Premio Nacional de Vida y Obra, 2012
El 9 de septiembre de 1959, día de su matrimonio, le entregó a Maruja un poema titulado “El poeta habla de su amor”, que dice así: Para llegar a esta mano tuve que andar espacio y tierra; la lluvia, la sombra y el sueño para llegar a esta estrella. De los dolores más antiguos ya nada en el alma me queda. San Sebastián de manos puras entre una nube de saetas, se me cayeron las heridas y se volaron las cadenas. Ahora canto sobre el mundo, Adán en el hombro de Eva. Ahora canto y en la boca me nacen palabras eternas. Ahora la vida es más limpia y todas las cosas son buenas. Ahora sé cómo se urden los nidos en sombra y en yerba. Ahora soy ese jazmín y puedo ser esa cereza. Ahora me puedo morir como si nunca me muriera. Ahora voy entre los árboles y por la orilla de violeta de la noche. Soy compañero de una divina compañera. Ahora van los pies desnudos de la que amo por mi senda. Venadillo azul es el agua que se levanta para verla.
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