¡Te fuiste por el agujero! Sergio Amaral
No fue la fuente sino el Caudal lo que irrumpió En ese llanto. Entre ellos desde lejos se entendieron Pero no fue hasta que desde Lejos se fueron que decidieron dejarse ir, más Cerca aún, más adentro. No cambiaron de rumbo Porque la maleza se los Decía: manténganse en camino Que encaminado ya está el Destino del desencaminado. Y así por el estilo fueron Olvidando el hilo que se les Derramaba por su recorrido. Hasta que un día, ¡fuap! Desaparecieron, y el hilo Deshilado, ensangrentado con su Desaparecer, sirvió como Único testimonio de la compañía Que el Uno le hizo al Otro.
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