ventajas concretas con respecto a las semillas del agronegocio. Que nos sentimos convocadas y convocados a repensar y reinventar nuestras prácticas de producción, procesamiento, distribución, intercambio y consumo, que 176

ofrezcan respuestas concretas para combatir los ataques de la guerra económica que atravesamos, e incluso permita fortalecernos como pueblo en el escenario de crisis que la guerra nos impone. Que es imperativo y urgente promulgar la Ley de Semillas redactada y consensuada por el Poder Popular, en debates constituyentes con el apoyo de la Asamblea Nacional, para la defensa de la soberanía alimentaria, cultural, política y socioeconómica, cumpliendo lo acordado en el Consejo Presidencial de Gobierno Popular para las Comunas, de fecha 15 de agosto del presente año, donde se convino crear un reservorio de semillas autóctono en concordancia con esta propuesta de Ley. Que impulsamos la aprobación y ejecución del Plan Popular de Semillas desde nuestras fortalezas y diversidades de experiencias concretas y reales, comunitarias y comunales, que ofrecen una plataforma idónea para las instancias de gobierno nacional en la retoma de las capacidades productivas nacionales. Que asumimos la cultura del conuco, el trueke, la agricultura urbana, la acuicultura y otras formas de producción a pequeña escala y bajo sistemas libres de agrotóxicos, como parte de la solución estratégica a esta guerra asimétrica, cuyo objetivo más directo es la economía familiar, y que ha llegado el momento de reinventar dicha cultura, adaptándola a las nuevas condiciones materiales y subjetivas.


Plenaria y declaratoria final

Que los organismos genéticamente modificados y otras formas de manipulación de la vida no son la solución al hambre y la pobreza generadas por el sistema basado en la dominación de la naturaleza y la exclusión de los pueblos, más aun, son una amenaza para la diversidad biológica y sociocultural, y atentan contra las soberanías de los pueblos y las naciones, a través de mecanismos que mercantilizan la relación ancestral entre los seres humanos y la tierra para la producción de nuestros alimentos. Que defenderemos la soberanía de nuestros conocimientos tradicionales y ancestrales de los pueblos indígenas, campesinos y afrodescendientes, frente a toda ambición (externa e interna) por imponer mecanismos de privatización del conocimiento (tales como las patentes, derechos de obtentor y derechos de propiedad intelectual, así como cualquier otra lógica asociada a la certificación de saberes, prácticas y elementos materiales productos del trabajo humano). Por lo tanto, continuamos construyendo un nuevo sistema participativo para el resguardo de nuestras semillas, como patrimonio cultural colectivo tangible e intangible. Que damos todo nuestro apoyo al Día Nacional del la Semilla Campesina y al pueblo de Monte Carmelo, estado Lara, como espacios fundamentales para la defensa y el resguardo de la semilla campesina,

indígena y afrodescendiente y de las culturas y los saberes asociados a ellas; así como apoyamos al conjunto de esfuerzos políticos de los movimientos de base que impulsan la agenda popular por la protección de la soberanía de los pueblos y la nación. Que asumimos nuestro papel protagónico en el actual proceso de conformación de un bloque político regional, crucial en la geopolítica mundial, en el cual la defensa de diversidad de la vida es un eje transversal de cohesión y de impulso a las luchas de los pueblos oprimidos del mundo. A la luz de estas propuestas, nosotras y nosotros, acompañamos firme y corresponsablemente al Presidente Nicolás Maduro en la construcción de las políticas que garanticen la soberanía nacional, la construcción de una nueva frontera de paz y la defensa de las conquistas del pueblo, en la lucha por derrotar los planes y proyectos de la contrarrevolución. Finalmente, hacemos un reconocimiento al trabajo de los hombres y mujeres, niñas, niños y jóvenes de la Aldea Héroes de Canaima 4F, que hacen parte de las luchas invisibilizadas que se desarrollan en lo local, y cuyo poder de transformación aporta elementos esenciales para una estructura política comunal real, que trasciende las formas de relación obsoletas y jerárquicas entre el Estado y el pueblo. 177


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