Memorias V Congreso Venezolano de Diversidad Biológica Zulia 2014

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Autoridades Ministro del poder popular para el ambiente Miguel Leonardo Rodríguez

Administración y finanzas Dolores Iglesias, Jairelen Mora

Viceministro de Conservación Ambiental Jesús Castillo

Sistemas Luis Ovalles, Omar Orozco, Ramón Rivas

Director general de la oficina nacional de diversidad biológica Javier Valera Leal

Programa Violeta Gómez, Nicanor Cifuentes Información y comunicación José Omaña, Fanny Reyes Diseño gráfico ENGRAPO (Escuela Nacional de Gráfica Popular)

Director estadal ambiental Zulia Lenin Cardozo Rectora de la Universidad Bolivariana de Venezuela Maryann Hanson

Comité Organizador Presidencia Jesús Manzanilla Vicepresidencia Lenin Cardozo, David Morillo Coordinación general Violeta Gómez Coordinación del estado Lenin Parra Logística Alfredo Soler, Freddy Morón, Deinys León, Liana Madrid

Apoyo financiero Ministerio del Poder Popular para el Ambiente. Universidad Bolivariana de Venezuela. Fondo de Compensación Interterritorial. Consejo Federal de Gobierno. Gobernación Bolivariana del estado Zulia Fondo Nacional de Ciencia y Tecnología (fonacit) del Ministerio del Poder Popular para la Ciencia, Tecnología e Innovación. Información Ministerio del Poder Popular para el Ambiente. Centro Simón Bolívar. Torre Sur. Piso 9. Oficina Nacional de Diversidad Biológica. 0212- 4084757 congresodiversidadbiologica@gmail.com http://diversidadbiologica.minamb.gob.ve/




Tierras y territorios para la defensa de la vida Modelo de desarrollo y expropiaci贸n del territorio Luchas contrahegem贸nicas por el territorio La disputa por el territorio para la oberan铆a alimentaria: agronegocio transnacional vs. agricultura de los pueblos


Walterio Lanz. La vitrina de lo posible (conversa fuera de programa)

Mapeo de territorios

Agricultura y soberanía

Modelo de desarrollo y colonialismo Las alternativas post civilizatorias y la territorialidad

Aprovechamiento sustentable de la diversidad biológica

Saberes, ciencias y tecnologías I

Cultura alimentaria impuesta por la globalización

Saberes, ciencias y tecnologías II

Divulgación del conocimiento sobre diversidad biológica

Francisco Visconti Osorio. Un salto adelante para el proceso bolivariano revolucionario: la construcción del poder popular (conversa fuera de programa)

Educación, identidad y territorios Ética ecosocialista Gestión para la conservación


Experiencias comunitarias asociadas al proyecto “Conservación de suelos y aguas orientada a las escuelas rurales” Identidades y multiculturalidad en la región de Perijá del Estado Zulia en Venezuela I Identidades y multiculturalidad en la región de Perijá del Estado Zulia en Venezuela II Avances en la implementación de la Estrategia Nacional para la Conservación de la Diversidad Biológica 2010-2020 y su Plan de Acción Nacional

Taller de cocina soberana Taller de ginecología natural Taller de producción audiovisual comunitaria para la difusión, apreciación y protección de la diversidad biológica venezolana Taller de promotores y promotoras ambientales comunitarios I Taller de promotores y promotoras ambientales comunitarios II El mural como herramienta de comunicación y apropiación del territorio


La comunidad como experiencia de producción artística Escuela Básica Nacional de Creación Agua Viva

Cultura y política, juntas es la cosa Cumbe ubevista, la universidad posible

Santa Rosa de Agua

La crianza es un territorio para la liberación biocultural Al otro lado del río, de Yanilú Ojeda


Presentación

Este libro contiene algunas memorias del V Congreso Venezolano de Diversidad Biológica, organizado por la Fundación de Parques Zoológicos y Acuarios y colectivos organizados del Poder Popular, durante los días comprendidos entre el 21 y 26 de julio del 2014 en la Universidad Bolivariana de Maracaibo, Estado Zulia. Fueron escritas en forma de crónicas por un grupo de escritoras y escritores que recogieron y organizaron sus experiencias. Las y los cronistas prestaron atención a la diversidad de conversaciones y de perspectivas de la realidad, a las voluntades colectivas de construcción de mundo, a las distintas luchas, pueblos y lenguas, a la sociodiversidad, a los olores y los sabores del congreso. También, utilizando la técnica de la transcripción de audios, recogieron datos precisos en cada uno de los espacios de intercambio de saberes, de modo que las crónicas reconstruyen, no sólo una memoria subjetiva —de la cronista o el cronista— sino también un relato objetivo de las y los ponentes del congreso. Esto quiere decir que los textos son fieles a los verbos de quienes participaron, durante cinco días, en este encuentro de voluntades políticas y espirituales que luchan por la diversidad de vida.

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Introducción

Tierras y territorios para la defensa de la vida Los Congresos Venezolanos de Diversidad Biológica son una forma no convencional de encuentro nacidos desde la necesidad del establecimiento de espacios que facilitaran la reapropiación de nuestras realidades y saberes. Cinco años consecutivos han permitido consolidar formas anti-coloniales y soberanas de circulación de conocimiento, haciendo posible la emergencia de nuevos actores y actoras productoras de saberes en diálogo. El diálogo entre distintas matrices de racionalidad, la complementariedad de la vida misma, el reconocimiento de la diversidad y el intercambio de experiencias son las premisas sobre las que se sostienen estos congresos. Además, han permitido el empoderamiento popular en la defensa de la vida y el intercambio entre académicos, colectivos y otros sectores con las instituciones, sirviendo de plataforma para la construcción colectiva, seguimiento y contraloría de políticas nacionales. La sustentabilidad de estos encuentros está garantizada en la medida en que avanzamos hacia una nueva institucionalidad, donde los participantes tienen cuotas de responsabilidad en la organización del congreso, logrando un espacio permanente para la formación y la construcción colectiva por la defensa de la vida. La madurez alcanzada durante congresos anteriores condujo al debate impostergable sobre la territorialidad como tema clave en la defensa de la vida. 11


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Por ello las diversas actividades y debates del V Congreso Venezolano de Diversidad Biológica giraron en torno a las distintas visiones de tierras y territorios, a la desterritorialización producto de la mercantilización de la tierra y el pensamiento y acción colonialista. Fue fundamental la exposición, revisión y actualización del papel histórico de las formas de lucha que los pueblos amenazados han venido dando por la vida y la emancipación. Estos tres ejes fueron debatidos desde una perspectiva pluricultural, transversalizando la diversidad de visiones, identidades (incluyendo el debate sobre el género), saberes y culturas: urbana, campesina, negra e indígena, en escalas globales, nacionales y locales. Todo esto está contenido en este libro, aunque de una manera resumida, pues apenas se abarca el 30% de un Congreso que, por la diversidad de luchas que convoca, requeriría varios tomos.

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Introducción

Foros Debate Los foros son espacios para el análisis y reflexión sobre las causas estructurales de la crisis ambiental global, y sobre el debate planteado entre el modelo de desarrollo hegemónico y las alternativas posibles diseñadas y ejecutadas por los pueblos. El objetivo de cada foro es aportar elementos para los debates que se desarrollan en los diferentes espacios del Congreso, propiciando la reflexión y la construcción colectiva de propuestas basadas en el análisis de las realidades globales, nacionales y locales.

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V Congreso Venezolano de Diversidad Biol贸gica

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Foros debate

Tierras y territorios para la defensa de la vida Javier Bastardo La mañana estuvo bastante movida. Hubo un ligero retraso en el inicio de la actividad que abría el día. Una gran cantidad de niñas y niños correteaban de aquí para allá, aunque la alta temperatura hacía que padres, madres y demás adultos caminaran y conversaran parsimoniosamente. De pronto se anunció el inicio del foro-debate, el primero de la jornada y también del congreso. Poco a poco, los que esperábamos participar nos fuimos acercando al salón Carlos Marx. Ahí nos esperaba el calor, aunque, comparándolo con el de la ciudad de Maracaibo, estaba fresco. Una de las organizadoras del evento nos llamó para que nos dispusiéramos en las sillas: el foro iba a empezar. Esteban Emilio Mosonyi, Rector de la Universidad Indígena El primer ponente fue presentado: el Doctor en Antropología, especialista en Lingüística y rector de la Universidad Indígena, Esteban Emilio Mosonyi, que nos sorprendió gratamente al saludar en sus idiomas específicos a algunos de los compañeros indígenas que participaban en el foro. Al iniciar, se esforzó en hacer la introducción de su ponencia de manera bilingüe, leyendo no sólo en castellano, sino además en wayuunaiki, lengua ancestral del pueblo Wayúu.

Así, no sólo compartía sus dotes como especialista en lingüística, sino que mostraba un profundo respeto por los compañeros wayúu allí presentes. Anunció que las líneas generales de esa introducción serían, a su vez, las de la ponencia. Uno de los puntos clave de esta intervención fue la oportunidad que vio el académico para relacionar la territorialidad como marco del congreso y la problemática actual de los pueblos indígenas, pues ha desarrollado su trabajo a partir de una labor políticamente involucrada con las luchas de los pueblos originarios. Si bien el compromiso político y revolucionario del profesor Mosonyi es verdadero, él mismo reconoce lo siguiente: con el surgimiento del proceso bolivariano la política en torno a la problemática indígena ha dado un giro de 180°, pero es necesario aceptar que aún mantenemos gran parte de la deuda histórica que tenemos como república con nuestros hermanos y hermanas, sobre todo en cuanto a lo referido a las tierras y territorios milenarios, particularmente en la demarcación y delimitación de espacios colectivos. El mayor obstáculo lo constituyen los planes mineroextractivos y de desarrollo industrial, los cuales tendrían efectos desintegradores irreversibles tanto en las formaciones socioculturales indígenas como en su extensa base territorial. A sus ojos, resulta vital para un país como Venezuela, encaminado hacia una transformación sociopolítica e histórica, “resaltar el nexo ineludible existente entre la tierra, 15


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los territorios, su manejo y conservación, y la problemática indígena”. Al someter a juicio la situación indígena aquí y allá, se nos ofrecen bastantes luces, no sólo para resolver esta situación específica, sino además para encaminarnos en el cuidado del ambiente con miras a la salvación del planeta, mandato de mayor jerarquía dejado por el presidente Chávez. También es una oportunidad para mostrar la urgencia de desentrañar de modo más profundo, a la vez que político, la historia milenaria de nuestros más de cuarenta pueblos indígenas originarios, dados sus aportes insustituibles a la conformación y mantenimiento de nuestra plenitud ambiental, biodiversa y sociodiversa. No es la intención de Mosonyi idealizar a nuestros pueblos; bien conocidos son los efectos que han tenido el coloniaje y la mala aculturación, sin embargo, se hace patente el compromiso ecohistórico de estas sociedades. A su parecer, se impone un diálogo con todos los pueblos que permita llegar a un punto óptimo y de equilibrio: “un diálogo intercultural”. Habiendo entrado al territorio de la demanda y la denuncia, el profesor Mosonyi nos brinda la suya: el 90% de las tierras Barí y Yukpa han sido usurpadas, y estos pueblos aún sufren el martirio de la persecución de los terratenientes y algunos jefes de la minería. Particular relevancia tiene el vil asesinato del cacique Yukpa Sabino Romero Izarra —“que con toda justicia hemos denominado nuestro Guaicaipuro del siglo XXI”, dice Mosonyi — con el agravante de que otros miembros de su familia 16

también fueron asesinados, y otros más continúan sufriendo los embates de una ensañada persecución, en que incluso se encuentran implicados de manera nada transparente personeros y algunas instituciones de la república. Hoy la realidad indígena se nos presenta como crítica en muchos ámbitos, siendo el factor principal la falta de voluntad política y un desplazamiento de prioridades hacia otros temas y asuntos muy diferentes. Para Mosonyi, en nuestro país existe una especie de consenso tácito, en el que coinciden todos los venezolanos y venezolanas: somos el reservorio energético del mundo. Casi nadie, revolucionario, neutral o visceralmente opuesto al actual proceso sociopolítico, parece asociar esta propuesta extractivista sin atenuantes con la destrucción ambiental total, ni con la sentencia a muerte de las comunidades tradicionales. “Nuestra gran tarea es cambiar esa mente rentista irresponsable inserta en la venezolanidad; más allá de cualquier valor u otra consideración, éste sería el principio de nuestra gran revolución”. Sin embargo, cabe hacer una aclaratoria: todas y todos sabemos que Venezuela no está en condiciones de acabar con la actividad extractiva gasífera o minera, pero sí tenemos la seguridad de que aún contamos —aunque no sabemos hasta cuándo— con muchas posibilidades de compatibilización y compensación más allá de la simple mitigación. Para cerrar, Mosonyi nos brindó una propuesta: “Una total movilización ecoetnosocialista hacia todo el país, exigiendo una renovadora voluntad política a fin de lograr tan nobles fines; así como intentar la creación de una vicepresidencia de asuntos pluri-étnicos y multiculturales con el fin de dar respuesta a todos los tópicos tratados”.


Foros debate

José Fuenmayor, colectivo Maikiraalasalii El siguiente participante fue José Fuenmayor, vocero de las comunidades Wayuuma’ana y Kasusain, ubicadas al norte del Estado Zulia, a orillas del río Socuy. José pertenece a una organización wayúu llamada Maikiraalasalii (que significa: los que no se venden), integrada por miembros de ambas comunidades. “Somos indígenas wayúu y estamos resistiendo y luchando por nuestro territorio”. El auditorio se identificó inmediatamente con la causa y la lucha del compañero, y hubo un sentido aplauso de reconocimiento. Gracias a la relación telúrica entre la intervención del “camarada y compañero, libro y profesor Mosonyi” y el relato vívido de este vocero de la comunidad, el foro-debate profundizaba en la problemática indígena. La lucha de estas comunidades surge a partir de la resistencia por su territorio, su cosmovisión y su cultura. El objetivo es claro: quieren rescatar y mantener las costumbres ancestrales de su pueblo, haciendo frente a la vergüenza general que sienten muchos wayúu de hablar el wayuunaiki y mantener sus costumbres tradicionales. La comunidad tiene alrededor de 40 años en esos territorios. Los hacendados, los mineros e incluso algunos miembros del poder institucional les acusan. “Nos dicen que nosotros somos unos indígenas manipulados, pero no es así, nosotros nos mantenemos resistiendo por nuestro bosque, por nuestra lucha, por nuestra biodiversidad y por nuestra tierra.

No es verdad eso que dicen, que estamos contra el gobierno, no es verdad: ¡Estamos con la revolución! Y por eso somos socialistas, por eso somos revolucionarios”. La lucha es principalmente por el río, ya que el agua que viene del río Socuy llega al embalse de Manuelote y de allí al embalse de Tule. De ella se surten Maracaibo, el Moján, Mara y Padilla. Durante su discurso, José hizo una exhortación: “¡Compañeros, la lucha aquí va a ser por agua”. Y efectivamente, la cotidianidad de esta comunidad y de buena parte del estado Zulia depende en gran medida del bienestar del río Socuy, que peligra debido a la actividad minera y puede verse agravado por la construcción de una central carboeléctrica. “Agua, tierra y dignidad es nuestra consigna”. La resistencia de la organización indígena Maikaraalasalii es por el futuro, por el bienestar de la comunidad y la posibilidad de perdurar en el tiempo. “No peleamos cargos, ni que nos mejoren, peleamos nuestro territorio y nuestra madre. Hay que trabajar juntos para salvar el planeta. El río Socuy no se ha secado porque nosotros nos mantenemos y nos mantendremos firmes luchando por nuestra tierra, nuestras aguas y nuestros bosques”.

Porque la tierra es el color de nosotros, la tierra es nuestra madre, la tierra es la que nos alimenta. 17


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Foros debate

Honorio Román, Juan Ramón Escalona y Juan José Escalona, “Visión de tierra y territorio de las campesinas y los campesinos de las montañas de Sanare” Tras los aplausos de transición, se introduce a los invitados de Sanare. Son Honorio Román y “los morochos”, Juan Ramón y Juan José Escalona. Los presentan como “maestros de pueblo, comunicadores populares, excavadores y hacedores de cultura y de historia”. “Somos del municipio Andrés Eloy Blanco, del Estado Lara, de la parte andina de producción agrícola e incluso de producción cafetalera”. Esta zona produce alrededor de unos 450 mil quintales de café. Eso representa casi la cuarta parte de la producción nacional. El municipio está ubicado entre el final de los llanos y el inicio de la Cordillera Andina; esto le otorga una particularidad. Román cuenta: “nosotros nos consideramos campesinos y agro-descendientes, de cultura y de costumbres. Pero para que los morochos puedan comenzar a echar su cuento, yo voy a poner un ejemplo. Imaginen que esta mesa es la escala de una línea de tiempo. Aquí, de este lado, voy a ubicar el pasado más remoto, y allá, en la última parte de la mesa, colocaremos los últimos veinte siglos. Hace catorce mil años, en esta zona existían grupos que conocían el territorio, iban de un lado a otro cazando y, al mismo tiempo, constituían sociedades quizá más lineales que las actuales. Esto no siempre fue así. Nuestros grupos indígenas dieron con el conocimiento agrícola y la domesticación de las plantas. De acuerdo con el doctor Mario Sanoja, autor de Los hombres de la yuca y el maíz, el cultivo más antiguo es la yuca, incluso es amazónica.

Ello corresponde a esta época (Román desplaza sus manos al centro de la mesa). Aquí tenemos la cerámica. Una vez que se hicieron agricultores, se asentaron y se convirtieron en ceramistas y alfareros. Esto es parte de nuestra historia, una historia que los morochos y la gente de Sanare nos hemos dedicado a rescatar”. “Cada vez que decimos ‘na guará’, los campesinos también hacemos historia, aunque se piense que lo que no está escrito no es historia. Porque esta propuesta, de tipo estético, corre en contra de una construcción del conocimiento totalmente diferente a la que nos han impuesto. Y venimos hoy a echar el cuento de cuando no se hablaba en estas tierras”. El cuento es canto. Los hermanos entran en el discurso con el tono de la declamación encendido. No hay un “aquí viene el cuento, aquí viene el canto”. Entran evocando, declamando, proclamando. Parece que no pueden hablar sin rima ni cantadito. Como si vinieran de un viaje del que nunca se regresa. Juan Ramón comienza: “Hermanos, hermanas, cocuyos y luciérnagas de la nueva vida, un agradecimiento en nombre de las montañas de Sanare. Aquí venimos tres duendes. Venimos aquí con un dolor y una esperanza. Un dolor: Palestina, y la destrucción de nuestra Madre Tierra. Una esperanza: la victoria”. “Donde la luna tiene gran influencia en los nacimientos de niñas o niños, en la construcción, la recolección, el corte de madera, siembra y cosecha, hay un gobierno de espíritus naturales. Duendes y duendas, activos junto a las deidades aborígenes”. El saludo es como la invitación a un espectáculo. El verbo de los hermanos no habla de la 19


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cosmovisión de las montañas de Sanare: mete al congreso en esa cosmovisión (que es también un hablar, un territorio del decir), en un diálogo donde se confunden las voces casi idénticas de los hermanos, el resoplar y la tonada campesina se despliegan convidando con un texto: “V Congreso de Diversidad Biológica es Chávez, Orinoco, Palestina y solidaridad”, por Juan Ramón Escalona Betancourt: “El V Congreso de Diversidad Biológica florece en Maracaibo; mi Venezuela amanece con tierra, socialismo y hermandad. Del 21 al 26 de julio es la cosa. Venezuela se reúne en congreso. Mi Venezuela contenta es un beso, pero en Palestina, Herodes destroza a mi azul infancia tan hermosa. Israel y Obama... ¡qué bestialidad! Palestina es luna, niña, libertad, amor por la Madre Tierra. Pides paz con justicia, V Congreso de la Biodiversidad. Cosmovisión del campesino sanareño. La Madre Tierra y el territorio, los morochos y el maestro novio, traen con poesía un sueño. La tierra es Madre, no tiene dueño, y para que venga de verdad, enséñese en escuela y universidad. Currículo de la Madre Tierra, por favor. Con maestro pueblo, luz y amor. De la diversidad biológica florece. La tierra no es mercancía, no se compra ni se vende. Quien la ama, la cuida buena y duende. Tierra es mujer con luna y poesía. Territorio. Alma de Chávez Frías. Territorio donde el sueño crece. Y si el diablo es once, el pueblo es trece”. Así entramos en materia. Las ideas sobre la cosmovisión aparecen como imágenes que redundan los mismos arquetipos. 20

Papá sol y mamá Tierra. Todos tienen espíritu. Todos tienen iguales derechos. “El dios solo llegó con los imperios, pero aquí teníamos dioses colectivos”. “El territorio crea lazos de encuentro y desencuentro. Pare conflictos permanentes por la vida, expresados en agua, tierra, fauna, flora y sus ecosistemas. El socialismo indígena, con la Pachamama, el convite, se vieron invadidos junto a sus ecosistemas cuando el colonizador europeo, que todavía quiere ser rey, llegó con su santo evangelio, según el arcabuz y la cruz. Nace la más grosera de todas las propiedades, la de la tierra, madre de todas las injusticias, y el latifundio gordinflón. Tiempos de revolución y acción”. ¿Traductores? Los hermanos ponen sobre esa mesa, que es línea de tiempo, el problema de las tierras y los territorios, en la lengua del cuento, por la que se transmite el saber de los pobladores.“Hora de cuidar a nuestra madre, de desalambrarla. A la esperanza y a la tierra vamos. Los poetas de por aquí nos dijeron que preguntáramos lo siguiente. En Lara diríamos: “¡Na’ guará!”. ¿En tiempos de revolución será más importante el carbón que las vidas en la Sierra de Perijá?. Y repetimos, para los que no han oído todavía: en Lara diríamos “¡Na’ guará!”. ¿En tiempos de revolución será más importante el carbón que las vidas en la Sierra de Perijá?”. “Nos despedimos con las palabras del Caimán de Sanare, y sigue con la cadena ecológica y campesina, mi hermano Juan José, el otro duende”. Las palabras del Caimán, José Alberto Castillo, suenan en la sala: “La montaña es la vida de un pueblo. Si no hay montaña no hay agua, y si no hay


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agua no hay vida, y por eso es que hay que cuidarla, porque esa montaña trae agua, comía, frescura, y cría ese rebaño de nubes pa’ que vuelva a llové”.

Tierra madre de la poesía en flor y la cultural identidad que nos ilumina y protege ante todo lo invasor y retrógrado, danos la montaña, protección de tu espiritualidad enduendada

Juan José Escalona habla desde la punta de la mesa, desde el “antier y ‘trasantier’ de la historia”, cuando no existía la muerte. “Mamá Tierra, Papá Sol, Papá Cosmos, nos parieron a nosotros en el antier y ‘trasantier’ de la historia, lo que pasa es que nosotros no nos recordamos. Somos morochos y morochas con Papá Dios. Por eso, para nosotros la muerte no es ninguna muerte, es un renacimiento. Sólo que las religiones con la teología de la opresión, de la Inquisición, inventaron la muerte para tenernos sometidos, engañados. ¿Cómo Mamá Tierra y Papá Dios van a inventar la muerte para sus hijas e hijos toñecos que somos nosotros? Aquí está la simbología de la madre Omaima. Ella condecora las vidas. Le tuerce el pescuezo al estrés. Simboliza la Tierra y el Cielo, lo de aquí y lo de allá, lo que se ve y lo que no se ve. Entonces, sirve para relajarse, sirve para armonizarse y despertar facultades espirituales y también artísticas”. “Dejemos de ser devotos de las simbologías antropocéntricas, eurocéntricas y de gringolandia, y comencemos a ser devotos de las simbologías que nos liberan, que nos alimentan y que nos hacen inmortales e irreverentes con causa. Entonces, dice así:

Tierra Madre del amor, el duende y la ancestralidad del renaciente conuco los pájaros y los diez arcoíris, danos tus sempiternas enseñanzas y la filosofía de tus guacharacas espiritualidades

Tierra madre

Del verso a la prosa, de la conferencia al canto, de la lectura al recitado, de lo memorizado a lo improvisado no hay señalización. Y sigue: “A continuación, un discurso colectivo porque grano a grano se llena la gallina al buche y palabra tras palabra se escribe la memoria colectiva de los pueblos.

Tierra madre de las aguas, semillas y cosechas, memorias, sanaciones y reencuentros, dadnos los vitales oxígenos, el alimento esencial y la clarividente cultura

Tierra Madre del maíz, los sembradíos, la ocarina y el originario socialismo, danos la floración, sol y beso de lo transparente lo ancestral y lo campesino lo pluricultural y lo cósmico Tierra Madre de la niña, el semeruco y el colibrí, de la rana, el venado y el oso frontino, danos de nuevo la picura o convite, la mano vuelta y el comunismo campesino Tierra Madre de las mujeres luciérnagas y los hombres soles de lo trascendental lo mágico y libre pensador, danos la semilla y la sabiduría para sembrar la revolución del amor Tierra madre de la ardilla, el guaje y el gavilán, de la abeja, el niño y la culebra encantada, danos la conciencia agroecológica y el sol del ecosocialismo.

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Aquí está reunida la antropología crítica de la academia, enmorochada con la antropología liberadora de los pueblos a través de la ancestralidad de la palabra, a través de la tradición oral y toda esa resistencia cultural que traemos de nuestros ancestros, a través de las muchas vidas de las que venimos, y las muchas vidas a las que vamos”. “Entonces aquí el pueblo campesino nos dijo, comenzando por el Caimán de Sanare, la Chiricoca es una mujer, una culebra con alas muy grandes, se llamaba Doña Lionza, decían que era la reina. Era una muchacha muy bonita. Ella iba adentro de la culebra. Cuando ella pasaba llovía bastante. El sapo trajo la candela primero, y después el agua pa’ apagá la candela. El sapo trajo el enemigo pa’ nosotros. Él trajo la llama y el asma. Los indios lo querían destruir a él. Lo viejo se acaba pero la historia queda. Uno muere pero la historia no. El infierno se apagó y el sapo lo volvió a prender. Tenía una brasa en la boca pa’ encendé. Por eso es infierno”.

“La espiritualidad comienza por la naturaleza. Observándola, sintiéndola, oyéndola. Una montaña es una sinfonía de muchos sonidos. El grillo, la lluvia, el viento, los pájaros. Nos encontramos en el vientre de la madre naturaleza. Cuando yo era muchacho le decían a uno: “No se orine allí en las nacientes del agua que el espíritu de las aguas se va a poner bravo”. Había un respeto hacia las aguas. El agua es un espíritu. En esas terrazas salen los duendes. En todos los zanjones. Todas las aguas tienen dueño”. “De los duendes, ¡na’ guará! Cuando éramos pequeños, se veían. Si son espíritus por qué se ven. Yo los veía como un muchachito pequeño con sombrero. Dejaban el pie marcado en el barro. Llegaban también los sátiros, mataban perros. Mamá les ponía cruces de artemisa para que se alejaran”.

“La madre tierra es todo, nos pide, habla el espíritu. La tierra es la mamá de uno. La raíz del campesino es indígena, nos regala el espíritu de trabajarla. La tierra es la dueña de uno. La tierra es la mamá de uno. Ella es nuestra madre”.

“En resumen, pues. La madre tierra es un territorio de duendes y duendas, donde el arcoíris era el dios de la lluvia, donde al viento se le decía: ‘¡Barbón, barbón, vení, vení!’. Zarazo era el dios del maíz (aquí entre nosotros, pa’ que no escuche la neoinquisición). Entonces le decía: ‘¡Zarazo, Zarazo, por to’ el conuco, pa’ que no se lo coma ni artista ni chuco!’”.

“El encanto es una encalamitación. Un encanto tiene definición. Es una mujer que encanta a uno. El encanto de un paisaje. Hoy se entiende: encantado. Cuando una persona está encantada se pone la ropa al revés pa’ salí del encantamiento. Esa es una costumbre de la gente andina. Es una costumbre montañera”.

“Estaba Zarazo, estaba Juan de Tapatapa, Juan de Tiramota, y bueno, todos los demás que están todavía clandestinos. A Zarazo le han dado y le siguen dando cambures, y le dan también granada y le dan también auyama sancochada. Entonces vemos que el territorio está poblado por las ancestralidades que no están muertas y que nos mandan a 23


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decir que sigamos así con el espíritu despierto, que dejemos de ser pendejos, que no creamos en la muerte que inventaron los eurocéntricos, y que creamos en la Madre Tierra, que esa es la dadora de vida”. “Entonces estamos aquí para condecorarlos a ustedes con las palabras, y también, como dijimos ayer, al que escucha. Ustedes nos condecoraron a nosotros en su primera clase. Y como de condecoraciones hablamos, mi hermano trajo un invento por ahí, que ya va a decir de qué se trata”.La gente rompe en aplausos. Juan José retoma.“En Sanare dicen que los morochos no son locos, pero tampoco normales. Nosotros lo que hacemos es inventar. Servir de secretarios del maestro pueblo y aquí estamos. Traemos aquí una condecoración que inventamos y se la pasamos a ustedes para que sigan inventando”. “¿Cómo condecorar con una mazorca de maíz, con un pescado, con una piedra, con una flor, con el arte nuestro de la naturaleza? Nosotros inventamos aquí la condecoración ‘Muñeca de trapo’ en primera y única clase”. La respuesta del público es otra vez el aplauso y el grito. “Esta condecoración no se regala: se la gana la gente. Entonces, aquí se ganó la condecoración ‘Muñeca de trapo’ en su primera y única clase, el antropólogo Esteban Emilio Mosonyi”. Durante la ovación, Argelia Bravo le entrega a Esteban Emilio Mosonyi el trofeo. Llaman también a un muchacho para que le entreguen a “nuestro soldado wayúu, defensor de la tierra y el agua” otro trofeo. “El pueblo humilde, como dijo Pablo Neruda, ¡venceremos, venceremos!”. 24

“Bueno, compatriotas, ese es el cuento que les queríamos echar. En español, lamentablemente”, dice Juan José, mientras Yemayá Padrón casi se cae acercándose al micrófono. Se acomoda contagiada del encanto de los morochos y presenta a la próxima ponente: Argelia Bravo. Trocha, trans-indisciplina, promiscuidad e informalidad para un arte necesariamente impertinente desde los cuerpos trans-indisciplinados De territorios se trata, y aquí el cruce de frontera es de un carajazo. Del cantaíto campesino y el despliegue juglaresco de fantasmas de la montaña, de la tierra y la cosmovisión sanareña, a la “Trocha, trans-indisciplina, promiscuidad e informalidad para un arte necesariamente impertinente desde los cuerpos trans-indisciplinados” de Argelia Bravo. Es el mismo espacio, la misma mesa, el mismo público, la misma situación. La tierra y el territorio cruzan los relatos, los registros, las texturas. El aplauso cose, hila, y Argelia, en su tono y su registro, inicia este otro relato urbano, académico, violento y trans: “La cruda realidad de las chicas transformistas que ejercen la prostitución en la avenida Libertador de Caracas”. Aquí la imagen no viene en evocación sino en Power Point. “Espero que esto lo puedan concatenar”, confiesa Bravo. Aclara que esta investigación le tomó diez años y “está transversalizada por muchas temáticas al mismo tiempo”. La artista e investigadora comienza: “Desde mi trabajo artístico


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me propuse indagar en las implicaciones de la noción del cuerpo como una cartografía de lo social y como territorio de conocimiento político-poético. A partir de la transindisciplina como método, desarrollé una experiencia de creación junto a las chicas transgénero y transformistas, quienes, como cuerpos desobedientes en su lucha por defender una identidad de género antinormativa, se enfrentan a una violencia social que las invisibiliza, anula y destierra como ‘ciudadanas de derecho’. Expulsadas y desterradas de la ciudadanía, se ven obligadas a desplazarse dentro de la retícula de la ciudad, donde van perforando y abriendo senderos que he llamado ‘trochas de la supervivencia y la subversión’”. “En este proceso he asumido la ‘trocha’ como ruta torcida frente a la oficial, legal y legítima, como metáfora de la insubordinación a los modelos normativos hegemónicos, tanto en el campo social como en los modos de producción del saber que no cumplen con las reglas disciplinarias”. La transición entre las ponencias está hecha. Algunos y algunas se acomodan en sus sillas. Agarran aire. Otros y otras vacilan. Bravo resume su investigación “que se llamó ‘Arte social por las trochas hecho a palo pata y kunfú’, una experiencia de arte-activismomilitancia- feminismo”. El objetivo: “Incidir en las prácticas sociales desde las prácticas artísticas”. Introduce cuatro términos para moverse por su trabajo: “Trans-indisciplina, promiscuidad, informalidad y trocha, transversalizadas a su vez por la propuesta de arte necesario”.

Bravo presenta a la protagonista de su muestra y de su ponencia en una serie de fotos. “Yhajaira era una de las chicas trans que solía pararse en la avenida Lecuna. Al conocerla, me impresionó la enorme cantidad de cicatrices que tenía en su cuerpo. Aunque todas las chicas tenían cicatrices, las de Yhajaira eran definitivamente superiores en número. Esto me hizo suponer que la cicatriz era una variable constante y casi un sello de identidad, como una huella dactilar”. Aquí lanza las primeras pistas para concatenar con el tema de las tierras y los territorios: “El cuerpo de Yhajaira se convertía en un territorio ‘cartografiable’ o en una cartografía de lo social y, a la vez, en un espacio de denuncia y en un cuerpo político”. Bravo indaga “en la imagen de la cicatriz como una huella, como mácula, en lo físico y en lo identitario”, como algo que “ensucia” a un cuerpo del mismo modo que el transformista es una identidad que “ensucia” la sociedad. Bravo se planteó reconstruir la vida de Yhajaira a partir de sus cicatrices desde la criminalística y el peritaje forense. “Desde mi investidura de artista asumí este procedimiento como arte evidencia, y mi rol pasó a ser el de una artista-perito-informal. El objetivo era reunir pruebas para demostrar que las huellas o rastros en el cuerpo de Yhajaira representan una evidencia de la rebeldía de un cuerpo que se resiste a ser disciplinado, y que es castigado por no cumplir con las normas sociales de concordancia entre sexo y género”. Al peritaje sumó otras disciplinas, como la conservación y restauración de obras de arte y la dactiloscopía. Armó “un archivo de cicatrices que reconstruyen la vida de Yhajaira” y elaboró “un modelo 25


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personal de ficha forense en el que está contenida toda la información de cada herida: situación espacial, arma utilizada, sospechoso, víctima, fecha del incidente y descripción del hecho”. Así Bravo aproxima el tema trans y urbano al tema transversal del congreso: tierras y territorios para la defensa de la vida. “Para probar la premisa del cuerpo como una cartografía de lo social, tomé una de las heridas de mi archivo y la convertí en un mapa que relata, a través del propio discurso cartográfico, la historia del suceso en el que Yhajaira es atacada por una jauría de 9 perros cuando se encontraba en la indigencia”. “Finalmente, para probar que estos cuerpos son desterrados de la cartografía ciudadana, organicé una expedición, al mejor estilo de Alexander Von Humboldt, para recorrer los caminos alternos o rutas clandestinas que Yhajaira llamaba trochas, y que sirven de resguardo a los sujetos rebeldes frente al cuerpo social”. Junto a la transgénero Vanessa de Almeida y al antropólogo Rodrigo Navarrete, Bravo recorrió las trochas, y con la ayuda de un geoposicionador, y un grupo de geógrafos elaboró el mapa de estas trochas. Bravo explica que “las metodologías utilizadas no fueron diseñadas ni definidas al inicio de la investigación, sino que emergieron como una consecuencia de la dinámica de trabajo (experiencia de creación-investigación-acciónparticipación)”. “La cotidianidad de Yhajaira, que se desarrollaba en torno a lo imprevisible como constante, sobrepasaba toda

posibilidad de cualquier pretensión de rigor metodológico. De tal forma que terminé por entender muy tardíamente que el método tenía que ser un no-método, y, sin darme cuenta, al cabo de varios años, las carreras a los hospitales, a la fiscalía, a la morgue, a los huecos y a las trochas, junto a Yhajaira y sus compañeras, dibujaron un camino propio a fuerza de inflexiones, pues planificar nunca fue muy útil como método”. Así, el proyecto de Bravo se fue desarrollando “como un espejo de la vida de Yhajaira: una trabajadora informal, in-disciplinada y promiscua. Ambas compartimos oficios, prácticas y saberes de sobrevivencia ilegitimada. Yo defino como ‘trocha’ esta ruta que tomó el proyecto”. La trocha, como abertura descontrolada en el camino, no aparece representada en el mapa, y “si los mapas, como representación gráfica de una realidad, no reflejan estos espacios, este grupo de individuos que hacen vida en torno a las trochas sencillamente no existen y no son reconocidos como ciudadanos”. Bravo piensa en los habitantes de las trochas como “maleza”, “malas hierbas” y “agentes contaminantes del orden, la obediencia y la sumisión”, pero también piensa en los movimientos insurgentes de América Latina y en los habitantes de los túneles que se usan en la Franja de Gaza para burlar el cerco, como “ejemplos de alteración de la cartografía por medio de fuerzas transgresoras, que, en su defensa de ideales político, abren fisuras a través de la espesura selvática y posibilitan el tránsito de manera clandestina”. 27


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“La trocha para mí es la representación gráfica y simbólica de la insubordinación ante las fuerzas del orden, la disciplina y el control; es una tejedura de líneas torcidas que van minando la retícula de la cartografía urbana y ciudadana, un desagüe por donde circulan las energías del deseo ilegitimado. La trocha es la feminización de la cartografía porque se contrapone a la verticalidad del poder”. Como territorio sin límite y espacio de circulación desordenada, donde el otro es quien irrumpe y contamina, y donde no hay centro ni periferia, Bravo piensa la trocha como ruta que puede enfrentar al “reticulamiento, parcelamiento y disciplinamiento de la producción de conocimientos. Las cartografías de los cuerpos torcidos y las rutas desviadas, invisibles en la cartografía legal, nos proporcionan, entonces, una memoria negada por la historia oficial”. Bravo piensa la trocha incluso como una razón para que los grupos desterrados, tanto de la cartografía urbana como de la ciudadanía, no se consideren derrotados. Propone, entonces, “las prácticas artísticas como un ‘arte necesario’ que representa un deber de cara al devenir histórico, porque exigen un acto de compromiso con lo imperativo y lo urgente”. Habla del arte “como trocha anti-disciplinaria, como actitud militante que puede habitar creativamente la vida, y que propone nuevas rutas de conocimiento liberador”. En este sentido, Bravo se pregunta cuánto contribuyó su investigación al empoderamiento político en la vida de las mujeres trans. Y se responde exponiéndonos la trayectoria de Yhajaira como activista a partir de esta investigación. 28

“Yhajaira ha conquistado los espacios públicos para la denuncia de la vulneración de los derechos de sus compañeras en instituciones públicas, y, con su particular estilo rebelde e indisciplinado, ha logrado abrir fisuras significativas en diferentes instituciones”. Es un buen momento para recordar cuando Honorio Rondón hablaba de la poca validez que se le suele dar a las “propuestas estéticas”, como la de los morochos Escalona, en los espacios disciplinarios. En su conclusión, Bravo no duda: “Todos los que formamos parte del llamado o supuesto ‘campo del arte’, requerimos de humildad para que nuestras prácticas artísticas se ejerzan desde la implicación, el compromiso y la solidaridad con los procesos sociales, como una actitud ética inseparable de nuestro quehacer como artistas, buscando un impacto en los imaginarios colectivos que reactive formas estéticas y simbólicas más liberadoras”. Debate El objetivo del foro-debate fue ilustrar en la práctica la dinámica que busca el congreso, que intenta unir varias perspectivas y que transversaliza el tema de tierras y territorios. “Esto demuestra que el debate es amplio y que la lucha es conjunta”, comentó Violeta Gómez, una de las compañeras organizadoras del evento. Sin embargo, el debate no pudo extenderse como lo requería, puesto que muchos de los que participaron en la actividad corrimos al comedor. Era mediodía y el hambre apremiaba. Las ponencias del forodebate habían sido esclarecedoras y esperanzadoras. Quedó en evidencia que la territorialidad se puede afrontar desde muchas perspectivas, por distintas que parezcan.


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Modelo de desarrollo y expropiación del territorio Sandino Márquez El foro comenzó pasada la hora, a pesar de que los foristas y el público habían llegado puntualmente al auditorio Carlos Marx del edificio Simón Bolívar, sede del rectorado de la UBV-Zulia. La causa fue una falla en el sistema de audio. Un par de técnicos hicieron gala de su destreza, logrando solventar en apenas unos minutos la situación, y enseguida se dio inicio a la actividad. La presentadora da las palabras de bienvenida y agradece por la asistencia. Sin más ni más, cada forista comienza a desarrollar su propuesta para el debate que, según el protocolo de la ocasión, no podía superar los veinte minutos de duración. El cineasta Carlos Azpúrua abre el ciclo con “Minería y desterritorialización”, una visión desde la realización cinematográfica comprometida con las luchas sociales, de la cual él ha sido uno de los principales referentes nacionales en las últimas cuatro décadas. Para Azpúrua, el ámbito comunicacional es un espacio para la generación de conciencia. Cuenta que entre los años 1976 y 1977 “se encuentran los sectores académicos y populares con la dirigencia joven indígena. En mi caso particular, presenté Yo hablo a Caracas, pero también

se mostraron múltiples películas y documentales de otros compañeros (Caño Mánamo y Amazonas, el negocio de este mundo, son dos ejemplos). Hubo más de 1.200 foros que contribuyeron a hacer visible la problemática indígena”. Esto tiene como consecuencia el nacimiento de un movimiento “sumamente vigoroso” —como lo llama el cineasta, ahora en su rol de forista— llamado Movimiento por la Identidad Nacional. Este movimiento llamó, desde la realización cinematográfica comprometida, a un proceso de reflexión profunda que conmovió culturalmente al país; como resultado inmediato surgió una masa crítica que buscó organizarse de múltiples formas para luchar en contra de lo que los cineastas denunciaban desde su trinchera de 35mm. Según su apreciación, todos los planteamientos que se hicieron en ese entonces, usando como herramienta los cine-foros, el vigor de la participación de la dirigencia indígena, la lucha contra las nuevas tribus, y otros movimientos de igual importancia y significación, fueron recogidos de una u otra manera en la Constitución de 1999. Azpúrua sostiene que ese trabajo audiovisual que acompañó a estas luchas históricas contribuyó a hacer visible la problemática. Para él, asumir el trabajo de manera militante, en este caso desde lo audiovisual, es un acto subversivo. Por tanto, “nuestra labor es asumir esta militancia en el ámbito de la comunicación, para que la denuncia sea efectiva”. Un breve espacio de silencio —quizá para buscar las palabras adecuadas—antecede a la siguiente denuncia: 29


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en el Parque Nacional Canaima, donde habitan los pemones, existe un problema relacionado con la minería que se ha incrementado en estos años de revolución, pues ya no es sólo el garimpeiro el que asume la cultura minera, sino que ahora también los indígenas la han asumido con metodologías verdaderamente efectivas. Cuenta que “utilizan pequeños motores-bomba de espalda —del tamaño de un tanque de buceo— para erosionar la capa vegetal y extraer el oro de aluvión, que se encuentra en esa parte del suelo”. Una denuncia como esta resulta alarmante, y la sala entera parece masticar la rabia producto de la indignación que provoca la situación descrita por Carlos. En la década de los noventa se hablaba de 30.000 personas dedicadas a la extracción ilegal de oro en los estados Bolívar y Amazonas; en la actualidad, según comenta, hay más de 45.000. El compañero Carlos considera necesario preguntarse qué pasó con la convergencia minera. A todo este panorama le antecede el problema ético, que es parte fundamental del problema. Por ello entiende que “es necesaria la labor del realizador audiovisual comprometido, para hacer visible estas problemáticas desde la crítica necesaria, pues la verdad es revolucionaria”. Haciendo honor a su oficio, cierra su intervención anunciando que está trabajando en un documental sobre el cacique Sabino Romero, a quien tuvo la oportunidad de entrevistar diez días antes de su asesinato. Comenta el cineasta que, paradójicamente, aprovechó la oportunidad para denunciar, con una visión casi premonitoria, quiénes serían los causantes de su muerte.

El siguiente ponente fue José Elí Rincón, profesor de la Universidad del Zulia, con su exposición “Uso del territorio en una cuenca amenazada: el caso del sistema de Maracaibo”. A modo de burla, abre su tertulia comentando que generalmente los científicos usan muchos datos y hacen muchas preguntas; y eso a veces funciona, pero muchas veces no. Es por esto que decidió formular una sola pregunta generadora relacionada con el tema central del congreso: ¿Cómo incide el patrón de uso del territorio en el proceso de contaminación o eutrofización del sistema del lago de Maracaibo? Aclara que este sistema engloba más que el espejo de agua, que es lo que normalmente vemos. La cuenca del lago de Maracaibo abarca unos 89.750km2, de los cuales en territorio venezolano tenemos 77.000, es decir, el 85%. Colombia posee el restante 15%. Más del 80% del espacio que ocupa la cuenca que se encuentra del lado venezolano y está en el estado Zulia; el resto se distribuye entre Mérida, Táchira y Trujillo. Como consecuencia, el problema es de carácter binacional y multi-estadal. El problema actual del sistema de la cuenca del lago de Maracaibo responde a un proceso histórico, según relata el profesor Rincón. La dinámica demográfica tiene como punto de inflexión el comienzo de la explotación petrolera en el territorio zuliano. Maracaibo concentra actualmente cerca del 50% de la población del Estado (le siguen las ciudades de Lagunillas y Cabimas), y esto no es un fenómeno fortuito. 31


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Las fuentes hídricas determinan en gran medida los asentamientos humanos. Sabemos que el acceso al agua tiene un carácter vital. En el caso de la cuenca de Maracaibo, estos recursos hicieron posible el desarrollo de grandes concentraciones demográficas, además que permitió el establecimiento de un canal de navegación en el espejo de agua para la extracción de los hidrocarburos, convirtiéndose Maracaibo en una ciudad puerto. Las consecuencias de los asentamientos humanos sobre los recursos hídricos son ampliamente conocidas, así como los problemas asociados con la extracción de hidrocarburos. En este caso, el profesor Rincón quiere llamar la atención sobre un fenómeno que es asumido de manera positiva y como algo sin mayor importancia, pero que ha tenido consecuencias terribles sobre la cuenta del lago: la ganadería. En el estado Zulia, cerca del 96% de las tierras son óptimas para el uso agrícola, sin embargo, el 59,7% del territorio zuliano está destinado a la ganadería, explica el profesor. La producción bovina amerita de grandes cantidades de pasto para la alimentación del ganado; por esta razón, a medida que ha ido aumentando la población de los rebaños, ha aumentado a su vez la deforestación de los bosques, ya que se utiliza el territorio para el cultivo de pastizales. El reemplazo de la vegetación autóctona por pastizales trae consigo la disminución de la infiltración y el aumento del escurrimiento superficial, que genera un alto grado de erosión y arrastre de sedimentos. A su vez, la disminución de la infiltración genera la pérdida de la alimentación de los 32

acuíferos, del mismo modo que el escurrimiento superficial disminuye la calidad del agua, pues con el arrastre de sedimentos ingresan partes de la materia fecal del ganado a las aguas. A todo esto deben sumársele los altos niveles de fósforo que ingresan al lago a través del río Catatumbo y el río Chama. Con miras a no excederse en el uso del tiempo, el profesor Rincón cierra su ponencia después de haber hecho visible el problema de contaminación de las aguas que muy pocos conocen. La presentadora admite que no consigue palabras propias para presentar al siguiente invitado, pero usa las palabras prestadas de alguien que lo definió alguna vez “como un verdadero maestro del pueblo”. Walterio Lanz —o Walter, como todos lo llaman— rompe con el protocolo (que a decir verdad no ha sido para nada riguroso) pasando del lenguaje de datos y cifras propio de la academia, a un lenguaje coloquial: el modo de hablar del pueblo. Después de todo, es un maestro del pueblo. De caqui y botas montañeras, se pone de pie y se pasa la mano por la barba antes de comenzar a echar el cuento. Su propuesta para la discusión tiene por nombre “Historia del desplazamiento de campesinos y campesinas por el latifundio y la terratenencia”.La historia del latifundio se puede estudiar directamente en términos históricos, según dice, “cuando unos carajos venidos de otras partes decidieron que este territorio les pertenecía”. Naturalmente, con el avance del tiempo, este fenómeno se profundizó.


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Walter se detiene y ve directamente a otro de los invitados: “¿Habría que estudiar qué relación existe entre la apropiación del territorio y el capitalismo? Porque del capitalismo viene el modelo técnico de producción que ha generado este conflicto en el que andamos”. Deja esto como tarea pendiente y continua con su cuento. Comenta que el llamado éxodo campesino y la agrupación de gente en las ciudades, aun estando despoblado la mayoría del territorio, tiene una gran relación con el latifundio: “los señores latifundistas se apropiaron de los territorios, lo que condujo a la expulsión de las personas del campo”. En muchas circunstancias, el abandono del campo está acompañado de altos niveles de violencia. “En el Zulia masacraron a familias enteras para apropiarse de las tierras y el ganado, y para extraer el petróleo”. En el caso zuliano, la población indígena ha sido la más afectada, al igual que en el Estado Apure, donde los pueblos Pumé y Cuiba han sido víctimas durante décadas del desplazamiento generado por la acumulación del territorio por parte de los latifundistas para la cría de ganado.Denuncia el compa que por los lados de El Sombrero todavía se utiliza vilmente la mano de obra indígena. En esa parte de Guárico son trasladadas familias enteras a trabajar en la recolección; luego son abandonadas y pasan a vivir en condiciones miserables en la ciudad.“Eso es violencia, y es lo que mata la cultura de estos pueblos”, dice Walter. En el mismo orden de ideas, comenta —ya no en tono de denuncia sino más bien reflexivo— que van más de 275 campesinos asesinados. Uno de los más recientes fue el cacique Sabino Romero.

Walter se apresura a corregir: “Sabino y su familia”. El caso de Sabino generó gran impacto en la opinión pública, por lo que el compa se pregunta: “Pero, ¿cuántos compañeros han caído y no tienen ni siquiera una tumba donde ir a llorar? ¿Quién puede saber de Eloida? Les cuento, fue víctima de intoxicación en el Central Azucarero Matilde hace un bojote de años. Como este caso, hay muchos otros muertos silenciados”. Con cada palabra va subiendo el tono de voz: “Es una deuda histórica, porque no es posible que hayan sido asesinados todos estos compañeros y compañeras y no haya un solo detenido”. Cuando quiere retornar a la idea principal, Walter tiene que echar mano de sus apuntes, y recogiéndose de hombros reconoce: “perdí el hilo, porque uno se altera hablando de estas vainas. Yo me arrecho mucho”. Ya de regreso al tema inicial, comenta el maestro popular que la reforma agraria fue hecha para evitar el alzamiento y la organización campesina, a efectos de generar resistencia en la guerra. “A mí no me gusta llamar a esto guerrilla, eso suena como a juego. Yo lo llamo guerra porque fue una guerra”. Sentencia que, en ese aspecto, la reforma agraria cumplió su rol. Dice el camarada que en la Quinta República hemos cometido grandes errores y algunos aciertos, aunque los primeros no son comentados, y terminamos siendo una caja de resonancia de las matrices de comunicación. Se pregunta: “¿cómo se hace para asimilar que aquí se aumentó sustancialmente la producción de arroz? Y, sin embargo, botamos una gran parte, métanle el ojo a eso: se aumentó la producción, pero también el consumo, y extrañamente 33


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gran parte del arroz termina en la basura”. A pesar de esto, entiende que no es una tabla de salvación para todos los casos. Walter cuenta que en los últimos años ha tratado de acuñar la frase “Reinterpretar, replanificar y rehacer”. Para explicar esto muestra algunos datos que extrajo de un latifundio rescatado por el Estado, “donde he metido la nariz”. Este latifundio siempre estuvo dedicado a la ganadería y, según nos muestra, han descubierto un fraude de dimensiones extraordinarias. “Que no es que nadie se coge los reales”, advierte antes de seguir con el cuento. En el estado Apure se producen anualmente 30 kilos de carne bovina por hectárea, lo que significa entre 18 y 22 kilos por canal; comenta que para llegar a este dato hicieron una especie de encuesta disfrazada con conversas y entrevistas a pequeños y grandes ganaderos, a los llaneros y a los ladrones de ganado. Asume la producción de carne bovina como un error, pues en espacios muy reducidos, no mayores a los 300m², es posible producir en seis meses más de una tonelada de pescado. “Lo que creemos no es que el gobierno tenga que hacerle llegar carne de res a nuestra población más desfavorecida a precios bajos, sino hacerle llegar otros tipos de proteínas duras, de alta calidad, como el pescado. Mientras no pensemos en eso, seguiremos en el marco de este fraude”. Por lo tanto, hay que reinterpretar, replanificar y rehacer. Para cerrar el ciclo de ponencias, Gustavo Vásquez Gaviria confiesa haber sido invitado para dar una visión de la apropiación del territorio desde la óptica colombiana, pero antes prefiere partir desde una visión un poco más amplia.

“Estamos en el salón Carlos Marx”, comenta Gustavo, y aprovecha esta aparente coincidencia para recordar que Marx dijo que en el marco del modo de producción capitalista, la relación fundamental es la explotación del hombre por el hombre, cuestión que lleva al hombre a convertirse en mercancía. En la sociedad capitalista, el trabajador no vende su trabajo sino su fuerza de trabajo, y el capitalismo se apropia del resultado. Esto determina el fenómeno de la enajenación del ser humano, pues no es posible establecer una relación social en la producción; visto así, no sólo estamos alienados en el consumo, sino desde el propio hecho de la producción. Es por ello que, si el trabajo se convierte en mercancía, la naturaleza en el modo de producción capitalista no es más que un objeto mercantil. Comenta Gustavo que el crecimiento del capital está íntimamente relacionado con la explotación del trabajo. Y estas formas de explotación han cambiado, ya no somos explotados solamente como trabajadores, sino que en la vida cotidiana somos sostén de este sistema. El capitalismo ha colonizado todos los niveles de vida, y ese proceso de colonización está relacionado a desarrollos simultáneos en otros espacios, en el sentido mismo de la producción. Para ilustrar esto da un ejemplo sencillo: “El gran capital logra el desarrollo en el siglo XX a través del automóvil y la explotación de los hidrocarburos, esa es la base. En el caso venezolano ese fue el paradigma: la ciudades se hicieron en función del automóvil”. Vivimos en función de unas formas de vida que ellos mismos establecen y canalizan. Actualmente la belleza y la salud son corporaciones de dimensiones globales, y desde hace un par de décadas los 35


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alimentos han sido encaminados en esa dirección. En lo concerniente a la apropiación de los territorios por parte del capital, “con el paradigma de la globalización se ha virtualizado la realidad y nos hemos quedado sin territorio donde poner los pies; sin embargo, ellos sí saben dónde poner sus capitales”, sentencia con sorna. En el caso colombiano, recuerda que Marulanda hacía referencia a una cifra de más de 2 millones de muertos en el marco del conflicto, aunque las cifras oficiales no alcanzan la cuarta parte de lo afirmado por el Comandante de las FARC-EP. Buena parte de estas pérdidas humanas no son sólo producto del desmantelamiento de los movimientos sociales, sino también del accionar sobre el resto de la población. Para ilustrar nos da un ejemplo bastante macabro: “En el año 1986, sólo en la ciudad de Pereira, el arzobispo Danilo Castellón denunciaba el asesinato de más de 1.500 indigentes por parte de grupos de ‘limpieza social’, pues los entendían como desechos sociales”. Iván Márquez, otro comandante de las FARC-EP, decía que Colombia tiene aproximadamente 120 millones de hectáreas de tierra, de las cuales se asignaron 16 millones al desarrollo minero y 4 millones a los territorios indígenas. Eso conduce inevitablemente al desalojo, a la persecución y al trabajo esclavista de la población indígena. Otro dato que no puede sino generar escándalo es que “entre los años 1986 y 2000 fueron desalojados 8 millones de campesinos; la gran mayoría de ellos están ahora en territorio venezolano”. Este desalojo no se dio sólo por la presión económica, sino también por la violencia del paramilitarismo, produciéndose 36

así lo que algunos economistas llaman una “acumulación por despojo”. Además, cuenta que la estructura jurídica colombiana se adecuó a ese proyecto paramilitar. Los campesinos desplazados que alguna vez tuvieron documentos de sus tierras, pero fueron borrados de los registros y actualmente no existe forma jurídica por la cual sea posible devolverles sus tierras. Este panorama resulta paradójico, pues según nos dice el compa, Colombia es el país con mayor estabilidad económica en América Latina en la última década. El año anterior tuvo una inflación de 1,8%, y además logró disminuir el desempleo y otra serie de indicadores económicos que lo muestran como un país idóneo para la inversión. Sin embargo, advierte Gustavo que en la práctica este modelo se ha desarrollado en función del desplazamiento, de la apropiación, la criminalización, la persecución y la muerte. Como era de esperarse, los derechos de palabra del debate estuvieron marcados por una fuerte carga política. Las intervenciones estuvieron en la voz, casi exclusivamente, de los compañeros de los pueblos de la Sierra de Perijá, quienes —primero en su lengua ancestral y después en criollo— contaron su experiencia respecto a estos temas, ya que les ha tocado vivir directamente sus consecuencias y han decidido luchar contra eso.


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Luchas contrahegemónicas por el territorio Eduardo Febres Zaydy Fernández invita al público a cerrar los ojos y pensar cómo sería el estado ideal de la Venezuela potencia. “Pero, ¿qué es una potencia? ¿Qué es lo que se está dispuesto a imaginar?”, interpela. “Nuestro imaginario está colonizado por las nociones de desarrollo”, sentencia, y se ríe de su propia afirmación, con la complicidad de la gente. “Nosotras y nosotros podemos cambiar las formas, pero eso no quiere decir que hemos cambiado la esencia”. Introduce los conceptos de matriz cultural y horizonte civilizatorio del mexicano Bonfil Batalla. “Una matriz que mantiene la cohesión en la diversidad; y un horizonte civilizatorio que pueden tener en común varias culturas, aunque lo vivan diferente”. Plantea entonces dos principios básicos: la relación humanonaturaleza y la relación humano-humano. “Nosotras mismas hemos construido una visión cultural que nos diferencia de todos los seres vivos de este planeta, y asumimos que tenemos un poder sobre esos elementos naturales. Sobre los animales, sobre las plantas, sobre cualquier otro organismo”. A partir de esa relación identifica la forma que tienen las culturas de ver la necesidad y la relación con el tiempo.

Para Fernández, primero hay que preguntarse qué entendemos por desarrollo. “¿Es tener ciencia y tecnología para transformar todos los espacios naturales? ¿Es desarrollar equipos electrónicos? ¿Es que todo el mundo tenga real para comprarse una casa de dos pisos con piscinita y un carro para cada miembro de la familia? ¿Es poder dominar otros países? ¿Prestarle dinero a otros países?” Entonces pasa a examinar algunas teorías conocidas en el mundo globalizado para explicar las diferencias entre los países. Menciona la teoría del imperialismo, la de la dependencia, “y la última, la teoría del sistema-mundo que nos dice que hay países centro y países periféricos, así como hay países que concentran los productos estratégicos y que utilizan esa concentración para controlar a los otros países”. “Todas esas teorías tienen en común que no se cuestionan el concepto de desarrollo. Cuestionan por qué hay desarrollo, o cuándo hay o no desarrollo. Cuestionan cómo podemos liberarnos del subdesarrollo o de la dependencia o de ser periférico, pero no cuestionan la noción de desarrollo misma”. Esto le hace concluir que compartimos una visión del mundo: que todos seamos desarrollados, que seamos centro o polo de un mundo multipolar. “¿Por qué hay que ser polo? Esa es una cuestión que yo creo que hay que repensarse”. “Aquí en Venezuela todo el mundo se imagina igual tanto el desarrollo como el subdesarrollo. Todos”. Reconoce que hemos avanzado en la distribución de la riqueza y en las políticas de inclusión social, pero se pregunta si nos hemos cuestionado el modelo de desarrollo. 37


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“¿Realmente somos diversos o seguimos caminando por la ruta que nos han marcado los países desarrollados, los países centro?”.

Explica que la relación humano-humano está marcada por esto, y “yo soy más humano en la medida en que domino a más personas”.

Fernández afirma que no quiere ser desarrollada, sino que quiere “vivir bien”. No llama a renunciar a la tecnología sino a revisar el modelo de desarrollo. Se refiere entonces a las evidencias arqueológicas de la forma de vivir dominados por la naturaleza “en los inicios de la historia de la humanidad, durante los tiempos del homo habilis y el homo erectus”. La naturaleza, explica, dominaba nuestra existencia. Del mismo modo, señala que “las sociedades con una matriz occidental seguimos un camino histórico que nos llevó a invertir la ecuación, que supone que el hombre domina la naturaleza”. Pone el ejemplo del clima cambiado en los espacios interiores en Maracaibo, la siembra en el mar, la eliminación de los caños, etcétera. Dice que esa fue la ruta que nosotros escogimos, a diferencia de otras sociedades que decidieron estar “al lado de la naturaleza”. Cuestiona la casilla de animismo para las creencias de los pueblos originarios, que le asignan entidades vivas a los astros y a otros elementos de la naturaleza. Cree que, lejos de una superstición, es una expresión de una visión del mundo que concibe a la naturaleza como un ser vivo. “Eso indica que en Venezuela existen por lo menos dos matrices culturales. Dos formas de entender la relación entre los humanos y la naturaleza”.

En la otra matriz, la indígena y la afrodescendiente, la relación se plantea más horizontal (aunque no existan sociedades completamente igualitarias). “La idea es que las diferencias no sean tan grandes, que no haya un dominio sino una colaboración, un apoyo”. La relación con el tiempo también varía en esta matriz indígena, en su dimensión más cotidiana, en la concepción de pasado, presente y futuro. “Al parecer es un ciclo. El futuro se imagina parecido al presente y parecido al pasado. Pero nosotros nos imaginamos el futuro como algo incierto y trágico”.

Del mismo modo, asociada a la primera matriz cultural, está la relación humano-humano, que aparece en la matriz occidental individualizada: “Yo tengo dinero. No dependo de ningún otro ser humano porque, si yo necesito comer, voy y compro”.

Explica cómo luchamos para tener un futuro mejor, pero siempre pensamos que ese futuro es incierto. El territorio es un elemento fundamental para la diversidad cultural, pero también para la diversidad biológica. Porque las diversas culturas han mantenido, interpretado y reproducido esa diversidad de forma distinta. En ese sentido, Fernández hace un señalamiento: “En Venezuela a los indígenas se les ofrecieron las tierras, pero esa promesa no se ha podido cumplir a cabalidad, porque resulta que el concepto de desarrollo se expresa en el territorio”. Sostiene que en esta matriz cultural occidental es difícil concebir darle 300 hectáreas a un pueblo originario “para que ellos se vayan a “enchinchorrar” a las tres de la tarde”. Porque se asume que esta cultura es la que ha logrado el bienestar “es en el territorio donde nosotros tenemos que demostrar que creemos en la diversidad. Es en devolverles (ojo: ¡no darles!, 39


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¡devolverles!) la autonomía a los pueblos indígenas, que es lo que están pidiendo los barí, lo mismo que tenían en 1900. Ah, pero es que eso es mucho desde la concepción occidental”. La pregunta siguiente sube la apuesta: “¿La revolución bolivariana está realmente haciendo revolución? ¿Estamos discutiendo la esencia?”. Habla de su preocupación por la condición minera del país. Y se refiere a una expresión de un ministro “fiel a esta revolución”, del que trajo un audio. Como no hay sonido directo, el audio no se escucha. Se intenta colocándole un micrófono. No se escucha. Le suben el volumen. Le suben a la computadora. Se escucha espantoso. Desisten. La profesora retoma y parafrasea. “Es el ministro Jesse Chacón, que dice: ‘Nosotros vamos a tener que decidir qué vamos a hacer con el carbón, porque este es un país donde manda el poder popular y se puede decidir no explotar. ¡Pero el carbón está ahí!’”. La matriz sería entonces la que define que, si el recurso está, hay que explotarlo. “Nos han colonizado. Decimos: ‘Aquí, trabajando como negro para vivir como blanco’. Eso forma parte de nuestro imaginario. Trabajamos, trabajamos. Pero eso es un hecho colonizado. Es mentira que el trabajo da dinero”. “La revolución va por buen camino, pero podemos estar a punto de estancarnos si nosotras como revolucionarias no podemos cambiar el modelo de desarrollo”. Remata con algunos ejemplos. “Caño Mánamo, los garimpeiros (el problema del oro, que los pemones, además, participan de su explotación destruyendo el espacio, porque su imaginario 40

también fue colonizado), el tendido eléctrico internacional en el sur”. Habla del “buen vivir”, del significado original para los pueblos indígenas, que era armonía con el otro, con la naturaleza. “Ah, pero nosotros le cambiamos el nombre a ‘buen vivir’ y ahora nos referimos a ‘desarrollo’. Pero nuestro imaginario sigue siendo el mismo”.


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La disputa por el territorio para la soberanía alimentaria: agronegocio transnacional vs. agricultura de los pueblos Ernesto Cazal En el auditorio Carlos Marx, edificio Simón Bolívar, se presentó el foro debate sobre la disputa por el territorio para la soberanía alimentaria: agronegocio transnacional vs. agricultura de los pueblos. Para empezar, Gabriel Gil, de la Campaña Venezuela Libre de Transgénicos, hizo una presentación de los ponentes. Reseñó que en nuestro país hay una lucha contra los transgénicos “porque nos los quieren meter por ley”, pero existen comisiones de resistencia para construir una propuesta legislativa y productiva desde la base: el pueblo pobre venezolano. Primero habló la tríada de mujeres de la Misión Madres del Barrio. Estas guerreras tienen la Empresa de Propiedad Social Directa Comunal Consuelo Fernández, que consta de 42 mujeres, asesoradas por gente de la Empresa Socialista Pedro Camejo y financiadas por MinMujer. Se notaban expresamente apenadas, pero hablaron con soltura luego de unos segundos al micrófono. En la Hacienda El Halcón, alojada en el frondoso Valle de Tucutunemo, en el Estado Aragua, se encuentra la Escuela

Taller Agroecológica Consuelo Fernández, donde siembran y producen semillas, tienen una planta de procesamiento de alimento para animales, y además practican la reforestación en áreas corroídas por el resabio capitalista. Brevemente hicieron un recuento de cómo funciona la Escuela Taller Agroecológica: convocaron a la muchachada de varios liceos y escuelas primarias, y algunos niños y niñas y adolescentes llegaron a la hacienda para aprender lo que estas 42 mujeres practican en su cotidianidad. —Hay que sembrar en la conciencia de los niños — dijeron, como si fuera una consigna. Y lo es. Añadieron luego que “si amamos a nuestros hijas e hijos amamos nuestro país”. Enviaron un mensaje político para seguir el legado del Comandante Chávez, línea estratégica trazada por él, según estas guerreras de más de 60 años. “Agradecemos a Chávez que nos respetó y nos valoró como mujeres, nos tomó en cuenta”. Asimismo, hablaron sobre “los indígenas y los afrodescendientes, que tienen los valores originarios que necesitamos para construir el socialismo”. Ahora estas “minorías” tienen voz, dijeron las Madres. —Nos quieren intoxicar con transgénicos para exterminarnos a nosotros los pobres, pero estamos resistiendo y echando el país pa’lante — soltaron con bravío, y concluyeron: “Maduro, hacia adelante que aquí estamos las Madres del Barrio luchando”. Luego vino el turno de Bruno Sgarzini, compañero argentino y militante de la Fundación Patagonia Tercer Milenio, quien trajo una ponencia que llevaba por título: “El modelo del agronegocio soyero y el control territorial”. 41


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Había traído consigo una presentación con extensos y rígidos números y porcentajes de sojización en Nuestra América por parte de las grandes trasnacionales del agronegocio. En 2010, dijo Bruno, los cinco países que más producen soya sembraron 47 millones de hectáreas del rubro. De este total, Brasil representó el 50%, Argentina el 40%, Paraguay el 6%, y Bolivia y Uruguay el 2%. Asimismo, el 66% de la tierra cultivada en Paraguay es de soya. En Argentina representa el 59%, en Brasil el 35%, en Uruguay el 30%, y en Bolivia el 24%. Entre los cinco países, el 44% de la tierra cultivada está entregada al monocultivo de soja. No es mentira, entonces, cuando se habla de una drástica sojización en nuestro territorio americano. Bruno hizo un recuento sobre el negocio de la soya en varios países. Desde 1996, cuando se aprobó la soya transgénica en Argentina, el área sembrada aumentó a 25 millones de hectáreas en 14 años. —Brasil y Argentina son los alumnos más aplicados en el modelo del agronegocio: concentran el 90% de la superficie de soya de la región, es decir, 23 millones de hectáreas en Brasil y 19 millones en Argentina. Cifras que alarmaron al auditorio; o por lo menos, los asistentes se veían concentrados en lo que expuso el compa. Citó un documento: “En 2009, Brasil, Argentina y Paraguay registraron los mayores índices nacionales de incremento de la superficie sembrada con este cultivo”, y detalló: “La etapa de crecimiento acelerado se inició con las aprobaciones de variedades de soya genéticamente modificada para producción comercial”. Fue en 1996 cuando en Argentina se aprobó (sin estudios del Estado nacional) la soya transgénica.

Continuó Bruno con la siguiente diapositiva: “En el mismo período, Bolivia pasó de 90 mil hectáreas a 920 mil; Brasil pasó de 9,6 millones de hectáreas a 23 millones; Paraguay de 550 mil hectáreas a 2,7 millones; y Uruguay de 20 mil hectáreas a 860 mil. Entre los cinco países, se pasó de 15 millones de hectáreas a 47 millones”. Esta política económica, emergida del agronegocio trasnacional, trajo (y sigue trayendo) graves consecuencias a la biodiversidad del territorio latinoamericano, en específico de los países a los que se refirió el ponente. En 1991 Argentina contaba con 34,5 millones de hectáreas de bosques; en 2009 —18 años después— se había reducido a 29,6 millones: una disminución del 14%. En Bolivia disminuyó un 8%: de 62 a 57 millones. Brasil bajó un 9%: de 571 a 521 millones de hectáreas. Y Paraguay, un 15%: de 21 a 17 millones. Bruno habló del futuro próximo: Argentina prevé pasar de las 100 millones de toneladas (la mitad es de soya) a 160 millones para 2020. El área sembrada con soya en Brasil se incrementó en un 67% entre 2001 y 2010, mientras que el maíz, en comparación, se incrementó sólo un 4%. En Bolivia, el área total cultivada con maíz se redujo en un 3%, en tanto la soya se incrementó en un 50%. En Paraguay, durante el mismo período, el cultivo de yuca disminuyó en un 27% y el de soja se incrementó en 99%. —El caso más dramático se ha registrado en Uruguay, donde el girasol se redujo en 72%, mientras que la soya incrementó 70 veces del 2001 al 2010 —alertó Bruno según esta investigación. Y siguió: “En Uruguay, en la última década, las pasturas destinadas a la producción de ganado lechero se han reducido en un 15% (150 mil hectáreas), mientras que las 43


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pasturas para la producción de ganado de carne se han reducido en un 30%. Los principales países productores de soya en el Cono Sur han reducido su suministro local de alimentos desde 1996”. El compa argentino citó las palabras de Pablo Galeano, de la ONG Redes: “En toda la región ha aumentado mucho el precio del suelo; las familias con campos chicos al final terminan arrendando sus tierras para tener un sustento de vida, debido a que no pueden competir. Esto hace que se vayan a zonas más complicadas para cultivar o directamente dejen de producir para brindar servicios a los grandes propietarios o pools de siembra, grupos fiduciarios que alquilan campos para cosechar soya”. La resistencia a la sojización por parte del campesinado del Cono Sur ha sido en vano; el poder del capitalismo es enorme con respecto a la disgregación de la lucha por el territorio de pequeños productores. Y por último habló de las consecuencias humanas, aquello que los cínicos llaman daño colateral: “En Paraguay, país que consume 22 millones de litros de pesticidas al año, la doctora Stella Benítez Leite realizó un estudio en el hospital regional de Encarnación, distrito con importantes extensiones de soya, donde comprobó que ‘hay una prevalencia de casos de malformación congénita en embarazadas que viven a menos de mil metros de zonas de fumigación o en lugares en los que se almacenan agroquímicos’”. Por otro lado, en Brasil, “líder en uso de agrotóxicos con mil millones de litros, se intoxican 5.600 personas al año, según la Red Social de Justicia y Derechos Humanos”, dijo Bruno. 44

Sobre la base de informes del Ministerio de Salud de este país, se estima que todos los años se producen 2.300 “tentativas de suicidios” por efecto de agrotóxicos, de acuerdo a datos del periodista argentino Raúl Zibechi, quien además informa que la mayoría se ocasionan en la región del sur, donde se concentra el grueso del cultivo de la oleaginosa del país. —Una excepción a la regla de carencia de estadísticas públicas —siguió Bruno—, se observa en el caso de la provincia argentina de El Chaco, donde el Servicio de Neonatología del Hospital Perrando de Resistencia, afirma que en 1997 hubo 19,5 malformaciones de cada 10 mil neonatos, mientras que en 2008 la cifra se trepó a 85,3. Es importante notar que en el mismo lapso la cosecha de la soya se multiplicó también por cuatro. Medardo Ávila Vázquez, coordinador de la Red de Médicos de Pueblos fumigados de Argentina, sitio en el que se consumen 300 millones de litros de agroquímicos, afirma en el estudio presentado por el ponente que “existen casi 12 millones de personas fumigadas en el país. En esas zonas, la tasa de malformaciones es cuatro veces mayor a la de las ciudades. En los pueblos afectados, la primera causa de muerte es el cáncer, con el 33% de los decesos, mientras que en las grandes ciudades la primera causa son los problemas cardiovasculares con el 27%, y recién la segunda es el cáncer con el 19%”. Según la misma Red, y con esto Bruno Sgarzini concluyó su ponencia, algunos de los principales efectos de los agrotóxicos son los siguientes: reducción de la edad media y talla de crecimiento, malformaciones congénitas, depresión, suicidios, afectación del sistema nervioso central, lupus, leucemia y otros tipos de cáncer, entre diversas afecciones.


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—En Brasil la cosa está un poco fea. Así comenzó su turno para hablar Tairi Zanbenedetti, vocero en Venezuela del Movimiento Pequeños y Medianos Agricultores del Brasil, haciendo referencia a lo anteriormente expuesto por Bruno Sgarzini. La ponencia titulada “Rescate y multiplicación de semillas criollas y la disputa de territorio con el agronegocio” fue el motivo por el que las y los asistentes escucharon al compa brasileño. El gran proyecto que lleva a cabo el movimiento en el cual milita Tairi posee 3.000 hectáreas distribuidas en 17 estados de Brasil. Son pequeños fundos de campesinos pobres dispuestos a trabajar con un mínimo y escaso financiamiento gubernamental. El rescate y producción de semillas criollas, sin embargo, tiene cierto resultado exitoso con respecto a la lucha contra el agronegocio. Dos modelos de agricultura se enfrentan aquí, dijo Tairi: el campesino, indígena; y el modelo del agronegocio, capitalista y latifundista. La básica diferencia: “El agronegocio produce mercancía, no alimentos, como decía Bruno”. Con respecto a esto, dijo que el modelo campesino no depreda el ambiente y es más eficiente para la producción comunitaria. Dio un ejemplo:—211 millones de reales pagó el latifundio brasileño para producir maíz en algunas regiones del país, mientras que nosotros, para producir la misma cantidad de toneladas, necesitamos menos de la mitad de sus recursos—, y luego agregó: “Muchos productores (ajenos al movimiento) prefieren la semilla criolla porque es más barata y porque ofrece resistencia a diferentes tipos de suelos”. Sin embargo, fue taxativo cuando dijo que “mientras no se redistribuyan las tierras del latifundio el impacto del modelo campesino no se notará” en el Brasil.

Zanbenedetti echó la corta historia del movimiento. Durante la década de 1990 hubo una recesión económica muy grave para el campesinado brasileño. Esta clase empezó a emigrar a las ciudades en busca de otras oportunidades — cuento similar al caso de Venezuela en la década de 1940 y posteriores—. Los que se quedaron tuvieron la necesidad de producir sus propias semillas, ya que no tenían para comprar las semillas certificadas del agronegocio, que era lo que hacía el latifundio privado del Brasil. Grupos de varias zonas del país se empezaron a organizar para hacer funcionar una alternativa: el intercambio y producción de semillas criollas de maíz y de caraota. La Feria Nacional de Semillas Criollas se empezó a desplegar por todo el territorio. Ha habido ya cinco ediciones de esta feria (2000, 2002, 2004, 2007, 2012), en las que por tres días y tres noches se discute sobre el modelo del agronegocio, se plantean nuevas propuestas y se hace un intensivo intercambio de semillas y de experiencias; el mercado de trueques es un hábito durante estas ferias. Sin embargo, el origen del problema era difícil de esquivar. “¿Y de dónde saco la semilla? ¿Cómo hacemos? Es mucho trabajo producir 30 toneladas de semillas, todo es muy costoso”, eran las frases más pronunciadas en aquellos encuentros. Pero encontraron soluciones trabajando de forma colectiva. El movimiento de Tairi tiene, además, una planta administrada por una cooperativa que pertenece al movimiento para ayudar a la producción y al procesamiento de semillas criollas. “Esto no es sólo un tema tecno-agrario, sino político, es un frente contra los transgénicos”, dijo enfáticamente Tairi. 45


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En su haber tienen 40 variedades de frijoles, de soya criolla, trigo, maíz, caraotas; y más de 200 variedades de semillas criollas conservadas que ya no se encuentran en nigún otro lugar. “De calabacín, por ejemplo, o de cosas raras como cotufa morada, que han desaparecido por culpa del agronegocio. Incluso se producen nuevas variedades mediante experimentos”. —Si la gente no usa estas semillas se pierde esa cultura, perdemos nuestras relaciones sociales auténticas y de resistencia —dijo Tairi, y lanzó esta perla: “Nuestra práctica podrá ser ilegal pero es legítima”. Las unidades de producción, contó el compa, son muy pequeñas con respecto al gran latifundio; poseen tierras que no tienen las condiciones para producir maíz por problemas de fertilidad, cuando en el país se produce maíz para la obtención de etanol: el sueño de Bush hijo, el que huele a azufre. El trabajo que se hace es sólo para producir semillas, ninguna otra cosa. Esa es la misión: no es sólo producir alimentos sino conservar una cultura casi devorada completamente por el capitalismo verde. La disputa por el territorio consiste en que los campesinos se mantienen en el campo “porque hay un desespero por las tierras”, y la forma de resistencia es produciendo la cultura que está por desaparecer. Son gente seria, pobre, haciendo política, en todo caso. “No somos brutos, feos, etcétera: somos gente y la producción de semillas da una pelea contra el agronegocio”. —La gente antes tenía miedo de protestar, de hacer una marcha en la ciudad. Ahora no porque estamos mejor organizados. Signos de que en Brasil hay pueblo en resistencia.

Tairi quiso terminar su ponencia con una reflexión sobre la cultura: —El campesino que no quiere ser campesino pierde todo. Tenemos el capitalismo en el cuerpo, y hay que cambiar eso. Por último, ya en pleno debate, un asistente insistió en fomentar una institución para la seguridad social de los campesinos y campesinas venezolanos. Asimismo, una mujer tuvo la inquietud de preguntar por la relación ciudad-siembra, ya que las Madres del Barrio no son del campo sino de barrios aledaños al Valle de Tucutunemo. “Para eso hay que sembrar y trabajar, conocer; sí se puede”, dijeron con modestia. Seguido, respondieron una pregunta concerniente a cómo empezaron con la siembra. Decidieron sembrar, practicar la agroecología. La Empresa Pedro Camejo impartió unos talleres. “Primero que nada, estudiamos la tierra. Sin eso no se puede saber qué sembrar. Luego, empezamos a trabajar. Metimos un proyecto para recibir financiamiento y tierras y nos lo aprobaron. Luchando podemos. Quieren matarnos de hambre pero no podrán”, dijeron a voz alzada, y enviaron una invitación general: “Estamos a la orden para enseñar agroecología, gracias a la revolución”. Se habló sobre la estrategia que quiere implementar el agronegocio en cuanto a la sojización en Venezuela. Sgarzini respondió que “es similar a la estrategia en Argentina en la década de 1990. Cuando se aprobó el uso de transgénicos, en el resto de los países no se había aprobado eso. 47


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Empezaron a contrabandear en los países alrededor para lograr la aprobación de la semilla transgénica mediante leyes y con paquetes en el mercado comercial. En Venezuela no tienen necesidad de ingreso de divisas como sí lo tiene Argentina, por eso no existe ese problema con el agronegocio. Sin embargo, ahí andan cazando”. Para culminar la jornada, Walterio Lanz, maestro de la Escuela Popular de Piscicultura, entregó a los asistentes semillas de maíz cariaco y de frijol cuarentón (cuarentón: que tarda en cosecharse tan sólo 40 días), como llamando a la práctica, al experimento con el cuerpo.

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Conversatorios Los conversatorios son espacios que permiten mostrar experiencias concretas de reacción popular y de participación comunitaria, alineadas a los ejes temáticos del debate central de cada congreso. Esto se realiza a través de tertulias o exposiciones orales, con el fin de contribuir a fortalecer el papel protagónico de las comunidades y su vínculo con la diversidad de vidas y territorios.

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Walterio Lanz La vitrina de lo posible (conversa fuera de programa) Juan Sebastián Ibarra Sala de prensa, sobre el final del encuentro. Habla uno de los ponentes sin los rigores del congreso oficial. Cuando el motor principal son las ganas, se hace. No hay plata que valga, no hay conflictos de intereses, ni limitaciones propias de la inexperiencia. ¿Que hace falta un tanque? La gente va y lo hace. ¿Una lagunita para criar peces? La gente fue y la hizo. “¿Y si hacemos otra y metemos más peces?”. Adivinen. Esto sucedió —sigue sucediendo— en Amazonas. Esta gente no estuvo en el V Congreso de Diversidad Biológica realizado en Maracaibo, pero sí que supieron —sin saber— enviar un vocero. La historia la cuenta Walterio Lanz el último día, mientras de fondo se escucha parte de la discusión de la declaratoria final. La declaratoria final se estaba esbozando, pero aún había chance para más conversa. La idea del encuentro era compartir las experiencias, ¿no? Bueno, la discutidera sigue entonces.

Recuerda Walterio que “venía de Bolívar, muy dolido, del entierro de un hermano”, cuando pasó por ese espacio familiar. “Un amigo me invitó a que conociera la experiencia de una gente que vive por allá. Me encantó. Hice una especie de diagnóstico rapidito y les propuse la posibilidad de construir unos tanques”. La idea gustó a la gente, especialmente por las condiciones del plan. “No es que se los vamos a hacer nosotros. Traemos las brigadas y ustedes participan”, les dijo Walterio en aquel momento, y habló con la brigada. “Les dije: ‘Muchachos, yo estoy en Amazonas’. Les expliqué, les dije que discutieran la situación y se vinieran a hacer un tanque de 60 mil litros”. La brigada es un grupo que surge del Instituto Latinoamericano de Agroecología Paulo Freire. Dice Walterio: “Un grupo de muchachos que vienen y hacen ese tipo de trabajos”. Y al recordar las bases de su vinculación con este grupo, se excusa: “Yo doy clases pero informalmente, a la academia no le caigo bien”. Con la correspondiente carcajada viene lo otro, lo valioso de su tarea: “Pero a los chamos sí”. Era octubre de 2012 —o 2011, como su memoria lo puso a dudar luego— cuando llamó a la brigada y se construyó el tanque, con materiales que la misma gente de ahí se procuró. Hicieron el tanque como estaba previsto, con “un sistema de construcción muy unido y muy armónico”. Luego le metieron peces, y después de eso hicieron una estructura encima donde ahora crían patos, que a su vez contribuyen a dinamizar las aguas con sus excretas. ¿Que para qué sirve? Para regar la siembra, por ejemplo, para la cría de los peces 51


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y para las plantas acuáticas del tanque. “Esas son aguas altamente fertilizadas”, explica el viejo. Y ese tema volverá, pero primero lo primero. “Para darnos una sorpresa, después hicieron una laguna”. A esta altura, la satisfacción de Walterio es cada vez más evidente: esa gente sólo necesitaba un empujoncito leve, una propuesta para hacer un tanque. Lo demás lo fueron decidiendo desde las ganas y el experimento. Bien robinsoniana la cosa. “¿Y sabes qué es lo mejor? Que no han recibido un centavo para hacer todo eso”. Y así han seguido trabajando, de sorpresa en sorpresa, estas mujeres: de las personas que están allí en la labor ellas son las más activas, las que proponen y llevan las riendas. Decía que ellas hicieron entonces una laguna, mucho más grande que el tanque. Para sellarla, se fueron a la montaña a picar laja y la pegaron en el fondo con una malla y cemento. “Y ya le metieron también pescado”, dice Walterio afincando cada palabra. Para ese entonces comenzaron a discutir lo del sistema de riego. “Esa agua está fertilizada por los mismos peces, el agua que uno mismo saca de ahí”, reitera. “Bueno, se lo dijimos y lo pusieron en práctica”. Dice eso y ríe de nuevo. Él mismo no se lo cree todavía, pero conoce la historia, que siguió su curso. Abrieron otro hueco, una nueva laguna, pero querían sellarla con otra alternativa. Y entonces surgió la arcilla como opción. “Conseguimos un lugar con arcilla y sacamos los primeros lotes. Yo me vine, ellos concretaron”. Al principio fue una desilusión. Pasaban los días y la mezcla no sellaba. “Era mi primera experiencia con arcilla”, se disculpa. Pero no se detuvieron. “Resulta que pasó el tiempo y fueron sellando, se acabó el problema”. 52

¿Se sentaron a descansar con la tarea cumplida? No. “Ahora también tienen pescados ahí”. ¿Te vas a quejar? Estás imponiendo la política en Amazonas Una semana antes de salir al congreso, Walterio recibe una llamada. Es una de las muchachas, atragantada de rabia. Resulta que hubo un evento con un alto dirigente del Gobierno Nacional. La dinámica fue así: les compraron las cachamas necesarias para resolver el tema de la comida. ¿Y qué tiene de malo? Bueno, a ellas les molestó que no las invitaran. “Pero bueno, ¿de qué te quejas? Si estás imponiendo la política ahí en Amazonas”, alcanzó a decirle a través del teléfono. Por supuesto, la respuesta de ella fue de pura incredulidad. “Ya va —replicó él—, va el vicepresidente de Venezuela a Amazonas. ¿Quién le resuelve en términos reales el problema de la comida? Ah, ustedes. ¿Y eso te parece poco?”. Un tanque y dos lagunas llenas de peces, espacios de siembra con su sistema de riego y una cría de patos. Todo en dos o tres años, sin recursos otorgados por el Estado, con las manos de seis o siete personas. Y de quienes han colaborado, claro. A la par, en un consejo comunal de la zona, se está construyendo un tanque similar a la primera obra aquí ejecutada. “Lleva como tres años y todavía no lo han terminado”, calcula Walterio, sembrando de valor lo que esta familia ha hecho. “Esto es una vitrina de lo que es posible hacer”, siempre que la gente tenga ganas y actúe en consonancia.


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Agricultura y soberanía Ernesto Cazal Fue en el salón 12 del edificio Simón Rodríguez la reunión para iniciar los conversatorios. El tema de la siembra es asunto de tratar con cuidado, sobre todo porque de ella depende la soberanía alimentaria y la soberanía del territorio venezolano. Empezó Xiomara Guanipa relatando la experiencia del cumbe ubevista de producción agroecológica José Leonardo Chirinos. Allí mismo en el núcleo Maracaibo de la Universidad Bolivariana de Venezuela está insertado un pulmón que es también alimento y ritmo biodiverso. El cumbe --contó Osvaldo Peñaloza, profesor de la universidad e impulsor-practicante del proyecto-- fue en la época colonial un espacio de libertad y de convivencia de los esclavos cimarrones que se rebelaban y huían de las haciendas de café y cacao bajo el cuero latigozo de los terratenientes criollos y europeos. El cumbe era residencia y activo centro de resistencia y ataque contra los amos, además de enlace para el comercio clandestino de cacao, en el que se iban reclutando individuos deseosos de escapar de la jurisdicción de los blancos. En los cumbes de otrora se cazaba, pero también se sembraban conucos, modo de producción de alimentos de las humildes familias originarias, campesinas y afros; también se producían otros artículos de cotidiana necesidad, como jabón, velas, varas de listado y hasta aguardiente.

Aunque no todos eran esclavos cimarrones, también convivían con zambos libres y aliados visitantes. Los cumbes estaban pensados para ser comunidades estables. No resulta de otro modo en el cumbe ubevista, con la salvedad de la negación de la beligerancia. El cumbe agroecológico es un espacio de resistencia biodiversa frente al capitalismo verde y el agronegocio, con el conuco como su mayor punto focal. Incluso tiene una laguna de cachamas llamada por un niño de una comunidad aledaña “Simón Rodríguez”, y que tiene a la costilla su propio alimento. Walterio Lanz, de la Escuela Popular de Piscicultura, intervino para señalar que hay un pequeño sembradío “conuqueado” de frijoles y maíz que surte a los peces para la crianza. Pero Xiomara mencionó que apuntan más alto: la conformación de un núcleo de desarrollo endógeno, especie de poblado para que la gente que vaya pendiente de vivir una experiencia cumbera se quede y haga convivencia. Mostraron un bosquejo según la visión de la señora conuquera. —Trabajamos para organizarnos. No esperamos por nadie; si no, no hacemos nada. Yo siempre digo que la palabra convence, pero el ejemplo arrastra. Osvaldo, con estas palabras, mostró que el cumbe es punto de referencia pragmático, y que así lo reconoce la comunidad universitaria y las comunidades que cercan el núcleo académico. Hay diez hectáreas de tierra que podrían ser productivas, pero todavía falta gente —no importa de dónde venga— que se llegue para la chamba colectiva. En esta iniciativa consiste su estrategia de punto y círculo. Otro problema que tienen como cumbe organizado: el agua. Arrecia la sequía en el Zulia entero. 53


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Luego vino el turno de las estudiantes de la UBV, núcleo Caracas: Joselyn Karina Sarmiento y Jazminy Victoria Echeverría, en torno a la relación agroecología, mujer y producción. Estas mujeres entienden, según el punto de vista del pensum de la escuela de Agroecología de la UBV, su objeto de estudio como una práctica revolucionaria liberadora, que congrega el rescate de los saberes ancestrales en materia de producción de alimentos. Entienden también la diversidad en la producción como resistencia al monocultivo, contra los transgénicos y los agrotóxicos que forman parte del agronegocio de las corporaciones y ONG verdes. Guiaron una dinámica diferente: un círculo en el que todas y todos nos viéramos las caras para discutir la diferencia entre la mujer del campo y la mujer de la ciudad. Piensan que esta distinción es crucial para entender la producción de la soberanía alimentaria del país, ya que la mujer del campo está acostumbrada a procesos que han sido asfaltados por las maneras consumistas de la ciudad. En todo caso, se les hicieron varias preguntas a los asistentes sobre qué pensaban en cuanto a este tema. Unos aseveraron que esta lógica era cierta, pero hubo uno que otro que problematizó: —No lo sé, porque he visto mujeres del campo que van más pendientes del reguetón y de trabajar en la ciudad que de la soberanía alimentaria. Un tema cultural álgido que necesita ser debatido porque compete al primer punto del Plan de la Patria lanzado en 2012 por el Comandante Chávez: la independencia.

La soberanía alimentaria vista desde una perspectiva agroecológica, explicaron las chicas, tiene una profunda conexión con la construcción del socialismo bolivariano, ya que la alimentación es una de las necesidades fundamentales del pueblo, y culturalmente cimenta un mayor y mejor enlace con el territorio venezolano. A continuación lanzaron al ruedo unas preguntas generadoras para debatir sobre el patriarcado, el feminismo y la agroecología. Algunos decían que en ciertos sectores del campo venezolano existía el matriarcado, en el que la matrona era la que tomaba las decisiones del colectivo. Mas hubo compañeras que defendieron el punto de vista feminista revolucionario: el capitalismo usa el patriarcado como elemento de dominación cultural global y de poder fáctico para poder explotar mejor a cada individuo, sea éste hombre o mujer. Y esto conlleva a que la producción de alimentos, desde un punto de vista agroecológico, sea vista como una función social de baja categoría, cuando forma parte del desarrollo elemental del ser humano. La división del trabajo, pues, en su cristalina expresión. Terminado el debate anterior (que estuvo calentón), se manifestó Carlos Méndez con un marcador frente al pizarrón de la sala para presentar la Escuela de Formación Agropolítica Conuco El Hormiguero. Este muchacho forma parte del Colectivo Agropolítico Abya Yala, emergido también de la UBV, núcleo Caracas. Estos jóvenes conviven en el conuco El Hormiguero, ubicado en el bosque macrotérmico de Barlovento, linderos con el Parque Nacional Guatopo, y se vieron a sí mismos ensanchándose como grupo. 55


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El espacio “de siembra, de socio-productividad y de innovación tecnológica” ha sido convertido en una escuela de formación agropolítica. —Agro por el tema de la sembradera y el conuco, y política porque también, junto a lo otro, impartimos formación ideológica-revolucionariachavista. Si no le interesa la política, y sólo le interesa la siembra, no vaya. Mezcla, entonces, de formación política y agrotécnica: agropolítica. El rescate de la cultura campesina se mezcla con la vida política. “Hacernos integrales”, comentó otro militante del colectivo presente en el conversatorio. El diálogo y el compartir de saberes es fundamental para lograr esa integralidad; es ese hablarse de pueblo a pueblo. Sin tapujos, Carlos habló de la dinámica de la escuela: consta de diez incursiones consecutivas en el espacio, una cada fin de semana. Anotó en la pizarra lo que se practica y conversa en cada incursión con el contenido programático, el cual consta de talleres agrotécnicos y cursos de formación política-ideológica: 1. Recorrido inicial por el espacio, que dura alrededor de dos a tres horas. 2. Formación de grupos y patrullas para las próximas incursiones. 3. Taller sobre el manejo de herramientas: escardilla, pico, pala, hacha, etcétera. 4. Taller de medicina natural. 5. Taller sobre qué sembrar, cómo, y la cosecha. 6. Taller de compost.

7. Taller de fertilizantes y humus orgánicos. 8. Taller de bioconstrucción: cambiar la viga y el cemento por la madera y el barro, por lanzar un ejemplo. 9. Taller sobre los ciclos lunares, tan importantes a la hora de la siembra y de picar madera —se recomiendan estas actividades en luna menguante, que es cuando las aguas y la savia menguan (salve la obviedad) —. 10. Y por último, la invitación a formar parte del colectivo. —Porque no se crean que con diez incursiones al conuco ya se graduaron de conuqueros, no: ese día empieza el largo aprendizaje. Las diez incursiones del programa de la escuela agropolítica son la base para lo que viene después, que es una elección de vida pero que también tiene una propuesta, un plan nacional y hasta planetario, que tiene que ver con el Quinto Objetivo Histórico del Plan de la Patria: visión de salvar el planeta de la descomposición y arrastre hacia la destrucción del capitalismo devorador. —Y para que vean que no la estamos soñando, léanse los artículos 107, 127, 128, 129 y 305 de la Constitución Bolivariana que amparan este proyecto. Carlos develó al final de su exposición la propuesta macro: una Comuna Nacional Agropolítica, “en la que el Estado seremos nosotros”. Ésta constaría de redes de conucos análogas a la que el colectivo trabaja, tomando en cuenta la territorialidad —el medio circundante— de cada comuna o conuco. —Se trata de deconstruir la realidad que nos domina para construir otra — concluyó con su peculiar tono de voz. 57


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Inmediatamente se pararon Adrián Flores, Daniel Montiel y Rubén Machado, también militantes y conuqueros del Colectivo Agropolítico Abya Yala, para presentar el tema a conversar: el conuco como espacio colectivo de socioproductividad, una visión desde Abya Yala. Comenzaron por explicar que el socialismo tiene que crear su propio sistema económico, ajeno al del modelo capitalista: hablaron de socio-productividad. Ésta surge desde las perspectivas de los pueblos originarios —de ahí Abya Yala, que era como le llamaban los mayas al continente americano—. El trabajo colectivo, en cayapa y como necesidad vital, no como medio de sobrevivencia —como sucede en capitalismo—, es el modo de producir al que hay que apuntar, para el beneficio de los mismos trabajadores y de la comunidad entera. En este caso, los muchachos propusieron el conuco como relación social de producción que concibe el trabajo liberador. Para esto, hicieron énfasis en el necesario cambio de paradigma de producción. No sería, entonces, producir para vender: —La productividad, bajo el paradigma capitalista, se entiende como aquello que hace que te llenes el bolsillo de dinero. Pero también se produce conocimiento, relaciones sociales, formación; no es sólo trabajo, en el sentido tripaliare. Trabajo viene del latín tripaliare, que significa “torturar”, compuesto de ‘tres’ y ‘palus’, por los tres maderos a los que se amarraba al reo”, explica Eduardo Rothe en un artículo sobre el trabajo esclavo. Por ello, la gente del colectivo agropolítico refiere a ese cambio de paradigma colectivo de la productividad. 58

El conuco, mencionaron los muchachos, no tiene que ser el patio de la casa, sino también una cantidad de tierra considerable. Este modo de producción toma en cuenta la biodiversidad porque no se concibe como lo hace el capitalismo con respecto a la siembra y los alimentos. El monocultivo es desterrado, así como el latifundio y la terratenencia. La forma de producir construye una forma de relacionarse con el territorio y con la gente que produce. Por eso ésta tiene que ser amable, y por ello el conuco, según los muchachos, es la mejor opción para este cambio de paradigma. Ya para cerrar la mañana, Jehisson Berrios y Gabriel Paredes Castillo, estudiantes del Instituto Universitario Latinoamericano de Agroecología Paulo Freire (IALA), mostraron un documental hecho por ellos mismos sobre una experiencia agroecológica en el municipio Alberto Arvelo Torrealba del estado Barinas. Más específicamente, sobre una familia, padres e hijos, que vive en un gran conuco. Una forma de producir que es también una forma de vivir.


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Aprovechamiento sustentable de la diversidad biológica Juan Sebastián Ibarra Como diría el compañero cronista Sandino en algún momento de la semana, lo que más gratamente sorprende es que la gente aquí reunida tiene claro el fin último de todo esto: no están por un debate estéril y regodeado en sus conocimientos —como son normalmente los congresos—, sino que tienen plena conciencia de que esto se trata de desmontar la explotación capitalista de la diversidad biológica y crear mecanismos en conjunto para la construcción de la cultura. Y eso, además, requiere de discusiones honestas y un intercambio constante de saberes y experiencias. “Tratamos de concientizar más a las personas de que existen medicamentos perjudiciales para nuestra salud, día tras día nos volvemos adictxs a un consumo que a largo plazo perjudica nuestro organismo”, cuenta Arianna Guerrero (17, estudiante de segundo semestre de Salud Pública por la UBV-Zulia) al inicio de este conversatorio. Decenas de plantas acompañan sus palabras, las completan de sentido. Las mismas que a pocos metros del salón, en la propia universidad, Arianna siembra junto a sus compañerxs en el espacio que han atinado a considerar generador de soberanía: el cumbe. “En estos momentos se está tratando de emprender un proyecto en el que exista la variedad y podamos tener un cultivo que no requiera el uso de químicos nocivos para nuestra salud”, agrega Arianna.

Y eso nos lo expone ahora, a propósito del V Congreso de Diversidad Biológica, con la intención de compartir los saberes, que no se pierda la cultura de la tierra ni el camino. Es martes 22 de julio, quedó atrás la apertura y todo el mundo está activo en el debate. De ahí las interrupciones del público, siempre buscando dar aportes a lo que Arianna comenzó a esbozar tímidamente: hay miles de plantas que sirven para tratar enfermedades, que no muchxs conocemos gracias a la incidencia de las corporaciones farmacéuticas, las mismas que nos hacen adictxs, como ya se ha dicho. Sábila, cayena, árnica, eucalipto, toronjil, moringa son algunas de estas plantas que, si el saber se expande, podrían ser utilizadas para ir desmontando el gran engaño farmacéutico. “Sí a la diversidad. La tierra es nuestra enciclopedia, aprovechémosla. El futuro está en el campo”, reflexiona finalmente Arianna. La siguiente exposición está a cargo del Sistema de Trueke Urachiche, del Estado Yaracuy. El sonido del video sobre su experiencia no funcionó bien, y tocó hacer el mayor silencio posible para atender a lo mostrado en pantalla. “Al menos funcionó para que nos quedemos callados”, dice una de las compañeras. Los debates a veces se ponen álgidos, pero siempre se logra el encuentro nuevamente: la búsqueda es común. Por ahí saca el valor de este encuentro su compañera Nerys Pineda: “Nosotros somos personas comunes y corrientes, no somos ningunos científicos. Tenemos los saberes de nuestros antepasados”. Pero hay algo más delicado en esto, según diría más adelante: “Se han perdido esos saberes ancestrales, la misma industria farmacéutica los deslegitimó”. 59


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Y continúa con el tema común del debate, eso que se quiere combatir: el accionar de las mafias farmacéuticas. “Los mismos medicamentos generan las enfermedades, no buscan curar sino generar otros males que “curarán” con nuevos medicamentos, y así”. Otro compañero enfatiza en no usar los nombres científicos de las plantas y respetar cómo son llamadas en cada territorio. “¿Qué pasa con los nombres populares? Se da mucho la sinonimia y eso va ocurriendo de pueblo en pueblo. El planteamiento es para que retornemos nuestros lugares de origen”, explica. Recuperar eso que se ha ido perdiendo, y que algunxs mantienen vivo con sus prácticas diarias. Sería una forma de resistencia — así lo plantea— ante esa apropiación sistemática de la industria sobre este tipo de plantas. Y luego retorna al eje de la discusión: “Dejemos el facilismo, el consumismo farmacéutico, la pastillita, que es lo que nos tiene jodidos. Porque de seguro en nuestro patio podemos tener alguna planta útil para alguna dolencia”. Una compañera recuerda los fundamentos de su organización. Se remonta al año 2007, cuando el presidente Chávez hablaba justamente en Urachiche de este sistema, inscrito en el principio de la solidaridad y el intercambio. Desde ese mismo año se creó el Sistema de Trueke Urachiche, que hoy, durante el debate, presenta una inquietud clara: el desconocimiento sobre el tema de las plantas medicinales.

Alguien entre los presentes interrumpe para aportar posibles soluciones a este asunto: “Si manejamos el trabajo de las plantas medicinales de manera integral, si continuamos el trabajo, podremos combatir a la industria. (…) No esperemos que un gobierno lo produzca, no esperemos a enfermarnos”. Seguir sembrando es la premisa, y expandir el conocimiento de estos procesos a todo el país. Y continúa: “Si logramos que todo el mundo conozca, ¿qué importa que las trasnacionales produzcan las medicinas?”. Son necesarias, entonces, la difusión, el compartir de saberes y la producción popular como formas de combate. Un falconiano se levanta para contar que ha tenido problemas de asma desde su infancia. Defiende estos espacios de discusión porque gracias al intercambio ha mejorado su condición: ahora sabe que la piña ayuda, por ejemplo. “Claro que se están transmitiendo los saberes”, agrega. Pero plantea una profundización necesaria: la masificación de la información. La compañera de Urachiche ataja la discusión sobre esa misma idea, desde la dinámica que emplean ellxs. “Así como nosotros estamos aquí, hay otro grupo ausente. En la primera reunión al volver debemos narrar cómo nos fue, qué hicimos, cuáles acuerdos, cuáles proyectos y visitas tenemos”. Nerys Pineda retoma ahora la palabra para encaminar de nuevo la conversa y volver al tema que nos reúne en el salón: “Nosotros hemos aprendido por parte de nuestros abuelos, de nuestros familiares, sobre algunas medicinas que tradicionalmente se han usado, y queremos compartir eso con ustedes”. 61


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“Pero no podemos dejar de lado un problema: el de las mafias farmacéuticas, el negocio de las medicinas a nivel mundial. El monopolio, las patentes”. Insiste en esto porque sabe que de ahí surgen los demás problemas en torno a las plantas medicinales, en cuanto a su desuso y desconocimiento, incluso de ahí parte el menosprecio a lo natural. Una vez más, la “comodidad de la pastillita”. La industria de fármacos como un arma del enemigo grande y último: el capitalismo. “Para todo una pastilla, una inyección, un jarabe. Si usted está deprimido, tómese tres pastillas de esta; si le duele el juanete, tómese dos de esta; si le duele la cabeza, tómese una de esta. Y al final, termina uno tomándose hasta diez pastillas al día”. Pero va más allá: quienes investigan los daños colaterales son ellos mismos, la industria, y por supuesto los ocultan. ¿Las consecuencias? Derrames cerebrales, problemas en el corazón, por ejemplo. “Lo que impide realmente que seamos personas saludables es la misma industria farmacéutica. ¿Y no son ellos mismos los que deben curarnos? Pero eso no les conviene que generemos nuestra soberanía en salud”. Ahora, ¿por qué esto es así? Para ella, está muy claro: si realmente curaran con sus medicamentos, no sería un negocio, que se basa en la producción de enfermedades para que la dependencia de las medicinas no cese: es una nueva forma de esclavismo. “Y lo que buscan es atacar sólo al efecto. Si a uno le duele la cabeza, la pastilla ataca ese síntoma, mas no va a la causa, no piensa en la integralidad de uno como sistema biológico”, dijo uno de los presentes.

En ese momento toma la palabra Meilin Rivero: quería acotar que no sólo desde el punto de vista de la farmacología se puede ver la problemática. “Somos un milagro andante. Estamos expuestos no sólo a medicinas, sino también a la industria de los cosméticos”. Talcos, cremas — “que Dios sabe cuántos químicos tienen” —, pastas de dientes; pero también refrescos, enlatados, la industria de los comestibles —porque “alimentos” no se les puede llamar—. “Entonces, nosotros tenemos que ver la globalidad de la cosa, nuestro día a día, cómo nos van agrediendo y cómo nos obligan a consumir cosas que no necesitamos, haciéndonos más dependientes”. El problema de la globalización de la comida, de todo lo que consumimos —como bien resumen lxs urachicheñxs a continuación— está inevitablemente sobre el tapete. Por eso también se toca el hecho de las tradiciones perdidas. “Hay un montón de comidas tradicionales que ya los jóvenes no conocen. Ah, pero sí conocen las hamburguesas, sí conocen los perros calientes. Entonces, uno se enferma, pero ‘no importa, nosotros te tenemos la pastillita’”. No se trata simplemente de cómo curarnos, sino de cómo evitar enfermarnos. Adoptar hábitos de vida saludables, comer los alimentos en las proporciones adecuadas. “De nada sirve consumir la moringa si seguimos tomando demasiado café, si sigues fumando no sé cuántos cigarrillos al día”. “Por ejemplo —habla ahora Tito, también de Urachiche—, la hija de mi compadre tenía asma y le mandaron una medicina que era pura azúcar y no le hacía nada, sino que la ponía peor. Entonces le dijo un viejito de 63


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por allá en el cerro que se buscara la concha de alcornoque y la pusiera a cocinar. ‘Luego a ese tecito le vas a echar leche y se la das’”. El hombre lo hizo. De eso han pasado ya ocho años y a su hija no le ha dado nuevamente el asma. “Nuestra gente del campo, aunque se siga sin creerlo, sabe cuándo le están metiendo gato por liebre”. Es con esa conciencia justamente que se puede emprender el fin último: derrumbar de a poco, con organización, producción y nuevas relaciones, el modelo capitalista de esclavismo maquillado. “Tenemos que promover este tipo de encuentros, y no es la primera vez que lo hacemos. Muchas veces nos hemos reunido para mantener vivos estos saberes ancestrales. Es el pueblo, nosotros, los que tenemos que promover eso, porque debemos velar por nuestra salud. El capitalismo está destruyendo la especie humana, y con las trasnacionales de la farmacia nos sacan todos los reales. Uno es capaz hasta de vender la casa por salvar a un hijo enfermo”, reflexiona una de las compañeras entre lxs participantes. “En eso estamos nosotrxs, en eso está este congreso. Se trata de encontrarnos para proteger lo que es nuestro, para hacer la revolución desde esta trinchera. Con los conocimientos, con el rescate de lo que es nuestro. ¿Cómo vamos a defender nuestra soberanía? ‘Cónchale, esa albahaca cura esto’, y así dejamos de depender de la pastillita”. Decía al principio que ahí radica justamente uno de los principales aportes de un espacio de debate como este. Abordar desde lo específico al enemigo que ataca cada espacio de nuestras vidas. 64

Por eso la interrupción al conversatorio no fue tan grave. Justo en lo álgido de la discusión, llegó el transporte que debía trasladar a los asistentes y se tuvo que cerrar la conversa. Pero los presentes se llevaron —bueno, nos llevamos— lo más importante: las preguntas, y con ellas la convicción del cambio.


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Cultura alimentaria impuesta por la globalización Javier Bastardo Antes de iniciar la actividad me fui a desayunar al cafetín de la UBV. Quería probar productos típicos para estudiantes típicos, es decir: del día y económicos. Me acerqué al sitio y todo lo que había era una gran variedad de frituras, unas más saturadas que otras. Tengo una conexión especial con Zulia, pues mi familia materna es de allí, sin embargo, sólo hasta ese día me aventuré a comer el conocido “yoyo”, que es delicioso, a pesar de lo que digan. Relamiéndome y acompañándolo con un refresco bien frío, terminé de comer y me fui al conversatorio. ¡Qué contradicciones encontré entre mi desayuno y lo planteado allí! No más yoyos, ni refrescos, ni harinas o azúcares para “alimentarnos”, ¡por favor! Rosa Ortiz, ecóloga humanista por la consciencia En el conversatorio, Rosa Ortiz inició su ponencia con una sentencia: “la globalización ha impuesto una agenda única al mundo, y esto no sucede sólo en el orden económico y político, sino también en el ámbito cultural y alimentario”. Mientras más se expande la mentalidad occidental capitalista por el mundo, más se ofrecen formas y patrones de consumo, y la comida no escapa de esto. Esta imposición alimenticia ocurre

frente a nuestras narices, aún cuando no nos demos cuenta y asumamos como propias las necesidades que el mismo sistema nos ofrece. Una pizza, una hamburguesa, acompañada por un refresco, es una reducción que todos conocemos y que muchos disfrutamos, pero no es el tipo de alimentación que teníamos hace unos años. Esto significa que ha habido un cambio profundo en el estado nutricional de todas y todos los que se han plegado a esta nueva forma de alimentación. “Si cambiamos la alimentación, cambiamos nuestro estado nutricional, y esto puede ser en nuestro beneficio; o, en el caso de la alimentación que nos sugiere la globalización, en nuestro perjuicio. El cambio en la alimentación ha venido ocurriendo desde hace 60 años para acá: ha evolucionado en su estrategia de desplazar los productos tradicionales. No es un proceso tangencial a la globalización, es parte fundamental de ésta, forma parte de un plan para mantener el control sobre lo que consumimos y comemos”. Estos cambios nutricionales no sólo se expresan en el consumo: se reflejan en las actividades físicas, en la salud y en el aumento de enfermedades no transmisibles y ligadas a la alimentación, como el sobrepeso, la diabetes o la hipertensión. Esta transformación no hubiese sido fácil de no ser por el manejo indiscriminado de la publicidad para el mercadeo de estos productos. A partir de campañas engañosas se invita, con éxito, al consumo de los productos impuestos por la globalización en materia alimenticia. A través de estas campañas se presentan los productos como saludables, y se ocultan los daños que pueden ocasionar. La mayor parte de la publicidad comercial está destinada a productos ricos en grasas, sal o azúcares, cuyos efectos nocivos para la salud son bien conocidos por cualquiera. 65


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Al alimentarnos mal aceleramos el decaimiento de nuestra salud. El consumo sin conciencia de los alimentos implantados por la globalización nos acerca a la muerte, al mismo tiempo que nos aleja de un camino nutricionalmente mejor, y por ende, de una mejor vida (no mediada por el dinero), cuyo telón de fondo es el bienestar humano. En el sistema capitalista todo significa dinero, todo forma parte de intereses económicos, incluso la salud humana. En este sentido, Rosa Ortiz puso de manifiesto las relaciones íntimas de financiamiento entre la industria farmacológica y el negocio de los alimentos. “No sólo nos enferman, nos venden la cura también”. Toda la cadena forma parte del devenir del sistema capitalista, que nos mantiene a su merced desde lo que comemos. Esta evolución de la industria alimentaria capitalista ha permeado incluso la composición de los alimentos. En la producción de muchos alimentos, los aditivos han venido a tomar el papel de los nutrientes naturales. “Los aditivos sustituyeron la alimentación natural. Todo lo que está en el automercado es muerte, sólo se salva la parte de frutas y vegetales, e incluso esto último es cuestionable”. Estas sustancias por sí mismas no son alimenticias ni poseen valor nutritivo, pero se agregan intencionalmente con el fin de modificar las características estructurales que nuestros sentidos reconocen de los alimentos: color, olor, sabor, etc. “No importa si hace daño, lo importante es hacer más atractivo el producto para el consumidor”.

Isabel Escalona, Escuela Venezolana de Alimentación y Nutrición: “Programa de Panadería Soberana” Isabel Escalona fue la siguiente en participar. La temática de su ponencia trató acerca del empoderamiento del poder popular y el programa de Panaderías Soberanas como camino hacia la consecución de este objetivo. Para lograr el empoderamiento hay varios niveles de preparación comunitaria. Las bases legales son el primer escalón. El presidente Chávez tuvo esto muy claro, y resulta evidente que sólo a través de este ejercicio es posible lograr la soberanía alimentaria. Las bases legales existen; ahora, la información sobre el tema debe ser accesible y es necesario poder formarse para ejercer el poder comunitario. La compañera Escalona resaltó que “es evidente que se invierte en el poder comunitario, pero en la práctica se manifiesta la debilidad en estos últimos dos puntos (el de la información y el de la formación), aunque se nota un grandísimo esfuerzo en cuanto a la formación”. Siempre se ha tratado de difundir lo que realmente significa el empoderamiento de las comunidades, pero de una u otra forma este conocimiento no termina de llegar a todas y todos. De ello se desprende una cierta incredulidad en torno a la posibilidad de lograr el empoderamiento popular, al tiempo que se manifiesta una falta de cohesión. Sin embargo, estos últimos aspectos obedecen más al paradigma individual y egoísta que rige nuestra acción en el mundo, y que entra en contradicción con la necesidad del trabajo mancomunado, colectivo, compartido, comprometido y político que requiere el ejercicio real del poder popular. “Estamos aprendiendo. 67


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Nadie nos enseñó la importancia de la unión, la sinergia; nuestro paradigma mental no está orientado hacia eso, aún no estamos convencidos. Nuestro patrón individualista hace cuesta arriba el empoderamiento”. En la Escuela Venezolana de Alimentación hay una gran variedad de programas, entre ellos, el plan de formación de Panaderías Soberanas, así como programas de Nutrición para la Siembra, Cocina Soberana, entre otros. En ese sentido, y asumiendo una postura dentro de la temática del conversatorio, se nos recordó que, “más que cambiar la cultura alimentaria que nos ha impuesto el sistema capitalista, nosotros mismos debemos retomar nuestra cultura preexistente”. Hay que lograr acelerar el proceso de transición a través del ejercicio de prácticas de poder comunitario; el empoderamiento popular es la meta y la Panadería Soberana una alternativa. Hay un intento de lograr el empoderamiento de la comunidad a través de la fabricación de panes soberanos. Estos son panes que se elaboran con el mínimo de cantidad de harina de trigo, pues se entiende que Venezuela no es productor de este cereal. En su lugar tenemos plátano, yuca, arroz, batata, quinchoncho, caraota. “A muchas personas, cuando hablamos de pan de apio o de caraota, les suena raro y no les gusta, pero eso es por falta de conocimiento de nuestra cultura alimentaria y falta de amor a nuestros productos agrícolas”. Además, la Panadería Soberana es una opción real frente a la panadería convencional, donde no solamente se emplea indiscriminadamente la harina de trigo, sino que se agregan elementos como levaduras o bicarbonato para

aumentar el tamaño del producto, mermando la calidad y los beneficios del mismo. La soberanía alimentaria debe hermanarse a un concepto clave: amar lo nuestro. “Nos han debilitado más por la agenda impuesta por la cultura alimentaria capitalista que por cualquier otro medio. Es momento de rescatar lo nuestro: nuestros productos agrícolas, nuestras recetas, nuestra alimentación tradicional tan benigna, frente a la enfermedad y la muerte que ofrecen las transnacionales”. Carlos Rojas, Instituto Nacional de Nutrición, Escuela Venezolana de Alimentación y Nutrición El compañero Carlos Rojas nos invitó a conversar, pues no tenía una presentación. Venía a plantear algunos puntos para el debate, como las causas del acaparamiento, la desaparición de algunos productos de los anaqueles y la relación de esto con una agenda alimentaria ajena a nuestro territorio. “Debemos primero debatir sobre nuestros hábitos alimenticios y ver qué factores han incidido en su conformación. La producción de la mayoría de los alimentos que satisfacen dichos hábitos no es manejada por los venezolanos”. Tenemos unos hábitos alimenticios que se sustentan en la ausencia de productos nacionales; por ejemplo, nos acostumbramos a depender de las harinas refinadas. Antes de la invasión europea a nuestras tierras, los hábitos alimenticios se fundamentaban en el empleo de los productos que estaban al alcance. Se aprovechaba la producción de tubérculos, maíz y frijoles. 69


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Hoy en día resulta alarmante reconocer cuánto nos hemos alejado de nuestros productos tradicionales. “En zonas del interior se pierde parte de la producción porque el consumo de ciertos rubros no es suficiente; lo que muestra el cambio radical que han sufrido nuestros hábitos alimenticios”. Desde la conquista se ha jerarquizado la comida. El pan para los mantuanos, la arepa para los peones, el casabe para los indios y el plátano para los esclavos; los productos de la tierra pasan a los últimos escalones de la jerarquía, y culturalmente se abandona su uso, e incluso empieza a vérsele con recelo. Tomar conciencia de esto es lo que nos podría ayudar como sociedad a solucionar el problema del acaparamiento y la especulación. Los productos faltantes hoy son la harina de maíz pre-cocida, la margarina, el aceite, la leche, el azúcar y el arroz: todos son productos de alto consumo masivo que dependen directamente del negocio agroindustrial; no dependen de los pequeños productores y productoras, campesinos y campesinas de nuestro país. Son las grandes transnacionales las que condicionan nuestro consumo, “alrededor de 30.000 millones de dólares gastan estas corporaciones en publicidad y propaganda; son los grandes intereses de mercado los que generan nuestras ‘necesidades’, lo que a la larga significa ampliar la brecha entre nuestros productos y nuestro consumo”. Sólo se obedece la agenda alimenticia impuesta por el capital. La respuesta de todas y todos debe ser concientizarnos acerca de lo que consumimos; nuestra dieta diaria es lo que, desde el punto de vista de la salud, nos está matando. Es necesario que cuestionemos nuestros hábitos alimenticios. 70

Esos productos que escasean son los principales responsables de los altos índices de obesidad, diabetes y enfermedades asociadas a la mala alimentación en nuestro país. Debemos recuperar nuestros hábitos alimenticios ancestrales, relacionados con el territorio, la tierra y su trabajo. Nos hemos vuelto dependientes de productos que nos hacen daño y que además generan zozobra cuando se ausentan. “Se han convertido en fetiche ciertos tipos de alimentos en nuestro país”. “Si nos dominan a través de la alimentación, también están dominando nuestro cuerpo, nuestras creencias”. Sondra Ríos: “No toda grasa es mala, una perspectiva desde la alimentación naturista” El objetivo de esta ponencia, según su autora, fue superar algunos mitos que hay en torno a lo dañinas que son las grasas para el cuerpo; por ello se refirió principalmente a las grasas buenas, cuáles son y por qué debemos consumirlas. Pero, ¿a qué nos referimos cuando hablamos de grasa? Estas son sustancias heterogéneas que no son solubles en agua. No obstante, este es un término genérico que se emplea para nombrar a los lípidos. Con el término grasa podemos referirnos a la que tenemos en el cuerpo, a la cera de las abejas, a la manteca de cerdo (origen animal); pero los lípidos, la categoría general, también incluye aceites (origen vegetal). La grasa en el cuerpo humano es esencial. Tanto así que la leche materna está compuesta en un 50% de ácidos grasos; esto demuestra la importancia que tiene para nuestra nutrición. La principal función de la grasa es mantener y proveer la energía necesaria para todas las actividades.


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“Después del agua, la grasa es la sustancia que nos compone como sistema: el cerebro y la médula espinal están compuestos principalmente de grasa, lo mismo que la piel, aunque no lo notemos”. A nivel nutricional, la grasa está presente entre los macronutrientes que el cuerpo necesita para vivir. El problema no es la grasa, es la cantidad que consumamos. Siendo el principal proveedor de energía, al consumirse excesivamente y acompañarlo con sedentarismo, estaremos caminando hacia enfermedades seguras, como obesidad, diabetes, hipertensión, etc. Para su estudio, los lípidos están clasificados de varias formas. La más conocida es la que se refiere a tipos de grasa saturada, monoinsaturada, poliinsaturada y ácidos transgrasos. Una de las mejores fuentes de grasas beneficiosas son las semillas oleaginosas, pues muchos frutos secos poseen grasas insaturadas, que son fundamentales para nuestra vida. Peligrosos y dañinos son los ácidos transgrasos; aquellos productos que han pasado por un proceso industrializado para convertir grasas insaturadas en grasas untables, como por ejemplo, la margarina. Mediante un proceso químico llamado hidrogenación, se le agregan más moléculas de hidrógeno a las grasas insaturadas para lograr que se solidifiquen, adquiriendo una consistencia untable. “Al hacer este tipo de operaciones estamos desvirtuando lo que es en esencia el aceite, condicionando sus características beneficiosas a nuestra agenda alimenticia de complacencia”. Los únicos grasos esenciales que no podemos obtener por procesos de síntesis son el omega 3 y el omega 6, pero nuestra dieta actual es profundamente deficiente en estos elementos.

Teniendo en cuenta cuán caro resulta comprar frutos secos como almendras, merey, etc., Ríos nos habló de las bondades de la semilla de la linaza. Ésta contiene en proporciones ideales omega 3, omega 6 y, además, omega 9. Otra semilla, un poco más cuestionada, es la del cáñamo: posee proporciones igualmente equilibradas e ideales de estos elementos; “son semillas totalmente adecuadas para nuestra dieta, pues contienen ácidos grasos esenciales que pueden ser consumidos en una sola cucharada y que suplirían las necesidades nutricionales en torno a los omegas”. “Como hemos visto a lo largo del conversatorio, todo esto obedece a una agenda impuesta. Tres de los productos más perjudiciales para la salud humana son las harinas, el azúcar y la sal refinada, y éstos son consumidos indiscriminadamente en nuestra dieta cotidiana. Por ello estamos en los primeros lugares de índices de enfermedades como la obesidad y la diabetes”. Las grasas no son las culpables, el problema es el consumo irracional de los llamados “venenos blancos”. Rosa Ortiz, ecóloga humanista por la consciencia: “el agua de mar, el nutriente más completo de la naturaleza” La compañera Rosa Ortiz participó nuevamente para cerrar, pero esta vez con una temática muy diferente: “Todos amamos el mar, pero muy pocos conocemos los beneficios terapéuticos del agua de mar”. Hay una gran similitud entre lo que es el planeta y lo que somos nosotros. El planeta, al igual que nosotros, está compuesto en un 70% de agua. Hay una innegable relación entre lo natural y nosotros: 71


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somos naturaleza aunque se nos haya obligado a pensarnos separados del sistema vivo que es el planeta. En tal sentido, el agua de mar es la cuna de donde nace la vida. Ella posee todos los elementos orgánicos de la tabla periódica. El agua de mar es bio-disponible y todos sus nutrientes pueden ser asimilados de inmediato por el cuerpo; es bactericida, ya que ayuda al proceso de eliminación y regulación de bacterias; es orgánica, pues, como nos señaló Ortiz, posee todos los elementos orgánicos de la tabla periódica; también es panatómica, ya que el agua de mar es la misma aquí que en Japón; y es gratuita, siendo esta última la característica por la que quizás se desconocen tanto sus bondades. El agua de mar posee minerales, oligoelementos y macroelementos que tienen vital importancia para nuestra nutrición, además, en concentraciones idóneas para el buen funcionamiento de nuestro cuerpo. Resultan claras sus bondades y necesario su conocimiento. Sin embargo, en nuestro país todavía nos resistimos a abrirnos a los beneficios del agua marina. Una de las razones principales, según la compañera, es que “no se asocia la enfermedad con la nutrición”, y mucho menos se abren compuertas necesarias para dar cambios cualitativos en la forma en la que nos alimentamos, como sería la implementación terapéutica del consumo de agua de mar. Otro dato importante a considerar sobre los beneficios del agua de mar es la similitud entre el plasma marino y el plasma sanguíneo, aunque su Ph es de 8.5 y el nuestro de 7.4. No obstante, es sabido que muchas enfermedades se propagan en cuerpos acidificados —de Ph bajo—, lo que sitúa al agua de mar como una sustancia óptima para contrarrestar la malnutrición a la que nos hemos sometido

sin saber. Sin embargo, esto se pasa por alto pues tenemos una cultura de vida y una cultura alimentaria impuesta por la globalización. “Lo que nos está matando es esa cultura alimentaria”. Investigaciones recientes han demostrado que el tratamiento con agua de mar para ciertas enfermedades ayuda a sanar, no tiene ninguna toxicidad y “mejora cualquier tipo de enfermedad, pero no porque sea un medicamento, sino porque es un nutriente”. Los ejes principales en los que acciona el agua de mar son la recarga hidroelectrolítica, el reequilibrio funcional enzimático y la regeneración celular. Aunque resulte increíble, este conocimiento no ha alcanzado suficiente difusión ya que parece existir “un plan para que el ser humano viva enfermo”; se le da publicidad a los alimentos dañinos, mientras que las investigaciones que resultarían trascendentales para nuestra especie se ocultan: es más fácil que nos dominen si estamos enfermos. Resulta claro que las propiedades curativas del agua de mar son desconocidas debido a intereses económicos, a los que subyacen planes y ansias de dominación. Ha habido un profundo cambio en nuestras costumbres alimenticias que se generan desde los intereses de transnacionales: son ellas las que condicionan nuestro consumo alimentario, logrando que sustancias benéficas, gratuitas y de fácil acceso, como el agua de mar, no tengan cabida y sean desacreditadas. Si nos aventuramos a consumir agua de mar, seguro veremos beneficios. La forma ideal de consumirla obedece a la proporción de sales del cuerpo; así, 73


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medio litro de agua de mar diaria debe suplir perfectamente las necesidades nutricionales que nuestra dieta deja por fuera. Luego de recolectar el agua —cualquiera, donde sea— debemos dejarla 15 días sin consumir, así se regulará y quedará apta para el consumo. No queda contaminada, pues una de sus características primordiales es su autorregulación. Debate Uno de los temas que más se habló durante el debate fue la utilidad que tiene para la salud el agua de mar. La compañera Rosa Ortiz compartió su experiencia personal. Nos dijo que a pesar de que hoy sabe cuán perjudicial es la cultura alimentaria que nos ha sido impuesta, ella estuvo una vez convencida del consumo de sus productos e incluso se enfermó de cáncer. Viéndose enferma, decidió acudir a dos tipos de terapia: una tradicional (quimioterapia) y otra naturista. Así, cayó en cuenta de la relación entre nuestra alimentación, nuestra nutrición y las enfermedades que nos aquejan. El suyo es un testimonio fiel de que si se cambian los paradigmas alimentarios impuestos, la vida mejora. Profundizando aún más en la temática del agua de mar, se planteó una duda sobre su recolección, considerando que las costas venezolanas, debido a la explotación petrolera, presentan altos índices de concentración de metales pesados. ¿Es posible salvar esta dificultad sin perjudicar nuestra salud con el consumo de nuestra agua de mar? La respuesta es clara, no hay un peligro probado: “Estamos aquí después de tres años de consumir esta agua de mar, orillera, y las mejoras son evidentes”. 74

Asimismo, se planteó la necesidad de comprometerse realmente y crear equipos de investigación que se ocupen de este y otros temas de interés público, social, político y humano. Recuperando la temática general del conversatorio, se habló del papel de la publicidad en esta guerra sucia que busca descalificar nuestros hábitos alimenticios frente a aquellos que obedecen a los intereses económicos transnacionales. Cerca de 300.000 millones de dólares al año destinan las grandes transnacionales a la publicidad. Se genera una incidencia real en los consumidores y se condicionan a los intereses del mercado los productos que se ofertan. La industria alimentaria y el negocio van de la mano, y la publicidad es el medio a través del cual se envilecen y permean nuestras prácticas por necesidades impuestas. Se nos seduce con el fin de consumir alimentos cuyo valor nutricional es nulo o que, inclusive, resultan dañinos. Frente a todas estas observaciones, la transformación y el cambio de paradigma tienen como base el empoderamiento profundo y real: “La propuesta tiene que ir dirigida al hecho de empoderar a las comunidades, sobre todo en el tema alimenticio. Esta es la única forma de combatir los hábitos alimenticios que nos ha impuesto el sistema capitalista”.


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Divulgación del conocimiento sobre diversidad biológica Juan Sebastián Ibarra La iniciativa de los congresos de diversidad biológica inició hace cinco años con una premisa: ser espacio de debate, de intercambio de saberes populares. Pero además, se ha planteado como un lugar de encuentro del poder popular, y va un poco más allá: que sirva de experiencia en la organización de eventos para los mismos representantes de ese poder constituyente, principal en la construcción de esta revolución. Decía que siendo fundamentalmente un encuentro popular, el congreso no cierra los espacios a las y los académicos de las universidades. Así se pudo ver durante la quinta edición, en Maracaibo, específicamente en el conversatorio sobre la divulgación de los conocimientos. Allí, investigadores e investigadoras partieron de sus experiencias particulares sobre este tema. Es el caso, por ejemplo, de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador-Instituto Pedagógico de Barquisimeto “Dr. Luis Beltrán Prieto Figueroa”, que presentó una serie de 12 videos documentales educativos, sobre micro algas hasta plantas superiores. La iniciativa surgió de la inquietud de algunos botánicos que querían dar dinamismo al compartir estos conocimientos. “¿Por qué en botánica? Por la cantidad de términos, por el lenguaje, hay mucho que aprender. Entonces, la parte visual

es muy importante”, comenta una de las profesoras involucradas en el proyecto. De entre el público, se levanta una compañera del Movimiento Ecosocialista por Venezuela para agradecer el aporte, por “la falta que existe en los laboratorios de la parte experimental. A través de estos videos, lo que los muchachos ven en libros, se les puede mostrar en su hábitat real”. Pasó algo similar con el aporte de otro grupo que también busca generar conciencia a través de lo audiovisual, en su caso en torno al uso de las bromelias, conocidas popularmente como barba ‘e palo, y que se utilizan como musgo para los pesebres, por ejemplo. Así lo valora otra participante del encuentro: “Lo importante es la explicación ecológica, el por qué no se deben extraer, ya que forman parte de un ecosistema que hay que mantener en equilibrio. Cuando se rompe este equilibrio, todo se altera”. De ahí la preocupación: “Cada vez se ve menos en los árboles”. Y recuerda la prohibición del uso de la planta en su región, pero con algo por saldar aún: no se explicaba el porqué de esta prohibición. “Ahí está el valor de esta iniciativa”. Esa importancia era refrendada con anterioridad por uno de los productores del video: “La idea es que no sólo vean el video, sino que quienes lo vean generen valores ambientales y los transmitan”. Y finalmente se plantea una necesidad que en consenso se considera urgente: afianzar las zonas protectoras y, una vez más, la conciencia. 75


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Educación, identidad y territorios Maroa Tarazona Después de un tremendo almuerzo en el comedor de la UBV, rápidamente salí al salón 12 del edificio Simón Rodríguez. Ya instalada en el pupitre de madera y agotada por la corredera de aquí para allá entre calor y frío de aire acondicionado, esperé a que llegaran los ponentes que, aún con el retraso que tuve, no habían llegado. A los pocos minutos de espera llegó el profesor Henry Baloy Porras, docente de la Universidad Politécnica Territorial Kléber Ramírez del Estado Mérida, excusándose por el retraso. En vista de que los demás ponentes aún no llegaban, la moderadora, una muchacha joven, decidió dar inicio a la actividad con el profesor Henry, quien originalmente era el cuarto ponente. “La ponencia es de treinta minutos, pero como esto es un conversatorio podemos ir interactuando”, dijo Baloy. Su tema, “un módulo para el aprendizaje y el manejo de técnicas agroecológicas en colectivos y comunidades del Estado Mérida”, es producto de un programa universitario de estudios abiertos de la Universidad Kléber Ramírez en la ciudad de Ejido, estado Mérida. Baloy arrancó diciendo que se trata de una cátedra abierta para el manejo de técnicas agroecológicas. “¿En el grupo habrá alguna persona que esté ligada a lo que llaman PNF en Agroalimentación?”, preguntó Henry.

Al fondo de la sala respondió una chica: “Sí”. Henry explicó que el PNF en Agroalimentación tiene como eje central la agroecología y las técnicas agroecológicas por lo que, al hablar de ese término, nos referimos a la columna vertebral del proyecto. Antiguamente, la Universidad Kléber Ramírez era un Instituto Nacional Tecnológico, creado en 1985; en el año 2012, por gaceta oficial, pasó a ser una Universidad Politécnica. Dentro de la institución se maneja el modelo de estudios abiertos, que no es una novedad en el mundo académico, como resalta Henry; sin embargo, es un sistema que se adapta perfectamente a las diversas circunstancias de vida de cualquiera que quiera estudiar. “Por ejemplo, existen productores, gente que vive en el campo e incluso en la ciudad, que necesitan estudiar y que quizá no tienen la oportunidad de ingresar en alguna misión, pero cuya rutina o estilo de vida le ha dado una cantidad de conocimientos sobre lo agropecuario. Quizá está persona tiene 30 años o más trabajando en una finca, sabe cómo agarrar una vena, cómo ordeñar una vaca, poner un suero, incluso hasta cómo manejar una tabla de alimentación. ¿Podría esta persona ser un magister? ¡Sí! Yo a eso le llamo la universidad de la vida”, dice Henry. El módulo de estudios abiertos realiza una especie de “acreditación de saberes”: la persona interesada, desde su comunidad y desde sus experiencias de vida y de trabajo en el campo agropecuario, elabora un proyecto de investigación con la asistencia de un tutor de la universidad, quien, según el tipo de trabajo que la persona desempeñe, elaborará una especie de pensum de estudio. 77


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Es decir, si una persona se ha especializado en la ganadería durante toda su vida, no tendrá que ver química aplicada, por ejemplo, más bien comenzará a ver materias, cursos y seminarios que se relacionen a esa especialidad. Henry explicó que este sistema ya tiene algunos años implementándose en Mérida y ha sido de gran motivación para muchas personas que se han interesado en profundizar y socializar sus conocimientos. Dentro de este modelo se encuentran varios objetivos principales: -Generar pertinencia social. -Ofrecer una nueva programación para la administración del proceso agroecológico. -Ofrecer mayores opciones para los estudiantes dentro del sistema de educación superior, creando un curriculum más flexible que garantice la inclusión de todxs los aspirantes. -Producir y aplicar las técnicas y metodologías agroecológicas en las actividades productivas, favoreciendo la biodiversidad del ecosistema. El tema de la formación agroecológica resulta fundamental para el cumplimiento del Quinto Objetivo Histórico del Plan de la Patria: preservar la vida en el planeta y salvar la especie humana. -Participar y realizar proyectos en comunidades rurales, urbanas y periurbanas, con fines de divulgación de la metodología. Es decir, socializar los conocimientos y realizar intercambios entre diferentes experiencias que se llevan a cabo en varias comunidades. Este módulo de aprendizaje no está dirigido únicamente a los miembros de una comunidad en específico, sino que también se le da la oportunidad de participar a productorxs que

vienen desde otras zonas. Es por eso que a este programa de formación también se le llama Comunidades de Aprendizaje de Desarrollo Endógeno en el Medio Orgánico. Después de haber establecido los objetivos generales del módulo, pasamos a la siguiente fase: la metodología para llevar a cabo los proyectos, que se divide en dos bloques. El primer bloque consiste en la metodología de estudio, los materiales empleados y la demostración, que sería como una especie de tesis de grado. Aunque se habla de una cátedra abierta con las características ya mencionadas, también es necesario cumplir con el componente académico universitario: es por eso que dentro del primer bloque se realizan conversatorios al aire libre para ver qué conocimientos tienen los aspirantes acerca de los conceptos básicos como agroecología, agricultura, técnica, etcétera. Es importante discutir estos conceptos para tener una buena base teórica a la hora de elaborar algún producto. Luego, dentro de la misma fase de la metodología, se elige alguna parcela de la comunidad donde se va a trabajar, para que el tutor del proyecto reestructure la metodología aplicada por el o la productora, según los conocimientos adquiridos a través de la experiencia, dándole valor a lo que algunos llaman “al ojo por ciento”. Una campesina puede regar el abono dentro de su siembra y ver con el tiempo qué funcionó y qué no, si debió echarle un poco más, un poco menos, etcétera. Ese método es lo que la tutora reestructurará para poder darle forma académica, de modo que la campesina pueda sistematizar su experiencia. 79


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Otro aspecto que las tutoras trabajan con los participantes en el módulo de aprendizaje es el abordaje de la agroecología como una materia transdiciplinaria, que va de la mano con otras áreas científicas como la sociología rural, la física y la medicina. El segundo bloque de la metodología, que comprende la parte final del proyecto, se divide en: el manejo del policultivo, el manejo integrado de plantas y enfermedades, y un sistema de monitoreo, que debe cerrar con la parte de transformación de alimentos. Casi al terminar su ponencia, Henry mencionó que una de las cosas más importantes (desde su punto de vista como productor y tutor del módulo) es el intercambio de saberes entre los miembros de la comunidad y las y los tutores de la universidad. “Uno me dijo un día: ‘Yo echo ají y ajo y mato a ese gusano’. Yo no sabía eso”, dijo Henry entre risas. Antes de finalizar su ponencia e invitarnos a conversar y participar con alguna opinión, Henry nos mostró en unas diapositivas algunos trabajos de permacultura hechos por miembros de una comunidad de Mérida. Inmediatamente, uno de los oyentes se levantó para felicitar al profesor Henry por llevar a cabo este módulo de aprendizaje y por contribuir con el Quinto Objetivo del Plan de la Patria. Aprovechó también para hacer una observación: dijo que aunque el módulo valida experiencias de vida, debe existir también un registro o sistematización de ese intercambio de saberes y de los proyectos que finalmente se realicen, para que sirvan como ejemplo a otras comunidades de nuestro país o del extranjero. Agregó que, además de la sistematización, se puede hacer una especie de feria donde la gente pueda mostrar parte de los productos que se realizan durante el módulo. 80

Esto favorecería también un intercambio de saberes con otras personas, así como hacían las antiguas comunidades indígenas en el estado Mérida, que bajaban a la ciudad para compartir con los habitantes sus conocimientos y sus cosechas. Un miembro de la Universidad Kléber Ramírez que se encontraba entre los oyentes se paró para responder las inquietudes de la persona anterior. Explicó que el tema de la agroecología no es el único que se trabaja a través de este módulo de cátedra abierta, sino que también hay otras áreas abordadas. Señaló que sí se realiza un proceso de sistematización: los participantes hacen una especie de portafolio donde, con la ayuda del tutor asignado, registran la información recolectada durante toda la experiencia del proyecto. El profesor Henry, agradecido por la participación y los aportes realizados por estas tres personas que se animaron a plasmar sus inquietudes y a aplaudir la labor que se lleva en conjunto en el estado Mérida, se despidió de los oyentes, comentando que esperaba que su ponencia sirviera de motivación para emprender modelos de aprendizaje en otras comunidades del país. El Cumbe como un antecedente raizal de la construcción colectiva del socialismo bolivariano. Un análisis desde la experiencia de la UBV de Maracaibo El profesor Oswaldo Garrido, sociólogo docente de la Universidad Bolivariana de Venezuela, núcleo Maracaibo, después de una breve bienvenida, hizo unas pequeñas reflexiones antes de empezar su exposición. Aclaró que no es agroecólogo, sino sociólogo. Durante su vida profesional se


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dedicó a la filosofía política. Por varios años se vio anclado en este tema hasta que se encontró con los estudiantes del convenio Alba, a los que asesoró en alguna tesis. Luego, después de proponer que se abriera una materia electiva sobre marxismo, el debate los fue llevando al tema de las luchas campesinas. Al darse cuenta, Oswaldo se encontraba trabajando en un terreno con una pala; fue ahí donde entendió que ya estaba involucrado en el hecho productivo. Con esta pequeña introducción quiso decir que las experiencias que a continuación iba a exponer no provenían de un proyecto planificado previamente. El proyecto nació a la periferia de la institucionalidad, llevado por cinco personas, aunque con el tiempo se han ido sumando muchas más. El proyecto se llama “Cumbe: célula cimarrona de experimentación agroecológica y comunitaria”. Hoy en día el Cumbe es manejado por un colectivo multidisciplinario que está compuesto por compañeros de gestión de la salud pública, comunicación, hidrocarburos, informática y agroecología. Oswaldo comentó que las generaciones de los años 60 y 70 le cuestionaban a la universidad tradicional tres cosas fundamentales: el curriculum, la pertinencia social y la desvinculación entre la universidad con el proyecto productivo. Recibiendo la herencia de ese proceso de revisión de la función de la academia, el colectivo consolidó el Cumbe, que ahora se articula con el lado institucionalizado de la universidad. Aunque el trabajo no partió de un árbol de problemas, como lo explicó anteriormente Oswaldo, sí se basa en la observación de ciertos criterios, ya que nace con la intención de dar respuestas a determinados problemas de productoras de la zona. Un ejemplo de ello puede verse en el trabajo con

la cachama (pez de agua dulce), porque las productoras del Zulia, específicamente de Maracaibo, dependían del producto industrial. El colectivo decidió involucrarse también con la producción de yuca, a partir de unos estudios que demostraban cómo se había institucionalizado sólo un tipo de cultivo de yuca en esta zona: la yuca de tallo verde. Oswaldo anunció que actualmente en el Cumbe se cultivan 57 especies de yuca. El colectivo está siempre allí trabajando y compartiendo la actividad productiva, académica y política, independientemente de que esté abierta o no la universidad. Antes de entrar en materia, Oswaldo nos ubicó a todas en un contexto de reflexión. Mencionó cómo el capitalismo totaliza el mundo material y el mundo de la subjetividad. Puso un ejemplo: “La mayoría de los cristianos creen que cuando se estaba crucificando a Jesús, en el resto del mundo no estaba sucediendo nada; sin embargo, para esa época ya existían otras vidas, otras civilizaciones, Teotihuacán, por ejemplo, pero el capitalismo las hizo invisibles”. Sin embargo, con el tiempo ese sentido de totalidad del capitalismo comenzó a fracturarse porque empezaron a emerger otras historias que por mucho tiempo los colonizadores quisieron enterrar y silenciar. En la actualidad, todas esas memorias están emergiendo; voces que fueron invisibilizadas ahora se están pronunciando, partiendo de este nuevo cuadro político que emerge desde del continente americano. En este punto, Oswaldo comentó que prefiere llamarse a sí mismo “nuestroamericano”, haciendo un poco de referencia a unas palabras de Aníbal Quijano, sociólogo peruano: “El proceso de colonialidad del saber y el hacer es también un proceso que se da en el preconsciente”. 81


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Entonces, ¿cómo podemos sentirnos orgullosos de decir que somos latinoamericanos? Dentro de la palabra “latinoamericano” existe una carga simbólica terrible, porque latino es conocido como “el que se fue”, “el que está en crisis”, “el decrépito”. Así que parte del trabajo en la actualidad es referirnos a nosotros mismos como “nuestroamericanos”. También Simón Bolívar nos dio pistas sobre esto: en sus documentos nunca habló del “latinoamericano”, más bien trató de desligar nuestro continente del continente europeo. Oswaldo continuó con su reflexión reconociendo que una de las grandezas fundamentales del comandante Chávez fue el haber sido quien destapó esa válvula para que aquellos invisibilizados, los sin rostro, fueran oídos y tomados en cuenta. Mencionó una frase del Subcomandante Marcos, líder del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, cuando en una ocasión, en medio de una negociación, le pidieron que se quitara la máscara, y a esto respondió: “¿Para qué voy a quitarme la máscara, si tengo quinientos años invisible? ¿Cuál es su preocupación?”. En este contexto de crisis de totalización del mundo, nos conseguimos en un planeta radicalizado, y estamos en una fase superior del capitalismo llamada imperialismo, fundamentada en la conquista de dos elementos importantes: el petróleo y el agua, los dos presentes en nuestro territorio. Así, Venezuela se convierte en un punto geoestratégico y geopolítico, debido a nuestras reservas petroleras y a nuestra proximidad con el Amazonas.Con la llegada del comandante Chávez a la presidencia, la estrategia del capitalismo pasó a ser la de satanizar el petróleo; por lo tanto, nuestra labor debe ser rescatar la

idea de que el petróleo es la bondad de la tierra del pueblo venezolano, pero tenemos que manejarlo en el contexto del hecho productivo, dijo Oswaldo. En la actualidad nos encontramos en un huracán dialéctico de dos visiones del mundo: el capitalismo y el socialismo. Existe una guerra contra la visión socialista, especialmente desde los medios de comunicación. Hay una lucha en dos direcciones: por un lado, el manejo de la alimentación de algunos productos neurálgicos y, por otro, la presión contra las divisas. El objetivo de esta estrategia es precisamente crear la percepción de una supuesta crisis de subsistencia. Así que esta maniobra está orientada precisamente a quebrar nuestros cuadros emocionales con dos propósitos específicos: socavar las bases de la legitimidad y socavar las bases de la gobernabilidad. Los medios de comunicación son la base fundamental para la desestabilización del país, hablando de crisis política y crisis alimentaria. En estos momentos, nosotros somos parte de una confrontación entre dos visiones de país. Oswaldo aclaró que, antes de plantear el tema principal, debía exponer este marco de reflexión para que se entendiera bien el porqué de esta lucha y sus propósitos. Nos encontramos en un huracán histórico cuya gran debilidad es el hecho productivo. La actividad productiva está en manos privadas: si bien el Estado maneja la industria petrolera y produce las divisas, es la economía privada la que maneja el sector productivo. Por otra parte, no hemos podido recuperar el aparato productivo que desmanteló la Cuarta República con la finalidad de instituir formas de consumo predeterminadas. 83


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Oswaldo recordó que en la época de Luis Herrera, Venezuela era dueña de los silos de almacenamiento de granos más grandes de este continente, además, tenía los centrales azucareros en manos del Estado. Sin embargo, en esa época se produjo la crisis del sistema financiero agrícola y toda esa infraestructura pasó a ser propiedad de grupos productivos monopólicos. Venezuela, que era exportadora de arroz, comenzó a comprar arroz al extranjero. Oswaldo quiso ilustrar las razones por las que debemos establecer esa condición productiva. Añadió que esto debe ser trabajado desde lo más pequeño, ya que así debe construirse el socialismo: desde lo micro a lo macro. Es fundamental que nosotros comencemos a aprovechar los recursos productivos que tiene nuestro territorio. Cada espacio público, cada plaza, universidad, etcétera; todos estos espacios deben ser aprovechados como espacios de producción agrícola: es la única forma de ganarle al capitalismo. El proyecto del Cumbe de la UBV Maracaibo nació de un grupo de compañeros comprometidos con la construcción del socialismo desde lo más pequeño. Está claro que esta actividad se entronca con el pensamiento de la educación popular, y, sobre eso, con el concepto de la autopraxis y el ejercicio de la teoría crítica, ya que ésta permite reconstruir, elaborar esquemas, determinar, observar contradicciones y, a la vez, buscar la transformación de la sociedad. Oswaldo, usando una de las láminas de su ponencia, comentó que uno de los métodos que se utilizó para llevar el control del cumbe y la sistematización de la información fue realizar 84

pequeñas entrevistas a miembros del colectivo para de este modo recoger las distintas experiencias que habían vivido. Una compañera del área de comunicación fue la encargada de realizar las entrevistas que poco a poco fue presentando Garrido. “¿Qué es el cumbe? ¿Por qué se le llama así?”. Oswaldo nos contó que el cumbe es un espacio ubicado a unos cuantos metros del edificio Simón Bolívar de la Universidad Bolivariana de Venezuela, núcleo Maracaibo. El sitio era llamado anteriormente “el triángulo de las Bermudas”, ya que era un lugar abandonado y muy oscuro. Ariana Guerrero, estudiante de Gestión de la Salud Pública, que se dedica al trabajo con plantas medicinales, expresó en una de las entrevistas que “el Cumbe es un espacio agrícola cuyo objetivo fundamental es recuperar plantas que han sido desplazadas con el pasar del tiempo, haciéndolo de manera pura y sin antisépticos que sean nocivos para la salud”. Por su parte, Osvaldo Peñaloza, uno de los docentes de la universidad, se refirió al cumbe como una representación de la palabra “comunidad”. Basándose en las palabras de Peñaloza, se realizaron varios debates en cuanto a qué era “comunidad”, y se llegó a la conclusión de que una comunidad era como un ecosistema. Así el cumbe se transformó en un espacio de construcción de comunidad. Ahora bien, “cumbe” realmente es una palabra africana que significa “lo que está escondido”, pero en nuestra historia el cumbe es una formación social que asumieron los negros que huían de las haciendas. Para entender la sociedad venezolana, es necesario entender esta formación histórica.


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Ya en 1700 los negros estaban hablando de justicia, libertad e igualdad; sin embargo, los blancos criollos asumieron ese discurso después de 1810. Los conceptos de justicia y libertad, asociados a la comunidad, son elementos fundamentales del socialismo venezolano, porque no se puede ser socialista sin pertenecer a una comuna. Otra de las preguntas que se plasmó en la entrevista fue: “¿cuáles son los valores que se han promovido dentro del cumbe?”. Unos contestaron: solidaridad, cooperación, socialismo, disciplina, compromiso, amor, familia, entre otros. Oswaldo resaltó que el principal motor es el trabajo colectivo, que se emprende sin esperar ningún tipo de remuneración económica y que lleva una carga sociopolítica, empezando con que no puede haber separación entre el trabajo intelectual y el manual. Una vez más, Oswaldo citó al sociólogo Aníbal Quijano diciendo que “la base de la estratificación, clasificación y la división social del trabajo se hizo a partir del concepto de raza”, entonces el trabajo reflexivo se le dejó a determinado sector de la sociedad y el trabajo manual terminó en manos del proletariado. La visión de conjugación entre el trabajo colectivo y manual coincide con el pensamiento del Ché Guevara, cuando decía que “el papel de un revolucionario en la transición es producir cosas de calidad”. Oswaldo continuó pasando las láminas y volvimos a toparnos con una reflexión del profesor Peñaloza: “el cumbe también es el pilar fundamental para el proceso de formación humana”. Otro aspecto histórico del cumbe es que era un bastión de resistencia militar y, en este caso, el colectivo vinculó lo militar con la organización. “La defensa del sistema socialista no es el pueblo armado, es el pueblo organizado”, dijo Garrido.

Seguidamente pasó a nombrar algunos de los rubros que se trabajan dentro del cumbe, como peces, yuca, plantas medicinales, hortalizas y cacao (la mención de este último rubro me causó un poco de curiosidad, pues al menos yo pensaba que la producción de cacao en nuestro país se daba únicamente en la costa central, Miranda y Aragua), y justamente ahí se detuvo Oswaldo para decirnos que el capitalismo territorializa el consumo. Puso el ejemplo del libro Los amos del valle, novela del venezolano Francisco Herrera Luque, que narra una historia ficticia centrada en la comercialización del cacao. A raíz de la publicación de este libro o quizá un poco antes, se corrió la voz de que en la zona del Estado Zulia no podía producirse cacao; en el cumbe existe una producción de cacao artesanal, doméstica y de muy buena calidad. El aprendizaje académico dentro del cumbe se basa en el ejercicio del trabajo comunitario, como un proceso social y colectivo que involucra a compañeras y compañeros de otras disciplinas, no necesariamente relacionadas con la agroecología. Pareciera que el movimiento ecológico es un viaje de aventura de la naturaleza, un viaje por los cementerios ecológicos que deja el capitalismo; en este sentido, no se puede ser ecólogo si no se tiene la capacidad productiva. Esto nos lleva a un ejercicio fundamental: preguntarnos ¿qué es ecosocialismo? Marx planteaba que el problema fundamental del capitalismo es que éste separa al humanos de la naturaleza, y cuando estudiamos la forma en la que se ha desarrollado la fase histórica del capitalismo en las sociedades humanas, nos damos cuenta de que comenzó con la apropiación de la naturaleza misma del humano, y después con el trabajo. 85


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Oswaldo comentó que, sin saberlo, el cumbe estaba vinculado al Plan de la Patria. Sin embargo, se encuentran en riña con ciertas ideas que plantea este Plan ligadas al desarrollo industrialista. No se puede ser socialista y seguir impulsando este modelo torcido de desarrollo, porque es precisamente el causante de la pobreza, la injusticia y la inequidad. Al proyecto cumbe le interesa, de ese socialismo del siglo XXI, la vida comunitaria y la soberanía alimentaria. Con esta reflexión se despidió el profesor Oswaldo, invitándonos a todxs a visitar el cumbe.

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Ética ecosocialista Enrica Malaver Luego de disfrutar de un sabroso almuerzo servido en el comedor de la UBV, me dirigí al salón 12 del edificio Simón Rodríguez. El frío del aire acondicionado contrastaba con la calidez de las personas que allí se encontraban congregadas: madres, padres, dulas, parteras y enfermeras andaban con muchas ganas de compartir sus saberes y experiencias en lo que sería un recorrido por los cuidados iniciales, desde la gestación hasta el destete. Las madres y padres manifestaban su alegría por poder participar plenamente de las actividades del congreso, ya que contaban con el área de niños y niñas donde podían dejar a sus hijxs y compartir experiencias de crianza. Encendí la grabadora y comencé a grabar. La eco-feminista Pilar Coromoto Maestri compartió su ponencia “Parto humanizado: la iniciación a una vida ecosocialista”. Lo primero que comentó fue la distinción entre los varios tipos de feminismo. Señala que a veces las feministas que se hacen llamar radicales, aquellas que están en contra de toda marca que nos relaciona con el género mujer, suelen criticar a las eco-feministas por asumirse como dadoras de vida. Toman por sentado que la defensa del parto y el amamantamiento es un síntoma de sumisión. Las feministas “radicales” — continúa Pilar— se asumen como las continuadoras de la lucha que, en otro momento, llevaron a cabo las esposas de políticos e intelectuales pequeñoburgueses. Estas luchas igualan a las mujeres a sus pares masculinos de la misma clase.

Eso implica una igualdad que niega nuestras diferencias biológicas, y que únicamente es factible para una clase social. Además, no contribuye a desmontar las prácticas patriarcales. La investigación de Pilar apunta a demostrar que el protocolo de parto del sistema convencional de salud es un rito condicionado clínicamente, y que está fundado en una definición errónea de parto. La medicina alopática define el parto como la extracción del producto de la gestación. Cónsona con esta definición cientificista se llevan a cabo los protocolos médicos. “Te llevan a una clínica u hospital, a un ambiente controlado donde estás tú sola. Allí te cambian la ropa por una bata que no te puedes quitar porque quedas desnuda, pero con la que es difícil sostener la intimidad del cuerpo, porque de paso es abierta. Nos dejan casi desnudas y deshumanizadas, como reos a los que se les raspa la cabeza, en un espacio con personas desconocidas. Nos hacen pasar por una serie de procedimientos científicos que supuestamente necesitamos para parir”. Ese ritual lamentablemente enseña que la madre es la que debe velar sola por el cuidado del niño, y esa soledad continúa durante el período de amamantamiento. La sociedad afirma y reafirma que sólo la mamá es la que debe atender al niño y cuidarlo por la noche. La mamá pierde su identidad propia y subordina su identidad a la del niño. El ritual del parto en clínicas y hospitales no fue diseñado pensando en la comodidad de la madre, ni siquiera en la salud de la cría humana; en buena medida está determinado por la comodidad de los doctores. 87


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De hecho, el parto horizontal en camilla surgió por las exigencias del rey Luis XIV de Francia que, para poder presenciar el nacimiento de sus hijos, obligaba a sus favoritas a dar a luz acostadas. Esa postura no resulta orgánica ni cómoda para la embarazada, ya que a partir del séptimo mes se hace difícil dormir boca arriba debido a que el peso del bebé causa una presión que produce dolor. Esta posición hace más difícil y doloroso el parto. Al generalizarse esta práctica, los médicos tuvieron que inventar los fórceps y demás instrumentos obstétricos para evitar algunas de sus consecuencias. Todavía hoy se cree que el parto es siempre una urgencia que exige atención médica para transcurrir sin complicaciones. Mientras que en otros países existe un sistema sólido de parteras o de enfermeras obstetras, en Venezuela el sistema médico desplazó al sistema de parteras y únicamente asisten al parto doctores, doctoras, enfermeros o enfermeras. En la lógica de la medicina occidental las cosas deben ser productivas y rápidas, en función de la relación costo-beneficio. Para el sistema resulta mejor inducir el parto mediante la inyección de oxitocina sintética (que hace que las contracciones sean más frecuentes e intensas), que esperar a que el cuerpo segregue las cantidades adecuadas de oxitocina natural. En un parto clínico la cría no se le entrega a la madre al momento, lo que impide el vínculo afectivo y hormonal que se ha construido desde la gestación y que se reforzará a lo largo del amamantamiento y la crianza. Ante la violencia obstétrica naturalizada, Pilar propone la lucha contra la soledad y el aislamiento, no sólo durante el embarazo y el parto, sino también durante el amamantamiento y la crianza. 88

Si la familia está presente se puede mitigar la soledad. El embarazo, el parto, el amamantamiento y la crianza no son únicamente una responsabilidad de la madre. Ni siquiera sólo una responsabilidad compartida entre padre y madre. Implican un trabajo colectivo en el que toda la familia es partícipe y corresponsable. Por lo menos ha de ser así en un modelo de crianza eco-feminista. En este modelo se inculcan a los niños y niñas los valores de solidaridad socialista que se oponen al individualismo y a la autosuficiencia. Por eso Pilar defiende con fervor prácticas como la crianza en tribu o crianza en comunidad. La ponencia “El nacimiento, la lactancia y otras prácticas. El negocio de la llegada del nuevo individuo, un convenio desnaturalizado”, expuesta por la enfermera obstetra Geraldine Lorena Zambrano, fue el complemento perfecto para la ponencia de Pilar. Luego de caracterizar el parto como un acto natural, bello, amoroso y doloroso, Geraldine manifiesta su preocupación ante las circunstancias del parto en Venezuela. Hemos dejado de lado la experiencia y el saber de las parteras, que rara vez tienen cabida entre las prácticas de la medicina convencional debido al cuestionamiento de la legalidad de sus prácticas. Geraldine no ha conseguido en Maracaibo el primer centro de salud de asistencia pública o privada en el que se atienda de manera respetuosa a una parturienta. Existen protocolos de rutina como la episiotomía (procedimiento quirúrgico que comprende el corte de la piel y músculos entre la vagina y el ano para agrandar el canal vaginal) que se hacen incluso en partos que no lo requieren y sin el previo consentimiento de la madre.


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Esto es consecuencia de la preservación de protocolos de rutina diseñados para partos delicados. Otra de las irregularidades cotidianas en los servicios neonatales es la separación madrecría. Esta separación se da en algunos casos para cobrar el servicio de guardería o para inyectarle vitamina K y complejo B12 al bebé, ponerle antibióticos en los ojos y vacunarlo contra la hepatitis B. En el caso de los hospitales de Zulia se han intentado realizar programas de humanización del parto, pero cuando se plantea que la madre de un parto regular debe ver de inmediato a su hijo, responden que los protocolos del hospital no pueden ser modificados. La medicina practicada en clínicas y hospitales olvida el poder de las hormonas que segrega la madre antes, durante y después del parto. Alejar a una madre de su hijo inmediatamente después del parto genera angustia y estrés a la madre. Los protocolos médicos parecen estar diseñados para inhibir la producción de oxitocina (hormona del amor), endorfinas (hormona del placer) y prolactina (hormona de la maternidad). En vez de propiciar un espacio cómodo y tranquilo, todo lo que rodea a la madre genera inseguridad, desde la lámpara del techo hasta las preguntas de rutina. Generar ansiedad, estrés y miedo a una parturienta es estimularle el neocórtex, la región del cerebro que produce la adrenalina. La segregación de adrenalina durante el parto bloquea la producción de oxitocina y, por tanto, puede complicar el proceso. Antes de empezar su ponencia “¿La leche que sustenta? Representaciones del amamantamiento en Maracaibo”,

la psicóloga Mildred Urdaneta nos comenta que acaba de obtener el título de consejera de lactancia otorgado por la Universidad del Zulia. Este curso superior en lactancia es único en Latinoamérica. Respecto al amamantamiento Mildred afirma: “Antes tenía una idea de lo que era; ahora me encontré con otra realidad”. Ya es bien sabido que el hecho de amamantar incide en el desarrollo psicológico del bebé y de la mamá, estableciéndose en un período de cambios. “Quienes lo aprovechamos cambiamos nuestro estilo de vida, no sólo a nivel personal, sino también familiar y, a veces, hasta comunitario”. El amamantamiento es también un acto de amor entre la madre y el bebé, pero para lograrlo plenamente es necesario que la madre se informe previamente y se encuentre protegida por la sociedad. Si no hay información previa o no existe protección social, la lactancia difícilmente puede resultar exitosa. Mildred alertó sobre una cifra que, si bien no es definitiva, debe alarmarnos como sociedad: se estima que sólo un 30% de las mujeres en período de lactancia amamantan, y de ese porcentaje sólo el 30% lo hace durante los plazos recomendados por los organismos internacionales. “Hemos entrevistados a seis familias hasta el momento, indagando en lo que piensan, sus vivencias y las prácticas que han realizado. Realizamos visitas reiteradas a estas casas de familia durante el período de lactancia para analizar las vivencias de la madre y describir las prácticas que se van activando en el proceso”. La primera inquietud que aparece en el estudio es: ¿Qué darle de comer a mi chamo: teta o tetero? ¿Qué sustenta mejor al bebé? 89


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Las madres señalaban la falsa relación entre sustentabilidad y tranquilidad del bebé. Las madres pensaban que mientras más tranquilo, mejor alimentado está el bebé, lo cual es falso. Otra de las razones por la que las madres acuden al tetero es para evitar la dedicación exclusiva que requiere el amamantamiento; lo ven como un acto esclavizante por la inversión de tiempo que implica. La tercera razón está relacionada con los mitos que nos impone la medicina y el temor a enfermarse. La madre y el niño se conocen en el contexto de las dinámicas hospitalarias, lo que deposita una gran cuota de poder simbólico en los enfermeros y doctores que suelen hacer presión para que la madre le dé tetero a su bebé. En un escenario como éste la posibilidad de que la madre pueda sostener la lactancia exclusiva va a depender de su fuerza de voluntad, su preparación previa al parto, de su habilidad para improvisar y para resistir la opresión. Durante la preparación previa al parto, la búsqueda de información es importantísima. Una vez informada de los beneficios, e incluso de lo placentero que puede resultar amamantar, la madre puede ser consciente de la responsabilidad que conlleva el amamantamiento. Hacerse cargo de la alimentación del bebé es, por un lado, estar pendiente de que nunca le falte la comida y, por otro, que todo lo que la madre coma sea beneficioso para su cría. Al principio las madres primerizas pueden notar que el bebé no quiere chupar, y puede que sea así porque aún no ha dado con la técnica correcta. Esto claramente genera ansiedad y estrés en la madre, lo que puede convertirse en

un círculo vicioso que causa frecuentemente hipogalactia, o disminución en la producción de leche. A consecuencia de esto, la producción de leche puede variar ligeramente de un día a otro, causando desajustes en la alimentación del bebé. Según Mildred, durante este período los temas giran en torno a la abundancia y la escasez. ¿Cómo guardo la leche? ¿La caliento? Y frente a esto, la necesidad de socializar: ¿quiero y puedo asumir el compromiso de compartir mi leche? Al mismo tiempo, el cuerpo de la madre experimenta diferentes cambios, tanto corporales como hormonales. En un entorno en el que se le da tanta importancia a la apariencia física, los cambios corporales por los que atraviesa la madre pueden llevarla a la depresión. Otro de los problemas importantes por los que atraviesa la madre al momento de decidir si continuar amamantando, es el que las mujeres definieron como “dar la teta o dar la cara”. Por más que una quisiera que todas pudiésemos amamantar exclusivamente los primeros seis meses de vida del bebé, existen circunstancias reales y materiales que dificultan este proceso. Es quizás un tema difícil para las que apoyamos el amamantamiento, continúa Mildred, porque es asumir que existen factores de vulnerabilidad y de riesgo a los que las madres se enfrentan, y ellas deben sopesar al momento de tomar su decisión. Nosotras como promotoras de los beneficios de la lactancia materna no podemos imponer ni juzgar a la mujer por sus decisiones. Luego de que ya la madre asume la lactancia, le toca decidir cómo le va a dar la teta al niño: si es un acto que puede ser público o si es un acto privado que ella debe esconder. 91


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Como siempre, distintas personas del entorno social van a dar sus opiniones, no siempre de la mejor manera. En ese momento, una de las chicas que se asume eco-feminista, me dice: “Yo me saco la teta y, si alguien me dice algo, le digo que yo doy el pecho a mis hijos cuando me dé la gana y como me dé la gana”. Desde el momento en que nace el bebé, e incluso antes, la mamá traza un plan de amamantamiento, pero poco a poco ese plan se va flexibilizando de acuerdo a ciertos determinantes sociales. La práctica del amamantamiento también va mutando con el tiempo, desde que el bebé empieza a conocer la teta e intenta mamar, tanto para comer como para amar. Luego incluso para jugar. Algunas madres asumen este momento con confianza y continúan la lactancia; otras asumen que es una señal de que la cría ya puede prescindir de la teta.

que la madre y su cría entablen una relación simbiótica que comienza durante la gestación y se prolonga mucho más allá del parto. En la madre confluyen sensaciones y situaciones que le son difíciles de explicar y que nacen de esta relación. Esa sensación necesariamente está mediada por las expectativas, la norma social y los riesgos.

Una vez que bebé comienza a alimentarse con una dieta compuesta de alimentos sólidos, nos hacemos la pregunta: ¿cuándo voy a dejar de amamantarlo? La mayoría de las madres señalan que es la cría la que decide; sin embargo, a veces la madre se siente forzada a detener el período de amamantamiento o el médico le indica que ya debe parar. Las dinámicas laborales también tienen incidencia en esta etapa del amamantamiento, ya que cuando la madre comienza a trabajar se van dilatando los períodos entre lactancias, y la teta va disminuyendo su capacidad de producción.

Además de este breve recorrido por las vivencias más comunes en los cuidados iniciales, escuchamos la ponencia “El amamantamiento humano en Venezuela desde una perspectiva cultural”, del Institutito Nacional de Nutrición (INN). Teniendo en mente la incidencia que ejercemos todas y todos como sociedad en la relación madre-hija, se plantearon las siguientes recomendaciones para la elaboración de una campaña comunicacional:

Para concluir, Mildred habló de los múltiples yo, entre los que se encuentran el yo individual, el yo familiar, el yo comunitario, el yo geopolítico y el yo social, en el 92

La lactancia puede dividirse en varias facetas asociadas a las decisiones que ejerce la madre, desde comenzar a amamantar, continuar con el amamantamiento después de los 6 meses y, por último, dejar de amamantar. Mildred finalizó resaltando la incidencia de los padres y abuelos en la lactancia como apoyo fundamental para la autoestima de la madre durante cada una de estas decisiones.

“1. Evitar imágenes idealizadas del amamantamiento: producir una estética para la campaña que se corresponda con la cotidianidad de las mujeres en período de lactancia, llena de matices, gratificaciones y retos. Las campañas que sólo muestran el aspecto cándido parecen no funcionar porque resultan engañosas.


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2. Naturalizar la imagen de la mujer que amamanta: invadir los espacios públicos, desde vallas en las autopistas, metros y paredes de todo el país con imágenes de mujeres reales dando de mamar a sus bebés en edades diversas, desde muy pequeños hasta los dos años, en situaciones cotidianas. 3. Emplear mensajes que apunten a lo afectivo/emocional por encima de lo racional: movilizar el ámbito emocional haciendo énfasis en los elementos afectivos que se generan entre la madre y el bebé a través de la lactancia; por ejemplo, el hecho simbólico de proteger y la sensación de brindar seguridad en el seno materno. Se ha observado que la decisión de amamantar y de prolongar la lactancia materna hasta los dos años se relaciona principalmente con elementos afectivos, y no con argumentos de la racionalidad técnicocientífica. Una manera de mostrarlo es con testimonios de hijas e hijos grandes agradeciendo a sus madres por haberles dado “vida de su vida”. 4. Desmontar el amamantamiento como una acción del ámbito privado a través de estrategias dirigidas a la colectividad: se ha observado que el apoyo familiar y todo tipo de participación de terceros en respaldo de la práctica de amamantamiento es determinante en experiencias de sostenimiento de la lactancia materna por encima de los seis meses. Por ello, recomendamos la construcción de contenidos donde esta práctica se conciba como una acción colectiva, corresponsabilizando a la familia y a la comunidad, a fin de abordar la presión social sobre las madres, elemento clave en el abandono temprano de la lactancia.

5. Dirigir la campaña hacia los diferentes actores involucrados directa o indirectamente en el proceso de amamantamiento (personal de salud, consejeras de lactancia, madres, padres, abuelas, amigas, familia, colectividad): diseñar estrategias según el público objetivo que permita visibilizar el papel específico de cada uno de estos actores. Sugerimos, en el caso de los expertos, en tanto guardan una relación paradójica con la lactancia materna, no sólo dirigir contenidos al personal de salud, sino promover entre las madres un tipo de relación más consciente sobre el papel de los expertos en la crianza, que llame a construir un criterio propio y a consultar diversas fuentes de información. 6. Promoción de redes de apoyo entre mujeres: las mujeres coetáneas aparecen como las interlocutoras de mayor validez. Según lo registrado, son la fuente de experiencia más influyente en la construcción del criterio propio de las madres. Se recomienda dirigirse a las madres a partir del testimonio y la experiencia de otras, así como impulsar estrategias institucionales y comunitarias para la promoción de redes de madres para el compartir de experiencias y el apoyo mutuo durante las distintas etapas del amamantamiento. 7. Evitar situar al padre en un rol meramente contemplativo e inespecífico; sí, en cambio, en un papel activo, protagónico, destacando actividades y formas en las que la figura masculina puede participar, no de un modo idealizado, sino con base en el testimonio de hombres y mujeres. 93


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8. Estrategias de campaña diferenciadas para las diferentes etapas del amamantamiento: difundir contenidos que intenten responder a las inquietudes que surgen en las diferentes etapas del amamantamiento, por ejemplo, la bajada de la leche y el establecimiento de la lactancia, la introducción de alimentos complementarios, el mantenimiento de la lactancia hasta los dos años y el destete. 9. Difundir contenidos sobre los valores nutricionales de la leche: de una forma llamativa socializar las propiedades alimenticias de la leche materna, desmontando los mitos que entienden la leche materna como alimento insuficiente. 10. Enfatizar los beneficios prácticos de la lactancia materna, a razón de costo económico y tiempo, estableciendo comparaciones con los alimentos sustitutivos. Sugerimos introducir los beneficios prácticos y de salud en caso de enfermedad infantil. Resulta indispensable generar las críticas necesarias a las fórmulas lácteas sin criminalizar o ridiculizar a las madres que se han decidido por esta opción, siendo en este caso el público objetivo.” Tras mencionar estas recomendaciones, se abrió entonces el derecho de palabra. Entre las intervenciones se destacó la importancia de la información y la formación antes, durante y después del parto. Una de las compañeras acotó que a los dos años de haber pasado por una cesárea, se puede tener un parto natural. Otra recomendación que dieron las mujeres fue la de tomar mucha avena antes y durante el período de lactancia para mantener la producción de leche.

Gracias a una intervención de María Elena Ramírez, miembro de la Alianza Sexo-Género Diversa Revolucionaria (ASGDRe), pudimos conversar sobre la tan silenciada lactancia paterna. Los hombres tienen en sus pechos órganos semejantes a los senos femeninos, así que en teoría un hombre puede amamantar, sólo que a diferencia de nosotras, a ellos no se les ensanchan tanto los conductos galactóforos, por lo que les cuesta más preparar las mamas para la lactancia. Si bien es cierto que la estructura de las glándulas mamarias de los hombres y las mujeres es semejante, la diferencia anatómica es sobre todo hormonal, por lo que se puede obtener leche paterna estimulando el pezón masculino, pero la producción de leche será mucho menor. También se propuso trabajar en la configuración de un concepto de familia contrario al modelo de familia nuclear que responda a la diversidad de relaciones que cotidianamente entablamos: familias distendidas, familias no consanguíneas, padres homosexuales que reciben ayuda de alguna mujer que pueda amamantar a las crías, entre muchísimos otros casos. La familia nuclear es sólo uno de los muchos modelos de familia posibles. Ya al final de la nutrida conversa, José Luis Omaña, miembro del colectivo Camada, nos recordó que actualmente se están generando políticas públicas de las Bases de Misiones Socialistas de la Gran Misión Hogares de la Patria. Esta misión está destinada a las familias que viven en pobreza extrema. Estamos proponiendo dejar los hospitales sólo para los problemas de salud y hacer casas de familias saludables en las comunidades capaces 95


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de atender el continuo: gestaci贸n, parto, nacimiento, amamantamiento y crianza. A medida que convers谩bamos, uno a uno nos fuimos parando, recogimos la mesa e instintivamente nos quedamos hablando en c铆rculo. Finalmente logramos ganarle una al aire acondicionado, compartiendo nuestro calor corporal con un abrazo colectivo.

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Gestión para la conservación Javier Bastardo Antes de llegar al conversatorio estuve compartiendo con un par de amigos que encontré en el congreso. Los comentarios eran positivos acerca de la experiencia, y acerca de lo que se había dicho y hecho durante esas primeras jornadas. Uno de ellos me dijo que su colectivo tendría una participación en breve, pero que él tenía que irse a otra actividad. La sorpresa fue grata al conseguir algunas otras caras conocidas en el conversatorio al que asistí. Son las casualidades de la vida manifiestas de vez en cuando. Colectivo agro-ecológico Abya Yala La primera participación estuvo a cargo de los compañeros del colectivo agro-político Abya Yala, quienes compartieron la experiencia del núcleo “El arañero”, en la sede Caracas de la UBV. En la cosmogonía del pueblo Kuna de Panamá, Abya Yala es el nombre originario del continente que luego será conocido como América. Este es un intento loable por parte del colectivo ubvista de traer a la palestra el nombre ancestral y la herencia de nuestros antepasados. El núcleo “El arañero” es un espacio para la transformación, para el compartir. Es una trinchera, un punto de encuentro entre diferentes colectivos e individualidades que hacen vida dentro o fuera de esta casa de estudios, a partir de una interacción con la naturaleza, que en los espacios de la capital no existe. “Convertimos un botadero de basura, gracias al trabajo colectivo del estudiantado, en un espacio donde crece y florece vida”.

Durante su intervención, Abya Yala dio la oportunidad de participar a miembros de otro colectivo de la UBV-Caracas: los de Autana Tepuy, que fueron los pioneros en la recuperación, reconfiguración y acomodo del espacio. Estas egresadas de Gestión Ambiental se dedicaron, durante gran parte de su vida estudiantil, a recuperar y reacondicionar el espacio, al tiempo que a través del trabajo político sumaban más y más voluntades a su labor, no desde lo individual, sino apuntando siempre al trabajo mancomunado y comprometido del estudiantado. “Cuando decidimos involucrarnos con la recuperación de estos espacios, la universidad los tenía destinados a ser un botadero. Era el antiguo basurero de la UBV”. El trabajo continuado ha hecho que el núcleo “El Arañero” se consolide como trinchera consolidada en el tiempo, pues lo que se necesita es verdadero compromiso y trabajo. Gracias a la colaboración de algunos miembros del CIARA se ha podido ampliar el área destinada a los viveros, se ha ofrecido capacitación en materias relacionadas con el trabajo de la tierra, y así se ha convertido el núcleo en un eje orgánico de la vida ubevista. “En un principio la idea era que, aparte de ser un espacio socio-productivo, se convirtiera en un espacio de formación continuo, una manera de tributar este modelo de organización productiva de los estudiantes, dándole una posibilidad de convertirse en una experiencia más y más grande para compartir y formarse”. Este espacio se ha transformado en una nueva posibilidad para el aprendizaje, dejando atrás las estructuras académicas tradicionales, haciendo cada vez más cercana la nueva forma de hacer Universidad y dando una alternativa real al modelo educativo imperante, suspenso de labores manuales como el trabajo de la tierra. 97


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“El arañero” ha sido un espacio para compartir con miembros de la comunidad universitaria, con gente de fuera, con la comunidad cercana, desde la base del intercambio de saberes. “Cualquiera puede llegar y dar sus talleres, este espacio funciona también para eso. Es un territorio estratégico que brinda un espacio ecológico. Debemos dar un impulso de educación ecosocialista a este espacio. Ya lo hemos recuperado, ya sabemos cómo podemos mejorarlo, ahora debe convertirse en un bastión de formación”. Rafael Peñaloza, Azul Ambientalistas. Maracaibo, Zulia La propuesta de Peñaloza va en torno a la participación popular, y sostiene que ésta se debe dar en todos los ámbitos y, sobre todo, en lo ambiental. Allí, la capacitación debe darse a partir de un replanteo de las necesidades y posibilidades de nuestro modelo de desarrollo actual. “Hay mucho conocimiento de la materia, pero muchas veces se ve tergiversado por los medios de difusión.” El punto principal de la ponencia, según Peñaloza, es exponer como urgente la necesidad de que el poder popular tenga mucha más preponderancia en materia ambiental de la que tiene hoy. Pero, ¿cómo se da la participación? “Frente al modelo representativo, la participación ciudadana, comunitaria, estaba imposibilitada. Sólo se participaba con el voto. Sin embargo, con la entrada en escena de la revolución bolivariana, esta representatividad se ve superada por un nuevo modelo, en donde dejan de existir representantes y se habla de voceros de las comunidades, cuya función es hacer valer sus intereses. No es sólo un cambio de palabra, hay un cambio cualitativo”.

Desde Azul Ambientalistas se ha propuesto un programa de educación ambiental que se fundamenta en un tridente interconectado e interdependiente: eco-escuelas para llenar la ausencia de programas de formación en la materia; ecoempresas, que buscan la responsabilidad socio-ambiental de todas las empresas del programa; y eco-comunidades, que se fundamentan en esa nueva relación de educación, producción, ambiente y comunidad comprometida. Los miembros de estas eco-comunidades se relacionan con el ambiente a partir de una nueva concepción que coloca al ser humano en un nexo más orgánico con el entorno. Así, podemos entender el surgimiento y difusión de la idea de bosques urbanos comunitarios, a través de los cuales la propia comunidad, con sus potencialidades ambientales, se plantea la conservación en pro del empuje comunitario. La participación de la comunidad se da desde la elección del terreno hasta la creación de los composteros comunitarios, pasando por viveros vecinales y bancos de semillas. Todo esto requiere que las personas se involucren en el trabajo colectivo. Este plan ha traído muchas experiencias positivas pues su implementación, luego del acuerdo en la comunidad, es sencilla. “La comunidad se apropia de los espacios y se encarga de su mantenimiento”. Toda invitación a la participación debe venir acompañada con capacitación, pues hay mucha banalización, mucha tergiversación. “Hay que ofrecer herramientas para que las comunidades puedan discernir cuáles son los efectos negativos y positivos de la gestión ambiental que orienta su trabajo”. 99


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María Andrades, parque ecoturístico “Tierra de Sueños”, comunidad Capitán Chico Llegó el momento de una de las participaciones más emocionantes de este conversatorio. María Andrades, madre, ama de casa y soñadora incansable, llena de un profundo orgullo, nos narró su experiencia desde una gran humildad, y nos habló del parque Tierra de Sueños, ubicado en la comunidad Capitán Chico, en el Estado Zulia. Un espacio recuperado gracias a la acción conjunta de la comunidad, a partir de una preocupación suya. “Este espacio fue un sueño que iniciamos un grupo de personas de la comunidad y yo”. La decisión de crear este parque provino de la preocupación por el maltrato de los jóvenes de la comunidad al manglar y la fauna que allí vive. Un grupo no muy numeroso de la comunidad intervino en la situación. Convencidos de que podían lograr cambios, se sumaron a la idea del Bosque Urbano Comunitario. “Entre esos muchachos estaban mis hijos, lo que me causó mayor preocupación, porque estaban haciéndole daño al ambiente”, nos dijo María. Lo primero fue concientizar a la comunidad; no sólo a los jóvenes, sino a todos sus miembros. La mayoría terminó organizándose en brigadas voluntarias de ambientalistas. Luego hubo que hacer una investigación que permitiera obtener un balance de los primeros pobladores de la comunidad de Capitán Chico, “buscando nexos históricos que nos vincularan aún más con el territorio, con el manglar y con el parque que estaba a punto de nacer”. A partir del surgimiento del parque empezó un nuevo programa de formación que involucraba aún más a la comunidad, desde el 100

vínculo entre ese conocimiento histórico y la cotidianidad de las personas que habitan Capitán Chico. El resultado se ve en que la mayoría de las y los eco-guías de Tierra de Sueños son vocerras y voceros del Consejo Comunal: protegen el parque, cumplen con sus deberes colectivos y promueven una mayor conciencia en torno al ambiente. Su labor se constituye así en un ejercicio militante político y ambiental. El parque se inauguró el 25 de febrero de 2012, y se reinauguró el 13 de febrero del año siguiente. Al segundo acto asistió el gobernador del Estado, con su gabinete de gobierno. Esto demuestra que la iniciativa y su cristalización no pasaron desapercibidas. Es una experiencia pionera, pues luego se han ido creando más y más de estos parques. “A raíz del nacimiento del parque Tierra de Sueños, empezaron a surgir otras experiencias similares a la nuestra. Siguiendo el mismo camino de concientización y formación, hoy podemos felicitar la experiencia del Parque Ojo de Agua El Cardón, el refugio de dantas.” Gracias a la difusión de este acto oficial, al parque han llegado otras figuras reconocidas en el país, como “los ministros de Turismo y de Ambiente, e incluso hemos recibido la visita de los tripulantes del Buque Escuela Libertad”. María Andrades compartió parte de su secreto para el éxito: “Es necesario formarse para poder desplegar la información y poder ir sumando personas a este tipo de iniciativas, así como también es indispensable lograr que las comunidades reconozcan que todos estos espacios estaban aquí antes de que nosotras y nosotros estuviésemos. Si no los cuidamos nosotras, que vivimos cerca de ellos, no podemos esperar que nadie más venga a hacerlo” Este parque ha traído muchos beneficios a la comunidad de Capitán Chico.


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En primer lugar, el pueblo ni siquiera estaba registrado en los mapas. Cuando se fundó el parque, nació también el proyecto de eco-comunidad, que despertó la sensibilidad en la población. Uno de los proyectos más importantes de esta comunidad empoderada es la bloquera ecológica, en donde, a través del procesamiento del material de desecho plástico que se recoge en el parque —que llega allí debido a las corrientes marinas—, se hacen bloques que han sido aprovechados por la Gran Misión Vivienda Venezuela para dotar con nuevas casas a muchos de los miembros de la comunidad. Todos estos beneficios, lejos de mermar los intereses de la comunidad, le da un impulso, a partir de la internalización de una necesidad de mantener la vida en espacios como este; hemos entendido que el trabajo mancomunado hace más fácil la labor y se valora de mejor manera el esfuerzo que va en beneficio del colectivo. Yohan González, Parque Ecoturístico Brisas del Rocío Esta iniciativa comenzó a concretarse en el año 2012, y la idea es que a través de la recuperación del área se cree un nexo de conciencia entre la comunidad y las y los visitantes, reconociendo las bondades del parque. Asimismo, se plantea como un espacio en el que se puedan desarrollar actividades culturales, recreacionales, que permitan al visitante y a la comunidad conocer y valorar más la eco-diversidad manifiesta en Brisas del Rocío. “Que las personas vean que cuidando el parque y el ambiente, se puede sacar un mejor provecho de todo”.

La idea de este parque eco-turístico comunitario es impulsar el desarrollo de la comunidad en equilibrio con la naturaleza. Este espacio estuvo cubierto por la vegetación y lleno de basura; se tenía descuidado y se empleaba como vertedero. A través del trabajo organizado se pudo recuperar y se han continuado labores de mantenimiento. La primera etapa del parque está poblada por vegetación xerófila, luego está la zona de mangle y una caminería amplia que permite conectar ambos espacios, también permite el acceso a bicicletas. No obstante, para cristalizar esta iniciativa comunitaria, González expuso que les hace falta el apoyo de las instituciones gubernamentales. Han enfrentado algunos inconvenientes burocráticos que boicotean el principal interés de este proyecto: conservar la fauna, la vegetación e impulsar el desarrollo del sector en equilibrio con la naturaleza. Otra limitación mencionada por González fue la de que aún no han logrado consolidar el vínculo con la comunidad, lo cual puede deberse, entre otras cosas, a lo apartado que está el parque. Marta Guánchez, Parque Nacional Indígena El Caura. Frente Ecológico regional Aragua-Carabobo, Frente Ecológico Nacional Socialista “El Parque Nacional El Caura estaría ubicado en la cuenca del río Caura, y digo estaría porque aún no existe: es una propuesta por cuya implementación venimos luchando desde hace más de 27 años”. Así nos introdujo en el tema la compañera Marta Guánchez. Esta zona es una reserva forestal, y la idea es que llegue a tener la denominación de 101


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Parque Nacional, pues su actual estatus permite actividades extractivas y de minería, y sirve para aprovechar la madera que allí se encuentra. Debido a estas actividades extractivas en la cuenca del Caura, lo que hoy son zonas de vasta vegetación podrían ser mañana escenarios de un desastre ecológico. Es por ello que se plantea la posibilidad de transformarlas en Parque Nacional, ya que así sería entonces la zona selvática protegida más grande del mundo. El logro de este proyecto es una responsabilidad que tenemos como país, dijo Guánchez, pues esta área, de más de 5 millones de hectáreas, significa un beneficio natural, no sólo para nuestro ecosistema, sino para la vida en el mundo, debido a la gran riqueza en diversidad vegetal y de fauna, y a la producción de oxígeno. La propuesta del parque tiene incluso como posible nombre Hugo Rafael Chávez Frías, pues sería el primer Parque Nacional nacido en revolución, y también por la vital importancia que tiene la conservación de la cuenca del río Caura. En estos territorios se encuentran más de 2.657 especies de plantas, sin embargo, sólo se ha investigado el 5% de la extensión total y se ha revelado la presencia de alrededor del 88% de las especies endémicas de Bolívar. Asimismo, en esta zona viven algunos de nuestros pueblos originarios, entre los que se destacan los Yek’wana, los Sanema y los Hoti, quienes tienen alrededor de 10.500 habitantes. Con esta iniciativa de Parque Indígena Nacional lo que se busca es que toda esta socio-biodiversidad sea conservada. Durante la exposición Guánchez hizo hincapié en los aspectos políticos de la recuperación del área, concentrándose en mostrar esta acción como un aporte de incidencia mundial

en materia de biodiversidad. Así mismo tendría repercusión en el negocio farmacológico, pues muchas investigaciones se han llevado a cabo allí, pero han sido auspiciadas por la propia industria farmacológica. Una regulación más fuerte en este sentido nos abonaría el camino hacia la soberanía de nuestros conocimientos originarios. Además, se le daría un duro golpe al biocomercio internacional de especies, y sería el primer Parque Nacional decretado en revolución, con todas las implicaciones socio-políticas que esto implica. La motivación profunda que guía esta iniciativa es proteger la gran biodiversidad presente, así como a las comunidades indígenas que hacen vida en el territorio. Debate Una compañera del conversatorio que trabaja en el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente puntualizó algunas ideas para el debate con los participantes del conversatorio. Comentó que la denominación de reserva forestal es una condena a muerte para cualquier terreno, pues está destinada a la explotación; ésta se hace de tal forma que muchas veces las zonas son reducidas a desiertos. Asimismo, y refiriéndose al aporte de la última ponente, Martha Guánchez, mostró cierto regocijo por la implementación del Plan Caura, por decisión del presidente Chávez, pero lamentó que con el tiempo éste haya terminado absorbiendo los vicios en materia de explotación y extracción que allí existen. Además, señaló que no solamente se está luchando por la nominación de 103


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“El Caura” como Parque Nacional: hay otras propuestas en Mérida y en Nueva Esparta que parten de la misma premisa de conservación ambiental. Añadió que el trabajo que gira en torno a esta denominación es difícil y debe ser constante: “La figura no es el problema, el problema es la gestión que implica una responsabilidad compartida entre los habitantes y las instituciones, cosa que no ha ocurrido”. Otra de las ideas planteadas durante el debate fue la importancia de la nueva visión política del trabajo que se hace en materia ambiental, y que fue un tema común entre las ponencias, y que quedó manifiesto al exponer el carácter de transformación de los trabajos comunitarios y las propuestas diseñadas desde un compromiso político profundo de conservación ambiental. De igual forma, se destacó la importancia del cambio del modelo socioproductivo que se plantea en iniciativas como el Parque Ecoturístico “Tierra de Sueños” o el de “Brisas del Rocío”, pues en ambos casos se evidencia una relación armónica entre la potencialización de las fortalezas de la comunidad y el equilibrio con el ambiente. Resulta evidente que estos procesos deben profundizarse en materia de planificación, pues sólo a través de esta es posible dar un verdadero salto cualitativo en la realidad socio-productiva de cada comunidad, ya que a través de la construcción y ejecución de planes se hace más fácil involucrar a las comunidades. Resulta necesario abrir espacios para el poder popular, en que se pueda debatir y generar leyes y estatutos adecuados a las necesidades y los intereses colectivos de cada lugar. Un ejercicio de poder más involucrado con el territorio y que dé 104

mejores respuestas a las demandas de la comunidad. Esa es la mejor vía para articular esta gestión compartida, no sólo en materia ambiental, sino como camino al empoderamiento del poder popular a través de las comunas. Debe haber una acción conjunta, y nunca pueden las instituciones contravenir la voluntad del pueblo: están sometidas a la voluntad soberana del poder popular.


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Mapeo de territorios Javier Bastardo José Zabala, Grupo de Cartografía PEI A pesar de un leve retraso, el compañero José Zabala iniciaba su ponencia. El tema era la cartografía como herramienta participativa. Durante su intervención el compañero compartió una serie de experiencias vividas por él en el campo de la geografía, la cartografía y el trabajo con las comunidades. En primer lugar, hizo una introducción al tema, especificando una necesaria separación para el análisis espacial entre el estudio de los hechos geográficos naturales, como la vegetación, y culturales, como las formaciones que se dan a partir de las intervenciones del humano, en el tiempo y el espacio. Esta separación permite ubicar la labor de la cartografía dentro de esta disciplina y, aún más, observar la relación que existe entre ésta y el bienestar de las comunidades, dado que permite hacer análisis y propuestas para satisfacer necesidades concretas. Todo esto enmarcado dentro del trabajo comunitario ayuda a fomentar un conocimiento más ligado a la colectividad. Zabala dio cuenta de los distintos procesos históricos que han sucedido en la conformación y distribución de nuestra población, y su relación con el territorio: “La conformación de nuestros territorios tiene que ver con la forma en la que se desarrolló la colonia. Si vemos el mapa, nos damos cuenta de que la mayor parte de la población se encontraba

—y aún se encuentra— hacia la parte centro-norte del país. Esta distribución de la población se dio por la necesidad de los colonos de transportar nuestros productos hacia Europa. La configuración de esta distribución obedece a una dinámica de puerto, con la intención de explotar y exportar de manera indiscriminada los bienes del territorio”. En este punto, hizo una necesaria acotación: a partir de la llegada de la revolución bolivariana se ha hecho mucho esfuerzo en concientizar a la población sobre el modelo extractivista en cualquier ámbito (madera, oro, petróleo), e incluso, ha tenido incidencia esta nueva voluntad política en la promulgación de leyes acordes con esta crítica. En el proceso de separación del individuo y su territorio, se visibiliza una dimensión cultural: el ser humano se ha vuelto más consumista y se preocupa menos por el ambiente. “Si bien la revolución bolivariana ha resaltado como valores fundamentales la igualdad, el socialismo y el humanismo, el individuo aún sigue infectado por el capitalismo y su modo de ser. No hay una relación armónica, ni siquiera hay un mínimo respeto por el ambiente y, mucho menos, una conciencia de lo que va a suceder en el futuro”. “Para combatir esto nosotros colaboramos con las comunidades en la elaboración de sus planos comunitarios. Les damos talleres de manejo de algunas tecnologías, como el GPS, y talleres de actualizaciones cartográficas”, con la finalidad de que la propia comunidad logre desarrollar sus propios planos cartográficos, cosa necesaria para tramitar recursos que permitan resolver las necesidades que tengan. 105


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La elaboración de estos planos tiene una característica esencial: es participativa. Las comunidades, con sus saberes populares, intervienen en la elaboración de los materiales: “Nosotros sólo apoyamos con la parte técnica, científica”. Rogmy Armas, Ejército Comunicacional de Liberación El siguiente expositor fue un miembro del colectivo Ejército Comunicacional de Liberación, Rogmy Armas. Ofreció una breve presentación del trabajo que realiza su colectivo, que se organiza bajo una estructura de unidades de producción: diseño, investigación, tecnología de la investigación y audiovisuales. Además, financian un proyecto único en el país llamado Escuela Nacional de Gráfica Popular (ENGRAPO), que recibe postulaciones una vez al año. Esta escuela contempla un plan de formación de 4 años. El libro de programas del congreso, el diseño del material visual, entre otras cosas, son fruto del trabajo de dicha escuela. Su participación en esta actividad se concentró en el mapeo conceptual. Muchos de los presentes se extrañaron un poco, pues la actividad del conversatorio se orientaba más hacia la territorialidad espacial y políticamente entendida. Si bien la presentación del compañero Armas no se vinculaba literalmente al tema, permitió entender en cierta forma cómo él y los demás miembros del colectivo han logrado dar con una metodología de trabajo fundamentada en el mapeo conceptual. “Este es el típico mapa conceptual que conocemos, pero en su versión hardcore”, nos dijo un poco entre risas Rogmy. Este método hardcore ayuda porque se puede hacer un barrido de toda la información para tener una

visión general de todo lo que está pasando inmediatamente. “También podemos relacionar los distintos temas entre sí, al tiempo que hacemos que el proceso de trabajo sea más sencillo. Utilizando NovaMind, por ejemplo, podemos crear un documento de Word que queda ordenado y respaldado como un proyecto, sin necesidad de tener que hacer la carga de la información por partes”. Dentro del funcionamiento del Ejército Comunicacional de Liberación, el desarrollo y empleo de mapas conceptuales para la organización y resolución de proyectos se ha convertido en una metodología de trabajo recurrente, y es precisamente esta rica experiencia a la que nos acercó Armas. Nos mostró varios de estos mapas y quedó patente la complejidad de la metodología, pero también su fortaleza, sobre todo al respecto de la posibilidad de tener acceso a toda la información concerniente al proyecto que se desarrolla. José Javier León, UBV-Zulia Para cerrar la actividad se sumó el compañero José Javier León. Nos dijo que no había traído ningún tipo de material, puesto que al tratarse de un conversatorio él venía precisamente con esa disposición: conversar, intercambiar ideas. En ese sentido, la clave de la ponencia fue la noción de territorialidad: “ideas en torno a la relación territoriomemoria-economía, en una articulación que permita repensar las formas de organización de producción de alimentos y también de conocimiento. La ponencia surgió de una experiencia de investigación en varios lugares periféricos de 107


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Maracaibo, pensando en la necesidad de reflexionar sobre las formas de organización vinculadas al territorio, y a la construcción de los territorios y el sentido de territorialidad”. Funcionamos con una memoria que está desarticulada de los territorios; lo que nosotros llamamos transformación a través de la educación está separado de la vivencia que experimentamos en los territorios. “Tenemos una educación que nos aleja progresivamente y de manera acumulativa de los espacios de vida, los espacios que habitamos”. La educación no tiene nexos ni vínculos territoriales, toda la formación que recibimos es tan abstracta que la realidad que vivimos cotidianamente no tiene cabida en ella. Si conectamos este tipo de educación con el modelo económico, caemos en cuenta que la educación aislada, no comunitaria, no territorializada, forma parte de la economía aislada, no territorializada, abstracta, ajena, que domina y que es la hegemónica, la economía capitalista en términos genéricos. Pero para poder transformar la concepción de territorialidad imperante, artificial, desarraigada, abstracta, es necesario transformar la educación. “La propuesta es una educación que tenga vínculos con la comunidad, los territorios y los sujetos que habitan los territorios”. En el marco de esta reflexión se hace necesario repensar nuestra relación con los territorios, aunque se sabe que esto es cosa compleja: todos los territorios son distintos. No hay una forma de entenderlos a todos de manera homogénea ya que cada territorio tiene sus características particulares.

Otro problema radica en que nuestra tendencia al urbanismo es preocupante: “Si observamos esta tendencia, el sentido de lo urbano complejiza la relación con los territorios, pues a mayor urbanismo menor es la relación de los sujetos con el territorio en un sentido económico y político”. Esta tendencia a lo urbano hace que nos cueste ver la potencialidad económica de un territorio, puesto que las actividades económicas de lo urbano no se articulan con los territorios, el ambiente, el ecosistema. Para José Javier, de esta terrible y desaforada tendencia a lo urbano se desprende que “nuestro sujeto urbano sea un sujeto aluvional, conformado por aludes poblacionales producto de diversas formas de violencia, con esa tendencia aprendida desde la colonia de vivir en el eje norte costero. Esa condición de población aluvional genera un sujeto líquido, un sujeto sin arraigo. ¿Dónde va a tener raíz quien es desterrado por la fuerza?”. Estamos creando grandes ciudades con sujetos que viven en movimiento, como masa, sin sentido de pertenencia. Muchos han tenido que inscribirse en esta urbanidad problemática sin que se resuelva ese carácter desarraigado. Para cerrar, compartió una reflexión: “Nuestra labor es lograr articular estos conceptos y ligar la ciudad, el campo o sea cual sea el territorio, a una economía adecuada para sujetos. Los que acudimos al congreso estamos ansiosos de una territorialidad política, y sabemos que esta necesidad nos atraviesa como sujetos históricos; pues ahora, aún hoy, a pesar de tanta revolución, somos sujetos líquidos, sin territorio, y es nuestra lucha y deber conquistar y construir nuevos territorios, aunque no sea labor fácil, debido a las tendencias desterritorializantes que existen” 109


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Debate Durante el debate se le preguntó a Rogmy Armas cómo contextualizaba su trabajo dentro del congreso. “Todo el material que manejó el congreso se generó en ENGRAPO, a través de un proyecto conjunto con los organizadores del evento. Hubo que hacer un mapeo y sensibilizar a los miembros de la Escuela. Toda la información que se les brindó se hizo a través de esta metodología que hoy comparto”. No se trata del uso del programa, se trata de emplear esta forma organizativa para la información y para el desarrollo de los mapas mentales. Además nos dijo que no solamente trabajan con este tipo de mapas, sino que realizan mapas de territorios y trabajan con el desarrollo de cartografía comunitaria, que interpretan a partir de las necesidades de cada comunidad particular. Rogmy nos invitó a participar en los talleres del final del congreso, y específicamente nos dijo que ofrecerían uno de mapeo colectivo. Luego hubo una pregunta dirigida al tercer ponente, José Javier León. “Cuando usted hace el planteamiento de los procesos que se mezclan de manera degenerativa en las relaciones con los territorios, provenientes de los procesos históricos en nuestro país, más allá del planteamiento del problema del sujeto aluvional, ¿qué propondría?”. León nos indicó que el reconocimiento de nuestras tendencias históricas nos permite también preverlas. Una de ellas es la tendencia al urbanismo, muy común en Latinoamérica. Pero el concepto de ciudad que hemos construido —que Occidente ha construido— es anti eco-diversidad. 110

Tenemos ciudades terriblemente anti-ecológicas, sin soluciones humanas con respecto a algo tan importante como es el manejo de los desechos de las ciudades. Aunque, como reconoce León, resistirse es absurdo, ilógico. “Esa tendencia hay que medirla en el tiempo, debemos estar atentos a sus efectos. Esto es así, porque en nuestro caso tenemos un reto: las comunas. Ante las tendencias devoradoras de lo urbano y su economía fagocitante y antiecológica, nosotros debemos marchar hacia la construcción política de una economía territorializada y comunal”.


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Modelo de desarrollo y colonialismo. Las alternativas post civilizatorias y la territorialidad Maroa Tarazona A las 2:00 pm ya estaba instalada en el salón 12 del edificio Simón Rodríguez, donde se iba a dar el conversatorio “Modelo de desarrollo y colonialismo”. La primera ponente, Tatiana Salazar, del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC), ya se encontraba en la sala y daba inicio a su presentación titulada: “Las alternativas post civilizatorias y la territorialidad”. Tatiana presentó su intervención como parte de un trabajo de investigación independiente que se inició con una inquietud sobre la crisis sistémica, que es una crisis de la civilización moderna occidental, una civilización que ha normalizado el dominio de la naturaleza y ha instaurado una competencia por los recursos naturales. Las potencias hegemónicas despliegan una violenta estrategia de apropiación de los recursos a escala global. Ante esta crisis de civilización hay un dilema emergente: garantizar la vida humana y preservar la naturaleza. Tatiana nos habló de Aníbal Borón, politólogo argentino, y su posición acerca de la crisis sistémica. Borón describe este proceso como “una crisis integral civilizatoria cuya duración en el espacio geográfico y en el tiempo se encargará de demostrar que es de mayor envergadura en comparación con todas las que la precedieron, porque se desintegran sociedades se legitima la democracia y se destruye el medio ambiente.

Entonces el saqueo a nuestros bienes comunes va adquiriendo rasgos más agresivos y violentos”. De la obra de Aníbal Borón, Tatiana tomó algunos aspectos resaltantes: entre ellos la idea de que el perverso orden mundial, definido como un proceso causado por el capitalismo en su fase actual imperialista, se sostiene sobre la muerte de al menos 100.000 personas por día, y sobre la pervivencia de una minoría beneficiada económicamente con la explotación de los recursos. Esto explica porqué los recursos y territorios de América Latina siempre están en la agenda del imperialismo. Otro punto que Tatiana quiso resaltar fue el de la militarización de las relaciones internacionales, haciendo énfasis en la continua arremetida de Estados Unidos. En los últimos años, le ha declarado la guerra a países como Libia, Irak y Afganistán, haciendo evidente que su estrategia tiene como propósito la apropiación de los recursos de los territorios adversarios. En la mira se mantiene a América Latina. Venezuela, por ejemplo, es el primer país del mundo con mayor cantidad de producción petrolera, seguido de Arabia Saudí e Irak. Tatiana acotó que no debíamos olvidarnos de la reunión de la comisión mixta de energía y petróleo celebrada algunos días antes, en la que se suscribieron 140 acuerdos de cooperación (de este número, un porcentaje importante se dirige a la reposición de nuestros recursos). Nos mostró un pequeño gráfico sobre la producción de recursos estratégicos. Allí se podía apreciar la brecha diferencial entre China y otros países de América Latina, 111


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en comparación con Estados Unidos, desmontando aquel discurso norteamericano que sostiene que América Latina y el Caribe no es un punto estratégico en esta materia. ¿Cómo se defienden los territorios y los bienes comunes? El territorio, pensado desde el punto de vista latinoamericano (Tatiana tomó como referencia a Bolivia, Ecuador y Venezuela, porque sus políticas en materia de extracción presentan aspectos comunes), tiene una característica mental, intelectual, espiritual y cultural para su defensa. Un escritor boliviano dijo que “el territorio es un lugar fundamental para la población y la integración sociocultural, por lo tanto es un espacio donde se construye la identidad”. Bolivia, Ecuador y Venezuela, que han sido víctimas de la explotación de sus recursos, han ido creando con el tiempo una barrera protectora a través de la construcción de identidad; el mismo territorio establece y recupera la memoria histórica que genera autonomía y persistencia. Aunque cada país tiene un proceso constituyente de gran importancia, en estas tres naciones existe una contradicción entre la necesidad de industrialización de la materia prima y la necesidad imprescindible de vivir bien. Ejemplos de estas contradicciones son la explotación petrolera del Parque Nacional Yasuní en Ecuador, la construcción de la carretera interoceánica del territorio indígena en Bolivia y la explotación del carbón en la Sierra de Perijá en Venezuela. Estas iniciativas han ido creando la conformación de presencias colectivas que generan procesos de cambio. En Venezuela esto puede verse en el sistema

de trueque que han implementado algunos colectivos. En estos tres países el debate civilizatorio se centra en la transición del capitalismo al socialismo, en el logro de una transformación de la estructura social y de las condiciones de existencia; y por último, en un margen cognitivo en la defensa de la naturaleza y la cultura frente al discurso dominante. Esta última estrategia ha surgido del proceso de rescate de la identidad y la memoria histórica. Tatiana culminó su intervención enumerando los retos que enfrentamos: 1. Transformar el sistema energético y los patrones de consumo. 2. Garantizar la permanencia de alternativas post-capitalistas y post-extractivistas. En el caso de Venezuela estas estarían representadas por el Estado Comunal; en Bolivia, por la experiencia de Suma Qamaña; y en Ecuador, por la de Sumak Kawsay. 3. Profundizar el pensamiento crítico en la reinvención del mundo a través de la lucha como factor de tensión. 4. Afianzar la legitimación y participación desde lo diverso. 5. Consolidar la democracia participativa y protagónica. 6. Consolidar la creación de comunas para fortalecer el vínculo entre el territorio y el acceso a los bienes comunes. 7. Visualizar la coyuntura de crisis sistémica como una oportunidad para la transformación de la realidad (potencial revolucionario para las intersubjetividades contrahegemónicas). 113


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Adriana Solet, coordinadora del programa de Gestión Ambiental Caracas, felicitó a Tatiana por su exposición y quiso aprovechar la oportunidad para preguntarle cómo ella se había planteado la ejecución de esos retos que mencionó al final de la ponencia, tomando en cuenta, por un lado, que tenemos al imperio manejando los medios de comunicación y, por otro, que en la actualidad nos encontramos sin la figura del comandante Chávez, cuya ausencia física ha golpeado a muchas y muchos camaradas. Tatiana le respondió que el comandante Chávez nos ha dejado unas bases de lucha esenciales para seguir en la consolidación del socialismo y de las prácticas alternativas para la construcción de nuestras identidades. Si bien su partida física nos dejó un vacío y quizá hasta un sentimiento de desprotección, se debe demostrar que, aún con su ausencia, somos un pueblo luchador que cuenta con unas bases definidas para seguir ese camino que nos trazó. Pérdida de la soberanía personal y su influencia en la pérdida de la diversidad biológica Después de colocar su presentación en la laptop, Mirian Calabria dio la bienvenida, saludó a los presentes y nos dijo que es economista y que viene de la Red Ecologista por la Vida. Nos comentó de entrada que este tema tiene ya varios años, y en estos momentos ella ha sentido la necesidad de hacer pública esta información para que se pueda entender por qué la pérdida de la soberanía ha contribuido a la pérdida de la diversidad biológica. Siguiendo un poco la línea de Tatiana, Mirian dijo que en la actualidad el planeta se encuentra en caos y con un proceso de extractivismo muy fuerte. 114

Decimos que la soberanía personal es un proceso en el que la especie humana tiene la capacidad de tomar decisiones de manera autónoma e independiente, sin la influencia de fuerzas externas. Ahora, ¿cómo hemos perdido esa soberanía? Quizá los medios de comunicación tengan la respuesta a eso. Hemos sido víctimas de un bombardeo constante a nuestra psique a través de la manipulación del pensamiento, violentando y colonizando nuestra conciencia y transculturizando nuestra identidad ancestral; a todo esto se le suma el sistema de vida que nos impone el capitalismo, que se desvincula por completo de la madre naturaleza. El capitalismo utiliza varias estrategias de control mental, la principal podría decirse que es la manipulación del pensamiento a través de imágenes subliminales. El pensamiento se crea a través de imágenes que se van captando por medio de nuestros sentidos. Entonces esa información que recibimos constantemente, ese bombardeo de cosas que van quedando guardadas en nuestro cerebro, genera pensamientos desequilibrados. Mirian nos mostró rápidamente un esquemita que esclarece cómo influye ese bombardeo de imágenes en nuestro pensamiento y cómo este mecanismo nos va generando una identidad ajena a la nuestra. Una lámina interactiva nos mostró diversas imágenes que el capitalismo nos introduce poco a poco. De repente, apareció una foto de las cantantes Shakira y Rihanna en una pose sexualizada. Mirian nos dijo que el capitalismo busca imponernos ídolos como una manera de lograr que la sociedad imite los mismos patrones de conducta y de consumo que llevan a un estilo de vida bastante alejado de nuestra realidad cotidiana.


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A esta imagen le siguió la publicidad de una telenovela mexicana. Miriam explicó cómo este tipo de programación siembra antivalores como la envidia, la codicia, el poder, entre otros. Luego pasó a mostrarnos una foto de los videojuegos de la actualidad. En este se punto se detuvo para reflexionar un poco acerca de las formas de entretenimiento de las niñas, niños y jóvenes que se sumergen horas para hacer uso de estos juegos bélicos que sólo siembran violencia y más violencia. “Luego nos quejamos de la inseguridad y le echamos la culpa al gobierno, ¿pero acaso no estamos viendo lo que le compramos a nuestros hijos e hijas para que se entretengan?”, dijo Mirian. Continuó hablando del consumismo y de las necesidades ilusorias, mostrándonos una imagen publicitaria de los celulares de última generación. Así continuó mostrando más fotos de cervezas nacionales, videoclips musicales, etc. Otra de las estrategias que usa el capitalismo para irrumpir en nuestro pensamiento es el sistema educativo conductista desde el cual nos han inducido a estimular el hemisferio izquierdo, que es el que se encarga del pensamiento sistematizado, donde se trabaja la parte numérica, por ejemplo, dejando a un lado el hemisferio derecho, el creativo, el no-tan cuadrado. Entonces la idea no es quedarse ni de un lado ni del otro, más bien debe buscarse el equilibrio. El capitalismo crea una relación alienante entre estudiantes y maestros, es decir: se nos impone que el maestro siempre tiene la razón, es quien dispone de todo, mientras que el niño y la niña sólo deben asentir con la cabeza todo lo que su profesor dice, bloqueando así la capacidad de razonamiento propio y de cuestionar las cosas.

Dentro del esquema de valores del capitalismo se nos ha inculcado el dinero. Así, las personas buscan relacionarse con otras personas a través de lo material: lo que usan, lo que tienen, en qué andan, etc. Mirian dijo que hasta las mujeres (incluyéndose, aunque afirmó luego que ese no era su caso, pero se incluía para generalizar) buscan parejas que les resuelvan la vida económicamente. Otro ejemplo de cómo el capitalismo en su fase imperialista arremete contra el pueblo venezolano, es a través de la violación a nuestros símbolos patrios, nuestra bandera, por ejemplo: se ve cómo en la calle la voltean y hacen lo que les da la gana con ella como si fuera cualquier cosa. Decía un joven hace unos años en aquel fulano debate estudiantil que se llevó a cabo en la Asamblea Nacional en Caracas: “Nos están volteando la bandera, ¿mañana qué nos van a voltear?, ¿la conciencia?, ¿las escuelas?”. El mismo patrón se viene repitiendo en diferentes épocas de la historia venezolana. Otro de esos antivalores es el individualismo: “Aún ‘ellos’ [haciendo referencia a las personas que se oponen al gobierno del presidente Nicolás Maduro] no han entendido que somos un todo: somos comunidad, somos comuna. El reto es el trabajo en colectivo, en comunidad, aunque sabemos que no ha sido nada fácil”, dijo Mirian. Otra vía de control mental es a través de la comida, la alimentación chatarra, los refrescos, chucherías, etc. Asimismo, nuestra salud física se ve afectada por la contaminación electromagnética; la cantidad de aparatos electrónicos que tenemos en la actualidad (teléfonos, tabletas, computadoras) irradian una carga eléctrica que va deteriorando nuestros órganos. 115


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Mirian puso un ejemplo: “Casi siempre nosotras las mujeres llevamos los teléfonos en la cintura, sujetos al pantalón, incluso en ocasiones los llevamos cerca de nuestro pecho, ¿y qué sucede ahí? La energía magnética que irradia el aparato hace que con el tiempo se vayan deteriorando nuestros órganos”. La industria farmacéutica, comenta Mirian, está diseñada para dañarnos. Los medicamentos farmacéuticos generan en nuestro organismo efectos secundarios, lo que nos hace dependientes y, por tanto, entramos en un círculo vicioso del que nos cuesta salir, pues seguimos en contacto con la medicina científica y desconocemos la medicina natural. Ya casi finalizando su ponencia, Mirian nos dijo que la peor de las armas capitalistas era la extracción y la negociación de los recursos naturales. Desde la época de la llegada de Colón a América, se comenzó un proceso de transculturación y de violación hacia nuestros recursos naturales; de esta forma tan violenta nos fueron desconectando de nuestra esencia indígena y ancestral. Nuestros indígenas respetan y conocen los ciclos naturales de la vida, mientras que estos colonizadores nos enseñaron a destruir y a ver al planeta como una máquina para hacer dinero. En la actualidad la rutina y la sociedad nos impulsan a que papá y mamá deben trabajar y trabajar para sustentar el estilo de vida y los intereses de un pequeño monopolio, que es el que se encarga de manejar a nuestros hijos con la educación del sistema capitalista.

Continuó explicándonos que el sistema ha denigrado la figura de la mujer, y eso se debe a que el capitalismo sabe que la mujer es la base fundamental del núcleo familiar, así que si la figura femenina se muestra inestable, entonces tenemos un núcleo familiar inestable. También se juega con la apariencia física: nos bombardean con imágenes constantes de un estereotipo de mujer que no existe. Ahora, ¿cuál es el verdadero rostro del ejecutor de este proyecto maléfico? La élite hegemónica, descendiente de la monarquía, dueños de las transnacionales, dueños de los medios de comunicación, ¿y qué es lo que buscan? Manipular las mentes para llegar a la transformación completa de nuestro pensamiento, que perdamos nuestra verdadera identidad, logrando así una desconexión de la madre naturaleza. Nos llevan a querer una vida “ligth” para no salir de nuestra zona de confort. ¿Cómo combatimos el capitalismo? Realizando actividades que nos llenen y nos hagan crecer como personas, promoviendo debates sobre esta problemática y promoviendo un tipo de educación basada en éticas y valores comprometidos con la madre tierra, para así recuperar nuestra conciencia. Mirian, antes de despedirse, nos regaló un pensamiento de Ghandi que dice: “Cuida tu pensamiento porque luego se convertirá en tus palabras”. Ella agregó: “Cuida las imágenes que ves porque se convertirán en tus pensamientos”. 117


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No es como te dijeron que era. Apuntes sobre colonialización mediática, invasión de los imaginarios y defensa de la naturaleza Ana María Otero, fotógrafa, dijo que prefería que la llamaran “Guari”. Comenzó hablando del efecto civilizatorio que con el tiempo ha generado la imagen fotográfica. El nombre de su ponencia “No es como te dijeron que era” viene de un poema de Tito Núñez: “La vida no es como te lo dijeron que era, es mejor o peor, pero siempre es distinta”. Lo primero que hizo fue introducir una categoría de William Foster: la “imagen técnica”. En 1990, Foster publicó un libro titulado Hacia una filosofía de la fotografía, donde expresa la necesidad de pensar la imagen fotográfica —que no es igual a cualquier imagen— como algo distinto a la imagen técnica, que es aquella producida por los aparatos. Entonces, para hablar de imagen técnica no hace falta dar una clase magistral, sino simplemente viajar un poco en el tiempo para darse cuenta de que el ser humano siempre ha buscado la forma de plasmar el momento histórico en que vive de manera gráfica. Ahora bien, cuando observamos imágenes previas al siglo XIX, no nos preguntamos si lo que está plasmado ahí es una verdad absoluta; más bien vemos la destreza de un artista que ha representado a través de sus capacidades determinada lectura; hasta ese momento, la subjetividad era evidente. Tomando como ejemplo la imagen actual que conocemos de cómo era Simón Bolívar, Guari dijo que, si bien ahora sabemos o tenemos una idea más clara de cómo lucía Simón Bolívar 118

en vida, ya se tenía más o menos una idea de su físico porque ya existían algunas representaciones previas que jugaron un papel fundamental dentro de nuestro imaginario. Sin embargo, nosotras y las generaciones siguientes sí sabemos cómo lucía Hugo Chávez, debido a que él sí fue fotografiado. Entonces, ¿a qué va todo esto? Pues, a finales del siglo XIX se inventa la fotografía, lo cual generó un trauma en la percepción de la vida humana, porque hasta ese entonces las imágenes que eran representadas estaban cargadas de la subjetividad de sus autores. Cuando comenzó la explosión de la fotografía, el mundo se encontraba en plena ebullición de la revolución industrial. La fotografía se realiza con una máquina, lo cual significó un cambio bastante brusco. Guari expresó que la fotografía pasó a ser una de las patas de la mesa científica para determinar la objetividad, pues antes con los artistas se apreciaba la destreza para representar subjetivamente un imaginario; con la llegada de la fotografía, es como si no se tomara en cuenta a la persona que sostiene la cámara, sino que más bien sólo se ve la máquina que permite captar eso que se encuentra frente a ella. Tras el invento de la fotografía, medio siglo después aparece el cine y, mucho más rápido, aparecen las antenas, los cables, la televisión, etc. Ya para el año 1940 había televisores en algunas casas venezolanas. Esta imagen técnica que propone Foster va a introducir dos cosas fundamentales: la tecnología visual que genera la “invisibilización” del sujeto creador de la imagen y la reproductibilidad técnica de las imágenes. Guari mencionó que a sus estudiantes de fotografía les había preguntado si conocían una imagen de los llanos venezolanos, con esto,


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la mayoría se quedaba como en blanco; mientras que si les preguntaba por la torre Eiffel, por ejemplo, todos inmediatamente tenían una imagen clara, ya que es una imagen que el “ejército colonizador” ha permitido que viaje para colocarse en otros espacios, colonizando nuestras imágenes. Ya en el siglo XX los medios de comunicación de masas se basan en esa “objetividad” para levantarse sobre ese derecho “la libertad de expresión”. Sin embargo, aquí se presenta un problema epistémico, pues sabemos que los medios de comunicación de masas son realmente empresas de difusión de mensajes, simplemente porque no comunican a la población; entonces, las personas que manejan estas empresas de difusión de mensajes son los realmente invisibles. Estas personas “invisibles” han tenido el poder durante el siglo XX y parte de nuestra trayectoria en el siglo XXI de visibilizar o invisibilizar todo lo que se quiere o no que se vea. Entonces, en un mundo en el que nos encontramos repletos de imágenes, también existe una ausencia de la imagen, pues estamos sometidos a ver sólo lo que las cabezas de estas empresas quieren que veamos. Así las imágenes son armas de manipulación masiva que aparentan progreso, pero que terminan colonizando el imaginario.

transforma en consumidores al extremo. La mano invisible (o ni tan invisible) de la economía también se encuentra detrás de los medios de comunicación; ambos revuelven la olla de los discursos comunicacionales, cambiando la intencionalidad. Por ejemplo, la publicidad fundida en la propaganda, la noticia fundida en la promoción, la propaganda fundida en la cultura, la ficción confundida con la realidad, la realidad interpretada en la ficción, la mentira montada en esa supuesta objetividad y la ideologización disfrazada de entretenimiento. La apariencia escrita en esas imágenes han derivado en nuestros gustos, y de ahí surge el patrón de consumo que finalmente le interesa a quien está emitiendo estos mensajes. Boaventura de Sousa Santos expresa en su sociología de las ausencias que el proyecto de invisibilización surge de dos cosas: el pasado y el futuro. En el pasado está el atraso y en el futuro el progreso; en el pasado estamos nosotros y en el futuro están los centros imperiales a los que debemos parecernos. A través de las imágenes el capitalismo nos ha “enseñado” qué es la salud, el glamour y el confort, la felicidad, la codicia, la pereza, la gula. Nos “enseñaron” cómo desear, porque en el deseo está el consumo. Nos “enseñaron” cómo vivir, cómo amar y hasta cómo tener sexo. Mientras tanto, colocaron en los centros comerciales unas tiendas en donde fácilmente podíamos conseguir todo esto.

“No importa lo que tenga que hacer para consumir, pues el placer y la libertad que proporciona el consumo desaforado está más que justificado”, leyó Guari en una de sus láminas. El lenguaje del marketing con el que nos bombardean a través de los medios de comunicación nos

La mirada obligatoria que debemos dirigir al pasado no es solamente para darnos cuenta de que no somos ningunos subdesarrollados, sino para concientizar que, dentro de las prácticas ancestrales y las costumbres de nuestros abuelos, se encuentran las bases del trabajo colectivo, de la 119


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resistencia y del buen vivir. En esta oportunidad, Guari hizo referencia a José Diego, miembro del colectivo Maikiraalasalii, quien comentó durante su presentación que él tenía un chip en la cabeza y no en el teléfono, a diferencia de muchos de nosotros que hemos dejado nuestra memoria a manos del teléfono. Guari aprovechó para reflexionar acerca de una intervención anterior sobre el individualismo y el trabajo colectivo: resulta necesario desmitificar y dejar de pensar que el trabajo en colectivo es imposible, y volvió a dar el ejemplo de José Diego y su colectivo: “Aunque no conozco muchas culturas ancestrales, me doy cuenta de que sí es posible pensar en colectivo. Tenemos que dejar de pensar individualistamente, porque el individualismo es un pensamiento occidental”. Ya finalizando, Guari nos mostró una lámina con algunas tareas en las que debemos trabajar colectivamente: -Estimular la percepción crítica. Basta de fotógrafos inocentes, basta de realizadores audiovisuales inocentes: se deben formar. Hay que inventarse nuevos espacios de formación y de trabajo donde los jóvenes puedan insertarse. -Propiciar procesos de formación en nuestros niños, niñas y jóvenes y en nuestra sociedad que desmientan el poder de los medios de comunicación, con el fin de apropiarse de las herramientas y de las pantallas para instaurar una nueva racionalidad. -Crear mensajes y difundirlos. -Reaprender a ver y a representar. -Luchar sin cesar para que en nuestras pantallas se reproduzca la interpretación del mundo que se reconoce nacido de la tierra.

Guari volvió a recordar algunas palabras de José Diego, del colectivo Maikiraalasalii, quienes hace poco habían terminado la película La raíz de la resistencia, en donde Guari tuvo el placer de participar. José Diego le decía que si ellos llegasen a ganar el premio de Cannes, pero no pudiesen transmitir la película en su comunidad o en la de al lado y la siguiente, entonces habían fracasado. Ahí se puede apreciar otro tipo de racionalidad, porque si bien están realizando una producción audiovisual digna de un premio tan reconocido como ese, la finalidad no es ser premiados. Aquí la herramienta audiovisual se convierte en una herramienta de lucha, creadora de conciencia, que viene siendo mucho más importante y significativa que una estatuilla de reconocimiento. La búsqueda fútil de “El Dorado” Para finalizar la jornada se había dispuesto la intervención de Ramón Portillo. En su nombre habló Raúl Da Costa, miembro del Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas. Raúl comenzó abordando el tema de la industria farmacéutica y la depredación de los recursos naturales. Las plantas llevan millones de años generando compuestos químicos para su propia protección, compuestos que pueden generar un tipo de reacción en las células humanas. Los científicos conocen estos procesos, al igual que los pueblos indígenas que viven en la selva tropical; sin embargo, la industria farmacéutica no llega a esta información de primera mano: necesita una especie de intermediario. En este punto, Raúl acotó que organizaciones como la ONU 121


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y la UNESCO anualmente publican un material que bien podríamos denominar “mapa de la vergüenza”: allí se dice con cuánto vive una persona diariamente, en relación a cómo ciertos países administran sus recursos naturales, lo que permite llegar a la conclusión de que estos países necesitan ayuda para administrar sus recursos. Esta es la idea en la que radica, en primera estancia, el bio-control. Sabemos que la industria farmacéutica está a la cabeza de la biopiratería, pero ¿cuál es la posición de los científicos venezolanos frente a un acto como éste? ¿Qué papel cumplen? En principio, los científicos venezolanos son producto de un sistema educativo que no es venezolano, ni siquiera latinoamericano. Los científicos de este país son formados bajo un sistema que se desarrolla en Venezuela, mas no responde a las necesidades de la nación. Se trata de “científicos neutros”, que operan de este modo: el conocimiento que producen no responde a las problemáticas nacionales, sino que se justifica por sí mismo; no llevan la teoría a la práctica y sólo se reconocen entre pares. Otra característica de su proceder es que sus conocimientos y razonamientos se basan en los de otra persona. La mayoría de estos científicos sienten que existen únicamente si llegan a publicar algún documento, es decir, que la finalidad no es solventar un problema sino alimentar el ego de su “comunidad” y el suyo propio. En conclusión, la problemática de la biopiratería no es lógica ni epistemológica: es un sub-producto intrínseco de la modalidad colonial de la educación imperante.

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Saberes, ciencias y tecnologías (I) Eduardo Febres Son las nueve y diez de la mañana y Neguyén Eduardo Ruíz Guipe ya está instalado en su tema. La ponencia “Amenazas e importancia de la semilla criolla” abre el conversatorio “Saberes, ciencias y tecnologías 1”, en la primera jornada de actividades del 23 de julio. Falta a lo mejor la mitad de la gente por llegar, pero él ya está entrando en materia. La puntualidad y la impuntualidad alteran el ritmo de las ponencias. Cada exposición arranca con una cuenta regresiva: son cinco ponentes y cada uno tiene media hora, más una hora para el debate. Si no, nadie llega al almuerzo. La exposición comienza desde la cascarita: ¿qué es en rigor una semilla? Es, por un lado, algo que usamos para adornar el cuerpo, o “un óvulo o rudimento seminal fecundado y transformado luego de la fecundación, que se separa de la planta madre”. El concepto se lee en la lámina proyectada que acompaña la exposición de Ruíz Guipe, al lado de una imagen en buena resolución de tres mazorcas de granos negros, rojizos y amarillos. Estamos sobre el grano, pero no hemos llegado todavía al grano. Ruíz Guipe explica la naturaleza fundamentalmente alimentaria de la semilla: porque se come como alimento básico, por todas sus reservas nutritivas, pero sobre todo porque la semilla es la “estructura vegetal encargada de reproducir la especie entre generaciones”.

Un par de conceptos antes de fecundar el núcleo más político y ontológico de la semilla: hablamos sobre la propagación natural. Propagación sexual (maíz, trigo, girasol, etc.) y vegetativa (fresa, papa, yuca, ajo, frutales, plátano, etc.). Y estamos ya en el tema de la semilla criolla, la depositaria de procesos naturales y de trabajo de los pueblos, generación tras generación, desde tiempos ancestrales. Son las semillas “cuidadas y mejoradas bajo el dominio de las comunidades”, lee Ruíz Guipe, y se emociona al compartir este concepto. “Qué bonito esto, ¿no? Bajo el dominio de las comunidades”. Son estas semillas las que se quieren proteger, salvaguardar, legitimar y conservar con la Ley de semillas “que estamos defendiéndola y peleándola todavía”, anota Ruíz Guipe. La lámina de la semilla criolla muestra unos granos amarillos. “Esa imagen, por ejemplo, eso es un gran tesoro. Eso es maíz cariaco, amarillo y blanco. Ese es un tesoro que nosotros tenemos que tratar de recuperar lo más que podamos. Su debilidad es que es blandito, por eso no le gusta a la industria. Pero culturalmente eso es de nosotros, los “tierrúos”, los limpios, los pata en el suelo. ‘Eso es lo que comen esos carajos’, dirán ellos. ‘Nosotros queremos una cosa que tenga etiqueta, copyright’, como dicen ellos: ‘un derecho de autor’”. Y para acá vamos, para el derecho de autor en las semillas. La amenaza a la que se refiere el título de la ponencia. Comenzamos por la semilla híbrida, “muy codiciada por el mejoramiento científico de los cultivos”, lee Ruíz Guipe, y critica: “Como si lo que hacen las culturas originarias no tuviera nada de ciencia, ¿no?”. La semilla híbrida se comercializa y es cara, como su producción. 123


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Pero la inversión es la ganancia para el que la produce, porque (dice en mayúsculas la presentación) “ES INÚTIL GUARDAR LAS SEMILLAS PARA OTRA SIEMBRA”. “¿Alguna vez has visto una mula preñá?”, remata Ruíz Guipe, por si a alguien no le quedó clara la idea. Rescata la necesidad de hablar claro sobre el tema. “Los academicistas han impuesto una barrera entre el allá y el acá, y entonces, lo que dicen de este lado es santa palabra, y eso no se toca. Si a nosotros nos hubiesen dicho claramente las cosas, a lo mejor la humanidad no estuviese en la situación en la que está. Y lo que viene técnicamente es peor. No quiero ser profeta del caos, pero la tendencia de cómo va creciendo la humanidad y cómo nosotros vamos creando modelos de producción, de verdad es terrible”. El riesgo asociado a la extinción de la semilla criolla es que las nuevas generaciones no tengan cómo producir alimentos. Sin la semilla criolla todos los años “tendremos que volver a comprar” semillas, que es en efecto lo que ya ocurre. Todo esto “bajo la promesa de que cada generación de semillas que las corporaciones producen es mejor que la anterior, cosa que no es cierta del todo, y eso no es un misterio ni un secreto para los pequeños productores”, explica. Y aprovecha para encaramar un inciso “‘Pequeños productores’, como ellos nos llaman, porque como somos pequeños no generamos riquezas. Pero la verdad es que el 80% de lo que nos comemos en el mundo lo generamos los ‘pequeños productores’, y no quieren decirlo porque les da vergüenza”.

Y así llegamos a “la peor de todas las semillas”, el objetivo con el que se enfila, para Ruíz Guipe, todo este evento del Congreso de la Diversidad Biológica: la semilla transgénica. Esta amenaza deja totalmente en segundo plano las desventajas de la semilla híbrida. Son semillas que han sido transformadas a nivel genético con técnicas que permiten “transferir genes entre organismos de una forma que no ocurre en la naturaleza, por ejemplo, entre una bacteria y una planta” “Que nadie se ofenda —advierte Ruíz Guipe—, pero la comida por la que hacemos colas en Mercal, de países cercanos y aliados, es toda transgénica”. Alguien del público interviene para preguntar cómo se conjuga la proclama del ecosocialismo con la entrada en el Mercosur, donde hay un mercado importante y una práctica extendida de semilla transgénica. “¿Cómo podemos hacerle frente a eso? Es una tarea titánica, y nosotras y nosotros tenemos que, aunque sea, dar un pasito. Yo siempre pongo de ejemplo a las hormigas”. Ruíz Guipe habla del camino de la Ley de semillas. Explica que aunque hay instrumentos legales, como la Constitución y la Ley Orgánica de Seguridad y Soberanía Alimentaria, hay que dar la pelea para incluir la aprobación de una ley de semillas que proteja la semilla criolla. “Los colectivos campesinos e indígenas están librando una dura lucha en pro de un marco legal que proteja la semilla criolla y, paralelo a ello, el imperio insiste en instaurar leyes que impongan el uso de la semilla genéticamente modificada con el fin de controlar el ‘negocio de los alimentos”.Soberanía alimentaria es el término que nos adentra en ese tema, propuesto por 125


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vía campesina en 1996 “para abogar por un modelo agropecuario fundado en la agricultura campesina, sustentable y agroecológica”, lee Ruíz Guipe. Habla de la Unión Internacional para la Protección de Obtenciones Vegetales, de la que Venezuela no forma parte. “Hay una serie de tratados, convenios, etcétera, que tenemos que revisar, a ver hasta qué punto esa fulana protección vegetal no ha sido usada por Monsanto. Entonces, nos engañan nuevamente a través de una figura internacional”. La discusión sobre transgénicos se interrumpe. “Podemos quedarnos toda la tarde hablando de esto”. Se pasa entonces a hablar sobre lo que tiene que ver con la semilla criolla. Ahora a otro ritmo, a toda velocidad. El tiempo avanza, sigue entrando gente. Primero se revisan las formas de mejorar la semilla naturalmente, adaptándose “de manera natural a las condiciones agroclimáticas que ofrece el entorno”. Luego se plantea el problema de la propiedad colectiva sobre la semilla. Ruíz Guipe plantea que los campesinos son “socios de la naturaleza”, sin embargo, “no son dueños al 100% de una semilla o de una planta; por tanto, la semilla es colectiva y pertenece a la humanidad y a la naturaleza”. Otras características de la semilla criolla que se comentan son la sostenibilidad y la diversidad. La primera es una condición natural, y la segunda es una propiedad que reduce los riesgos. Del mismo modo, los riesgos asociados al consumo de alimentos genéticamente modificados (con la semilla transgénica) no son conocidos todavía.

“Y… ¿en Venezuela cómo vamos?”, es el título de una de las láminas. Ruíz Guipe habla de los encuentros organizados para discutir la Ley de semillas, y de “uno de los epicentros de esta lucha, que es Monte Carmelo, estado Lara, donde se han organizado intercambios de semillas y de saberes”. También destaca la importancia de la agricultura familiar para la reproducción y resguardo de nuestra semilla criolla, así como el uso de técnicas ancestrales para el almacenamiento que permiten el reemplazo de químicos. Habla de la ceniza usada por los abuelos para guardar el maíz, por ejemplo. La amenaza es la desaparición de la semilla criolla, y a esto están asociadas varias amenazas y riesgos de la semilla transgénica, como la propiedad intelectual sobre la semilla, la “Ley Monsanto”, la muerte de productores y productoras por manipulación de semillas transgénicas (por causa directa y por suicidio, como en la India, donde se suicidaron por deudas asociadas a la adquisición de semillas transgénicas unas 15 mil personas). La intervención cierra con la imagen de un banco de semillas en Noruega, donde está el banco de semillas más grande del mundo. “¿Por qué, si la semilla transgénica es tan maravillosa, ellos están guardando semillas criollas en otras partes del mundo?”. “¿Qué podemos hacer? Luchar. Esta lucha se libra en los campos usando semilla criolla, semilla originaria, aplicando técnicas de control y manejo saludable para todas y todos. Hay que sembrar nuestra semilla criolla, autóctona, cada ciclo, cada año, toda la vida”. 127


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De la semilla a la mesa: rescate y restauración del circuito agroalimentario de los tubérculos altoandinos en Venezuela En la presentación del trabajo de rescate de los tubérculos participan más personas que en todo el resto del conversatorio. Vienen a hablar de un trabajo conjunto, multidisciplinario y con muchas aristas, que incluye a investigadoras, campesinos y activistas del Instituto de Ciencias Ambientales y Ecológicas de la Universidad de Los Andes y de la Cooperativa Vertientes de Agua Viva, del municipio Rangel, en Mérida, en la que participan cinco generaciones. Comienza la exposición Darío Silva, perteneciente a dicho instituto, quien presenta el proyecto como trabajo de investigación-acción-participación en el campo agrícola, que los integra a este trabajo conjunto de rescate de los tubérculos tradicionales andinos, emparentados con las especies de Perú y Bolivia. Se trata de variedades producto de miles de años de la naturaleza y del trabajo invisibilizado o invalidado por la ciencia occidental, de selección y manejo realizado por pueblos campesinos e indígenas. El Instituto trabaja desde 2002 junto a la Cooperativa en “la recuperación de plantas autóctonas de Los Andes en el circuito agroalimentario local”. Trabajan con las huertas convencionales artesanales que, gracias a los abuelos de la zona, han conservado estos materiales para el rescate de las semillas. Es una apuesta que se plantea como alternativa a un sistema instalado hace décadas, en la lógica de la rentabilidad. Silva explica que la contraparte de su proyecto 128

“es un sistema agrícola intensivo, básicamente de papas comerciales, basado en un sistema intensivo de monocultivo, de insumos agrícolas, veneno, pesticida, herbicida, que de una u otra forma han generado una dependencia cultural”. Gregorio Torres es parte de la familia que compone la cooperativa, de la segunda generación. Él es el designado para hablar desde el lugar de los productores sobre la preservación tradicional de las variedades que ahora se rescatan en cooperación con la Universidad. “Hay papas negras, papa bolona. Los bisabuelos nos enseñaron a cultivar esa papa y yo fui uno de los que quedé en la cooperativa”. Así comienza su exposición, con un relato. “Yo me recuerdo cuando mi abuelo me llevaba, estando yo muy pequeño, a sembrar la papa. Él llevaba su pico y sembraba la semilla al pie de la montaña. Con un clip le abría los huequitos y yo ahí iba metiendo las semillitas. Hasta diez meses duraban metidas dentro de la tierra. Luego se arrancaba esa papa, que ya estaba buena. No tenía ninguna clase de enfermedad, ningún bicho, ningún veneno, no se le echaba nada ni se desyerbaba”. Torres recuerda las ventajas de esas variedades de papa que siempre disfrutó. “En esa época, la papa estaba sanita, no se usaba ninguna clase de veneno”, dice. “Se enterraba la papa y se tapaba con tierra y con frailejón; así duraba todo el año y luego se iba sacando. Ahora no, las semillas nuevas que llegaron no son resistentes”. A diferencia de estas papas de consumo masivo, “la papa rosada, la papa negra, son resistentes a los bichos”, dice. Explica que ahora con los venenos la papa crece casi que antes de tiempo. “Ahorita se come papa que no se sabe si es papa.


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La nuestra, gracias a Dios, la que estamos rescatando, sí tiene sabor a papa. La gente no conoce esta papa. Porque una es negra, otra roja, otra tiene marcas blancas, y así. Lo que se come hoy es pura papa blanca o amarilla”. Torres defiende los rubros tradicionales, que no tienen veneno. “Los médicos ni conocen las enfermedades que nos dan los venenos. Y eso se pasa de generación en generación. Queremos hacernos ricos pero con puro veneno”, reflexiona. Torres asegura que la papa tradicional “solamente tiene bichitos”. Y deja abierta la reflexión con una pregunta: “¿Qué prefieres? ¿Comer papas con gusano o comer papas con veneno? El gusano se lo quitas, ¿pero cómo haces con el veneno?”. “Ahí se come la papa con concha y es lo mejor que hay”, dice mientras traen las papas en una perola anaranjada. ¿Y cómo se hace circular y se dan a conocer estas variedades tradicionales de papa? El mercado solidario Mano a Mano completa esa parte del trabajo. Es un espacio para la distribución de rubros agroecológicos que tiene un componente educativo importantísimo. “Estos tubérculos andinos que fueron desplazados por la revolución verde y pisoteados por el modelo del agronegocio, nuevamente llegan a la mesa de los merideños gracias a esa experiencia de comercialización que ocurre en Mérida, en este mercado solidario que se llama Mano a Mano”. “Eso es muy importante porque las papas nativas dejaron de tener un espacio de comercialización, por sus características propias. Si bien son papas que tienen ojos profundos, conchas gruesas de colores, esas características no cumplen con eso que impone el modelo del agronegocio, porque las papas,

para que sean compradas y consumidas por la gente, tienen que ser papas grandes, de conchas lisas y blancas. Y todas las papas que tengan características que se alejen de ese modelo, son cosas ‘que no sirven’”. En este pequeño espacio para la distribución, gracias al trabajo maravilloso que ha llevado a cabo este grupo de familias campesinas del páramo de Gaviria, y de los páramos merideños, tenemos la oportunidad de reencontrarnos con esos tubérculos que son nuestros y que forman parte de nuestra cultura. Nos están permitiendo alcanzar esa soberanía alimentaria por la que tanto hemos luchado durante todo este tiempo. Es poco el tiempo que ha pasado desde el desplazamiento de la papa tradicional. Darío Silva hace un recuento histórico para explicar cómo variaron los hábitos de producción y de consumo. Cuenta que “hasta hace 50 años se cultivaba en las casas de la familia campesina lo que se llamaba ‘papa de año’”. Explica que eran papas que tardaban más en cultivarse, pero que también duraban más. Tenían un ciclo largo, de entre seis y nueve meses. “Pero también se llamaban papa de año porque duraban mucho tiempo bajo la tierra. No se dañaban”. En los años cincuenta del siglo XX llegaron españoles y canarios a apoyar la revolución verde y trajeron la papa blanca, de ciclo corto, que en tres o cuatro meses ya está lista para las cosechas. “Con ese manejo tecnológico y ese manejo intensivo, estas papas criollas empezaron a perder importancia y muchos campesinos ya no se interesaron por producir una papa de ocho o nueve meses”. Así, la papa blanca desplazó a la criolla, por la rentabilidad. 129


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“Y solamente en algunas familias (en Gaviria podemos citar las familias Torres, Moreno, Hernández; la señora Cándida Rosa, Bernardino Moreno, la señora Julia Torres, abuela del señor Gregorio, y otras familias más) dijeron: no, no podemos perder estos materiales. En esa época había aproximadamente quince o veinte variedades de papa que se producían en una huerta. Ahora quedan cinco o seis variedades, gracias al rescate y la conservación de esta familia”. El proyecto de recuperación de las variedades tradicionales también apuesta por un intercambio de saberes entre científicos y campesinos. Trabajan en la producción de semillas en el invernadero, realizando un control biológico. “Es un proceso de selección en la cosecha. Luego de la producción de la semilla en el invernadero, se lleva al campo. Tenemos una parcela de multiplicación”. Trabajan en cayapas donde participa toda la familia Torres, que tiene cinco generaciones tratando con variedades tradicionales, y hoy también participan hijas y sobrinos. “Incluso los más chiquiticos trabajan en esto”. Se trata, además, de un problema de soberanía y de seguridad alimentaria. La papa blanca y las otras variedades de la visión agroindustrial importan enfermedades de plantas para las que no están preparadas las variedades criollas. Entre ellas, Silva nombra la polilla guatemalteca. En la pantalla se proyectan imágenes de producción de semillas de papa nativa. Son 23 variedades: 7 de Gaviria y 16 importadas. 11 de estas fueron repatriadas del Centro Internacional de la Papa y almacenadas en el Banco de Semillas por el Gobierno Nacional. Explica Torres cómo se han desarrollado para vivir en distintas condiciones climáticas, según los saberes ancestrales. “Es un proceso de selección que lleva miles de años”.

Los participantes del grupo mencionan algunas variedades de papa que se han rescatado en este proceso: “la rosada, la corazón negro, ojo catire, agroluna negra, aratica, esperanza”. Las papas de la perola se sacan y se reparten. La intervención se acaba con la bulla del comentario y el asombro. Manejo de la selva productiva “La Minga”, colectivo agroecológico La Minga, Estado Mérida El colectivo La Minga está conformado por colombianos y merideños que trabajan en la recuperación del Parque Metropolitano Albarregas en la ciudad de Mérida. Plantean un sistema de prácticas agroecológicas con vegetación natural, que funciona al mismo tiempo como un programa de recuperación de parques. Convirtieron el deterioro del parque (reducido a basurero) en una oportunidad y lidiaron con las limitaciones propias de emprender agricultura urbana en un parque público. Encontraron en los principios de la agricultura natural del japonés Masanobu Fukuoka una forma de cultivar en este parque para recuperarlo, sin chocar con la legislación sobre parques urbanos. Así establecieron algunos parámetros, como: no perturbar las especies naturales; no usar herbicidas; sembrar cambures, arvejas, hortalizas, caraotas, y no usar productos químicos. Con el método de la agricultura natural cultivan 100 kilos anuales de café orgánico, cambur, aguacate, naranjas, hierbas y ajíes. No introducen nada sino que hacen algunas modificaciones a lo que encuentran ahí. También hacen lombricompost para hacer buenas relaciones con los vecinos, que podrían presentar quejas. 131


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Debate Un elemento importante de discusión es el riesgo de crear una dependencia en la cooperación con investigadores académicos. Se habla del proceso de “desaprender para aprender”. Un diálogo entre saberes populares y académicos. “Juntas y juntos en ese sendero”. Se trata de reconocer que a través de los imaginarios se construyen territorios, así como la potencialidad de los saberes ancestrales en esta tarea: como los campesinos, en su relación con la tierra, saben que hay seres propagadores del bien y seres propagadores del mal. “Nosotros mismos nos apuñalamos subordinando lo nuestro”, señala Neguyén. Hay que reconocer el valor que tiene lo nuestro dentro de la sabiduría. Nuestras raíces y nuestros tubérculos”.

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Saberes, ciencias y tecnologías (II) Sandino Márquez La tarde calurosa nos hizo abandonar el aula 14 del edificio Simón Rodríguez en busca de un espacio donde funcionara el aire acondicionado, que en Maracaibo termina por hacerse necesario cuando se congrega un grupo numeroso en un espacio cerrado. Encontramos el aula 09 vacía y con una temperatura más fresca. Nos tomó unos pocos minutos instalarnos, aunque el traslado del videobeam y la computadora nos robó unos diez minutos más. Instalados nosotros y los equipos, los compañeros del Centro de Estudios de la Ciencia y del Centro de Ecología (ambos pertenecientes al IVIC), encargados de llevar adelante las presentaciones, dieron oficialmente inicio al encuentro. Entre una y otra cosa han pasado unos treinta minutos, y ya hay cierta familiaridad en el tono de las palabras y en las miradas de los presentes, lo que delata que el encuentro comenzó antes de la presentación oficial. Según explican, la investigación que nos presentan tiene carácter trans-epistémico, pues busca integrar la ciencia —entendida en términos formales— con el poder popular, y de este modo lograr que la comunidad tenga un papel protagónico en la investigación. En otras palabras, avanzar a un modelo de ciencia de carácter protagónico. Este modelo de hacer ciencia se plantea de manera contrahegemónica ante el modelo de ciencia dominante, que tiene un carácter profundamente individualista.

El modelo dominante gira alrededor del investigador, dejando en segundo plano lo que se investiga y desde dónde se investiga. Los investigadores forman parte de una élite que antepone a sus nombres el título de Doctor, y pareciera que el mayor efecto de sus investigaciones es la publicación de algún artículo que hincha —además de su ego— su currículo. Comenta Sonsiré López que para lograr este fin es necesario romper el paradigma de lo que se entiende por ciencia. Sin embargo, advierte que una iniciativa de este tipo de carácter nacional, no es para nada sencilla y supone un trabajo largo y cuesta arriba, tomando en cuenta que la comunidad científica se piensa internacionalmente, suprimiendo nacionalidades y nacionalismos. Esto es una consecuencia del pretendido criterio de universalidad que —se supone— posee la ciencia que practican. Trabajar con las subjetividades y emocionalidades propias de los saberes populares, de las artes y la cultura, debería llevar al establecimiento de una forma distinta de hacer ciencia: que sea inclusiva, integradora, capaz de reconocer otros tipos de conocimiento y que reflexione continuamente sobre el rol de la comunidad en el hecho científico, así como sobre el papel de las y los investigadores. Sonsiré comenta que actualmente la ciencia está en una situación paradójica, pues se ha desdibujado la diferencia entre ciencia, técnica e industria, colocándose los avances científicos al servicio de los grandes capitales. Esto resulta como consecuencia del modelo de desarrollo, haciendo aparecer a la ciencia como la gran empresa de producción del conocimiento, reduciendo el hecho científico a un acontecimiento mercantil. 133


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La ciencia, como se entiende formalmente, opera sobre la base del modelo racional positivista, aceptando sólo aquello que puede ser racionalizado, mientras que lo que no puede ser explicado por su propio paradigma racional es considerado brujería, en el sentido peyorativo que se le da a esta palabra. Es decir, la ciencia ha reducido lo real a lo racional, lo que ha llevado a la negación de las demás formas de conocimiento. La relación sujeto-objeto se rompe en función de una supuesta objetividad, dando primacía al objeto y apartando al sujeto por su carga subjetiva y emocional, que es considerada como no científica al no poder ser racionalizada. Esto trae como consecuencia la objetivación: la separación entre la naturaleza y el ser humano. Este resulta ser el gran problema metodológico de la ciencia, ya que genera problemas éticos y sociopolíticos que la misma ciencia no puede resolver, pues no se permite reflexionar sobre sí misma. La ciencia sólo parece cuestionarse el cómo se hace ciencia o cómo sucede el objeto de estudio, pero no se pregunta el para qué; esto se traduce en que la ciencia no es autoreflexiva sobre su propio objeto, lo cual le ha permitido plantearse como neutral, impidiendo que tenga responsabilidad respecto al uso posterior del conocimiento generado. Por tanto, aparece una dogmatización de la libertad científica y se hace visible el gran problema ético que viene arrastrando esta ciencia formal. Lo que prevalece es la idea de que la ciencia es el motor que nos llevará a mejorar la calidad de vida, en el marco del modelo de desarrollo impuesto por el modo de producción capitalista, que ha generado un proceso de

dominación a nombre de la libertad, del progreso, del propio desarrollo y la felicidad, y que nos ha llevado a una unidimensionalización de la realidad. Es por ello que actualmente la ciencia se encuentra en una paradoja, pues aparece como motor en el marco del modelo de desarrollo y, a la vez, como verdugo, pues las consecuencias del conocimiento generado por ella no son medidas ni asumidas, y se convierten entonces en una amenaza. Para salir de esta paradoja es absolutamente necesario preguntarse por el rol del Estado como regulador, el rol de las comunidades como beneficiarias o afectadas, y de la o el investigador en el trabajo científico. En el ámbito nacional existen leyes que han abierto el escenario para que las comunidades asuman un papel protagónico frente a las instituciones, usando como mecanismo la organización popular de las comunas. Uno de los participantes al conversatorio toma luego la palabra, y explica que la Estrategia Nacional para la Conservación de la Diversidad Biológica 2010-2020, establece la construcción de los planes locales de conservación de la diversidad biológica con la participación protagónica de las comunidades, y es bajo este marco que se intenta romper el paradigma cientificista explicado por Sonsiré, generando iniciativas de proyectos a través de talleres junto con las comunidades. En estos talleres se identifican las debilidades y fortalezas, y se generan colectivamente los objetivos de cada proyecto. En el caso particular de la rana toro en el estado Mérida, salió a relucir entre esas debilidades la invisibilización que existe del problema en las comunidades afectadas. Comenta que al plantearles la problemática 135


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a los campesinos de la zona, estos respondían que la rana prácticamente no les afectaba y no representaba problema alguno. La identificación de esta problemática permitió a los compañeros abrir el compás para plantear a las comunidades afectadas por la introducción de una especie exótica, en este caso la rana toro, el problema de la conservación biológica en general. Entonces empezaron a realizar talleres sobre la contaminación de las aguas, el uso de agrotóxicos, la deforestación y los transgénicos, en búsqueda de la construcción de una nueva racionalidad, no sólo ambiental sino también histórica, que no asuma a la naturaleza como un mero objeto del conocimiento mercantil. Un panorama similar es el que plantea el compañero Ever Peña, esta vez en lo concerniente a las zonas periurbanas. Estas zonas han sido destinadas a la producción agrícola, y allí, a través del trabajo con las comunidades, es posible identificar ciertos problemas que en el marco de la investigación científica dominante carecerían de importancia y serían puestas de lado. Para cerrar, las y los participantes del conversatorio reflexionan sobre tema central del congreso, y concluyen que la ciencia dominante, con su pretendido criterio de universalidad, carece de un criterio de territorialidad. “Lo verdaderamente importante es la tierra, el territorio y la conservación biológica. Nosotros estamos usando a la rana toro y a otros problemas puntuales como un vehículo para llegar a las comunidades, y desde ahí construir con ellas una forma soberana de conocimiento”. 136


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Francisco Visconti Osorio Un salto adelante para el proceso bolivariano revolucionario: la construcción del poder popular (conversa fuera de programa) Ernesto Cazal Francisco Visconti Osorio, general retirado de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana y uno de los jefes de la fallida rebelión militar de noviembre de 1992, llegó con una propuesta singular: un paso a paso de cómo construir el poder popular, con un horizonte comunero y socialista del siglo XXI. Primero pidió considerar el medio circundante junto a la conformación genética y cultural del territorio venezolano para esta construcción. Poseemos, dice, una definida identidad con sus propias características: somos de raza mestiza, mezcla de blancos europeos, indígenas originarios y negros africanos. Además de tener una base filosófica, social y política del ideal bolivariano. Defendió la visión de los pueblos originarios versus la antropomórfica de Occidente. El conocimiento eurocentrista-norteamericano, que vende el ideal bolivariano al peor postor, suele tener un espacio de mayor rigor entre las clases medias y altas en el altar de la academia burocrática y los medios de desinformación privados. La visión holística de los indígenas de Venezuela, en cambio, toma en cuenta el territorio y sus condiciones, además de considerar una cultura de lo colectivo.

Luego Visconti hizo una reflexión histórica sobre lo que él llama el proceso bolivariano revolucionario, el cual empezó con el desembarco de Simón Bolívar el 2 de junio de 1816, luego de su exilio en la Haití revolucionaria. El Libertador constituyó junto al pueblo venezolano un ejército popular que fue capaz de emancipar territorios y gentes. Esta etapa se rompió con la escisión de la Gran Colombia y la muerte de Bolívar. La segunda etapa se inició en 1858 con Ezequiel Zamora como líder del ejército popular durante la llamada Guerra Federal. Zamora intentó retomar el proceso iniciado por Bolívar, “pero cuando se dieron cuenta de lo que quería hacer, le dieron un balazo en la cabeza”. Se retomó nuevamente el proceso bolivariano revolucionario a finales de la década de 1950 con la integración cívico-militar para derrocar la dictadura de Marcos Pérez Jiménez. Pero fue con la guerrilla, contó Visconti, que se retomó el ideal bolivariano de forma integral. Evocó las palabras del profesor Pedro Duno durante una reunión clandestina en las montañas de Lara, cuando aquel movimiento revolucionario no se definía por una ideología como bandera: “Ahora somos marxistas-leninistasbolivarianos”. Luego del fracaso guerrillero, se vuelve a retomar el proceso bolivariano revolucionario mediante la creación del MBR-200, la base política-filosófica del Árbol de las Tres Raíces, que posteriormente derivaría en la presidencia de Hugo Chávez el 2 de febrero de 1999. —Desde el 5 de marzo de 2013 nosotros tenemos la responsabilidad de iniciar la cuarta etapa del proceso bolivariano revolucionario. Y aquí es cuando viene la propuesta que vengo a presentarles. Consiste en una aparentemente compleja burocracia, pero que engloba una sencilla fórmula: construir desde la base, de lo micro a lo macro. 137


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Una primera columna sería la formación social-política de los habitantes de la nación: insistió en la identidad integral mestiza; en la identidad social-política fundamentada en el ideal bolivariano y sus raíces bolivarianas, robinsonianas y zamoranas; y en la realidad de nuestro entorno. Que la educación se aboque y haga énfasis en estas características que constituyen el ideal bolivariano fundado hace más de 200 años. La segunda columna: consolidar el poder popular para la colectivización de la función y responsabilidad de la administración de la cosa pública (del latín res publica). Hizo énfasis en un aspecto moral-ético: cambiar los términos y conceptos de gobernantes y funcionarios públicos “por el socializado, corresponsable y comprometedor concepto y término de servidor público”. Resaltó la emergencia en esto, ya que la burocratización del Estado burgués internaliza la indiferencia del funcionariato, en su opinión. La tercera columna: la construcción, desarrollo y consolidación del poder popular. “Se dice fácil, pero es una construcción histórica”. Para esto expuso los siguientes puntos esquematizados en etapas y niveles. De manera resumida, el primer nivel consiste en consolidar la constitución de los Consejos Comunales. El segundo nivel: una etapa intermedia entre los Consejos Comunales y las Comunas (los Circuitos Comunales) para que el poder ejecutivo apoye la consolidación del tercer nivel: la construcción de Comunas (el caso del estado Portuguesa, bajo la iniciativa del gobernador

Soto Rojas, contó una asistente al conversatorio, es paradigma de este desarrollo de poder popular). Siguió con la fusión del poder comunal con el poder público para que transversalice las cinco ramas constituidas: el ejecutivo, el judicial, el legislativo, el electoral y el ciudadano. Producto de esto es la colectivización de los poderes públicos en lo local, lo regional y lo nacional. La sustitución de las alcaldías por los Consejos Locales (la coordinación de servicios públicos constituida por voceras de las Comunas); y las actuales gobernaciones por los Consejos Regionales (la coordinación de servicios públicos constituida por voceros de las Juntas de Servicio Público). Devendría como producto la legislación de normas por parte de la comunidad para su dinámica de vida, para las condiciones de sus medios de producción. Resaltó la importancia de las asambleas de ciudadanas y ciudadanos: instancia original del poder constituyente. Visconti propuso que las Comunas se alimentaran de las vocerías de los Consejos Comunales, que serían elegidas mediante las comentadas asambleas. La constitución de los Circuitos Comunales para el desarrollo de todas las ramas de producción de vida y de ejercicio del poder popular (participación protagónica), según la articulación de los Consejos Comunales por identidad territorial, sería el eje ideal para el correcto funcionamiento de la propuesta. El nombre de Comuna fue problematizado por el mismo Visconti, ya que proviene del proceso occidental de pensamiento revolucionario. El general retirado no desdeña de esta producción de teoría, pero en cambio, propuso el término ayllu. 139


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—Me van a perdonar —dijo con una peculiar sonrisa—, pero todos esos teóricos europeos no han hecho sino escribir sobre esas cosas tan bonitas como el socialismo y el comunismo, cuando ha sido aquí donde se ha vivido y experimentado esa forma de producción por más de 5.000 años. La mayoría de los asistentes del salón Carlos Marx aplaudió la sentencia de Visconti. El ayllu es una forma de composición familiar de los pueblos originarios andinos que trabajan de forma colectiva bajo propiedad común, y donde no sólo se trabaja para el sustento del íntimo ayllu sino para proveer hacia lo que es común para todas y todos, para la comunidad entera radicada en determinado territorio.

- Eliminación de los actuales, traumáticos y costosísimos sistemas y procesos electorales. - Disminución significativa del engaño, manipulación, chantaje y comercialización de las campañas y procesos electorales actuales. - Ahorro de los miles de millones de bolívares que actualmente gasta nuestro país en campañas y procesos electorales. - Disminución significativa de la división, polarización y enfrentamiento que el sistema partidocrático ha producido en la población venezolana.

Hizo mención nuevamente de las Juntas de Servicio Público, explicando que estas juntas tendrían que constituirse por poder público. Los integrantes de éstas serían las voceras y voceros de las Comunas de las instancias homólogas.

- Garantía de la construcción del poder popular desde las comunidades y de la participación protagónica de las vocerías comunitarias, a todos los niveles de la administración pública.

Finalmente, para concluir la propuesta, explicó que todo esto devendría en algo macro que regiría la nación entera, el territorio en su conjunto: el Consejo de Estado de la República Bolivariana de Venezuela. Convergerían las Juntas de Servicios Públicos Nacional; habría tantas juntas como Estados en el país, como sustitución de los actuales ministerios para el poder popular. Los voceros de las mencionadas juntas integrarían el Consejo de Estado. Visconti quiso enumerar los beneficios inmediatos de esta política del poder popular afianzado:

- Existencia permanente y constante del poder revocatorio en manos del poder constituyente de las comunidades y de los colectivos que de éstas se deriven.

- Administración, gerencia y conducción colectiva de la cosa pública, eliminando e imposibilitando la personalización y apropiación de lo público y colectivo, por parte de gobernantes y funcionarios.

Francisco Visconti dio inicio al debate, agradeciendo de antemano que le hayan escuchado los presentes. 141


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El rector de la Universidad Indígena de Venezuela, Esteban Emilio Mosonyi, tomó la palabra: problematizó el concepto de identidad integral mestiza que el general retirado había presentado. En su lugar, habló Mosonyi de sociodiversidad, en sus palabras. —Hay que pensar también en la constitución de los pueblos indígenas y de las comunidades afros que aún viven en el país. No se puede encajonar todo en un solo sistema único, sino que habría que reivindicar la diversidad social. Cada pueblo, cada minoría, tiene su forma política de hacer en su territorio. Y por minoría no lo entiendo como que son culturas menores, sino que frente al modelo occidental fueron constituidas, vistas, como tal. Tengo esa objeción, con todo el respeto a su propuesta. Visconti, luego de agradecer a Mosonyi por su intervención, prometió revisar la categoría sociocultural debatida. Y con esto cerraron por el día miércoles el auditorio Carlos Marx.

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Encuentros Los encuentros son los lugares para reconocer e intercambiar las diversas formas de cayapa que ejercemos en el país. Los logros y las dificultades del poder popular se reúnen para visibilizarse y legitimarse mutuamente. De allí que los encuentros sean espacios estratégicos, porque las bases políticas de la revolución se reconocen abriendo una misma trocha.


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Encuentros

Experiencias comunitarias asociadas al proyecto: “Conservación de suelos y aguas orientada a las escuelas rurales” Ernesto Cazal En el salón 11 del edificio Simón Rodríguez se presentó un encuentro con docentes y representantes de instituciones escolares de varias zonas del país (Mérida, Trujillo, Falcón y Portuguesa) para mostrar el desarrollo del proyecto “Conservación de suelos y aguas orientada a las escuelas rurales” en todo el país. El proyecto, que nació desde la Dirección General de Cuencas Hidrográficas del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, trata de incidir, desde la formación temprana de niñas y niños, en la concientización de un nuevo paradigma sobre el ambiente, específicamente en el tema del agua, para la conservación y generación de agua potable; ésta no vista como “oro azul” sino como un derecho humano fundamental (sobre todo en revolución, dicen los docentes presentes). También el proyecto abarca la conservación de suelos, de la tierra como proveedora de alimentos y de diversidad biológica, como sostén y pulmón del territorio venezolano, con actividades cotidianas como la implantación de huertos y viveros escolares, compost y reforestación. Ambos tópicos (agua y tierra) se compenetran en las actividades que acometen

las escuelas y su gente: ambas se sintetizan en un plan en conjunto. Como es de esperarse, estas dinámicas se activan en colectivo, con adultos, niñas, niños y jóvenes. Todas las instituciones escolares llevaron muestras de alimentos producidos al Congreso, así como muñecas de trapo y cosas autóctonas de los respectivos lugares (la gente de Falcón no llevó ni un chorrito de muestra de cocuy, lamentablemente; quedó como deuda). Cabe acotar que tanto el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente como los Consejos Comunales están obligados por ley —observaron algunas profesoras— a apoyar este tipo de proyectos que comprenden un impacto directo de las comunidades sobre la justa conservación del ambiente y el territorio. Se presentaron en este orden: primero la Escuela Básica Pantanos, de la parroquia Burbusay, municipio Boconó, estado Trujillo; luego la Escuela La Poderosa, sector San José de Tavani, estado Mérida; a continuación la Escuela Primaria El Horcón, municipio Bolívar, estado Falcón; y por último en la exposición, la Unidad Educativa Nacional Coromoto, municipio Sucre, estado Portuguesa. —Hay experiencias que tienen éxito; otras no —dijo la directora de la Escuela La Poderosa. Las dificultades, según la especificación del territorio en el que el proyecto trata de implementarse, pueden ser varias, y no sólo por razones institucionales (como se mostraría en el concluyente debate). La zona desértica y de sequía extrema, por ejemplo, donde se encuentra la Escuela Primaria El Horcón, en Falcón, hace la chamba un poco más dificultosa que en las otras instituciones, según las experiencias. 145


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Encuentros

Otra dificultad es, por decirlo de alguna manera, la mano de obra: en algunos lugares hay gente presta, en específico padres y representantes, para las actividades (que son muchas). La explicación la da el profesor que vino desde Portuguesa a Maracaibo para contar su historia: —Éste es un tema cultural, porque hay mucha gente, la mayoría quiero decir, que está acostumbrada a la comodidad, a que todo le sea entregado en bandeja de plata. Y eso no es así: se necesita trabajar, y para este tipo de proyectos se necesita aún más trabajar en conjunto, en colectivo. Este hacer, según las experiencias relatadas, se hace notar en el acercamiento con los chamos, en el día a día, en la práctica más que con la teoría (ya esta última está hecha: lo importante en este tipo de instancias es practicar con el cuerpo lo que se propone con la palabra). Desde ese punto de acción se puede evidenciar un cambio, no sólo de conciencia en la comunidad con respecto al ambiente y la agroecología, sino en el impacto territorial; una dinámica que es natural con la gente del lugar. Las exposiciones no variaron mucho a pesar de ser todas experiencias comunitarias diferentes e independientes, ya que el contenido del proyecto es idéntico para todo el mundo; es uniforme (en sentido de que en la forma está unificado) para todas las instituciones. Cada representante de las escuelas presentó diapositivas con los pasos a seguir del proyecto con sus respectivas fotos. Lo emocionante era ver a las niñas y niños trabajando; aparecían en todas las fotos, sin dejar de lado a profesores y representantes, y eso era lo importante: el impacto pedagógico tenía cierta eficacia. Incluso los docentes se manifestaban

emocionados con la experiencia del proyecto. Explicaron que para construir un huerto escolar primero había que escoger el terreno propicio dentro o cercano a la escuela, considerando tamaño, iluminación, agua, buen suelo y el fácil acceso; y adquirir las herramientas adecuadas: palas, escardillas, machetes, mangueras, tobos, regaderas de mano, carretillas, rastrillos, picos, cucharas de tierra, guantes y barretones (todas surtidas por el ministerio en cuestión, los consejos comunales y hasta por la gente de las comunidades pertinentes). Luego habría que limpiar el terreno para eliminar cualquier material de desecho. “Aquí es donde entra la cayapa para nunca más irse”, dijo una de las profesoras. Después de esta actividad se hace expedito labrar la tierra, unos 20 o 25 centímetros de profundidad, para luego desmoronar y triturarla muy bien, fertilizar el terreno y, por último, hacer los surcos para sembrar las semillas, granos preferiblemente. La regadera abundante de agua es expedita y necesaria. Contaron los docentes que tienen de todo un poco, como cilantro, perejil, brócoli, menta, toronjil, albahaca, orégano —útiles como repelentes—, y que plantan al estilo conuco, es decir, cada cultivo intercalado para la mejor conservación de la tierra y para que el control de plagas se haga más fácil, sin usar agrotóxicos ni otro producto del hegemónico agronegocio trasnacional. Los frutos del huerto escolar abastecen tanto el comedor de la escuela como los hogares de la comunidad, sin ningún costo, ya que son los mismos chamos y chamas quienes están haciendo la chamba. He ahí la idea, en pequeña escala, de “la tierra para quien la trabaja” y el sentido de trabajo comunitario. 147


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Los viveros escolares, donde se producen las plántulas en sus primeros estados de desarrollo, deben tener un área mínima de diez metros cuadrados (10m2), es decir, de un metro de ancho por diez metros de largo. Se componen de semilleros, un lugar para los sustratos (donde se mezcla la tierra negra, la arena y la materia orgánica que viene del compost), otro para el llenado de bolsas de polietileno para la contención de plantas en su fase germinal, y una malla sombra como techo para proteger las plántulas del sol y mejorar la humedad del sitio. El riego incesante, el desmalezado, la poda de raíces y la fertilización vienen siendo la chamba para el cuidado del vivero, cosa que hacen todos y cada uno de los involucrados en el proyecto. Aconsejaron, para hacer el compost, desechos naturales como conchas (de maíz, por ejemplo), excrementos de animales, hojas secas y hasta restos de huesos de animales. Todos estos materiales orgánicos son traídos de la casa de las y los pequeños y representantes a la escuela para la preparación del abono. Para esto se necesita, en primer lugar, nivelar el terreno y hacer una estructura de dos metros cuadrados (2m2) de longitud por un metro de alto con cualquier tipo de material que se pueda conseguir (bloques, pipotes de plástico, madera). Ya luego vendría la preparación de los desechos: se clasifican en húmedos, frescos o verdes y secos, luego se pican y se mezclan en partes iguales para echarlos en la estructura construida. Cada siete días se le da vueltas con una pala (“se desprende un calorcito y un olorcito…”, dijo la profe de la Escuela Básica Pantanos) y en más o menos 25 a 35 días debería estar listo el abono. Puede servir para surtir el cantero destinado a la lombricultura o sencillamente para la

preparación de la tierra a sembrar o para la germinación de plántulas en el vivero. —Todas las actividades se retroalimentan —expresó el docente de Portuguesa. Por último mostraron las fotos en que niñas, niños y representantes reforestaban árboles en las cuencas de los sectores aledaños a la comunidad. La recolección de semillas se hace a través del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente. En los viveros se germinan las semillas hasta que tengan un buen tamaño para sembrarlas en los alrededores de las cuencas. Luego vendría el mantenimiento con riego constante, aunque explicaron los docentes que esta tarea la hace casi por sí sola la naturaleza por estar la reforestación en cuencas hidrográficas. Estas cuencas son abastecedoras de agua de los territorios pertinentes, de allí la importancia de la actividad, ya que el ecosistema no mantiene su ciclo sin árboles que nutran los suelos y oxigenen el terreno. Durante el debate una señora que vive cerca de la UBV, sede del congreso, manifestó sus dudas sobre la gestión de proyectos y el hecho de que incluso la gente de las comunidades está reacia al cambio; como dice la señora, hay núcleos de personas que están acostumbradas a la comodidad de tenerlo todo siempre. —El cambio no se logra de la noche a la mañana —dijo el mencionado profe de Portuguesa, quien sostuvo también que es un trabajo de hormiga, cotidiano, exhaustivo. La gente expresó que las políticas del Estado revolucionario tienen que ser más coherentes con las políticas ejercidas por la misma comunidad. En todo caso, “la ley no se aplica”, dijo uno de los asistentes al encuentro: hay vacilaciones para responder a los proyectos en ejecución. Sin embargo, 149


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se debatió la importancia de ejercer la contraloría social y el lineamiento regio de los proyectos, ya que con base en eso no hay ley que valga. Pese a todo, la gente pide mejor articulación institución-poder popular. Otros dijeron que el problema acontece porque no todo el mundo está ganado para los proyectos; no se trata sólo de un problema burocrático, ya que por ley el Estado tiene la obligación de atender las actividades de las escuelas, así como las escuelas tienen la obligación moral de aplicar los proyectos.

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Identidades y multiculturalidad en la región de Perijá del Estado Zulia en Venezuela Eduardo Febres El salón 11 parece tener la medida exacta para la gente que llega al encuentro. Algunas y algunos vienen de lejos (es costumbre), y traen niñas y niños. Las miradas tímidas de las y los muchachos dan vida y luz al espacio. Risas, quejidos, juguetes en el piso, palabras en lengua de cría humana y en lengua originaria son la banda sonora de fondo en toda la conversa. Algún optimista con sobredosis de flor oye ahí el sonido de nuevas generaciones de guardianes de la tierra y las culturas. Venimos a hablar de identidades y multiculturalidad, y en el salón hay personas de distintos (y a veces distantes) pueblos, etnias y lenguas de la Sierra de Perijá, además de los pocos criollos y el profesor Mosonyi. La invitación del moderador es a “no hablar con palabras duras y medidas”. “Es como un río en movimiento”, explica. Mucho tiene que ver la palabra con lo que se va a conversar. Las tradiciones, las costumbres, los saberes circulan en forma de palabras y lengua. Mucho de lo que se va a discutir tiene que ver con territorialidades demarcadas con y por el lenguaje. El moderador apunta a darle prioridad a las trochas que el espacio académico de la UBV y el congreso le abren a otros saberes y culturas. Por eso pide cuidar la lengua, el lenguaje. Las palabras.

“Un préstamo lingüístico no es sólo préstamo lingüístico”, explica. “Ahí se aplica una relación de poder. No es un préstamo inocente. Una cultura se sobrepone en las formas de relación. Es una relación asimétrica. Unas palabras se imponen sobre otras. Cuando asumimos una tecnología, asumimos los préstamos lingüísticos”. La primera intervención es de Luis Vayanki, quien habla de: Las enseñanzas de Kokebadou: la kirora, pesca comunitaria del pueblo Barí El docente, ubicado al sur de la serranía del Perijá, habla de la kirora. Es, en parte, pesca comunitaria. Pero es también, explica el moderador, “como para los occidentales ir a misa”. Por eso tiene algunas reglas. La pesca es para la familia y dentro de la kirora no se puede vender. Solamente cuando está “el río fuerte” y hay dos tipos de pescado: bocachico y paletón. La kirora se hace en el río, en verano. Tiene que ser en un río cristalino, no en un río revuelto, para que se puedan ver los peces. Se va cuando el río está profundo y el jefe es quien dirige la pesca. Eligen el río y se llegan. Las mujeres preparan la canasta y, cuando terminan, comparten el producto de la kirora. “La kirora que practicamos es para consumo de la familia. O sea, para compartir con los demás, toda la familia”. La costumbre se arraiga en un mito ancestral, de origen. “Sabaceba le dijo a Kukubarú que enseñara al pueblo Barí el arte de la pesca”. Se transmite de generación en generación, explica Vayanki. Los sabios de la comunidad (los ancianos y ancianas) son los guardianes. 151


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“Ancestralmente los abuelos cantaban, hacían prácticas de carreras, que se llaman dunko. Hoy en día se practica cuando hay una visita en la comunidad, en casos especiales. Por ejemplo, si la comunidad invita a otra comunidad, se practica la kirora”. Alguien en el público pregunta por la función de hombres y mujeres en la kiroa: “En el caso de las mujeres, también buscan pescado, igual que los hombres. Cuando terminan de pescar, la mujer empieza a compartir, dialogar, conversar, cuánto pescó su marido, cuánto pescó ella. Así va compartiendo. Ya cuando termina, todos juntos se van, se encuentran y se va al momento para su casa”. Pero hay otra diferencia. “Las mujeres buscan debajo de las piedras y los hombres pescan con un chuzo, lo que es bocachico, manamana, pámpano, paletones... lo agarran, lo amarran y lo apartan”. Explica que el chuzo barí viene de una mata que se llama macana, que tiene muchas espinas. Por la función de las mujeres en la multiculturalidad y las identidades no habría tantas preguntas. En el salón, varias de las expositoras son mujeres. Una de ellas, Tibisay Achirogdoda Aspadud, reflexiona sobre un dispositivo fundamental que se dibuja como frontera entre la cultura criolla y las culturas originarias: la forma gráfica del idioma originario, una herramienta que permite entrar en los saberes de la cultura alfabética sin sacrificar el idioma originario y el universo que habita en él. Una lengua que es “indomable como su pueblo”, en palabras del moderador, quien invita al esfuerzo por “llevarla a la forma gráfica”.

Reconstrucción de cartillas del idioma Barí en la comunidad Bakubari Achirogdoda saluda en barí: “¿Cómo están?”. Le contestan. “Pertenezco al pueblo indígena Barí”, aclara en español. Esta comunidad existe desde 1919. Antiguamente se llamaba Oktubaktar, que quiere decir que carreteaban muchos palos para construir bohíos. “Habían muchos hombres caleteando para construir los mismos bohíos. En una de esas, por motivo de un accidente, un hombre estaba agotado y se le cayó el palo en la espalda, por lo que quedó accidentado”, cuenta. Archirogdoda es barí pero vive en Machiques. Vive viajando. Su forma de hablar el español expresa con nitidez la espesura que hay entre la lengua de origen y la que permite entrar en la cultura y los saberes criollos. Es en eso en lo que ella trabaja, con las cartillas. “Ya nuestros niños tienen que ir aprendiendo”, reflexiona. “Es un trabajo que hay que hacer poco a poco. Tenemos la desventaja de que muchos docentes —y entre esos me incluyo— no nos atrevemos a escribir cualquier palabra porque nos podemos equivocar. Por temor a equivocarnos no nos atrevemos a escribir, pero uno aprende con el ensayo y el error”. Pero más allá de la dificultad, está el horizonte que motiva a superarla: “Qué bonito que nuestros niños y niñas tengan dónde leer y en nuestra propia lengua; que puedan tomar lectura y que sean capaces de escribir, para así también observar imágenes que sean de nuestro propio entorno”. Una mujer, también docente, interviene para hincar el diente en la tensión entre el saber ancestral de la lengua y la forma gráfica en la que se quiere insertar. 153


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Su hablar pausado busca las palabras en el paladar. “Entendemos muy bien que nosotros somos docentes y sabemos de la escritura más que los ancianos, porque los ancianos son las corporalidades que sólo hablan, no escriben". En este tránsito encuentra varias dificultades. La primera, el abecedario castellano es de vocales abiertas y ellos usan vocales cerradas, nasalizadas; la segunda, algunos errores en las cartillas, que son de las primeras aproximaciones a la forma gráfica de este idioma. Tras los aplausos, el moderador pide una pregunta. Un hombre interviene para reflexionar sobre la sonoridad de las vocales. Quiere saber si las vocales del castellano no tienen una marca que las diferencie para hablar barí. Mosonyi explica: “el barí tiene las cinco vocales del castellano, pero más largas y cerradas, junto a una vocal que no tiene el español”. Aprovecha para informar que en la UBV ya hay una cátedra permanente de lengua barí, que se suma a la de wayúu y a la de kariña. Estado actual de la medicina tradicional Barí Nelson Asiboroco trabaja en la comuna Boxi, en la Sierra de Perijá. Trabaja con los ancianos para memorizar la medicina tradicional barí. Con ellos sólo se puede comunicar oralmente en un sistema donde el secreto es único con cada persona. “Yo trabajo con los ancianos y a la vez escribo”, explica. “Ahí voy aprendiendo con ellos y memorizo todo. Tanto el ambiente, la naturaleza, el río, el ave, y de ahí aparece cada enfermedad”, explica. Como ejemplo, habla 154

de una lapa y un cólico. “El anciano usaba un secreto, que es tabaco”. Muestra un atado de hojas: lo que llama tabaco. “Se lo pone en la boca y lo va rezando, con paciencia”. Lo mismo aplica para las enfermedades que vienen de los peces. Uno de los secretos de la medicina tradicional Barí es no hablar del animal mientras se come. Ni gritar ni reír ni jugar. Lo mismo con el agua. La moderadora pregunta: “¿Qué significa rezar en barí? Me imagino que tú usas la palabra rezar para que nosotros entendamos a qué te refieres, pero en barí, ¿qué significa eso?”. Miguel, en el público, contesta: “Sabaceba es nuestro dios, el que nos creó a través de la piña. Así es como la palabra orar quiere decir “pedir a Sabaceba”. Se trata de que esas palabras tengan efecto a través del espíritu de la selva, porque todas las palabras que el anciano pronuncia son referentes a algo”. Por eso, cuando una familia barí va a comer pescado, no puede hablar de él, ni tampoco cuando se prepara o se pesca. Y en el rezo, en la cura, es el pez el que se nombra. “Para cada cosa hay una oración. Si es el cuerpo, es del cuerpo. Si es el alma, es del alma”, explica. El moderador pide que explique la diferencia del “tabaco” barí con el tabaco criollo. “En barí se dice lok, y adoptamos del español la palabra tabaco. Para hacer el lok hay un procedimiento. Primero, se recogen las hojas de las plantas (no cualquier planta, una planta específica) y se ponen a secar durante cuatro días; luego se guardan y se trituran con las manos. Por último, se agarra cualquier trapo y se pulverizan. Ya ahí se convirtió en lok. Y eso está listo para que el anciano o cualquier persona que sepa sanar o curar una enfermedad, lo pueda hacer”.


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El moderador pregunta cuál es la relación cotidiana de la comunidad con la medicina tradicional. “Los barí siempre, siempre, mantenemos la medicina tradicional. Cuando Barrio Adentro va a hacer una jornada, nosotros nos compactamos en esa medicina, en ese lado. Siempre se comparte en ese lado. Es primordial la medicina tradicional. Tenemos el ambulatorio, tenemos el CDI y tenemos los ancianos”. Caracterización de la lengua materna Yukpa de la comunidad Misión Los Ángeles del Tokuko “Primero lo voy a decir en lengua materna”, dice Yoleida Martínez, y se presenta. Empieza hablando en yukpa trayendo al salón el objeto del que va a hablar, que es la lengua, su sujeto. Explica que ella habla apenas una de las cinco variedades dialectales —toromo, aroi, chierta, tinakoa y marewa— que se pronuncian diferente pero “el significado es lo mismo”. Yoleida confiesa que no siempre dominó la lengua yukpa. Se formó como docente, pero no le enseñaron en la lengua materna sino en castellano. “Cuando iba a la comunidad me sentía incómoda”, confiesa. Por eso estudió con un maestro, para “aprender más de la lengua materna y poder ir a enseñar al Tokuko”. Es lo que hace ahora, mientras elabora cartillas para enseñar el abecedario en yukpa. “Antes no existía escritura ni castellano”, le explica a Yoleida su abuelo, uno de los sabios de la comunidad. Comenzaron a hablarlo con los frailes capuchinos y las hermanas de la caridad de Santa Ana que han trabajado en misión en el Tokuko. “Antes se comunicaban por medio de gestos”, dice Yoleida, quien investigó por medio de libros y

con entrevistas a ancianos de la comunidad. El nombre de la comunidad era una onomatopeya del sonido del río: tukuko. Su padre fue de los primeros pobladores de la comunidad que “tuvieron que aprender a hablar el castellano para buscar una fuente de trabajo”. Ahora las cosas han cambiado. “Los jóvenes han perdido interés en la lengua materna”, reflexiona. Para ella, “el trabajo es hacer que los niños se enamoren de la lengua materna”. Ella, como docente, enseña todos los contenidos en yukpa y castellano: la escritura, los números, las partes del cuerpo humano, etcétera. “Que más bien los frailes capuchinos y las hermanas de la caridad aprendan yukpa”, sentencia. “Que los watía (criollos) se sientan yukpa, que no tengamos que aprender de ellos sino que ellos aprendan de nosotros”. Antes de que comience la próxima intervención, la siguiente ponente, Rebeca Suárez, agrega: “Tenemos que tener conocimiento de nuestra lengua materna. No la podemos perder porque esa es nuestra riqueza. Nuestro dios poderoso nos creó para eso. Nosotros somos yukpa, orgullosamente”. Enseñanzas para preservar la existencia de la medicina tradicional yukpa de la comunidad del Tokuko Volvemos sobre el problema de la medicina. Ahora hablando de los modos de preservarla, del riesgo de verla desaparecer. “Hemos estado rescatando la medicina tradicional, que se está perdiendo por falta de práctica”, sentencia Rebeca Suárez. “No vamos a decir que se está perdiendo, porque si estamos aquí es para rescatarla, para ponerla en práctica. 155


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Porque es cuestión de práctica. La medicina tradicional la conocen los ancianos, que son la biblioteca de nuestra comunidad.” “¿Por qué anteriormente nuestros ancestros no acudían a un ambulatorio? Porque no tenían necesidad. Porque ellos mismos preparaban sus plantas medicinales para un dolor de barriga, para una diarrea, para un vómito. Hasta para dejar los malos espíritus. El problema es que son muy pocos los conocedores y son muy celosos, en esta parte de las medicinas tradicionales. Se lo guardan para ellos. Es muy bonito porque cuando nosotros caminamos con nuestros abuelos hasta allá, hasta la montaña, y les preguntamos: — ¿En dónde están ubicadas esas plantas? Nos dicen celosamente: — Esto es para el dolor de cabeza. Tenemos una medicina contra el famoso pito, que ellos lo preparan ahí y se seca solito”. El pito es un mosquito que pica y va comiendo la carne, como la leishmaniasis. Suárez cuenta una experiencia que tuvo con su esposo y la medicina alopática frente a la medicina tradicional. Él padeció una de estas picadas y recurrió a varios médicos, sin efecto alguno. “Vine y le conté a mi abuela que mi esposo estaba picado de pito, y le pregunté qué era bueno para eso”. “Bueno, lo que tiene que hacer es no comer carne roja. Yo voy para la montaña y ya regreso”, le dijo su abuela, y volvió con un polvito. “Mi esposo dijo que cuando se lo aplicó ahí, vio al diablo, porque eso ardía”. Y fue eso lo que acabó con el mal. “Así son las plantas de nuestra tierra, territorio rico que tenemos en nuestra Sierra de Perijá”.

Reconstrucción socio-cultural de la Bigshima como práctica de integración del pueblo Barí Saturnino Kasikobagcha es del municipio Jesús María Semprun. Se presenta de manera breve y entra en materia. Anuncia que hablará primero sobre la identidad y el origen de su comunidad. “Nosotros salimos de una piña amarilla. Habían dos piñas: una amarilla y otra morada. Sabaceba le dice al barí que parta la piña y de ahí sale la familia. Y de la piña morada sale otro barí, que es el espíritu que anda solamente de noche. Sabaceba nos induce nuestros valores desde ese momento: que todos los barí seamos unidos, compartamos, demos a quienes no tienen. Eso es lo que nos dejó nuestro dios que es Sabaceba”. En el relato, Sabaceba dejó a un líder encargado de cada comunidad. “Por eso cada comunidad tiene su líder, como decimos nosotros, que es ñatubai”. Todas sus prácticas, sus culturas, las recibieron de Sabaceba. Al dios le atribuyen los poderes con que ejercen su resistencia cultural. “Sabaceba dejó a los sabios, y con eso estamos sosteniendo. Como una parte de nosotros entramos en transculturación, estamos en desventaja por ese lado”. La historia del origen de la práctica de la Bigshima, cuyo carácter es ritual y sagrado, se remonta desde antes de la creación del sol. Cuando los barí fueron creados, sólo existía la noche, y sobrevivían con la Bigshima, una especie de fogata que preparaba el barí. “¿Qué comían los barí anteriormente en esa oscuridad? Comían culebras, ranas, agua cortada de un bejuco ahí mismo, en ese momento. Sabaceba va enseñándolos, va viéndolos, va observándolos”. 157


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La noche perenne se interrumpió después de un día en el que Sabaceba escogió a diez personajes. “De tanto tener oscuridad, y para poder tener el sol, vamos a hacer esta cosa”. Las diez personas juntas no pudieron prender el sol. Después probaron uno por uno. Sabaceba le dijo a una de estas personas (que tenía lepra) que se pusiese una corona de plumas de animales, y éste lo hizo, así “alumbró nuestro sol”. Sabaceba le dijo entonces al barí con lepra que él iba a ser el sol. “Tú vas a alumbrar pa' toda la vida al mundo entero. Empieza a las siete, y a las seis te vas quitando las plumas”. Entonces ahí es que salió el sol. “Sabaceba es un sabio y nos dejó el día y la noche. Y Sabaceba dice que la noche es para dormir. Cuando oscurece, dormimos. No es para embochincharse. Hoy en día no estamos cumpliendo, no estamos viviendo como es debido, como mandó Sabaceba”. Saturnino concluye su ponencia y promete traer una muestra de la práctica para el final de su investigación. Da las gracias a la UBV por el espacio. Afirma que gracias al Congreso “estamos discutiendo nuestra cultura”.

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Identidad y multiculturalidad en la región de Perijá del Estado Zulia en Venezuela (II) Sandino Márquez En el aula 11 del edificio Simón Rodríguez nos reunimos cerca de cuarenta personas para escuchar a las y los compañeros cursantes de la Maestría de Identidades y Multiculturalidad de la UBV, en la cuarta tarde del congreso que ha tomado por estos días de julio los jardines, pasillos y aulas de la UBV-Zulia. Si se desconoce el trasfondo del asunto, podría pensarse que no hay nada extraordinario detrás de una maestría, pero la cuestión es muchísimo más compleja de lo que parece, y deja en evidencia un modo distinto de entender la universidad, en el marco de un criterio de verdadera universalidad. Desde hace algunos años, la UBV lleva adelante un programa de formación de cuarto nivel llamado Ciencias para el Desarrollo Estratégico. Este programa cuenta con varias especialidades, entre ellas, la de Identidades y multiculturalidad. Esta especialidad surgió hace cuatro años como una respuesta de la universidad a la solicitud hecha por algunos docentes de primaria del pueblo Barí, que pedían que se les brindara la oportunidad de cursar estudios de postgrado. Actualmente, los docentes de primaria de los distintos pueblos que hacen vida en el territorio zuliano (Barí, Wayúu y Yukpa), tienen la posibilidad de cursar estudios de postgrado en la UBV.

El proceso ha sido un poco más lento de lo normal, pues se ha debido flexibilizar la frecuencia de los encuentros entre los maestrantes y sus profesores, tomando en cuenta las distancias que deben recorrer las y los compañeros desde sus pueblos de origen hasta la sede de la universidad. En algunos casos, estos viajes ameritan seis horas en chalana y luego seis horas más en vehículo. Sin embargo, ya se comienzan a recoger los primeros frutos de este programa de estudios. La Cátedra Adolfo Castelar, propuesta por el profesor Esteban Mosonyi, es parte de este programa de estudios. Esta cátedra fue creada para armar la gramática de la lengua Barí, en búsqueda de su constitución y formalización como idioma. Esto permite, además de su reconocimiento, legar los saberes históricos de este pueblo. De los 38 compañeros que se inscribieron en la maestría, actualmente 36 están finalizando sus trabajos de investigación. Omero Atrayega es uno de ellos, y proviene del municipio Jesús María Semprun, en Machique de Perijá, “por allá por el río de oro”. Atrayega explica que el tema de su investigación surgió con el fin de que los jóvenes de su pueblo aprendan a valorar el arco y la flecha como herramienta en la defensa del territorio del pueblo Barí. El territorio de donde procede Omero está demarcado actualmente por los criollos —así llaman a quienes no pertenecen a su pueblo—, pero antes era demarcado por los ancianos del pueblo Barí. Este territorio, como la Sierra de Perijá en general, actualmente se encuentra bajo la amenaza de los intereses de las empresas del carbón y el petróleo, pues el subsuelo de estas tierras es rico en hidrocarburos. Además, a esta amenaza se le suma la de los cárteles del narcotráfico que usan la espesura de la 159


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selva para instalar laboratorios clandestinos de producción de cocaína. Por último, están los llamados “bachaqueros”, que usan estos territorios como rutas en la extracción ilegal de combustible y alimentos. Nos cuenta Omero que anteriormente su pueblo flechaba a todos los intrusos que penetraban en su territorio. Pero a partir de la reforma de la Constitución en 1999, que planteó el reconocimiento de los pueblos indígenas, y la posterior promulgación de la Ley Orgánica para los Pueblos y Comunidades Indígenas (LOPCI), han cambiado el arco y la flecha por la Constitución y la LOPCI como arma en la lucha por la defensa y cuidado de su espacio geográfico, su cosmovisión, su historia y sus tradiciones. Adrián Atadaya Oshon, también del pueblo Barí, parte del mito fundacional para contarnos cómo la pesca llegó a su pueblo de la mano de Sabaceba, el mayor de sus dioses, y cómo las técnicas ancestrales han sido cambiadas por mecanismos más efectivos, pero predadores, que conducen a la escasez de peces en las aguas de sus ríos y, por ende, al desequilibrio de estos ecosistemas. Cuenta que históricamente su pueblo ha usado el “chuzo” o arpón para capturar peces, y que sólo pescan lo necesario para el mantenimiento de sus familias. Sin embargo, algunos jóvenes que se fueron a las ciudades regresaron con atarrayas, que facilitan el trabajo, pero atrapan más pescado del que se necesita. Estos jóvenes llevaron el excedente al mercado, transformando el fin último de la pesca en la mercantilización y obtención de ganancias. 160

Olibia Maiquishi, de la comunidad Yukpa del Tokuko, nos dice que su pueblo es llamado los “panamna”, que quiere decir: “los yukpas lejanos” o “los más alejados de la Sierra”. La investigación de esta compañera pretende mostrar las técnicas agrícolas ancestrales de su pueblo como técnicas agroecológicas, y de ahí evidenciar la necesidad de su rescate, pues, por el intercambio con el criollo, estas técnicas han cambiado en las últimas décadas. En las exposiciones de los compañeros se evidencia el enorme compromiso con el mantenimiento y rescate de sus culturas y saberes, que se han ido perdiendo como consecuencia de la contaminación cultural, generada por el intercambio con el criollo y su imposición de modos de vida. La UBV, entendiéndose en el contexto de su radio de acción, ha hecho posible —desde un verdadero criterio de universalidad, pluralidad e inclusión— que estos compañeros puedan contribuir en la identificación de los problemas de sus pueblos, y, a partir de ello, descubrir una manera de producir conocimientos que tributa al compromiso asumido con sus culturas.


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Avances en la implementación de la Estrategia Nacional para la Conservación de la Diversidad Biológica 2010-2020 y su Plan de Acción Nacional

artificial, también propio de la cotidianidad de esta ciudad— una compañera que, en tono amable, excusa al director de la institución que no alcanzó a llegar, “pero que seguro llega antes del mediodía”. Luego nos alerta sobre la labor titánica a enfrentar el resto del día, pues se debe cubrir en una sola jornada el mismo contenido que en el IV Congreso tomó tres días.

(encuentro permanente)

Seguidamente, la compañera hace una introducción bastante breve, explicando que se evaluará el seguimiento de los lineamientos del Estado venezolano desde el punto de vista técnico, político y metodológico para la conservación de la diversidad biológica, presentando los avances que el Ministerio ha logrado en los últimos años. Aclara que esto es sólo una muestra de lo que actualmente se hace en materia de conservación de diversidad biológica en el país, pues son muchas las experiencias particulares y colectivas que no están vinculadas a la institución, pero que pujan por la misma causa.

Sandino Márquez Asumir la tarea de registrar el seguimiento de la implementación de los programas y proyectos llevados a cabo por una institución del Estado, puede no ser el ideal de trabajo de un cronista ante la amplitud de posibilidades que ofrece un espacio como el V Congreso Venezolano de Diversidad Biológica. Sin embargo, los resultados expuestos por las y los compañeros de la Oficina Nacional de Diversidad Biológica, ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para el Ambiente, no pueden sino invitar a hacer una profunda reflexión al respecto. Con el cansancio producto del viaje de casi una hora hasta la sede de la UBV en las afueras de Maracaibo, encaramos el compromiso desde las 8:00 am. en el aula 04 del edificio Simón Rodríguez. Ya el sol se mostraba a plenitud en un cielo desprovisto de nubes, dejando entender que la jornada sería —como sucede cotidianamente en esta ciudad— bastante calurosa. Al entrar, nos recibe —junto con un frío

De entrada —para alguien que desconoce la materia— sorprende la estructura metodológica que se ha construido en los últimos años; todas las políticas que lleva a cabo el Estado venezolano en materia de conservación de la diversidad biológica se hacen en el marco de la “Estrategia Nacional para la Conservación de la Diversidad Biológica 2010- 2020 y su Plan de Acción Nacional”. Esta estrategia consiste en un programa a corto y mediano plazo que enmarca en siete líneas estratégicas y cuatro ejes transversales la identificación de los principales problemas que enfrenta el país en esta materia. 161


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Cada línea provee un objetivo general donde se inscribe una serie de programas, y cada programa contempla una serie de proyectos desde donde se ejecuta el accionar necesario para la conservación de la diversidad biológica, yendo desde lo más general y abstracto, hasta lo particular y concreto. Los proyectos que poseen metas, indicadores y planes de trabajo, son los más idóneos para hacer el seguimiento. En la introducción de este documento, del que sólo en el 2013 se imprimieron 25.000 ejemplares para su distribución gratuita, dice que la construcción de la estrategia fue hecha de manera colectiva “con la participación de comunidades organizadas, estudiantes, colectivos, profesores, funcionarios institucionales y militantes, organizados en mesas de trabajo en numerosos talleres, los cuales contaron con la participación de más de 5.000 personas a nivel nacional”. Este dato es de suma importancia si se quiere entender la complejidad de las políticas del Estado venezolano en materia de conservación de la diversidad biológica. Según nos cuenta Violeta Gómez, de la unidad de planificación y seguimiento, después de tener esta herramienta de lucha ya lista y en manos de una gran cantidad de compañeras y compañeros, su implementación se ha hecho también colectivamente, conservando así el espíritu de su construcción. Es ahí, en el espíritu esencialmente colectivo, donde radica gran parte del éxito de la estrategia, pues las anteriores, incluso a escala mundial, no han cumplido con sus objetivos. Esto se hace patente en el fracaso del Año de la Diversidad Biológica (2010) propuesto por la ONU, con el que se pretendía disminuir

la tasa de pérdida de diversidad biológica. Este fracaso es asumido por el Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon, quien propuso una prórroga de media década para alcanzar los objetivos. Ahora, como saldo de estos fracasos queda el necesario análisis: “Esas estrategias son huérfanas porque son elaboradas por expertos desde oficinas y son desconocidas por la colectividad. Aquí rompimos con eso: esta estrategia se construyó y se está aplicando con la gente”, sentencia la compañera Violeta, antes de anunciar que ella es la encargada de darnos a conocer los avances de la primera línea estratégica. Línea estratégica 1: Gestión de la información Esta línea tiene como objetivo general “establecer los mecanismos, herramientas y procesos que promuevan la investigación y garanticen el acceso al conocimiento para la ejecución y seguimiento de la Estrategia Nacional para la Conservación de la Diversidad Biológica”. Para cumplir este objetivo hay actualmente 49 proyectos agrupados en 11 programas. En palabras de Violeta: “La línea de gestión de la información tiene dos grandes objetivos: la generación y la divulgación de información pertinente. Esta línea reconoce la diversidad de formas de pensamiento, y no se habla de una sola ciencia, pues desde esta visión construida en colectivo es necesario ampliar el criterio y reconocer la diversidad, y esto se transversaliza”. Así, existe un proyecto de rescate del conocimiento indígena y tradicional, que guarda una relación estrecha con la temática del V Congreso Venezolano de Diversidad Biológica: tierras y territorios. 163


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Existe un proyecto de prioridades de investigación que se apalanca con la reforma en el año 2010 de la Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e Innovación (LOCTI). Esta reforma, contraria a la ley original promulgada en 2001, no da lugar a triquiñuelas por parte de las empresas. La ley exigía a las empresas destinar una parte de sus ganancias a la investigación científica sin ningún tipo de control. Así, las empresas terminaron por establecer las prioridades partiendo de sus intereses. La reforma da al traste con esta perversión y ahora las prioridades deben ser determinadas de manera exclusiva por el Gobierno Nacional a través de sus instituciones. Este proyecto tiene como objetivo general construir las prioridades de investigación en torno a la conservación de la diversidad biológica, a partir de la construcción colectiva de los planes de acción de la Estrategia Nacional de Conservación de la Diversidad Biológica y su metodología de implementación-acciónparticipación. Las prioridades de investigación se traducen en prioridad de financiamiento. ¿Y cómo se generan estas prioridades? Se hace un cotejo de las necesidades con el Proyecto Nacional, el Plan de la Patria y el Plan Nacional Ambiental. Esto ha tenido como principales resultados la priorización de la investigación y la conservación en la Faja Petrolífera del Orinoco y el arco minero, zonas que están en peligro debido a las metas propuestas por el mismo Plan de la Patria. Hay una amenaza causada por la política desarrollista en esos territorios. Existe también la necesidad de desarrollar diagnósticos sobre la pérdida de conocimientos ancestrales y populares sobre diversidad biológica y prácticas

asociadas a su conservación. Además de esto, hay un plan de implementación de sistemas de información libre de estos datos. El Sistema Venezolano de Información sobre Diversidad Biológica es quizá el logro más importante que se ha construido en estos últimos años en esta materia, además de que es, junto al proyecto de prioridades de investigación, la principal bandera de la línea estratégica 1. Este sistema es un espacio 1.0 que continua en construcción y que funciona como base de datos de información sobre especies, ecosistemas y actores en la conservación de la diversidad biológica (entiéndase por esto particulares, ONG’s e instituciones del Estado). Actualmente este sistema posee el dominio www.diversidadbiologica.minamb.gob.ve. Esta herramienta se logró concretar y, de hecho, fue usada como plataforma para la inscripción en el V Congreso. Esto se traduce en una nueva fortaleza que, incluso, está abierta para distintos encuentros de saberes y experiencias, bien sea de la Misión Nevado, de los encuentros para la Ley de semillas, de la lucha contra los transgénicos, etc. Comenta la compañera Violeta respecto a este espacio: “Es necesario ir creando colectivamente las fichas de las especies que están allí. Por ahora están las especies más emblemáticas, es decir, las que están en peligro de extinción y las que están sujetas a tráfico ilícito”. Es por ello que continuará siendo un espacio en construcción, pues queda mucho trabajo de recopilación de datos pendiente, y éste debe ser asumido de manera colectiva. Otro proyecto de la línea 1 es generar inventarios nacionales de especies: necesitamos saber qué especies tenemos y dónde están distribuidas, al igual que los ecosistemas. Existe también un grupo de trabajo de fortalecimiento de capacidades para poder generar información. 165


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Línea estratégica 2: Conservación de especies amenazadas Con la presión del tiempo encima —se acercaba la interrupción del almuerzo—, abre la compañera explicando que la línea 2 tiene como objetivo general “garantizar la preservación de especies amenazadas, utilizando técnicas de manejo que incluyen la reintroducción, el traslado de especies y el seguimiento de los programas, así como la incorporación de centros de conservación ex situ”. De manera muy sistematizada —a pesar del corre corre— continua desarrollando su presentación. El Programa Nacional para la Conservación de Especies Amenazadas contempla tres proyectos: El primero es el proyecto de recuperación de especies amenazadas, cuyo objetivo general es garantizar la conservación de especies que se encuentran en peligro, estableciendo prioridades, desarrollando acciones, y generando protocolos y metodologías en búsqueda de la estandarización. Todo esto en función de evaluar el impacto sobre las poblaciones. Las especies priorizadas en materia de fauna son las dos especies de tortugas continentales, las cinco especies de tortugas marinas que transitan nuestro mar territorial, el caimán de la costa y el caimán del Orinoco. A estas especies se les han sumado el venado caramenudo, el cardenalito, los loros y las guacamayas. “En cuanto a las tortugas marinas, existen varios proyectos comunitarios apoyados por el ministerio. Ahí radica la importancia de la 166

estrategia, pues permite que las comunidades organizadas generen proyectos en materia de conservación y sean apoyados desde la institución”. En este punto, el lema del ministerio, “Gestión ambiental compartida”, toma sentido.Isla de Aves es quizá el refugio más conocido; se trata de la segunda área de anidación de tortugas verdes más importante del Caribe (alrededor de 100.000 tortugas anidan anualmente en ese espacio). Este proyecto, junto con el de Macuro en el Estado Sucre, es ejecutado con la colaboración de la Armada Nacional Bolivariana, debido a que son zonas donde el acceso depende casi exclusivamente de embarcaciones. En San Juan de las Galdonas y el Morro de Puerto Santo, ambas poblaciones pesqueras del Estado Sucre, surgieron dos iniciativas de personas de la comunidad que comenzaron a proteger las nidadas y las tortugas. Es necesario hinchar los pulmones de orgullo para poder decirlo con bastante fuerza, y justo eso hace la compañera cuando continua echando el cuento: “En el Morro de Puerto Santo está el primer zoocriadero nacional, hecho por un pescador que, preocupado por la situación, hizo unos tanques en su casa. En la actualidad, cada cuatro meses libera en promedio a cien tortugas de las diversas especies que transitan por esa zona. Durante mucho tiempo se dijo desde la academia que la reproducción de especies marinas era casi imposible en cautiverio, y un par de pescadores terminaron de derribar ese paradigma”. Según explica, esta iniciativa de los compañeros pasó a ser un proyecto comunitario con acompañamiento del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente. Esto permite a la institución hacer un monitoreo constante de las tortugas reproductoras. La construcción de estaciones científicas


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comunitarias en zonas de anidación de tortugas marinas es otra experiencia extraordinaria. Para esto se hacen nidarios, que son instalaciones a donde se trasladan las nidadas para protegerlas. Cuenta la compañera que el episodio ocurrido a mediados de mayo en Playa Pelúa en el Estado Vargas, cuando un grupo de bañistas impidió que una tortuga verde desovara, trajo como consecuencia — además del escándalo generado en los medios nacionales y las redes sociales— que la comunidad del sector se organizara y construyera 17 nidarios, con el fin de evitar nuevos incidentes. Resulta necesario aprovechar el empuje del pueblo organizado que asume estos espacios. El segundo proyecto consiste en la conservación ex situ. Este proyecto ha logrado la instalación de 11 zoocriaderos a nivel nacional, generando así una plataforma para la reproducción y la repoblación de distintas especies. El tercer proyecto está bajo la responsabilidad de la ingeniera agrónoma Dalia Rodríguez, y se encarga del rescate de variedades autóctonas de la agro-biodiversidad. En términos generales, el fortalecimiento de la colección de piñas (que data de 1992), de cacao (1994), de lechosa (2003) y de plantas medicinales (1997), es el resultado más resaltante de este proyecto, así como el rescate y conservación del Nogal de Caracas, especie que se consideraba extinta. Sin embargo, hace poco se logró identificar un pequeño grupo en estado silvestre en la espesura del Parque Nacional Waraira Repano, en el Distrito Capital. Por otra parte, han organizado e impartido 30 talleres sobre manejo y recolección de semillas, y han participado en distintas jornadas de plantación;

todo esto en función del rescate de semillas autóctonas campesinas de potencial alimenticio para el fortalecimiento de la soberanía agroalimentaria. Al regresar del espacio concedido para el almuerzo —que en principio iba a ser sólo de una hora y terminó siendo de casi dos—, el comentario generalizado de los participantes no tiene nada que ver con el tema del encuentro. Algo más inmediato incomoda a la mayoría y sin ningún complejo lo dejan saber: el contraste entre los más de 37° centígrados de las áreas al aire libre de las instalaciones y los 18° del interior del aula han pasado factura, y la mayoría acusa dolor de cabeza. En la mañana no fue posible abarcar el contenido pautado para esa hora, y en la tarde correríamos la misma suerte, a pesar de los esfuerzos de los compañeros ponentes por condensar la información, saltando datos y reduciendo contenido. Línea estratégica 3: Áreas estratégicas para la conservación Entre los proyectos de mayor relevancia, se encuentra la generación de cartografía básica que permite concebir en términos geopolíticos las áreas estratégicas para la conservación. Además, se ha llevado a cabo la reubicación de un asentamiento humano en Chichiriviche, estado Falcón, desde el año 2010 hasta la actualidad, cubriendo buena parte de las aristas que se generan en este tipo de proyectos. Su único antecedente en nuestro país es el de Morrocoy en 1974. Finalizada la reubicación, se prevé el saneamiento total del área. 167


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Línea estratégica 4: Aprovechamiento sustentable de la diversidad biológica Alexis Rengifo y Silvia Llamozas explican que el objetivo general de esta línea es “promover y garantizar el aprovechamiento sustentable de la diversidad biológica con el fin de garantizar la soberanía y la suprema felicidad social de los pueblos”. Para llevar adelante este objetivo ha sido necesario el establecimiento de alianzas estratégicas interinstitucionales, por ejemplo, con el Ministerio del Poder Popular para las Comunas y los movimientos sociales; con el Ministerio del Poder Popular para la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, sobre todo en lo concerniente al acceso y aprovechamiento de los recursos genéticos; con el Ministerio del Poder Popular para el Turismo, para avanzar en la construcción de un turismo ecológicamente sustentable; y con el Ministerio del Poder Popular para la Educación, pues es necesario que se conozca la problemática y todos los esfuerzos que se llevan adelante para su resolución, y así favorecer una nueva construcción ética en materia de aprovechamiento de la diversidad biológica en los niños, niñas y jóvenes. Línea estratégica 5: Prevención, control y erradicación de especies exóticas El aparato ideológico del sistema capitalista ha impuesto el término “exótico” como algo cercano a un estereotipo de belleza o de placer no común, sin embargo, el verdadero concepto de lo exótico no podría estar más lejos de esto.

Las especies exóticas, por ejemplo, son en realidad aquellas especies que se encuentran fuera de su área de distribución natural. El compañero encargado de explicar la línea 5 de la estrategia, coloca como ejemplo el caso del mango, que en el imaginario colectivo venezolano aparece como un fruto propio, pero es en realidad una especie exótica en nuestras tierras. Aclarado esto, el objetivo de esta línea es bastante claro: se persigue como fin evitar que ingresen más especies exóticas al territorio nacional, sin medir previamente su impacto. Ya existen especies animales que generan grandes problemas a las especies locales. El control de las especies exóticas ya existentes en el país y la erradicación de aquellas que generan desequilibrios irremediables, es una manera de impedir la desaparición de especies autóctonas de nuestras tierras. Entre estas especies exóticas que representan una amenaza están el caracol africano, la rana toro y el pez león. Línea estratégica 6: Control y fiscalización de organismos genéticamente modificados Esta línea tiene como objetivo general “consolidar mecanismos, procedimientos y acciones destinadas a regular las actividades asociadas a organismos genéticamente modificados, con la finalidad de evitar los efectos adversos sobre la diversidad biológica, promover la soberanía alimentaria y la suprema felicidad social perdurable”. El mayor éxito que ha tenido esta línea es la prohibición del uso de semillas genéticamente modificadas en el territorio nacional. Igualmente, uno de los asuntos más relevantes es el avance en la discusión nacional sobre una nueva 169


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ley de semillas, que se apalanca en un extenso proceso constituyente, cuyas discusiones han recorrido buena parte del territorio nacional, con el acompañamiento del Ministerio del Poder Popular para el Ambiente. Son más de las 3:00 de la tarde. De repente, un sonido extraño comienza a interrumpir a la ponente que ya cierra su intervención. Uno de los asistentes dice a modo de chiste: “¡Saboteo!”. Alguien ha tenido el buen gesto de repartir unas barras de maní acaramelado, y el sonido lo provoca el intento desesperado de algunos por abrir el regalo. Línea estratégica 7: Prevención y manejo del tráfico o comercio ilícito de especies animales y vegetales Aún escuchando de fondo algunas risas y comentarios por el reciente episodio, el compañero comienza a dar algunas cifras y datos sobre la lucha contra el tráfico y comercio ilícito de especies. Uno de los resultados más relevantes de esta lucha ha sido la captura de 10 especies que posteriormente fueron liberadas en el 2009. Para el año 2013 esta cifra ascendió a 17 especies, lo que representa un incremento más que significativo. En el mismo periodo se ha disminuido la tenencia ilícita y se ha mantenido el porcentaje de entregas voluntarias. La Oficina Nacional de Diversidad Biológica sirve de apoyo al Ministerio Público y a la Guardia Nacional Bolivariana en el acompañamiento y canalización de denuncias, pues todas estas acciones tienen carácter penal. Además contribuyen a decidir el destino de los ejemplares capturados. Cabe destacar la importancia de la labor que se realiza de manera conjunta con los parques zoológicos a escala nacional, para llevar a cabo esta tarea. 170

Para cerrar, la compañera Irene Montaño hace un rápido paseo por los ejes transversales, destacando la gestión y política internacional. Señala como principio que la diversidad biológica no es un objeto mercantil, sino un patrimonio fundamental para la construcción de la suprema felicidad social perdurable. Por ello, la necesidad de la defensa de los recursos naturales se hace patente. Nuestro país puso en discusión el tema en el marco del Consejo de Defensa de la UNASUR. El secretario general de este organismo, Alí Rodríguez Araque, sostiene que debemos estar preparados para defender nuestros recursos naturales, pues su abundancia nos hace vulnerables. Ya son más de las 4:00 de la tarde, y los autobuses que nos llevarán de regreso a Maracaibo esperan por nosotros. Sin embargo, aún queda espacio para la autocrítica necesaria, y un compañero toma la palabra para advertir que la estructura institucional del Estado es un freno para llevar adelante la estrategia; no obstante, acota que el mayor éxito en estos últimos años ha sido que el Quinto Objetivo Histórico del Plan de la Patria se construyó justamente en función de hacerla viable. Al haber sido promulgado el Plan de la Patria como ley de la República el pasado 3 de diciembre, una nueva fortaleza se suma para hacer cada vez más concreta la lucha por la conservación de la diversidad biológica en nuestro país.


Talleres Los talleres son espacios para la formación y el aprendizaje colectivo, que aporta herramientas para la organización social y la adquisición de habilidades técnicas para la gestión colectiva de la diversidad biológica y la sociodiversidad. En los talleres el aprendizaje se concibe a través del intercambio de experiencias y saberes.


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Talleres

Cocina soberana Lola En la planta baja del edificio Simón Bolívar se llevó a cabo el taller de “Cocina soberana: come sano, seguro, sabroso y soberano”, facilitado por Javier Nouel de la Escuela Venezolana de Alimentación y Nutrición (EVAN). De entrada, Javier nos comenta que estructuró el taller como un resumen de las 19 sesiones del programa de cocina soberana de la EVAN. Javier nos habla del término “transiciones alimentarias”, que se refiere a los cambios en la forma de alimentación de los pueblos. Una de estas transiciones en nuestro país podemos ubicarla durante la época de la colonia, debido al auge de la ganadería propiciada por los españoles. En la década de los 50, luego de la Segunda Guerra Mundial, se firman los acuerdos de Bretton Woods, en los que se establece el dólar como moneda mundial. Esto originó una carrera en la conquista de mercados, lo que a su vez condujo a la construcción de un nuevo sistema agroindustrial. Hijo de esta estructura es el concepto de “refinamiento” de los alimentos, como azúcar refinada, harinas refinadas, entre otras. A partir de los 80 sufrimos otra arremetida con la llegada de McDonald’s y demás empresas de comida rápida. A finales de los 90 los mercenarios de la alimentación encontraron formas de aumentar ganancias y abaratar costos a merced de la salud de los consumidores mediante el término light.

En buena medida es gracias a estos productos que Venezuela se ha posicionado como el tercer país con mayor índice de sobrepeso a nivel mundial, luego de Estados Unidos y México. La alternativa es redefinir nuestra cultura alimentaria desde nuestras potencialidades, con alimentos que sean soberanos. Fortalecer el consumo de alimentos autóctonos implica reconocer nuestra biodiversidad y utilizarla en pro de nuestra salud. Lamentablemente nuestra nutrición está condicionada por los rubros que encontramos en los supermercados, panaderías, abastos, etc. En su mayoría estos productos son importados o están repletos de agrotóxicos. La razón por la que comemos estos alimentos es “porque es lo que hay” o, mejor dicho, es lo que creemos que está a nuestro alcance. A esto le añadimos las constantes campañas de desprestigio que han sufrido algunos alimentos que producimos de forma soberana. Por ejemplo, el bledo ha sido satanizado desde el período de la conquista. Por ser un alimento sagrado en varias cosmogonías indígenas y parte fundamental de la dieta de los guerreros aztecas, Hernán Cortés mandó a acabar con esta planta. La relación simbólica entre el bledo y la resistencia todavía perdura; actualmente es desprestigiado porque es tan resistente que invade los monocultivos. Existen diversas variedades de bledo, como el bledo con espinas y el bledo morado. En Venezuela sólo tenemos dos: la brava, que se consume en infusiones, sobre todo en caso de cólicos; y la blanca, de la que se consumen las semillas, hojas y los tallos tiernos. 173


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Entre estos alimentos subestimados encontramos la verdolaga que es ligeramente laxante y es buena contra los parásitos. Posee aceite Omega 3 y Omega 6, buenos para el sistema circulatorio y el corazón. Los naturistas en Venezuela tienen alrededor de cuarenta años promoviendo la moringa (también llamada ben o guaireña). Se recomienda consumir un promedio de 20 gramos de moringa al día. Dado que la harina de moringa se hace de los tallos y de las hojas deshidratas o molidas, se puede utilizar para los guisos, las cremas, arepas y sopas. Las raíces son parecidas a las del apio, pueden utilizarse de la misma manera y sirven como carbohidrato natural y fuente de energía. La moringa aporta hierro, calcio, betacaroteno y vitamina C, ayuda a la desinflamación, a calmar dolores, curar paperas y a subir las defensas y la hemoglobina. Por servir como antinflamatorio, ayuda también a contrarrestar dolores musculares y articulares. Sin embargo, está contraindicada para las personas que tienen la hemoglobina alta. Se puede cultivar con una separación de menos de un metro entre hileras, se poda manteniéndola bajita y procesando lo cortado. El comandante Fidel Castro la recomienda para acabar con la desnutrición en el mundo. Existen también plantas que, pese a ser muy nutritivas, son cultivadas como plantas ornamentales, como es el caso del zulú, sagú, guapo, guapito o pericaguara. Esta planta es un tipo de capacho que tiene alto contenido en almidón. Rayando el tubérculo en agua y luego secando el almidón, se pueden hacer atoles que ayudan a los niños en su crecimiento. También pueden consumirlo ancianos 174

y personas que sientan debilidad. Sin embargo, a pesar de sus cualidades es utilizada comúnmente como planta ornamental. Javier recomienda que la lactancia materna sea exclusiva durante los primeros seis meses de vida y se mantenga hasta los dos años de edad. Sostiene que después de la lactancia materna no necesitamos consumir leche. Afirma que “de hecho todos y todas somos intolerantes a la lactosa en distintos niveles”. Como sustituto de la leche de vaca recomienda el agua de coco, ya que es una bebida isotónica que posee una alta cantidad de calcio, magnesio y vitamina D. La leche de coco puede mezclarse con mango y queda una sabrosa merengada. También es sano utilizar el coco como ingrediente en las comidas cocidas, pero conviene echarlo después de apagar la candela para que la grasa que tiene no se transforme en grasas saturadas. El aceite de coco extraído al frío (no el aceite quemado que venden en la playa) tiene una sustancia antibiótica y fungicida que sirve para cortadas, picaduras, problemas de la piel e infecciones. En cambio, los alimentos a base de soja no son recomendables ya que no se procesan como se hacía en la antigua Asia, fermentándola por dos años. La soja impide la asimilación de las proteínas y el calcio. Investigaciones recientes han demostrado que favorece la desmineralización, genera daños en el páncreas y problemas hormonales. Otro sustituto de la leche es la horchata o lechada de ajonjolí. El ajonjolí, además de ser un alimento soberano, es antioxidante, posee fitoestrógeno (que ayuda a regular la menstruación), minerales y tiene diez veces más calcio


Talleres

que la leche. Para preparar la lechada se deja remojando el ajonjolí de un día para otro, se bate con un poco de avena para que se mezcle mejor y se puede endulzar con papelón. En el caso de consumir el ajonjolí entero se debe masticar bastante. Otra manera de prepararlo es como gomazo, un preparado de origen japonés. Para esto se deja remojando el ajonjolí en agua, luego se tuesta para quitarle la humedad y se pulveriza en la licuadora con sal y pimienta negra entera.Puede echársele a las arepas, ensaladas, arroz, entre otras cosas. Mientras Javier habla de las ventajas de la pimienta negra, disfrutamos de una degustación de casabe con guiso de vegetales y gomazo. Continua Javier: “la pimienta limpia las arterias, el hígado, estimula la circulación y el sistema digestivo”. Aprendimos sobre las propiedades nutricionales y medicinales de las semillas y de qué manera debemos procesarlas. Para utilizar las semillas de linaza se deben dejar en agua de un día para otro; como resultado queda una babita que se puede tomar. La linaza se debe consumir entera y, si se va a moler, se debe consumir el mismo día porque luego se vuelve tóxica. Las semillas de cilantro para cocinar se deben buscar en tiendas naturistas o en los negocios donde vendan trigo y especias. No se debe cocinar con las semillas de cilantro que venden en los viveros porque pueden tener químicos. Estas semillas sirven como desparasitante, ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares y a bajar de peso. Se recomienda no consumirlas luego de las 4:00 pm por su efecto diurético.

Hablamos también del casabe como alternativa al pan. Si bien es cierto que hay variedades de yuca que poseen alto contenido de ácido cianhídrico, el procesamiento tradicional indígena de prensado y cocción disminuye considerablemente la toxicidad a niveles procesables por el cuerpo. Además, Javier nos comentó que el contenido de almidón que posee la yuca es contrarrestado por la cantidad de fibra. Podemos constatar la versatilidad de la yuca como alimento en sus distintas formas de preparado. La hoja de la yuca también es comestible y se puede preparar cocida en tabaquitos al estilo árabe o vietnamita. En el caso de las sopas, se puede sustituir el saborizante de cubito preparando un fondo vegetal. Todos los desechos y conchas (la cáscara de la cebolla, vainitas, remolacha céleri, ajo porro, culantro o cilantro cimarrón, perejil, etc.) se hierven y el caldito se coloca en hieleras. No se recomienda incluir los desechos de tomate, papa, ni almidones porque se pone ácido. Son pocas las vitaminas que pierden sus propiedades al cocinarlas, pero son hidrosolubles. Al hervir un alimento las vitaminas quedan en el agua, por lo que también debemos consumir esa agua. Otro caso de sustitución de un producto químico por otro natural es el del colorante Carmencita, que causa daño en los riñones, en el hígado y es cancerígeno. Puede ser sustituido por el onoto o la cúrcuma. Esta última es la que da color al curri, puede también utilizarse para pintar el arroz. La cúrcuma se da muy bien aquí, ya que es una planta tropical. De tomar nos dieron agua de Jamaica. Nos recomendaron que para hacer un buen té de Jamaica debemos apagar el 175


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fuego una vez que el agua hierva, luego colocar la planta y tapar la olla. El té de Jamaica es mineralizante, tiene calcio, vitamina C y ayuda a limpiar los riñones. Mezclado con naranja es preferido por los niños. Mientras hablábamos, una niña comenzó a llorar para que le dieran otro vaso. Esto demuestra que con educación a los niños les pueden gustar los alimentos sanos. Javier también nos recomendó sustituir en lo posible la carne por granos. La carne incide en el ácido úrico, triglicéridos, colesterol, estreñimiento, hígado graso, reflujo, además de las bacterias que posee. Los granos, en cambio, poseen fibra, hierro y proteína de la mejor calidad. Se recomienda consumirlos germinados. Hablamos de las propiedades medicinales de muchos alimentos, como el tamarindo sudafricano, que es laxante y disminuye la fiebre por malaria; el quimbombó, que sirve para combatir el estreñimiento y se utiliza en guisos y sopas; el orégano orejón, que es ideal para la sinusitis, el dolor de oído, la fiebre, la gripe y la tos; y la vainilla natural, que es un hipotenso. La esencia de vainilla que conseguimos en el mercado es un químico que nada tiene que ver con las propiedades de la planta. La sábila es la mejor planta en primeros auxilios. Sus cristales son ideales para cortadas, picadas, quemaduras, gastritis y hemorroides. Incluso pueden utilizarse como crema de afeitar y protector solar. Además de ser medicinal se puede comer como bistec o en dulce. Para el estreñimiento no hay nada como un jugo de lechosa con cristal de sábila en las mañanas. 176

También hablamos de algunas plantas de uso común que tienen alto nivel de toxicidad. El llantén, por ejemplo, se recomienda no beberlo por más de tres días seguidos ya que posee sustancias que inhiben el betacaroteno fundamental para el mantenimiento de la vista. Sin embargo, usándolo de manera externa sirve como antinflamatorio para las paperas y también ayuda al control de infecciones vaginales. El poleo también tiene contraindicaciones, ya que es limitante de la mucosa. Las personas con gastritis ulcerosas no deben consumirlo y, en general, su consumo prolongado puede ser perjudicial para la salud porque es ligeramente tóxico. Por el contrario, la hierba Luisa no tiene contraindicaciones. La flor o rosa de Berbería es peligrosa, sobre todo para los niños. Por lo general se utiliza en gárgaras contra la sinusitis, pero puede llegar a ser venenosa. Para esto se recomienda en cambio utilizar el quinchoncho o la lengua de vaca. El ñongué o campanita es otra planta tóxica que se puede encontrar fácilmente. De ella se extrae la burundanga y es utilizada frecuentemente como psicotrópico. Su uso es muy peligroso ya que puede generar lesiones cerebrales severas. Javier incluye en la lista de alimentos tóxicos al café, debido a su alto contenido de cafeína. Asegura que su consumo prolongado deteriora el sistema inmunológico, alterael sistema nervioso e intoxica el hígado. Señala que algo semejante ocurre con el cacao, ya que posee alto contenido en teobromina. El taller duró más de tres horas y estuvo lleno de información muy valiosa. El entusiasmo de Javier, junto con los bocadillos de plátano, el turrón de maní y ajonjolí, el té de Jamaica y el tilo, nos ayudaron a mantenernos atentas. Salimos contentas del taller con nuestras muestras de semillas y el material de apoyo que repartieron y que utilizan en las clases de la EVAN.


Talleres

Ginecología natural

Ya era casi las 9:00 am y el taller de “ginecología natural” aún no empezaba. Hubo que resolver algunos detalles en el sitio donde lo iban a dictar, hasta que finalmente resolvieron que se daría en el edificio Simón Bolívar. Al entrar, fue fascinante poder sentir la energía femenina que se concentraba en ese salón tan pequeño. Éramos veintitantas mujeres, entre jóvenes y mayores; unas a simple vista un poco más resueltas y desinhibidas, otras en apariencia más conservadoras y algo tímidas. Todas esperábamos con ansias poder aclarar nuestras inquietudes.

Puso por ejemplo lo que ella pensaba sobre la muy común reserva ante el uso y el valor de las palabras que nombran nuestros órganos sexuales: debemos decir y reconocer que tenemos una vulva, y que la vulva trasciende a la vagina y la vagina al útero, etc. Debemos perderle el miedo a esas palabras. Históricamente nos han inculcado que nuestro cuerpo y sus procesos naturales son (y deben ser) tabú. Geraldine también anunció que en el taller se tocaría el tema de las plantas medicinales, pero por la falta de tiempo sólo hablaría de las que ella ha usado y recomienda para infecciones vaginales, dolores menstruales, etc. Resaltó que quizás algunas medicinas naturales no funcionarían de forma inmediata en toda mujer, sobre todo en aquellos casos en que estas situaciones se han tratado con fármacos tradicionales durante mucho tiempo.

La conductora del taller, Geraldine Zambrano, anunció que el taller estaba pensado para realizarse en tres días, de modo que nos ofrecería una versión bastante resumida. También mencionó que la dinámica debía realizarse con las participantes dispuestas en círculo, pues es una forma de entrar todas en conexión, uniendo nuestras energías femeninas. Uno de los propósitos fundamentales del encuentro era que conociéramos un poco más acerca de las maravillas que se esconden en nuestros cuerpos, y también poder tocar ciertos temas que la sociedad se ha encargado de mitificar e, incluso, satanizar. Antes de entrar en materia, Geraldine se disculpó, en caso de que alguna de nosotras se llegara a sentir ofendida por la radicalidad de sus posturas ante algunos procesos naturales de la mujer.

El nombre del taller “ginecología natural” hace referencia al libro publicado por la chilena Pabla Pérez San Martín. En el libro, la autora expone la experiencia obtenida durante un viaje que realizó a pueblos originarios de la cordillera andina. Habla de las plantas que encontró durante su recorrido y los beneficios que éstas ofrecen al cuerpo femenino. Geraldine comenzó su exposición aclarando que su presentación tenía pocas imágenes. Nos invitó a que luego del taller cada una explorara su vulva usando un espejo. Resaltó la importancia de esa exploración, puesto que es parte del conocimiento básico de nuestra anatomía.El primer cambio visible en los procesos femeninos es el de la mucosa. La mucosa es esa fibra que se encuentra cuando se introduce la tercera parte de nuestro dedo dentro de la vulva; esa especie de “babita” con que las mujeres podemos reconocer los cambios

Maroa Tarazona

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Talleres

de ovulación o período premenstrual. Durante la primera parte de este período, el orificio de la vagina se dilata, las fibras de la mucosa son más alargadas y es entonces cuando se produce la mayor cantidad de estrógeno. El orificio se encuentra aún más dilatado cuando estamos ovulando. Luego viene otro cambio que se conoce como “fibras en red”, que es cuando se siente más hinchada la vulva. Esto sucede antes y después de la menstruación, cuando hay mayor cantidad de progesterona y existen menos posibilidades de quedar embarazada. Después de haber esclarecido este proceso, Geraldine pasó a describir un ciclo menstrual de 28 días. Comenzó preguntando si alguna de nosotras tomaba algún anticonceptivo hormonal. Algunas dijeron que lo habían hecho en alguna oportunidad, mientras que una chica anunció que aún tomaba. Geraldine le preguntó cómo veía el proceso de la menstruación, y si se cumplía en 28 días. La joven respondió que durante la toma el ciclo se cumple a la perfección, pero cuando le cuesta conseguir las pastillas e interrumpe el tratamiento, el ciclo se alarga mucho. Geraldine le señaló que su período era irregular. Aprovechó la intervención para comenzar a hablar de la ovulación en el ciclo regular. Las mujeres tenemos ciclos variados: el ciclo promedio es de 28 días, sin embargo, algunos pueden durar un poco más o un poco menos. Al tener un ciclo menstrual regular podríamos optar por llevar el “método del ritmo”, no como un método anticonceptivo (aunque así se reconozca), sino para llevar el control del proceso por el que se está pasando. La ovulación es un proceso muy bonito, nos recuerda Geraldine, pero por lo general nos cuesta mucho saber cuándo estamos ovulando y cuándo no.

Si una mujer tiene un ciclo de 28 días, o un período regular, probablemente al noveno día comience a ovular. Ese óvulo empieza su trayectoria hacia las trompas de falopio, donde se encuentra con el útero y comienza su posibilidad de fecundación. Desde el noveno día la mujer debe prepararse. En caso de que quiera prevenir un embarazo, igual debe estar alerta días antes teniendo en cuenta que los espermatozoides X (femeninos) pueden durar hasta 5 días. Por otro lado, los espermatozoides Y (masculinos) no duran más de 48 horas. “Lo que demuestra que somos más fuertes”, dijo Geraldine entre risas. No se recomienda usar la observación de la ovulación como método anticonceptivo porque aún no está claro cuál es la mínima cantidad de días que una necesita para no salir embarazada, en caso de que el ciclo sea regular. Los óvulos que se encuentran en nuestro cuerpo no se regeneran, es decir, cuando nos encontramos en el vientre materno se determina la cantidad de óvulos que tendremos durante nuestra vida —al contrario de lo que sucede con los hombres, ya que los espermatozoides se van regenerando cada cierto tiempo—. Durante la ovulación, el folículo y la superficie ovárica se abren sobre el óvulo permitiéndole flotar fuera —esto es lo que se conoce como “dolor medio”—, el folículo es absorbido y llevado al útero. Geraldine ilustró cómo este proceso puede desembocar en un embarazo ectópico: imaginemos que tenemos muchas trompeticas que van botando ovulitos y que van desapareciendo; uno de esos óvulos, que viaja muy lento, se consigue dentro de las trompas de falopio con un espermatozoide que viaja muy rápido, causando así que ese canal se bloquee. La gran mayoría de las veces el embarazo ectópico no llega a la etapa terminal. 179


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Talleres

La menstruación, por su parte, es la parte del ciclo en la que la mayor porción del revestimiento uterino se desprende. De modo que no se trata de la expulsión de sangre, sino de un concentrado de varias cosas. El volumen general es equivalente a 4 a 6 cucharadas de líquido: en realidad expulsamos muy poco, frente a lo que se muestra en comerciales televisivos, en que una toalla sanitaria aparece llena de litros de sangre, gesto que denota y reproduce el desconocimiento de nuestra menstruación. En este punto se preguntó a las presentes quiénes habían dejado de usar toallas sanitarias desechables y conocían su líquido menstrual. Alguien anunció que había comenzado a elaborar sus propias toallas artesanales con paños de diferentes tamaños, y que al hacerlo sus dolores menstruales disminuyeron mucho. Una señora mayor dijo llevar varios años utilizando toallas artesanales satisfactoriamente, aunque pensaba que lo ideal sería no utilizar nada, sino encontrarse en un lugar y expulsar todo ese líquido directamente en la tierra. Reconoció que no funcionaría hacer eso para todas por las distintas dinámicas de vida que existen actualmente. Expresó que el contacto con la toalla de tela es más natural, que la sintética no favorece al organismo. Una tercera chica habló de la copa, un dispositivo de silicón que se introduce en la vagina y se llena con el líquido de la menstruación. Viene en diferentes medidas, para adaptarse a los cambios en la cantidad de líquido. Su uso requiere una limpieza cuidadosa, pero basta con hervir en agua durante unos minutos: se recomienda no utilizar jabón. La chica dijo cambiársela cada cuatro horas.

Geraldine dijo que la menstruación es como un síntoma que nos permite reconocer cómo se encuentra nuestro cuerpo, energética y emocionalmente hablando. Difícilmente, un ginecólogo o una ginecóloga nos hablarán de esto, así como tampoco nos dirán que la manera en que se da nuestra menstruación depende de si aceptamos o no este proceso. Una menstruación dolorosa probablemente es una menstruación que tiene coágulos. Por lo general, se produce cuando la mujer lleva una carga emocional muy fuerte o está atravesando por una situación que no ha podido drenar. Y cuando la sangre es muy ligera y muy clara, quizá en tonos rosados o rojos muy bajos, es porque hay algo que debe solventarse con el linaje materno. La sangre de la menstruación debe ser roja, sin coágulos para que no sea dolorosa, y no muy clara. Seguidamente, Geraldine respondió un par de dudas. Ante la pregunta sobre tener relaciones sexuales durante la menstruación, contestó que no había nada de nocivo en esa práctica y que además somos poco propensas a un embarazo en ese momento. Acerca del tiempo que tarda en volver la menstruación después de dar a luz, respondió que mientras se le da pecho al niño exclusivamente, puede ocurrir un retraso de la menstruación de al menos seis meses. Recomendó descansar durante el proceso de la menstruación; cuando el cuerpo nos pida un descanso, debemos dárselo, dijo. Las mujeres cada vez nos exigimos más en la vida diaria, y desatendemos las señales de nuestro cuerpo cuando no nos sentimos bien. Pasando al tema de las plantas medicinales, Geraldine dio algunas recetas que podíamos usar en caso de alguna eventualidad con nuestro 181


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cuerpo. Indicó que todas las plantas que funcionan como antiparasitarias son abortivas, por lo que no deben usarse durante los primeros tres meses del embarazo. Habló de la caléndula, que también se conoce como margarita. Se puede utilizar como un antinflamatorio; además, se puede emplear para el tratamiento de infecciones micóticas, no bacterianas, si se combina con un antibiótico natural. Tiene un uso tópico: la crema de caléndula resulta muy efectiva para tratar irritaciones de la piel. Geraldine aclaró que las infecciones bacterianas y las micóticas debían tratarse por separado y aportó algunos datos para diferenciarlas: la infección micótica crea mucha piquiña, por lo general no da mal olor y la textura del flujo es como la de leche cortada (esta textura también se presenta durante el embarazo debido al cambio del ph, así que hay que estar atentas). Las infecciones bacterianas, por su parte, son amarillas, con un flujo espeso y baboso que tiene un olor muy fuerte y produce irritación. Las infecciones micóticas son hongos que se reproducen mientras la vagina está más humectada, por lo que se recomienda no utilizar manteca de cacao o cera de abeja; estos elementos podrían resultar mejor para la infección bacteriana, ya que la piel necesita lubricación para acabar con la irritación. Otra planta que puede ser útil, no sólo en el aspecto ginecológico, sino también para otras partes del cuerpo es el Diente de León, una fuente rica en hierro y vitamina C. Se recomienda tomarlo en infusiones, antes o después de la comida, ya que funciona como aperitivo y digestivo. Así, terminó el taller de “ginecología natural”. De allí partimos todas al comedor ya que era la hora del almuerzo. 182


Talleres

Producción audiovisual comunitaria para la difusión, apreciación y protección de la diversidad biológica venezolana Daniel Herrera En este taller, dictado por María Virginia Méndez, parte del colectivo Cobijo, hablamos sobre el papel que tienen los colectivos audiovisuales de grabar y socializar testimonios, haciendo énfasis en las historias cotidianas que pueden parecer poco comunes. El primer modelo de producción audiovisual que analizamos fue el videoactivismo que, hecho con intensión social, explora experiencias y lenguajes que no tienen cabida en el cine convencional o en la televisión. “Para nosotrxs resulta más importante el contenido, lo que las personas tienen que decir, antes que las propuestas artísticas, efectos especiales o requerimientos específicos del sonido o la iluminación. Esto no quiere decir que la calidad del videoactivismo o de la producción comunitaria deba ser menor que la de otras producciones”. Respecto a las formas convencionales de producción audiovisual, el videoactivismo plantea obvias diferencias de presupuesto, talento humano y equipos técnicos. Lo importante es, sin embargo, resolver la producción lanzándose con las herramientas que se tengan. Para su distribución, el videoactivismo cuenta actualmente con una gran cantidad de medios comunitarios y televisoras sociales emergentes, así como los cine-foros comunitarios y las redes sociales.

Luego pasamos a hablar sobre las producciones comunitarias, que se caracterizan por ser realizadas por la gente de una comunidad con el objetivo de rescatar sus valores, orígenes, luchas, etc. María resaltó la importancia de que el video comunitario esté motorizado por los intereses particulares de la comunidad. Respecto a las tareas y oficios que implica este modelo de producción audiovisual, María señala que lo más difícil suele ser encontrar personas en la misma comunidad que puedan realizar tareas de post producción. Por el contrario, resulta sencillo contar con personas que tengan un interés o conocimiento básico en aprender sobre el manejo de la cámara u otros equipos en el rodaje. También recomienda que nos apoyemos en personas relacionadas con prácticas artísticas, como actuación, pintura, fotografía, danza, música, etc. Las producciones resultantes pueden ser distribuidas en festivales, Internet y cine-foros comunitarios, pero siempre se debe tener en cuenta que la principal satisfacción ha de ser la de la comunidad al verse reflejada en una historia que querían y lograron contar. En cuanto a los equipos, en este modo de producción se recomienda utilizar la tecnología mínima. Una parte importante del cine comunitario está en poder lograr en lo posible la transferencia del recurso técnico. Al mismo tiempo, resulta difícil el acceso a la tecnología por parte de la comunidad, y este es un problema que debe resolverse en colectivo. Se puede acudir a organizaciones sociales, como los Consejos Comunales, que tienen las plataformas necesarias para canalizar los recursos que se puedan necesitar para realizar estas producciones. 183


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María nos contó de un taller de producción audiovisual que realizaron con la comunidad de la parroquia Santa Lucía. Allí organizaron una serie de encuentros para conversar y analizar contenidos audiovisuales. Decidieron enfocarse específicamente en la situación de la playa Preludio. “El escritor Jorge Jiménez nos decía que, así como él, muchos en la comunidad recordaban cómo era Preludio antes de estar contaminada. También comentó de una melodía que tenía en su cabeza, un tipo de golpe que había escuchado en su niñez y que no suele escucharse en la gaita”, contó María. En este caso, el video se trasformaba en una herramienta de lucha contra el olvido, pues pretendía rescatar en imagen los recuerdos de la memoria de Jorge, lo que queda de la playa y de la canción. El video comienza con la canción “Preludio”, escrita por Jorge Jiménez, con la voz y música de Eli Ferrer. Imágenes actuales de la playa contaminada se alternan con viejas fotos y recreaciones actuadas de cómo fue la cotidianeidad del pueblo hace unos veinte años. Al finalizar la canción comienzan los testimonios de algunas personas de la comunidad que hablan sobre su relación particular con la playa. Estos testimonios terminan ofreciéndonos una visión contextualizada de la historia de la playa. Sobre las dinámicas de trabajo que permitieron la realización de “Preludio”, nos contó María que la articulación fue muy orgánica. Al momento de grabar los testimonios, la gente de la misma comunidad hacía las preguntas, y la historia fluía como si fuese una conversación. La tercera experiencia que lxs compas del colectivo Cobijo socializaron fue un material en bruto de las grabaciones que habían hecho recientemente en el Congreso de los Pueblos, en Colombia. 184

Con este material grabado pretenden resaltar la lucha de diversos colectivos. María establece una comparación entre lo que pudo observar en Colombia y la situación y el trabajo de los colectivos venezolanos: “Para mantener una perspectiva realmente combativa y transformadora es necesario que no sean las instituciones las que nos convoquen, sino que seamos nosotrxs mismxs quienes, en nuestro accionar político, nos movilicemos por nuestras luchas”. Al final de la mañana hicimos un descanso para almorzar, y al regresar, el taller se salió del aula y nos fuimos a los espacios verdes de la universidad. Terminamos estableciendo en colectivo un pequeño guión que proponía una definición del término “Diversidad biológica”, y comenzamos a reconocer en la práctica herramientas básicas de grabación.


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Promotores y promotoras ambientales comunitarios (I) Daniel Herrera y Javier Bastardo Cuando entramos en la sala 11 del edificio Simón Rodríguez, ya se encontraba allí la facilitadora Ibeth Parra, dando la bienvenida a quienes llegaban justo a la hora y haciendo tiempo para que más personas se incluyeran en el taller. Ibeth es profesora de la Universidad Simón Rodríguez en el área de investigación y proyectos. También dicta la cátedra de educación ambiental en la Unidad Pedagógica Experimental Libertador, del Instituto Pedagógico de Caracas. Y por último, trabaja en el Ministerio del Poder Popular para el Ambiente en la Oficina Nacional de Diversidad Biológica, en el área de educación ambiental y participación comunitaria. Nos aclara que el taller de promotoras ambientales comunitarias suele dictarlo normalmente a lo largo de un año, por lo que en esta oportunidad debió hacer un esfuerzo para condensar los objetivos del taller en pequeñas prácticas, tips y conceptos. “A veces nos dejamos llevar por las formalidades, pero estos espacios nos permiten ser lo más auténticos posible”. Comenzó el taller preguntando “¿Qué es un promotor?”. Luego de pasar por diversas aproximaciones, concluimos que una promotora no es más que alguien dispuesta a buscar alternativas para el bien común o el bien comunitario, en función de la paz y de la vida, como plantea el Quinto Objetivo Histórico del Plan de la Patria.

Luego, al preguntarnos qué es el ambiente, consensuamos que si tenemos una visión incluyente y no antropocéntrica del término ambiente, en la que no sólo formemos parte como especie, sino que tomamos en cuenta también nuestra naturaleza animal, mamífera y homínida, no podemos hablar del ambiente como “todo lo que nos rodea”. Pusimos entredicho el supuesto carácter racional de nuestra naturaleza, porque como dice Ibeth: “¿Puede llamarse racional y pensante a un animal que, supuestamente para vivir mejor, cambia su hábitat natural por un hábitat construido, poniendo en peligro de extinción a gran parte de las especies que habitan el planeta?”. Afirmamos entonces que el ambiente está integrado por sistemas, empezando por nuestro propio cuerpo que es un gran sistema compuesto por varios sistemas interconectados (respiratorio, nervioso, digestivo, circulatorio). Cualquier alteración en alguno de los órganos compromete el funcionamiento de todo el sistema e incide en el funcionamiento del resto de los sistemas del cuerpo. “Pareciera que el ser humano quiere desequilibrar toditos los sistemas”. Como promotoras irrumpimos nuestros propios paradigmas y los de las comunidades de una manera reflexiva, sin imposiciones, ya que el promotor no posee el saber. El saber está en la acción, en el cómo se va a “hacer”. Ya próximos a la hora de almuerzo, Ibeth nos invita a reflexionar sobre la venezolanidad, la identidad y el orgullo de pertenecer a un espacio. Como ejercicio propone que nos dividamos en grupos y plasmemos en una hoja un dibujo colectivo en el que se refleje la Venezuela que tenemos y la Venezuela que queremos. 185


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Promotoras y promotores ambientalistas (II) Javier Bastardo Luego del almuerzo, y con los mapas colectivos listos, recordamos rápidamente algunos términos que se habían discutido en la mañana, como qué es ambiente y cuál es nuestra postura frente al ambiente. La reflexión se inició con la premisa pedagógica de que “una educación que no genera cambios no es educación, se queda en información”. El objetivo de este taller fue lograr que la reflexión del colectivo se viera reflejada en los dibujos. El análisis comparativo permitió ver coincidencias, mostrando así que la serie de necesidades que podemos reconocer desembocan en un gran objetivo: abolir el paradigma consumista que nos ha impuesto el capitalismo. Los grupos que se habían conformado en la mañana —Wapushii, Integración ecosistema, La Venezuela que queremos, Wayuunaiki y Omaima— mostraron visiones variadas pero con claros puntos de encuentro: debemos cambiar nuestra concepción del mundo en tanto seres alejados de la naturaleza, resituarla como entorno, y entender que el ambiente nos incluye porque somos seres naturales. Es necesario asumir la responsabilidad de nuestras actividades y sus efectos ambientales; pero, sobre todo, y coincidiendo con las palabras del Comandante Chávez, lo que hay que cambiar es el sistema, no el clima.

La metodología del taller sirvió claramente para poner en práctica una de las habilidades básicas de quien quiera ser promotora ambiental: saber escuchar todas las voces, todas las posiciones. Facilitar la posibilidad de relacionarse desde el respeto al disenso en todas las áreas: nadie sabe más que el otro o la otra. Se trata de poder atender la diversidad de opiniones en torno a los problemas que nos conciernen. Esta capacidad coincide con la comprensión de nuestra venezolanidad: “somos música, somos poesía, somos magia, ritmo; pero también somos responsables, somos venezolanos y con mucho orgullo, y de cada uno depende ser el mejor promotor ambiental. Somos un país extraordinario y depende de cada una de nosotras que permanezca y mejore”. Durante el taller se buscó promover la generación de ideas en torno a una concepción nueva del ambiente a partir de una dinámica de comparación entre lo que tenemos y lo que queremos en la materia. Asimismo, se hizo una importante distinción entre la preservación y la conservación. Por un lado, la preservación implica no afectar el espacio, mientras que la conservación comporta asumir la responsabilidad de lo que nuestra labor humana transformadora causa en el ambiente. Ya el impacto existe, pero es decisión propia asumir el compromiso de practicar una nueva conciencia. Entre las acciones en que se inscribe este cambio de paradigma, está la de evitar asumir como una necesidad y una obligación el reciclaje, sin internalizar lo que significa realmente. “El reciclaje es una excusa perfecta para la producción masiva de artículos que supone mantener el ritmo de consumo acelerado propio del sistema y el mercado capitalista”. Si el reciclaje genera beneficio económico, 187


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nunca va a ser por la vida misma, nunca va ser por las necesidades del ambiente; en este sentido, lo que se busca es tomar conciencia en torno a la necesidad de cambiar esta forma absurda de consumir. Un cambio paradigmático hecho por uno es una invitación segura a que otrxs se sumen al cambio. En materia ambiental esto es verídico: en la medida en que cada quien reconozca una ineludible pertenencia al ambiente, entenderemos y profundizaremos en esta problemática, despertando el interés de otras y de nuestras comunidades, desde la aceptación y la búsqueda de otro mundo posible.

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Talleres

El mural como herramienta de comunicación y apropiación del territorio Maroa Tarazona Luego de tomar una bala fría por desayuno, me dirigí al edificio Simón Rodríguez en el salón 9, donde realizarían el taller de “Mural como herramienta de comunicación y apropiación del territorio”. Cuando llegué, ya Marco Pérez, integrante del colectivo Comando Creativo, había dado inicio a la actividad. Marco se presentó, dio la bienvenida a los presentes, y habló un poco acerca de Comando Creativo: un colectivo que se encarga de realizar propaganda y comunicación de calle y, además, dicta talleres de comunicación popular. El taller que realizaríamos es lo que ellos llaman un taller de mural “express”, porque es muy básico y digerible. En esta experiencia trabajaríamos con dos tipos de pintura: acrílica y de caucho, ambas a base de agua, lo que hace que sea más sencillo diluirlas. En el caso de la pintura acrílica, el acabado puede ser como el de la acuarela, dándole otra textura a la pared que se va a intervenir; la pintura acrílica tiene también el beneficio de rendir mucho y ser más duradera. Después de esta breve explicación, Marco repartió blocks de dibujo y pinceles y nos dijo que comenzaríamos trabajando con los colores primarios (azul, amarillo y rojo); cada uno en su block pintaría tres puntos con los tres colores, formando una especie de triángulo.

Mientras cada quien se concentraba en su trabajo, uno de los participantes le preguntó a Marco cuál era el material más idóneo para realizar murales. Él contestó que eso varía según la superficie que se va a intervenir; mencionó que hay un tipo de spray que es acrílico y que puede ser útil, dependiendo del trabajo que se va a realizar. Hay que ver el mural como una producción colectiva. Marco dio un ejemplo: “Uno no puede llegar a una comunidad, ver una pared y decir ‘vamos a pintar aquí’; el primer paso es entrar en contacto con la gente”. Muchos de los integrantes de Comando Creativo son diseñadores, por eso, teniendo en cuenta las necesidades de la comunidad, comienzan por proponer un diseño de mural. Si la comunidad quiere agregar algún otro detalle, ellos lo incluyen, y si desea cambiar algo, lo hacen: la idea es cumplir con el propósito que el mural tiene en el contexto, sea protestar, sea comunicar mensajes de paz y convivencia, etcétera. Después de presentar el boceto del mural, es necesario revisar el espacio donde se va a pintar. La pared debe estar frisada, no puede ser de bloque, porque esto hace que chupe más pintura. En ese momento, Marco sugirió que realizáramos la actividad al aire libre, de esa forma estaríamos más cómodos. Cada una tomó un pupitre, las pinturas, los tobitos de agua y pinceles para instalarnos en la plazoleta del edificio Simón Rodríguez. Al ver lo que hacíamos, algunas personas que pasaban por el lugar fueron incorporándose poco a poco al taller. Marco fue con unos muchachos para chequear la pared que más tarde intervendría con nosotras (eso lo sabríamos más tarde). 189


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Talleres

A los pocos minutos regresó y nos dio las pautas para continuar con la actividad. Debíamos tomar el color amarillo y poco a poco mezclarlo con el siguiente que era el rojo, de esta forma íbamos a crear el naranja en diferentes tonalidades, comenzando con un tono muy claro hasta pasar a uno más oscuro. Luego repetimos el procedimiento de rojo a azul y de azul a amarillo. Así tuvimos nuestro círculo o, en este caso, nuestro triángulo cromático. A medida que íbamos realizando la actividad, Marco explicaba que al realizar un mural se debe reproducir un color en tres tonalidades, por ejemplo: si en el mural se va a trabajar con el morado, éste debe tener una tonalidad clara, una media y una oscura. Esto permite trabajar la iluminación y la sombra del mural. Cuando terminamos de trabajar con los colores primarios, lavamos los pinceles y comenzamos a trabajar con la profundidad. Para eso utilizaríamos el blanco y el negro. Marco trazó una franja negra, y sobre ella comenzó a pintar con un punto de blanco; así iba mostrándonos cómo del negro se pasaba a un gris oscuro, luego poco a poco a una tonalidad más baja y, finalmente, se llegaba casi al blanco. Al practicar lo que acabábamos de ver, cada una estaba en lo suyo: algunos estaban más preocupados por el acabado, otros sencillamente bromeaban por cómo les estaba quedando el dibujo, y otros se divertían porque tenían mucho tiempo sin hacer una actividad tan relajante. De repente, un señor le preguntó a Marco: “¿El graffiti y el mural son lo mismo?”. Marco explicó que el graffiti parte como protesta ante el espacio privado, y proviene de una movida artística llamada Hip-hop, que se caracteriza por combinar cuatro elementos: el rap, el DJing,el breaking y el propio graffiti.

El Aka —o firma del graffitero— en la pared es una forma de decir “protesto porque este espacio es privado”. El mural, si bien puede emplearse como una herramienta de protesta, tiene también otras finalidades. Marco mencionó tres muralistas fundamentales en la historia latinoamericana: los mexicanos David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco. Después de varios años de trabajar en conjunto, Siqueiros se separó de Rivera y de Orozco y viajó por todo el mundo. Finalmente, llegó a Argentina con un proyecto para pintar unos silos. Ese proyecto se cayó, y Siqueiros terminó trabajando en otra cosa. Aprovechó para dedicarse a realizar investigaciones plásticas sobre nuevas técnicas y materiales: así surgió la técnica de la plantilla. La plantilla se utilizaba comúnmente dentro de las fábricas para demarcar números y señales. Siqueiros sacó la plantilla de la fábrica y la llevó a la calle. Pensó: “¿Cuál es la manera más rápida y sencilla de hacer pintas con estas plantillas? Echándoles flit”. De modo que la primera lata de spray que hoy conocemos fue inventada por un artista mexicano, mientras experimentaba junto a un grupo de jóvenes comunistas argentinos, quienes utilizaban las latas de fumigación llenas de pintura para rayar las paredes, agilizando el proceso de hacer propagandas de calle y evitando así ser atrapados por las autoridades. Luego de contarnos esta breve historia, Marco nos indicó que debíamos movernos al comedor de la universidad, pues ahí realizaríamos un mural con motivo del congreso. En la propuesta que nos mostró se veía a un padre con su hijo trabajando la tierra, y en la parte superior se leía la frase Jumeychi wuamonae pijaliweisi, que en lengua Jivi 191


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(comunidad indígena del estado Amazonas) significa “Así comenzó nuestro pueblo”: una cita de la fábula del Árbol de la Vida. Antes de comenzar a pintar, hubo que resolver algunos detalles para conseguir un videobeam que Marco utilizaría para proyectar la imagen. Finalmente, quedamos en regresar después de almuerzo para comenzar a preparar los colores. Como en la tarde debía participar en otra actividad no pude continuar con el taller. Sin embargo, pasé de vez en cuando para ver cómo estaba quedando y hasta tuve la oportunidad de pintar un poco. Finalmente, el diseño tuvo que cambiarse: nos quedamos con la imagen del niño, pero al otro extremo, en lugar del texto en Jivi, se pintó a una mujer wayúu con una manta azul, que resaltaba del fondo de colores del mural.

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Arte y Parte Explora medios, recursos y experiencias comunicacionales con un enfoque transdiciplinario, dirigidos a apoyar las luchas ecosociales propias de los colectivos locales, a través del arte contextual propuesto por artistas, artesanos y cultores invitados y de las comunidades a abordar: comunidad campesina, comunidad indígena y comunidad urbana, fomentando el debate sobre el modelo comunicacional y simbólico ecosocialista, abriendo un espacio de intercambio práctico en torno a la importancia de las historias locales, de los territorios y la identidad para la organización popular y la conservación de la vida.


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Arte y parte

La comunidad como experiencia de producción artistica Colectivo Taller Artefacto El Arte y parte comprende una visión integral del arte colectivo, contextualizado, interdisciplinario y útil. Se define como exploración de medios transdisciplinarios a través de talleres, juegos, encuentros e intervenciones murales, para generar experiencias significativas e intercambio de herramientas para el empoderamiento y la integración regional, formación y organización como aporte en la construcción colectiva de la simbología local y la visibilización de la diversidad de territorios. De esta manera, funciona como un espacio de vínculo real con las comunidades donde el congreso se lleva a cabo, pues funge como territorio de autorreconocimiento, de experiencias y saberes por parte de las comunidades, y reconocimiento, por parte de los demás participantes del Congreso, a través de la reflexión y el compartir de saberes sobre la cotidianidad comunitaria, la historia e identidad. En esta ocasión un grupo interdisciplinario conformado por Adriana Herrera, Aniello Castillo, Eduardo Hernández, Jeison Puentes, Juan Manaure Pérez Paredes y Virgilio Álvarez representando al Colectivo Taller Artefacto, quienes manejan la fotografía, la producción audiovisual y la facilitación de talleres de artes plásticas, junto con Fabián Zaraza (cuenta cuentos y facilitador), el Colectivo muralista

Me – Art - Tu – Arte (Luís Miguel Leyba y Richard León Leonice) y el Circo Hermanos Riflito (Andreína Fernández, Gabriel Ferrer, Nelson Jong – Bow); realizan un Arte y Parte inserto en este V Congreso de Diversidad Biológica en el Zulia. El Arte y Parte hace vida tanto durante como pre y post congreso, pues abarca el desarrollo de actividades como visitas pre congreso para intentar comprender el contexto y su diversidad, a través de la conversa con los coordinadores que hacen vida en el espacio y manejan las dinámicas locales, entrando en contacto con los consejos, comunas, colectivos y demás grupos organizados. De esta manera se visitó las comunidades Wayuuma'ana y Kasuusain en El Socuy, los sectores Etnia Guajira, Hato Agua Viva Comuna Corazón de mi Patria, Punta Capitán Chico, Santa Rosa de Agua y la sede de la Universidad Bolivariana de Venezuela Durante el congreso se desarrolló un taller a miembros del colectivo Maikiralaasalii (los que no se venden) permitiendo conocer las luchas por las tierras y territorios como las propias de la cultura wayuú de El Socuy (comunidades Wayuuma'ana y Kasuusain), en la Sierra de Perijá, donde se trabajo en el manejo de equipos fotográficos, video y edición audiovisual como herramienta para la continuidad de la lucha en pro de la conservación del territorio de la Sierra y visibilización de las consecuencias de las carboeléctricas en la zona. Además de equipos y materiales se les facilitó la actualización de programas y el manejo de equipos de computación ya otorgados por algunos entes gubernamentales. 195


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También se realizaron talleres de fortalecimiento de herramientas pedagógicas y actividades de recreación en las comunidades: -Etnia Guajira, en la ciudad de Maracaibo, donde una mayoría de comunidad wayuu lucha manejando la tensión entre la vida urbana y la preservación de su cultura, específicamente en la CEI Shipia Washoini donde las niñas y niños son recibidos para formarse respetando sus tradiciones y lograr la reinserción escolar. -Hato Agua Viva Comuna Corazón de mi Patria, formada por personas que confluyen por una diversidad de situaciones sean desplazamientos fronterizos, comunidades indígenas e invasiones, se conoció la lucha de los miembros de la comunidad y de la Escuela Básica Creación Agua Viva por un espacio de formación para sus niñas y niños. -Sector Punta Capitán Chico, Santa Rosa de Agua, Arte y Parte se activó en la ecoescuela Apushi Shiiwii (Niño Gaviota), que procura la continuidad de estudios por parte de niñas y niños de cultura Añú en esta comunidad pescadora a orillas del lago de Maracaibo. Se activó la Sala Arte y Parte para desde la UBV Zulia, para dar a conocer a los demás participantes del congreso estas luchas por los territorios para la defensa de la vida, a través de conversatorios y encuentros con las maestras de las escuelas, una muestra fotográfica de cada uno de las comunidades vinculadas y la oportunidad de reflexionar y compartir saberes a través de la palabra, la poesía, 196

la historia y el canto Añú con Paito Ortega, historiador de Santa Rosa de Agua y compartir estas historias con los niños y niñas de los Semilleros de la Patria quienes con los amigos del IDENA Zulia y recreadores visitaron y realizaron actividades a lo largo del congreso. Como aporte del Arte y Parte a la UBV Zulia el colectivo MeArtTuArte desarrolló una intervención mural en el tráiler destinado a guardar insumos y herramientas por parte del Proyecto Socio Productivo Cumbe Ubevista célula cimarrona de producción agroecológica, permitiendo transmitir la revalorización de elementos característicos de la zona, cotidianidades que hablan del desarrollo colectivo en el proceso para la visibilización de sus logros y simbología en el proceso de independización. Dentro de las actividades post congreso Partiendo de la intervención mural al proyecto cumbe UBV se desarrolla la imagen de este libro de Memorias. Otra actividad es la edición del registro realizado a través de fotografías y videos en las comunidades vinculadas al Arte y Parte para difundir sus luchas y metodologías de organización de los territorios para la defensa de la vida. A continuación los vínculos a los dos micros realizados: El Socuy Maikiralasalii (los que no se venden) https://youtu.be/yBnNPaFGNKI Arte y parte Zulia 2014, Escuelas terrirorios de formación https://youtu.be/oYMNxq8Q1W4


Arte y parte

Escuela Básica Nacional Creación Agua Viva Ernesto Cazal Lunes, hora en que el sol empieza a avivar en el municipio San Francisco de Maracaibo. Los compas del colectivo Taller Artefacto llegaron a la Escuela Básica Creación Agua Viva. El barrio se encuentra detrás de la zona industrial, en la parroquia Marcial Hernández, donde las calles sin asfaltar y los techos de zinc son lugar común. Las profesoras, niñas y niños de la escuela, a pesar del sol naciente, se encontraban más aireados que el resto de la gente del barrio, porque Agua Viva tiene una particularidad: no posee más infraestructura que un árbol lo suficientemente esbelto para otorgar sombra y frescor; el sol de Maracaibo es altanero y, sin embargo, ahí están las guerreras y guerreros. Pero esta situación no acongoja los sueños de la escuelita, que ya consta en su nómina con poco más de 600 estudiantes; más bien es alentador que una gente tenga el temple y las ganas suficientes de echarle pichón para sostener con el cuerpo y la voluntad esta escena cotidiana. Fabián Zaraza, que vino junto a la gente de Taller Artefacto, es promotor de lectura y narrador oral. Las profesoras habían pedido al Congreso un taller para fortalecer sus herramientas pedagógicas, y la tarea de Fabián, luego de los buenos días y la presentación de cada uno de los integrantes del colectivo, comenzó con la pregunta: — ¿Han leído Cien años de soledad?

Las respuestas variaron: unas sí lo habían leído, otras tenían apenas referencias. Eso no importaba. Fabián sacó un ejemplar del libro del fallecido García Márquez y leyó un fragmento. Era el pasaje sobre la peste del insomnio y el olvido. A la gente de Macondo, mítico pueblo en el que transcurren las chorrocientas páginas de la novela, le cayó la maldición de no poder dormir. Al principio fue motivo de celebración, ya que los maconderos podían trabajar y hacer todas las faenas pendientes, pero pronto se quedaron sin chamba. De tanto trajín, un día a la familia Buendía se le empieza a olvidar el nombre de cada una de las cosas, incluyendo el nombre de las personas, y el síndrome se esparció por todo el pueblo. Los recuerdos, incluso, empezaron a perderse en la desmemoria, y ese territorio era (es) desconocido. Para solventar el grave problema, empezaron a etiquetar todo el mundo… y a todo el mundo. Este es un pequeño resumen del pasaje que, en la lectura de Fabián, duró poco más de ocho minutos. —¿Verdad que mucho de lo que cuenta allí la novela se parece a lo que nos pasa a nosotros? —preguntó Fabián como escudriñando a la gente de la escuela. Todavía no se sabía por dónde iba el discurso del compa. Taller Artefacto trajo sus respectivos artefactos para la hechura creativa: una caja llena de marcadores, colores, creyones y lápices junto a resmas de papel y cuadernos. Las gandolas pasaban, saludando, al igual que el viento. —Vamos a ponerle nombres a las cosas de nuestra escuela, así no tenga techo. Ya era nuestra la escuela, porque el germen colectivo brota cuando se comienza una tarea nueva. Empezaron a nombrar las cosas del colegio. 197


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Arte y parte

Etiqueta a María, etiqueta a Virgilio, etiqueta a la tijera, al papel, al pupitre, etiqueta a la cámara que andaba circulando para que la experiencia no se evaporara, a la silla, al niño y a la niña, al árbol. Fabián, mientras se hacía la chamba, tomó un trago de papelón con limón bien frío y lanzó una nueva pregunta: — ¿Cuál es el fruto del árbol? —Aquí —dijo una niña, apuntándose con el dedo. La ternura de la niña se mantuvo bien templada aún bajo la espesura del calor marabino. Terminaron, tanto las niñas y niños como el compendio de docentes, de etiquetarlo todo. — ¿Por qué la gente dice que el papel aguanta todo y las palabras se las lleva el viento? — vuelve a inquirir Fabián, metido de lleno en el taller. Entonces devino una reflexión tanto del compa como de las profesoras: las palabras se las lleva el viento cuando no se sostienen con el cuerpo, cuando se convierten en letra muerta, y eso no lo aguanta ni el papel. Aun si fuera estampado en un contrato, “los valores y principios no se negocian”, dice alguien de la multitud. Multitud que va creciendo como río crecido, agua viva: la gente del barrio empezó a llegarse a la sede de la escuela. Hubo madres y niños que ni siquiera formaban parte de la matrícula, pero fueron a pasar ese lunes en la mañana diferente, sin importar la infraestructura del lugar, albergados por el frondoso nim. Tres años dando clases en la escuela, y las profes, egresadas de la Universidad Bolivariana de Venezuela, tienen el carisma, han dejado la piel para chambear junto a los chamitos del barrio. No cualquiera hace lo que ellas hacen. El 20 de julio de 2011 buscaron, junto con el Consejo Comunal de

la zona, a las niñas y niños no escolarizados del sector para una iniciativa de la propia comunidad. San Benito, la escuela pública más próxima, queda a poco más de tres kilómetros y medio; necesitaban una escuela para la zona propiamente, porque es mucha la suela desgastada. El barrio Hato Agua Viva se fue conformando por la gente que esperaba (espera) la adjudicación de una vivienda a través de la Gran Misión Vivienda Venezuela. Se hizo un censo: más de 650 carajitos y carajitas estaban sin escuela; de estos, 250 se matricularon en 2011. “Con ayuda de unos vecinos que nos cedieron un terreno y con ayuda de PDVSA Acuática que nos donó unos toldos y un filtro de agua” empezaron a trabajar debajo de una enramada el 11 de septiembre de ese mismo año. Hubo un aguacerón terrible en aquellos días y se inundó el terreno. No había salida viable, se dificultaba el traslado de los representantes y niñas y niños al terreno: no estaba apto para la enseñanza escolar. Por otro lado, la iglesia local cedió un pequeño patio para la sede de la escuela, mientras se construye la que será la verdadera sede de la institución. Mediante gestiones del consejo comunal y la mano de obra de la propia gente del barrio, pudieron rescatar materiales para la construcción, aún no finiquitada, de tres aulas que circundan al árbol. En el período escolar 2012-2013 la matrícula escolar subió a 420 niños. En el 2013-2014 fueron 585 ejemplares de la muchachera. —Las palabras son importantes porque nos nombran —sigue la reflexión Fabián. La palabra sin la acción —reflexionan en colectivo— no tiene ningún sentido para nosotros. Porque “los principios son prácticas”; no se puede comer de la palabra comer, sino que hay que trabajar para poder adquirir el alimento, así como no se puede amar sin demostrarlo: 199


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—El amor no es sólo una palabra, es una acción de vida; al igual que la honestidad, la amistad. Y poco puede enseñar una docente si no siente amor. Las etiquetas hicieron evidente lo que se conversaba. O, también, viceversa. Luego de la disertación entre todas y todos sobre las palabras y la importancia de sus contenidos, de la acción que las acompaña, Fabián propuso una nueva actividad. Sacó una maleta. Jugó con la congregación: metía su mano derecha haciendo que buscaba algo: —Yo tengo un libro… —interrumpió la frase de sopetón, sacando un sombrero azul. —No, lo juro yo tengo un libro… —de nuevo: un sombrero rojo. La gente reía. En un momento sacó otro sombrero, preguntó qué era, y luego de la respuesta infantil, dijo: “Esto no es un sombrero, es una puerta al mundo de los vaqueros”. Sacó tantos sombreros como chistes. Incluso hizo burbujas y tocó la harmónica junto a un coro de niños cantando. Al fin sacó no sólo un libro sino varios, de cuentos infantiles. Dividió en grupos a los profesores y representantes para hacer esta última actividad —para este momento un transporte había arribado al lado del árbol: eran dos muchachos y una mujer: los hermanos Riflito—. Cada grupo tuvo una asignación diferente con los libros que trajo el compa. Moralejas, juegos de imaginación y de palabras, de memoria, dibujos y escritura. Fabián preguntó por el contenido de los cuentos y la gente respondió preguntas sobre las situaciones y los personajes de los relatos. Por ejemplo: — ¿En Venezuela hay jirafas? ¿Hay selvas? ¿Ven? Estamos hablando de geografía. Fabricar hipótesis, trabajo mental de proyectar sobre las cosas para conocerlas mejor. 200

Esas eran las consignas pedagógicas que se intentaba sostener con los juegos, para que los niños y las niñas participen y no sean meros consumidores de información. No se trata de programar la educación, sino hacer que la muchachada, y por qué no, las docentes —algo nuevo se aprende cada día— piensen. Porque jugando se puede enseñar, se puede aprender. Sólo hay que construir los materiales para crear esas condiciones. Fabián insistió, recordando el ejercicio con Cien años de soledad y las etiquetas, en que hay que rescatar las historias del territorio venezolano, incluso de la zona, porque “los cuentos sirven para sanar el corazón de los niños”. No hay plaza, no hay cancha, no hay lugar para recrearse en el barrio. Sin embargo, la actividad sirvió. “A mí hasta me sirvió para desestresarme”, dijo la madre de Leidys, una de las estudiantes de Agua Viva. Igual se veían de frescas las representantes de Juan, de Cristian, chamitos de ocho y nueve años de edad. Construir una escuela no es cuestión material, física; es asunto espiritual: hace falta gente, no un techo. Un árbol que genere vida, es vida. Luego vino el turno del Colectivo Circense Hermanos Riflito. Dieron una muestra de circo en apoyo al Congreso y a la escuela, al barrio. “El Congreso rompe con los esquemas de científicos para los científicos: llegar a las comunidades rompe ese esquema”, dijo la hermana Riflito. Y el circo sirvió para refrescar el rato de juegos con las palabras. Para refrescar también hubo papelón con limón. Las niñas y niños festejaron un lunes nada normal. Los compas de Taller Artefacto, Fabián Zaraza y los hermanos Riflito lograron resumir la alegría colectiva en una jornada de talleres y circo.


Arte y parte

Santa Rosa de Agua Lola La actividad de Arte y Parte de este día se realizó en la comunidad indígena Añú, Capitán Chico, en el sector Santa Rosa de Agua. Llegamos derechito a la casa de Rafael “Paíto” Ortega, quien inmediatamente comenzó a hacernos el recorrido por el Centro de Educación Popular Jesús Rosario Ortega. Este centro nació entre los manglares del Caño de Montecristo y comenzó como una iniciativa de Giovanni Villalobos, cuando apenas era un estudiante de Sociología. El recorrido empezó por el edificio administrativo donde funcionan unos consultorios médicos de la Misión Barrio Adentro. En el área del Moján está la biblioteca “Simón Palmar” y el Infocentro. En esa misma área se encuentra el comedor comunitario que funciona gracias a la colaboración de varias instituciones. “Aquí se les da comida a los niños con problemas de nutrición crónica, a los ancianos y a la gente más necesitada que vienen con su vianda y se le entrega su comida. Esto funciona constantemente y no para nunca, porque el hambre da todos los días”, dijo Paíto. Saliendo del edificio, Paíto nos dirigió hacia el Museo de los Pueblos de Agua Indio Miguel. Al entrar nos mostró la escultura del Perro Humano, que la llaman así porque el artista plástico argentino que la diseñó se llama Ramón Humano. Al fondo se escuchaba música ranchera proveniente de la “guachafita”.

“A este lugar le decimos así porque aquí los maestros juegan, echan broma, cantan, hacen sus reuniones, etc.”. Siguiendo el recorrido nos encontramos con El Barco de los Sueños; el Teatrino, donde la Orquesta Sinfónica Nacional Infantil y la Orquesta Típica del Zulia realizan sus ensayos; la Sala de Exposición Permanente del Bosque del Manglar; otros consultorios de odontología y oftalmología de Barrio Adentro; una biblioteca ecológica; la emisora comunitaria Radio Coquivacoa 94.3FM; una escuela de karate; y la famosa Plaza Roja, donde se hacen la mayoría de las actividades por ser el lugar más fresco. Antes, todo este lugar eran puros manglares y ciénagas, hasta que se fue sedimentando y se fue compactando todo. El mangle tiene una historia muy bonita, nos dice Paíto: “Los añú se fijaron en sus raíces zancudas y se imaginaron los pisos, las raíces aéreas como paredes, y el follaje como el techo. Entonces comenzaron a construir sus primeras casas árboles o apiñas. Los indios no sólo se valían del mangle para la construcción de sus casas; practicaban la cestería con sus raíces, que, al cortarlas, permitían el paso del agua. Anteriormente en esas raíces se concentraban los peces, y de allí sacaban alimento”. Giovanni Villalobos, que ahora es el Secretario de Cultura del Estado, fue prácticamente el padre de este lugar, por supuesto con el apoyo de toda la comunidad. Las mujeres hacían y vendían sus vendutas, otros colaboraban con bloques, arena y materiales que tenían en sus casas. Nos espabilamos chupando unas bolsitas de agua fría para continuar nuestro camino a Tierra de Sueños, el parque comunal Añú, un extenso bosque de manglar considerado el último pulmón natural de Maracaibo. 201


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En 130 hectáreas se encuentran cuatro especies de mangle de hasta más de cuarenta metros de altura. Estos sirven como albergues de alevines, mapaches, cangrejos violinistas, chicos y moros. Comenzamos el recorrido de kilómetro y medio atravesando el “Puente rojo”, el puente más largo del mundo hecho con madera reutilizada. Tiene una longitud de 240 metros y fue diseñado por Manuel Benito Méndez. Él mismo nos hizo el recorrido, contándonos que mientras trabajaban en este proyecto el presidente Chávez lo llamó por teléfono para alentarlo en el trabajo que ellos estaban haciendo para las nuevas generaciones. Al avanzar por las caminerías se pueden ver otras pequeñitas, que fueron hechas por los niños. Los mapachitos, como cariñosamente les llaman, son muchos más que la población adulta, por eso tuvieron una especial participación en la recuperación del manglar. Incluso hay un espacio para ellos dentro del parque con columpios y subi-bajas. Allí hay una placa en memoria del mapachito Frankelvis, que murió repentinamente y que en su último recorrido lo llevaron al parque, ya que era su lugar favorito. Fueron los niños quienes colocaron algunos de los nombres de las paradas del parque, como Casa Árbol, El Vuelo de la Mariposa, El Emplanao o Zamural, Paseo de las Cotizas, Playa Plástica y El Barco de los Niños. Esta última parada tiene como referencia la Batalla Naval del Lago, ocurrida frente a las costas de este extenso bosque de manglares. En esta batalla una india añú, llamada Anin, encuentra herido al capitán Miguel Ortega Morán y García, lo rescata y lo cura. En agradecimiento al pueblo añú por sus cuidados y atenciones, el capitán no regresa a España, sino que se queda a vivir con los indígenas, aprendiendo de ellos y compartiendo también su cultura y sus conocimientos. 202

La directora del parque comunal, María Andrade, nos dijo: “Cuentan por ahí los broyos históricos que Miguel tuvo alrededor de 54 hijos. No podemos decir si es verdad o mentira, pero los apellidos que predominan en Santa Rosa de Agua son Ortega, Morán y García. Por esta razón, la Universidad del Zulia inició unos estudios donde se tomaron 1900 muestras de ADN, de las cuales 1600 eran compatibles consanguíneamente con el capitán. Por eso se dice que Santa Rosa de Agua es la familia más grande de Maracaibo, y quizás de Venezuela”. Nuestro día en esta comunidad ancestral terminó en la eco-escuela añú, donde el enfoque de la educación es intercultural y bilingüe. Allí nos sumamos a las risas de los niños y niñas, madres, abuelas y vecinos curiosos que disfrutaban de las presentaciones de Fabián, el cuentacuentos, y de los Hermanos Riflito. Había un señor muy particular que disfrutaba a las afueras del patio, sentado en una moto negra, y gritaba: “¡Aplaudan con fuerza, carajo, que esta vaina no es todos los días!”.


Arte y parte

Video debate Espacios para la proyección de audiovisuales y debates que aporten elementos para el debate crítico y la reflexión sobre la cuestión central del Congreso, a través de distintos ejes temáticos.

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Video debate

Al otro lado del Río Yanilú Ojeda Javier Bastardo Estuve caminando de un salón a otro por un rato. Sabía que en el edificio Simón Rodríguez era la cosa, el problema era conseguir la actividad. Al parecer era muy temprano o la habían cambiado de lugar. Salí y le pregunté a la primera persona de logística que conseguí, que me dijo: “Compañero, llegó muy temprano. La gente aún debe estar conversando por ahí después de comer”. Pues bueno, sabido esto volví al salón a aprovechar el frescor y el silencio. Poco a poco se fueron incorporando los que iban a disfrutar de la proyección y a participar en el debate. El moderador de la actividad, Nicanor Cifuentes, comenzó a afinar los detalles técnicos para dar inicio a la proyección. Antes, hizo una introducción, felicitando el aforo que había tenido el ciclo de video-debates de la semana. Tres en total, contando el que iba a iniciarse. “La bonitura del diálogo hermanado, de la conversación descarnada pero respetuosa”, así calificaba la experiencia. Y ya con todo listo, nos presentaba la obra Al otro lado del río, de Yanilú Ojeda. La película plantea la situación de los desplazados colombianos que vienen al país, al otro lado de la frontera. Es manifiesta la violencia que obliga a estos hombres y mujeres a dejar su tierra buscando mejor

calidad de vida. Sin embargo, como es sabido, el tema de las zonas fronterizas es extremadamente complejo, debido a la conflictividad imperante entre la guerrilla, los paramilitares y los campesinos colombianos. En este contexto, Yanilú narra el asesinato de un joven que, debido al susto, no se detuvo ante la voz de alto e intentó huir a su casa, por lo que fue acribillado por el ejército venezolano. La vieja historia del dispare primero, averigüe después. Ante la indignación de los pobladores, el ejército debe ceder en sus pretensiones de limpiar inmediatamente la escena del crimen. Una defensora del pueblo permite lograr un acuerdo entre el pueblo molesto y el ejército avergonzado por la calamidad. “Frontera, seguridad, Estado, gobierno, Colombia, Venezuela, campesinado, secuestro, mercancía, teología de la liberación, tierra, territorio, lucha, mujer, vida. Todo eso está ahí”. Con esta enumeración Nicanor introdujo el debate. Era el momento de iniciar la discusión, el tema planteado por la película daba para mucho. La indignación no tardó en expresarse, pues, según el relato, los pobladores son testigos de un abuso de la autoridad. “Me lleno de angustia al ver que al final de la película aún se está investigando. ¿Qué hay que averiguar sobre un hecho público, notorio, que ocurre a plena luz del día? La guardia o el ejército debe responsabilizarse”.Seguidamente se señaló que el video permitía reflexionar sobre una problemática que nos acosa no solamente en las fronteras. 205


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Video debate

“El nivel de inconsciencia y de violencia es elevado. Esto no es cosa de un lugar en particular, la violencia forma parte de nuestro día a día”. Sin embargo, mantuvimos en la mira que el debate ha de orientarse a profundizar en las razones de los desplazamientos campesinos, en el tema del secuestro como manifestación de la mercantilización de lo humano, y otros hechos que ocurren en la frontera a causa de la agresiva dinámica imperante. “En esta película se deja de lado el trasfondo político, la crueldad contra el que está, en beneficio del que va a venir. Los desplazados a uno y otro lado de la frontera se mueven escapando de la muerte; el ejército requerido es el pueblo en armas, es la única forma de que se defiendan los derechos del pueblo, en y desde sus territorios”. Se manifiesta asimismo un desplazamiento del poder que se ejerce en nuestros territorios; muchas veces los desplazados convierten a los pobladores en sumisos, pues, buscando mejoras para su vida, “emplean una forma de violencia que va estructurando un nuevo poder ajeno al territorio; este poder incluso permea hacia los cuerpos que se suponen brindan seguridad, y esto no se puede seguir permitiendo. Queremos un ejercicio de poder territorializado”. Hubo una polémica en torno a la problemática fronteriza por el choque evidente entre nuestra idiosincrasia y la de los desplazados colombianos que, motivados por la violencia en sus territorios, vienen acá a buscar paz, pero forzando las cosas, quizás sin notarlo. El pueblo en armas. Esta resultó ser la alternativa más idónea con la que los presentes en el debate resolverían las necesidades planteadas.

Como soberano, el pueblo encarnaría un ejercicio de poder territorializado que supeditaría el uso de las armas sólo a los intereses de la comunidad. No obstante, la idea no recibió una aceptación sin matices: se señaló que los niveles de violencia de muchas zonas ubican esta solución en un plano utópico. Se trata de una situación que nos desterritorializa y nos convierte en desplazados. “Este fenómeno no sólo desterritorializa en la frontera; lo hace en la ciudad, lo hace en el campo, contra los indígenas. Pero si el pueblo se levanta en armas, ¿no habría un choque de poder allí? ¿No estaríamos reproduciendo la lógica de la violencia que nosotros queremos combatir? Nuestra lucha es por la transformación del ejercicio de poder, no por combatir el poder ya establecido: queremos su transformación total”. El sueño del pueblo en armas debe ir sustentado en una concepción empoderada de cultura, y en un compromiso político real, dejando de lado la violencia como respuesta inmediata y única ante el conflicto. Para cerrar, el compañero Nicanor Cifuentes hizo un reconocimiento a la actitud asertiva de los asistentes en los tres días de video-debates, y agradeció la participación de ese día. Asimismo hizo una exhortación y una invitación al cierre del congreso, que se daría al día siguiente. “Es el momento de la construcción plural, del trabajo colectivo. Debemos traer claras las exigencias, pues en la plenaria construiremos el documento manifiesto de todas y todos los asistentes de este V Congreso de Diversidad Biológica”. 207


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Proyecciones Video debate: Maikiraalasalii, (los que no se venden) Documental de Patricia Meléndez sobre la organización indígena Wayuú Maikiraalasalii (Los que no se venden, en wayuunaiki) en defensa del agua y sus tierras, en contra de la explotación minera en la Sierra de Perijá - Venezuela. Nuestra historia está en la tierra Dirigida por Eliézer Arias, es un viaje por diferentes pueblos indígenas que habitan el sur del río Orinoco y testimonios orales de diversos actores, se acerca al tema de la demarcación de los territorios indígenas de Venezuela, ofreciendo diferentes visiones sobre la territorialidad. El bosque silencioso Documental de Carlos Azpúrua sobre la minería en el Alto Caura, estado Bolívar, Venezuela Al otro lado del río Dirigida por Yanilú Ojeda, plantea la situación de los desplazados colombianos que vienen al país, al otro lado de la frontera.

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Carteles Espacios dise帽ados para el intercambio de saberes sobre conservaci贸n de la diversidad de vida con compromiso social, en el marco de la Estrategia Nacional para la Conservaci贸n de la Diversidad Biol贸gica 2010-2020.


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Carteles

Estudios y propuestas para la solución de problemas reales Juan Sebastián Ibarra Cuando uno junta la palabra congreso con cualquier cosa, en la mente surge un coctel de conjeturas negativas acerca de su aporte real a una revolución que no puede partir de lo académico y lo hermético del conocimiento científico. Entonces, más allá del compromiso con el que se asumió la labor, eran más las preguntas que las certezas con las que nos enfilamos rumbo a la ciudad de Maracaibo. La mañana de ese martes 22 de julio, cientos de participantes mostrarían en un espacio pequeño —que por momentos hacía imposible la interacción— su trabajo en torno al V Congreso de Diversidad Biológica. Específicamente, la temática del encuentro giraba alrededor de la siguiente premisa: tierras y territorios por la defensa de la vida. Y sí, por supuesto, hubo entre los carteles posturas muy técnicas y especializadas, pero destacó la labor de quienes presentaban acciones para contrarrestar las carencias en sus territorios y transformar las realidades adversas. Por eso es coherente la inclusión de investigaciones como la evaluación de la tendencia del cambio climático, que presentó un grupo de la UBV- Anzoátegui; la situación de la semilla campesina —que además será el tema del próximo congreso—; la identificación de problemas prioritarios en la parroquia San Lorenzo del Estado Sucre; o el estudio de climas secos en Venezuela.

No es un secreto la situación de sequía que vive el país. Y específicamente en el Zulia, la situación de ese mes era crítica. No es casual entonces que entre los carteles, uno de los que llamara la atención fuese un estudio sobre los “climas secos en los estados venezolanos susceptibles de sequía y la desertificación”. A cargo de este cartel estaba Manuel Rivas, quien de entrada cuestiona la propia distribución de Venezuela: “La población venezolana se distribuye en forma inversa a la disponibilidad de recursos hídricos. Aquí en Maracaibo estamos en una zona seca, por ejemplo”. Rivas hace énfasis en la necesidad de la lluvia, que venía esquivando la zona, y de modificar la densidad poblacional que “va en contra de los índices de humedad de nuestro territorio”. Se fundamenta para esto en su estudio, en el cual determina que el 42% de los habitantes de Venezuela viven en zonas secas. Un debate necesario es el de modificar las dinámicas poblacionales que se dieron debido a un proceso de despoblación de las zonas rurales para atender a la demanda esclavista de las grandes industrias (la petrolera como vanguardia). Pero en el transitar hacia eso, es también necesario ir respondiendo a las condiciones actuales. Poco a poco la sequía ha ido cediendo. Fue evidente la última noche en tierras zulianas, cuando el Catatumbo a lo lejos correspondía a las enormes gotas que comenzaban a humedecer nuevamente al suelo marabino. Queda pendiente más debate, nuevas acciones, y el fin último de todo esto: el Quinto Objetivo Histórico del Plan de la Patria. 211


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Estructura de los carteles Línea estratégica 1. Gestión de la información

Eje transversal 4. Gestión y política internacional

Línea estratégica 2. Conservación de especies amenazadas

Ética ecosocialista, soberanía, inclusión y justicia social

Línea estratégica 3. Áreas estratégicas para la conservación Línea estratégica 4. Aprovechamiento sustentable de la Diversidad Biológica Línea estratégica 5. Prevención, control y erradicación de especies exóticas Línea estratégica 7. Prevención y manejo del tráfico o comercio ilícito de especies Eje transversal 1. Educación para la conservación Eje transversal 2. Legislación ambiental Eje transversal 3. Gestión para la conservación

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Tarantines Espacios para la promoción, divulgación e intercambio de experiencias impulsadas por comunidades, instituciones y colectivos que trabajan por la defensa de la vida. Los tarantines son un espacio colorido donde se muestra la vinculación entre la diversidad de saberes culturales y la diversidad de vida, a través de las prácticas de aprovechamiento sustentable de elementos de la naturaleza como la artesanía, las plantas medicinales, alimentos, conservas y comidas basadas en saberes tradicionales o innovadores.


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Tarantines

Tarantines Lola La primera actividad de registro que hicimos mi compañera Enrica y yo fue cubrir el área de los tarantines. Estaba bastante nerviosa pues este era mi primer congreso y no tenía idea de cómo empezar. Enrica, que ya tiene mucha experiencia en el asunto, me dio un empujoncito, y entre las dos comenzamos el recorrido por el pasillo de los tarantines. El primerito que visitamos fue el de la Escuela Venezolana de Alimentación y Nutrición (EVAN), y allí conversamos con Luisa Araujo y uno de sus compañeros, Carlos Rojas. Esta escuela, a través del Instituto Nacional de Nutrición (INN), articula y sintetiza diversos espacios formativos en el marco de la construcción de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de nuestro país. Es una escuela para la formación y el fortalecimiento de la nueva cultura alimentaria agroecológica. Representantes de los 24 estados del país exponen los distintos programas que tiene la escuela, además de los tipos de semillas que hay a nivel nacional. El principal programa de la escuela es el de Cocina Soberana, cuya premisa es enseñar recetas de una forma sabrosa, segura y soberana. Uno de los objetivos de este programa es incentivar la producción comunal, a través del fortalecimiento de las comunas, el poder popular y los consejos comunales. También se encargan de proteger la semilla autóctona campesina.

Como parte de sus actividades en el congreso, estarían en un conversatorio sobre alimentación en tiempos de guerra económica. También dictarían talleres sobre el rescate de la semilla y sus usos medicinales: el alimento-terapia como alternativa para convertir a la alimentación en nuestra propia medicina, sin la necesidad de utilizar fármacos para complementar nuestros nutrientes. Esto como una manera de hacer frente a la industria farmacéutica. Otro programa creado por la escuela es el de Panadería Soberana. Con la finalidad de reducir el consumo de trigo y de harinas refinadas que carecen de valor nutricional, proponen la elaboración de pan de maíz y de yuca. Estos tipos de panes combinan proporcionalmente en un 50% las harinas de maíz o de yuca con la harina de trigo. Haciendo un poco de historia, Carlos nos contaba que el plan de Comida Soberana nació en el 2011 con la finalidad de formar a las personas en el tema de los buenos hábitos alimentarios y la preparación de comida saludable. “A raíz del diplomado sobre nutrición, surge el diplomado de cocina para llevar los conocimientos a la práctica. De allí nace el programa de Cocina Soberana, como una manera de rescatar la gastronomía nacional y las recetas de nuestros abuelos y abuelas, a partir de investigaciones que se han hecho”. “Venezuela es el tercer país de América con altos índices de sobrepeso y obesidad, según estudios del Instituto Nacional de Nutrición. Para combatir esto se enseña a las personas a consumir comidas que sigan el planteamiento de las cuatro “s”: sana (por poseer todos los nutrientes que el cuerpo necesita), segura (porque no es costosa), sabrosa y soberana (porque es rica y porque es nuestra)”. 215


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Otro programa bandera de la escuela es el de Nutrición para la Siembra del Poder Popular. Este programa se encarga de la formación en alimentación y nutrición, pero con una dinámica distinta a la del diplomado, que es mucho más académico. “En este caso, todo depende del ritmo de las comunidades. Además, partimos del impulso de proyectos socioproductivos en alimentación y nutrición, porque resulta necesario producir nuestros alimentos”. También forma parte de la escuela la Red de Defensores/as de la Seguridad y la Soberanía Alimentaria (REDDSSA), en la que movimientos populares, consejos comunales, consejos de trabajadoras y trabajadores realizan el trabajo de inteligencia social, fiscalización y agitación a la hora de imponer sanciones para combatir el acaparamiento o la especulación. Ya entrando en calor seguimos con el siguiente tarantín. Aquí nos entretuvimos un rato jurungando todos los productos tan variados y bien presentados que tenían: jabones, aceites esenciales, miel y cera de abeja, bálsamos, polvos para los dientes, desodorantes, etc. Se trataba del colectivo Mercado Ecológico Maracaibo, una articulación de varios colectivos de productoras artesanales y agroecológicas. Entre estos colectivos está Hierba buena, que elabora productos geocosméticos totalmente artesanales para el cuidado de la piel. Estos productos se basan en recetas ancestrales que ellas han ido rescatando. Sondra Ríos nos explica: “tenemos un mercado itinerante en el cual se congregan todos los colectivos que nos conforman como mercado. Estamos hablando de 20 colectivos aproximadamente. Queremos plantear una lógica diferente de mercado donde no sólo haya venta de productos sino también trueke”. 216

Compartiendo mesa con Sondra estaba Soyreth Parra del colectivo Soy Ecosmética, que también forma parte del mercado. Soy Ecosmética es una marca que promueve el aprovechamiento de plantas medicinales y recursos naturales para transformarlos en productos de cuidado personal. En este sentido, hay un aprovechamiento de la materia de forma respetuosa. Cuidando los valores de la naturaleza se promueve el consumo responsable y, al mismo tiempo, se le informa al cliente el origen y el por qué de cada uno de los productos. “Desde hace dos años nos dedicamos a dictar talleres sobre la elaboración de productos naturales, utilizando distintos tipos de plantas medicinales, comestibles o no, aceites vegetales, alcoholes, flores, frutas aromáticas y especias que nosotras mismas prensamos. De esta manera cada una de las personas tiene cierta autonomía en los productos que consume y no dependen tanto del mercado capitalista, mucho más en esta época de escasez”. Los talleres formativos se imparten en un galpón en la ciudad de Maracaibo, no se cobra por participar y una vez al mes cada uno de los colectivos colabora con un 10%. De esta manera vienen funcionando desde hace tres años. Jabones artesanales de sábila, miel, café, canela y chocolate; cremas corporales a base de cera de abejas, manteca de cacao, aceite de rosa, coco y ajonjolí; sales exfoliantes, geles antibacteriales y analgésicos, bálsamos labiales, kit faciales, bolsos cosméticos para llevar en la cartera, era todo lo que Soy Ecosmetica nos ofrecía en su tarantín. Resultaba inevitable no antojarse.


Tarantines

Más adelante nos encontramos con la gente de Agua de Mar, otro de los colectivos que integran el Mercado Ecológico Maracaibo. La señora Rosa Ortiz nos dio detalles sobre su propósito como colectivo: “Nosotros trabajamos por la defensa de la vida. Creemos que es necesario enseñar a las personas cómo utilizar los recursos de la naturaleza para mantenerse en forma y saludables. Sentimos que la farmacia no da respuestas y que estamos de espaldas a la naturaleza. Lo mismo que le sucede al planeta le está sucediendo al humano. A través de investigaciones hemos descubierto que el mar es el mejor nutriente de la naturaleza. Las enfermedades son consecuencia de la desnutrición celular; básicamente la mala alimentación elimina nuestras células, nos desnutre. El mar tiene todos los bioelementos de la tabla periódica en la misma proporción que el cuerpo humano. Entonces, tomándote medio vaso de agua diario diluido en agua mineral o jugo de cítricos, le aportas al cuerpo todos los minerales que necesita. Así comienza un proceso de limpieza interna y de nutrición que mejora la salud”. “A la par estamos recuperando plantas halófitas que se nutren del agua del mar. Las cultivamos porque una vez que crecen pueden deshidratarse y pulverizarse. El polvo resultante aporta todo los nutrientes que tiene el agua de mar, cura la desnutrición y mejora el sistema inmunológico”. “En una investigación de casi tres años se pudo demostrar que el agua de mar revierte los daños que hacen las drogas a las personas narcodependientes. Los oligoelementos, trazas de metal que están en nuestro cuerpo, son los primeros que destruye la droga.

El agua de mar contiene esos oligoelementos en la misma proporción que el cuerpo humano; como resultado, el sistema inmunológico se fortalece”. “Tenemos que romper el mito de que el agua de mar mata, que está contaminada, que deshidrata, que afecta los riñones, etc. El procedimiento es sencillo: vamos a la playa y recolectamos el agua de mar en la parte más movida de la marea, donde el agua se mezcla con la arena y sale un tono marrón. Al decantarla queda cristalina. Haciendo exámenes de laboratorio el agua puede salir con algunos patógenos el primer día, pero como tiene la capacidad bacteriológica de eliminarlos, a los quince días ya está totalmente purificada, apta para el consumo. Se puede refrigerar, pero se recomienda que esté en un lugar fresco y en sombra. Otra manera de consumirla es por inhalaciones, que para el asma es maravillosa, o en baños de desintoxicación en los casos de pacientes con cáncer”. El colectivo Agua de Mar viaja constantemente para dar conferencias en el interior del país. Aspiran que esta alternativa sea reconocida en Venezuela, como en Nicaragua, donde existen dispensarios marinos. Durante todo el congreso estarían vendiendo y proyectando documentales para crear fondos y seguir autogestionando sus investigaciones. Nos despedimos de la señora Rosa Ortiz, seguimos recorriendo y a Enrica le llaman la atención unas toallas sanitarias ecológicas que están en la mesa del colectivo Trece Lunas. Alexandra nos recibe y detalladamente nos explica de qué se trata: “son toallas hechas de tela de algodón y rellenas de tela de paño que se sujetan con 217


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Tarantines

un cierre mágico. Son ecológicas porque, además de ser lavables y reusables, al remojar las toallas para lavarlas el agua resultante es el mejor fertilizante para las plantas”. Justo al ladito se encontraba Hijos del Sol, un colectivo constituido por una comunidad de 300 familias en la zona suroeste de Machiques en Perijá. Estas familias ocupan unos espacios de tierra donde promueven patios productivos y trabajan con los rubros que se dan en la zona. Allí elaboran adobes, siembran, hacen artesanía y promueven la gastronomía autóctona. Steward Millán nos muestra sus productos: café orgánico, chicha de maíz, dulce de mamón y dulce de piña con lechosa. Así se protege la identidad gastronómica, ya que para la etnia Barí el humano surge del néctar de una piña que corta Sabaceba, el señor de los vientos y la grandeza. Los colectivos Trece Lunas e Hijos del Sol se reúnen cada tres o seis meses para el intercambio de semillas con otros colectivos de la zona de La Azulita. Enrica y yo decidimos tomarnos un descanso para almorzar y, entre los tarantines, encontramos a un grupo de Hare Krishna que estaban preparando una sabrosa comida vegana. Recostadas en una manta nos tomamos una sopa de maíz y comimos pasta con vegetales. Luego de descansar un rato y reponer fuerzas, continuamos nuestro recorrido. Unos minis jardines llamaron nuestra atención: eran realizados por el colectivo agropolítico Abya Yala. Marian Oropeza nos cuenta que este colectivo está compuesto por egresados de la carrera de Agroecología y de Educación ambiental de la UBV, sede Caracas. Ellos cultivan en el vivero de la universidad, espacio que heredaron del colectivo Autana Tepuy. En este espacio producen tierra abonada, aguacates,

guayabas, macagüita (que es un pequeño dulce de coco), almidón de yuca, harina de ají picante, jalea de mango, sandalias de cuero, estropajos, zarcillos y bandanas. Próximamente tienen planeado hacer ropa a partir del cultivo de plantas de algodón. Conmovidas por el entusiasmo de los chicos, caminamos hacia el tarantín del colectivo Mano a Mano, que es a su vez una red que cuenta con productores agroecológicos y consumidores corresponsables del Estado Mérida. Javier García nos cuenta: “Básicamente organizamos una actividad quincenal que consiste en un espacio de mercado solidario en donde las y los voluntarios organizan paquetes de muestras de los diversos rubros de la región. El contenido de estos paquetes depende de la producción de cada año, de la disponibilidad de los productores y de las cosechas. Esto rompe con la cadena de intermediarios, dándole un valor justo para los productores y eliminando la barrera que existe entre el consumidor y el productor”. “Es una experiencia de mercado solidario porque nuestras dinámicas en el colectivo son horizontales, no tenemos un presidente ni un tesorero. El mecanismo y la forma de accionar es la asamblea, que involucra a todos los productores, consumidores y voluntarios. Allí trimestralmente se escogen los precios de los rubros del mercado. Estos precios se mantienen durante tres meses para evitar las fluctuaciones que impone el modelo hegemónico del agronegocio y para evitar que se vuelva elitista, como sucede con la mayoría de los mercados orgánicos y agroecológicos en el resto del mundo”. 219


V Congreso Venezolano de Diversidad Biológica

“Tenemos comisiones de trabajo, como la comisión de acompañamiento que se encarga de visitar a los productores y asegurarse de que sus productos efectivamente se obtengan bajo esquemas agroecológicos. También participamos en la planificación de talleres para los productores y los miembros del colectivo. Estos talleres a la vez contribuyen en la difusión de los objetivos de Mano a Mano y en la organización de cayapas”. Se trata de un mercado solidario que tiene un impacto educativo importante: implica la revalorización y el conocimiento de cómo llegan los alimentos a la mesa. El puesto de Javier estaba surtido de cosas interesantes, como caléndula, que es una planta medicinal que se cultiva en el páramo y sirve como antinflamatorio; chía, que ayuda a reforzar el sistema inmunológico y es un energizante natural; y mermelada de uchuva, un fruto muy dulce, aromático y con propiedades increíbles, cuya producción ha decaído dramáticamente en los andes venezolanos. Nos despedimos de Javier y comenzamos a hablar con los muchachos de Cinema Cartonera. Este colectivo comenzó como un movimiento que se involucraba con las comunidades de bajos recursos económicos, reciclando cartón corrugado para la creación de distintos productos. Cinema Cartonera hace documentales dirigidos a los niños y niñas de las escuelas, y trabajan con ellos en la elaboración de videotecas. Estos documentales les sirven a las niñas y niños como un material de referencia en la escuela que pueden compartir con el resto de su comunidad por medio de proyecciones. Para el trueke en el congreso llevaron varios estuches de CD pintados con spray. 220

En estos estuches colocan las sinopsis de videos educativos de temática ambiental relacionadas con el Zulia, el río Socuy y la contaminación del lago. Enrica y yo terminamos nuestra tarde con un guayoyito caliente. La tarde era fresca y, mientras esperábamos nuestro transporte para regresar al hotel, enumerábamos todas las cosas que nos gustaron de los tarantines y que esperábamos truekear el último día del congreso.


Tarantines

Actividades culturales Eventos culturales y espacios de soberanía cultural, económica y política que fortalecen el mensaje y el debate sobre el tema central de cada Congreso, siendo además una oportunidad para la articulación, el encuentro y el disfrute entre las y los participantes.

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Actividades culturales

Cultura y política, juntas es la cosa Juan Sebastián Ibarra Desde el primer día, los espacios de la UBV-Zulia estuvieron llenos de música. Y no hablo solamente de Alí sonando por las cornetas. Ese lunes 21, con un encuentro apenas despertando, ya se escuchaba en los pasillos uno que otro tambor y algo de canto. Era, por ejemplo, la gente de Movimiento Conuco, del estado Falcón, cantándole a la lluvia, al amor, a la tierra. Invocando, porque “si no me llueve no cosecho nada”. Lo que en la programación del V Congreso de Diversidad Biológica se denominaba “actividades culturales”, no empezaba ni terminaba en el programa. Estaba en cada espacio, mientras se debatía sobre la territorialidad en defensa de la vida. Pero entre lo programado, hubo una presentación teatral con niños y niñas que alegró la semana. Una obra que buscó generar conciencia sobre temas ambientales, sobre el cambio climático. La obra fue hecha, ensayada y presentada el mismo día. Y en ella participó más de una docena de niños y niñas de distintas edades

Un lugar de encuentro no puede dedicarse solo a la discusión, la planificación de políticas concretas. Y es que la política no está aislada de la cultura. El ser humano es ambas cosas, en su quehacer diario. Ahí estaba, por ejemplo, el hacer de Alexandra Navas, quien llegó al congreso buscando la discusión de la plenaria, y que al ser abordada por caminar con un cuatro se detuvo a compartir sus motivaciones en torno al tema. Alexandra hace política desde su espacio (tocar música de autobús en autobús por Maracaibo) y sus preocupaciones. Por ejemplo, su tema “Tortuguero” busca la conciencia de la situación de las tortugas en extinción. Otra muchacha, allá sentada en la tierra, está haciendo política igualmente a través de su canto, que aunque llega a los pocos que la rodean en ese momento, hace resonar las palabras que hace tanto cantó Alí en su tema Coquivacoa: “Que no es una pesadilla (…) tan cristalino que estaba el lago ayer (…) si le matan la semilla, ¿quién la vida le dará?”. Por eso es importante el encuentro, el accionar para no dejar que nos sigan matando el mundo, para ser quienes demos la vida y la mantengamos. “Cuando llueve crece la esperanza y el amor florece”. Y con él la Venezuela nueva, revolucionada, transformada.

Pero al fondo se escuchaba también un cuatro, y más allá un par de tambores. Se escuchaban también a los niños jugando y a la gente en la conversa, en el compartir. En la tarima, suena el aplauso de la lluvia. Es uno de los facilitadores de las actividades infantiles que le canta a los niños. Estos responden con risas. 223


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Actividades culturales

Cumbe ubevista, la universidad posible Juan Sebastián Ibarra y Javier Bastardo El V Congreso Nacional de Diversidad Biológica se desarrolló en un campus universitario atípico. Rodeados de grandes áreas verdes, los edificios se acompañan en un corto espacio, pero lo demás es naturaleza. La universidad posible se construye a través de la territorialización del conocimiento, de su manejo en la realidad y en el contexto; de otro modo se produce un ejercicio universitario estéril. Precisamente para avasallar esa posibilidad, el cumbe se transforma en una alternativa. El cumbe es una vieja forma de organización frente a los imperios opresores, nacida en la época de la colonia, ahora rescatada y convertida en vía socioproductiva. Es una muestra empírica del ejercicio de la nueva universidad posible, insistimos. El cumbe de la Universidad Bolivariana sede Maracaibo posee una extensión de aproximadamente 2,5 hectáreas, y ha ido fortaleciéndose gracias al trabajo colectivo y mancomunado entre estudiantes y profesores. En un principio, surgió como una idea que buscaba brindar un espacio de acción e investigación a los estudiantes de Agroecología, pero con el paso del tiempo se ha ido sumando un gran número de estudiantes de diversos programas de formación (Salud, Arquitectura, Informática y Comunicación, por ejemplo), y el proceso ha sido apoyado por varios profesores.

Hoy el cumbe es una iniciativa de las y los estudiantes organizados para transformar un espacio que,antes abandonado, ahora se erige como una unidad socioproductiva autosustentable. Con el compromiso de la comunidad universitaria, el trabajo mancomunado de los profesores y la ayuda de la Universidad Bolivariana, se busca que este proyecto se amplíe y perdure en el tiempo. En cuanto a la importancia del congreso para el cumbe, uno de los miembros, Rafael Fernández, nos dice: “Fue una gran oportunidad para darnos a conocer, para que compañeros de otras universidades, de otros estados, puedan conocer nuestra experiencia. Poder compartir conocimientos y saberes es una de las oportunidades que nos ha brindado este congreso”. Y de ahí los enlaces necesarios, la diversificación de la experiencia. “Nos han hecho propuestas desde individualidades hasta instituciones para ayudar a difundir el cumbe como espacio socioproductivo tal y como lo hemos ejecutado aquí. Gracias al congreso mucha gente se ha acercado, nos ha reconocido y nos ha dado muestras de apoyo para que continuemos la labor, para que mantengamos este trabajo en el tiempo”. Frente al consumismo propugnado por el sistema capitalista como única vía para satisfacer las “necesidades humanas” —que casi siempre son simples engaños generados por el propio sistema—, el cumbe se levanta como una nueva forma de entender la tierra, los territorios e incluso la vida misma. “Nosotros no vemos la tierra como una herramienta, sino como vida. La tierra es vida, la tierra es una forma de vida. Con la tierra es que producimos los alimentos, y de ella nos alimentamos. 225


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Actividades culturales

Debemos tratar de ligarnos más a los productos típicos de nuestra tierra; esta es una vía a la soberanía alimentaria. Queremos difundir esta idea para poder atacar esta forma errada en la que vivimos. Tenemos que producir, dejar de importar. Es la única forma”, dice Rafael. Sin duda, otro sistema de mundo es posible. Prácticas ecosocialistas como esta son muestra de que los poderes creadores del pueblo son el camino a seguir para alcanzar la transformación. Pero esta conciencia del trabajo de la tierra, del amor a la tierra, que es madre, que es vida, viene acompañada de una conciencia política que coloca este tipo de organizaciones como camino real hacia la conquista de la soberanía alimentaria. La muestra de esto está en la diversidad de plantas que hay en este espacio, como nos cuenta Indira Peña, quien ha estado desde el inicio de esta iniciativa, y que se acerca ya a los dos años de acción. En un espacio, por ejemplo, hay plátanos, aguacates y cacao. La idea del cumbe parte de la asociación de cultivo, que consiste en tener varios rubros en un mismo espacio “para que se haga un microclima que funcione con la diversidad”. También tienen un espacio con frijol wayúu, donde se experimenta con el tratamiento industrial y el agroecológico. “A esto le echamos un biopreparado natural, un biofertilizante a base de cáscara de arroz. Estamos comparando los resultados, y el alternativo funciona mejor: las vainas son más grandes”. Tremendo resultado, para los que dicen que la Universidad Bolivariana de Venezuela no genera investigación y no aporta al conocimiento de la nación.

También cuentan con 36 variedades de yuca, con las que experimentarán el rendimiento para luego reproducir las que tengan mejor relación con el suelo del cumbe. Una vez evaluado ese rendimiento, compartirán los resultados con las comunidades para que comiencen la siembra de estas plantas. En cuanto a la diversidad de cultivos, se suma una lista extensa: caraotas, chimbombó, berenjenas, maní, albahaca, ají, moringa. Además, experimentan con alternativas para el control de insectos no deseados en la agricultura. A estos insectos no les llaman plagas, reconociendo su participación en la diversidad biológica. A esto se le suma la cría de cachamas, un ejemplo de lo que puede aportar el cumbe a la soberanía alimentaria. Hace unos meses, la primera cría (de 200 kilos) fue vendida directamente al comedor universitario, a un precio menor del mercado. Con esto garantizaron, además de la alimentación de los estudiantes y la dinamización de la experiencia Cumbe-Universidad, la sustentabilidad y expansión del proyecto: sumaron un par de lagunas a la ya existente y compraron 7.000 alevines para continuar con la cría. Y no se trata de continuar criando para tener cada vez más ingresos, sino para lograr un aporte. “Nosotros no vendemos a intermediarios, vendemos directamente al consumidor. Vamos directamente a las comunidades, a las comunas, al comedor, rompiendo con la cadena especulativa”. Con respecto a la alimentación de los peces, Peña reconoce que aún utilizan alimento concentrado industrial. Sin embargo, aquí vuelve el enlace entre los programas de formación de la UBV y la experiencia particular del cumbe: actualmente, un estudiante de Agroecología está experimentando con comida 227


V Congreso Venezolano de Diversidad Biológica

alternativa —a base de moringa y harina de yuca— como una alternativa para no depender de la industria y continuar con la cadena productiva de este espacio. Estas conexiones también incluyen la construcción de un horno artesanal hecho con vidrio triturado, cemento, bosta de ganado y arcilla, donde hacen pan (mayormente de yuca). Durante la semana del congreso, lxs compañerxs trabajaron en el levantamiento de un fogón. Sólo en revolución son posibles espacios como estos, ubicados dentro del propio campus universitario. Viejas instituciones de educación que se aferran a un abolengo para no ensuciarse las manos con el trabajo de la tierra, tienen mucho que aprender de experiencias colectivas como el cumbe. Hablamos de un espacio socioproductivo, autosustentable, organizado colectivamente y que se convierte en la muestra principal de un ejercicio otro de la vida universitaria y de la propia constitución de la institución; un camino hacia el empoderamiento y la soberanía alimentaria, que tiene como objeto un conocimiento territorializado. Y junto a eso, la conciencia de los encadenamientos productivos. En este punto, cuentan con un gran proyecto que les aprobó el Ministerio de Agricultura y Tierras, que constará de dos casas de cultivo, un vivero, una agrotienda y las oficinas. Están a la espera de las maquinarias para comenzar a levantar las estructuras. Eso les vislumbra el futuro, que construyen cada día lxs compañerxs que hacen vida en el cumbe ubevista. Pero eso no queda ahí: “No, la idea es que nosotrxs vayamos buscando personas, motivándolas para que se incluyan. Aquí hay gente que está en segundo semestre, en el sexto o que ya se graduó. 228

La idea no es que cuando nos graduemos no haya aquí nadie que lo mantenga. Aquí trabajamos en colectivo, todxs son bienvenidos a participar. De las comunidades, de donde quieran venir”.


Tarantines

Espacio para la crianza corresponsable Eventos culturales y espacios de soberanía cultural, económica y política que fortalecen el mensaje y el debate sobre el tema central de cada Congreso, siendo además una oportunidad para la articulación, el encuentro y el disfrute entre las y los participantes.

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Espacio para la crianza corresponsable

La crianza es un territorio para la liberación biocultural José Luis Omaña

Aprendí, por ejemplo, cómo se ejerce la soberanía sobre uno de los territorios más amenazados por el capitalismo: el de nuestros cuerpos. Soberanía política y espiritual ejercida a través de la corresponsabilidad de la crianza.

Había una vez un congreso que dejó de ser adultocéntrico. ¡Aquí no andamos con esas seriedades a ultranza! --pensé, y de inmediato una pelota pasó a toda velocidad peinándome la calvita--. Pero también somos serios: tenemos lugar, nosotras y nosotros, los niños y niñas luchadoras, de familias luchadoras, de padres y madres que en este momento están escuchando al profesor Mosonyi, aprendiendo de su teoría de la sociodiversidad; o escuchando a José Diego, de los que no se venden de Perijá, y llenándose de fuerza para vivir las luchas con alegría y en varias lenguas; o truekiando en los tarantines, que en este congreso son también espacios de interconocimiento.

Todas y todos éramos padres y madres, hijas e hijos. Todas y todos nos cuidábamos. La crianza es un territorio amenazado, como ya lo dije; igual que el río Socuy en Perijá, o la diversidad de especies animales del lago de Maracaibo. El sistema capitalista activa toda su energía para controlar al animal humano que somos. Y para eso tiene un millón de estrategias. Igual que ataca al conuco, igual que ataca a la semilla indo campesina, ataca nuestras siques con la herramienta del miedo. Con ellas trata de controlar la concepción, la gestación, el parto, el nacimiento, el amamantamiento y la crianza. Entonces inventa la semilla transgénica, cuyos dueños son el 0,01% de la población mundial; o el biberón y las fórmulas lácteas, que tiene los mismos dueños.

Aquí, en este lugar lleno de duendes, también se hablan muchas lenguas. Somos la sociodiversidad en pasta, en su estado primigenio. Lautaro habla la lengua de Lautaro, y que sólo entienden a cabalidad Berni, Diego y los duendes de Sanare. Las mamás hablan la lengua de las madres, con sus cuerpos y sus tetas soberanas, liberadoras. ¿Y cuál es este lugar? Un espacio que en el programa del congreso tiene la misma importancia que los principales foros y conversatorios: el salón de las niñas y los niños. Ahí me fui con mi Mauricio, que es otro duende, y aprendí tanto como en la conferencia de Mosonyi o ante la presencia fuerte de José Diego Fuenmayor.

El capitalismo, o más bien sus agentes saben muy bien que controlando el inicio de la vida se controlan los pueblos y sus gentes. En cambio, este congreso ecosocialista practica el buen vivir, la suprema felicidad, el placer supremo, y lo practica, sobre todo, en este espacio para la crianza, Las mujeres gestantes podían ir a dormir un rato, lo que quisieran. Las madres podían dejar a sus hijas e hijos al cuidado de otras madres solidarias. Se podía amamantar con cancha, sentir, consentir, dejarse consentir, y aprender que el conocimiento es chiquito. Se proyectaron películas con perspectivas ecosocialistas. Se guindaron telas del techo para que nuestros cuerpos improvisaran toda clase de juegos. 231


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Trabajamos la motricidad fina y gruesa con ejercicios de artesanía doméstica, de los que surgieron objetos fantásticos, irreales, pero que funcionaban de verdad. Había cuentos, mucha pintura para pintar con pinceles, con las manos, con el cuerpo. Música para el alma y para los cuerpos. ¡Comida deliciosa!, aportada por las madres y padres del congreso. Había salidas a los jardines de la universidad, para disfrutar también del afuera, del descampado, o para disfrutar de los almuerzos del congreso. Y siempre andábamos en manada, como se anda en una comuna. Y éramos todos y todas muy particulares, muy como cada una pudiera y quisiera. Eso nos daba fuerza para defender el bien común más común que tenemos, incluso más que las semillas: nuestras pulsiones de vida, los latidos de nuestros corazones de niñas y niños. Porque este no era sólo un congreso de investigadoras e investigadores: era un congreso de madres y padres, de gente que cría, que cuida la vida en su estado germinativo. Como en los conversatorios, como en los carteles, como en la plenaria final, en este espacio se participaba de una dinámica de reconocimiento e interconocimiento de una de las formas de saber más invisibilizadas y desprestigiadas por el capitalismo: el de las familias extendidas y ampliadas de nuestros pueblos. Ya el Congreso de Diversidad Biológica dejó de ser adultocéntrico, como dije, pero ahora puede profundizar en su perspectiva de la niñez y la crianza. Trabajaremos para que en los próximos congresos seamos más visibles y ocupemos, de manera transversal, los demás eventos del congreso, y para que este espacio de corresponsabilidad no sea asumido como una guardería, ni como una simple ludoteca. Trabajemos para que la dinámica del congreso y sus espacios laborales se sintonicen cada vez más con 232

los ritmos de la crianza, y no al revés, como ocurre en la anticultura de la dominación y la explotación.


Tarantines

Plenaria y declaratoria final La plenaria es el debate final. Allí ocurre el análisis de resultados del Congreso y la discusión de los acuerdos logrados en cada espacio, además de su compilación en una declaratoria. En la asamblea plenaria se selecciona la sede del siguiente Congreso de Diversidad Biológica, entre las diferentes propuestas presentadas por las delegaciones.

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Plenaria y declaratoria final

Plenaria Javier Bastardo y Juan Sebastián Ibarra La jornada de cierre del V Congreso Venezolano de Diversidad Biológica nos consiguió a todos y a todas convencidos de haber alcanzado un consenso. Si a alguien se le dice que el debate duró ocho horas, pondría esto en duda. Sin embargo, no se trata de faltas de acuerdo, sino de las dificultades propias de crear algo en colectivo, tratando además de no dejar por fuera ninguna de las discusiones importantes que se dieron durante la semana. Por eso, desde la mañana se reencontraron las caras —y especialmente las voces— de quienes a diario construyeron la experiencia en cada espacio de encuentro dispuesto en la sede maracaibera de la Universidad Bolivariana. El trabajo fue arduo, sí, pero la labor de parte del equipo coordinador del congreso permitió que no se disolviera con las horas, que pasaron con firmeza en el salón. Pero además de eso, la participación activa y consciente de cada uno de los presentes fue lo que permitió un desarrollo loable en la consecución del texto final. Se logró entonces redactar una declaratoria que contenía las líneas esenciales de lo que habíamos discutido, tomando siempre en cuenta las inquietudes y aportes de quienes así lo expresaran. “Yo creo que esta palabra no describe bien lo que queremos expresar”, “a mí me parece que estamos dejando por fuera un tema

fundamental”, fueron expresiones recurrentes durante la jornada. Cada una de las personas que participó buscaba dar forma a algo que se había ido dibujando entre todas y todos. De estas ocho horas de debate surgió un documento que engloba una semana de cientos de discusiones, experiencias, encuentros y desencuentros. Partiendo del reconocimiento de lo que se comenzó a esbozar en el congreso anterior (el ecosocialismo urgente), la declaratoria buscaba afinar más detalles de esa necesidad colectiva. Lograr el texto final fue trabajoso, ya se ha dicho, por las muchas voces que querían ser escuchadas. Lo que nos cohesionó, además de nuestro convencimiento político, fue reconocer que “nuestro ecosocialismo se construye sobre las tierras y los territorios indígenas, campesinos, afrodescendientes, urbanos y comunales donde hacen vida los pueblos, que son a su vez los espacios donde se defiende la vida”, tal como inicia el documento final de la plenaria. De igual forma, se rescató la necesidad de repensar la territorialidad, en tanto su conexión política con la tierra y el espacio geográfico en el que nos desenvolvemos como comunidades. También se dejó clara nuestra disposición política y militante a defendernos de cualquier clase de poder que contravenga nuestros intereses y la consecución en la práctica del ecosocialismo bolivariano. El gran objetivo es alcanzar el Estado comunal, cuya nueva territorialidad debe ser asumida con seriedad: ese otro mundo posible que se irá construyendo sobre los despojos del Estado actual, todavía burgués. 235


V Congreso Venezolano de Diversidad Biológica

El sustento de la necesidad de comprometerse con esta transformación es asumir que debemos “mantenernos en lucha, resistencia e insistencia por la defensa de nuestras tierras y nuestros territorios como pueblos hermanos, como parte de un mismo camino que nos llevará, a través del debate y la construcción de agendas comunes, a defender colectivamente a la madre tierra para la construcción de nuevas territorialidades que partan desde nuestras propias identidades colectivas”. Un mundo otro es posible y urgente. Y justamente en ese camino se seguirá andando. Para eso se definieron las líneas del próximo encuentro, que atenderá a la propuesta realizada por los colectivos del estado Carabobo, “con el firme objetivo de apostar por la semilla campesina para garantizar la soberanía de los pueblos”. Y en este sentido, el colectivo Red de Escuelas Populares Agroecológicas Ezequiel Zamora —encargados de la organización del congreso del 2015— consideran la importancia del poder popular en estos espacios de debate y, siguiendo con la línea que se ha dicho, prevén garantizar la alimentación de los y las participantes con producciones que realizan en sus mismos espacios de acción. Ese otro mundo se construye haciendo, y en eso andamos.

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Plenaria y declaratoria final

Declaratoria final del V Congreso Venezolano de Diversidad Biológica Nosotras y nosotros, en lucha por la defensa de la vida, reunidas y reunidos en el V Congreso Venezolano de Diversidad Biológica, en la Universidad Bolivariana de Venezuela de la ciudad de Maracaibo, Estado Zulia, del 21 al 26 de julio, debatimos en torno a la dimensión territorial de esta lucha como continuación de las experiencias del IV Congreso, en el que nos planteamos la tarea de dibujar nuestro ecosocialismo, con su economía y su política, su ética, su tejido social, su cultura y su visión de la tierra y el territorio. En este V Congreso tenemos la oportunidad de profundizar los contenidos de ese dibujo, con las experiencias reunidas en estos cinco días de debates, intercambios de saberes y prácticas socioproductivas, culturales, formativas e informativas. En este contexto, asumiendo la diversidad de actores, actoras y luchas, abordamos las distintas visiones de tierras y territorios, presentes en la heterogeneidad de nuestro tejido social; discutimos los problemas y las amenazas históricas de la apropiación geófaga, latifundista y colonial, y la desterritorialización generada por el modelo de desarrollo capitalista occidental que expropia y destruye los espacios materiales y simbólicos para mercantilizar la tierra. Además, debatimos el papel histórico de las diversas formas de luchas emancipatorias que los pueblos han venido dando por la vida y la madre tierra.

Nuestro ecosocialismo se construye sobre las tierras y los territorios indígenas, campesinos, afrodescendientes, urbanos, costeros y comunales, donde hacen vida los pueblos, donde se construye y donde se defiende la soberanía de los pueblos, de la nación y de Nuestramérica. Conscientes del compromiso que exige el momento histórico que vivimos, y con la firme voluntad de consolidar nuestro ecosocialismo, avanzando en la construcción del Poder Popular, el Poder Comunal y el Estado Comunal, desde las múltiples perspectivas de la diversidad biológica y sociocultural, CONSIDERAMOS: Que durante la colonia y en la república los pueblos originarios y afrodescendientes fueron desplazados y despojados de sus tierras ancestrales, y aún con los grandes esfuerzos de la Revolución Bolivariana todavía arrastramos buena parte de esta deuda histórica. Que el capitalismo, en su hegemonía y su racionalidad mercantilista, en su fase transnacional, necesita la propiedad privada de la tierra y los territorios en sus totalidades para monopolizar la producción de mercancías, impulsar la ampliación de sus mercados y ejercer la dominación, generando con ello el desplazamiento y la pobreza de los pueblos que la habitan. Que históricamente los saqueos, el robo, los despojos, los destierros, desplazamientos y la desterritorialización, como sustentos del paradigma dominante, colonial, patriarcal y neoliberal, con la consecuente distribución demográfica 237


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Plenaria y declaratoria final

desigual, así como la creación y proliferación de latifundios y ciudades super pobladas, han sido una estrategia del poder económico financiero y especulativo transnacional sustentada en la tecnocracia extractivista terrofágica para generar pobreza y vulnerar la independencia y la soberanía de los pueblos. Que la colonización y la explotación de los pueblos y las tierras han conducido al exterminio de los territorios y de los saberes y las cosmogonías locales, y con ello a la reducción, dominación y extinción de la diversidad biológica, social y cultural.

de reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios, garantizando el marco para la construcción de condiciones que permitan el desenvolvimiento pleno de su existencia para el autogobierno y la autodemarcación de sus tierras y territorios. Que nuestras tierras y territorios, y sus elementos constitutivos, forman un componente prioritario en la seguridad y defensa de la diversidad biológica, societaria, cultural y lingüística contra las amenazas de intereses foráneos y sus aliados internos. DECLARAMOS:

Que en Nuestramérica venimos desarrollando luchas y disputas históricas antihegemónicas por la construcción del ecosocialismo, de profundas raíces de vinculación armónica con la Madre Tierra, capaz de trascender las formas también históricas de explotación, colonización y racismo generadas por el capitalismo y el patriarcado.

Que nos solidarizamos con las diversas luchas campesinas, afrodescendientes, originarias, urbanas por el derecho a sus territorios como garantía de la preservación de la vida y contra las prácticas depredadoras del sistema capitalista; y que es tarea de todas y todos continuar un debate nacional y proponer acciones para la defensa de los pueblos.

Que estas luchas por la construcción del ecosocialismo deben enfrentar el reto de debatir y resolver la tensión con el modelo económico productivo imperante, basado en los planes minero extractivistas y de desarrollo territorial, visibilizado en la contradicción entre el tercer y el quinto objetivo histórico del Plan de la Patria, en los que se contraponen el desarrollismo industrial y la defensa de la vida en el planeta.

Que para nosotras y nosotros las tierras y los territorios son los espacios simbólicos, espirituales y materiales donde construimos nuestras identidades, nuestras memorias históricas colectivas, las tramas afectivas, relacionales, políticas y económicas, nuestras creencias y saberes, desde el arraigo y las experiencias concretas y contextuales.

Que la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, así como el resto de las leyes, contiene elementos estructurales

Que reconocemos el territorio, más allá de la tierra y el hábitat — donde las culturas han dejado su huella—, como derecho colectivo fundamental que permite la existencia y continuidad histórica de los pueblos, sus cosmovisiones y sus propios modos de vida. 239


V Congreso Venezolano de Diversidad Biológica

Que reconocemos las tierras y territorios de los pueblos campesinos, originarios, afrodescendientes, costeros, urbanos y sus prácticas asociadas al cuidado y empoderamiento de los procesos vitales como base estructurante de nuestra soberanía alimentaria, cultural y política. Que la sociodiversidad, como diversidad lingüística, cultural, espiritual y corpórea es un factor estructurante del territorio y de la diversidad biológica. El reconocimiento de la interdependencia entre la diversidad biológica y la sociodiversidad nos llevaría a profundizar en las visiones de mundo contrahegemónicas, y a la descolonización de nuestras historias y nuestras identidades. Que el ejercicio de la soberanía territorial y la defensa de la vida en el ecosocialismo debe fundamentarse en una soberanía nacional y en unas relaciones internacionales que no vulneren y se asuman como partes de la diversidad de culturas, saberes, formas de luchas, resistencias e insistencias en el cuidado de la vida; y en una soberanía desde los pueblos que reconoce y no contradice nuestra soberanía nacional. Que el conocimiento y los saberes son territorios comunitarios, bienes comunes, y que son generados desde nuestras prácticas emancipadoras. Pero el conocimiento también es la tierra sobre la que intercambiamos saberes, sobre la que podemos seguir profundizando en la creación de programas de formación libres y liberadores, territorializados y contextualizados, para la acreditación y el reconocimiento comunitario de experiencias y saberes. 240

Que es tarea de todas y todos fortalecer las experiencias comunicacionales que trasciendan lo mediático y lo instituido, y que nos imponen el reto de profundizar la creación de presentaciones, representaciones y autorrepresentaciones simbólicas comunitarias del territorio para la valoración de la diversidad de cosmovisiones de los pueblos. Que el perverso papel del modelo del agro negocio industrial, sus paquetes tecnológicos asociados y la semilla transgénica, es también uno de los responsables de los procesos de desterritorialización, pérdida de culturas, identidades, tecnologías campesinas, indígenas y afrodescendientes, y de la privatización y expoliación de nuestros patrimonios genéticos y ecológicos, y por ende de la vulneración de nuestra independencia y soberanía agrícola, alimentaria, política y sociocultural. Que la comuna, y otras formas de convivencia y agregación comunitaria, son la tierra y el territorio del ecosocialismo, con sus distintos significados mágico-religiosos, sus realidades, carencias, necesidades, complejidades, riquezas, oportunidades y posibilidades específicas, donde se está fortaleciendo un modelo político para el manejo y el cuidado de la vida. La comuna como la máxima expresión de la apropiación y construcción colectiva y solidaria de las tierras —entendidas como los espacios materiales— y de las territorialidades —como la construcción de los sistemas de relaciones económicas, políticas y socio culturales que ocurren en los territorios— donde las estructuras que sustentan el egoísmo tenderán a desaparecer.


Plenaria y declaratoria final

Que el modelo socioproductivo y sociodiverso de la comuna constituye el territorio para la identificación y recuperación de nuestra biodiversidad históricamente desplazada, y de sus saberes asociados, a través del trabajo colectivo y comunitario para el fortalecimiento de una economía ecosocialista, conuquera, autogestionada e interdependiente. Esto comprendido desde la perspectiva del equilibrio entre el modelo industrial socialista y los procesos locales de producción. Que las leyes del Poder Popular son la base fundamental para la consolidación del territorio comunal, en tanto constituyen el marco legal para la construcción de políticas públicas orientadas a la apropiación comunitaria del territorio. Que las formas de aprovechamiento de los elementos de la naturaleza, orientadas hacia la construcción de nuestro ecosocialismo, deben estar en consonancia con el respeto a los derechos de la madre tierra, las culturas que ella alberga y la suprema felicidad, como alternativas al desarrollo capitalista. Que la ética de nuestro ecosocialismo es la del cuidado de la vida: el reconocimiento y la incorporación de la diversidad funcional, cognitiva, neuronal, la diversidad de género, de sexos, sexualidades y formas de organización familiar. El reconocimiento de las abuelas y los abuelos, las y los maestros pueblos, garantes del conocimiento cimarrón y ancestral — medicinal, alimentario y psicosocial — para la gestación, el

nacimiento, el amamantamiento, la crianza y la vida en comunidad, a través de métodos de enseñanza y aprendizaje desarrollados por los mismos pueblos, para evitar las representaciones colonialistas y el desplazamiento de las cosmogonías y los saberes locales. Que en la lucha por la reapropiación de nuestros territorios de vida campesinos, indígenas afrodescendientes, urbanos y costeros estamos siendo perseguidos, perseguidas, sicariados y sicariadas por un poder sobreviviente, contrario a los intereses del pueblo, que se resiste a devolver los espacios expoliados para la producción de capitales. Que la defensa de la vida pasa también por la búsqueda y exigencia de justicia climática, reconociendo que los modos de relación capitalista con la tierra y los territorios son la causa principal del cambio climático y una expresión de la crisis ambiental mundial, generada por los países hegemónicos del norte. Las consecuencias de este fenómeno — como la afectación de ecosistemas, fuentes de agua potable, nivel del mar, estacionalidad, entre otros — impactan principalmente a los pueblos más vulnerables, generando la afectación de sus procesos productivos, desplazamientos, pobreza, pérdida de culturas y de formas de vida. Que es nuestro deber avanzar en contrarrestar la mercantilización de la vida animal que habita nuestras tierras y territorios, amenazada por el sistema capitalista que insiste en su lógica de dominación de la naturaleza. 241


V Congreso Venezolano de Diversidad Biológica

Que se requiere el estudio y la revisión de la extracción y la explotación de la faja petrolífera del Orinoco y de los minerales estratégicos en Amazonas y Bolívar, y se propone la derogación de las concesiones mineras del carbón en la Sierra de Perijá, en el Estado Zulia, en tanto representan una amenaza de las tierras y territorios plenos de diversidad biológica, fuentes de agua y cosmovisiones originarias. En este sentido, nosotras y nosotros nos mantenemos en lucha, resistencia e insistencia por la defensa de nuestras tierras y nuestros territorios como pueblos hermanos indígenas, campesinos, afrodescendientes, urbanos, pescadores, y como partes de una lucha que nos llevará, a través del debate y la construcción de agendas comunes, a defender colectivamente a la madre tierra para la creación de nuevas territorialidades que partan desde nuestras propias identidades colectivas.

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Enlaces Un directorio que nos permite enlazar, compartir y difundir las prรกcticas que se realizan dentro de nuestras comunidades



Foros debate Tierras y territorios para la defensa de la vida Esteban Emilio Mosonyi (eemosonyi@gmail.com) Rector de la Universidad Indígena. José Fuenmayor (nicanor_cifuentes@yahoo.com) Colectivo Maikiraalasalii, “los que no se venden” Argelia Bravo (Facebook: Argelia Bravo) Artista Brava - Asociación TransVenus de Venezuela Juan Ramón y Juan José Escalona “los morochos” (juanramonescalona58@gmail.com) Honorio Román (honoriodam@gmail.com) Representantes campesinos Sanare

Luchas contrahegemónicas por el territorio Zaydy Fernández (Facebook: Zaidy Fernández Soto) LUZ VE

La disputa por el territorio para la soberanía alimentaria agronegocio transnacional vs. agricultura de los pueblos Gabriel Gil (Facebook: Venezuela LIBRE De Transgénicos http://venezuelalibredetransgenicos.blogspot.com/ ) Campaña Venezuela Libre de Transgénicos

Modelo de desarrollo y expropiación del territorio

Empresa de Propiedad Social Directa Comunal Consuelo Fernández de la Misión Madres del Barrio (Facebook: Misión Madres Del Barrio Zamora Aragua) Ministerio Del Poder Popular Para La Mujer

Carlos Azpúrua (carlosazpurua@yahoo.com) Cineasta

Bruno Sgarzini (brunosgarzini@hotmail.com) Fundación Patagonia Tercer Milenio

José Elí Rincón (jerincon04@gmail.com) Profesor LUZ VE Gustavo Vásquez Gaviria (vasboter@gmail.com)

Tairi Zanbenedetti (tairifelipe@gmail.com) Vocero en Venezuela del Movimiento Pequeños y Medianos Agricultores del Brasil 245


Conversatorio La vitrina de lo posible Walterio Lanz (walterlanz@gmail.com) Maestro de la Escuela Popular de Piscicultura. Agricultura y soberanía Xiomara Guanipa (medinaxio3@gmail.com) Osvaldo Peñaloza, (osvaldopenaloza9@gmail.com) Cumbe ubevista, UBV Zulia. Joselyn Karina Sarmiento, y Victoria Echeverría (joselynariza@gmail.com / joselynariza@hotmail.com) Escuela de Agroecología de la UBV Caracas.

Aprovechamiento sustentable de la diversidad biológica Arianna Guerrero (arianna_guerrero@hotmail.com) Estudiante de Salud Pública por la UBV-Zulia. Proyecto Cumbe UBV Zulia. Nerys Pineda (pinedanerys@gmail.com) Sistema de Trueke Urachiche, del Estado Yaracuy Mey Ling Rivero Hung (meyrivero0310@yahoo.com) Sistema de Trueke Urachiche, del Estado Yaracuy Cultura alimentaria impuesta por la globalización

Carlos Méndez (activistas_en_socialismo@hotmail.com) Rubén Machado (rubenlucionario@gmail.com) Colectivo Agropolítico Abya Yala, UBV Caracas.

Rosa Ortiz (rortiz74@cantv.net) Colectivo Agua de Mar, Mercado Ecológico Maracaibo.

Adrián Flores (insurgentecombativo@gmail.com)

Isabel Escalona (isabelescal@gmail.com) Escuela Venezolana de Alimentación y Nutrición: Programa de Panadería Soberana.

Daniel Montiel (oliwamontiel@gmail.com) Jehisson Berrios (jehissonmolina_93@hotmail.com)

Carlosrojas (carlosrojas50@gmail.com) Instituto Nacional de Nutrición, Escuela Venezolana de Alimentación y Nutrición

Gabriel Paredes Castillo, (gabriel_16@hotmail.com) Instituto Universitario Latinoamericano de Agroecología (IALA)

Sondra Ríos (mercadoecologicomaracaibo@gmail.com) Colectivo Hierba buena Mercado Ecológico Maracaibo

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Divulgación del conocimiento sobre diversidad biológica

Mildred Urdaneta (mildred.labella@hotmail.com) Psicóloga y consejera de lactancia

Profesores y profesoras botánicos de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador (Facebook: Universidad Pedagógica Experimental Libertador)

María Elena Ramírez (mramirezh33@gmail.com) Miembro de la Alianza Sexo-Género Diversa Revolucionaria (ASGDRE)

Movimiento Ecosocialista por Venezuela (movecos_venezuela@hotmail.com)

Gestión para la conservación

Educación, identidad y territorios Henry Baloy Porras (henbapo@hotmail.com) Universidad Politécnica Territorial Kléber Ramírez Oswaldo Garrido (revecaindira@gmail.com) Sociólogo Docente UBV Zulia, Cumbe. Ética ecosocialista Pilar Coromoto Maestri (pilar.m.bayona@gmail.com) Geraldine Lorena Zambrano (gerimorada@gmail.com) Enfermera obstetra José Luis Omaña (joseomanag@gmail.com) Camada

Luis Manuel Negrón S. (Facebook: UBV Caracas) Colectivo agro-político Abya Yala UBV Caracas Joselyn Karina Sarmiento (joselynariza@gmail.com) Colectivo Autana Tepuy UBV-Caracas Rafael Peñaloza (rafaelp77@hotmail.com) Azul Ambientalistas. Maracaibo, Zulia María Andrades (parquedemanglares@azulambientalistas.org) Parque ecoturístico “Tierra de Sueños”, comunidad Capitán Chico Yohan González (yohanemmanuel@gmail.com) Parque Ecoturístico Brisas del Rocío. Marta Guánchez, (http://tatuy.net/web/caura/) Parque Nacional Indígena El Caura. 247


José Zabala jzabalaubv@yahoo.es Grupo de Cartografía PEI Rogmy Armas rracax@gmail.com Ejército Comunicacional de Liberación, Escuela Nacional de Gráfica Popular (ENGRAPO) José Javier León (joseleon1971@gmail.com) UBV-Zulia

Modelo de desarrollo y colonialismo, Las alternativas post civilizatorias y la territorialidad Tariana Salazar (tarianalibre@gmail.com) Raúl Da Costa (rauldacosta24@gmail.com) Instituto Venezolano de Investigaciones Científicas (IVIC) Adriana Soler adrianasoler78@gmail.com Coordinadora del programa de Gestión Ambiental Caracas

Saberes, ciencias y tecnologías I y II Neguyén Eduardo Ruíz Guipe (nguyenruiz@gmail.com) Darío Silva, Bladimiro Silva Méndez (bladimiro@ula.ve) Instituto de Ciencias Ambientales y Ecológicas de la ULA Gregorio Torres /Liccia Romero (romero@ula.ve) Cooperativa Vertientes de Agua Viva, Mérida José Luis Loaiza Tibaquira (loaizajoseluis@gmail.com) Colectivo agroecológico La Minga, Parque Metropolitano Albarregas, Estado Mérida Sonsiré López (msonsi@gmail.com) (ambos pertenecientes al IVIC) Ever Peña (supereder@gmail.com)

Miriam Calabria (calabriamiriam@gmail.com) Red Ecologista por la Vida

Un salto adelante para el proceso bolivariano revolucionario: la construcción del poder popular

Ana María Otero “Guari” (guaricha@gmail.com) fotógrafa

Francisco Visconti Osorio (chagua_011@hotmail.com) General retirado de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana

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Encuentros Experiencias comunitarias asociadas al proyecto “Conservación de suelos y aguas orientada a las escuelas rurales” Escuela Básica Pantanos Parroquia Burbusay, municipio Boconó, Trujillo Escuela La Poderosa, Sector San José de Tavani, Mérida

Nelson Asiboroco (nelsonasiboroco1970@gmail.com) Comuna Boxi, compilador de medicina tradicional Barí Yoleida Martínez (yoleidamartinez@gmail.com) Docente Yukpa, comunidad Misión Los Ángeles del Tokuko Rebeca Suárez (rebecasuarez765@yahoo.com.ve) Medicina tradicional Yukpa, Tokuko

Escuela Primaria El Horcón, Municipio Bolívar, Falcón

Olivia Maikish (oliviamaikishi@yahoo.com) Comunidad Yukpa del Tokuko

Unidad Educativa Nacional Coromoto, Municipio Sucre, Portuguesa

Esteban Emilio Mosonyi (eemosonyi@gmail.com) Rector de la Universidad Indígena de Venezuela

Identidad y multiculturalidad en la región de Perijá del Estado Zulia en Venezuela I y II

Avances en la implementación de la Estrategia Nacional para la Conservación de la Diversidad Biológica 2010-2020 y su Plan de Acción Nacional

Luis Vayanki (luisvayanki@gmail.com) Saturnino Kasikobagcha (skasikobagchasa@yahoo.com.ve) Homero Atrayega (homoatr@yahoo.es) Adrián Akadaya Oshó (aakadaya@yahoo.com.ve) Pueblo Barí Achirogdoda (achirogdodatibi@hotmail.com) Docente Barí

Violeta Gómez (violetakumba@gmail.com) Alexis Rengifo (arengifo@minamb.gob.ve) Silvia Llamozas (sllamozas@gmail.com) Irene Montaño (irene.astros@gmail.com) 249


Talleres

Arte y parte

Cocina soberana

Adriana Herrera / Virgilio Alvarez (tallerartefacto@gmail.com Facebook: Taller Artefacto) Coordinación Arte y Parte

Javier Nouel (María Marrero mariaevan2010@gmail.com) Escuela Venezolana de Alimentación y Nutrición (EVAN) Ginecología natural Geraldine Lorena Zambrano (gerimorada@gmail.com) enfermera obstetra Producción audiovisual comunitaria para la difusión, de la diversidad biológica María Virginia Méndez (marivienred@gmail.com) Colectivo Cobijo Promotores y promotoras ambientales comunitarios (I) y (II) Ibeth Parra (ibethcaribaypt@hotmail.com) Profesora de la Universidad Simón Rodríguez / Instituto Pedagógico de Caracas. El mural como herramienta de comunicación Marco Pérez (yumare9@gmail.com) Colectivo Comando Creativo 250

Fabián Zaraza (fabianandresovich@hotmail.com Facebook: FaBián AnDrés Zaraza Z) Cuenta cuentos Juan Manaure Pérez Paredes (2tren5@gmail.com Facebook: Manaure Audiovisual) Fotografía y audiovisuales Luís Miguel Leyba (craspunk85@hotmail.com) Richard Leon Leonice (dibujistico@gmail.com) Facebook: Colectivo Me – Art ­- Tu – Arte, Muralistas Gabriel Ferrer (hermanosriflito@hotmail.com) Facebook Circo Hermanos Riflito Artes circences


Video debate Nicanor A. Cifuentes Gil (nicanor_cifuentes@yahoo.com) Universidad Bolivariana de Venezuela

Espacio para la crianza corresponsable JosĂŠ Luis OmaĂąa (joseomanag@gmail.com) Colectivo Camada

Carteles Tarantines Actividades Culturales Plenaria de cierre y declaratoria final del congreso congresodiversidadbiologica.com.ve congresodiversidadbiologica@gmail.com

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Memorias Cronistas Maroa Tarazona, Lola, Daniel Herrera, Sandini Márquez, Eduardo Febres, Jabier Bastardo, Ernesto Cardal, Juan Sebastian Ibarra y José Luís Omaña Fotografía Alejandra Tejido Director general de la oficina nacional de diversidad biológica Javier Valera Leal Edición y corrección Alejandra Tejido, Joussette Rivodó y José Luís Omaña Editorial Agujero Negro Diseño gráfico Taller Artefacto concepto a partir del mural realiuzado en la UVB Zulia por Richar León L / Luis M. Leiva (colectivo Me-Art-tu-Arte) ISBN: Tiraje: Papel: Fecha de Impresion: 252


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