PostNeoCubismo de Belin

POSTNEOCUBISMO

Artista: @belin.es Curator:@susanaart 1

POSTNEOCUBISMO El Cubismo fue una de las primeras Vanguardias de la primera década del s. XX, cuyo antecedente fue el Fauvismo de Matisse basado en la exaltación del color. El sistema de representación tradicional se cuestiona y se supera introduciendo nuevos lenguajes formales que rompen con el Academicismo preestablecido por antonomasia.

Los principales componentes del Cubismo fueron Pablo Picasso, Georges Braque, Ferdinand Léger, Juan Gris y el crítico y poeta Guillaume Apollinaire, que escribió Les peintres cubistes.

El PostNeoCubismo de Belin bebe de este primer Cubismo del 1900, y en este sentido, el artista rompe con la perspectiva monofocal, a favor de la plurifocal; igual que el Cubismo tradicional hizo en su día. La intención del maestro no es representar la realidad desde un único punto de vista, sino desde múltiples puntos que amplían el horizonte al espectador que observa la obra. Miguel Ángel Belinchón comenzó su andadura por el Cubismo en 2016 en Málaga cuando realizó un mural para el bar Pimpi; pensando en qué podría pintar al enfrentarse al muro, le pidió consejo a su mujer, su fuente de inspiración, ya que no dudó al decirle que por qué no pintaba algo cubista al estilo Belin, ya que estaban en la ciudad natal de Picasso, artista admirado por Belin, quien desde ese momento dejándose llevar por su instinto natural, emprendió su camino bajo el influjo picassiano. Fue entonces cuando Belin se dispuso a pintar a su hija al estilo Cubista con un toque personal, introduciendo el realismo y el arte del graffiti, cuyas raíces siempre afloran en los lienzos del andaluz; y así nació el PostNeoCubismo de Belin.

Mujer fuerte Óleo-lienzo

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Miguel Ángel Belinchón, natural de Linares, Jaén, es un artista cercano y puro; su arte es pura figuración, ha revolucionado el arte de la pintura y el género del retrato, y ello, mediante la búsqueda constante de la experimentación formal. Ha sido capaz de aunar Academicismo con Contemporaneidad, Realismo con Cubismo, supremacía de la línea con el protagonismo del color, planitud y tridimensionalidad, y todo ello, jugando continuamente con la experimentación y la imaginación para que dos dicotomías que aparentemente parecen antagónicas bailen al mismo son. Así, Belin consigue que dos realidades opuestas se unan como dos vasos comunicantes, para crear una realidad otra, para mostrarnos las múltiples posibilidades que ofrece el retrato, que, para León Battista Alberti en su Tratado de Pintura, el retrato hace presente a los ausentes, es decir, el género del retrato sirve para recordar a los que ya no están o los que están lejos, al contemplar el retrato de alguien podemos recordar como es, tanto física como psicológicamente. Pues bien, los retratos de Belin, dan cuenta de cómo ve Belin al retratado, son más que un retrato psicológico de la persona, son fruto de la visión personal del artista, y del estado de ánimo que le provoque en ese momento concreto el hecho de pensar en el retratado.

De modo que, la sensibilidad y la subjetividad interior del artista se materializan en forma de lienzo tocado por las múltiples pinceladas, cargadas de tal fuerza interior que hay tantas pinceladas como sentimientos encontrados en el subconsciente de Belin. Y fruto de ello nace el retrato PostNeoCubista en detrimento del retrato Realista.

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LA PERSPECTIVA MÚLTIPLE Y EL HIPERREALISMO AL MISMO SON

El uso de la perspectiva múltiple consiste en la representación de distintos puntos de vista del retratado en un mismo plano pictórico. Es decir, Belin ha ejecutado su autorretrato de una forma innovadora haciendo uso de múltiples puntos de vista, mediante la representación frontal y de perfil, con sus múltiples posibilidades, yuxtaponiendo planos de color y de representación figurativa.

Autorretrato Óleo, acrílico- lienzo

El Hiperrealismo fue un estilo artístico de los 60 y 70 que buscaba una visión fotográfica de la pintura. Se basaba en la representación de la realidad, de forma que los pigmentos quedaban desplazados a un segundo plano para que las pinceladas fuesen desapercibidas.

Belin le da la vuelta y hace que las múltiples pinceladas finas sean las protagonistas junto con los planos de color asimétricos.

La Bella Óleo-lienzo

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Las formas geométricas puras como el círculo, el triángulo y el rectángulo son las protagonistas. Igualmente, sirven para hacer emerger la figura de una mujer desde múltiples perspectivas, destacando la perspectiva de soto in su. El centro de la composición está dominado por el pecho que emerge de la paleta del pintor en el plano bajo. Y el plano alto está dominado por un rostro en cuya descomposición figurativa sobresalen los ojos y la nariz de frente, que contrastan con el perfil de la boca y la oreja, así como con la yuxtaposición de planos de color encontrados desde distintos ángulos.

Geometría bailando en un lienzo Óleo, acrílico-lienzo

●Yo quiero reproducir las cosas por lo que son y no por lo que significan. ●Algunos llaman surrealista a una época de mi obra. Yo no soy surrealista. Nunca he estado fuera de la realidad. ●Fragmento de una entrevista con Jerome Seckler, “Picasso Explains” New Masses, New York, LIV,11 (13 marzo 1945), pp. 4-7.

Picasso no era abstracto, ni surrealista, ni simbolista; Belin tampoco.

Mi buena amiga Óleo, acrílico, aerosol-lienzo

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