Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación - MINCIENCIAS
Producto realizado en el marco del proyecto denominado: "Desarrollo de una estrategia que fortalezca los Centros de Ciencia de la región Llanos en procesos de apropiación social del conocimiento en el marco de la ciencia, la tecnología y la innovación, Arauca, Casanare, Guanía, Guaviare, Meta, Vaupés, Vichada BPIN 2022000100092 - Entrelazos - Creer para crear" financiado a través del Sistema General de Regalías - Convocatoria 020 del 2021
Autores
Robert Arango López, Daniel Cárdenas Yusty, Valeria Riaños Correa, Carlos Andrés Collante Carreño.
Coordinación editorial
Tatiana Cerón Méndez
Fotografías
Carlos Solano Zúñiga, Juan Sebastián Soles Gil
Diseño
Nativos Agencia
ISBN XXXXXXX
Presentación
La región Llanos es un territorio donde convergen distintos sistemas de conocimiento que moldean nuestra relación con la vida. Sin embargo, entendemos que la institucionalidad moderna –entre ellos el mercado y el estado- se alinea con el saber científico para orientar decisiones, diseñar políticas y articular agendas públicas.
Por eso, como Fundación Zoológica de Cali FZC creemos que cada persona, sin importar su origen o perspectiva, requiere recursos científicos que le permitan comprender, dialogar y participar en los ámbitos y procesos que median la generación de bienestar colectivo y resguardan el patrimonio biocultural.
Hoy, como centro de ciencia reconocido por MINCIENCIAS, asumimos la corresponsabilidad de continuar nuestro fortalecimiento y, a la vez, entrelazar esfuerzos con otros actores para impulsar un ecosistema diverso. “Porque todo lo que sabemos, lo sabemos entre todos. Y nadie es más inteligente que todos nosotros juntos”.
La historia que presentamos aquí es también la de una región que confía, complementa y coopera.
Somos la Fundación Zoológica de Cali. Tejemos redes de saberes y experiencias para la conservación
Entrelazos – Creer para crear nace de una apuesta decidida por fortalecer el ecosistema de apropiación social del conocimiento en la región de los Llanos. Esta es una iniciativa liderada por la Fundación Zoológica de Cali y respaldada por una convocatoria inédita del Sistema General de Regalías, que posibilitó que centros de ciencia reconocidos acompañaran a otros en su fortalecimiento.
La particularidad de esta convocatoria, y el alcance que tuvo nos compele a reflexionar y compartir lo vivido. Esta cartilla reúne las historias de transformación y esfuerzo de los tres centros de ciencia beneficiarios. Cada uno de los relatos fue tejido a lo largo del proceso de fortalecimiento, desde la primera vez que nos encontramos en territorio, hasta la celebración de cierre. Años que reflejan el paso de inquietudes, logros, tensiones y reconocimientos.
Confiamos en que este producto sea testigo y al mismo tiempo una herramienta que impulse a los centros a seguir el camino que vienen recorriendo. Su trayectoria y pasión nos ha dejado aprendizajes valiosos, y -sobre todo- una red de aliados, cómplices y socios en la apropiación social del conocimiento.
Somos Entrelazos y esta es nuestra versión de la historia…
Incrementamos capacidades, porque cada persona que crece en sus saberes y habilidades multiplica el impacto de su centro de ciencia. Por eso, diseñamos y acompañamos un proceso de formación de 198 horas con temas relacionados con la ASC, pensamiento estratégico, diseño de experiencias, evaluación y comunicación.
El fortalecimiento de los Centros de Ciencia...
En Entrelazos, sabíamos que fortalecer los centros de ciencia era mucho más que mejorar espacios: era encender motores de transformación. Imaginamos un fortalecimiento en múltiples líneas, capaz de hacer del día a día una experiencia más viva, más profunda, más poderosa, y de ofrecer nuevas herramientas para que la apropiación social del conocimiento echara raíces fuertes:
Adecuamos los espacios, porque creemos que el conocimiento florece mejor en lugares vivos, acogedores y llenos de posibilidades. Por eso, enriquecimos los lugares con equipos, mobiliario, señalización, senderos, artefactos, prototipos y dispositivos para crear experiencias inolvidables con los visitantes.
“Potenciar los espacios de aprendizaje en los centros de ciencia es apostar por una educación que conecta ciencia, cultura y territorio con las realidades de quienes lo habitan.”
"El motor de un centro de ciencia no está en sus paredes, sino en la fuerza de quienes lo animan, lo interpretan y lo hacen vibrar con cada historia compartida"
Fortalecimos la investigación, porque construir futuro exige preguntarse, explorar y crear desde los territorios. Por eso, fomentamos el relacionamiento con semilleros y grupos de investigación de varias universidades para generar conocimiento entre el centro de ciencia y los estudiantes, acompañados de jóvenes investigadores de la región.
“La investigación fortalece el diálogo entre saberes: convierte el centro de ciencia en un lugar donde la experiencia local y el conocimiento científico se encuentran sin jerarquías”
Fomentamos la construcción de nuevas redes de trabajo, porque sabemos que solos se avanza rápido, pero juntos se llega más lejos y se transforma más profundamente. Por eso, los centros de ciencia fueron protagonistas en un evento de intercambio de saberes y experiencias donde interactuaron con otras organizaciones y personajes amigos de la ASC con el fin de conectar ideas y consolidar nuevas alianzas.
“Fortalecer redes es apostar por la inteligencia colectiva: es reconocer que nadie transforma un territorio solo.”
Las alianzas
Entrelazos – Creer para crear es resultado del agregado de voluntades, esfuerzos y capacidades de quienes ven en la apropiación social del conocimiento una herramienta para la construcción de una ciudadanía más critica, creativa y cuidadosa.
La Fundación Zoológica de Cali, como entidad ejecutora del proceso, buscó articularse con organizaciones aliadas que sumaran en función de la confianza, la complementariedad y la colaboración. Así, nos dimos a la tarea de identificar instituciones con ciertos rasgos que consideramos pertinentes para esta iniciativa:
- Conocidos en el territorio. Porque el trabajo en los Llanos demanda la sensibilidad, reconocimiento y pasión de quienes vienen gestando procesos en territorio.
- Distintos, pero igual de intencionados. Porque comprender el contexto implica tener distintas miradas y trayectorias que –en el marco de la intención- permitan dar lugar a la diversidad
- Practicantes de la participación. Porque la apuesta implicaba dar lugar al otro, propiciar andamiajes que permitieran reivindicar, fortalecer y visibilizar.
El resultado de esta búsqueda con seguridad no se encontraba en el imaginario de los proyectos convencionales de ciencia, tecnología e innovación, pero la experiencia compartida nos demostró tener la razón. Descentralizar implica trabajar desde las capacidades y singularidades territoriales, desde los intersticios disciplinares, institucionales y gremiales.
Estamos convencidos que el fortalecimiento también se alimenta de la posibilidad de conocer y habitar mundos más allá de nuestros mundos.
Fundación
Canaguaro
Biodiversidad y cultura
Le invitamos a conocer a nuestras instituciones aliadas, cómplices y camaritas…
¿Quiénes son?
Una organización ambiental conformada por un equipo multidisciplinario dedicado a la conservación y valoración de los recursos naturales, la biodiversidad y las expresiones culturales en la región de la Orinoquía. Su trabajo se enfoca en diseñar y ejecutar proyectos sociales y ambientales que promueven el uso sostenible del territorio, el fortalecimiento comunitario y el equilibrio entre las actividades humanas y el entorno natural.
Cunaguaro desarrolla programas de educación ambiental en comunidades rurales y lidera iniciativas de conservación de ecosistemas estratégicos y especies emblemáticas, apoyándose en el conocimiento local y la investigación científica para generar un impacto positivo en la calidad de vida de las comunidades y la protección del patrimonio natural.
¿Qué buscábamos en ellos?
Un aliado de confianza, con experiencia para apoyar y fortalecer los centros de ciencia en los Llanos, que entendiera la diversidad cultural y social, y que con su trabajo cercano conectara comunidades, academia y actores clave para lograr juntos la generación de bienestar y la transformación de realidades en la región.
Asociación para el estudio y conservación de las aves acuáticas en Colombia
Calidris
¿Quiénes son?
Una organización de la sociedad civil dedicada a la generación de conocimiento sobre las aves y a la conservación de sus poblaciones y hábitats en Colombia y el hemisferio occidental. Fundada en 1991 por estudiantes de biología de la Universidad del Valle, Calidris comenzó con el estudio de aves playeras migratorias en la bahía de Buenaventura y ha crecido hasta convertirse en una ONG reconocida nacional e internacionalmente.
Desde 2017, es el socio oficial de BirdLife International en Colombia, actuando como autoridad ante la UICN en temas de conservación de aves y biodiversidad, y trabajando en alianza con diversas organizaciones para fortalecer iniciativas de protección ambiental.
La gira de experiencias en el territorio
El plan de la expedición...
¿Qué buscábamos en ellos?
Con Calidris buscábamos un compañero con experiencia sólida en participación ciudadana y apropiación social del conocimiento, capaz de acompañar el fortalecimiento de centros de ciencia en los Llanos. Su equipo multidisciplinario aporta ese respaldo técnico y humano clave para hacer del proyecto un proceso vivo, cercano y bien conectado con las comunidades.
Nos propusimos recorrer los siete departamentos para llevar esta oportunidad a cada rincón de la región. Diseñamos un espacio tipo taller para socializar los términos de referencia de la convocatoria que buscaba fortalecer tres centros de ciencia en la zona. En estos encuentros, fomentamos la conversación y resolvimos dudas en tiempo real sobre los centros de ciencia: sus tipologías, las oportunidades de fortalecimiento, los procesos de investigación y cómo presentar una propuesta exitosa.
La primera parada fue en
La segunda parada fue en
Yopal
Uno de los principales objetivos de estos espacios de socialización fue identificar y caracterizar centros de ciencia potenciales que aún no estaban mapeados en la región. Estos espacios, por su esencia y compromiso con la apropiación social del conocimiento, merecían ser fortalecidos y visibilizados a nivel nacional.
Reconocemos a estos actores como piezas clave para articular y desarrollar iniciativas que tienen un propósito común: democratizar el conocimiento y promover mejores prácticas ciudadanas en la región.
La tercera parada fue en
Villavicencio
Y nuestro espacio estuvo dividido en cinco momentos:
Momento 1
Un viaje compartido
Un primer momento para invitarlos a un viaje, un camino que el Zoológico de Cali emprendió hace algunos años al reconocerse como centro de ciencia. Este recorrido ha fortalecido múltiples aspectos institucionales y, como todo viaje, ha tenido sus momentos buenos y otros desafíos. Pero la verdadera riqueza está en compartir esas experiencias y acompañarnos mutuamente en ese proceso, donde la apropiación social del conocimiento comenzó a marcar nuestra brújula.
Momento 1
Circuito de experiencias
Este circuito fue una etapa clave para avanzar en la caracterización de los potenciales centros de ciencia de la región. En cada lugar, realizamos ejercicios de autoevaluación que incluían preguntas clave sobre las cualidades de un centro de ciencia.
También desarrollamos actividades para reconocer las tipologías y sus particularidades, elaboramos cartografías institucionales que ilustraban el espacio de cada centro y, frente a la cámara, cada institución compartió en un minuto los aspectos más relevantes de su labor.
La cuarta parada fue en
Momento 3
Creer para crear
En este espacio presentamos las intenciones de fortalecimiento del proyecto Creer para Crear, detallando todas las oportunidades que tendrían los centros beneficiarios de la convocatoria.
Explicamos los diferentes rubros que podrían ser financiados, así como aquellos que quedarían fuera del alcance de los recursos. Además, se aclararon las condiciones habilitantes e inhabilitantes para la presentación de propuestas, con el fin de brindar claridad y facilitar la participación de los centros interesados.
La quinta parada fue en
Puerto Carreño
La sexta parada fue en
Mitú
Momento 4
La Evaluación
Hicimos honor a la transparencia del proceso, explicando de manera clara y detallada cómo sería la evaluación y selección de los centros beneficiarios. Destacamos que las propuestas serían analizadas por un grupo de expertos en Apropiación Social del Conocimiento y en gestión de centros de ciencia, garantizando así un juicio justo y riguroso.
Además, presentamos de manera puntual cada uno de los criterios de evaluación y los puntajes asignados a cada componente del formato de postulación, para que los participantes tuvieran claridad total sobre cómo se valoraría su trabajo y pudieran preparar propuestas sólidas y fundamentadas.
Momento 5
Y la última parada fue en San
josé del Guaviare
Postulación a la convocatoria
El último momento estuvo dedicado a explorar el mecanismo de presentación de las propuestas. Explicamos claramente cómo participar, mostrando el formato de aplicación detallado, ítem por ítem, para comprender qué información se debía incluir. También establecimos el paso a paso del proceso de postulación y los canales oficiales disponibles para resolver dudas y enviar consultas. Finalmente, abrimos un espacio para preguntas, donde los asistentes pudieron aclarar todas sus inquietudes relacionadas con el proceso, asegurando así una participación informada y transparente.
“Visitar y entender cada rincón del territorio es sembrar la base para el desarrollo de procesos contextualizados, inclusivos y en sintonía con su gente”
Selección
La convocatoria para la selección de centros de ciencia no reconocidos en la región Llanos priorizó la Apropiación Social del Conocimiento (ASC) como eje central.
La evaluación de las propuestas se enfocó en la capacidad de los centros para generar impacto en la región, promover la ASC y fortalecer sus capacidades.
Los criterios de evaluación se centraron en la coherencia y calidad técnica de las propuestas, el impacto y la gestión de recursos, y la generación de productos de nuevo conocimiento y/o productos de ASC.
Se valoró la articulación de procesos de participación ciudadana, la vinculación de semilleros de investigación y jóvenes, y la generación de productos que promovieran la ASC en la región.
Los resultados esperados incluían la generación de productos de nuevo conocimiento y la promoción de la ASC en la región Llanos.
Los centros de ciencia
seleccionados recibieron apoyo económico para implementar proyectos que fortalecieran sus capacidades físicas y tecnológicas.
Con estos esfuerzos, se buscó fortalecer la capacidad de los centros de ciencia para contribuir al desarrollo regional y promover la apropiación social del conocimiento.
El proceso de selección priorizó la expresión de la Apropiación Social del Conocimiento (ASC) como eje central. Sin embargo, le apostó a la inclusión de iniciativas que aunque no cumpliesen con todos los requisitos formales de un centro de ciencia, demostraran potencial para serlo.
Esto implicó la construcción de criterios lo suficientemente buenos para evaluar mínimos fundamentales y lo suficientemente amplios para recoger la diversidad. Esta “flexibilización de criterios” permitió la postulación de actores diversos, desde colectivos comunitarios hasta instituciones educativas, pasando por museos de historia natural hasta áreas de reserva natural.
Esta realidad significó un gran reto: diferenciar entre proyectos con potencial para consolidarse como centros de ciencia y aquellos claramente fuera de este enfoque.
Gracias a este enfoque y luego de una exhaustiva evaluación, se seleccionaron 3 propuestas que, aunque con enormes retos por delante, cuentan con todo el potencial para fortalecer sus procesos de ASC y consolidarse como Centros de Ciencia:
Reserva Natural Diamante de las Aguas, San Jose del Guaviare, Guaviare
Museo de Historia Natural de la Universidad de los Llanos, Villavicencio, Meta
Museo comunitario del Guainía, Puerto Inírida, Guainía.
Meta
¡Ay, mi llanura! embrujo verde donde el azul del cielo se confunden con tu suelo en la inmensa lejanía.
Tierra de cielos infinitos y horizontes lejanos que se extienden entre el piedemonte andino y la inmensa llanura oriental. Sus sabanas doradas, salpicadas por la majestuosa palma de moriche, se funden con los cauces del río Guaitiquia y el Ariari. Aquí habitan guacamayas, garzas y el fugaz oso palmero, mientras el canto del arpa y el cuatro acompaña la vida de un pueblo valiente y de corazón fuerte.
El Meta es un territorio donde la cultura, la flora y la fauna se funden en un profundo homenaje a la riqueza de la llanura colombiana.
Atardecer lago parque merecure
Museo de historia natural
Universidad de los Llanos
El Museo de Historia Natural Unillanos, vinculado a la Universidad de los Llanos, es un centro de ciencia dedicado a la conservación y divulgación de la fauna de la Orinoquía Colombiana.
Fundado en 2018, custodia siete colecciones biológicas y promueve la investigación, docencia y apropiación social del conocimiento, generando un valor invaluable a los procesos de investigación, conservación y divulgación de la Universidad de los Llanos
Como centro de ciencia ofrece espacios de divulgación a las comunidades a través de talleres en instituciones educativas y curso-talleres en sus instalaciones y en la Universidad de los Llanos.
Su misión es inspirar a niños, jóvenes y comunidades en la valoración de la biodiversidad, posicionándose como un referente académico y cultural para la región.
¿Dónde están?
Vereda Barcelona, Km 12 vía Puerto López, Villavicencio, Departamento de Meta, Colombia.
Números que cuentan historias...
Durante los últimos doce meses, el Museo de Historia Natural de la Universidad de los Llanos convirtió la biodiversidad llanera en una experiencia viva. Aulas rurales, pasillos universitarios y pantallas digitales se entrelazaron para que niñas, niños y jóvenes exploraran, jugaran y contaran la ciencia que late en la Orinoquía.
Lo que sigue es un vistazo a los hitos que dejaron huella:
Productos que permanecen...
Tras cada visita, taller o juego quedaron huellas tangibles: herramientas diseñadas para que la ciencia, la construcción y apropiación social del conocimiento siga viva mucho después de que las luces del proyecto se apaguen.
Del banco de sonidos a renovación de espacios museográficos, estos recursos se convirtieron en capital compartido para aulas, senderos y espacios comunitarios: piezas que cualquier docente, guía o estudiante puede tomar para impulsar sus procesos.
TRANSFORMAR EL ESPACIO, ABRIRSE A LA COMUNIDAD
En Villavicencio, donde urge formar una ciudadanía con herramientas para reconocer, conservar y gestionar su patrimonio natural, la experiencia del Museo de Historia Natural es un aporte fundamental.
Susurros que enseñan vida
El museo reunió voces inéditas de aves, insectos y anfibios del llano, creando un paisaje sonoro digital. Así, cientos de niños descubrieron por primera vez su biodiversidad local, despertando un orgullo ambiental inesperado que convierte aulas en bosques vivos y al museo en un referente de identidad regional.
Ciencia en modo videojuego
La ciencia del museo se convirtió en juego interactivo, llevando sus saberes hasta la pantallas de tabletas y computadores. Niños del Meta ahora exploran biodiversidad entre trivias y retos visuales. El museo cruzó así una frontera digital que lo acerca a sus públicos y proyecta su futuro como espacio innovador.
Biodiversidad al alcance de la mano
Con vitrinas táctiles, modelos 3D y microscopios, el museo transformó su exposición en una experiencia sensorial e inmersiva. Visitantes, antes espectadores, ahora pueden interactuar directamente con la ciencia, haciendo del museo un espacio vivo, lleno de preguntas, asombro y cercanía con la naturaleza llanera.
Del aula al territorio vivo
Un movimiento de apertura a la comunidad universitaria y vínculo con la comunidad escolar que le acoge: estudiantes que exploran sus colecciones itinerantes y jornadas de exploración y reconocimiento de la biodiversidad en el campus, a veces convertida en paisaje. Esta conexión fortaleció semilleros de investigación juvenil y consolidó al museo como laboratorio natural, enraizado en el territorio y comprometido con su gente.
El museo de historia natural dejó de ser un espacio cerrado: abrió sus puertas a la universidad y a la sociedad, cruzó al mundo digital, abrazó el arte, y convirtió su colección en un dispositivo para conectarse con el patrimonio natural y cultural llanero.
Nuestro Kit de supervivencia para enfrentar el futuro...
Un centro de ciencia preparado para el futuro no solo conserva colecciones: guarda aprendizajes, cuida sus herramientas y sale al territorio con la maleta lista. De la voz de su equipo surgieron tres objetos imprescindibles:
La brújula de la planificación
“El plan estratégico nos mostró rutas claras..."
Con esta brújula se orientan cronogramas, guías de visita y fichas de sistematización: una hoja de ruta que evita perderse cuando cambie la dirección o el timonel.
El megáfono de la visibilidad "El museo dejó de ser un guardadero de cosas..."
Es posible amplificar los logros y hallazgos del Museo, así se logró que el conocimiento del centro se escuche dentro y fuera del campus.
La cuerda de las alianzas "Para sostener lo logrado necesitamos más tiemp y aliados..."
Una red de contactos estratégicos (universidad, otros museos y centros) mantienen la cuerda tensa, porque pueden representar: formación, cofinanciación de iniciativas y acompañamiento para no perder el rumbo.
Hoy, la fortaleza no es aguantar en silencio, sino caminar con brújula, megáfono y cuerda, haciéndose notar y sabiendo que el conocimiento florece cuando cada herramienta se comparte.
Juntando esfuerzos... Semilleros de investigación
Entomos, Bioherp y Jiacacu
¿Quiénes son?
Tres cunas de talentos desde el programa de Biología de la Universidad de los Llanos. Con líneas de trabajo en diversidad de insectos y artrópodos, reptiles y anfibios de la orinoquía colombiana y biologia y ecología de organismos acuáticos.
¿Para qué se juntaron?
El junte favoreció la generación de conocimiento sobre la biodiversidad de la orinoquía colombiana y también fortaleció las colecciones biológicas del museo.
¿Qué resultó? ¿Y qué se aprendió?
Se realizaron visitas pedagógicas en instituciones del Meta sobre la biodiversidad de la Orinoquia, junto con un curso-taller, actividades con estereomicroscopio, infografías del museo, un banco de sonidos de aves e insectos y el juego didáctico “Organizando el mundo natural”.
¿Y si una palabra definiera nuestra relación con el territorio?
Apertura…
Hoy el museo se abre a un territorio con el optimismo de convertirse en un lugar de encuentro, un acelerador de capacidades y un motor de formación de ciudadanos que reconocen el patrimonio natural del Meta y apuestan por su conservación.
El museo hoy se posiciona ante la comunidad universitaria, la primera audiencia que hay que seducir…
Poco a poco abrimos espacios, experiencias y ventanas al contacto con el patrimonio natural.
El Mensaje…
Donde la ciencia se abre al encuentro, el conocimiento se vuelve camino compartido
El Museo de Historia Natural de la Universidad de los Llanos no es solo un resguardo de colecciones: es un espacio que se piensa, se siente y se transforma. Organizando sus ideas, fortaleciendo su voz, ha abierto sus puertas con mayor intención y sentido, comprendiendo que más allá de exhibir, su tarea es provocar preguntas, despertar curiosidades y hacer del conocimiento un bien compartido.
Caminar hacia la apropiación no ha sido solo incorporar conceptos, sino aprender a habitarlos. Darles forma en la cotidianidad, en las rutas educativas, en las alianzas que se tejen y en la manera como se acompaña a quienes cruzan la puerta del museo. hay aprendizajes, pero también retos: sostener lo construido, vincular más manos, asegurar que el rumbo no dependa de una sola persona, sino de un propósito colectivo.
Hoy, el museo se piensa como punto de encuentro. Como un lugar donde la ciencia y la vida se encuentran para conversar, para hacer memoria y, sobre todo, para imaginar juntos lo que aún está por descubrirse.
Guanía
Tierra de muchas aguas
Este es un territorio donde el tiempo se escribe en piedra y río. Un paisaje inmenso que une el vasto llano con la exuberancia amazónica, donde los cerros Mavicure emergen como testigos milenarios de la vida que fluye. Sus ríos, entre ellos el majestuoso Inírida, serpentean atravesando selvas densas y sabanas abiertas, hogar de una diversidad única de flora y fauna.
Aquí, las comunidades indígenas mantienen viva una memoria ancestral que dialoga con los relatos de colonos que han encontrado en esta tierra un nuevo hogar.
En Guainía, la naturaleza y la cultura se entrelazan en un escenario de agua, piedra y vida que invita a ser descubierto.
El Museo Comunitario de Guainía (MCG) es un espacio de transformación social-ambiental y aporte educativo y cultural para la comunidad.
Con 11 años de trayectoria, promueve la conservación y salvaguarda del patrimonio histórico, cultural y natural del Guainía a través de 5 puntos vivos o red. En estos espacios, se realizan actividades de recuperación de conocimientos ancestrales, cultura material, etnobotánica, música y danza tradicional, entre otros.
Su objetivo es generar conciencia en las nuevas generaciones sobre la importancia de la salvaguarda del patrimonio material e inmaterial. Su pasión, preservar y promover la riqueza patrimonial y cultural del Guainía, trabajando incansablemente para lograr su objetivo.
¿Dónde están?
Punto principal: Calle 26 No. 15-70 Barrio los Libertadores, Inírida, Departamento de Guainía, Colombia
Números que cuentan historias...
A orillas de selva, ríos y petroglifos, el Museo Comunitario del Guainía convirtió el patrimonio indígena en aula itinerante. Con el apoyo de sabedores curripacos, piapocos y otras 16 etnias presentes en el departamento, niñas, niños y jóvenes exploraron su historia a través de talleres, recorridos y narraciones que viajaron tanto por los puntos vivos del museo como por las ondas sonoras de la radio.
Lo que sigue es un vistazo a los hitos que dejaron huella:
Productos que permanecen...
Tras cada visita, conversación o emisión en la radio quedó un conjunto de herramientas listas para seguir circulando: saberes que toman forma de canastos, que llegan a las vitrinas y archivos de audio que cualquier escuela o comunidad puede disponer.
UN SUEÑO HECHO A MUCHAS
MANOS Y VOCES
En la tierra de muchas aguas, el Museo Comunitario del Guania teje redes de saberes y espacios para reivindicar la diversidad y riqueza natural y cultural. Una apuesta relevante para en un territorio donde el arraigo y la identidad son puestos en tensión ante el avance homogeneizador del mercado.
Caminar para recordar
Una ruta viva entre ríos y petroglifos, activa los sentidos y la memoria colectiva. Jóvenes tocan barro, reconocen plantas medicinales y escuchan sabedores indígenas, convirtiendo el paisaje en aula abierta y fortaleciendo la identidad territorial del Guainía.
Un museo en la espalda
El catumare didáctico, tejido por mujeres, llevó utensilios cotidianos y semillas medicinales hasta escuelas lejanas. Así, niños descubren que cada objeto cotidiano guarda historias valiosas, convirtiendo al museo en viajero permanente, accesible, cercano y profundamente vivo.
Historias que viajan por el río
A través de radio local y podcasts, el museo difundió relatos ancestrales, mitos y cantos. Las voces indígenas llegaron a teléfonos urbanos y hogares remotos, logrando que saberes tradicionales navegaran más allá del territorio, transformando al museo en un puente sonoro entre generaciones y comunidades distantes.
Objetos que hablan, vitrinas que unen
La renovación de su sala principal con vitrinas interactivas y relatos ancestrales que conectan pasado y presente, dan al museo un aire acogedor preparado para la visita. Las donaciones comunitarias ahora narran usos y cosmovisiones, convirtiendo cada visita en una experiencia viva, fortaleciendo la confianza comunitaria y consolidando al museo como espacio de diálogo entre ciencia y tradición.
El museo comunitario, construido con voluntades diversas y múltiples saberes, demostró que el patrimonio del Guainía vive en cada voz, objeto y lugar, trazando un camino donde conservar, celebrar y compartir son un solo río que fluye desde muchas aguas.
Nuestro Kit de supervivencia para enfrentar el
futuro...
Un centro de ciencia preparado para el futuro no solo conserva colecciones: guarda aprendizajes, cuida sus herramientas y sale al territorio con la maleta lista. De la voz de su equipo surgieron tres objetos imprescindibles:
El catumare viajero
“El catumare lo conformamos a través de toda la experiencia del año..."
El canasto de saberes que viaja a escuelas y resguardos: piezas, cartillas y réplicas didácticas que permiten realizar talleres sobre patrimonio en cualquier rincón del Guainía.
El puente de aliados "Es importante mantener el trabajo en equipo, mantener el relacionamiento...”
Una estructura sólida que conecte, que facilite recursos, acompañamiento, asesoría y difusión para que el museo nunca se quede aislado.
La radio permanente
"La radio aún se configura como el medio por excelencia que consumen las familias..."
Programas radiales y podcasts que mantienen viva la oralidad: como un fogón comunitario, reúnen voces, mitos y música alrededor de la palabra compartida.
Hoy el Museo Comunitario del Guainía camina ligero: carga su catumare, la radio para escuchar a los demás y que también escuchen sus historias, pero sobre todo, se asegura de tejer puentes para que la memoria siga navegando el Inírida.
Juntando esfuerzos... Semillero de investigación Guainía
MCG-UNAD
¿Quiénes son?
Patrimonial
Están adscritos a la Universidad Abierta y a Distancia UNAD y se enfocan en el estudio del patrimonio cultural del Guainía.
¿Para qué se juntaron?
Este junte buscaba fortalecer la generación de conocimiento cultural de la región y divulgación de los productos generados en este proyecto.
¿Qué resultó? ¿Y qué se aprendió?
Se realizaron siete talleres de reconocimiento del patrimonio material e inmaterial en el museo, con la participación de sabedores indígenas, y se elaboró un documento de sistematización que recoge logros y áreas de mejora del proyecto. Además, se apoyó la emisión de seis programas radiales en emisoras locales, se difundieron los resultados en redes sociales y se socializó el material en cinco colegios.
¿Y si una palabra definiera nuestra relación con el territorio?
En construcción...
Reconociendo que se viene haciendo la tarea en el relacionamiento comunitario, la valoración del patrimonio cultural y la construcción identitaria; pero evidenciando que falta trecho por caminar en la relación con el sector gubernamental que modula en buena medida el acceso a oportunidades en la región.
Hoy la comunidad nos reconoce, nos busca si encuentran elementos de valor patrimonial, somos aliados.
La institucionalidad en Guania a veces parece archipiélago, necesitamos puentes.
El Mensaje…
Cuando la ciencia se teje con la memoria, el territorio se vuelve conocimiento vivo
El Museo Comunitario del Guainía emerge transformado. No solo como espacio cultural, sino como un centro de ciencia que activa memorias, teje redes y moviliza saberes en y desde el territorio. Su experiencia da cuenta de que ampliar la visión y fortalecer las identidades locales es fundamental para la construcción de una ciudadanía científica sensible a su diversidad.
Desde esa vivencia, hacen un llamado es urgente repensar los modelos de acompañamiento, reconociendo la diversidad de escalas, tiempos y trayectorias que existen más allá de lo institucional. La Apropiación Social del Conocimiento no puede homogenizar; debe dialogar con las condiciones reales de quienes sostienen estos procesos.
El mejor camino de fortalecimiento es la co-creación desde la escucha, el respeto y la corresponsabilidad. Porque la ciencia también se cultiva en comunidad, entre tejidos de memoria, río y piedra. Reconocer esto es dar lugar a una sociedad que aprende con otros y no a pesar de ellos.
TUn territorio envuelto entre el pulso húmedo de la Amazonía y el susurro abierto de las sabanas. Aquí los ríos cruzan frondosas selvas, custodiados por la Serranía de Chiribiquete, donde jaguares y pinturas ancestrales visten rocas sagradas.
En sus aguas, las toninas rosadas surcan las corrientes bajo el dosel de ceibas milenarias, mientras comunidades reviven historias en malocas rodeadas historias y tradición.
En Guaviare cada raudal, petroglifo y atardecer revela una historia de resistencia ante la violencia, donde naturaleza y cultura se funden en un solo latido de vida.
Guaviare
El Museo Comunitario de Guainía (MCG)
La Fundación Diamante de las Aguas es un centro de ciencia ubicado en San José de Guaviare, Colombia. Desde 2005, trabaja en la restauración y conservación de la Reserva Natural El Diamante de las Aguas, un modelo de recuperación ecológica en la Serranía La Lindosa.
Su misión es proteger la biodiversidad amazónica y guyanesa mediante educación ambiental, investigación y alianzas comunitarias, buscando ser un referente en la toma de decisiones sostenibles para 2030.
Desarrolla actividades como el programa Aula Viva, que integra educación ambiental con enfoques diferenciales para jóvenes, comunidades rurales e indígenas, turistas e instituciones. Además, promueve la conservación de especies nativas mediante viveros y monitoreo ecológico.
Su estrategia incluye la creación de guías comunitarias, materiales pedagógicos y la dinamización de grupos como Herederos del Planeta, formando líderes ambientales.
Diamante de las Aguas
¿Dónde están?
Carrera 24 N° 18-20, Barrio Bello Horizonte, San José del Guaviare.
Números que cuentan historias...
En la transición entre los Llanos y la Amazonia, la Reserva Natural Diamante de las Aguas convirtió senderos, mariposarios y meliponarios en laboratorios a cielo abierto. Niños, jóvenes, pasantes y turistas vivieron un año donde la conservación se practica con las manos y se cuenta con la voz propia.
Lo que sigue es un vistazo a los hitos que dejaron huella:
Productos que permanecen...
Tras cada caminata y cada sesión quedaron semillas concretas para seguir cultivando y germinando conservación y conocimiento:
SEMILLAS DE FUTURO
En el corazón del Guaviare, la Fundación Diamante de las Aguas resiste y florece. En su reserva, ciencia, comunidad y naturaleza se encuentran. Donde antes hubo conflicto, hoy crecen liderazgos, saberes y futuros que cuidan la vida en uno de los territorios más biodiversos y resilientes del país.
Atlas de saberes y conocimientos
Un gran banco digital con documentos, fotos y registros del territorio, custodia saberes de la reserva. Este recurso ahora orienta investigaciones y guía restauraciones ecológicas, consolidando a la reserva como un nodo vital de conocimiento.
Laboratorios vivos en medio de la selva
Transformando senderos en aulas abiertas, el centro creó espacios donde abejas, mariposas y plantas enseñan conservación. Jóvenes y expertos locales aprendieron juntos sobre biodiversidad, comprobando que cuidar la vida comienza en la cotidianidad, fortaleciendo el tejido social y ecológico del territorio.
Herederos del planeta, guardianes de futuro
Niños y niñas del territorio se convirtieron en líderes ambientales a través de experiencias educativas llenas de ciencia, arte y esperanza. Hoy movilizan conciencia ambiental en sus comunidades, demostrando que la reserva no solo protege naturaleza, sino que también cultiva una ciudadanía comprometida.
El aula que viaja más allá del bosque
El centro creó un aula itinerante que lleva la magia del aprendizaje ambiental fuera de la reserva, conectando comunidades dispersas. Mejoras locativas y conectividad digital abrieron la reserva al mundo, transformándola en un punto de encuentro entre la selva profunda y una audiencia global.
La reserva no solo guarda especies: cultiva esperanza. Cada sendero, cada historia y cada aprendizaje es una semilla de futuro. Una historia de transformación familiar, comunitaria y territorial…
Nuestro Kit de supervivencia para enfrentar el
futuro...
Un centro de ciencia preparado para el futuro no solo conserva colecciones: guarda aprendizajes, cuida sus herramientas y sale al territorio con la maleta lista. De la voz de su equipo surgieron tres objetos imprescindibles:
Bitácora de viaje
"La parte de sistematización… nosotros no lo teníamos tan organizado..."
Aprender a guardar la memoria viva de los proyectos: un cuaderno (digital o físico) donde se ordene lo que hacemos y las decisiones que tomamos permite que no se pierda lo aprendido.
El catalejo del acompañamiento
"Tener a un centro de ciencia allí, encontrándonos y asesorándonos es una necesidad..."
Un instrumento para mirar más lejos: algo que conecta al equipo con guías externos que orienten la creación de experiencias, fortalezcan la comunicación y consoliden con nosotros nuestro proceso.
La red de cómplices
"Hicimos articulaciones con entidades públicas, territoriales y organizaciones de base comunitaria..."
Un tejido firme que enlaza escuelas, vecinos, fundaciones y entes gubernamentales; así si uno de los hilos se rompe, los demás sostienen y abren nuevas rutas de colaboración y cofinanciación.
Con la bitácora en la mano, una red que acompaña y un catalejo que da seguridad, Diamante de las Aguas se propone seguir abriendo la reserva a la comunidad, sembrar conocimiento y curiosidad en los territorios, en cada uno de los herederos del planeta.
Juntando esfuerzos... Semillero de Investigación en Ciencias Agrícolas, Pecuarias
¿Quiénes son?
y del Medio Ambiente
Hacen parte de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) cuyo principal linea de trabajo es la educación ambiental, la conservación y el manejo sostenible de los recursos naturales
¿Para qué se juntaron?
Se juntaron para fortalecer el diseño de actividades educativas, trabajar con viveros de especies priorizadas y generar conocimiento sobre la biodiversidad de la reserva.
¿Qué resultó? ¿Y qué se aprendió?
Se diseñaron currículos para Aula Viva con prácticas ambientales vivenciales, dos viveros domésticos para conservación y autosuficiencia, y se estableció una parcela de investigación en la Reserva El Diamante, aportando al monitoreo y conservación de la biodiversidad local. Estas acciones fomentan la educación ambiental y la participación comunitaria en la protección de los ecosistemas.
¿Y si una palabra definiera nuestra relación con el territorio?
Confianza...
Una relación fundada en la responsabilidad que asumimos como plataforma que trabaja en el fomento a vocaciones científicas con los más pequeños de nuestro territorio, nuestros Herederos del Planeta. Una demostración de la pasión, cuidado y acción decidida por la conservación del medioambiente desde la infancia.
Que los padres envíen a sus hijos ha sido una demostración de confianza en el proceso.
Los aprendizajes que los niños se llevan, inspiran hoy a sus padres a venir, a pedirnos espacios
En lo profundo del Guaviare, esta reserva ha aprendido a nombrarse distinto. Lo que comenzó como un sueño familiar, ha tomado forma hasta convertirse en un espacio donde la educación ambiental se entrelaza con la ciencia, la conservación y la vida cotidiana. Han comprendido que no basta con proteger el bosque: hay que comprenderlo, habitarlo con preguntas, volverlo escuela y vínculo.
Los conceptos se vuelven herramientas cuando pueden ser vividos, no solo estudiados. La apropiación deja de ser una palabra lejana para transformarse en experiencia, en método, en posibilidad. Es necesario reorganizar lo que se sabe, documentar lo que se hace, y asumir que la ciencia también exige rigor, sistematicidad y cuidado de los procesos.
Desde allí, desde su aula viva y las voces que la recorren, emergió una certeza: hay conocimientos que no caben en los libros, pero sí en la piel de quienes se atreven a aprender con otros, desde el territorio, para que la vida siga siendo posible.
El Mensaje…
Cuando la ciencia se vive con los pies en la tierra, el territorio se convierte en escuela y hogar.
Y NOS ENCONTRAMOS PARA CELEBRAR LOS LOGROS...(SIMAT)
Nos encontramos en Villavicencio, en el parque Merecure, no solo para cerrar un capítulo, sino para abrir nuevos caminos de cooperación entre nosotros y otras organizaciones.
El 30 de abril de 2025 nos dimos cita para dialogar y encontrarnos: delegaciones de los tres centros de ciencia beneficiados, sus semilleros de investigación, jóvenes investigadores, coordinadores de zona, aliados estratégicos y representantes de MINCIENCIAS.
Fue un viaje desde distintos rincones de los Llanos colombianos, con un propósito común: compartir experiencias, intercambiar saberes, reconocer el camino recorrido y celebrar lo que somos: territorios vivos de conocimiento, en constante transformación.
Voces que debían ser escuchadas…
En el auditorio Merecure, seis voces se alzaron para narrar desde lo profundo, cómo la ciencia, cuando se enraíza en el territorio, transforma vidas, resignifica oficios y abre futuros posibles. No fueron solo historias; fueron manifestaciones vivas de cambio, resistencia y esperanza.
Escuchamos palabras sinceras y críticas valientes. Cada intervención fue un acto de memoria y de visión, una invitación a imaginar nuevas formas de construir conocimiento desde lo colectivo.
Porque cuando compartimos, tejemos comunidad: el conocimiento deja de ser individual y se vuelve fuerza colectiva.
Un circuito de experiencias…
Entre relatos de logros y desafíos vividos durante el proceso de fortalecimiento, cada centro de ciencia beneficiado dio vida a un stand donde se hizo visible su camino recorrido: productos desarrollados, fotografías de sus espacios, actividades diseñadas para sus públicos y los equipos adquiridos para enriquecer las experiencias de apropiación social del conocimiento.
Fuimos testigos del esfuerzo, la creatividad y la pasión que sostienen cada iniciativa. Porque cuando el conocimiento se comparte desde el territorio y en diálogo con otras miradas, se transforma en una herramienta viva, poderosa y cercana.
“No hay conocimiento completo si no se escuchan todas las voces que lo habitan.”
UNILLANOS DIAMANTE GUAINÍA
Con el paso del joropo, cerramos, pero no paramos...
Después de tanto trabajo, encuentros, aprendizajes y caminos compartidos, llegó el momento de celebrar al ritmo llanero. Porque sí, también es necesario hacer una pausa para reconocer lo logrado, abrazar los frutos del esfuerzo y compartir la alegría de haber llegado hasta aquí.
Cada logro merece su fiesta, cada paso dado su reconocimiento. Celebrar es una forma de honrar el camino y de agradecer a quienes lo hicieron posible.
Nos reunimos para cerrar este ciclo no desde la nostalgia, sino desde la gratitud y la convicción de que lo construido es apenas el comienzo. Con cada experiencia sembrada, abrimos la puerta a nuevas posibilidades.
Y aunque este capítulo termina, lo que se viene trae consigo la promesa de algo aún más grande y esperanzador.
A QUIENES LO HICIERON POSIBLE…
Equipo de implementación FZC
Maria Clara Domínguez Vernaza, Diana Marcela Vivas Ramos, Robert Arango López, Daniel Cárdenas Yusty, Rusbel Y. Salazar, Meriel Ellen Rodríguez, Tatiana Cerón Méndez, Lina Torres Melo, Natalia Pino Chaguala, Alejandro Morales, Luz Andrea Torres Muñoz, Sandra Chacón Sánchez, Sharly Vivian Mena Pacheco, Daniel Giraldo Rivas, Javier Lozada Bolaños, Luz Elena Olaya, Mariana Rincón Ospina, Orlando Salcedo Valencia, Carlos Solano Zúñiga, Juan Sebastián Soles Gil, Edna Margarita Meneses Clavijo, Deisy Viviana Hernández Ibáñez, Evelyn Chavarro Martínez, Hamilton
Estib Garcia Segura, Juan Sebastián Chinome Cipagauta, Laura Cristina Fuentes Osorio.
Aliados
Asociación CALIDRIS: Diana Eusse, Alexander Morales, Fernando Castillo.
Fundación Cunaguaro: Ernesto Roa Vergas, Cesar Rojano, Laura Miranda y Renzo Ávila.
Amigos del proyecto
Sigrid Falla Morales y John Felipe Rocha Gutierrez