Revista Resaca Climática

¿DE QUÉ DEBEMOS PREOCUPARNOS

para evitar la “resaca climática” de los cerezos?

Por: Héctor García O., Co-Fundador y Gerente Gral.

Laboratorios Diagnofruit Ltda, Miembro SOCHIFIT hgarcia@diagnofruit.cl

Invierno cálido y lluvioso, primavera inestable y un verano muy caliente

¿De qué debemos preocuparnos

para evitar la “resaca climática” de los cerezos?

Por: Héctor García O., Co-Fundador y Gerente Gral.

Laboratorios Diagnofruit Ltda, Miembro SOCHIFIT hgarcia@diagnofruit.cl

Hace unos meses, escribíamos, debatíamos y discutíamos en presentaciones acerca de la prevención de ciertos aspectos negativos que podrían desarrollarse según los modelos climáticos proyectados para esta temporada. Hoy, después de que muchas de las predicciones se hicieran realidad, nos enfrentamos al último escenario, que podría ser tan desfavorable como los anteriores: olas de calor extremas. Si no tomamos las precauciones necesarias, la acumulación de la resaca climática en nuestros cerezos podría representar una amenaza para la sostenibilidad de nuestros huertos.

Figura 1. Escenarios proyectados en invierno para la temporada 2023-24 de cerezas

La figura 1 nos presenta los escenarios que proyectábamos en invierno, según los diversos modelos climáticos disponibles. La pregunta de hoy es: ¿Se han cumplido los presagios? La respuesta es categórica: ABSOLUTAMENTE.

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Algo que la figura no consideró y que se suma como una sombra compleja para la producción de este año es que el otoño e invierno carecieron de carácter. Aunque eventos marcados de precipitaciones fueron la tónica, las temperaturas, en general, fueron benignas; hubo poco frío. Esto redundó en que las plantas 'durmieron tarde y con pesadillas'. Luego se suma que el despertar ha sido como salir de una resaca, con una primavera muy inestable y una actividad de raíces comprometida. Las plantas agotaron todas sus reservas durante un periodo de alto estrés, que es la brotación/floración, y luego no pudieron arrancar con toda la energía que requiere una producción de varias toneladas.

En general, seguimos al pie de la letra las indicaciones para la primavera temprana. Se implementaron potentes programas de control de bacterias y hongos, lo cual resultó en eventos puntuales de tizón y ataques de cáncer bacterial. A pesar de las lluvias continuas, el segundo escenario se cumplió, y las variedades tempranas sufrieron los embates de las partiduras y pudriciones.

La partida en falso de este año ha sometido al sistema a estrés. La sincronía a la que estábamos acostumbrados con primaveras cálidas no ha estado presente, lo que ha resultado en varios estadios fenológicos foliares y frutales en una misma planta. Aún experimentamos mucha variabilidad de madurez, a pesar de que se avecina un periodo de aceleración.

En cuanto a los virus en Chile, en general, están presentes en la mayoría de nuestros cerezos y no provocan sintomatología, a menos que se den dos factores: multi-infección y/o plantas en situación de estrés. Este año, la proliferación de sintomatología foliar y la detección de multi-infección nos dan otra prueba más del estatus negativo de nuestros cerezos."

Otro aspecto que evidencia el desequilibrio por el cual están atravesando nuestros cerezos es que, de forma transversal, hemos observado menores firmezas de fruto y, al mismo tiempo, relaciones Nitrógeno/Calcio altas, esencialmente debido a la escasez de Calcio en la pulpa. Definitivamente, las plantas no han trabajado bien este año; el estrés biótico y abiótico al que han sido sometidas está mostrando efectos directos sobre la calidad.

Entonces, las plantas no han podido interpretar bien el ambiente, y esto es clave en una especie como la cereza que posee ciclos muy cortos. Si el clima no es claro, nuestras plantas se pierden y sus procesos fenológicos se traslapan más de lo adecuado para una producción a los niveles que esperamos.

Recordemos que estamos exigiendo al máximo al vegetal.

Los humanos poseemos periodos de ocio, generalmente asociados al verano (aunque no es el caso de los agrónomos), donde intentamos dejar atrás el estrés del año, o al menos lo intentamos. Los cerezos, en cambio, inician con la 'resaca climática', pero a pesar de eso, les exigimos hasta la cosecha y debemos admitir que no los tratamos precisamente bien. Lo ideal sería que se tomaran vacaciones, pero, por el contrario, se avecina una época aún más desafiante, con olas de calor proyectadas que generarán que las plantas luchen constantemente contra un ambiente adverso, en un momento crucial para el desarrollo de la producción del próximo año.

Al mismo tiempo, y más allá del compromiso con la producción, aunque existen muchos mecanismos para la protección de plantas contra el estrés biótico y abiótico, un sistema que funciona mal es la puerta de entrada para patógenos, como los que causan pudriciones de madera. La radiación extrema provoca heridas en la corteza, y el cerezo se enfrenta a una especie de maratón. ¿Podrá generar una buena respuesta de defensa? Claramente, la respuesta es no.

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Así pues, ¿de qué debemos preocuparnos en los próximos meses? En primer lugar, debemos adoptar la perspectiva de las plantas, ponerse en sus 'zapatos' o, mejor dicho, en su suelo. Definir lo que necesitan para mantenerse lo más cercano posible al equilibrio. El riego, probablemente, sea la primera pata de la mesa y la más importante. Sin embargo, la bioestimulación, las estrategias antiestrés, los programas fitosanitarios basados en biocontroladores, elicitores y, finalmente, biocidas de síntesis química deben ser cuidadosamente programados de acuerdo con la realidad de cada huerto en etapas críticas.

En conclusión, los cerezos enfrentan una importante resaca climática, y la idea es no profundizarla.

Aunque resetear el sistema, partir de cero, es muy difícil, debemos procurar la recuperación de nuestras plantas. Han abundado y seguirán apareciendo estímulos negativos; por lo tanto, todos nuestros manejos deben apuntar a equilibrar sistemas, donde el estatus hídrico, la fertilización balanceada y la bioestimulación deben tener un lugar asegurado en nuestra estrategia durante todo el periodo previo a una nueva entrada en dormancia.

¿Cómo enfrentar óptimamente las olas de calor y el déficit hídrico?

la respuesta al desafío del uso eficiente del agua El agua es un insumo crítico para la producción agrícola y, en consecuencia, desempeña un papel importante en la seguridad alimentaria. Es un recurso clave para combatir la resaca climática. Entendemos el agua como un recurso indispensable presente en todos los procesos de la planta. Se trata del solvente universal: cualquier sustancia mineral u orgánica, vía raíz o foliar, debe estar disuelta en agua para poder ser absorbida. Todas las reacciones celulares que tienen lugar en el citosol, como la fotosíntesis, la respiración y la síntesis de nuevas sustancias, se producen en un medio acuoso. La división celular requiere más agua, y la deshidratación de la planta impide la bioquímica general y, por ende, todos los procesos mencionados. Además, el agua actúa como termorregulador mediante la transpiración, un proceso clave en estas épocas de altas temperaturas.

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Actualmente, estamos frente a una situación mundial de escasez hídrica, por lo cual se hace imprescindible contar con herramientas que permitan contribuir al buen uso del agua en la agricultura. TALETE, nueva solución desarrollada por Syngenta Biologicals, fomenta la producción sostenible a través de la gestión de este vital elemento, tanto en condiciones de adecuada disponibilidad de agua, como de escasez permanente o temporal.

Compuesto por biomoléculas de origen vegetal desarrolladas según nuestra tecnología patentada GeaPower, TALETE actúa directamente sobre la fisiología de la planta, ayudando a los cultivos a aumentar su productividad hídrica tanto en condiciones de abundancia como de escasez de agua, ya sea permanente o temporal. ¿Cuál es el mecanismo de acción de TALETE? Esta innovadora solución cuenta con dos mecanismos principales: 1.

Mejora de la retención y adsorción de agua: Este proceso se logra mediante la induc ción de genes sensibles al agua, como dehidrinas y acuaporinas, las cuales detectan la concen tración hídrica en las células, activando la "respuesta temprana a la deshidratación" (ERD).

2.

Optimización del uso del agua: TALETE optimiza el uso del agua activando genes rela cionados con la fotosíntesis; mejora la conductancia estomática e induce Geranilgeranil difosfato (GGPP), sustrato de gran importancia al poder convertirse en compuestos de desarrollo. Todo esto ayuda a un mejor uso metabólico del agua, incrementando la biomasa digital y el índice verde de la planta.

Como consecuencia de estos procesos, se ha observado, en promedio, un incremento del 9% en el rendimiento tanto en frutales como en hortalizas, en comparación con los tratamientos de control, según más de 480 ensayos realizados a nivel mundial.

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EL VALOR DE CADA GOTA

BIOESTIMULANTE QUE AUMENTA LA EFICIENCIA EN EL USO DEL AGUA EN PERIODO DE MÁXIMA DEMANA HÍDRICA DOSIS: 2 Aplicaciones de 10L/ha o 4 de 5L/ha

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