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La Iglesia debe ser una madre con el corazón abierto y siempre en salida. “La Iglesia «en salida» es una Iglesia con las puertas abiertas. Salir hacia los demás para llegar a las periferias humanas no implica correr hacia el mundo sin rumbo y sin sentido. Muchas veces es más bien detener el paso, dejar de lado la ansiedad para mirar a los ojos y escuchar, o renunciar a las urgencias para acompañar al que se quedó al costado del camino. A veces es como el padre del hijo pródigo, que se queda con las puertas abiertas para que, cuando regrese, pueda entrar sin dificultad” (EG 46). En este sentido, hacemos una invitación en dos direcciones: Que todas las iniciativas pastorales reflejen esta dimensión misionera: Una Iglesia en Salida, que va al encuentro del otro en su propio ambiente. Que esta dimensión misionera sea desde la Comunión, es decir, salir también dentro de la Iglesia al encuentro de otros hermanos que comparten la misma fe. Esto se traduce en involucrar más nuestras pastorales, la juvenil con la universitaria, con instancias como la AVEC, CONVER, con los Seminarios, la Pastoral Misionera, Educativa, etc. EL PROTAGONISMO DE LOS JÓVENES Invitar a los jóvenes a callejear la fe La invitación del Papa Francisco es que “salgamos a ofrecer a todos la vida de Jesucristo … prefiero una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades. No quiero una Iglesia preocupada por ser el centro y que termine