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RAFAELA, LUNES 20 DE SEPTIEMBRE DE 2021
ESPACIO DE
¿Pueden los techos verdes m ejorar nuestras ciudades?
L
os investigadores señalan a los Jardines Colgantes de Babilonia como los primeros ejemplos de techos verdes. Aunque no hay pruebas de su ubicación exacta y existe muy poca literatura sobre sus estructuras, la teoría más aceptada es que el rey Nabucodonosor II construyó una serie de terrazas elevadas y ascendentes con especies variadas como regalo a su esposa, quien extrañaba los bosques y las montañas de Persia, su tierra natal. Según Wolf Schneider los jardines estaban sostenidos por bóvedas de ladrillo, y debajo de ellos, había una serie de pasillos sombreados enfriados por el riego artificial de los jardines, con una temperatura mucho más baja que la del exterior, en la llanura de Mesopotamia (actual Irak). Desde entonces, han aparecido ejemplos de cubiertas verdes en todo el mundo, desde Roma hasta Escandinavia, en los más diversos climas y tipos. Aún así, la solución de incluir plantas en el techo todavía es vista con desconfianza por muchos arquitectos y urbanistas, siendo considerada una solución costosa y difícil de mantener. Otros, sin embargo, argumentan que los altos costos de ejecución se amortizan rápidamente con ahorros en climatización y que, por sobre todo, ocupar la quinta fachada del edificio con vegetación es una solución racional. En cualquier caso, la pregunta se centra ahora en si realmente los techos verdes pueden ayudar con el cambio climático. Un techo verde consiste en una losa de
cubierta que recibe una capa de tierra y vegetación sobre una superficie impermeabilizada, que puede ser plana o ligeramente inclinada. El grosor de la capa de tierra influirá en el tipo de vegetación que se pueda plantar, y puede ir desde los 15 centímetros hasta más de 1 metro. De manera constructiva, bajo la tierra, se insertan varias capas de materiales, con variaciones que dependen
del diseñador a cargo. Debajo del sustrato se suele incluir una manta de geotextil, que dejará pasar el agua pero mantendrá la tierra contenida. Más abajo se ubica una capa de drenaje, donde quedará almacenada el agua y se instalarán drenajes para su circulación. Incluir una capa anti-raíces es importante para evitar que se infiltren en la estructura y provoquen infiltraciones. Debajo, la estructura de losa, impermeabilizada de alguna manera, completa el sistema. En el mercado existen varios proveedores y fabricantes de cubiertas verdes. Es importante, siempre que sea posible, incluir la asesoría de técnicos y expertos en el proceso de diseño para realizar una especificación adecuada en relación al desempeño térmico, drenaje, carga y otros factores. Existen sistemas modulares prefabricados, por ejemplo, que incluyen todas las capas e incluso plantas listas para crecer. Debido al aumento de peso de la losa, se debe calcular la estructura de soporte del edificio, lo que dará como resultado piezas estructurales más robustas. En caso de remodelación, se debe estudiar la adición de carga para evitar
problemas estructurales. Otro aspecto a considerar es el acceso a la cubierta para su mantenimiento; hay algunas que requieren de muy poco mantenimiento, mientras que otras son más exigentes en sus cuidados, incluyendo una mayor cantidad de riegos y podas. Cualquier techo verde requerirá de una limpieza e inspección de rutina para evitar problemas futuros. Cuando se construyen, diseñan y mantienen adecuadamente, los techos verdes tienen más ventajas que desventajas. Para los ocupantes del edificio, la vegetación refleja la mayor parte de la luz solar directa en lugar de absorberla, y la humedad presente en la vegetación y el sustrato evita la ganancia de calor de la estructura, entregando ahorros de energía en enfriamiento. En climas áridos, el aumento de la inercia térmica, debido al sustrato, aumentará el confort, reduciendo las fluctuaciones de temperatura en el interior. Además, un espacio verde es extremadamente agradable y potencialmente utilizable. Pero las ventajas no son solo privadas. Especialmente en ciudades grandes y densas,