


ISSN 2322-7761
Saludo del Mes
Sanando Heridas
Junio, día a día
Santo Rosario
Momentos de Esperanza - Devocional
ISSN 2322-7761
Edición correspondiente al periodo: Junio de 2025
Una publicación de: Organización La Esperanza
Diagonal Santander N°8-93- Cúcuta (Norte de Santander)
Dr. Diego Fernando Montes Gutiérrez
Gerente General
Editor: Coordinación de comunicaciones Publicación Mensual
San José de Cúcuta, Junio de 2025
Comenzamos este espacio de profunda reflexión, elevando una oración a Dios para que nos acompañe con su infinita sabiduría. Este mes, te invitamos a hacer una pausa significativa para abrazarte con ternura y reconocer la imperiosa necesidad de perdonarte a ti mismo. A menudo somos demasiado duros con nuestro propio ser, cargando culpas, arrastrando errores del pasado o frustraciones por expectativas no cumplidas. Sin embargo, con la inmensa misericordia de Dios, que nos transforma con su gracia inagotable, podremos comenzar a mirarnos con la compasión que merecemos.
Así como Él extiende su perdón sin medida, nos invita a tratarnos con paciencia y gentileza, a reconocernos como lo más valioso de su creación y a recordar que la fe es, en esencia, un camino de profunda sanación interior. Cuando aprendemos a amarnos con la misma pureza y aceptación con la que Dios nos ama, es entonces cuando podemos verdaderamente valorar y comprender a los demás.
Este es un tiempo propicio para reconciliarnos con nuestras propias historias, aceptar los tropiezos como parte del camino y celebrar con alegría cada pequeña victoria. Cada nuevo día es una oportunidad divina para comenzar de nuevo, con la certeza inquebrantable de que Su misericordia se renueva cada mañana.
Como comunidad, te extendemos una invitación sincera a abrir tu corazón, a soltar lo que ya no te sirve y a abrazar el presente con gracia. Que este mes sea una siembra abundante de compasión, aceptación incondicional y perdón profundo, comenzando siempre por ti mismo.
A lo largo de la vida, todos acumulamos heridas. Algunas son visibles, como cicatrices en la piel; otras, mucho más profundas, se alojan en el corazón y la mente. Estas heridas emocionales pueden nacer de palabras no dichas, traiciones inesperadas, pérdidas o incluso de nuestras propias decisiones. Lo importante no es ignorarlas, sino aprender a mirarlas con honestidad, atenderlas y permitirnos sanar.
Sanar no es olvidar, ni pretender que no ha pasado nada. Sanar es mirar con amor lo que dolió, y reconocer que ya no queremos seguir cargando con ese dolor. Muchas veces, para comenzar a sanar, necesitamos perdonar. No necesariamente porque quien nos hirió lo merezca, sino porque nosotros merecemos paz. El perdón no minimiza el daño, pero nos libera del peso que nos impide avanzar. Es una decisión que se toma cada día, poco a poco, sin prisa, pero con intención.
Parte del proceso también implica vaciar culpas. Vivimos arrastrando errores del pasado, palabras que dijimos, decisiones que tomamos, caminos que desearíamos no haber elegido. Pero quedarse en la culpa solo profundiza la herida. La autocompasión es clave. Reconocer que hicimos lo mejor que pudimos con lo que
Cultivar el amor: una celebración diaria
sabíamos y con las herramientas propias que teníamos en ese momento es un acto de humildad, pero también de crecimiento.
Y cuando el alma comienza a vaciarse de culpas, resentimientos y miedos, hay espacio para algo transformador: la gratitud. Ser agradecidos no significa negar el dolor, sino encontrar luz incluso en medio de la oscuridad. Agradecer por lo aprendido, por quienes se quedaron a nuestro lado, por la fuerza que ni sabíamos que teníamos. La gratitud sana porque nos conecta con lo que sí hay, con lo que permanece, con lo que nos da esperanza.
Sanar es un camino, no un destino. A veces retrocedemos, a veces avanzamos con pasos pequeños. Pero cada paso cuenta. Y mientras caminamos, es importante recordar que no estamos solos. Hay ayuda, hay guía, hay fe. Como psicóloga, he visto que el alma humana tiene una enorme capacidad de resiliencia. Como creyente, confío en que Dios no solo ve nuestras heridas, sino que también las toca con ternura y propósito.
Hoy, te invito a comenzar o continuar ese proceso de sanación. Perdona, suelta, agradece. No por debilidad, sino por amor propio. Porque mereces vivir libre, en paz y con el corazón ligero.
Psicóloga Geraldine Picón
te permite continuar tu vida con más libertad.
San Lucas (24,46-53):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en s u n o m b r e s e p r e d i c a r á l a conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, c o m e n za n d o p o r J e r us a l é n .
Vosotros sois testigos de esto. Yo os e nv i a ré l o qu e m i P a d re h a prometido; vosotros quedaos en la ciudad, hasta que os revistáis de la fuerza de lo alto.»
Después los sacó hacia Betania y, levantando las manos, los bendijo. Y mientras los bendecía se separó de ellos, subiendo hacia el cielo. Ellos se postraron ante él y se volvieron a Jerusalén con gran alegría; y estaban siempre en el templo bendiciendo a Dios.
Domingo
Palabra del Señor
Sal 46,2-3.6-7.8-9
R/. Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas
Pueblos todos batid palmas, aclamad a Dios con gritos de júbilo; porque el Señor es sublime y terrible, emperador de toda la tierra. R/.
Dios asciende entre aclamaciones; el Señor, al son de trompetas; tocad para Dios, tocad, tocad para nuestro Rey, tocad. R/.
Porque Dios es el rey del mundo; tocad con maestría. Dios reina sobre las naciones, Dios se sienta en su trono sagrado. R/.
Nuestra reflexión
Hoy, reconoce un error del pasado sin juzgarte. Escríbelo y entrégaselo a Dios.
Evangelio de hoy
San Juan (16,29-33):
E N a q u e l t i e m p o , a q u e l tiempo, los discípulos dijeron a
Jesús:
«Ahora sí que hablas claro y no usas comparaciones. Ahora vemos que lo sabes todo y no necesitas que te pregunten; por ello creemos que has salido de Dios».
Les contestó Jesús: «¿Ahora creéis? Pues mirad: está para llegar la hora, mejor, ya ha llegado, en que os disperséis cada cual por su lado y a mí me dejéis solo. Pero no estoy solo, porque está conmigo el Padre. Os he hablado de esto, para que encontréis la paz en mí. En el mundo tendréis luchas; pero tened valor: yo he vencido al mundo».
Propósito para hoy El amor propio es el punto de partida de toda sanación.
Salmo
Sal 67,2-3.4-5ac.6-7ab
R/. Reyes de la tierra, cantad a Dios
Se levanta Dios, y se dispersan sus enemigos, huyen de su presencia los que lo odian; como el humo se disipa, se disipan ellos; como se derrite la cera ante el fuego, así perecen los impíos ante Dios. R/.
En cambio, los justos se alegran, gozan en la presencia de Dios, rebosando de alegría. Cantad a Dios, tocad a su nombre; su nombre es el Señor. R/.
Padre de huérfanos, protector de viudas, Dios vive en su santa morada. Dios prepara casa a los desvalidos, libera a los cautivos y los enriquece. R/.
Nuestra reflexión
Palabra del Señor
Dedica 15 minutos a hacer algo que te haga sentir bien contigo mismo.
Hablarte con ternura es un acto de fe en el amor de Dios hacia ti.
San Juan (17,1-11a):
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, dijo: «Padre, ha llegado la hora, glorifica a tu Hijo, para que tu Hijo te glorifique y, por el poder que tú le has dado sobre toda carne, dé la vida eterna a los que le confiaste. Ésta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo. Yo te he glorificado sobre la tierra, he coronado la obra que me encomendaste. Y ahora, Padre, glorifícame cerca de ti, con la gloria que yo tenía cerca de ti, antes que el mundo existiese. He manifestado tu nombre a los hombres que me diste de en medio del mundo. Tuyos eran, y tú me los diste, y ellos han guardado tu palabra. Ahora han conocido que todo lo que me diste procede de ti, porque yo les he comunicado las palabras que tú me diste, y ellos las han recibido, y han conocido verdaderamente que yo salí de ti, y han creído que tú me has enviado. Te ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por éstos que tú me diste, y son tuyos. Sí, todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y en ellos he sido glorificado Ya no voy a estar en el mundo, pero ellos están en el mundo, mientras yo voy a ti.»
Palabra del Señor
Sal 67,10-11.20-21
R/. Reyes de la tierra, cantad a Dios
Derramaste en tu heredad, oh Dios, una lluvia copiosa, aliviaste la tierra extenuada y tu rebaño habitó en la tierra que tu bondad, oh Dios, preparó para los pobres. R/.
Bendito el Señor cada día, Dios lleva nuestras cargas, es nuestra salvación.
Nuestro Dios es un Dios que salva, el Señor Dios nos hace escapar de la muerte. R/.
Nuestra reflexión
Di tres palabras de aliento hacia ti mismo.
San Juan (17,11b-19):
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre santo, guárdalos en tu nombre, a los que me has dado, para que sean uno, como nosotros. Cuando estaba con ellos, yo guardaba en tu nombre a los que me diste, y los custodiaba, y ninguno se perdió, sino el hijo de la perdición, para que se cumpliera la Escritura. Ahora voy a ti, y digo esto en el mundo para que ellos mismos tengan mi alegría cumplida. Yo les he dado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. No ruego que los retires del mundo, sino que los guardes del mal. No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. Conságralos en la verdad; tu palabra es verdad. Como tú me enviaste al mundo, así los envío yo también al mundo. Y por ellos me consagro yo, para que también se consagren ellos en la verdad.»
Palabra del Señor
Propósito para hoy
Sanar es aprender a ver tu historia con nuevos ojos.
Sal 67,29-30.33-35a.35b.36c
R/. Reyes de la tierra, cantad a Dios
Oh Dios, despliega tu poder, tu poder, oh Dios, que actúa en favor nuestro. A tu templo de Jerusalén traigan los reyes su tributo. R/.
Reyes de la tierra, cantad a Dios, tocad para el Señor, que avanza por los cielos, los cielos antiquísimos, que lanza su voz, su voz poderosa: «Reconoced el poder de Dios.» R/.
Sobre Israel resplandece su majestad, y su poder, sobre las nubes. ¡Dios sea bendito! R/.
Nuestra reflexión
Tómate unos minutos para orar por una herida que aún estás aprendiendo a aceptar.
Aceptarte no es rendirte, es comenzar a vivir con verdad.
San Juan (17,20-26):
En aquel tiempo, Jesús, levantando los ojos al cielo, oró, diciendo: «Padre santo, no sólo por ellos ruego, sino también por los que crean en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno, como tú, Padre, en mí, y yo en ti, que ellos también lo sean en nosotros, para que el mundo crea que tú me has enviado. También les di a ellos la gloria que me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno; yo en ellos, y tú en mí, para que sean completamente uno, de modo que el mundo sepa que tú me has enviado y los has amado como me has amado a mí. Padre, éste es mi deseo: que los que me confiaste estén conmigo donde yo estoy y contemplen mi gloria, la que me diste, p o rqu e m e a m a b a s, a n te s d e l a fundación del mundo. Padre justo, si el mundo no te ha conocido, yo te he conocido, y éstos han conocido que tú me enviaste. Les he dado a conocer y les daré a conocer tu nombre, para que el amor que me tenías esté con ellos, como también yo estoy con ellos.»
Palabra del Señor
Sal 15
R/. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti
Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti; yo digo al Señor: «Tú eres mi bien.»
El Señor es el lote de mi heredad y mi copa; mi suerte está en tu mano. R/.
Bendeciré al Señor, que me aconseja, hasta de noche me instruye internamente.
Tengo siempre presente al Señor, con él a mi derecha no vacilaré. R/.
Por eso se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas, y mi carne descansa serena. Porque no me entregarás a la muerte, ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción. R/.
Me enseñarás el sendero de la vida, me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha. R/.
Nuestra reflexión
Mírate al espejo y di en voz alta algo que sí valoras de ti.
Habiéndose aparecido Jesús a sus discípulos, después de comer con ellos, dice a Simón Pedro:
«Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos?»
Él le contestó: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis corderos.»
Por segunda vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me amas?»
Él le contesta: «Sí, Señor, tú sabes que te quiero.»
Él le dice: «Pastorea mis ovejas.»
Por tercera vez le pregunta: «Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?»
S e e n t r i s t e c i ó P e d r o d e q u e l e preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: «Señor, tú conoces todo, tú sabes que te quiero.»
Jesús le dice: «Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras joven, tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero, cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ceñirá y te llevará adonde no quieras.»
Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria a Dios.
Dicho esto, añadió: «Sígueme.»
Palabra del Señor
Dios no espera que seas perfecto, solo que te dejes amar.
Sal 10,4-7
R/. El Señor puso en el cielo su trono
Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R/.
Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.
El Señor puso en el cielo su trono, su soberanía gobierna el universo. Bendecid al Señor, ángeles suyos, p o d e r o s o s e j e c u t o r e s d e s u s órdenes. R/.
Haz una pausa y repite en oración: “Señor, así como soy, me presento ante Ti.”
Tu historia es el terreno donde Dios obra.
San Juan (21,20-25):
En aquel tiempo, Pedro, volviéndose, vio que los seguía el discípulo a quien Jesús tanto amaba, el mismo que en la cena se había apoyado en su pecho y le había preguntado: «Señor, ¿quién es el que te va a entregar?»
Al verlo, Pedro dice a Jesús: «Señor, y éste ¿qué?»
Jesús le contesta: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?
Tú sígueme.»
Entonces se empezó a correr entre los hermanos el rumor de que ese discípulo no moriría. Pero no le dijo
Jesús que no moriría, sino: «Si quiero que se quede hasta que yo venga, ¿a ti qué?» Éste es el discípulo que da testimonio de todo esto y lo ha escrito; y nosotros sabemos que su testimonio es verdadero. Muchas otras cosas hizo
Jesús. Si se escribieran una por una, pienso que los libros no cabrían ni en todo el mundo.
Palabra del Señor
Sal 10,4.5.7
R/. Los buenos verán tu rostro, Señor
El Señor está en su templo santo, el Señor tiene su trono en el cielo; sus ojos están observando, sus pupilas examinan a los hombres. R/.
El Señor examina a inocentes y culpables, y al que ama la violencia él lo odia.
Porque el Señor es justo y ama la justicia: los buenos verán su rostro.
R/.
Nuestra reflexión
Comparte con alguien cercano una experiencia que te ayudó a crecer.
El perdón comienza cuando dejas de cargar lo que ya no puedes cambiar.
San Juan (20,19-23):
AL anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros».
Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo».
Y, dicho esto, sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos».
Palabra del Señor
Salmo
Sal 103,1ab.24ac.29bc-30.31.34
R/. Envía tu Espíritu, Señor, y repuebla la faz de la tierra
Bendice, alma mía, al Señor: ¡Dios mío, qué grande eres! Cuántas son tus obras, Señor; l a t i e r r a e s t á l l e n a d e t u s criaturas. R/.
Les retiras el aliento, y expiran y vuelven a ser polvo; envías tu espíritu, y los creas, y repueblas la faz de la tierra. R/.
Gloria a Dios para siempre, goce el Señor con sus obras; que le sea agradable mi poema, y yo me alegraré con el Señor. R/.
Nuestra reflexión
Escribe una carta para soltar lo que aún te pesa, aunque no la envíes.
Abrazar tu historia es honrar todo lo que has superado.
Sal 33,2-3.4-5.6-7.8-9
R/. Gustad y ved qué bueno es el Señor
San Mateo (5,1-12):
Viendo la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: «Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos , porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los c i e l o s ; p u e s d e l a m i s m a m a n e r a persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.»
Palabra del Señor
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloria en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R/.
Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege. Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R/.
Escribe tres cosas que has logrado y agradécete por ellas.
San Mateo (5,13-18):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Vosotros sois la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve sosa, ¿con qué la salarán? No sirve más que para tirarla fuera y que la pise la gente. Vosotros sois la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad puesta en lo alto de un monte. Tampoco se enciende una lámpara para meterla debajo del celemín, sino para ponerla en el candelero y que alumbre a todos los de casa. Alumbre así vuestra luz a los hombres, para que vean vuestras buenas obras y den gloria a vuestro Padre que está en el cielo.»
Palabra del Señor
Tu valor no depende de lo que haces, sino de quién eres.
R/. Haz brillar, Señor, tu rostro sobre tu siervo
Tus preceptos son admirables, por eso los guarda mi alma. R/.
La explicación de tus palabras ilumina, da inteligencia a los ignorantes. R/.
Abro la boca y respiro, ansiando tus mandamientos. R/.
Vuélvete a mí y ten misericordia, como es tu norma con los que aman tu nombre. R/.
Asegura mis pasos con tu promesa, que ninguna maldad me domine R/.
Haz brillar tu rostro sobre tu siervo, enséñame tus leyes. R/.
Recuérdate una cualidad que tienes que no se puede medir.
Dios ve tu esfuerzo, incluso cuando nadie más lo nota.
San Mateo (5,17-19):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No creáis que he venido a abolir la Ley y los profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud. Os aseguro que antes pasarán el cielo y la tierra que deje de cumplirse hasta la última letra o tilde de la Ley. El que se salte uno solo de l o s p r e c e p t o s m e n o s importantes, y se lo enseñe así a los hombres será el menos importante en el reino de los cielos. Pero quien los cumpla y enseñe será grande en el Reino de los Cielos.»
Palabra del Señor
Sal 98,5.6.7.8.9
R/. Santo eres, Señor, Dios nuestro
Ensalzad al Señor, Dios nuestro, postraos ante el estrado de sus pies: Él es santo. R/.
Moisés y Aarón con sus sacerdotes, Samuel con los que invocan su nombre, invocaban al Señor, y él respondía. R/.
Dios les hablaba desde la columna de nube; oyeron sus mandatos y la ley que les dio. R/.
Señor, Dios nuestro, tú les respondías, tú eras para ellos un Dios de perdón, y un Dios vengador de sus maldades. R/.
Ensalzad al Señor, Dios nuestro; postraos ante su monte santo: Santo es el Señor, nuestro Dios. R/.
Nuestra reflexión
Felicítate por algo que hiciste bien, aunque sea pequeño.
El amor de Dios no depende de tu desempeño, sino de tu fidelidad.
San Marcos (14, 12a. 22-25):
El primer día de los Ácimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, mientras comían, Jesús tomó pan, y pronunciando la bendición, lo partió y se lo dio diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo».
Después tomó el cáliz, pronunció la acción de gracias, se lo dio y todos bebieron. Y les dijo:
«Esta es mi sangre de la alianza, que es derramada por muchos. En verdad os digo que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios».
Palabra del Señor
Salmo
Sal 109, 1bcde. 2.3
R. Tú eres sacerdote eterno, según el rito de Melquisedec.
Oráculo del Señor a mi Señor: «Siéntate a mi derecha, y haré de tus enemigos estrado de tus pies». R.
Desde Sion extenderá el Señor el poder de tu cetro: somete en la batalla a tus enemigos. R.
«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento entre esplendores sagrados: yo mismo te engendré, desde el seno, antes de la aurora». R. R/.
Nuestra reflexión
Recuerda un momento en el que te sentiste amado por Dios, y descansa en eso.
Dios conoce tu proceso
mejor que nadie y camina contigo en cada etapa.
San Mateo (5,27-32):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído el mandamiento «no cometerás adulterio». Pues yo os digo: El que mira a una mujer casada deseándola, ya ha sido adúltero con ella en su interior. Si tu ojo derecho te hace caer, sácatelo y tíralo. Más te vale perder un miembro que ser echado entero en el infierno. Si tu mano derecha te hace caer, córtatela y tírala, porque más te vale perder un miembro que ir a parar entero al infierno. Está mandado: «El que se divorcie de su mujer, que le dé acta de repudio.» Pues yo os digo: El que se divorcie de su mujer, excepto en caso de impureza, la induce al adulterio, y el que se case con la divorciada comete adulterio.»
Palabra del Señor
Sal 115,10-11.15-16.17-18
R/. Te ofreceré, Señor, un sacrificio de alabanza
Tenía fe, aun cuando dije: «¡Qué desgraciado soy!» Yo decía en mi apuro: «Los hombres son unos mentirosos.» R/.
Mucho le cuesta al Señor la muerte de sus fieles. Señor, yo soy tu siervo, siervo tuyo, hijo de tu esclava: rompiste mis cadenas. R/.
Te ofreceré un sacrificio de alabanza, invocando tu nombre, Señor. Cumpliré al Señor mis votos en presencia de todo el pueblo. R/.
Escríbele una carta a Dios contándole cómo te sientes hoy.
Junio
Sábado 14
San Mateo (5,33-37):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo a los antiguos: «No jurarás en falso» y «Cumplirás tus votos al Señor.»
Pues yo os digo que no juréis en absoluto: ni por el cielo, que es el trono de Dios; ni por la tierra, que es e s t r a d o d e s u s p i e s ; n i p o r
Jerusalén, que es la ciudad del Gran Rey. Ni jures por tu cabeza, pues no puedes volver blanco o negro un solo pelo. A vosotros os basta decir «sí» o «no». Lo que pasa de ahí viene del Maligno.»
Palabra del Señor
No eres tu error, eres quien aprendió de él.
Salmo
Sal 102,1-2.3-4.8-9.11-12
R / . E l S e ñ o r e s c o m p a s i v o y misericordioso
Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R/.
Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia; no está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo. R/.
Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles; como dista el oriente del ocaso, así aleja de nosotros nuestros delitos. R/.
Nuestra reflexión
Escribe una lección que hayas aprendido de algo que no salió como esperabas.
A veces sanar no es avanzar, es detenerte y respirar.
San Juan 16, 12-15
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Muchas cosas me quedan por deciros, pero no podéis cargar con ellas por ahora; cuando venga él, el Espíritu de la verdad, os guiará hasta la verdad plena. Pues lo que hable no será suyo: hablará de lo que oye y os comunicará lo que está por venir.
Él me glorificará, porque recibirá de mí lo que os irá comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso os he dicho que tomará de lo mío y os lo anunciará.
Sal 8, 4-5. 6-7a. 7b-9.
R. Señor, dueño nuestro, ¡qué admirable es tu nombre en toda la tierra!
Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que has creado, ¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él, el ser humano, para darle poder? R. Lo hiciste poco inferior a los ángeles, lo coronaste de gloria y dignidad, le diste el mando sobre las obras de tus manos. R. Todo lo sometiste bajo sus pies: rebaños de ovejas y toros, y hasta las bestias del campo, las aves del cielo, los peces del mar, que trazan sendas por el mar. R.
Nuestra reflexión
Regálate 10 minutos hoy solo para estar presente y descansar sin culpa.
Propósito para hoy
Dios sana también a través de tu llanto.
San Mateo (5,38-42): Sal 97,1.2-3ab.3cd-4
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Habéis oído que se dijo: «Ojo por ojo, diente por diente». Yo, en cambio, os digo: No hagáis frente al que os agravia. Al contrario, si uno te abofetea en la mejilla derecha, preséntale la otra; al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica, dale también la capa; a quien te requiera para caminar una milla, acompáñale dos; a quien te pide, dale, y al que te pide prestado, no lo rehuyas.»
Palabra del Señor
R/. El Señor da a conocer su victoria
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas: su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R/.
El Señor da a conocer su victoria, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R/.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclamad al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. R/.
Nuestra reflexión
Permítete llorar hoy si lo necesitas. Es parte del proceso.
Perdonar es reconocer que ya no eres la misma persona.
San Juan (14,7-14):
«Si me conocierais a mí, conoceríais también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto».
Felipe le dice: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta».
Jesús le replica:
«Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: “Muéstranos al Padre”? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mí, él mismo hace las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre en mí. Si no, creed a las obras. En verdad, en verdad os digo: el que cree en mí, también él hará las obras que yo hago, y aun mayores, porque yo me voy al Padre. Y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré».
Palabra del Señor
Sal 97,1-2ab.2cd.3ab.3cd-4
R/. Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios
Cantad al Señor un cántico nuevo, porque ha hecho maravillas. Su diestra le ha dado la victoria, su santo brazo. R/.
El Señor da a conocer su salvación, revela a las naciones su justicia: se acordó de su misericordia y su fidelidad en favor de la casa de Israel. R/.
Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios. Aclama al Señor, tierra entera; gritad, vitoread, tocad. R/.
Nuestra reflexión
Haz una lista de cómo has cambiado en el último año y agradécelo.
Propósito para hoy
En ese momento hiciste lo mejor que podías.
San Juan (13,31-33a.34-35): Sal 144,8-9.10-11.12-13ab
Cuando salió Judas del cenáculo, dijo Jesús: «Ahora es glorificado el H i j o d e l h o m b r e , y D i o s e s g l o r i fi c a d o e n é l . S i D i o s e s glorificado en él, también Dios lo glorificará en si mismo: pronto lo glorificará. Hijos míos, me queda poco de estar con vosotros. Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros; como yo os he amado, amaos también entre vosotros. La señal por la que c o n o c e r á n t o d o s q u e s o i s discípulos míos será que os amáis unos a otros.»
Palabra de Señor
R/. Bendeciré tu nombre por siempre jamás, Dios mío, mi rey
El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas. R/.
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles; que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R/.
E x p l i c a n d o t u s h a z a ñ a s a l o s hombres, la gloria y majestad de tu reinado.
Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R/.
Nuestra reflexión
Anota una decisión difícil del pasado y dite: “Me perdono.”
Dios te ve completo, incluso cuando tú solo ves tus fallas.
San Juan (14,21-26):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«El que acepta mis mandamientos y los guarda, ese me ama; al que me ama será amado mi Padre, y yo también lo amaré y me manifestaré a él».
Le dijo Judas, no el Iscariote:
«Señor, ¿qué ha sucedido para que te reveles a nosotros y no al mundo?»
Respondió Jesús y le dijo:
«El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en él.
El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió.
Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho».
Palabra del Señor
Sal 113B,1-2.3-4.15-16
R/. No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria
No a nosotros, Señor, no a nosotros, sino a tu nombre da la gloria, por tu bondad, por tu lealtad.
¿Por qué han de decir las naciones:
«Dónde está su Dios»? R/.
Nuestro Dios está en el cielo, lo que quiere lo hace. Sus ídolos, en cambio, son plata y oro, hechura de manos humanas. R/.
Benditos seáis del Señor, que hizo el cielo y la tierra. El cielo pertenece al Señor, la tierra se la ha dado a los hombres. R/.
Escribe una cualidad que Dios ha sembrado en ti y agradécela.
Propósito para hoy
Lo que callas también pesa; decirlo con amor puede liberar.
San Juan (14,27-31a): Sal 144,10-11.12-13ab.21
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no turbe vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: “Me voy y vuelvo a vuestro lado”. Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no hablaré mucho con vosotros, pues se acerca el príncipe del mundo; no es que él tenga poder sobre mi, pero es necesario que el mundo comprenda que yo amo al Padre, y que, como el Padre me ha ordenado, así actúo yo».
Palabra del Señor
R/. Que tus fieles, Señor, proclamen la gloria de tu reinado
Que todas tus criaturas te den gracias, Señor, que te bendigan tus fieles. Que proclamen la gloria de tu reinado, que hablen de tus hazañas. R/.
E x p l i c a n d o tus h a za ñ a s a l o s hombres, la gloria y majestad de tu reinado. Tu reinado es un reinado perpetuo, tu gobierno va de edad en edad. R/.
Pronuncie mi boca la alabanza del Señor, todo viviente bendiga su santo nombre por siempre jamás. R/.
Nuestra reflexión Escribe o comparte con alguien una verdad que has callado y que necesitas expresar.
Soltar también es un acto de fe.
San Juan (15,1-8):
E N a q u e l t i e m p o, d i j o J e s ú s a s u s discípulos:
«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.
Vosotros ya estáis limpios por la palabra que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.
Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden. Si permanecéis en mí y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.
Con esto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».
Palabra del Señor
Sal 121,1-2.4-5
R/. Vamos alegres a la casa del Señor
¡Qué alegría cuando me
dijeron:
«Vamos a la casa del Señor»! Ya están pisando nuestro pies tus umbrales, Jerusalén. R/.
Jerusalén está fundada como ciudad bien compacta. Allá suben las tribus, las tribus del Señor. R/.
Según la costumbre de Israel, a celebrar el nombre del Señor; en ella están los tribunales de justicia, en el palacio de David. R/.
Nuestra reflexión
Identifica una situación que no puedes cambiar y repite: “Dios, confío en Ti.”
San Juan (15,9-11):
EN aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
«Como el Padre me ha amado, así os he amado yo; permaneced en mi amor. Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; lo mismo q u e y o h e g u a r d a d o l o s
m a n d a m i e n t o s d e m i P a d r e y permanezco en su amor.
Os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud».
Palabra del Señor
Propósito para hoy
Ser vulnerable es autenticidad ante Dios y los demás.
Sal 95,1-2a.2b-3.10
R/. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones
Cantad al Señor un cántico nuevo, cantad al Señor, toda la tierra; cantad al Señor, bendecid su nombre. R/.
Proclamad día tras día su victoria. Contad a los pueblos su gloria, s u s m a r a v i l l a s a t o d a s l a s naciones. R/.
Decid a los pueblos: «El Señor es rey, él afianzó el orbe, y no se moverá; é l g o b i e r n a a l o s p u e b l o s rectamente». R/.
Nuestra reflexión
Comparte con alguien cercano cómo te sientes realmente hoy.
Hay heridas que solo el tiempo y la gracia de Dios saben cuidar.
San Juan (3,31-36):
EL que viene de lo alto está por encima de todos. El que es de la tierra es de la tierra y habla de la tierra. El que viene del cielo está por encima de todos. De lo que ha visto y ha oído da testimonio, y nadie acepta su testimonio. El que acepta su testimonio certifica que Dios es veraz. El que Dios envió habla las palabras de Dios, porque no da el Espíritu con medida. El Padre ama al Hijo y todo lo ha puesto en su mano. El que cree en el Hijo posee la vida eterna; el que no crea al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios pesa sobre él.
Palabra del Señor
Sal 33,2.9.17-18.19-20
R/. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca.
Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R/.
El Señor se enfrenta con los malhechores, para borrar de la tierra su memoria. Cuando uno grita, el Señor lo escucha y lo libra de sus angustias. R/.
El Señor está cerca de los atribulados, salva a los abatidos. Aunque el justo sufra muchos males, de todos lo libra el Señor. R/.
Nuestra reflexión
Escribe algo que aún no has superado sin culpa. Solo reconócelo con compasión.
San Lucas (1,57-66.80):
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre.
La madre intervino diciendo: «¡No! Se va a llamar Juan.»
Le replicaron: «Ninguno de tus parientes se llama así.»
Entonces preguntaban por señas al padre cómo quería que se llamase. Él pidió una tablilla y escribió: «Juan es su nombre.» Todos se quedaron extrañados. Inmediatamente se le soltó la boca y la lengua, y empezó a hablar bendiciendo a Dios.
Los vecinos quedaron sobrecogidos, y corrió la noticia por toda la montaña de Judea. Y todos los que lo oían reflexionaban diciendo: «¿Qué va a ser este niño?» Porque la mano del Señor estaba con él. El niño iba creciendo, y su carácter se afianzaba; vivió en el desierto hasta que se presentó a Israel.
Palabra del Señor
Ya
Sal 138,1-3.13-14.15
R/ Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente
Señor, tú me sondeas y me conoces; me conoces cuando me siento o me levanto, de lejos penetras mis pensamientos; distingues mi camino y mi descanso, todas mis sendas te son familiares. R/.
Tú has creado mis entrañas, me has tejido en el seno materno. Te doy gracias, porque me has escogido portentosamente, porque son admirables tus obras; conocías hasta el fondo de mi alma. R/.
No desconocías mis huesos, cuando, en lo oculto, me iba formando, y entretejiendo en lo profundo de la tierra. R/.
Haz memoria de un momento donde sentiste restauración y agradécelo.
Dios también habita en tus silencios.
San Mateo (7,15-20):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Cuidado con los falsos profetas; se acercan con piel de oveja, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conoceréis. A ver, ¿acaso se cosechan uvas de las zarzas o higos de los cardos? Los árboles sanos dan frutos buenos; los árboles dañados dan frutos malos. Un árbol sano no puede dar frutos malos, ni un árbol dañado dar frutos buenos. El árbol que no da fruto bueno se tala y se echa al fuego. Es decir, q u e p o r s u s f r u t o s l o s conoceréis.
Palabra del Señor
Sal 104,1-2.3-4.6-7.8-9
R/. El Señor se acuerda de su alianza eternamente
Dad gracias al Señor, invocad su nombre, dad a conocer sus hazañas a los pueblos. Cantadle al son de instrumentos, hablad de sus maravillas. R/.
Gloriaos de su nombre santo, que se alegren los que buscan al Señor. Recurrid al Señor y a su poder, buscad continuamente su rostro. R/.
¡Estirpe de Abrahán, su siervo; hijos de Jacob, su elegido!
El Señor es nuestro Dios, él gobierna toda la tierra. R/.
Se acuerda de su alianza eternamente, de la palabra dada, por mil generaciones; de la alianza sellada con Abrahán, del juramento hecho a Isaac. R/.
Nuestra reflexión
Hoy, guarda cinco minutos en silencio para estar simplemente en Su presencia.
Tu alma también necesita cuidados diarios.
San Mateo (7,21-29):
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «No todo el que me dice “Señor, Señor” entrará en el reino de cielos, sino el que cumple la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Aquel día muchos dirán: “Señor, Señor, ¿no hemos profetizado en tu nombre, y en tu nombre echado demonios, y no hemos hecho en tu nombre muchos milagros?” Yo entonces les declararé: “Nunca os he conocido. Alejaos de mí, malvados.” El que escucha estas palabras mías y las pone en práctica se parece a aquel hombre prudente que edificó su casa sobre roca. Cayó la lluvia, salieron los ríos, soplaron los vientos y descargaron contra la casa; pero no se hundió porque estaba cimentada sobre roca. El que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica se parece a aquel hombre necio que edificó su casa sobre arena. Cayó la lluvia, se salieron los ríos, soplaron los vientos y rompieron contra la casa, y se hundió totalmente.»
Al terminar Jesús este discurso, la gente estaba admirada de su enseñanza, porque les enseñaba con autoridad, y no como los escribas.
Palabra del Señor
Sal 105,1-2.3-4a.4b-5
R/. Dad gracias al Señor porque es bueno
Dad gracias al Señor porque es bueno, porque es eterna su misericordia. ¿Quién podrá contar las hazañas de Dios, pregonar toda su alabanza? R/.
Dichosos los que respetan el derecho y practican siempre la justicia. Acuérdate de mí por amor a tu pueblo. R/.
Visítame con tu salvación: p a r a q u e v e a l a d i c h a d e t u s escogidos, y me alegre con la alegría de tu pueblo, y me gloríe con tu heredad. R/. Salmo
Dedica hoy 10 minutos a algo que alimente tu espíritu.
A veces, no entendemos a Dios, pero aun así podemos confiar.
San Juan (19,31-37):
En aquel tiempo, los judíos, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua. El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad, para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que atravesaron.»
Palabra del Señor
Is 12,2-3.4bcd.5-6
R/. Sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación
El Señor es mi Dios y Salvador: confiaré y no temeré, porque mi fuerza y mi poder es el Señor, él fue mi salvación.
Y sacaréis aguas con gozo de las fuentes de la salvación. R/.
Dad gracias al Señor, invocad su nombre, contad a los pueblos sus hazañas, proclamad que su nombre es excelso. R/.
Tañed para el Señor, que hizo proezas, anunciadlas a toda la tierra; gritad jubilosos, habitantes de Sión: «Qué grande es en medio de ti el santo de Israel.» R/.
Escríbele una oración a Dios contándole lo que aún no comprendes de tu historia.
San Lucas (2,41-51):
Cuando Jesús cumplió doce años, subieron a la fiesta según la costumbre y, cuando terminó, se volvieron; pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén sin que lo supieran sus padres. Éstos, creyendo que estaba en la caravana, hicieron una jornada y se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. A los tres días, lo encontraron en el templo, sentado en medio de los maestros, escuchándolos y haciéndoles preguntas; todos los que le oían quedaban asombrados de su talento y de las respuestas que daba.
Al verlo, se quedaron atónitos, y le dijo su madre: «Hijo, ¿por qué nos has tratado así? Mira que tu padre y yo te buscábamos angustiados.»
Él les contestó: «¿Por qué me buscabais?
¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?»
Pero ellos no comprendieron lo que quería decir. Él bajó con ellos a Nazaret y siguió bajo su autoridad. Su madre conservaba todo esto en su corazón.
Palabra del Señor
A veces, empezar de nuevo es el acto más valiente de fe.
1Sam 2,1-8
R/. Mi corazón se regocija por el Señor, mi salvador
Mi corazón se regocija por el señor, mi poder se exalta por Dios; mi boca se ríe de mis enemigos, porque gozo con tu salvación. R/.
Se rompen los arcos de tus valientes, mientras los cobardes se ciñen de valor; los hartos se contratan por el pan, mientras los hambrientos engordan; la mujer estéril da a luz siete hijos, mientras la madre de muchos queda baldía. R/.
El Señor da la muerte y la vida, hunde en el abismo y levanta; da la pobreza y la riqueza, humilla y enaltece. R/.
Él levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre, para hacer que se siente entre príncipes y que herede un trono de gloria. R/.
Elige una pequeña acción que has postergado y hazla hoy como símbolo de un nuevo comienzo.
Amarte también es cuidarte como cuidarías a alguien que amas.
San Mateo (16,13-19):
En aquel tiempo, al llegar a la región de Cesarea de Filipo, Jesús preguntó a sus discípulos: «¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?»
Ellos contestaron: «Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas.» Él les preguntó: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»
Simón Pedro tomó la palabra y dijo: «Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo.»
Jesús le respondió: «¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás! porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del reino de los cielos; lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.»
Palabra del Señor
Sal 33,2-3.4-5.6-7.8-9
R/. El Señor me libró de todas mis ansias
Bendigo al Señor en todo momento, su alabanza está siempre en mi boca; mi alma se gloría en el Señor: que los humildes lo escuchen y se alegren. R/.
Proclamad conmigo la grandeza del Señor, ensalcemos juntos su nombre. Yo consulté al Señor, y me respondió, me libró de todas mis ansias. R/.
Contempladlo, y quedaréis radiantes, vuestro rostro no se avergonzará. Si el afligido invoca al Señor, él lo escucha y lo salva de sus angustias. R/.
El ángel del Señor acampa en torno a sus fieles y los protege Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él. R/.
Nuestra reflexión
Hoy, haz algo concreto por ti: prepara tu comida favorita, descansa bien o di “no” sin culpa.
Agradecer lo vivido es abrir la puerta a lo que viene.
San Mateo (8,18-22): Sal 102
En aquel tiempo, viendo Jesús que lo rodeaba mucha gente, dio orden de atravesar a la otra orilla. Se le acercó un escriba y le dijo: «Maestro, te seguiré adonde vayas.»
Jesús le respondió: «Las zorras tienen madrigueras y los pájaros
nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza.»
Otro, que era discípulo, le dijo: «Señor, déjame ir primero a enterrar a mi padre.»
Jesús le replicó: «Tú, sígueme. Deja que los muertos entierren a sus muertos.»
Palabra del Señor
R/. El Señor es compasivo y misericordioso
Bendice, alma mía, al Señor, y todo mi ser a su santo nombre. Bendice, alma mía, al Señor, y no olvides sus beneficios. R/.
Él perdona todas tus culpas y cura todas tus enfermedades; él rescata tu vida de la fosa y te colma de gracia y de ternura. R/.
El Señor es compasivo y misericordioso, lento a la ira y rico en clemencia; no está siempre acusando ni guarda rencor perpetuo. R/.
No nos trata como merecen nuestros pecados ni nos paga según nuestras culpas. Como se levanta el cielo sobre la tierra, se levanta su bondad sobre sus fieles. R/.
Escribe tres cosas buenas que te enseñó este mes.
1. La encarnación del Hijo de Dios.
2. La visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel.
3. El nacimiento del Hijo de Dios
4. La Presentación del Señor Jesús en el templo
5. La Perdida del Niño Jesús y su hallazgo en el templo
1. El Bautismo en el Jordán.
2. La autorrevelación en las bodas de Caná.
3. El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversion.
4. La Transfiguración.
5. La Institucion de la Eucaristia, expresión sacramental del misterio pascual
1. La Resurrección del Señor
2. La Ascensión del Señor.
3. La Venida del Espíritu Santo.
4. La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.
5. La Coronación de la Santísima Virgen.
1. Por la señal de la Santa Cruz
2. Padre Nuestro
3. Tres Ave marías
4. Primer Misterio, Padre Nuestro
5. Diez Ave Marías Gloria al Padre
6. Segundo Misterio, Padre Nuestro
7. Diez Ave Marías Gloria al Padre
8. Tercer Misterio, Padre Nuestro
9. Diez Ave Marías Gloria al Padre
10. Cuarto Misterio, Padre Nuestro
11. Diez Ave Marías Gloria al Padre
12. Quinto Misterio Padre Nuestro
13. Diez Ave Marías Gloria al Padre
14. Dios te salve, Reina y Madre