Llegan las vacaciones y con ellas muchas situaciones que se deben tomar en cuenta. ¿Te ha pasado que en esta época te estresas o te enfermas? Tener vacaciones y asumirlas es todo un reto. Recuerdo mucho a una chava que era muy capaz de disfrutar las vacaciones; sabía tomarse su tiempo sin preocuparse por el trabajo y sin ponerse auto exigencias de cómo debían ser sus vacaciones. Eso sí, siempre con disposición a disfrutarlas y a pedirlas cuando las necesitaba. Esto me lleva a decir que, aunque suene extraño, al pensar en si se es o no capaz de tomar vacaciones, debemos tomar en cuenta muchos puntos que influyen al momento del descanso. Mucha gente se enferma en cuanto llega el preciado momento: ¡Vacaciones! Y acto seguido: gripa, migraña o cualquier otra enfermedad. Muchas veces es el momento perfecto del cuerpo para exigir descanso y, entonces, es cuando el estrés se manifiesta en muchas formas. Ahí nace la importancia de saber descansar ya sea en tiempo escolar y/o laboral, para que cuando llegue el tiempo de descanso, sea grato y no uno exigido que deje en evidencia el fuerte nivel de estrés que tenemos. Por otro lado, enfrentar el cómo según yo “deberían” ser mis vacaciones; tener más tiempo libre o más tiempo con la familia; muchas veces genera angustia. ¿Cuántas veces escuchamos:“estas tienen que ser las mejores vacaciones de mi vida” o “estas vacaciones deben ser las que nos unan”, o cualquier otro deseo enorme que, muchas veces, no se va a cumplir? Por el contrario, deja una sensación de tristeza o una desilusión porque la expectativa no se cumplió, ya que obligarnos a hacer algo en lo que no estamos acostumbrados a veces solo hace que se generen conflictos. Este cambio en el ritmo, hasta aceptar el descanso, es una de las cosas más difíciles, porque crecimos creyendo que las vacaciones son el momento perfecto para “ahora sí” ayudar en casa, “ahora sí” ver a los amigos, ahora sí … hacer lo que necesito y no lo hago constante. Por ende, este tiempo que está destinado para el descanso se convierte en un fuerte estresor. Por eso, las vacaciones son para descansar, para cambiar hábitos, para alejarte de todo lo que implique el trabajo, para jugar y, ¡ojo!, para soltar. Es una oportunidad de darte cuenta de cómo vives y de qué tanto te dejas fluir, porque sí, vacacionar es un arte complicado que te da la oportunidad de experimentarte y verte de cerca Así que suelta el celular, la computadora y ¡relájate! Puede que salga de lo mejor, o que encuentres tiempo para leer, para chismear o para descansar. Definitivamente es una oportunidad de redescubrirte a ti y a los que quieres. Suelta a la tecnología porque en definitiva los recuerdos se hacen viviendo hasta en lo más simple. A veces solo un juego de mesa o una buena plática hacen las mejores vacaciones.
Por:
Lic. Luz Maria Gómez Valdés
Maestria en Psicoterapia Gestalt
Especialidad en Danzaterapia y en Biodescodificación
10 www.somospotosinos.com PSICOLOGÍA
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