Periodico El Espinar 174

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Asociación de Ciencia y Tecnología “Hespérides”

El Espinar número 174

Técnicas de Aficionados a la Astronomía EL TUBO ÓPTICO (III)

La parte del telescopio que nos permite “ver lejos” es el tubo óptico. Puede ser también que no exista tubo como tal, y en su lugar haya un armazón que mantiene los elementos ópticos en su sitio.

Cualquiera que sea el tipo de tubo óptico, tiene dos elementos ópticos, uno en cada extremo del tubo. El elemento óptico que apunta hacia el objeto que queremos ver es el objetivo del telescopio; y el del otro extremo, por el que miramos, es el ocular. El objetivo es fijo, con unas características concretas que vamos a pasar a describir a continuación. Por el contrario, el ocular se puede quitar y poner fácilmente del tubo óptico.

El Objetivo La función del objetivo es concentrar la luz de lo que queremos ver un sitio muy pequeño. Para concentrar la luz nos valemos principalmente de dos propiedades de la luz: la refracción, o curvado de los rayos de luz al atravesar éstos medios de distinta velocidad de propagación, o la reflexión, en la que los rayos de luz se reflejan hacia un punto. De este modo tenemos los dos grandes grupos de telescopios ópticos, dependiendo de la propiedad de la luz que utilicen: los refractores, cuyo objetivo refracta la luz (basados en lentes), o los reflectores, cuyo objetivo refleja la luz (mediante espejos esféricos o con formas algo más complejas). Posteriormente se han creado otro tipo de telescopios cuyo objetivo es una combinación de lentes y espejos, y que genéricamente llamamos catadióptricos.

El objetivo tiene unas características fijas, al menos para telescopios de aficionados. Los dos parámetros más importantes son el diámetro del objetivo, y la distancia focal del mismo. Muchas veces tenemos dudas sobre este telescopio es mejor o peor que otro, o se nos quiere inducir a pensar que un telescopio es mejor por tener más aumentos. Sobre esto hay que decir varias cosas: No hay ningún telescopio que sea el mejor en todo, porque depende de lo que se quiera observar. Para una persona que quiera observar fundamentalmente galaxias necesitará un tipo de telescopio totalmente diferente del que quiera observar planetas. Lógicamente existen telescopios que no son los mejores en nada, pero sirven aceptablemente para todo. La característica más importante de un telescopio astronómico es el diámetro del objetivo, no los aumentos. Como queremos observar objetos muy poco luminosos necesitamos captar cuanta más luz mejor, y eso sólo se consigue a base de grandes objetivos. Todo lo anterior es válido con

independencia del tipo de telescopio que escojamos. Para terminar este breve repaso al objetivo, vamos a definir un parámetro del telescopio que lo involucra exclusivamente, con independencia del ocular que usemos. Es la luminosidad del telescopio, f, que se define como la distancia focal del objetivo dividida entre el diámetro del mismo (medidas en las misma unidades). Cuanto más baja la f, más luminoso (o rápido) es el telescopio y será mejor para observar objetos débiles y difusos. Por el contrario, cuanta más alta la f, menos luminoso (o lento) es el telescopio y funcionará mejor para observar objetos luminosos y contrastados. El Ocular La función del ocular es ampliar

la imagen concentrada por el objetivo. El ocular puede quitarse y ponerse del tubo óptico con facilidad; para ello existe una pieza llamada portaocular, que permite este rápido cambio de oculares, y además es el portaocular el encargado de hacer el enfoque, moviendo hacia el tubo o hacia fuera del tubo al ocular.

El ocular siempre es una lente o un conjunto de ellas. Dependiendo de la disposición y forma de las lentes que lo componen, tenemos diversos tipos de oculares. Además, los oculares vienen con un tubo que los soporta – que es el que se introduce en el portaocular - . El diámetro de este tubo determina una de las características a tener en cuenta en el ocular, ya que no todos los portaoculares pueden aceptar todos los oculares, si bien es verdad que existen adaptadores. Una de las características principales de cualquier ocular es su distancia focal, que suele venir grabada en el mismo. De este

modo tenemos oculares de 40 milímetros (mm), de 26 mm o de 5 mm. Para terminar esta entrega, solamente decir que los aumentos que está dando un telescopio son la distancia focal del objetivo (que es fija) dividida entre la distancia focal del ocular (que también es fija, pero recordad que los oculares son intercambiables). De este modo, un telescopio con una focal de 2000 mm con un ocular de 40 mm estaría funcionando a 50 aumentos (2000/40). Si ponemos un ocular de 5 mm en ese mismo telescopio, funcionará a 400 aumentos.

Importante: nunca hagáis trabajar el telescopio a unos aumentos que sean el doble del diámetro del objetivo en mm. Es decir, para un telescopio de 20 cm de diámetro, como mucho hacerlo funcionar a 400 aumentos; para uno de 10 cm como mucho 200 aumentos. Hay que tener un juego de oculares para disponer de varias potencias.

http://ciencia.elespinar.info/


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