DIOS EXIGE OBEDIENCIA ESTRICTA A SU PALABRA
EL REY SAÚL
Texto Clave: 1 Samuel 15:22
INTRODUCCIÓN
Hoy vamos a hablar de un hombre que al cumplir con una responsabilidad de su padre fue guiado a encontrarse con un profeta, quién lo ungió como rey de Israel. Dios lo eligió y le reveló que su presencia estaría con él mientras fuese obediente y humilde. ¿Qué sucedió con este rey?
Transcurría aproximadamente el año 1030 a. C. en una ciudad en la región montañosa de Judá, Gabaa ubicada sobre el camino de Jerusalén a Ramá, posiblemente una colina imponente a unos 6,5 km al norte de Jerusalén.
El pueblo de Israel había llegado al punto de querer un rey terrenal que los dirigiera, así como los demás pueblos… Según el relato sagrado se aprovecharon que el profeta Samuel había envejecido y que sus hijos “no andaban en los caminos de su padre”, estos muchachos se distinguían por la avaricia, el soborno y juzgaban al pueblo incorrectamente… (1 Samuel 8:1-3).
La solicitud por parte de los ancianos no fue bien vista por Dios. Dios habló con Samuel y le indicó que escuchará la voz del pueblo. Y lo instruyera sobre las consecuencias que sufrirían al nombrar un rey.
Proposición:
Vamos a estudiar dos aspectos importantes de la vida del rey Saúl:
1) Dios le manifestó a Saúl su presencia.
2) Saúl despreció las bendiciones recibidas del cielo.
DESARROLLO
I. Primer aspecto: Dios le manifestó a Saúl su presencia
• Entre tanto, encontramos a la tribu de Benjamín. En ella había un hombre valeroso, el cual se llamaba Cis. Él tenía un hijo que se llamaba Saúl, joven y hermoso. Entre los hijos de Israel no había otro más hermoso que él; de hombros arriba sobrepasaba a cualquiera del pueblo.
El padre de Saúl lo envió con un criado a buscar unas asnas, en la región montañosa de Efraín, y de allí a la tierra de Salisa, pero no las hallaron. Entonces pasaron por la tierra de Saalim, donde tampoco las encontraron. Después pasaron por la tierra de Benjamín, con elmismo resultado. Luego se percataron que había pasado mucho tiempo y quizá su padre se
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preocuparía por ellos. Sin embargo, el criado dijo: “He aquí ahora hay en esta ciudad un varón de Dios, que es hombre insigne; todo lo que él dice acontece sin falta. Vamos, pues, allá; quizá nos dará algún indicio acerca del objeto por el cual emprendimos nuestro camino.”
Era costumbre que al solicitar la ayuda del profeta se le llevase un presente, así que el criado dijo: tengo la cuarta parte de un siclo de plata. Partieron a la ciudad, donde hallaron a unas doncellas que recogían agua, al consultarles por el varón de Dios, les fue indicado donde hallarlo. Se dirigieron prontamente a buscarlo, ya que Samuel iba a bendecir el sacrificio.
Un día antes de este encuentro… “Jehová había revelado al oído de Samuel, “Mañana a esta misma hora yo enviaré a ti un varón de la tierra de Benjamín, al cual ungirás por príncipe sobre mi pueblo Israel, y salvará a mi pueblo de mano de los filisteos; porque yo he mirado a mi pueblo, por cuanto su clamor ha llegado hasta mí” (9:15-16).
Cuando Samuel vio a Saúl, Jehová le dijo: “He aquí este es el varón del cual te hablé; este gobernará a mi pueblo.” Saúl fue invitado a acompañar al profeta y a comer con él.
El profeta aprovechó para comunicarle: “las asnas que se te perdieron hace ya tres días, pierde cuidado de ellas, porque se han hallado. Mas ¿para quién es todo lo que hay de codiciable en Israel, sino para ti y para toda la casa de tu padre?
Saúl respondió: ¿No soy yo hijo de Benjamín, de la más pequeña de las tribus de Israel? Y mi familia ¿no es la más pequeña de todas las familias de la tribu de Benjamín? ¿Por qué, pues, me has dicho cosa semejante?” (9:20-21).
“Entonces Samuel tomó a Saúl y a su criado, los introdujo a la sala, y les dio lugar a la cabecera de los convidados, que eran unos treinta hombres. Y dijo Samuel al cocinero: Trae acá la porción que te di, la cual te dije que guardases aparte” (9:22, 23).
Esta fiesta a la que fue invitado Saúl era una ofrenda de sacrificio de paz en la cual participaban los ancianos de Ramá. Era costumbre en ese sacrificio, que el pecho y la “espaldilla elevada” (“pierna reservada”) pertenecían al sacerdote oficiante. Y se debía comer la carne del sacrificio el día mismo en que se mataba el animal; no podía sobrar nada (Lev. 3:1; 7:33, 34; 7:16).
• “Y cuando hubieron descendido del lugar alto a la ciudad, él habló con Saúl en el terrado. Al otro día madrugaron; y al despuntar el alba, Samuel llamó a Saúl, que estaba en el terrado, y dijo: Levántate, para que te despida. Luego se levantó Saúl, y salieron ambos, él y Samuel. Y descendiendo ellos al extremo de la ciudad, dijo Samuel a Saúl: Di al
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criado que se adelante (y se adelantó el criado), más espera tú un poco para que te declare la palabra de Dios” (9:25-27).
¿Por qué Samuel le pidió a Saúl que el criado se adelantará?
Samuel iba a ungir a Saúl como rey de Israel: “Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza, y lo besó, y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel?” (10:1).
• Sabías que “entre los hebreos, el hecho de que un profeta ungiera a un hombre era un símbolo de haberle impartido de un modo especial la gracia del Espíritu Santo para la realización de su tarea asignada”1
• Como evidencia de que el Señor lo llamaba, el Espíritu Santo habló por medio de Samuel para revelarle acontecimientos futuros a su regreso a casa: primero se encontraría con dos hombres quiénes le comunicarían que las asnas ya habían sido encontradas y que su Padre estaba preocupado por ellos. Luego se toparían con tres hombres que subían a Betel los cuales llevaban diversos sacrificios, al saludarlos estos hombres le darían a Saúl dos panes. Posteriormente, “llegarás al collado de Dios donde está la guarnición de los filisteos; y cuando entres allá en la ciudad encontrarás una compañía de profetas que descienden del lugar alto, y delante de ellos salterio, pandero, flauta y arpa, y ellos profetizando. Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre.” (1 Samuel 10:5).). Sí, Saúl había recibido el Espíritu Santo para cumplir su tarea como rey de Israel.
• “La evidencia de la presciencia de Dios, comprobada a las pocas horas de su ungimiento, animó a Saúl a aceptar la responsabilidad a la que era llamado. Sintió la seguridad de que Dios estaría con él”.2
“Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo Luego bajarás delante de mí a Gilgal; entonces descenderé yo a ti para ofrecer holocaustos y sacrificar ofrendas de paz. Espera siete días, hasta que yo venga a ti y te enseñe lo que has de hacer” (10:6-8).
“Aconteció luego, que al volver él la espalda para apartarse de Samuel, le mudó Dios su corazón; y todas estas señales acontecieron en aquel día. Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venía a encontrarse con él; y el Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos”. (9-10)
Estos profetas se estaban valiendo de la música sagrada y del canto para que resurgieran en su mente algunos actos providenciales de Dios. Cantaban con fervor alabanzas a Dios. Este parece haber sido uno de los métodos instituidos por Samuel como parte del programa de las escuelas que estableció para refinar y espiritualizar la mente de los alumnos.3
1 Comentario Bíblico Adventista, t. 2, p. 493.
2 Comentario Bíblico Adventista, t. 2, p. 494.
3 La Educación, p. 44.
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Cuando se dice que Saúl profetizaba, no se hace referencia a predecir acontecimientos futuros, sino a la expresión de la verdad divina en la forma de canto sagrado. Las muchas pruebas de la providencia divina que Saúl halló en su sendero durante las últimas horas sin duda habían provocado una transformación que, aunque fue transitoria demostró lo que Dios estaba ansioso de hacer para él si permanecía humilde y sumiso.4
• “Después Samuel convocó al pueblo delante de Jehová en Mizpa, y dijo a los hijos de Israel: Así ha dicho Jehová el Dios de Israel: Yo saqué a Israel de Egipto, y os libré de mano de los egipcios, y de mano de todos los reinos que os afligieron. Pero vosotros habéis desechado hoy a vuestro Dios, que os guarda de todas vuestras aflicciones y angustias, y habéis dicho: No, sino pon rey sobre nosotros. Ahora, pues, presentaos delante de Jehová por vuestras tribus y por vuestros millares.
Y haciendo Samuel que se acercasen todas las tribus de Israel, fue tomada la tribu de Benjamín. E hizo llegar la tribu de Benjamín por sus familias, y fue tomada la familia de Matri; y de ella fue tomado Saúl hijo de Cis. Y le buscaron, pero no fue hallado.
Preguntaron, pues, otra vez a Jehová si aún no había venido allí aquel varón.
Y respondió Jehová: He aquí que él está escondido entre el bagaje. Entonces corrieron y lo trajeron de allí; y puesto en medio del pueblo, desde los hombros arriba era más alto que todo el pueblo. Y Samuel dijo a todo el pueblo: ¿Habéis visto al que ha elegido Jehová, que no hay semejante a él en todo el pueblo? Entonces el pueblo clamó con alegría, diciendo: ¡Viva el rey!
Samuel recitó luego al pueblo las leyes del reino, y las escribió en un libro, el cual guardó delante de Jehová. Y envió Samuel a todo el pueblo cada uno a su casa. Saúl también se fue a su casa en Gabaa, y fueron con él los hombres de guerra cuyos corazones Dios había tocado Pero algunos perversos dijeron: ¿Cómo nos ha de salvar este? Y le tuvieron en poco, y no le trajeron presente; más él disimuló”. (17-27)
• Dios continuaría manifestando su presencia… Los amonitas amenazaron a los israelitas… cuando Saúl recibió la noticia, “el Espíritu de Dios vino sobre él con poder y él se encendió en ira en gran manera” (11:6). Sobre el pueblo cayó temor de Jehová, y de Israel se enlistaron trescientos mil y de Judá treinta mil hombres. Saúl dijo: “No morirá hoy ninguno, porque hoy Jehová ha dado salvación en Israel” (11:13). Ya con la victoria, Samuel dirigió al pueblo a Gilgal y allí se invistió a Saúl como rey delante de Jehová.
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4 Comentario Bíblico Adventista, t. 2, p. 494, 495.
II. Segundo aspecto: Saúl se aparta de Dios
• Dos años más tarde Saúl se va a apartar de Dios y actuar de acuerdo con sus impulsos, estaba por enfrentar a los filisteos y por la presión del pueblo el temor de la derrota tomó la decisión de ofrecer el holocausto. El profeta aparece y Saúlexpone las justificaciones que motivaron su acción. Samuel le dijo: “Locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre” (13:9-13). Dios buscaría a un varón conforme a su corazón.
• Samuel va a comunicar otra misión para Saúl de parte de Dios… “Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos” (15:3).
“Y Saúl y el pueblo perdonaron Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron” (15:9).
Jehová dijo a Samuel: “Me pesa haber puesto por rey a Saúl, porque se ha vuelto de en pos de mí, y no ha cumplido mis palabras” (15:11). El vidente se entristeció y clamó a Dios toda la noche.
Samuel fue a comunicar las palabras divinas al rey, quien lo recibe y le afirma que había obedecido el cometido asignado. Samuel se ve en la obligación de comunicarle el desagrado del Altísimo y en el desarrollo de la conversación le pregunta: “¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros” (15:22).
El profeta continuo: “Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, Él también te ha desechado para que no seas rey” (15:23).
• El profeta Samuel murió y Saúl decide consultar a Dios, pero no recibe respuesta… así va a tomar otra decisión equivocada, va a consultar a una pitonisa en Endor. Extraña decisión porque él mismo “había arrojado de la tierra a los encantadores y adivinos” (28:3).
La historia termina con la muerte de Saúl y de sus hijos durante la guerra contra los filisteos. Un final triste para alguien que recibió tantas bendiciones de Dios.
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Conclusión:
Al igual que Saúl, tú has sido favorecido por grandes bendiciones de Dios, en el bautismo Dios te otorgó perdón de pecados y el Espíritu Santo. También, te ha asignado una misión y te ha mostrado los diez principios de su ley que te protegen y te dan felicidad.
No hay seguridad excepto en la obediencia estricta a la palabra de Dios. Todas sus promesas se han hecho bajo una condición de fe y obediencia, y el no cumplir sus mandamientos impide que se cumplan para nosotros las abundantes provisiones de las Escrituras. No debemos seguir nuestros impulsos, ni depender de los juicios de los hombres; debemos mirar a la voluntad revelada de Dios y andar de acuerdo con sus mandamientos definitivos, cualesquiera que sean las circunstancias.
El Señor soporta por mucho tiempo los extravíos de los hombres, y a todos les otorga la oportunidad de ver y abandonar sus pecados; pero aun cuando parecería que hace prosperar a los que menosprecian su voluntad y pasan por alto sus advertencias, pondrá oportuna y seguramente de manifiesto la insensatez de ellos.
Cuando fue reprendido por el profeta en Gilgal, no le pareció a Saúl que hubiera un gran pecado en la conducta que había seguido. Creyó que había sido tratado injustamente y, procurando vindicar sus acciones, presentó excusas por su error. Actualmente, existen muchos jóvenes que no siguen las amonestaciones de la Palabra de Dios ni los consejos de la profeta Elena G. de White. Desechan el consejo divino al igual como lo hizo el rey Saúl.
Cuando Saúl se desvió de la reprensión que le mandó el Espíritu Santo de Dios, y persistió en justificarse obstinadamente, rechazó el único medio por el cual Dios podía obrar para salvarle de sí mismo. Se había separado voluntariamente de Dios. No podía recibir ayuda ni dirección de Dios antes de volver a él mediante la confesión de su pecado.
Llamado
¿Procuras diariamente depender de Dios? ¿Escuchas la voz del Espíritu Santo?
¿Aprecias las bendiciones de Dios?
Te invito a valorar lo que Dios hace por medio del Espíritu Santo en tu vida. Decide hoy disponer tu corazón a obedecer los mandatos de Dios y la orientación profética que como cristianos Adventistas del Séptimo Día hemos recibido.
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Sermón – Rey David
Título: Un joven conforme al corazón de Dios.
Texto Clave: “Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado” (Salmo 51:2).
Introducción: “Había dos hombres en una ciudad, el uno rico, y el otro pobre. El rico tenía numerosas ovejas y vacas; pero el pobre no tenía más que una sola corderita, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y con sus hijos juntamente, comiendo de su bocado y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija. Y vino uno de camino al hombre rico; y este no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guisar para el caminante que había venido a él, sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y la preparó para aquel que había venido a él.”
Queridos hermanos y hermanas. Esta parábola forma parte del discurso de amonestación que Dios envió a través de Nathan a David después del incidente con Betsabé. Lo que Dios estaba intentando hacer era que el rey pudiera entender su error y arrepentirse. Según el diccionario de la real académica de la lengua española arrepentimiento es “Sentir pesar por haber hecho o haber dejado de hacer algo.”
Proposición: En esta noche, quiero hablarles sobre el arrepentimiento, usando la historia del rey David como ejemplo. En 2 Samuel capítulos 11 y 12, vemos cómo David cometió un pecado terrible, pero finalmente se arrepintió y se volvió a Dios.
En el capítulo 11, vemos cómo David, que se suponía que estaba liderando su ejército, se quedó en Jerusalén y vio a Betsabé, la esposa de Urías el hitita, bañándose en el techo. David fue vencido por el deseo y envió a buscar a Betsabé, cometiendo adulterio con ella. Cuando quedó embarazada, David trató de encubrir su pecado trayendo a Urías de vuelta de la batalla y animándolo a acostarse con su esposa, pero Urías se negó.
En el capítulo 12, vemos cómo Dios envió al profeta Natán para confrontar a David acerca de su pecado. Natán le contó a David una parábola acerca de un hombre rico que tomó el único cordero de un hombre pobre, y David se indignó. Natán luego reveló que David era él, el hombre rico en la historia, y había tomado a la esposa de Urías. David se dio cuenta de la gravedad de su pecado y se arrepintió, diciendo en el Salmo 51:1-4: "Ten piedad de mí, oh, Dios, según tu amor inagotable; De acuerdo con tu gran compasión, borra mis transgresiones. Lava toda mi iniquidad y límpiame de mi pecado. Porque conozco mis
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transgresiones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, sólo tú, he pecado y he hecho lo que es malo a tus ojos".
Desarrollo
Entonces, ¿qué podemos aprender acerca del arrepentimiento de la historia del rey David?
En primer lugar, aprendemos que el pecado tiene consecuencias.
El pecado de David no sólo causó gran daño a Urías y Betsabé, sino también al reino de Israel. Las acciones de David fueron una traición a su deber como rey y seguidor de Dios, y trajeron vergüenza sobre sí mismo y su pueblo. Nosotros también debemos recordar que nuestras acciones tienen consecuencias, y seremos responsables de las decisiones que tomemos. La juventud es una etapa muy bonita, pero también clave en la toma de decisiones de cara al futuro. Toda decisión tiene una consecuencia y es importante que lo pensemos antes de tomarlas. Eclesiastés 11:9 nos dice: “Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.”
La sierva de Dios escribe: “Aunque David se arrepintió de su pecado, y fue perdonado y aceptado por el Señor, cosechó la funesta mies de la siembra que él mismo había sembrado. Los juicios que cayeron sobre él y sobre su casa atestiguan cuanto aborrece Dios al pecado. Hasta entonces la providencia de Dios había protegido a David de todas las conspiraciones de sus enemigos, y se había ejercido directamente para refrenar a Saúl. Pero la transgresión de David había cambiado su relación con Dios. En ninguna forma podía el Señor sancionar la iniquidad. No podía ejercitar su poder para proteger a David de los resultados de su pecado como lo había protegido de la enemistad de Saúl. Dios quiso que la historia de la caída de David sirva como una advertencia de que aún aquellos a quienes él ha bendecido y favorecido grandemente no han de sentirse seguros ni tampoco descuidar el velar y orar”.
PP 713-714
En segundo lugar, aprendemos que el arrepentimiento implica confesión y humildad. Cuando fue confrontado con su pecado, David no trató de justificar o negar sus acciones. En cambio, reconoció su maldad y pidió la misericordia de Dios.
En el Salmo 51:17, David dice: "Mi sacrificio, oh, Dios, es un espíritu quebrantado; un corazón quebrantado y contrito que tú, Dios, no despreciarás". En la vida podemos asumir dos actitudes ante nuestros errores, podemos justificarnos echándole la culpa de nuestras circunstancias a otras personas, por otro lado, podemos asumir nuestras equivocaciones y pedir perdón haciendo esfuerzos para enmendar lo que hicimos mal. Además, debemos estar dispuestos a confesar nuestros pecados y pedir perdón con un corazón humilde. A este respecto Elena White escribe: El arrepentimiento de David fue sincero y profundo. No hizo ningún esfuerzo para aminorar su crimen. Lo que
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inspiró su oración no fue el deseo de escapar a los castigos con que se le amenazaba. Pero vio la enormidad de su transgresión contra Dios; vio la depravación de su alma y aborreció su pecado. No oró pidiendo perdón solamente, sino también pidiendo pureza de corazón. David no abandonó la lucha en su desesperación. Vio la evidencia de su perdón y aceptación, en la promesa hecha por Dios a los pecadores arrepentidos. A través de todos los siglos ha resultado ser una fuente de aliento para las almas que, habiendo caído en el pecado, han tenido que luchar bajo el peso agobiador de su culpa. Miles de los hijos de Dios han sido los que, después de haber sido entregados traidoramente al pecado y cuando estaban a punto de desesperar, recordaron como el arrepentimiento sincero y la confesión de David fueron aceptados por Dios, no obstante haber tenido que sufrir las consecuencias de su transgresión; y también cobraron ánimo para arrepentirse y procurar nuevamente andar por los senderos de los mandamientos de Dios. PP 716
En tercer lugar, aprendemos que Dios es misericordioso y perdonador. A pesar del terrible pecado de David, Dios no lo rechazó ni lo abandonó. En cambio, Dios perdonó a David cuando se arrepintió y se volvió hacia él. Como dice en el Salmo 103:8-10, "El Señor es compasivo y misericordioso, lento para la ira, abundante en amor. No siempre acusará, ni albergará su ira para siempre; Él no nos trata como nuestros pecados merecen ni nos paga de acuerdo con nuestras iniquidades". Nosotros también podemos confiar en la misericordia y el perdón de Dios cuando nos volvemos a él en arrepentimiento. Quienquiera que bajo la reprensión de Dios humille su alma con la confesión y el arrepentimiento, tal como lo hizo David, puede estar seguro de que hay esperanza para él. Quienquiera que acepte por la fe las promesas de Dios, hallará perdón. Jamás rechazará el Señor a un alma verdaderamente arrepentida. Él ha dado esta promesa: “¡Que haga conmigo paz!, ¡sí, que haga la paz conmigo!” “Deje el impío su camino y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, al Dios nuestro, el cual será amplio en perdonar”. Isaías 27:5; 55:7. PP 717
Conclusión:
Recordemos las lecciones que podemos aprender de la historia del rey David: que el pecado tiene consecuencias, que el arrepentimiento implica confesión y humildad, y que Dios es misericordioso y perdonador.
Llamado:
¿Te gustaría volverte a Dios? Reconocer delante de Dios tu condición, recordando que: si confiesas tus pecados, él es fiel y justo para perdonarte y darte una nueva vida. (1 Juan 1:9).
Que Dios los bendiga a todos. Amén.
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Sermón – Salomón
Título: COMO UN NIÑO PEQUEÑO
Texto clave: "Y yo soy un niño pequeño… Da pues a tu siervo un corazón inteligente, para juzgar a tu pueblo." (1 Rey. 3: 7, 9)
INTRODUCCIÓN
El lenguaje de Salomón al orar a Dios ante el antiguo altar de Gabaón revela su humildad y su intenso deseo de honrar a Dios. Comprendía que, sin la ayuda divina, estaba tan desamparado como un niñito para llevar las responsabilidades que le incumbían. Sabía que carecía de discernimiento, y el sentido de su gran necesidad le indujo a solicitar sabiduría a Dios.
No había en su corazón aspiración egoísta por un conocimiento que le ensalzase sobre los demás. Deseaba desempeñar fielmente los deberes que le incumbían, y eligió el don por medio del cual su reinado habría de glorificar a Dios.
Estudiaremos tres aspectos sobre la vida de Salomón para que nosotros también podamos gozar de la sabiduría y las bendiciones del cielo.
1. SALOMÓN RECONOCE QUE DIOS LE DA LA SABIDURÍA, AUN SIENDO JOVEN.
A. 1 Reyes 3:7 Ahora, Señor mi Dios, me has hecho rey en lugar de mi padre David. No soy más que un muchacho, y apenas sé cómo comportarme.
B. Nuestra debilidad, Dios la convierte en fortaleza.
C. Cuando reconocemos que somos incapaz de hacer algo en la vida y reconocemos a Dios como el todo, Él comienza a elevarnos y a guiarnos en este mundo. El Rey Salomón reconoció su incapacidad, y buscó la ayuda divina, y la encontró.
D. Querido joven si tú buscas a Dios Él hará cosas grandes en tu vida.
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Salomón no tuvo nunca más riqueza ni más sabiduría o verdadera grandeza que cuando confesó: "Yo soy un muchacho pequeño y no sé cómo me debo conducir".
2. LA IMPORTANCIA DE HABLAR CON EL GRAN DIOS SOBERANO.
A. 1 Reyes 3:9 “Yo te ruego que le des a tu siervo discernimiento para gobernar a tu pueblo y para distinguir entre el bien y el mal. De lo contrario, ¿quién podrá gobernar a este gran pueblo tuyo?
B. Los que hoy ocupan puestos de confianza deben procurar aprender la lección enseñada por la oración de Salomón.
C. Cuanto más elevado sea el cargo que ocupe un hombre y mayor sea la responsabilidad que ha de llevar, más amplia será la influencia que ejerza y tanto más necesario será que confíe en Dios.
D. Debe recordar siempre que juntamente con el llamamiento a trabajar le llega la invitación a ser fiel a Dios.
E. Dios siempre está a tu lado y no importa la edad, si eres joven Él ha prometido estar a tu lado.
Los cargos no dan santidad de carácter. Honrando a Dios y obedeciendo sus mandamientos es como un hombre llega a ser realmente grande (Profetas y Reyes, págs. 20, 21).
3. DIOS DA LO QUE NECESITAMOS Y NO SIEMPRE LO QUE PEDIMOS.
- 1 Reyes 3:11 “De modo que le dijo: —Como has pedido esto, y no larga vida ni riquezas para ti, ni has pedido la muerte de tus enemigos sino, discernimiento para administrar justicia.
- 1 Reyes 3:12 “Voy a concederte lo que has pedido. Te daré un corazón sabio y prudente, como nadie antes de ti lo ha tenido ni lo tendrá después.
Dios conoce nuestros corazones y el siempre da lo mejor, Dios le agrega sabiduría al rey salomón, porque Dios conoce nuestro futuro.
CONCLUSIÓN
Sería bueno que estudiáramos cuidadosamente la oración de Salomón, y consideráramos cada punto del cual dependía el recibimiento de las ricas
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bendiciones que el Señor estaba listo para darle (Bible Commentary, tomo 2, págs. 1026).
LLAMADO
• Dios acogió la oración de Salomón. Y hoy escuchará y acogerá las oraciones de aquellos que con fe y humildad claman por ayuda.
• Ciertamente contestará la ferviente oración de quien se prepara para el servicio.
• Al responder, Dios dirá: Aquí estoy. ¿Qué puedo hacer por ti?
• El que guió la mente de Salomón cuando así oraba, enseñará hoy a sus siervos cómo orar por lo que necesitan.
• El Señor le dijo a Salomón que, si andaba en sus caminos, sus bendiciones le acompañarían y le sería dada sabiduría.
En la actualidad cada uno tiene su parte que hacer deberes que cumplir y responsabilidades que llevar. Nadie puede hacer su parte en forma aceptable sin sabiduría de lo alto.
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Sermón: Ezequías
Título: Dios tiene un lugar para ti
Texto clave: 2 Crónicas 32:7-8
Introducción.
Dios siempre ha conducido a su pueblo por medio de instrumentos humanos, aunque imperfectos y desobedientes en algunos casos. Cuando hablamos acerca del rey Ezequías, es posible ver como Dios nos toma en cuenta en sus planes para avanzar y consagrarnos a su servicio. No tomó en cuenta el pecado de su padre al desviarse de sus mandamientos, sino que habiéndolo puesto al lado de su padre aprendió lo que debía hacer y obedecer.
El pueblo de Judá tenía muchas razones para tener miedo a Senaquerib, pero necesitaban buscar un refugio seguro. Al obedecer su voluntad, Dios nos muestra el camino para que le sirvamos con amor y dedicación, sin apartarnos detrás de otros dioses.
1. Ezequías fue llamado a cosas grandes desde su juventud. 2 Reyes 18:13.
A. Fue llamado por Dios en una edad madura.
B. Hizo lo recto delante de Dios. El texto indica que Ezequías siguió el ejemplo de David para mantenerse en obediencia a Dios.
2. Ezequías corrigió lo malo, hizo reformas desde el inicio de su reinado. 2 Reyes. 18:4-8
A. Quitó todos los altares que habían hecho para otros dioses.
B. Tuvo victoria sobre sus enemigos.
C. Puso su esperanza en Dios ante la amenaza de sus enemigos.
“Ezequías y sus asociados instituyeron varias reformas para fortalecer los intereses espirituales y temporales del reino. “En todo Judá,” el rey “ejecutó lo bueno, recto, y verdadero, delante de Jehová su Dios. En todo cuanto comenzó lo hizo de todo corazón, y fué prosperado.” “En Jehová Dios de Israel puso su esperanza... y no se apartó de él, sino que guardó los mandamientos que Jehová prescribió a Moisés. Y Jehová fué con él; y en todas las cosas a que salía prosperaba.” 2 Crónicas 31:20, 21; 2 Reyes 18:5-7. PR 250.
3. Dios libró a Ezequías y su pueblo después que hubo orado. 2 Crónicas 32:20-23
A. Cuando buscamos a Dios y clamamos con fe, siempre responderá de la mejor manera.
B. Todos fueron testigos del gran poder de Dios en favor de su pueblo, les dio paz por todas partes.
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El pueblo de Dios había sido intimidado por Senaquerib, sin embargo, en medio de esta situación el poder de Dios se manifestaría en favor del pueblo por medio de la actitud de un rey, sintió la necesidad que interviniese en aquella circunstancia y así lo demostró.
Hoy podemos asegurar que ante las circunstancias de la vida también tenemos dos alternativas. Hacer frente a las situaciones por medio de nuestros propios medios o buscar a Dios y solicitar su ayuda. Siempre está esperando ayudarnos en medio de todas las luchas que enfrentamos a diario. Hoy tu puede ser victorioso al buscar a Dios y solicitar su ayuda en tu favor.
Cita Selecta.
“Cada día de la vida está cargado de responsabilidades que debemos llevar. Cada día, nuestras palabras y nuestros actos hacen impresiones sobre aquellos con quienes tratamos. ¡Cuán grande es la necesidad de que observemos cuidadosamente nuestros pasos y ejerzamos cautela en nuestras palabras! Un movimiento imprudente, un paso temerario, pueden levantar olas de gran tentación que arrastrarán tal vez a un alma. No podemos retirar los pensamientos que hemos implantado en las mentes humanas. Si han sido malos, pueden iniciar toda una cadena de circunstancias, una marea del mal, que no podremos detener.
Por otro lado, si nuestro ejemplo ayuda a otros a desarrollarse de acuerdo con los buenos principios, les comunicamos poder para hacer el bien. A su vez, ejercerán la misma influencia benéfica sobre otros. Así centenares y millares recibirán ayuda de nuestra influencia inconsciente. El que sigue verdaderamente a Cristo fortalece los buenos propósitos de todos aquellos con quienes trata. Revela el poder de la gracia de Dios y la perfección de su carácter ante un mundo incrédulo que ama el pecado” (PR 257 – 258).
El mundo que nos rodea está lleno de escepticismo, que está representado por Senaquerib o los asirios, pero al igual que Ezequías, podemos buscar a Dios y refugiarnos en su poder.
Conclusión
Una de las grandezas de Ezequías fue mantenerse fiel a Dios a pesar de las circunstancias, aunque siempre estuvo cerca de su padre y no fue el mejor ejemplo para él, Dios lo guió a hacer reformas para bendición de su pueblo.
Llamado
El llamado hoy a nosotros es a mantenernos fieles y consagrados a Dios, el enemigo buscará como atacarnos y separarnos de Dios, pero por medio del ejemplo de Ezequías, nos dice que cuando le buscamos, él nos escucha, nos responde y nos ayuda, la victoria siempre será segura cuando dependamos de Dios y no de nosotros mismos.
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Sermón – Manasés
Título: Perdonados, a pesar de nuestros errores
Texto clave: “Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres. Y habiendo orado a él, fue atendido; pues Dios oyó su oración y lo restauró a Jerusalén, a su reino. Entonces reconoció Manasés que Jehová era Dios” (2 Crónicas 33:12-13).
Introducción:
“El reino de Judá, que prosperó durante los tiempos de Ezequías, volvió a decaer durante el largo reinado del impío Manasés, cuando se hizo revivir el paganismo, y muchos del pueblo fueron arrastrados a la idolatría. “Hizo pues Manasés desviarse a Judá y a los moradores de Jerusalén, para hacer más mal que las gentes que Jehová destruyó.” [2 Crónicas 33:9]. La gloriosa luz de generaciones anteriores fue seguida por las tinieblas de la superstición y del error. Brotaron y florecieron males graves: la tiranía, la opresión, el odio de todo lo bueno. La justicia fue pervertida; prevaleció la violencia” (PR, 281).
Terrible son las consecuencias de apartarse de los caminos del Señor. Florece la maldad, la justicia se pervierte. Ningún joven está exento del mal.
Proposición: por eso estudiaremos dos aspectos muy importantes de la vida del rey Manases.
Primer aspecto: los peligros que conlleva la rebelión contra el Señor Segundo aspecto: el amor de Dios es capaz de perdonar al más vil pecador, si este se arrepiente de sus malos caminos.
Desarrollo
I. Primer aspecto. Peligros que conlleva la rebelión contra el Señor. (2 Reyes 21:2-9).
- Lo primero que la Biblia deja ver en la vida del Rey Manases es su edad. “De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar” (21:1). Era un niño, un joven. Así como Dios puede usar a los niños y jóvenes para el bien (el rey Josías, ocho años). El enemigo los usa para la maldad.
- Por eso la Biblia recomienda: “y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús… a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra” (2 Timoteo 3:15,17).
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- Los niños y jóvenes deben ser educados desde su niñez, porque están expuestos a los sofismas del enemigo. La instrucción de la Palabra es como un escudo para los jóvenes.
- Lo siguiente que expone la Biblia es como un niño o un joven puede ser utilizado por satanás para el mal.
Revisemos la nómina de la maldad de Manases: (2 Reyes 21:2-9).
“E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, … Porque volvió a edificar los lugares altos… y levantó altares a Baal, e hizo una imagen de Asera; … y adoró a todo el ejército de los cielos, y rindió culto a aquellas cosas. Asimismo, edificó altares en la casa de Jehová, … Y edificó altares para todo el ejército de los cielos en los dos atrios de la casa de Jehová. Y pasó a su hijo por fuego, y se dio a observar los tiempos, y fue agorero, e instituyó encantadores y adivinos, ... Y puso una imagen de Asera que él había hecho, en la casa de Jehová … y Manasés los indujo a que hiciesen más mal que las naciones que Jehová destruyó delante de los hijos de Israel”
“Manasés, pues, hizo extraviarse a Judá y a los moradores de Jerusalén, para hacer más mal que las naciones que Jehová destruyó delante de los hijos de Israel” (2 Crónicas 33:9).
- Manases no solo se desvió él de los caminos del Señor, también desvió al pueblo del Señor.
- ¿Cómo lo hizo?
- Cambio el sistema de culto para adorar al Dios verdadero, e instituyo un sistema falso de adoración. Adorando a Baal, imágenes, los astros, uso el templo de Dios para poner su propio sistema de culto donde adoraba a los dioses falsos, las imágenes, los astros, paso sus hijos por el fuego, es decir, los ofreció a Moloc, se hizo brujo, adivino. Todo lo pagano lo trajo para adorar.
- ¡Que terrible!
¿Cuál fue el resultado de tanta rebelión contra Dios?
“Y habló Jehová a Manasés y a su pueblo, más ellos no escucharon; por lo cual Jehová trajo contra ellos los generales del ejército del rey de los asirios, los cuales aprisionaron con grillos a Manasés, y atado con cadenas lo llevaron a Babilonia” (2 Crónicas 33:10-11).
Primero, Dios mando sus mensajeros los profetas, con mensajes de amonestación, pero estos fueron rechazados por Manases y su pueblo.
- “los profetas continuaron dando sus amonestaciones y exhortaciones; hablaron intrépidamente a Manasés y a su pueblo; pero los mensajes fueron despreciados; y el apóstata Judá no quiso escucharlos. (PR, 282).
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Segundo, Manases fue llevado cautivo por los generales del ejercito asirios a Babilonia. Como un ejemplo de lo que le sucedería a la nación si no cambiaban de caminos.
- “Como muestra de lo que acaecería al pueblo si continuaba en su impenitencia, el Señor permitió que su rey fuese tomado cautivo por una banda de soldados asirios, quienes habiéndolo “atado con cadenas lo llevaron a Babilonia,” su capital provisoria” (PR, 282).
¡Que maravillosa es la gracia de Dios! ¡La misericordia!
En nuestras desobediencias Dios no nos abandona al contrario nos habla, nos manda mensajes de reprensión. Aunque no siempre estemos dispuestos a atender esos mensajes. A veces los ignoramos, nos enojamos contra el mensajero, hacemos berrinches contra Dios, cuando lo que deberíamos hacer es arrepentirnos.
- Y esto nos lleva a nuestro siguiente aspecto de estudio.
II. Segundo aspecto: el amor de Dios es capaz de perdonar al más vil pecador, si este se arrepiente de sus malos caminos. Debemos saber que: Dios perdona al pecador, pero las consecuencias de nuestros actos debemos enfrentarlos.
La Palabra de Dios dice:
“Mas luego que fue puesto en angustias, oró a Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres. Y habiendo orado a él, fue atendido; pues Dios oyó su oración y lo restauró a Jerusalén, a su reino. Entonces reconoció Manasés que Jehová era Dios” (2 Crónicas 33:12-13).
¡Qué maravillo es nuestro Dios! Dios está dispuesto a perdonarnos, si tan solo nos volvemos a él arrepentidos de nuestros erros. Podemos haber caído en lo más bajo del pecado. Pero si desde allí clamamos pidiendo ayuda, Dios está dispuesta a darnos una nueva oportunidad.
Elena White expone algunas ideas importantes: “Esta aflicción hizo volver en sí al rey; “oró ante Jehová su Dios, humillado grandemente en la presencia del Dios de sus padres. Y habiendo a él orado, fue atendido; pues que oyó su oración, y volvió a Jerusalén, a su reino. Entonces conoció Manasés que Jehová era Dios.”
2 Crónicas 33:10-13. Pero este arrepentimiento, por notable que fuese, fue demasiado tardío para salvar al reino de las influencias corruptoras de los años en que se había practicado la idolatría. Muchos habían tropezado y caído, para no volver a levantarse” (PR, 282).
- Dios usa diferentes medios para hacernos volver en sí. El dolor, las perdidas, la muerte, la enfermedad, el fracaso, los golpes que da la vida. En el caso de Manases fue la aflicción de haber sido llevado cautivo.
- Dios ha dejado medios por los cuales podemos volvernos a él. En el caso de Manases, fue la oración, la reflexión, la confesión y el arrepentimiento.
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-
- Lo más importante es reconocer que Dios es el Señor y Salvador.
- Dios nos perdona, pero las consecuencias de nuestros actos muchas veces quedan como un recordatorio de que: los caminos humanos no son mejores que los de Dios. La desobediencia tiene sus consecuencias. La mentira, el odio, los vicios, el mal carácter, hablar sin pensar, actuar sin medir las consecuencias, la fornicación, el adulterio, la elección de las malas amistades, apartarse de los caminos de Dios, no respetar a nuestros padres entre otros.
- Muchas veces las consecuencias no solo nos afectan a nosotros que hemos obrado mal. Afectan a las personas que nos rodean. A las personas que amamos o que nos aman.
Conclusión:
La desobediencia y soberbia tienen sus consecuencias. Pero lo más maravillo es el amor de Dios que es capaz de perdonar al más vil pecador, si este se arrepiente de sus malos caminos.
Llamado:
¿Has fallado? ¿Deseas arrepentirte y recibir el perdón de Dios? Él te espera con los brazos abiertos.
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Sermón – Josías
Título: ¿Cómo cambio la historia?
Texto clave: “De ocho años era Josías cuando comenzó a reinar, y treinta y un años reinó en Jerusalén. Este hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en los caminos de David su padre, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda”
(2 Crónicas 34:1-2).
Introducción:
Josías no solo era un niño cuando fue llamado a ser el rey de Juda, era “Hijo de un rey impío, asediado por tentaciones a seguir las pisadas de su padre, y rodeado de pocos consejeros que le alentasen en el buen camino, Josías fue sin embargo fiel al Dios de Israel. Advertido por los errores de las generaciones anteriores, decidió hacer lo recto en vez de rebajarse al nivel de pecado y degradación al cual habían caído su padre y su abuelo. “Sin apartarse a diestra ni a siniestra,” como quien debía ocupar un puesto de confianza, resolvió obedecer las instrucciones que habían sido dadas para dirigir a los gobernantes de Israel; y su obediencia hizo posible que Dios le usase como vaso de honor” (PR, 283).
¿Es posible que los jóvenes modernos vivan de acuerdo con lo que es correcto y a los principios de Dios, en medio de una sociedad depravada y apartada de Dios? ¿Cómo pueden lograrlo? ¿Qué lecciones podemos aprender del rey Josías?
Proposición: estudiaremos tres acciones que puso en práctica el rey Josías en su reinado.
Desarrollo
I. La primera acción: a nivel personal, decidió buscar y poner en primer lugar a Dios. Desechó todo aquello que los alejaba de Dios.
La Palabra del Señor dice:
“E hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda” (2 Reyes 22:1).
Este pensamiento no solo habla de la decisión que tomó el joven rey. Habla de la influencia poderosa que ejercen los padres con sus instrucciones a sus hijos en la temprana edad. Hay una responsabilidad en cada padre para con sus hijos (Proverbios 22:6).
La clave en la toma de las decisiones en la vida de cada joven escriba en: decidir buscar y poner a Dios en primer lugar, desechar lo malo y decidir vivir lo que es correcto. No es fácil, tomando en cuenta que vivimos en un mundo de tanta maldad. Donde a lo malo se le llama bueno, a lo bueno se le llama malo.
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Elena de White hace énfasis a esta clave en la vida del rey Josías: “Con la ascensión de Josías al trono, los que habían conservado la pureza de su fe empezaron a esperar que se detuviera el descenso del reino; porque el nuevo rey, aunque tenía tan sólo ocho años, temía a Dios, y desde el mismo principio “hizo lo recto en ojos de Jehová, y anduvo en todo el camino de David su padre, sin apartarse a diestra ni a siniestra” (PR, 283).
Nota importante:
El rey Josías no era el único que deseaba hacer lo bueno. Había un grupo que se conservaban fieles al Señor, en silencio clamaban por un cambio en la condición espiritual del pueblo. Dios en cada generación ha tenido y sigue teniendo hijos fieles. Que desean siempre hacer lo bueno, andar en los caminos del Señor. Dios en este tiempo cuenta contigo apreciado joven, para hacer la diferencia.
Como bien lo dice Elena White: “La mayor necesidad del mundo es la de hombres que no se vendan ni se compren; hombres que sean sinceros y honrados en lo más íntimo de sus almas; hombres que no teman dar al pecado el nombre que le corresponde; hombres cuya conciencia sea tan leal al deber como la brújula al polo; hombres que se mantengan de parte de la justicia, aunque se desplomen los cielos” (La educación, 54).
II. La segunda acción: reparó la casa del Señor [que estaba en ruina]. Reparar la casa de Dios significaba reparar la vida espiritual del pueblo, la verdadera adoración estaba en ruinas. Volverse a la Palabra de Dios.
La Biblia dice:
“A los dieciocho años del rey Josías, envió el rey a Safán… escriba, a la casa de Jehová, diciendo: Ve al sumo sacerdote Hilcías, y dile que recoja el dinero que han traído a la casa de Jehová, que han recogido del pueblo los guardianes de la puerta, y que lo pongan en manos de los que hacen la obra, que tienen a su cargo el arreglo de la casa de Jehová, y que lo entreguen a los que hacen la obra de la casa de Jehová, para reparar las grietas de la casa” (2 Reyes 22:35).
El más grande hallazgo:
“El manuscrito perdido durante tanto tiempo fue descubierto en el templo por el sumo sacerdote Hilcías mientras se realizaban extensas reparaciones en el edificio, de acuerdo con el plan del rey Josías para conservar la estructura sagrada. El sumo sacerdote entregó el precioso volumen a Safán, sabio escriba, quien lo leyó, y luego lo llevó al rey, a quien contó cómo se lo había descubierto” (PR, 289).
Al disponerse a reparar la casa de Dios, encontraron la Palabra de Dios, descuidada por mucho tiempo. Las instrucciones de Dios para su pueblo. Las Palabras de vida para el pueblo. El tesoro que trae felicidad al que lo encuentra.
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La Palabra que transforma los pensamientos y las intenciones del corazón del hombre.
¿Qué sucedió?
Elena White nos lo amplia: El rey “Josías se conmovió hondamente al oír por primera vez, leer las exhortaciones y amonestaciones registradas en ese antiguo manuscrito. Nunca había comprendido tan claramente la sencillez con que Dios había presentado a Israel “la vida y la muerte, la bendición y la maldición” (Deuteronomio 30:19); y cuán a menudo se le había instado a escoger el camino de la vida a fin de llegar a ser una alabanza en la tierra, una bendición para todas las naciones. Por medio de Moisés se había exhortado así a Israel: “Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos: que Jehová tu Dios es el que va contigo: no te dejará, ni te desamparará.” Deuteronomio 31:6.
“En el libro abundaban las promesas referentes a la buena voluntad de Dios para salvar hasta lo sumo a aquellos que confiasen plenamente en él. Así como había obrado al librarlos de la servidumbre egipcia, quería obrar poderosamente para establecerlos en la tierra prometida y colocarlos a la cabeza de las naciones de la tierra. (PR, 289-290).
Bien lo dijo el profeta “Fueron halladas tus palabras, y yo las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh, Jehová Dios de los ejércitos” (Jeremías 15:16).
Y el salmista dijo: Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino (Salmos 119:105).
Solo la Palabra de Dios interiorizada puede obrar una transformación en la vida de las personas. La Palabra de Dios es luz para los seres humanos. La Palabra de Dios es gozo, es salvación, es vida.
¿No será que en este tiempo se está dando el mismo problema? La Palabra de Dios esta descuidada. Aun cuando abundan las Biblias hay poca lectura de ella. Necesitamos reparar nuestra devoción con Dios. Necesitamos reparar las grietas espirituales, puede ser a nivel personal o a nivel de la comunidad, es decir, a nivel de la iglesia. Retomar con más responsabilidad los cultos familiares, de la iglesia, la disponibilidad de nuestros dones al servicio de Dios. Necesitamos desempolvar nuestra fe para con Dios. Algunos tenemos grietas personales, algunos somos orgullosos, indiferentes a las cosas de Dios, con nuestra propia forma de ver el cristianismo. Otros distanciados, peleados, luchando entre nosotros mismos. Oh, simple y sencillamente estamos enredados en pecados ocultos que solo Dios y nosotros sabemos. Buscamos como salir, como sentirnos plenos, a veces hasta nos sentimos desdichados. Recuerda la Palabra de Dios tiene promesas de bendición para ti.
III. Tercera acción: Buscaron el consejo divino a través del don profético. Fueron a consultar a la sierva del Señor, la profetiza Hulda.
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La Biblia dice:
“Y cuando el rey hubo oído las palabras del libro de la ley, rasgó sus vestidos. Luego el rey dio orden al sacerdote Hilcías, a Ahicam, … al escriba Safán y a Asaías siervo del rey. Id y preguntad a Jehová por mí, y por el pueblo, y por todo Judá, acerca de las palabras de este libro que se ha hallado; Entonces fueron… a la profetisa Hulda, … la cual moraba en Jerusalén en la segunda parte de la ciudad, y hablaron con ella” (2 Reyes 22:11-14).
Ellos habían encontrado la Palabra de Dios, y aunque esta había tocado las fibras más profundas de sus corazones, necesitaban la orientación del don profético.
“En aquel tiempo, la profetisa Hulda vivía en Jerusalén, cerca del templo. El rey, lleno de ansiosos presentimientos, la recordó y resolvió inquirir del Señor mediante esa mensajera escogida para saber, si era posible, por qué medios a su alcance podría salvar al errante Judá, ahora al borde de la ruina” (PR, 293).
Hulda es llamada la mensajera del Señor. Por medio de esta mujer el pueblo tenía acceso al don profético. El don profético siempre ha acompañado al pueblo de Dios. Es la luz que ilumina la revelación escrita. Es decir, la Palabra escrita de Dios, en la Biblia. El mensaje fue claro: Dios va a cumplir su palabra y traería el mal que había dicho contra el pueblo idolatra; pero, tendría misericordia del remanente.
Hoy día la iglesia Adventista del Séptimo Dia tiene la bendición de tener de parte de Dios. La Biblia, la Palabra profética y el don del Espíritu de Profecía.
La Biblia dice: “Entonces el dragón se llenó de ira contra la mujer; y se fue a hacer guerra contra el resto de la descendencia de ella, los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo” (Apocalipsis 12:17).
Dos características: Guardan los mandamientos y tienen El Testimonio de Jesucristo. ¿Qué es el testimonio de Jesucristo?
“… Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía” (Apocalipsis 19:10).
Es decir, el pueblo de Dios en este tiempo goza de la bendición de tener la Palabra profética y el don del Espíritu de Profecía. Como iglesia creemos que fue manifestado en el ministerio de Elena de White. Este don maravillo es de gran ayuda en la crisis final de la historia de la humanidad. Y en palabras de Jesús debemos tener cuidado, porque habría muchos falsos profetas, que tienen como fin engañar (Mateo 24:11,24). Pero podemos confiar en la Biblia y el Espíritu de profecía.
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Conclusión
Sí. Es posible que los jóvenes de este tiempo hagan lo que es correcto y experimente el poder y bendición de Dios. ¿Cómo? Poniendo en práctica las acciones del rey Josías. Primera acción: decidir buscar y poner en primer lugar a Dios, desechando todo lo malo que nos aleja de Dios. Segundo: reparando la casa de adoración de Dios. Es decir, reparando toda grieta que no permita que su vida sea para servir y adorar a Dios. No permitiendo que satanás se robe la adoración que solo Dios se merece. Tercero: siempre consultar el consejo divino, por medio de su Palabra y del Espíritu de Profecía.
Llamado
¿Te gustaría experimentar el favor de Dios en tu vida, no importando las circunstancias pecaminosas que rodeen a esta generación? Quieres seguir el ejemplo del rey Josías.
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Sermón de Josafat
Título: él joven moderno ¿Puede confiar en Dios y en la Palabra profética?
Texto clave: “Y cuando se levantaron por la mañana, salieron al desierto de Tecoa. Y mientras ellos salían, Josafat, estando en pie, dijo: Oídme, Judá y moradores de Jerusalén. Creed en Jehová vuestro Dios, y estaréis seguros; creed a sus profetas, y seréis prosperados” (2 Crónicas 20:20).
Introducción: “En sus esfuerzos por gobernar sabiamente, Josafat procuró persuadir a sus súbditos a que se opusieran firmemente a las prácticas idólatras. Gran número de los habitantes de su reino “sacrificaba aún, y quemaba perfumes en los altos.” (Vers. 44). El rey no destruyó en seguida esos altares; pero desde el principio procuró salvaguardar a Judá de los pecados que caracterizaban al reino del norte bajo el gobierno de Acab, de quien fue contemporáneo durante muchos años. Josafat mismo era leal a Dios. “No buscó a los Baales; sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus mandamientos, y no según las obras de Israel.” Por causa de su integridad, el Señor le acompañaba, y “confirmó el reino en su mano.” (PR 142).
“Y Jehová estuvo con Josafat, porque anduvo en los primeros caminos de David su padre, y no buscó a los baales, sino que buscó al Dios de su padre, y anduvo en sus mandamientos, y no según las obras de Israel. Jehová, por tanto, confirmó el reino en su mano, y todo Judá dio a Josafat presentes; y tuvo riquezas y gloria en abundancia” (2 Crónicas 17:3-5).
No es fácil hacer lo correcto en medio de un ambiente de mal. Sin embargo, Josafat hizo dos cosas muy importantes. Primero, rechazó las prácticas idolátricas y segundo, decidió buscar al Dios que sus padres le enseñaron y anduvo en los mandamientos del Señor. Y como resultado disfruto de las bendiciones que Dios les da a sus hijos fieles.
Para reflexionar: ¿Vale la pena que los jóvenes andemos en los caminos de Dios? ¿Cuáles son los resultados de andar en los caminos de Dios?
Josafat nos enseña dos principios espirituales que nos permiten honrar a Dios y tengamos el favor de Dios.
Primer principio espiritual: La Palabra de Dios es la base para el éxito de todo proyecto (2 Crónicas 17:7-9).
Elena White amplia este concepto: “Por todo el reino, la gente necesitaba ser instruida en la ley de Dios. Su seguridad estribaba en la comprensión de esta ley; si conformaban su vida a sus requerimientos, serían leales a Dios y a los
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hombres. Sabiendo esto, Josafat tomó medidas para asegurar a su pueblo una instrucción cabal en las Santas Escrituras... Y como muchos procuraban comprender los requerimientos de Dios y desechar el pecado, se produjo un reavivamiento (PR, 142.4).
Para reflexionar: ¿Cuál fue el resultado de volverse a los mandatos del Señor? ¿Qué sucede en la vida de los jóvenes que buscan de Dios y que le dan un lugar especial al estudio de la Palabra profética? ¿Qué sucede cuando los jóvenes deciden abandonar el pecado y consagrar sus vidas a Dios?
Elena White nuevamente nos amplia esta idea: “Hay mucho beneficio en la obediencia a la ley de Dios… Si las enseñanzas de la palabra de Dios ejercieran una influencia dominadora en la vida de cada hombre y mujer, y los corazones y las mentes fuesen sometidos a su poder refrenador, los males que ahora existen en la vida nacional y social no hallarían cabida” (PR, 143.1).
Para reflexionar: según la cita anterior, ¿Qué pasaría si la Palabra de Dios fuera enseñada y practicada en los hogares de las personas?
Razón tenía el apóstol Pedro cuando escribió: “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el día esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones” (2 Pedro 1:19).
Segundo principio espiritual: la lectura de la Palabra de Dios nos permite confiar en Dios en momentos difíciles de la vida. (2 Crónicas 20:1-6).
“Josafat era hombre de valor. Durante años había fortalecido sus ejércitos y sus ciudades. Estaba bien preparado para arrostrar casi cualquier enemigo; sin embargo, en esta crisis no confió en los brazos carnales. No era mediante ejércitos disciplinados ni ciudades amuralladas, sino por una fe viva en el Dios de Israel, cómo podía esperar la victoria sobre estos paganos que se jactaban de poder humillar a Judá a la vista de las naciones” (PR 147).
Para reflexionar: ¿Cómo resuelven los problemas los jóvenes que no tienen el temor de Dios en sus corazones? (Enojo, soberbia, vicios, atentan contra la vida) ¿Qué papel juega la fe, la oración y el ayuno en momentos de crisis?
Dios se manifiesta cuando sus hijos confían en él (2 Crónicas 20:13-17).
- Todos estaban delante de Jehová: hombres, mujeres, jóvenes y niños.
- El mensaje de Dios fue de confianza plena: Dios pelearía en favor de ellos.
- El pueblo debía salir para ver las maravillas que Dios iba a obrar en favor de ellos.
Para reflexionar: ¿Cuál fue el consejo que el Rey Josafat le dio a su pueblo, después de escuchar que Dios iba a salvarlos sin que ellos tuvieran que pelear? (2 Crónicas 20:20). ¿Por qué es importante que los jóvenes sigamos confiando en Dios? ¿Por qué es importante que los jóvenes sigamos confiando en los consejos del Espíritu de Profecía?
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Elena White lo confirma: “Dios fue la fortaleza de Judá en esta crisis, y es hoy la fortaleza de su pueblo. No hemos de confiar en príncipes, ni poner a los hombres en lugar de Dios. Debemos recordar que los seres humanos son sujetos a errar, y que Aquel que tiene todo el poder es nuestra fuerte torre de defensa. En toda emergencia, debemos reconocer que la batalla es suya. Sus recursos son ilimitados, y las imposibilidades aparentes harán tanto mayor la victoria” (PR. 150).
Conclusión
La Palabra de Dios hace la siguiente aseveración: “Y el reino de Josafat tuvo paz, porque su Dios le dio paz por todas partes” (2 Crónicas 20:30).
¿Cómo fue posible tanta bendición y prosperidad en el reinado de Josafat?
Josafat puso en práctica los dos principios espirituales que hemos estudiado: él consideró que, La Palabra de Dios es la base para el éxito de todo proyecto (2 Crónicas 17:7-9). Estudiar y enseñar al pueblo “el libro de la ley” le permitió confiar en Dios en momentos de crisis. (2 Crónicas 20:1-6).
Llamado
¿Te gustaría gozar de la bendición de Dios? Puedes decidir poner en práctica el consejo del Rey Josafat: confiar en Dios y en su Palabra profética más segura.
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