En 1988 se publica por primera vez Una modernidad periférica. Por su carácter ambicioso y exhaustivo, pero sobre todo por su audacia y originalidad, es la obra en que Sarlo empieza a ser Sarlo. Producto de la insatisfacción y la perplejidad ante las limitaciones de la crítica académica, y de una búsqueda personal sostenida, el libro ofrece un panorama de las respuestas que las vertiginosas transformaciones culturales y urbanas de comienzos del siglo XX suscitaron en los intelectuales, artistas y escritores.