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VACUNA CONTRA COVID EN MUJERES EMBARAZADAS

De los géneros Comunicándo(se)

· Por Dra. Rosa María Ortiz Prado

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La comunicación entre seres humanos existe desde que existe el lenguaje, sin embargo ¿hombres y mujeres nos comunicamos asertivamente entre nosotros? Cuando nos comunicamos con los varones ¿las mujeres damos legitimidad a nuestro lado femenino?

Se dice que está comprobado que las mujeres hablamos más que los hombres, según algunos estudios -entre ellos el de la Universidad de Maryland- las mujeres hablamos de 13 a 20,000 palabras por día versus 7000 palabras en promedio en los hombres, sin que esto signifique que seamos mejores en la comunicación.

En las diferentes culturas existen mitos con respecto a la forma de hablar de las mujeres, por ejemplo: “un hombre una palabra, una mujer un diccionario”. Otras investigaciones nos señalan que el cerebro femenino contiene niveles altos de una proteína conocida como proteína del lenguaje, la FOXP2; se calcula que en promedio, el cerebro femenino la produce en un 30% más que el cerebro masculino.

Otros estudios lingüísticos señalan que las niñas aprenden a hablar antes que los niños, estructurando antes palabras y oraciones e integrando tempranamente un lenguaje más amplio. Tomando en cuenta factores culturales y emocionales, las mujeres utilizamos una narrativa más emotiva en nuestro discurso que los varones. Consideremos también que el uso del lenguaje no verbal en las mujeres es más amplio en el movimiento, llegando a realizar hasta 10,000 gestos y 21,000 expresiones faciales diarias en la comunicación, contra 9000 como máximo en el varón.

Según la lingüista Deborah Tannen, las mujeres podemos hablar mucho tiempo con respecto a un tema, regresando con facilidad al mismo aunque seamos interrumpidas o abordemos otro, mientras que el varón aborda tres o cuatro temas diferentes en el mismo tiempo en que las mujeres nos dedicamos a uno solo.

Como humanos sabemos que nuestra lengua materna modela la realidad de diferente manera y que el lenguaje escatológico se adapta a la cultura, ya que en muchas de ellas, este tipo de lenguaje es más utilizado por el género masculino, por ejemplo, en nuestra cultura, se utiliza en el albur, en el humor sexual y en el discurso obsceno. Aquí también entrarían las experiencias y las actividades tradicionalmente asignadas a roles de género y a las actividades y reglas sociales del grupo de pertenencia pues a lo largo de nuestra historia, la voz del paterfamilias, ha sido la norma.

Por otro lado, se ha teorizado sobre la imposibilidad o la dificultad de comunicarnos asertivamente entre ambos sexos y se han escrito temas como: “los hombres son de Marte, las mujeres son de Venus”, “ El lenguaje y el lugar de la mujer”, etc.

Johannas Grey y Barbara Anís llevaron a cabo más de 100,000 entrevistas entre hombres y mujeres en sus lugares de trabajo, y en sus conclusiones, señalaron que los hombres describen a las mujeres como hacedores de preguntas que interfieren en el trabajo, retrasándolo. Mientras que las mujeres describen a los hombres como no escuchadores, a lo que Grey da una explicación basada en aspectos bioquímicos como por ejemplo, que los mayores niveles de testosterona en los hombres los llevan a la acción y a la determinación y, los mayores niveles de oxitocina en la mujer (hormona del vínculo), lleva a las mujeres a promover la afiliación, el grupo y el gremio.

La mujer se comunica de manera más expresiva, tiene conductas más entendedoras, más apoyadoras, es sorora con otras mujeres, es menos escatológica, más comunicativa al hablar bien o mal de alguien o al contar secretos, es más interrumpida en su comunicación, es más descalificada, menos escuchada socialmente aún en la actualidad.

Y el hombre, sintetizando: podríamos decir que es más resolutivo en el uso del lenguaje, hace más bromas, utiliza más “malas palabras”, utiliza más el doble sentido, es más escatológico, es menos comunicativo emocionalmente, menos comunicativo cuando habla bien o mal de alguien o cuando cuenta secretos, es menos interrumpido y menos descalificado en su comunicación.

Todo esto tomando en cuenta no sólo la importancia de si el que habla es hombre o mujer, sino de qué sexo es. Entonces sin caer en categorizaciones o en absolutismos y, sin basarnos en investigaciones científicas que aún son incipientes, podemos decir que la comunicación entre hombres y mujeres está determinada e influenciada por múltiples factores, como son la cultura, la familia, la generación de pertenencia, la sociedad, la religión, el sexo, el gremio, la educación, los estados emocionales y el cerebro.

Muchas gracias por acompañarme en el camino de aprender a comunicarnos de manera diferente con otros.

Hasta la próxima vez.

* Dra. en Psicología Rosa María Ortiz Prado

Sexóloga. Coach certificado internacional. Prolongación de Emiliano Zapata #630, Col. Reforma, Oaxaca de Juárez, Oax. Tel: 951 5471247 y 51 38304

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