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culturas

N° 03 Suplemento de

artes y letras

TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 21 de noviembre de 2004

artista 5 Elpresenta en Milán su obra más reciente, una evocación de la infancia y los restos del naufragio

3 TERROR AMARILLO

4 LARRONDO

La obra de los cineastas asiáticos ha renovado las claves del que parecía agotado género de terror.

El pintor expone en Rosario, Argentina, una amplia retrospectiva de su obra, que aúna juego y crítica


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os pintores afincados en Salamanca exponen esta semana su obra en marcos int e r n acionales. Alfredo Omaña presenta sus últimas creaciones en la galería Movimento, de Milán, y José María Larrondo cuelga una retrospectivaen el Museo Castagnino, en Rosario, Argentina. Omaña, tras un parón en su actividad creativa, vuelve a mostrar temas y formas re c u r rentes en su obra: zapatos enva s ados al vac í o, sillas y pinturas con un fuerte componente matérico son la base de esta

exposición, titulada genéricamente ‘Materia Nómada’. En estas piezas juega con el poder metafórico de los objetos y evoca la imaginación de la infancia. Larrondo propone un juego con el espectador, activa su inteligencia, a la vez que se ciñe a un compromiso de crítica a la realidad. Su exposición, auspiciada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, podrá ve rse todavía en otras ciudades hispanoamericanas antes de regresar a España. Presentamos también esta semana el Seminario Dis-

Recortes 1

MÁS APUNTES SOBRE LA CIUDAD Si hace una semana se hablaba aquí de la ciudad como ente que deriva hacia su vertiente mercantil en perjuicio de su parte ‘política’ y del efecto ‘Ciudad parque temático’, resulta ilustrador el congreso Citymarketing ‘04 que hasta hace dos días se ha celebrado en Elche. Sus fundamentos principales: «¿Cómo se venden las ciudades? ¿Por qué nos atrae más una ciudad que otra? ¿Como se promociona de cara al exterior una ciudad? Turismo de congresos, turismo histórico, ferias, actividades culturales, centros comerciales y de ocio. ¿Que elementos hacen que una ciudad sea diferente a otra?», copiado de su página (http://www.citymarketing.biz). En definitiva, la ciudad como producto orientado al mercado externo. En ‘El Cultural’ de la semana pasada, varios arquitectos ofrecían su opinión sobre la ciudad contemporánea a raíz del ciclo de debates ‘La ciudad inquieta’, organizado por la Fundación Santander Central Hispano. Del salmantino Antonio Fernández-Alba: «Sigue siendo la ‘política de la ciudad’ quien ha de reconquistar su protagonismo y ejercer la racionalidad de sus postulados: ‘gobernar todo aquello que afecta, beneficia o daña a la polis’. Pero en nuestras ciudades venimos soportando unos lugares de pesadumbre ambiental, en ausencia de una arquitectura mediadora frente a los proceso inmobiliarios que ofrece la mercantilización del espacio habitable. La ciudad de hoy es protagonista de las redundantes arquitecturas ‘del intérprete’, sin moral ni belleza». Los componentes del Estudio Cano Lasso sentencian: «El nivel de la arquitectura española es excelente; sin embargo, el resultado de nuestras ciudades es decepcionante».

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BEBE, QUE NO ES POCO Quizá dentro de muchos años, la zona nueva de la ciudad que ha crecido alrededor del Campus Miguel de Unamuno tenga una personalidad como barrio. O quizá ahora no se construya así y la parte común de convivencia que cualquier UVA (Unidad Vecinal de Absorción) tenía en el pasado,

curso, Legitimación y Memoria, una serie de encuentros orga n i z ados por profe s o resy doctorandos del Departamento de Literat u ra Española e Hispanoamericana de la Un i ve rs idad que será en esta segunda edición una plataforma abierta para crear pensamiento. Un repaso al emergente cine de terror asiático y a la trayectoria del fallecido Daniel Gil, diseñ ador de la mítica serie de portadas de libro s de Alianza de Bolsillo, completan este nuevo número .

Antonio Marcos incluyendo los descampados, ahora se obvia y se sustituye por el centro comercial más próximo. Ahora mismo, su aislamiento propicia que se celebre en sus inmediaciones el curioso ritual de el ‘botellón’ de las fiestas universitarias, que es algo así como el Lunes de Aguas sin merienda. La imagen de cientos de jóvenes con bata y barro hasta las rodillas custodiados por un dispositivo policial de varios coches patrulla recuerda otra de la película Amanece, que no es poco, de José Luis Cuerda, que todo el mundo define como ‘surrealista’: Un número de la Guardia Civil acompañaba al bar todas las mañanas al borracho oficial del pueblo para que bebiera hasta conseguir su obligado estado de embriaguez. Lo de aquí parece más cómico, si no fuera porque evidencia un problema ciudadano aún por resolver que de momento se mete debajo de la alfombra de los arrabales: Salamanca se vende por su ‘fiesta’ pero no sabe qué hacer con la resaca. ¿Hablarán en los congresos de márketing urbano de estas menudencias?

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BLANCO, DE ALEJANDRO LUCAS Dejando lo social a un lado, el próximo sábado puede verse en la Biblioteca Torrente Ballester, Blanco, el último montaje de ALTO Teatro, la compañía personal de Alejandro Lucas. Personal por varios motivos: Lucas construye él mismo los impresionantes títeres a los que él da vida en el escenario para proponer una reflexión personal de la vida. Este método de trabajo, la no narratividad de sus montajes y la recreación de un universo propio le sitúan en la esfera de los artístas plásticos que han elegido los medios del teatro para expresarse, colocando al espectador frente a potentes imágenes y reclamándole una actitud activa para completar una obra que plantea preguntas en vez de ofrecer consignas. La obra de Alejandro Lucas gira en torno al dolor, los límites de lo correcto, el paso del tiempo... temas que ya estaban en su anterior trabajo, Silencio, y que se imponen por la extraña belleza de sus títeres, la complicidad que consigue con ellos al manejarlos y la fe del autor en una propuesta arriesgada y honesta.

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Blanco, el último montaje de ALTO Teatro, el sábado en la Torrente Ballester. ‘Botellón’ controlado. Antonio


CINE

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Fotograma y cartel de ‘Dos hermanas’. Dirigida por Kim Ji-Wun es el último estreno de cine de terror asiático

La moda del ‘terror amarillo’ El cine fantástico oriental está de moda. O si no es así, por lo menos, va saliendo de los reductos minoritarios a un terreno de la exhibición que cada vez apuesta más por las producciones asiáticas. ❯ Miguel Á. Refoyo

l terror formulista al que estábamos acostumbrados está mutando a un núcleo de revolución estética y argumental, de cambio, en múltiples aspectos. Ya sea por un concepto del cine para subyugar su lenguaje a una tensión evolutiva de portentosa índole o bien por un arte que indaga en el arcaísmo para mitigar cualquier efecto de las nuevas tendencias audiovisuales. Sea como fuere no hay duda de que el cine más trasgresor e innovador producido en extremo oriente se ha convertido en una tendencia de culto que actualmente sirve para abastecer de ideas y realizadores a la industria americana. Asia es para Ho l l y wood, una inagotable fuente de inspiración y renovación de los géneros cinematográficos. Sólo así podemos apreciar que el ‘nuevo cine de terro r americano’ venga dado por el ‘remake’, por el calco reinterpretado

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para el público americano. Esta nueva ola del cine fantásticoasiático comenzó a ser conocida como tal a finales de 1990. Y para ello tuvo mucho que ver la cre ación del Fe s t i val fantástico de Puchon en 1997. Uno de los principales causantes de este fenómeno fue el éxito de Koji Suzuki, Ringu, adaptado del éxito del japonés Hideo Nakata, a la que después se le sumo el éxito Kim Dong-bin, ad a p t ación de la primera versión en donde la transmisión de un virus a través de una cinta de video provocaba siete días después la muerte de todo aquel que lo veía. Una primera cinta en abrir esta nueva puerta a la actualización y occidentalización de un espacio angustioso, lleno de mat ices y nada acomodaticio. Go re Verbinski fue el encargado de otorgar una excusa para el ‘remake’ de las g randes maj o rs, ávidas de suculentas taquillas. La maldición, de Ta kashi Shimizu, otro éxito sin p re cedentes y causa de éxitosas secuelas, ha seguido su camino en esta refo r m u l ación yanqui de los conceptos asiáticos. Pero no queda sólo ahí esta tendencia, en escarbar y extraer lo comercial del llamado ‘terror amarillo’, ya que el panorama del cine oriental es tan amplio como complejo. Desde una p e rs p e c t i va occidental, las cinem at o g rafías asiáticas pare ce n compartir rasgos comunes, aunque en realidad sus diferencias son sustanciales. La aparición de esta nueva directriz, una moda que apunta a una clara perennidad, tiene sus cimientos en el creciente interés que despiertan en Occidente los

rasgos genéricos del cine fa n t á stico oriental. Así, la tradición japonesa se mezcla con la modernid ad visual, sin perder nunca los estilemas clásicos, mezclando mitología fantástica (como el ‘kwa idan’, la narrativa fabulesca de fantasmas) y clasicismo, elementos

que domina uno de los mejores dire c t o res de esta generación: Hideo Na kata, un director sobrio, capaz de conjugar el dramatismo s u b t extual de sus historias con el más puro efectismo terrorífico dibujado en la sobriedad, haciendo gala de una portentosa capacidad

de dire cción ejemplificada en la estupenda Dark Water. Un logro igualmente obtenido por esa desconocida obra mae s t ra que es Kaïro (P u l s e), de Kiyoshi Huro s awa. El cine de terror asiático, extendido no sólo a China y Japón, si no con joyas venidas de Core a del Sur, Ho n g-Kong y Tailandia, tiene su ace rcamiento al merc ado europeo en la conocida The Eye, de los hermanos Pa n g, un éxito que es la cabeza de títulos que no han tenido la oportunidad de ve rse en nuestro país; N a n g Nak, Bangkok Haunted o Wis hing Stairs, cintas modélicas de un terror que, traspasando fro nteras, hablan de la angustia en sus diversas formas, más allá de la delimitación geográfica. Como variante al terror en estado puro, a la búsqueda de estilos poliformes y personales en los que la universalización de los temas e intencionalidad se destapan como el gran logro de una cinematografía minoritaria, se encuentra lo que se ha dado en llamar el ‘Extreme’, esa va r i ación que abandera el prolífico Takashi Mike (Audi t i o n, Ichi Killer y las dos partes de Dead or Alive) que invocan otro estilo en la proposición del terror, d ado en la explicitud de sus imágenes, en el sentido gráfico de lo truculento y desag rad a b l e, en la terrible re a l i d adde impensables actos inyectados directamente al ojo del espectador. Películas como Phone, de Ahn Byeong-Gi, Three, dirigida por Kim Ji-Wun (Corea), Peter Chan (Hong Kong) y Nonzee Nimibutr (Tailandia), M e m e n t o Mori, de Kim Tae-Yong y Min GyuDong, Sorum, de Yun Jong-Chan, Bangkok Haunted,de Oxide Pang y Pisuth Praesaengaim y la terrorífica Tales of the unusual , son ejemplos de esta nueva (en re a l idad clásica) moda del cine asiático de terror y fantástico. Esta semana ha llegado a las carteleras de media España Dos hermanas, prod u cción de Corea del Sur, donde dos hermanas re g resan a casa después de haber estado enfe rmas. Allí son recibidas por su madrastra Eun-joo, una mosntruosa mujer que se encarga de hacer de sus vidas una auténtica pesadilla en la que no pueden faltar los fenómenos ex t raños. Dirigida por Kim Ji-Wun está interpre t ada por Im Su-Jeong, Moon Geun-Young y Yeom Jeong-A. Un cine que si bien abarc a obras de una calidad parad i g m ática en un género tan aparentemente ago t ado como el terror y que se va dejando ver en pequeñas y esperadas dosis, no es muy accesible a Occidente, debido, sobre todo, a la insuficiente distribución y la mala calidad con que se estrenan este tipo de películas. Un cine que se ha habituado y estandarizado como ‘cine minoritario’, viéndose reducido al mercado del DVD o vídeo doméstico y percibido aún por el gran y odioso ‘mainstream’ como ‘freak’, algo exótico, de cierto carácter elitista y fragmentario. Cuando el cine fantásticoasiático es todo lo contrario.


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Balizas misteriosas de Larrondo El pasado miércoles, se inauguró en Rosario, Argentina la exposición ‘Larrondo, nadador en la tormenta’, que forma parte de las actividades del III Congreso Internacional de la Lengua Española. ❯ Óscar Rodríguez

asta el 5 de diciembre, como ya hiciera en el Museo de Bellas Artes de Santiago de C h i l e,el artista ex t remeño José María Larrondo ofre ce una m u e s t ra retrospectiva de su c re ación pictórica que, desde el 15 de diciembre hasta el 6 de feb re ro de 2005, se exhibirá también en Argentina, en el Centro Cultural Borges de Buenos Aires. Las más de 70 piezas que se exhiben en esta serie de muestras que le llevarán por varios países sudamericanos antes de re g resar a España, han sido seleccionadas de la vasta cre ación en óleo sobre lienzo y tinta sobre papel de Larrondo por el comisario Pedro Piz a r ro, quien ha intentado ofre cer una re t ro s p e c t i va de Larro n d o desde mediados de los años 80 hasta la ac t u a l i d ad. La fecha de inicio co r responde al momento en que se dio a co n o cer, dentro del grupo de artistas sev i l l a n o s que re t o m a ron en ese momento una nueva figuración no exe n t a de ra s gos conceptuales, un grupo que ayudo a despertar el fenómeno de renovación plástica en España. Los cuadros de Larrondo son una especie de prueba a la atención, a las referencias y a la intel i gencia, un juego que ac t i va la mente del espectador para que éste busque en su contenido una respuesta, aunque, pese a que las p i n t u ras muestran una serie de claves, siempre mantienen el misterio. Por otro lado, la actitud del pintor es altamente crítica con la realidad y supone un fuerte co mpromiso, además de un claro inconformismo, pese a que él mismo se define como un «humilde libertario», como manifestó en la inauguración en Chile. El comisario explica que «las imágenes de sus obras dejan huellas en la memoria, construyendo emblemas paradójicos, en un juego de espejos altamente sofistic ad o. Son balizas que re co r ren los problemas del mundo co ntemporáneo y las contradicciones que suponen, acotando la re a l i-

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Diversas obras que forman parte de la retrospectiva de Larrondo. Arriba, el pintor en el Museo Castagnino y sobre estas líneas con María Kodama y Fernando Farina

dad y haciendo recaer la mirada del espectador en cuestiones relativas al arte y a su función». La exposición antológica ha sido auspiciada por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación a través de la Dire cción G e n e ral de Relaciones Culturales y Científicas en co l a b o ración

con la Seacex. Entre las person a l i d ades que asistieron a la ina u g u ración de la muestra en Rosario se enco n t raban el secre t ario de Cultura de la provincia de Santa Fé, Raúl Bertone; el dire ctor del museo, Fernando Farina y miembros de la Fundación Museo Castagnino.


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ARTE

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La ‘favola’ italiana de Alfredo Omaña Hasta el próximo 5 de diciembre, Alfredo Omaña expone sus últimas obras en la galería Movimento, de Milán. Bajo el título ‘Materia nómada’, el art i s t a evoca la infancia, la imaginación y los restos del naufragio. e la brillante generación de j ó venes artistas vinculados a Salamanca que se dieron a conocer a lo largo de los años noventa, Alfredo Omaña fue uno de los primeros y más rápidamente re conocidos en nuestra ciudad . Tras un paréntesis forzoso, ha recuperado ya hace tiempo la práctica y el ritmo del ejercicio artístico, y como consecuencia de ello están empezando a sucederse sus exposiciones, en Salamanca, y fuera de Salamanca. Hoy por hoy, en Milán, gracias a una galería italiana que ha visto en su obra la cal i d ad y fuerza suficientes co m o p a ra luchar en el co m p e t i t i vo mercado transalpino. Tan deseable como previsible es que su exposición tenga una buena aco g ida, habida cuenta de las distintas t radiciones desde las cuales se pueden aproximar a su obra. De hecho, la instalación que montará allí, sus nuevos viejos zap atos enva s ados al vacío que adaptará a una de las paredes de la sala, se podría re l acionar con determinados aspectos de la obra de artistas como Anselmo, Pistoletto o Mertz; incluso una obra como Pinocchio, o la alguien ha identificado como ‘el principito en Marte’ tampoco están demasiado alejadas del espíritu de las recientes instalaciones de ‘niños’ co l gando de Maurizio Catelan, salvando la escala y la megafonía que a este último acompañan. Y es que las piezas que Alfredo Omaña presenta en Milán inciden en los aspectos más ‘objetuales’ y metafóricos de su obra, sus estanterias se presentan como colecciones de recuerdos, restos del naufragio (explícitamente en toda la serie ‘una vez fui mar’)

Arriba, ‘L’ultima cena’; a la izquierda, ‘Sin título’; a la derecha, ‘Pinocchio’ (detalle)

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❯❯ Las piezas que Alfredo Omaña presenta en Milán inciden en los aspectos más ‘objetuales’ y metafóricos de su obra, sus estanterias se presentan como colecciones de recuerdos, restos del naufragio (explícitamente en toda la serie ‘una vez fui mar’) que siempre es toda vida que se precie de tal

que siempre es toda vida que se precie de tal; las chapas, las figuritas de plástico, son elementos recurrentes en su obra a través de los cuales se cuelan la infancia, los juegos y la imag i n ación que todo lo tra n s forma, que todo lo co nvierte en otra cosa, ¿quién juega con chapas salvo los niños (de antes, claro) y los artistas? Ya antes vestía a sus niñas con retales pintados –o no–, o hac í a huellas de juguetes entre la trad ición y la fantasía, y esparcía ce n iza y semillas en los cielos de sus p a i s ajes vacíos; ahora utiliza todos estos elementos, todos los fragmentos, para construir y rec rear un mundo im-propio en el que el tiempo se detiene por arte de fábula y descubre un esce n ario (como ‘il grande blu’ o ‘l’ultima cena’) del que han salido las figuras y no se espera que vuelvan. Pare ce que el niño no se fía de los adultos, o que los adultos no se creen los cuentos infantiles y por eso no salen re t ratados. Como en el cuento de Carlo Collodi (en Pi nocho, vamos) de la obra de Omaña podemos decir que: «C'era una volta... – Un re! – diranno subito i miei p i ccoli lettori. No, ragazzi, ave t e s b agliato. C'era una volta un pezzo di legno... ». Juan Ramón Benito ❮


6 ❯❯ culturas LIBROS Cuando uno empieza a sobrevivirse JOE SIMPSON La llamada del silencio Desnivel, 2004 19,50 euros 254 pp.

❯ Antes que nada co nviene poner al lector en guardia: aunque esté integrad o d e n t ro de una co l e cción de viajes y aventuras, este libro es más que un texto de género, es mucho más que eso. Se trat a del libro de un escritor que ha mad u rad o, que ha crecido como autor, hasta alcanzar una cumbre que ni siquiera él mismo podía sospechar cuando se enfrentaba a Tocando el vacío, una epopeya de superv i vencia narrada de forma estre m e ce d ora, y mucho menos a la hora de escribir sus épicas re f l exiones de amor por la montaña re cogidas en Este juego de fan t a s m a s y La vertiente oscura. Po rq u e aquí es la nat u raleza humana la ve rd ad era materia con que se co n s t r u ye el re l at o. Partiendo de un tema propio de Conrad, el horror de enfre n t a rse con lo más temible de uno mismo, Simpson co n s t r uye un texto autobiográfico que cuestiona el porqué de la existencia. Ha cumplido los cuarenta y se encuentra en mitad de lo que, prev i s i b l e m e n t e, será su vida. Durante la primera parte de su vida ha visto morir a demasiada gente en un acto de co n s ag ración ro m á n t i co y de una hero i c i d adinútil, personas que no desearían vivir el día en que no pudieran dar salida a sus ve l e i d ades. Y él les ha sobrevivido, y un milag ro llamado amistad le ha salvado de la muerte más de una ocasión. La última pérdida, la de un amigo que ha decidido abandonar la montaña y fa l l e ce en un error de vuelo en para p e n t e, empuja a sus peores fantasmas a empastar los j u gos dige s t i vos de todo su metabolismo. Y así él se siente culpable por vivir. La presencia de esta muerte carga al libro de un fuerte contenido espiritual que evita cae r en fallas sentimentales gracias a las habil i d ades de Simpson como literato: un leng u aje dire c t o, sin re s e r vas ni florituras, y una co n s t r u cción que evita el orden cronológico, pero acumula hechos que son causas que nos dirigirán hacia un desenl ace que nos deja sin aliento.

Alpinismo para cuestionar la vida A través de la acción vamos sabiendo el s i g n i f i c ado del miedo, el horror al vac í o del futuro, la necesidad de respetar los mitos que uno ha ido construyendo para así s a b e rse vivo, la imposibilidad de negarse a uno mismo sus propias debilidades y justificar, de este modo, el incremento del coraj e, o la presencia inquietante de los fa ntasmas que construyen nuestra memoria intoxicando nuestras decisiones. En definitiva, un libro sobre lo más humano, en el que el alpinismo sirve para cuestionar si la vida mere ce la pena ser vivida. El mejor libro de Joe Simpson va a ser uno de los mejores libros publicados este año. Ricardo Martínez Llorca ❮

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Dudosa calidad literaria c

omo otros muchos escritores contemporáneos, Lucía Etxebarría ha hecho de su experiencia biográfica el trasfondo temático de una obra que, con notable y poco justificado é x i t o,está alcanzando pingües re s u l t ados com e rciales. Una experiencia personal situada casi siempre en el límite de las convenciones burguesas (drogas, sexo, alcohol, son re ferencias inexcusables ) y un estilo con re c u rsos próximos en muchos casos a la procac i d ady la chabac a n ería han hecho de la obra de esta escritora una m e rcancía rentable. La experiencia de la mat e r n i d adreciente (sin pasar, claro está, por el convencionalismo del clás i coyugo de matrimonio ) pare ce de momento el n u evo estrato personal y literario de la autora . P l a n t e ado en forma de diario, reflejado día a día en las dos primeras partes de la novela, la obra es una entrega epistolar a su hija Amanda, destinataria de las zozobras de la autora, innumerables por lo que el lector comprueba a lo largo de las fatigosas cuat rocientas páginas. En el fondo, se trata de un balance autobiográfico, lo que justifica que la obra se articule desde un pasado que, discurriendo por un lógico presente, camina literaria y humanamente hacia un porvenir. La génesis de la obra es muy clara cuando la recién nacida tiene once días de vida: «Desde este carrusel hormonal y vital al que de pronto me encuentro subida, no me veo capaz de escribir de otra cosa que no sea lo que estoy viviendo» (p.21). Curiosamente, la autora advierte a la destinataria que su carta-diario no va a ser una obra co nvencional: «Ahora, no esperes tú ni espere quien lea esto enco n t rarse con una autobiografía o un diario al uso».

LUCÍA ETXEBARRÍA Un milagro en equilibrio Planeta, 2004. Premio Planeta 426 pp.

Es aquí donde surgen las desco n exiones de la obra, poco más que un centón literario en el que se mezclan experiencias reales, literarias y re f l exivas, sin que ello quiera decir que la autora ciña su argumento a experiencias personales reales. A pesar de su juventud, el planteamiento narrativo responde a co n cepciones diacrónicas. Hay un pasado personal (en el que caben desde experiencias de complejos ad o l e s centes hasta experiencias límite en Nueva York) y un pasado familiar que toma forma con la muer te de la mad re. La experiencia traumática que supone la larga agonía, el velatorio y el entierro permiten a la narrad o ra descubrir el curioso pasado sentimental de su pro ge n i t o res. El presente es la crónica de la experiencia maternal, ‘planificada’ de forma fría y re f l exiva por la pro t agonista, con un pers o n aje masculino cuya discreción personal no pare ce llamada a tan altos empeños humanos. El futuro ahonda en un cierto sentimiento de culpabilidad y temor: la niña Amanda ha sido co n cebida con objetivos un tanto oscuros: «Es más que probable que algún día me desprecies cuando leas que te co n cebí como asidero a la vida, que te utilicé incluso antes de que nacieras» (p.399). El egoísmo subyacente a esta confesión, mucho más detallada en las líneas siguientes, puede tener su causa en la inseguridad de la pro t agonista, agobiada por un existencia que, en teoría, parecerá ‘apasionante’. Puede que humanamente lo sea, pero tal condición no se refleja en las páginas de la obra. Todo le sirve a la escritora: lo p e rsonal, lo inve n t ad o, lo leído... Una ac u m u l ación de sucesos que fatigará a muchos lectore s . Nicolás Miñambres ❮

Hogar, cruel hogar lena Ferrante es una escritora desconocida en nuestro país, aunque veterana, en esto de la escritura, que se ha mantenido deliberadamente al margen de la vida pública. Pasó su infancia en Nápoles, hecho que se rastrea fácilmente en su literatura, como sus años posteriores en Grecia, para acabar asentándose en Turín. Pu b l icó una novela hace ya algunos años, El amor mo lesto que fue un acontecimiento literario en Italia y ahora nos llegan estos ‘días del abandono’ que ha repetido éxito en su país y sin duda triunfará en el nuestro. ¿Qué ocurre cuando de repente y sin avisos previos un matrimonio se rompe? Una tarde tranquila mientras recogen la mesa y los niños juegan, el marido anuncia a su mujer que se va, que la deja, sin explicaciones y sin decir adónde va, después de veinte años de matrimonio. El argumento a simple vista no puede parecer, no puede ser, más banal, y mas corriente, pero es justo de un hecho tan simple y repetido de donde extrae la autora una novela espléndida, ad m i rablemente co n struida, porque a partir de esa despedida, de ese ‘abandono’ asistimos al derrumbamiento de Olga, la mujer, a su descenso a los infiernos; ‘abandono’ o ‘abandonos’ varios, el del marido, el de los amigos, el suyo propio; sólo los hijos, demasiado pequeños, expectantes, siguen a su lado, presencia inevitable y acusadora o retadora para no abandonarse finalmente. Descenso a los infiernos, peldaño a peldaño, sobre todo a su infierno interior amasado con el recuerdo de aquella vecina admirada y abandonada en el Nápoles de su infancia; todos los fantasmas de su niñez se apoderan de su mente y sola, ante la presencia incómoda de

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ELENA FERRANTE Los días del abandono Salamandra, 2004

sus hijos, –Ferrante maneja la situación admirablemente, consigue el clima claustrofóbico y opresivo adecuado al ánimo de la protagonista– en un tórrido y vacío Turín asistimos a su abandono, un lento descender, hasta tocar fondo, en una pesadilla interminable de la que cree no despertará. Narrada con intensidad, con pulso firme, sin vacilaciones, ni pudor; hace daño, hiere a menudo, incomoda el lenguaje tan claro, tan duro, tan poco habitual tratándose de una mujer, aunque es perfectamente creíble, si lo he perdido todo, también he perdido las formas, el lenguaje, la capacidad de razonar...; sin dar un respiro a la ternura, ni a lo sentimental; oscura y turbadora a veces, como el fo rense que disecciona el cadáver, sin que le tiemble el pulso, Elena Ferrante construye una novela sobre una mujer engañada, tra i c i o n ada, abandonada al fin; espléndido el pers o n aje del Olga, la pro t agonista absoluta y bien construidos los de los hijos que miran, observan y siguen adelante, espléndido en su brevedad el personaje del vecino y los episodios con el perro, en contraposición a un marido bastante desvaído y gris. Magníficamente tratado el tema de la enfermedad psíquica y física que te provoca el abandono, el dolor; cómo el cuerpo nos falla, cómo registra las re acciones de nuestra mente hasta co nvertirnos en un guiñapo; nos morimos, literalmente nos morimos, pero no, es la soledad; es una novela sobre la soledad, una soledad que jamás te habías planteado, una soledad insoportable la de esta mujer, que cree no tener ya nada, que no quiere conformarse y que no sabe como reconstruirse. Charo Ruano ❮


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SDLM uede ser un tanto vago el repetirlo, pero las últimas déc adas de práctica y teoría del pensamiento nos han enseñado que el saber ya no podrá volver a ser un depósito, un aljibe, una cisterna, ni siquiera una cava, una bodega o alguna similar estructura clausurada. Seguimos desde luego sabiendo que no sabemos, pero sí hemos entendido que ya no quedan embalses o pantanos, ni planes Bad ajoz, donde encontrar un remanente sapiencial a nuestra disposición, un contenido que limitarnos a absorb e r, tra s va s a r, s u ccionar o asimilar dige s t i vamente. El saber ha abandonad o d e f i n i t i vamente el léxico ga s t ron ó m i co y el hambre de co n o c imiento sólo puede ser reliquia metafórica de un tiempo de penuria. En las opulentas sociedades posmodernas, emplear el estómago en la descripción de los pro cesos del intelecto aparece como algo de mal gusto, una grosería propia de comensales campechanos, alejada sin duda de la renovada intangibil i d ad que se le supone a los mundos de la idea. Hoy el saber no puede ser sino desplazamiento, una gimnasia, un arte de introducir el movimiento en los contornos difusos de lo abstracto. Si en épocas de escasez el pantag r u é l i cofestín de las ideas m ovía una nostalgia violenta de ácidos dige s t i vos, en tiempo de opulencia sedentaria la fuga atlética de la palabra nos resulta no menos melancólica. Hacer con las ideas lo que no es posible llevar a cabo con el cuerpo: un signo de la huida metafórica con la que el saber se desliza de unos a otros territorios, en la larga cacería imposible del libro y la Academia. Movimiento y espacio. Los dos signos necesarios en los que poder ubicar la práctica intelectual en el ahora. Se siente necesario renovar la misma estructura material del saber para poder dar cuenta de su reciente nat u raleza léxica. Generar espacios novedosos para co nvocarlo, proyectar modelos arriesgados de investigación y de tra b ajo. Lugares físicos útiles, luga re s deportivos, no en un sentido de espacios de espectáculo, sino semejantes al pabellón, al gimnasio, a la sala de máquinas. In corporar experiencias foráneas, interrogarse por sus modelos, actualizarlos. Este es el sustrato, o al menos sus fundamentos desiderat i vo s , del Seminario ‘Discurs o, Legitimación y Memoria’, grupo de trabajo y fo ro de discusión que estos días inaugurará su segundo calendario de sesiones. Organizado por un conjunto de profe s o res y doctorandos, vinculados en su mayor parte al Departamento de Litera-

Rítmica y artística de los discursos

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El próximo jueves comienza en la Facultad de Filología el Seminario ‘Discurso, Legitimación y Memoria’ (SDLM), un ciclo que propone un espacio novedoso, abierto y en permanente movimiento para convocar el pensamiento.

tura Española e Hispanoamericana, entidad que apoya y ampara esta iniciativa, con colaboradores provenientes de ámbitos dispares y puntuales apoyos del Servicio de Actividades Culturales, el SDLM se presenta como un espacio de enunciación cuya principal actividad hasta el momento consiste en articular un calendario anual de seminarios, donde, con una periodicidad variable, en jueves por la tarde, acude un conferenciante invitado que expone una investigación antes de ser sometido a un fuerte interrogatorio público. Los ejes que estructuran estas sesiones y que a un tiempo bautizan este espacio son, en efecto, el discurso, la legitimación y la memoria. Los tres conceptos actúan aquí como tres movimientos básicos, la tabla elemental de la gimnasia del saber antes aludida. Una operación de extensión, una de pro n ación y otra de desplazam i e n t o, tres pasos mínimos que preparan la posterior actividad física, ejercicios de calentamiento para prevenir indeseables lesiones ulteriores. El triangulo DLM aparece también como los límites de lo flexible, las marcas del terreno de juego, líneas de tiza del ring o del tatami donde los participantes (artistas, intelectuales, escritores, estudiantes...), en general un tanto sedentarios, deben mostrar su dominio en la idea activa, deporte de riesgo éste con vo c ación de jumping y realidad de sumo.

El discurso aparece como paradigma imprescindible de la pal a b ra en movimiento, como dimensión pública, comunicativa de esta última, y como elemento teórico desde el que comprender las articulaciones de lo social, lo polít i co y lo simbólico, co n cepto profundamente literario que justifica la imbricación del SDLM en tal Departamento. La legitimación se co m p rende desde la recepción, desde la dimensión externa del discurso, como el aura que lo rodea, el prestigio que infunde, la m a r i s c ada o el pincho para el saber gastronómico, la maratón o el golf para el pensar gimnástico. La memoria aparece como el fundamento de las anteriores, reivindic ación necesaria de la historia y sus derrotas, su paso desastroso por las cosas, anclaje en los disc u rsos pre cedentes, presencia en las palabras ya dichas, necesaria y fundante entre tanta deriva. Lo que ocurre en el ring ya es otra cosa, y sorprende el modo en que los distintos discursos se solapan, se enfrentan, se entrecruzan. En la primera edición (20032004), hubo sesiones dedicadas a los discursos de lo anormal (los límites del asco, el espectáculo del monstruo, la taxidermia, el canibalismo...), a la (in)comunicación y las fronteras del discurso y la tecnología (la música y el cine, la pragmática medieval, el teléfono, el hiperdiscurso...), a una literatura y una política del yo (la construcción

del erotismo o de la muerte, la historia de la disimulación, la memoria inhumada, la cartografía del s e n t i m i e n t o, lo irónico...) y a los lenguajes de la guerra (en los Balcanes, en la actualidad, en el fin del la guerra fría...). Lo marginal (y los marg i n ados), la posibilidad de la comunicación, la construcción del yo y del poder fueron de este modo los cuat ro pilares por los que el SDLM se interrogó, y que pronto fructificarán en forma de publicación. Podían haberse generado focos distintos, pero la sucesión de i n t e r venciones (y la mutua influencia entre ellas) hizo que las preocupaciones generales tendiesen hacia estos aspectos y no hacia otros. El próximo jueves día 25, a las 18:00, se inaugura el segundo calendario de sesiones. En principio su aspecto es diferente y también lo son los signos que parecen agrupar las distintas interve nciones. En este caso la pre o c u p ación por una literat u ra del tránsito y la transición, por un lado, y una indagación en los límites co nceptuales de la identidad y su escritura, por otro, son las líneas rectoras de este pro g rama, lí neas que co r ren desde luego el r i e s go de ser modificadas en el perpetuo movimiento de huida que el saber empre n d e. Se abre el seminario con la interve n c i ó n de Manuel González Bedia, quien b ajo el título ‘Razones y emoción: la fría cognición no es suficiente’ , realizará un recorrido por las fronteras del sentimiento, desde su fa m i l i a r i d ad con la inteligencia artificial, abordando la cuestión de la objetividad científica y la máquina y el afecto, en una re iv i n d i c ación de lo sentimental como metodología de la razón. Se abre fuego. G e rmán Labrador Méndez y Fabio R. de la Flor ❮


8 ❯❯ culturas

TRIBUNA DE SALAMANCA, Domingo, 21 de noviembre de 2004

El arte de hacer los libros por fuera La pasada semana falleció en Madrid Daniel Gil, el diseñador de portadas más influyente e imitado de la segunda mitad del pasado siglo. Su serie de cuatro mil cubiertas para Alianza Editorial quedará para siempre como un ejemplo de cómo convertir al libro en un objeto bello. l travieso Daniel ha mezclado a Sc hw i t t e rscon Juan Gris, Magritte, Dalí o Buñuel, y lo ha hecho hasta tal punto y con tal maestría que algunos españoles de los muchos que han fo r j ado su criterio estético con los libros de Alianza Editorial, cuando se enfrentan a las obras de esos artistas tal vez echen en falta el nombre del autor, el título de la obra y el nombre de la editorial tan bellamente dispuestos en conjuntos tipográficos cuya presencia (a diferencia de otras cubiertas) mejora por lo general la composición del o b j e t o, co l l age o ensamblaje con quien comparte funciones significat i vas». Así escribe sobre Daniel Gil (1930-2004), fallecido la pasada semana, Enric Satué, uno de los mae s t ros del diseño español. Daniel Gil ha sido uno de esos artistas c u yo alcance es pro p o rcionalmente inverso a su popularidad. Su obra está al alcance de cualquiera, en liberías y bibliotecas, y ha marc ado a varias generaciones de lectores. Desde 1966 y durante más de veinte años, Gil se dedicó a diseñar las port adas de Alianza Editorial con un estilo rompedor en ese momento y posteriormente imitado hasta la sac i e d ad. En palabras de Satué, «ra s t rea el fondo del libro desde una forma que sin duda hubiera co m p l acido al poeta Mallarmé, porque se ex p resaba en su mismo credo: haciendo hablar a las imágenes y haciendo que las palabras fueran imágenes». Un libro con una portada de Daniel Gil es, además de un objeto útil, un objeto bello. Quienes han estudiado su obra, señalan la importancia de su estancia en 1957 en la prestigiosa escuela de Ulm, a la vuelta de un viaje por la Unión Soviética, donde pudo aprender el rigor tipográfico y la u t i l i z ación de la fo t o g rafía como un instrumento que le alejaba de la subjetividad del dibujo. De vuelta a España, se inco rpora a la discográfica Hispavox, donde ya deja su sello en cubiertas para, por ejemp l o, la primera Sara Montiel, pero es en Alianza Editorial donde el editor Jaime Salinas le ofre ce la libertad y los medios para crear su sello inconfundible. En una e n t revista de J.C. Rodríguez en la revista ‘Rolling Stone’ re c u e rda aquella etapa: «Era un tra b ajo muy mecánico. A ve ce s ideaba una portada según lo que me sugería el libro y otras no me decían ni de qué iban. Pensaba, sí, pero no era consciente de ello porque el ritmo era muy rápido: he l l e gado a hacer veinte portadas al mes. Son reflexiones sobre el libro. Lo que más me ha ayudado en mi trabajo ha sido conocer al autor y saber algo de escultura ,

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p e ro, sinceramente, no me inspiro en nada». El re s u l t ado son unas 4.000 cubiertas en las que definió su arte y la imagen de la editorial. Su elaboración de objetos hace que se le identifique con Duchamp y siempre confesó ad m i ración por Mag r i tte, lo que evidencia su atención a las vanguardias artísticas. Gil re corría el rastro m adrileño en busca de material para sus p o r t adas o re cogía lo que se encontraba por la calle, como el cráneo del perro que utilizó en La Vendetta, de Guy de Maupassant. El fotógrafo Fra n c i s coOntañón

❯❯ En Alianza Editorial contó con la libertad necesaria para conjugar su mirada personal con la creación de una imagen de empresa

era el encargado de plasmar la obra final. Antiguo militante comunista, recibió la Medalla de Oro de Bellas Artes en 1984, en 2001 rechazó una mención honorífica del Premio Nacional de Diseño por co n s iderarla una injusticia –posiblemente auspiciada por su pasado político–, postura que contó con el apoyo explícito de 400 diseñad o res gráficos. Posteriormente ganó el prestigioso Laus de Honor, co n ce d i d o por los profesionales. Antonio Marcos ❮


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