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Tertulia Literaria

TERTULIALITERARIA

Comité de Biblioteca Coordinadora Cecilia de Salvador

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“Ciudad de Mujeres”

de Elizabeth Gilbert

RESEÑA POR: ANGELA DE DIEGO DE ARIAS

Ciudad de Mujeres es un libro escrito por Elizabeth Gilbert que relata la historia de Vivian, una mujer valiente, feminista y liberada que decide vivir a su manera. Está escrito en 33 capítulos, en una prosa fluida y narrado en primera persona por Vivian, su protagonista. En él, los icónicos lugares del Nueva York de los años 40 y 50, los personajes del mundo del espectáculo y los principales “influencers” de los años de la guerra cobran vida. La autora nos pone en la piel de una mujer que está dispuesta a enfrentar las consecuencias y a disfrutar las recompensas de ser fiel a si misma.

A sus 89 años, Vivian recibe una carta de Ángela. En su misiva, Ángela le informa que su madre ha fallecido y le pide que le explique lo que había sido ella para su padre, Frank. Sin poder contestar por Frank, Vivian responde la misiva con una carta escrita sin tapujos explicando lo que Frank significó para ella.

Su relato es un viaje en el tiempo que empieza en el año 1940 cuando llega a la ciudad de Manhattan con 19 años a vivir con su excéntrica tía Peg. Manhattan la recibe con los brazos abiertos y enseguida se siente que pertenece, cosa que nunca había sentido antes ni en, Clinton, su ciudad natal, ni en casa de sus padres y mucho menos en el colegio de señoritas de Emma Willard o en la prestigiosa universidad de Vassar, de donde es expulsada por malas notas.

“Uno no es neoyorquino hasta que no se desenvuelve solo por la ciudad”

Ya en New York, se hospeda en la planta alta del edificio que también aloja al decadente teatro Lily Playhouse propiedad de su tía Peg. Allí la tia Peg le asigna el cuarto de Bill, su exesposo. Sin mayor supervisión ni reglas, pronto Vivian se desprende del bagaje que llevaba; entre ellos la autoridad de sus padres, la sombra de su hermano Walter, que siempre fue el hijo perfecto y de su virginidad. Habiéndose liberado de sus ataduras resuelve comerse la ciudad con las herramientas que tenía a mano, entre ellas, una máquina de coser, que dominaba a la perfección gracias a las enseñanzas de su queridísima abuela Morris, su buen gusto y su belleza natural.

A su llegada a Manhattan conoce a un variado grupo de personajes, quienes la introducen a un mundo en el que reinaba el desorden, el glamour, la diversión y el desenfreno. Un mundo que encuentra fascinante y que es la antítesis de lo que había sido su vida hasta entonces. En la estación del tren, conoce a Olive, la novia lesbiana de su alcohólica tía Peg y quien es, en cierta forma, la quilla que trata de mantener algún tipo de orden dentro del caos que revuelve alrededor del Lily Playhouse. En el Lily, conoce a parte del elenco del teatro, muchos de los cuales también residían, supuestamente de manera temporal, en los pisos superiores del teatro. Gladys, la jefa de coristas y también bailarina; Roland, el bailarín gay; Benjamín Wilson, el joven negro y guapo que escribía, componía y tocaba el piano; Herbert, el dramaturgo; todos personajes fascinantes que la encandilan, pero ninguno como Celia Ray, la despampanante corista a quien Vivian veía como a una diosa.

Vivian se adapta rápidamente y en compañía de Celia se dedica a salir de todas las noches a beber, a visitar lugares de diversión y a mantener incontables relaciones sexuales sin amor, empezando por la pérdida de su virginidad a manos del veterinario Harold Kellogg. Durante el día adopta la tarea de confeccionar los vestuarios para las coristas del teatro valiéndose de su destreza con la máquina de coser y de ropas y telas usadas que conseguía en sus visitas a los almacenes de textiles en Orchard Street y en la Novena Avenida. Con su buen ojo para los materiales, pronto descubre el Lowtsky´s used Emporium and Notions, de dueños judíos en donde también conoce a Marjorie Lowtsky. Poco se imagina ella que esa chiquilla un poco diferente, se convertiría en su adultez en una buena socia, amiga y compañera de vivienda. Y es Marjorie quien le pone un techo sobre su cabeza y la hace responsable de su debilucho hijo, Nathan después de su muerte temprana.

La alocada vida de Vivian sigue con un sin número de aventuras más o menos divertidas y más o menos peligrosas en la que ella vive completamente ajena a los horrores de la guerra. Todo cambia con la llegada de los Watson a New York. Edna Parker Watson y su esposo Arthur son unos artistas ingleses que son desterrados por la guerra y la tía Peg les ofrece hospedaje en el Lily y comienza a trabajar en un libreto para ellos con la ayuda de Bill. Su talentoso ex esposo Bill Buell, hace el viaje de California a Nueva York y rápidamente produce el libreto de Ciudad de mujeres que resulta ser un éxito en taquilla. Todo va bien, hasta que un incidente desafortunado en el que Celia y Vivian se enfrascan en un beso público con Arthur en la calle la obliga a volver a casa de sus padres. Fotografiado el incidente, Olive tiene que utilizar gran influencia para evitar que el nombre de Vivian salga en los tabloides que eran dominados por Walter Winchell desde el Stork Club. La escritora maneja hábilmente los lugares y personajes de la época y los entremezcla hábilmente con personajes ficticios para darnos a saborear lo que era la sociedad de Nueva York y la influencia de personajes como Walter Winchell, quien en la cumbre de su poder sobre los medios de medios de comunicación americanos era un hombre muy poderoso, adorado por su público y temido por sus víctimas. Habiendo echado tierra sobre el incidente para evitar la exposición de Vivian en los tabloides, Vivian de regresa a casa con la ayuda de su hermano Walter. Ese día Vivian conoce a Frank, el compañero de la marina de guerra de Walter quien lo acompaña en el viaje en carro y luego del regaño de su hermano, recibe el desprecio de Frank quien la tilda de prostituta.

Un año más tarde y después de un compromiso matrimonial fallido, la tia Peg regresa a buscar a Vivian y la trae a Nueva York para hacer espectáculos para los trabajadores de la Marina de Brooklyn. Su reencuentro con Frank resulta en un amor platónico y es probablemente uno de los pocos hombres con el que Vivian nunca tiene relaciones sexuales pero con quien se siente que puede hablar por horas. Frank es traumatizado en la guerra y no resiste el contacto físico pero con Vivian su contacto es espiritual, es real, se pueden decir cualquier cosa sin juzgarse.

Al final de su carta, Vivian le confiesa a Angela que amó a Frank, que amó a Marjorie, que su trabajo la hizo feliz, que Nueva York la hizo feliz y que haber tenido relaciones con muchos hombres la hizo completa.

Nació el 18 de julio de l969, en Waterbury, Connecticut, Estados Unidos. Es hija de una enfermera y de un ingeniero químico. Estudió Ciencias Políticas en la Universidad de New York, tras lo que trabajó en diferentes oficios. Fue la primera escritora de cuentos inéditos en debutar en Esquire desde Norman Mailen. Esto la llevó a un trabajo estable como periodista para una variedad de revistas como SPIN Magazine, GQ, New York Times Magazine, Allure, Real Simple y Travel + Leisure. Uno de sus artículos sirvió como base a la película “El bar Coyote”.

En 2006 vio la luz la novela “Comer, rezar, amar” sin duda su obra más conocida y que le supuso todo un éxito internacional, sobre todo tras la adaptación cinematográfica de 2010. Desde entonces ha seguido publicando novelas, varias de las cuales han alcanzado los primeros puestos en importantes listas de los más vendidos.

Según la revista Guardian “Una gloriosa celebración, compleja y emocionalmente inteligente, de lo que significa ser mujer”.

Sunday Times: “Una novela glamorosa, sexi, fascinante y divertida. Una historia adictiva con personajes femeninos llenos de intensidad y trazados sin pudor. Radical y refrescante”.

Frases célebres del libro “Ciudad de Mujeres”

Sandra de Cabarcos: “Hay una cosa que he aprendido de esta vida, Vivian, que no la sabia de joven, -¿Y qué es?- Que la vida no es una línea recta. Nunca lo será. La vida es algo que te pasa y ya está"

Capítulo 30

Martita de Bermúdez: “Sé que eres una chica lista. Que no harías ninguna insensatez. Tienes una cabeza demasiado bien amueblada para eso”

Pág. 202

Aidelena Pereira: “Nos miramos unos instantes. Fue un silencio en el que se dijeron muchas cosas, podría afirmarse incluso que hubo una conversación entera. Aquello fue un coqueto en su forma más pura, una conversación sin palabras”

Pág. 208

Dominique de Rodríguez: “La vida te enseñará que no hay que tomarse las cosas en serio, querida. El mundo no para de cambiar. Aprende a aceptarlo. Las personas hacen promesas y luego las rompen”

Pag. 357

Cecilia de Salvador: “Cuando un rescatador viene en tu ayuda, no le lanzas flechas”

Pág. 2583 Kindle

Tere D. de Rojas Pardini: “A nadie le gusta que le cuenten el dolor ajeno (y además, llega un punto en que el dolor de todos es idéntico)”

Pág. 3064 Kindle

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