KY magazine No. 020

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Colaboradores www.kymagazine.com.mx Bebeleche

Enrique Salas Durazo Tapatío de nacimiento pero de fuertes raíces veracruzanas y sonorenses, es actualmente un estudiante de doctorado en literatura latinoamericana en la universidad de California. Amante del aroma y textura de los libros (y por supuesto, de su contenido), pertenece a ese grupo de escépticos que no creen en la inevitable “muerte del libro”, condenado a ser sustituido por estilizados dispositivos electrónicos que transforman las ideas y las palabras en un número ridículo de megabites. También, es un apasionado devoto a la buena música antigua y contemporánea, producto de sus estudios musicales, de su amor por el piano (que él dice tocar decentemente) y de su emoción por escuchar siempre alguna obra musical por primera vez. Oportunista declarado, se aprovechó de la ocasión de poder conocer a Mario Bellatin, uno de sus escritores favoritos, durante sus vacaciones de verano en su tierra. Esto le dio la oportunidad de trabajar con gente lindísima y de escribir una breve crónica que trata de plasmar y difundir su experiencia.

Marcela

Noemí Hernández Altamirano Lilián

Silvia

Noemí

Enrique

Tambaleante e indecisa entre la medicina y cualquier otra profesión para su vida, estudió el arte de Galeno durante casi una década y ahora viste una bata blanca. Instalada en las exigencias del juramento hipocrático, siempre ha buscado silenciosamente otros derroteros. Los libros, la escritura y la literatura entre ellos. Sus pasiones paralelas tienen a Marcel Proust, Cristina Peri Rossi y Fernando del Paso en un pedestal de su librero. También es fanática de sus pies desnudos, la natación y la gastronomía. Escritora compulsiva de diarios personales y cartas electrónicas, un día probó los afanes de un taller de crónica. Producto de ese taller, el texto que aquí se presenta.

Lilián Bañuelos Nació en Guadalajara y pertenece al selecto club de los que no pidieron venir al mundo en los ochenta, de padres hippies venidos a más. Creció escuchando a Les Luthiers, a Bob Dylan y jugando Mario Bros en las maquinitas de la esquina de casa de su abuela porque sus papás no creían en la cultura del videojuego. Pacman la hizo fiel al consumo de las pastillas para la felicidad y el gusto por los ritmos repetitivos y áridos del techno y los bits, aunque también le hace


al rock y a la música vernácula. Escribió, dirigió y grabó una radionovela a los siete años. El ejemplar, un cassette transparente con motivos fosfo, lo resguarda su madre en el neceser al fondo de un taburete de madera. Colabora en algunas publicaciones, bloguea, tuitea y escribe guiones. Aunque es licenciada en letras hispánicas y egresada de la carrera en medios audiovisuales en el CAAV, tiene problemas con el uso del punto y coma y siempre se le olvida quién dirigió Happiness. Vive y trabaja en la Ciudad de México.

BEBËLECHE ¿Qué qué c$%&#dos es BEBËLECHE? ¡Aló, aló!, es una agencia de publicidad y medios enfocada a crear diseño, fotografía y alternativas originales, creativas y de calidad para las PYMES. En esta ocasión participan en KY aportando su propuesta en la sección de moda. Pero habrá más, lo han prometido. Y cumplirán.

Marcela Félix Torres Le pusieron Marcela y sus apellidos son Félix Torres. Ésta es su primera colaboración aquí en publicación desde hace un tiempo. Antes escribía a diario en un diario, pero luego suspendió y descubró el teatro, que también son palabras y pensamientos traducidas en acciones y llevadas a la ficción… y pese a que no hay condiciones para que éstas puedan decirse (hacerse) a diario, cuando suceden y bien, se logra compartir una interesante comunicación. Bueno, estudió eso, comunicación, en Mexicali, Baja California, de donde es. Ahora explora el fascinante terreno de los títeres y descubre sus posibilidades como lenguaje. Aunque está en la producción, como gestor y curiosa tiene la necesidad de entender las

diferentes disciplinas que implica la escena y aunque es muy cansado, según dice, son muy gratificantes los hallazgos del camino que empieza tan sólo con unas palabras, por cierto, parecidas a éstas.

Silvia Rodríguez González Reportera apasionada, ama su oficio de periodista y también disfruta (y sufre, a veces) la fortuna de ser madre y esposa (casada, además, con un gran periodista oaxaqueño y avecindado en la Bahía de Banderas desde hace muchos años). Ha desfilado por los diarios más importantes de Puerto Vallarta y aunque nació en la capital del país, ya siente que lo “pata salada” nadie se lo quita. Su fuerte son las historias de vida, le ha tocado contarlas para los lectores de los diarios donde se ha desempeñado durante años. Ahora nos cuenta una que sucedió hace unas semanas, cuando se vino abajo el puente sobre el río Ameca, que une a Puerto Vallarta con Bahía de Banderas. A Silvia le viene bien andar en la calle en busca de historias. Y a la KY le viene bien que Silvia las comparta con los lectores.



Primera KY

Veinte, en el Veinte Diez Ya estamos en septiembre, mes patrio por excelencia (desde la primaria nos implantan ese chip, qué le va uno a hacer) y la verdad es que toda esa parafernalia en torno a los festejos del bicentenario se sienten no sólo forzados, sino hasta medio hipócritas. Es como alguien que quiere que nos divirtamos a la fuerza en una fiesta y que saca su trompetita para sonarla (¡tutu-tutu!) cada que finaliza un chiste. Anticlimático, pues. Por eso fue que desechamos la idea de hacer una edición bicentenario de KY (jeje) y mejor nos pusimos a hacer lo que siempre hemos hecho: echarle un ojo a la calle, para ver cómo es que realmente anda el ánimo al respecto. Los vendedores de banderitas dicen que nunca habían vendido tan mal, previo a la llegada de los festejos por la Independencia y hasta le atribuyen sus malas ventas a las lluvias, copiosas, abundantes y hasta dañeras, que han caído sobre la región. Eso sí, Chapala llenándose como en sus mejores tiempos. Ya hablando de contenidos KYjeros, iniciamos con el proyecto desarrollado (y aún en proceso) de nuestra fotógrafa favorita, Natalia Fregoso, quien se ha dado a la tarea de buscar, casi obsesivamente, hombres que guarden un parecido físico con Emiliano Zapata... y que se quieran dejar hacer un retrato. Natalia nos ha permitido publicar este avance de su proyecto y la verdad es que está más que genial. Gran idea, excelentes fotografías y estupenda

también la idea de hacerles unas cuantas preguntas que nos dan un norte de lo que la gente piensa. Y Natalia sigue buscando Zapatas que anden por la calle, así que si conoces a alguno, denúncialo al correo: nataliafregoso@yahoo.com.mx También, en este número tenemos la gran crónica que escribió Enrique Salas, quien fue testigo privilegiado del taller Luz sobre la luz, que ideó, maquinó y operó Gloria Pérez, miembro del Consejo Editorial de esta KY, y que se llevó a cabo hace algunas semanas, con la presencia, dirección y empuje de Mario Bellatin. Enrique ha escrito un gran texto sobre lo acontecido en el taller, así que lo único que hay que agregar es que gracias al éxito obtenido, muy seguramente más adelante habrá más noticias al respecto. Las tres ilustraciones ganadoras de la convocatoria que lanzó Bikla están también aquí, así como noticias del nuevo sistema con el que operará este proyecto de préstamo de bicicletas para andar por la calle, al que debemos de inscribirnos todos por favor. Y muchas cosas más, como siempre, en este número 20. ¡Veinte! Veinte meses de andar en la calle con la KY, gracias a ustedes. Pasen, vean, lean. Ojalá que la disfruten tanto como nosotros disfrutamos el hacerla.


www.kymagazine.com.mx Director Editorial David Izazaga Márquez dizazaga@kymagazine.com.mx

Portada: Alvar Ramos Colaboradores: José Israel Carranza, Alfonso Cadena, Nacho Cadena, Ana Cinthya Uribe, Hugo Hernández, Paco Castro, Miriam Ramos, Ricardo Luévanos, Ilsem Yaremy González de Alba, Erandini Aparicio, Sergio Saucedo, Adrián de Galo, Quetzal Cárdenas, Diana Martín, Jonás Acosta, Magaly Ruiz, Victor Sprint Nova, Azzem, René Córdova, Mario Ruiz, Ulises Rodríguez, Gabriel Anguiano, Alfredo Rodríguez, Damián Trejo, Eva Cabrera, Carlos Alberto Salgado Chablé, Ulises Arreola, Elizabeth Martínez, Jerónimo Escudero, Carlos López de Alba, Dolores Díaz, Verónica Nieva, Manuel Ramos, César Chávez, Gloria Pérez, Shantal Contreras, Alejandro Fournier, Ricardo Ruiz, Carlos Aroche, Franky Álvarez Maxemin, Bruno de Loera, Juan Carlos Jiménez “Knito”, José Soto, Gaby Becerra, Tonatiuh Figueroa, Jorge Báez, Tania Ochoa, Héctor Nápoles, Israel Martínez, Cabeza de Caset, Gloria Montanaro, MarieJo Delgadillo, Alejandra Leyva, Samili Blanco, Ricardo Cerqueda, Rafael Villegas, Marcela Félix Torres, Lilián Bañuelos, Noemí Hernández Altamirano, Silvia Rodríguez González, Bebëleche Creativos, Ana Ortega. KY magazine, revista mensual de distribución gratuita. Año 2, número 20, septiembre de 2010. Editor responsable: David Izazaga (dizazaga@kymagazine.com.mx). KY magazine es una publicación independiente. Impresa en Zafiro Editores, S.A de C.V: calle Cartero 86, Guadalajara, Jalisco, México. C.P. 44190. Número de certificado de reserva otorgado por el Instituto Nacional del Derecho de Autor: en trámite. Número de certificado de Licitud de Título: en trámite. Número de certificado de Licitud de Contenido: en trámite. El contenido de los artículos es reponsabilidad de quienes los escriben, no necesariamente reflejan el punto de vista de la publicación. Los derechos de reproducción de los textos e imágenes, así como el nombre aquí publicados, están reservados por KY magazine. Prohibida la reproducción parcial o total del contenido, imágenes y fotografías, por cualquier medio físico o electrónico sin previa autorización por escrito del editor. Todos los derechos reservados. “El que picones da, picado está”.

Director Creativo Alvar Ramos Martínez alvar@kymagazine.com.mx Editor Jonathan Lomelí López jona@kymagazine.com.mx Redacción Federico Barón Nicolás Piquero Corrección Gloria J. Martínez Güitrón Fotografía Natalia Fregoso natalia@kymagazine.com.mx Abraham Pérez abraham@kymagazine.com.mx Director Comercial Carolina Lerma Martínez direccion.comercial@kymagazine.com.mx Consejo Editorial José Luis Coronado, Javier Audirac, Jorge González Arce, Mariño González, Sergio Rodea, Mak Gutiérrez, Gloria Pérez.


Placeres

Norteño a lo tapatío Por más que me digo para mis adentros: “sólo comeré una”, siempre pido la segunda. Y eso pasa porque el encontrarme frente a este delicioso manjar, el olor me atrapa, el sabor del recién elaborado platillo se impregna a mi paladar para dejar la sensación de no querer detener nunca la mandíbula. El puesto que atiende Marcos Mendoza Ceja ofrece al comensal que deambula por las calles aledañas al viejo barrio de Santa Tere, una carta muy similar a la de cualquier puesto de alimentos servidos sobre los antiguos círculos de maíz (tacos), es decir cabeza, lengua, bistec, chorizo y al pastor; pero lo que realmente nos atrae y que desde hace cuarenta años, próximos a cumplir el 28 de noviembre, lo hacen uno de los sitios que este humilde servidor ha encontrado; original, son sin duda dos de sus especialidades: la torta de machaca con huevo y los lonchitacos. La primera de estas especialidades es una variante muy tapatía de un platillo típico del Norte de nuestro país. Uno siempre que piensa en machaca se la imagina servida en un plato acompañada de unos frijoles de la olla con tocino y chorizo o aquellos que tienen por costumbre usar la autopistas que llevan a la Sultana del Norte, en cada caseta de cobro podrán encontrar personas ofreciendo burritas de tortilla de harina con machaca para mitigar el hambre durante el trayecto. Marcos ofrece en nuestra ciudad, más específicamente en la esquina de Garibaldi

txt: Héctor Nápoles img: Abraham Pérez

y Gral. Coronado, una manera original de ofrecerla: en bolillo acompañada de cebolla desflemada y salsa de tomate roja y verde, calentados sobre la plancha con un poco de consomé de cochinita pibil. El vapor que aquella combinación emana hace que la salivación sea inmediata. Marcos nos comenta acerca de la concepción de esta peculiar torta: “fue creación de mi padre, Alberto Mendoza y de mi madre, Guadalupe Ceja, desde hace 30 años; el chiste de perdurar en el gusto de la gente es tratar de ofrecer algo que no encuentres en ningún lado”, concluye. La segunda especialidad, el lonchitaco, es una especie de fusión; es una porción de bolillo frita en consomé pero que puede llevar cualquiera de las carnes que el menú ofrece: cabeza, lengua, bistec, chorizo y al pastor; aderezado con la clásica cebolla y cilantro, con un stock de frijoles cocidos, rábanos y salsas a la elección de cada gusto. El lonchitaco es uno de los platillos más socorridos por sus fieles comensales. Es por eso que cuando me siento al borde del puesto y repito en mi mente que sólo probaré una, sé que no será así. En la tierra de la torta ahogada se ha colado un sabor norteño para crear una combinación como a todo nos gusta: rara, exótica pero deliciosa. Tenemos que llegar temprano porque permanece abierto sólo de las 7:30 p.m. a las 12:00 a.m. Y sí, cada que se me presente la oportunidad y que no sea domingo (su día de descanso), las probaré y aunque diga que sólo una, sé de antemano que serán dos.


Contenidos

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Las cosas que le cambiaron la cara a la ciudad Zapata vive y se deja fotografiar Excipiente: Eles “Dos Moscú, por favor” FG2010: Actualidad fotográfica de Guadalajara El Gato Negro Un salto a la vida Mónica, la cruz de una bruja sin corona Luz sobre la luz ¿A qué se parece Ubú Rey? El misterioso pero verdadero caso del caucho maldito Daniel Varela, vecino de la plástica Tiempo de un affaire con el indie pop mundial DesignFest 2010 INTERNACIONAL Moda Bikla Bicipública: lejos de la moda, cerca de una solución Cómic


Las cosas que le cambiaron la cara a la ciudad

txt: David Izazaga img: Abraham Pérez

El destino ha querido que la Calzada (sí, la Calzada Independencia, ¿acaso cuando decimos “calzada” en Guadalajara alguien es capaz de pensar en alguna otra?) tenga siempre una cicatriz. La más reciente es la ruta por la que circula el Macrobús. Desde los aires se puede ver perfectamente el tamaño de la cicatriz, ya sea desde un helicóptero, o todavía mejor, desde el avión que da vuelta por encima de la ciudad mientras se le da permiso para aterrizar (en el aeropuerto, claro, hay que ser congruentes). Una gran cicatriz, casi recta, que va desde donde termina (o empieza) (¿alguien sabe?) la Calzada, allá en la barranca (si no hubiera barranca, créanme, la Calzada seguiría y seguiría, hasta Nochistlán) (lugar, por cierto, donde nació el gran “Perro” Aguayo), hasta donde de plano ya no puede seguir, allá por Miravalle, pues topa con fábricas, vías del tren y una ciudad que no parece ser ésta, pero sí es. Una cicatriz que parece sigue sin cerrar del todo y que en algunas partes aún parece abierta. Buena o mala idea, la Calzada parecía desde el principio la avenida ideal para insertar ahí al macrobús. La Calzada es una de nuestras avenidas más anchas, de manera que bien cabía un macrobús por enmedio, de ida y vuelta (aunque

¡Estás hasta la Calzada!

existe por ahí una parte que se estrecha tanto que sólo cabe el macrobús y entonces los autos se pueden ir por donde les dé la gana, que suele ser por una cuadra alterna, en la mayoría de los casos y unas cuadras adelante, volver a a ruta como si nada hubiera pasado). Aunque en esa parte la Calzada ya no se llame Calzada, sino Gobernador Curiel (tengo un amigo, por cierto, que prometió que si tenía un hijo le iba a poner Gobernador). Y, en fin, que los que tenían negocios en la Calzada y han tenido que cerrar, porque dicen que los clientes ya no les llegan están descontentos; los que antes tardaban horas en llegar de Miravallle a Huentitán y hoy lo hacen en minutos están satisfechos... y los que antes el camión los dejaba en la esquinita de su casa y hoy tienen que caminar varias cuadras o a los que les tocó que les pusieran una estación frente a su casa, estén descontentos, todos tendrán su razón. La cicatriz seguirá incomodando, para bien o para mal y sólo podrá asumírsele como parte de la propia geografía cuando llegue otra herida y una nueva cicatriz suplante a la actual. Mientras tanto, ¿alguien me podría decir quién fue Fray Angélico?



Zapata vive y se deja fotografiar Zapata Vive es un proyecto fotográfico de Natalia Fregoso que tiene como fin hacer una serie de retratos de hombres que guarden un parecido físico con el héroe revolucionario Emiliano Zapata. La fotógrafa ha convocado al público en general por medio de anuncios en los diarios y también por medio de perifoneo en algunas de las colonias más alejadas de la zona conurbada. Ya que existe un primer contacto, habla con ellos para seleccionar no sólo a los más idóneos por su parecido físico, sino a aquellos que estén dispuestos a hacerlo desinteresadamente (pues hay quienes han querido, cambiando el lema de “tierra y libertad” por el de “dinero y fama”, obtener pago a cambio de posar), pues no se trata de un proyecto lucrativo. De acuerdo con el proyecto de Natalia, se trata de “buscar a Emiliano Zapata” con la intención de mostrar la permanencia o actualidad del personaje, de ahí el título de la serie Zapata vive, que de alguna manera podría leerse como si Zapata viviera… Es una revisión iconográfica de uno de los personajes más reconocidos y apreciados de nuestra historia, justo a cien años de la Revolución Mexicana. Las imágenes se desarrollan en espacios que tienen que ver con los fotografiados, con sus oficios o los lugares por donde se mueven. Cabe destacar que este proyecto cuenta con el apoyo del Programa de Estímulos a la Creación y al Desarrollo Artístico de Jalisco 2009-2010. Natalia continúa aún desarrollando el trabajo de “búsqueda de Zapatas”, de manera que sí tú conoces a alguien que pueda encajar con estas características, no dudes en contactarla al correo: nataliafregoso@yahoo.com.mx



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Excipiente

Eles Lo que hay, a uno y otro lado y al pasar a toda prisa (que es lo común), es la obstinación que las fachadas, los baldíos y las bocacalles oponen a toda imaginación que pretenda ir más allá de lo que muestran: una sórdida sucesión de grisuras, geometrías desganadas que apenas dan para distinguir las cortinas metálicas, las rampas, los despojos de jardín de que acaso alardee alguna reja, las superficies desiertas de los estacionamientos, las ventanas oscurecidas por las que jamás habría de asomarse nadie, los rótulos en que quizás consten los indicios de los misterios que allí tienen lugar. Bodegas, instalaciones fabriles, almacenes gigantescos especializados en mercancías insospechables, talleres, moles cúbicas por cuyos diminutos accesos nunca veremos entrar ni salir a nadie. Los árboles que recorren el

txt: José Israel Carranza imgs: Natalia Fregoso

camellón tendrán, claro, una perspectiva mejor: alcanzan a conocer, desde sus alturas, lo que hay detrás de esos muros y que nosotros ni siquiera tendríamos por qué preguntarnos. (Hay una funeraria, también: un edificio que recuerda una terminal de autobuses, cosa no del todo insólita si se repara en que el tema son los viajes y las despedidas y, por qué no, los regresos: los fantasmas, en esta ciudad, habría que ir a darles la bienvenida en ese lugar). Sin embargo: el paisaje admite también la ocurrencia de acontecimientos inestimables, de ésos de los que suelen privarnos la velocidad y nuestra negligencia —aunque, claro, esto no sólo pasa aquí: pasa en el exacto lugar donde estás, tu vista obstruida por la ominosa imposición


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de lo evidente—: había, por ejemplo, o hay (el pasado y el presente, en esta avenida, son nociones inservibles: lo que importa siempre es recorrerla cuanto antes, salir de ella para entrar en la ciudad, y por eso ir por aquí es siempre ir perseguido, buscando llegar y perderse), un platillo volador a punto de alzar el vuelo; un Volkswagen hecho con flores; una colección de tractores, trilladoras, tráileres y autobuses cuya escala en realidad distaba de ser lo monstruosa que normalmente es —sé que de niño los tuve en mis manos—; la súbita inmersión en un bosque, y en él un puente tendido sobre el laborioso silencio del despertar: la avenida era, o es, un sueño. Y lo mejor: antes, sobre la izquierda, la explanada en que se erigían, o se erigen, esos tres ángulos amarillos, de proporciones ciclópeas, que nada querían decir

y tal vez nada digan, salvo aquello que sólo deteniéndose y yendo hasta ellos seamos capaces de entender otra vez —las afirmaciones de la infancia sólo entonces es posible comprenderlas, como que esas eles demasiado recostadas al sol tenían que ser las marcas inolvidables de una felicidad: claro, detrás de ellas estaba el parque más sorprendente que ha tenido esta ciudad, hoy un lóbrego territorio poblado de abandono y desconsuelo. Lo que sí es que, por ahí, por esa avenida, tras cuyos muros debe de haber cientos de miles de almas, nunca ha habido gente. http://azotecarranza.blogspot.com


“Dos Moscú, por favor” El adolescente de la gorra alarga el brazo presto con los billetes y una mano grande y morena los recibe con palabras de amor: “Gracias, mi vida, que Dios te bendiga”. Dentro del puesto hay un ajetreo constante, un coro de licuadoras in crescendo que haría envidiar a Ravel, una plancha que zumba mientras derrite el queso, las copas chocomileras (esas grandotototas) chocando. El concierto se da en pleno mercado de Santa Teresita, el público lo aplaude, lo espera, lo saborea y la directora lo escucha con mirada complaciente. El título de la obra es tan comentado como ansiado por los conocedores. Y es que el puesto de las Tita’s no es cualquier cosa. Las frutas se acumulan en pilas de colores, brillan como guiñándonos ojos que no tienen. “Cómeme, por favor, hazme jugo, licuado o lo que quieras”, imploran. Los letreros atraen la mirada en todas direcciones. Uno aclara que son los biónicos originales, otro dice que

txt: MarieJo Delgadillo imgs: Alejandra Leyva

preguntemos por las fresas atropelladas, otro más, desde su posición sobre nuestros ojos se jacta de tener más de 300 bebidas originales. Más tarde, Basilia Sánchez, la iniciadora de todo, nos dice que según el último recuento, la cifra asciende a más de 500. No me atrevería a cuestionarla, 56 años dan el tiempo suficiente para crear las bebidas y los nombres que las caracterizan. Pero uno no puede evitar preguntarse si una vida bastará para tomarse todos y cada uno de los jugos, y dar fe de sus efectos. Mal de amores, antiestrés, Horse power, Lady Di, Titanic, Pepe L’Amoureux, Pitufo verde y el clásico para la cruda, son sólo algunos de los nombres de estos jugos y licuados, que más que eso, son promesas líquidas hechas al momento, a la vista y con ingredientes naturales. Nada de polvo sabor naranja; serán las naranjas reales las que veas convertirse en elíxir. Las Tita’s tienen sucursales por toda la ciudad, que


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corren a cargo de las hijas de Doña Basi, como le llaman cariñosamente clientes, empleadas y amigos. El trabajo, recalca con una sonrisa cariñosa, es lo que le inculcó a sus seis hijas desde chicas; el trabajo es lo que las ha llevado hasta ahí. Y si alguien le pregunta si le molesta que aquello que ella originalmente llamó “Biónico” ahora se consiga por toda la ciudad con calidad variable, la respuesta es, siempre, un “no”. Que trabajen, dice doña Basi, que se ganen la comida, mientras supervisa a los clientes que llegan y a los que se van, y les dirige una palabra afectuosa. Sello indiscutible del negocio, y, según Doña Basi, es lo que hace que las personas regresen, después de diez, veinte o incluso cuarenta años. “Jugos los Naranjos”, fue el nombre del puesto que inició todo, con bebidas de naranja, zanahoria y chocomiles. Jugos, que se transformaron en el conocimiento popular en líquidos medicinales, que si no curan realmente, al menos le proporcionan a uno un rato de entretenimiento intentando adivinar qué tanto le pueden poner; un rato de indecisión, mientras escoge de entre los muchos nombres que se apilan en letreros de colores por encima del puesto, y un rato de disfrute que pasa por las papilas gustativas.

Uno sólo puede imaginarse la cantidad de niños que se han fortalecido bebiendo jugos y licuados hechos con el cariño y empeño que las Tita’s imprimen, hasta convertirse en padres de familia que repiten la historia con sus propios niños. Dice Doña Basi que vienen señores a los que su mamá los llevaba por el chocomilk, que vuelven por el sabor de la nostalgia, y ella los observa desde su banco privilegiado en la esquina del puesto. Algo así es el adolescente de la gorra a mi lado, quisquilloso para la comida como su padre, según la inmensa sabiduría de Doña Basi. Le sonríe y el muchacho le agradece los cumplidos. Alarga el brazo presto con los billetes y una mano grande y morena los recibe con palabras de amor: “Gracias, mi vida, que Dios te bendiga”. Y mientras camino alejándome por el pasillo principal del mercado, no puedo más que preguntarme ¿Qué puede tener un Moscú, para que un adolescente de gorra, quisquilloso para la comida como su padre, pida dos para llevar? La próxima vez que vaya al puesto de las Tita’s llevaré el estómago vacío, cosa no muy complicada. Pero eso sí, la cartera muy, muy llena. Porque el Lady Di también me hizo ojitos.


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FG2010: Actualidad fotográfica de Guadalajara En los últimos años, el panorama de la fotografía actual en México sin duda se ha vuelto mucho más fructífero, y por lo mismo más complejo. La serie de actividades en torno a la fotografía, en la que podemos englobar seminarios, exposiciones, talleres, así como la práctica de la fotografía a nivel “profesional o amateur” sin duda se han difundido y empieza a consolidarse como un ejercicio constante y como reflejo de los intereses de generaciones presentes, más aún nos atreveríamos a decir, que la actividad fotográfica se em-

txt: Ana Ortega

pieza a convertir en una manera de aproximarse a la realidad, de entenderla y de interpretarla. La muestra fotográfica FG2010 convocada por Generador en la ciudad de Guadalajara es precisamente un claro ejemplo de la necesidad de consolidar la actividad fotográfica y de divulgar el trabajo de jóvenes fotógrafos, no necesariamente unidos por la experiencia o la temática, si no por el honesto interés de exploración visual, de propiciar el dialogo sobre


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4 1. Pedro Cota 2. Tonatiuh Figueroa 3. Marte Merlos 4. Karina Amaya diversos aspectos de la fotografía, y de generar discursos en torno a la imagen fotográfica. Así pues, esta muestra nos dará una pauta para acercarnos a la diversidad de trabajos fotográficos, pero también para apreciar los rasgos comunes, las preocupaciones afines; es decir, confrontar las realidades dentro del escenario actual en la ciudad de Guadalajara.

proceso de selección, curaduría, montaje y exposición, y ver de forma palpable todo el trabajo que hay en un evento de este tipo. Finalmente, habría que reconocer la importancia de llevar a cabo este tipo de actividades, que tienen como objetivo desarrollar y consolidar la actividad fotográfica contemporánea.

Dentro del esfuerzo realizado por Generador y el Museo Raúl Anguiano, se cuenta con la realización de un catálogo que servirá de documento y testimonio de todo el trabajo llevado a cabo. Y es que esa es precisamente la finalidad de una memoria de imágenes: ser la culminación de un

FG2010 Actualidad fotográfica de Guadalajara Museo de Arte Raúl Anguiano 28 fotógrafos de la ciudad. A partir del 10 de septiembre



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El Gato Negro Esperé a que llegaran las lluvias para ir a visitar a los dueños de El Gato Negro, un pequeño taller de reparación de calzado, chamarras, mochilas y cierres, ubicado en Manuel Acuña 450 esquina con Ignacio Zaragoza. Es el barrio de El Santuario, sin embargo en esa calle, una vez que cruzas el jardín, rumbo al oeste de la ciudad, no encuentras vendedores de muestras médicas. Me complace pensar que la ausencia de mercaderes clandestinos se debe a cierto temor supersticioso que les infunde el hecho de que todas las mañanas dos ancianos sombríos coloquen a pie de banqueta un rótulo de doble cara, desde el cual un gato negro, erizo, los observa. El taller tiene un aire como de abandonado, como de suspendido en el tiempo. No imaginas cuando estás ante su fachada de muros pálidos que tenga sólo 12 años de haber abierto, que su nombre se deba a un recuerdo, y que las valijas distribuidas sin orden aparente por todo el lugar lo habiten desde hace sólo tres años. No hay similitud entre esa esquina y un escenario inglés del siglo XVIII, pero cada vez que paso por ahí pienso en Poe, en el gato de Poe y en la casa de Usher. Por ese puente, quizá sólo mío, es que esperé el temporal de lluvias para entrevistarlos. Me decidí a ir un jueves cerca de las siete de la tarde. Estaba nublado y caía una brisa espesa. Al llegar sentí miedo de ingresar al negocio y su halo de misterio se desvaneciera. Me detuve en la acera de enfrente y fumé un cigarrillo. Desde ahí podían verse un montón de maletas de color oscuro, un mostrador de madera con la mitad de su superficie ocupada con objetos de naturaleza diversa, una

txt: Shantal Contreras imgs: Abraham Pérez

silla de oficina gastada, tres pares de botas vaqueras, un muro colmado de marcos y un anciano con boina española, sentado, como mirando a la nada detrás de una máquina de coser. Entré a El Gato Negro y saludé en tono cordial, me respondió el silencio. Don Miguel siguió con los ojos puestos en la misma nada que hacía un momento lo había visto mirar. Rosa, su mujer, replegada al muro de entrada, oculta para quien no entra al establecimiento, y sin dejar de zurcir el maletín azul marino que tenía sobre las piernas, alzó el rostro unos segundos para verme. El taller era más grande de lo que pude percibir desde el exterior. Los muebles y cachivaches que se mantienen ocultos a los ojos del paseante, también conservan un aire abandonado. Me acerqué hasta la señora, la silla en la que estaba sentada cosiendo era tan baja y ella tan delgada y pequeña que parecía una de las ratitas que le bordaron el vestido a Cenicienta. Le extendí la mano y le pregunté su nombre, Rosa Iñiguez, dijo, con un asomo de sonrisa. A partir de ese momento comenzó a deshilvanar la historia. Habló más de una hora sin olvidarse -ni en los más vivos recuerdos- de terminar de remendar el maletín que sostenía sobre sus rodillas. Realizaba su tarea con tal parsimonia que podía escuchar claramente tronar la tela a cada puntada. A medio relato comenzó a intrigarme el hecho de que el anciano permaneciera inmóvil; además, Rosa giraba el maletín para hacer un nuevo remiendo al mismo tiempo que cambiaba de anécdota. Imaginé que igual de aturdidas debieron sentirse las acompañantes de Penélope en su casi


infinito teje y desteje. Los minutos, la lluvia, las palabras no cesaban de caer, Miguel seguía ausente, pero ahora estaba segura de que acariciaba con sus ojos claros algún recuerdo de los que Rosa recreaba para mí: “Hace doce años mi marido abrió este negocio, era de reparación de calzado. No arreglábamos maletas, hace tres años llegaron solas. Las reparamos porque el doctor le prohibió ya que use herramientas. La gente las trae y ya no viene por ellas. Tenemos las que se han acumulado. Trabajó como mecánico y electricista 35 años para los cines Cadena de Oro, pero no lo indemnizaron ni le dieron seguro social. A su papá, que era zapatero, lo ahorcaron en la revolución cristera, a la entrada del pueblo que está antes de Zapopan, donde se abrió la grieta. Lo reconocieron por los zapatos: fabricaban un modelo especial para la familia. Estuvo colgado muchos días junto con otros dos, luego lo sepultó la gente del pueblo. El negocio se llama El Gato Negro porque así se llamaba la fábrica de calzado que tenía su hermano Rogelio en Chihuahua. Producían pura bota vaquera.

Mandaban por miles a Texas. Las hacían a mano, eran más de doscientos obreros. Se fue cuando cumplió catorce, ya habían encontrado a su padre y matado a dos hermanos. Durante seis años lo buscaron, sino fuera por las preguntas y los zapatos seguirían con la zozobra. También se nos murió una hija a los 18. Cuando tuvo edad para hacer el servicio militar se regresó. Del ejército mexicano los mandaban a Estados Unidos para que pelearan en la guerra contra Alemania. Muchos obreros de la fábrica jamás volvieron. No recuerdo la fecha pero fue la misma en que nos conocimos. Nació en esta calle de Manuel Acuña hace 94 años, su casa es ahora el sitio de taxis ubicado en la esquina del jardín frente al Santuario. En la capilla está la cripta de su papá; Pablo Vargas Yáñez, un mártir dice, acá se lo trajeron cuando lo encontró su hermano. Yo tengo 86 años y en agosto pasado gané la medalla de oro en la carrera de 100 metros. Aprendí el oficio viendo”.


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Un salto a la vida

txt & imgs: Silvia Rodríguez González

La madrugada del 30 de agosto colapsó el puente de 80 metros que une a los estados de Nayarit y Jalisco. En ese momento circulaban tres automóviles que cayeron al río. Entre ellos el taxi en el que viajaba Érika, la protagonista de esta crónica. Las versiones mediáticas dieron cuenta de la tragedia de manera abundante y por varios días, pero KY Magazine relata la historia. Érika tuvo un día muy pesado aquel lunes 30 de agosto. Dos veces intentó llegar a casa, allá en Rincón del Cielo, sin lograrlo. Recién salía del hospital a las dos de la madrugada del martes 31, cuando cayó al río Ameca tras precipitarse el taxi en el que viajaba acompañada de Joel, su pareja. El puente estaba roto, el taxista no logró frenar. “¿Has visto la película de Titanic?”, pregunta ella para ilustrar lo que sintió y empieza a narrar el milagro de estar con vida. La madrugada del lunes, la anestesia que le habían puesto en el hospital tras el accidente, le impedía mantener los ojos abiertos, venía “más dormida que despierta”. “Incluso llegué a pensar mientras volaba el taxi al agua, que era una pesadilla, que estaba soñando, pero algo muy dentro decía que no me arrojara del auto, porque éste podría caerme encima”. “Íbamos en caída libre y el auto golpeó fuertemente en el agua. Y se sumergió, el agua empezó a meterse por las ventanas y todo estaba muy oscuro. Me ayudó que durante mucho tiempo practiqué la natación y clavados en Guadalajara”.

Viajaba del lado izquierdo del taxi, justo detrás del chofer, y al sumergirse el auto, ella intentó abrir la puerta, pero la palanca estaba trabada. De inmediato golpeó la portezuela del carro con ambas piernas y logró salir; nadó en el mismo sentido de la corriente, a su izquierda, pero buscando la orilla, hasta que logró agarrarse de un tronco de un árbol donde se detuvo a respirar. Por más que la golpeaba el agua, ella no soltaba el tronco, incluso intentaba subirse a éste ya que la fuerza de la corriente la cubría por instantes; fue entonces que se desabrochó el collarín que llevaba puesto pues le impedía respirar, tras los enormes tragos de agua que había dado. Era una oscuridad total, sin embargo aún así lograba ver el puente roto, pero no al taxista y menos aún a Joel Osorio. Pensó de inmediato que debía mantenerse despierta, hablando y fue entonces que comenzó a rezar: “Padre Nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, hágase Señor tu voluntad”… rezaba una y otra vez mientras agarraba fuertemente el tronco y soportaba los golpes de troncos y del agua en brazos, piernas y el cuerpo. De pronto empezó a escuchar ruido de personas y autos. Era gente abajo y sobre el puente roto del río Ameca. Fue entonces que paró sus rezos y empezó a gritar, pidiendo ayuda y marcando que estaba en la orilla. Eran unos gritos


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tremendos los que daba una y otra vez, hasta que vio aproximarse una luz y bendijo al Señor por permitirle salvar su vida. Porque ella sabía que se había hecho la voluntad de Dios. La rodearon más de 3 personas y de pronto estaba en una camilla, totalmente inmóvil y era trasladada en una ambulancia al Hospital Naval de Puerto Vallarta. Una paciente naval Eran las 6:20 de la mañana del pasado jueves 2 de septiembre y la puerta de la habitación del cuarto 2 de adultos hospitalizados se abrió, la marino Syanya Guerrero García frotaba el trapeador fuertemente sobre el piso de la habitación. La afanadora se movía tan ágilmente como el trapeador; eran iguales de espigados, salvo que ella vestía el uniforme gris de la naval y las mechas del fregón estaban relucientes de blancas por el cloro que tenían. Erika alargó los brazos y comentó: “fue igual el primer día, incluso me pedían que fuese a bañarme y les contesté que no quería ir a a trabajar. Ahora estoy mejor, las primeras horas no podía ni moverme”, y esbozó una sonrisa. Colofón Tres días han pasado y aún no lo asimila. Llevar dos accidentes al hilo, salir del hospital y caer a la corriente del río Ameca la mantuvo en shock las primeras 12 horas; salió completamente ilesa, la hipotermia sufrida no provocó

lesiones, lo único es que deberá continuar con el uso del collarín. El primer accidente lo registró a las 18:30 de la tarde del domingo 30 de agosto, cuando conducía su auto, justo antes de llegar al crucero de Nuevo Vallarta, donde se construye un puente a desnivel; por un instante se distrajo y no vio el momento en que el joven Alian de 21 años de edad se le atravesó. Su cuerpo retachó contra la defensa del automóvil, y terminó encima del parabrisas que se rompió. Ella salió del auto temblando y con un intenso dolor en la cabeza, el chico estaba en el piso y masticaba un chicle tranquilamente; le preguntó: “¿Cómo estás?”. Un agente de tránsito del municipio de Bahía de Banderas los trasladó a Mezcales y ella le ofreció que fuesen al hospital CMQ de Puerto Vallarta, ahí los revisaron, ambos pasaron la noche en el hospital y él le agradeció dejarlo pasar la noche, cubrir los gastos. Haberse portado tan bien con él y no dejarlo ahí. Erika Olivia Martín del Campo Águila se ve en el noticiero nocturno de televisión Azteca y exclama con emoción: “¡Esa soy yo!” Son escasos dos minutos los que le han dedicado y el titulo de la nota es: “Volvió a nacer”. Antes, por la mañana leía la entrevista que le había hecho un diario de Puerto Vallarta, ahora habla para KY antes de que este jueves 2 de septiembre la den de alta. Ella, a sus 35 años, afirma convencida que seguir con vida es un milagro y aún espera otro en el que Joel, su pareja, aparezca con vida.


Mónica, la cruz de una bruja sin corona txt: Diana Martín imgs: Natalia Fregoso

Mónica tenía dos meses de embarazo cuando una noche escuchó el llanto de su hijo no nacido. Eran las 10:30 pm. A la mañana siguiente, una hemorragia le anunció que lo había perdido. Pero ella ya estaba sobre aviso de que su hijo se marcharía. Su amiga Flor se lo dijo un día antes: “Pero te dejará un recuerdo, lo escucharás llorar”. Mónica ya lo presentía. No la tomaron por sorpresa las palabras de su amiga. Dejó ir a su hijo en paz. Tiene 23 años y tres hijos. Detesta su ocupación porque le causa mucha mala conciencia. Cuando le pregunto qué lecturas le gustan me responde que no lee más que la Biblia, y que la lee completita una vez al año. Su libro favorito es el Génesis. No terminó la preparatoria porque se embarazó y se casó. Tiene una inteligencia despierta y un idealismo anacrónico que no acaban nunca de encajar en el lugar donde

trabaja: el mercado Corona. “El Génesis nos dice que Dios creó el Cielo, una esfera suspendida sobre la nada. Si te fijas, la Biblia es un libro viejísimo de antes de que se descubriera que el mundo era en realidad una esfera suspendida sobre la nada”, me explica sonriendo, con la mirada luminosa de alguien que comparte un descubrimiento. Si fuera menos brillante, tal vez, nadaría sin problemas en el conformismo, creo yo, pero sueña con poner su propia tienda de abarrotes allá donde ella y su esposo construyen su casa con sus propias manos, en El Salto, a poca distancia del río Santiago. La segunda planta del Mercado Corona es, en este tórrido mayo, un marasmo de humores, colores y sonidos que pierden su frescura casi en cuanto tocan la existencia. El ambiente


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es opresivo. Huele a pescado a punto de pudrirse. Las chicas de las marisquerías bañan la mercancía a jicarazos tratando en vano de mejorar su aspecto. Las grandes piezas de res y puerco exhibidas sobre los azulejos blancos y sanguinolentos de los mostradores de las carnicerías lucen decenas de voraces moscas, de los marcos de las yerberías cuelgan ramos de ruda, romero y albahaca. Las campanitas amarillo brillante de las flores de manzanilla se apilan, con sus hojas ya medio retorcidas por la falta de humedad, sobre el suelo o sobre las mesas de los locales. Y su fragancia apenas se aprecia en medio del olor a sudor de tanta gente que se acumula en los pasillos a veces resbaladizos pero siempre estrechos. Es en este mar de cuerpos donde también te encuentras de frente con la santería, con artes adivinatorias como la cartomancia o la quiromancia, con todo el aparato de la mercadotecnia de la magia blanca al servicio de toda persona enajenada por la mala fortuna: el batallón de aguas espirituales, amuletos, aceites y perfumes consagrados,

polvos mágicos, efigies de la Santa Muerte repletas de rebabas y por supuesto: los jabones mágicos multipropósito, cuyas cajas son en sí mismas obras de arte popular. Mónica puede hacer que dos personas que no están destinadas a estar juntas lo estén. Lo suyo es el oficio de la energía, de la voluntad dirigida. Hace velaciones, limpias y amarres. Y sin embargo, ha vivido su vida sin oponer resistencia alguna a sus circunstancias. Es quizá desde este punto donde ella ha comenzado a descubrir lo que de verdad quiere. “La Biblia dice que en el cielo no hay lugar para los brujos, para los magos, para quienes trabajan con la manipulación. Siento que engaño a la gente al venderle cualquiera de estos productos, es nefasto mentirles, pero tengo muchos gastos y no puedo parar”, dice al referirse a los jabones consagrados, a las aguas espirituales, a los inciensos, polvos mágicos,


amuletos y veladoras que oferta en su puesto. Su esposo, trabajador de la construcción, no comprende su remordimiento. Ella se ha sincerado con él “miles de veces” pero para él, la ocupación de su mujer es sólo un negocio. Cuando ella expresa que desea dejarlo, él la convence diciéndole que qué harían entonces si él pierde su trabajo. Y es que Mónica ha llegado a ganar, en un buen día, hasta 4,500 pesos. El promedio es de 500 pesos por jornada esotérica. Me lee las cartas, detrás del diminuto mostrador hay una mesita destartalada y dos pequeños bancos de patitas inestables. Dispone los cuarenta naipes forrados de cinta diurex en filas de diez, una debajo de la otra e, inevitablemente, me habla del amor. Le atina a todo. Le pregunto que con qué sueña. Me entero que sus sueños a veces están poblados de gigantescas ballenas cruzando aguas cristalinas. Pero las más de las ocasiones, sus noches las preside un escenario apocalíptico en el que observa bolas de fuego caer y a Jesucristo montado en una nube,

con la cruz apoyada en un hombro, juzgando a la gente que aterrada, cae de rodillas ante Él. “¿Tú qué crees que quiera decir eso?”, me pregunta. No le digo nada, pero creo que su pesadilla tiene que ver con la intensidad de su culpa y la falta de variedad en sus lecturas. Mónica mira hacia el pasillo, más allá de las pilas de polvos mágicos, perfumes consagrados y jabones; de huevo de gallina negra, para limpiar el aura, de la chuparrosa, para el amor. La cajita del jabón del jorobado trae impresas unas hojas de marihuana al reverso, según esto, si te bañas con él –con el jabón, no con el jorobado- tendrás armonía de espíritu y autoestima. No es que no supiera que esto no sirve, pero al saber que no hay ninguna intención detrás de la factura de estos productos, nada más que un terrible vacío de aguas pintadas y bicarbonato de sodio teñido y cerrado con grapas, ningún deseo de verdad para ayudar. Atisbo brevemente la desesperanza de Mónica a través de mi propia desilusión. Nos miramos. Las dos tenemos la cara


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brillante por el sudor.

serpientes”.

“¿Tienes más clientes últimamente?” “Sí, la desesperación hace que la gente venga más. He notado mayor afluencia ahora. El amor se está enfriando. No sé en qué mundo acabaremos. La desesperación los trae hasta aquí”.

Mónica tiene la certeza de quererse marchar de aquí. Pero sé que necesitará ayuda. No puedo atinarle a lo que le depara el destino, pero lo que sí puedo hacer es pedir por ella. Me siento triste, decepcionada por su opresiva realidad. No veo por dónde puede empezar a salir del segundo piso del Corona. Su estrecho puesto, desde donde lo veas, parece una jaula. Llegué aquí creyendo que me enteraría que su oficio le gustaba. Pero nuestra entrevista se convirtió en una suerte de confesión de una mujer desesperada por sus circunstancias.

“Esto es una pecera llena de tiburones”, -agrega refiriéndose a sus compañeros-. “Todos esperando que caiga un incauto. Aquí no hay brujos buenos, todo es una mentira. Todos buscan sacarte el mayor beneficio. Aquí nada te dará resultados porque a nadie le importas. Esto sólo funciona por medio de certezas y aquí nadie las tiene. No puedes confiar en nadie en este lugar. La que dice que es tu amiga intentará sacarte algo para fregarte. Ya no quiero sentir que tuerzo las leyes de Dios”. Y apostilla, muy bíblicamente: “Es una cueva de

Le digo que no se preocupe demasiado, que a la gente trabajadora terminan por pasarle cosas buenas al final, y que tal vez, en unos meses, si vuelvo por el mercado ya no la encuentre porque se está dedicando a algo más. Sonríe con ironía, como si yo no fuera incapaz de comprender nada, tal vez es verdad. Y añade: “Eso… o aquí me tendrás en esta mediocridad”.


Luz sobre la luz

txt: Enrique Salas Durazo imgs: Abraham Pérez

Crónica sobre el taller literario para invidentes “Luz sobre la luz”, llevado a cabo en Casa Bolívar de la Universidad de Guadalajara, del 16 al 20 de agosto, con la idea iniciativa y operación de Gloria Pérez y con el apoyo de Lourdes González, titular de Artes Escénicas y Literatura de Cultura UDG y la revista KY; dirigido por el escritor Mario Bellatin.

para servirse café o salir al patio. Por otro lado, algunos de los compañeros que llegaron un poco antes ya están preparando sus computadoras para tomar notas o para comunicarse con otros a través de un dispositivo que transforma lo tecleado al braille. Muchos tienen preparada una pequeña agujapluma, una regla y un papel especial para escribir. Todos se reconocen y se saludan. La alegría es contagiosa.

Con algunos minutos de demora, Mario Bellatin entra al pequeño salón en donde se impartirá el taller literario. Detrás de él, tomándolo de la mano, lo sigue una pequeña fila compuesta por Juana, Anna y Lolita, tres de las asistentes. Mario, tras llevarlas alrededor de la mesa que está en el centro del salón, las conduce a sus respectivos lugares. A partir de este momento resulta obvio que cada una de ellas reconoce bastante bien el acomodo de los objetos del cuarto y no serán pocas las veces en las que se pararán por sí mismas

La imagen anterior me lleva a pensar que Mario, en forma similar a su papel de guía a través de un cuarto lleno de objetos cuyo acomodo ha sido apenas descubierto, será asimismo el guía a través del “cuarto vacío” del texto que está aún por escribirse. Durante los siguientes días, cada uno de los asistentes proveerá su particular visión de dicho cuarto vacío, producto de su imaginación, que se irá llenando de imágenes. En este cuarto, en forma gradual, cada cual deberá de ser capaz de conducirse en forma independiente


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y con seguridad. La creación de la palabra Mario, tras hablar de sus preocupaciones literarias y de algunas interesantes anécdotas, habla del primer problema a resolver en la creación de un texto: buscar un tema sobre el cual escribir. Mario recalca varias veces que las infinitas posibilidades y la libertad absoluta que se presenta en esta etapa se irá reduciendo día a día de manera que cada decisión que se tome no hará sino llevarnos hacia un espacio cada vez más reducido: aquel de un mundo ficticio que funciona bajo reglas muy específicas creadas por todos y cuya coherencia depende (al menos en la primera etapa) de su apego a ellas. Es Cristian, estudiante de filosofía, uno de los primeros que expresa abiertamente una pregunta que ya ha surgido en todos nosotros: ¿Cómo integrar textos individuales en uno solo? A otra compañera le preocupa saber un poco si hay

técnicas o ejercicios previos antes de empezar a trabajar. Mario destaca el hecho de que cada texto eventualmente se desprenderá de su autor y que la “armonía propia” que logra cada uno con su escritura siempre podrá ligarse a la de los demás: “Estamos acostumbrados a un método escolástico: aprender y aplicar. Repetir no tiene un valor y no hay un manual de técnicas […] lo importante es la honestidad, el compromiso del escritor consigo mismo, que diga lo que nadie más puede decir”. Sigue una discusión -Mario voluntariamente no está presente- en la que el grupo parece no quedar satisfecho con crear un personaje o proponer un tema específico como punto de arranque. La solución es un poco menos ortodoxa: se propone inventar una palabra que dé origen al universo del texto. Después de considerar algunas posibilidades cómicas (“Másmejor”) o bastante sonoras (“Carcatruco”), se selecciona una palabra que place a la mayoría: DARFIL.


Y, ¿Qué es un Darfil? Nadie lo sabe aún. Ha empezado el viaje de este vocablo por un mundo que se irá creando y transformando a lo largo de los siguientes días. “Darfil quería ser un cuenco…” Tras el saludo inicial, Mario empieza espontáneamente a hablar sobre su afición a la fotografía. Explica que prefiere el usar esas pequeñas cámaras “de juguete”, de plástico (nunca digitales) así como de rollos fotográficos usados o caducos. Con esto, Mario se propone a acceder a una realidad paralela que, si bien es similar a la del mundo físico que lo rodea al tomar la fotografía, nunca es la misma: “Al no esperar nada de la fotos aparecen detalles imprevistos y se crean efectos rarísimos en las fotos...la fotografía final me sorprende a mí mismo al no planear los resultados. Poco a poco, la fotografía va formando su propio discurso…el estilo, la técnica, la creo después”. Poco a poco, cada uno va entendiendo el mensaje de esto. Todos tienen un fragmento, una especie de “fotografía

escrita” de Darfil que ha surgido espontáneamente. Y en efecto, los resultados son imprevistos, con efectos rarísimos. Cada uno ha creado una realidad alterna que dará pie al siguiente paso: la edición y el ensamblaje para formar un discurso particular. Se inicia así la lectura individual de los fragmentos. Como ser humano, Darfil será un forajido en una cantina del viejo oeste que caerá tras el impacto de 80 balas precisas o un niño con un padre malvado y una hermosa madre. En otra interpretación, Darfil será un ente extraño, proveniente de los cielos, que porta una flauta con notas musicales que serán repartidas a los seres humanos. Hay notables referencias al reino animal: Darfil será un delfín capturado por pescadores lo suficientemente bondadosos para no matarlo a palos, un burro que se enamora inmediatamente de una vaca o un caballo de aguda inteligencia. Finalmente, Darfil también recibe algunos tratamientos más abstractos: será un país fantástico con una princesa harta de la banalidad, un rayo


no conforme con su naturaleza , una llave oculta en la pared de una mazmorra e incluso una caracterización de una nada eterna que está presente durante la historia de la humanidad. La gran variedad de los resultados, a pesar de ser estimulante y generadora de imaginarios impensados, también propone problemáticas. Si en principio la lectura de cada fragmento es sujeta a un riguroso escrutinio por parte de Mario y de los demás oyentes – en donde se proponen algunas correcciones de estilo, eliminación de palabras repetidas, de adjetivos innecesarios o ambigüedades- Mario vuelve a destacar la importancia de seguir el flujo de la escritura, sin detenerse a pensar demasiado en lo que se está escribiendo. El escritor ya ha señalado su aversión al “texto bien escrito” - entendido desde el punto de vista escolástico - o a la recurrencia de lugares comunes y pide a cada uno no auto limitarse con ideas preconcebidas. Al tener en cuenta la continuidad de los elementos y las reglas que van surgiendo en la realidad alterna que, se está creando

se evitará la confusión del lector que se enfrentará a la lectura. El peligro de la acumulación de detalles dispares puede crear inconsistencia en el texto. Tras esta extenuante sesión, cada uno trabajará cuidadosamente en la edición de su “fotografía” formada con palabras. El libro de las transformaciones En el tercer día, DARFIL es ya percibido por los asistentes como un ente en trasformación. El siguiente paso es que lo que cada auditor ha percibido en las historias de los otros - lo que se ha escuchado como una especie de fantasma o ruido que de alguna forma relaciona las piezas disparesgenere propuestas sobre la forma de ensamblarlas en base a ciertas coincidencias involuntarias. ¿Se puede pensar en un ente/idea que va experimentado metamorfosis? ¿En un ser que experimenta diferentes delirios y que crea en su mente los mundos textuales? ¿Metamorfosis, locura, caos…? Ante todo, lo fundamental es que a pesar de las transformaciones, el ente debe conservar su esencia, esa especie de espíritu o


inteligencia, esa particularidad perceptible pero inexplicable que se ha creado. Es en este momento en el cual Bellatin, ante el asombro de todos, confirma que ha descubierto que la palabra Darfil existe y que tiene una larga definición en un antiguo diccionario que ha encontrado el día anterior: “Darfil es una palabra caldeo-asiria que trata de nombrar lo innombrable, lo que existe sin existir, lo que parece ser y sin embargo no cuenta con materia. Este término se utilizó con frecuencia durante los comienzos de la literatura para escribir los ahora desconocidos -los últimos textos desaparecieron en el incendio de la biblioteca de Alejandríay desconcertantes libros de las transformaciones.” De forma extraña, la palabra que se ha creado por necesidad se ha definido como una suerte de oculto y ya desaparecido género literario que se basa en las transformaciones. ¿Será posible? Durante el resto de esta sesión y la siguiente se hace evidente que cada texto ha dejado de pertenecer a su autor y ha pasado a ser parte de todos. El trabajo del grupo consiste

ahora en cortar, arreglar o desechar parte de los materiales obtenidos de forma que se genere un texto único. Y es aquí en donde las reglas propuestas al principio se pueden ir modificando de forma tal que, sin violentar cada uno de los fragmentos, se realice una acción de ensamblaje. Entre los ajustes se propone añadir subtítulos a cada inicio de sección a manera de sutil “manual de reglas” al hipotético lector de la obra. Asimismo, se ha decidido incorporar la definición de Darfil al inicio y al final del texto. Espontáneamente se forma una estructura que utiliza algunos de los fragmentos más abstractos como marco y las pequeñas historias más mundanas en el centro. “Darfil” Tras el arduo trabajo de cuatro días y el trabajo de edición por parte de Eneida, todos los asistentes muestran su emoción por la lectura final del texto: un libro que resultará nuevo para todos. Así, tras aproximadamente una hora continua de lectura de Darío, el hermano de Eneida, todos


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hemos escuchado un libro sobre el universo de Darfil y sus transformaciones caprichosas pero extrañamente unificadas en cada una de nuestras cabezas. Hasta cierto punto, hemos olvidado el proceso que ha llevado a la construcción del texto y descubrimos aspectos nuevos del mismo en esta lectura en voz alta. Y todos nos damos cuenta de la verdad de las palabras de Bellatin: al ser escrito, el libro ya no pertenece al autor. Así, el taller de escritura para invidentes ha generado una obra literaria -un texto híbrido que además juega con varios géneros literarios- en menos de una semana. Cada uno de los asistentes (incluído yo mismo) pasamos realmente de la oscuridad del universo de las infinitas posibilidades a la luminosidad de un universo inédito, con reglas propias y que ya tiene un lugar permanente en nuestras mentes, a través del acto creativo de la escritura. La inicial guía de Mario a través del cuarto vacío (físico y del texto no escrito) ha permitido que cada uno, tras ubicarse en él, sintiera la confianza de recorrerlo agregando y desplazando objetos en

su interior para después conectarlo espontáneamente a los cuartos de los demás, formándose así una estructura sólida e inédita. Posdata para el lector: la definición encontrada por Bellatin y el viejo diccionario, no existen: son parte de la ficción del universo de Darfil. Sin embargo, “la verdad externa” (si es que tal cosa existe) no tiene importancia en relación con “la verdad interna” que ha originado la estructura del texto de Darfil y –por supuesto- de la crónica que en este instante termina. Participantes del taller Luz sobre la luz Eneida Rendón Nieblas es ciega de nacimiento y permaneció sorda durante 11 años. “Me gusta escribir y me fascina la música. Cuando yo no escuchaba nada tocaba el piano a través de las vibraciones y cuando alguien no me creía, era mi defensa decir que Beethoven escribió sus mejores piezas musicales cuando


no escuchaba nada y que eso que yo hacía no era nada del otro mundo. Hay poemas que he escrito a los cuales les compongo una melodía”. José Darío Rendón Nieblas es ciego de nacimiento y sordo desde hace nueve años. Estudió la licenciatura en educación especial. “Tejo y vendo bufandas. Además, edito el boletín informativo de la Federación Latinoamericana de Sordociegos (FLACS). Algunos de mis personajes favoritos en la historia del arte son: Leonardo Da Vinci, Beethoven, Miguel de Cervantes Saavedra y Diego Rivera”. Noé Reynoso Hermosillo es ciego de nacimiento. Es trovador y estudiante de música en la Universidad de Guadalajara. “Me gusta la manera en que Beethoven veía la música, la forma de innovarla y que su problema auditivo no lo limitó”.

Ana Isabel Maya comenzó a perder la vista a los siete años y hace un par de años dejó de ver por completo. Le gusta escribir desde niña, dejó trunca la licenciatura en psicología y es terapeuta naturista. “La ceguera para mí es la incapacidad de poder ver algo físicamente e interiormente. Con esto me refiero a no ver con los ojos o con el alma”. Martina Dolores Pacheco es ciega de nacimiento. Estudió la licenciatura en piscología. Actualmente es becaria del servicio estatal de empleo. “Oscar Wilde me parece un escritor muy descriptivo en sus historias, pero también deja que el lector use su imaginación”. Juana María López es ciega de nacimiento. Es comerciante y estudiante de la preparatoria y computación.“La ceguera es la oportunidad para el ser humano de conocer el mundo


a través de los cuatro sentidos”. José Luis Mariscal López perdió la vista a los 54 años y actualmente está desempleado. Y justo a unos cuantos años de haber quedado ciego dice que “la ceguera es la catapulta para seguir adelante más fuerte”. “Me gusta Julio Verne por las aventuras que viven su personajes, permitiendo con ello que vuele la imaginación”. Salvador Herrera Castillo perdió la vista cuando tenía diez años. Estudió la licenciatura en Ciencias Sociales y es encargado de la sala de invidentes de la Biblioteca Central Profesor Ramón García Ruiz. “Homero, Herodoto, Milton, Pablo Casal y Jorge Luis Borges son algunos de mis autores favoritos”. Andrea Rosales Ortiz nació prematuramente y por consecuencia, ciega. Y dice que “la luz es un brillo que no

se percibe únicamente a través de la visión, puede hacerse desde el interior del ser humano”. “ Me gusta mucho la obra de Ignacio Manuel Altamirano porque logró, con toques de ficción y romanticismo, reunir elementos de la vida cotidiana del México del Siglo XIX”. Cristian Padilla no es ciego de nacimiento. Es estudiante de la licenciatura en filosofía en la Universidad de Guadalajara. Y dice que “la filosofía debería enseñarse desde la primaria”. Valeria Guzmán, debido a un medicamento mal suministrado, fue perdiendo la vista gradualmente hasta quedar ciega en la adolescencia. Estudió licenciatura en psicología y actualmente la maestría en la misma ciencia. Conduce dos programas de radio, escribe, canta y viaja a menudo.


¿A qué se parece Ubú Rey? Es verdad que Ubú Rey ya no escandaliza a nadie. Pero tampoco debería hacerlo. Hace más de 100 años que fue llevada a escena por primera vez . Ahora casi nadie llegamos a sentirnos aludidos por la Verdad, aunque retorcida, nos pique los ojos. Alfred Jarry, extravagante dramaturgo y poeta que nació a finales del siglo XIX, mostró escénicamente lo que no se decía de la burguesía y la aristocracia, al evidenciar su ridiculez y ambición. Lo hizo con un lenguaje que emergía de lo grotesco, de la burla, del sarcasmo, fiel a esa mirada libre y cínica, con la que Jarry convertía los asuntos más comunes en anarquismo doméstico.

txt: Marcela Félix imgs: El Tlakuache

Ahora Ubú Rey nos da risa, igual que las caricaturas políticas, pero desde la butaca desconocemos si el dolor de mueca es por tanto reír o es que la potencia de su dramaturgia nos ha hecho apretar la QUIJADA. Habla con oscuro humor de esa mierda que acompaña al PODER y enloquece a quien lo posee. Ubú lo obtiene y con eso prueba que cualquiera puede aspirar a él; lo utiliza con crueldad y a la vez con una ignorancia enternecedora. En Polonia, donde ocurre su historia, que para Jarry es todas y ninguna parte, la mierda es la moneda de cambio, el aire que respiramos, donde unos nos embarramos más que otros , dependiendo de nuestra capacidad y “atasquez”. Pero en ese y este mundo grotesco, donde la realidad parece ficción, es la experiencia diaria, tan cotidiana que se vuelve invisible… impune.


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UNA PIEZA CONTEMPORÁNEA Una per-versión del Ubú Rey de Jarry fue estrenada este año por el grupo de títeres El Tlakuache, dirigida por Ihonatan Ruiz. Esta adaptación de la historia del hombre que incitado por su vil esposa, asesina al rey para ocupar su trono y poseer sus privilegios a toda costa, aprovecha las posibilidades del teatro de títeres y objetos para evocar el espíritu libre del autor francés en su texto, pero además intenta hacerlo en la solución de la puesta en escena, recurriendo a formatos y planos que salen de las convenciones del teatro para incluir las ventajas del comic o el cine. Aquí como en Polonia, Ubú sigue siendo rey y Madre Ubú el veneno que impulsa cada una de las cobardes y

disparatadas decisiones que impactan a un pueblo que se vende al mejor postor. --------------Ubú Rey De Alfred Jarry Adaptación y dirección: Ihonatan Ruiz Dirigido a jóvenes y adultos Elenco: Carolina Sandoval, Hossein Ortega y Ihonatan Ruiz Funciones: 2,9, 23 y 30 de septiembre , 20:30 horas Teatro Experimental de Jalisco (Núcleo Aguazul) Entrada general 100 pesos y 80 pesos estudiantes, maestros y adultos mayores con credencial www.eltlakuache.com


El misterioso pero verdadero caso del caucho maldito (o del maldito caucho) de mis neumáticos Nunca he sido fan de los coches y la idea de invertir hasta el pensamiento para obtener uno, no me produce interés. Tampoco he tenido la opción de escoger ninguno de los que han pasado por mi cochera porque la mayoría han sido gallos que me llegan, como las flores en primavera. El coche que manejo ahora no es la excepción. Cuando me lo pasó mi hermano, decía que para verse lindo sólo le hacían falta un par de polveras que le habían robado en alguna noche de copas, una de esas locas. Me dijo que eran baratas, que se podía conseguir las cuatro nuevas hasta por dos mil pesos. ¡Ja! ¡Dos mil pesos! Como si un par de zapatos de la gran vía no valieran más la pena. (No, en realidad tampoco gasto tanto en zapatos, pero dos mil pesos invertidos en las tapaderas de un coche me suena igual de absurdo que a ustedes, hombres, lo del par de zapatos).

desfachatez de éste, el Ibiza rojo que ahora me acompaña, y que dado mi desinterés por invertir en un suplente de buena casta, seguro me acompañará por muchos años. Y es que cualquier cosa que les pudiera yo contar de las ocho veces que en menos de un año me ha dejado tirada con sus llantas ponchadas, demeritaría el drama que mis emociones han padecido por su causa.

Finalmente, el cochecito nunca obtuvo sus polveras y lejos de ser lindo, tiene los ademanes de un hombre patán y maltratador, pero eso sí, goza de la cara de una inocente mosca muerta. Para cubrir sus infamias, ha cubierto su caparazón con esmalte rojo, como el que usan las putas para sus uñas. Una rata de cuatro llantas que sin embargo, logró engañarme recién le conocí. Pensé que aunque pequeño, funcionaría para lo que yo lo necesitaba. Era el más nuevo de los que había manejado y sin duda alguna, el mejor cuidado.

La primera vez, la llanta ponchada apareció como un mero hallazgo matutino. Un día, simplemente, amaneció desinflada. No había causa aparente pero tampoco motivo para averiguar.

Pero quién iba a pensar que cualquiera de los defectos de los antiguos autos le iban a quedar tan cortos a la

Sí, ocho llantas ponchadas en menos de un año. En un inicio, se las achacaba a la casualidad. Estoy segura que una ponchadura no es nada raro en esta ciudad. Sin embargo, como fueron pasando los eventos, la curiosidad me empezó a embargar. No obstante, hasta el día de hoy no he encontrado un motivo real y sustentable del porqué sus llantas hayan salido tan ponchables.

La segunda vez -siempre mejor que la primera- iba yo de camino al trabajo en una mañana apurada, de esas en las que el boiler amanece apagado, las llaves del coche se te esconden y a la salida de tu casa hay un camión recolector de basura que te impide salir de prisa. Iba por Avenida Patria cuando de repente la nave empezó a trastabillar. Hasta ahí, las ponchaduras habían pasado sin pena ni


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txt: Noemí Hernández img: Alvar Ramos

gloria. La curiosidad entró con la tercera: en carretera. Una curva turbulenta del camino a Talpa decidió escupirme cual gargajo de la garganta. Un poco más asustada que sorprendida por la repetitiva experiencia, bajé del coche y ni tardo ni perezoso un taxista perdido del camino, arrebató el gato de mis manos y procedió a aflojar tornillos. Hacía un calor desértico y creo que fue hasta que el amarillo del taxi se fundió con el asfalto, que comprendí la importancia de esa, la tercera ponchadura. . Acababa yo de entrar de lleno al misterioso caso de las llantas ponchadas sin motivo. La cuarta creo que fue a la salida de un restaurante donde había estado comiendo con mi novio. Salimos del lugar y el valet no hizo más que entregarnos las llaves con un gesto de extrema compasión. Una vez más, el carro estacionado estaba ponchado. La quinta y sexta fueron, sin adornos que agregar, tan aburridas como para llorar. Sobre la calle de Inglaterra, a la puerta de la casa de una Julieta. Recuerdo que ahí estaba también su Romeo, quien a pesar de presenciar tanto papaloteo no hizo más que vigilar el proceso de lejos. Creo que hasta me observaba el trasero pero el cabrón, no hizo por mover un dedo. ¡Y la octava! La última -hasta el día de hoy-, es la causa de mi gran indignación. Así como la segunda, sucedió también camino al trabajo.

Eran las 8 de la mañana y yo ya pisaba ya los quince minutos de tolerancia. No supe cómo, tampoco cuándo, de repente sólo me encontré parada en la esquina de Pablo Neruda y Patria. Imagínense el panorama: una mañana fresca de junio frente a la Universidad Autónoma de Guadalajara. Había más de un puño de transeúntes caminando simultáneamente por la banqueta donde yo, una mujer de treinta y cabello suelto, cambiaba sola su llanta. Un señor cuarentón de pantalones deportivos paseaba, campechanamente, a su labrador. Por allá un par de entaconadas universitarias corrían mientras el semáforo -y nadie más- les otorgaba el paso. Un peladito por aquí, algún otro más allá. Un señor con el periódico bajo el brazo esquivó el estorbo de mi auto con gran hastío en su mirada y yo, confundida, admiraba la función. Era tarde, no quería perder el día. Estaba ya de mal humor. Intenté detener a algún samaritano de coche amarillo, pero después de confirmar que no era un paseante quien lo solicitaba, me apuntaban con el dedo índice diciéndome que no. Nadie me ayudó. Me puse de pie. Miré a mi alrededor. Mi cabello suelto, que tan delicadamente había peinado minutos más temprano, era ya una tripa de sudor. Las manos engrasadas y en la cara, la expresión de: “¿y aquí vivo yo?”. Pues qué carajo, yo aprendí a cambiar llantas. No necesitaba un favor.


Daniel Varela, vecino de la plástica txt: Nicolás Piquero Existen personalidades creativas que se instalan en una actividad y la desenvuelven con decoro. Otras, más ambiciosas, deciden buscar otros horizontes. Cierto escritor dijo una vez que todo artista debía cultivar otra disciplina además de la propia. Daniel Varela encaja perfectamente en la descripción de este ideal. Prueba de esto es la inauguración de su exposición de pinturas “Insectidumbres”, el viernes 10 de septiembre en El Colectivo (López Cotilla 1939). Generalmente asociado con el cine, su currículum es extenso dentro del Séptimo Arte. Licenciado en Artes Visuales y Ciencias de la Comunicación, además de tener una maestría en Letras Hispanoamericanas, Varela es fundador del Centro de Medios Audiovisuales (CAAV), una universidad que ofrece un plan académico diverso y único en el país. Su trayectoria lo ha llevado a ser director de arte de dos obras cinematográficas en los inicios de Guillermo

del Toro (Doña Lupe, 1979 y Geometría, 1980). También ha sido productor y jurado en diversos concursos. Varela dio un paso más allá y se decidió a mostrar su obra plástica dentro de un programa de actividades que la complementarán con proyecciones audiovisuales, conferencias y música. La inauguración estará amenizada por un chelo. También el lunes 13 de septiembre a las 20:30 horas se proyectará el documental “Cuerpo, cine y pintura de Caravaggio” con una introducción de Varela. “La pintura en el cine” será el tema de una charla que impartirá también él un día después, el martes, 14, a las 20:30 horas. Programa de Actividades Mes de septiembre Viernes 10 20:00 hrs.


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Inauguración Música/chelo Lunes 13 20:30 hrs. Proyección “Cuerpo, cine y pintura Caravaggio” Introducción, Daniel Varela Martes 14 20:30 hrs. Plática de Daniel Varela “La pintura en el cine” Lunes 20 20:30 hrs. Proyección “Como el arte hizo al mundo” Martes 21 20:30 hrs. Plática Susana Poblete

“Los secretos de las obras de arte” Miércoles 22 20:30 hrs. Proyección Gala, Dir. Silvia Munt “Esóterica, clara, hedonista, apasionada por Dalí” Lunes 27 20:30 hrs. Proyección Raoul Servais “Dibujante, pintor y realizador de animación” Miércoles 29 20:30 hrs. Proyección “Fellini: Soy un gran mentiroso”, Dir. Demian Mi vocación más auténtica es representar todo cuanto, golpea, fascina… F.F. Viernes 1 octubre Concluye exposición


Tiempo de un affaire con el indie pop mundial Si el indie pop tiene amantes y seguidores fieles en el planeta, los tapatíos no deben desaprovechar la oportunidad de un affaire inolvidable que brindarán en México y Guadalajara un par de bandas de culto. La banda escocesa Bella & Sebastian (1996) se presentará en vivo como parte de su gira actual el 8 de octubre, en el José Cuervo Salón, en la Ciudad de México, y después, el 9 del mismo mes, en el Teatro Estudio Cavaret de Guadalajara. Estas presentaciones contarán con una banda telonera de primer nivel: The Vaselines (1986), una agrupación de Edimburgo que Kurt Cobain llamó la segunda mejor del mundo después de los Beatles, aunque ya no le duró el aliento para sostenerlo. Una característica de ambos grupos es su lucha por mantenerse en la escena musical independiente, como alternativas de calidad ante la proliferación de basura sonora que llena el Internet y los Ipods de adolescentes incapaces de un solo acto de selectividad musical.

txt: Nicolás Piquero imgs: The Vaselines

Los dos grupos tienen la estatura artística y su visita a Guadalajara representa una oportunidad inmejorable para disfrutar de ambas agrupaciones. Para abrir apetito, Frances MCkee, integrante de The Vaselines, concedió una entrevista exclusiva a KY Magazine. 1. ¿Qué tanto han cambiado las cosas desde aquellos primeros años de la aparición de The Vaselines, al día de hoy, cómo sienten la escena? En lo que respecta a nosotros, las cosas han cambiado porque somos más viejos (no necesariamente más sabios). Ahora la industria es mucho más condescendiente con la escena musical independiente, así que se ha generado más infraestructura para la difusión. Por otro lado, hoy en día, hay demasiada música para elegir. Está en todas partes y es muy fácil de adquirir a través de internet. En nuestros tiempos, todo se conseguía en formato de caset y por medio de recomendaciones de boca en boca. 2. Al ya tener ganado un lugar en la historia de la música, ¿qué hay que buscar ahora, por qué más tienen que ir The


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Vaselines? No buscamos nada excepto ser una personas creativas. Si la gente disfruta la música eso es un extra, pero primeramente lo hacemos porque disfrutamos el proceso de realización (¡la mayor parte del tiempo!) 3. ¿Qué significa para ustedes que se les considere una banda de “culto” en el mundo de la música llamada “indie”? Siempre es una gran sorpresa que la gente lo piense así, y por supuesto, también es un gran cumplido. 4. ¿Cuáles son hoy sus influencias, no sólo musicales, sino sobre todo de experiencias de vida, para componer? Las cosas que pasan nos moldean en el día a día: una película que dejó una impresión fuerte; o algo ocurrido en el pasado. También es fuente de inspiración algo que nos gustaría que pasara en el futuro. 5. Vienen a Guadalajara abriendo el concierto de Belle & Sebastian, quienes hablan con gran admiración de The Vaselines, hay tanta expectación o más por The Vaselines que por Belle y Sebastian: qué les genera esto? Nos da mucha alegría que gente viviendo tan lejos nos haya escuchado alguna vez y manifiesten ese entusiasmo. 6. ¿Por qué grabar también en vinilo? ¡Larga vida a los discos de vinil! Grabamos en el formato antiguo porque creemos que el sonido tiene mejor calidad. 7. ¿Qué hay de distinto, o que tanto se puede encontrar de su primer disco a Sex With An X?

Grabamos los dos primeros discos muy rápidamente. Para el último disco tuvimos una idea más clara de cómo queríamos sonar así que pusimos más énfasis en ese objetivo. 8. ¿Qué puede esperar de The Vaselines la gente de Guadalajara que asista al concierto? ¡Sana y buena diversión! ---------------------9 de octubre Belle & Sebastian y The Vaselines 21:00 h. TEATRO ESTUDIO CAVARET. T/3055-5122, 3055-5127. Boletos: $400. De venta en Ticketmaster (T/3818-3800). Otros conciertos que no debes perderte: CocoRossie Viernes 8 de Octubre 2010 21:00 hrs Lydo’s show center Av. Patria # 2360, entre Mariano Otero y Moctezuma White Lies 14 de octubre OLD JACK’S STUDIO. Boletos: $250 preventa, $300 general. De venta en taquillas y en Superboletos (Mr. CD).


DesignFest 2010 INTERNACIONAL Txt: KY/Staff imgs: Tonatiuh Figueroa

Del jueves 30 de septiembre al sábado 2 de octubre, Guadalajara será sede por cuarto año consecutivo del Festival Internacional de Diseño DesignFest 2010, considerado el acontecimiento de Diseño más Grande de México. Con más de 14 mil asistentes en sus tres ediciones anteriores, DesignFest 2010 presenta un panel compuesto por diseñadores de 7 países: Italia, España, Argentina, India, Japón, Estados Unidos y México. Este año DesignFest se caracteriza por contar con una mayor presencia internacional, ya que asistirán el italiano Gabriele Schiavon y el español Gerard Sanmartí, socios del despacho La Granja Design, quienes acaban de exponer en la feria de Milán y compartirán sus diversos proyectos sobre Producto, Iluminación e Interiorismo; por su parte, el experimentado italiano Luca Borgogno, quien trabaja actualmente como

Diseñador Senior para Pininfarina, expondrá el tema de Diseño Automotriz. Destacan también la participación de tres diseñadores argentinos, Adrián Pierini (Diseño Estratégico), Christian Montenegro y Sebastián Guerrini (Diseño de Marca e Ilustración). Desde la India viajará la diseñadora Ashwini Deshpande, miembro del despacho Elephant Design; de Japón, el Diseñador Industrial Nosigner; y de Nueva York, Jessica Hische hablará sobre Diseño Tipográfico. México estará representado por la diseñadora de moda Alejandra Aceves, finalista del Design Contest 2008 CRYSTALLIZED, de Swarovski, y recientemente, invitada distinguida en la Exposición Universal de Shangai 2010, quien presentará la tendencia en diseño de joyería. Además,


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el diseñador industrial e interiorista Ezequiel Farca; galardonado en 2009 con el International Design Award, el Green Dot Award (Los Angeles, CA), el Good Design 2009, y mención honorífica en el Red Dot Design Award 2010, dictará una conferencia sobre diseño industrial. Bajo el lema “Rediseña tu Mundo”, el festival incluirá un total de 12 conferencias sobre diseño; además de una Fiesta Mexicana; pasarelas del concurso de moda “Piedra, Papel y Tijera”, e ingreso a ExpoDiseño, evento simultáneo donde estarán presentes más de 130 expositores, entre despachos de diseño, tiendas de interiorismo y decoración, iluminación, fashion y compañías de tecnologías en comunicación gráfica; todo en una superficie superior a los 4 mil metros cuadrados. La zona de exposición incluirá además 6 pabellones de Diseño: Mueble, Eco, Moda, Artesanía, Iluminación y Gráfico, donde jóvenes talentos de todo el país, podrán dar a conocer sus innovadores proyectos.

DesignFest 2010 ofrecerá el sábado 2 de octubre, Cuatro Talleres simultáneos con duración de 5 horas cada uno y con capacidad máxima para 20 personas, donde los diseñadores internacionales compartirán con los asistentes sus experiencias en la elaboración de proyectos profesionales de diseño. Contacto: DesignFest 2010 Lic. Alejandra Reynoso Tirado Jueves 30 Septiembre al Sábado 2 de Octubre Expo Guadalajara Guadalajara, Jalisco, México. alejandra@design-fest.com www.design-fest.com





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Bruno de Loera Warface Acuarela


Samili Blanco Nany Acuarela


K-rear Sin tĂ­tulo Digital



Víctor Hernández Juan Carlos Jiménez “Knito” Digital


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img: Nie San Serif

Bikla Bicipública: lejos de la moda, cerca de una solución Sin duda, uno de los conflictos más palpables que padece Guadalajara es el del servicio de transporte público. La ciudad crece cada día más y con ella la necesidad de la población de una movilidad económica y viable. Pese a que han habido intentos por mejorar el transporte: ampliando líneas de camiones, la planeación de más cobertura, etcétera, todas estas iniciativas terminan siendo no sólo insuficientes sino deficientes. El círculo vicioso que reina en la capital tapatía desde hace algunos años es: detestar a tal grado el transporte urbano que resulta mejor pensar en adquirir un automóvil y con ello a su vez contribuir al tráfico y al deterioro ambiental. En general, el tapatío camina poco. De no ser por la implementación de la Vía Recreativa, son pocas las oportunidades que se tiene de hacer propia la ciudad sin tener que recurrir al coche. Desde hace algunos años, el uso de la bicicleta surge como un medio de transporte alternativo y como una evidente

txt: Lilián Bañuelos

réplica a la necesitad de olvidar los hábitos de traslado de antaño. El ciclismo urbano supone una mejora para los conflictos que aquejan a las grandes capitales: el tráfico, el estrés, la contaminación auditiva, y el elevado costo de la infraestructura vial, que por un lado, casi siempre resulta insuficiente, y por otro es como podar la necesidad de usar el automóvil. El uso cotidiano de la bici tampoco es nada nuevo. Desde toda la vida han existido trabajadores que pedalean desde sus hogares al trabajo, con todo lo que ello implica: no contar con un carril sólo para bicicletas y estar con el minibús pisándoles los talones. Si algo benéfico podríamos sacar de las “modas”, es la posibilidad de focalizar el problema e intentar difuminarlo. En junio de 2007, un grupo de ciclistas liderado por los creadores de Popular Zine, un fanzine del underground tapatío, organizó el primer paseo nocturno de la ciudad que convocaban a la gente a salir a pedalear de un punto para


img: César Valentín Márquez Silva

terminar en otro con un picnic en la calle. Estos eventos generaron que poco a poco más gente se interesara por el uso de las bicicletas, digamos que las puso de moda, hasta llegar a transformarse en una demanda ciudadana, así como un detonador de los actuales movimientos de ciclismo urbano. Estas demandas estuvieron representadas con grupos de ciclistas, comités, manifestaciones, creación de una ciclovía sobre la avenida Federalismo, iniciativas como el Plan de Movilidad No Motorizada, etcétera. Sin embargo, todavía es posible retroceder un par de años más. En 2005, la ciudad de Guadalajara, recibe el primer ciclopuerto desarrollado por la empresa BKT Mobiliario urbano, con la meta de tejer progresivamente una red de ciclopuertos, mismos que a la vez que dignifican el uso de la bici, estimulan el ciclismo en la ciudad. El sitio web www.bikla.net tiene registrados más de 200 ciclopueros suministrados por BKT, otros tantos por el Ayuntamiento de

Guadalajara y unos más donados por la iniciativa privada. Todo este furor bicicletero dio pie a que en noviembre de 2008 naciera Bikla bicipública, un proyecto que consiste en el primer sistema de bicicletas públicas en México. Este sistema, permite tomar el vehículo en una estación y devolverla en otra. Todo esto con el fin de modificar los hábitos de transporte y hacer propia la ciudad al descubrir otras rutas que no sean las ya transitadas por nuestros automóviles o el transporte público colectivo. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de una comunidad diversa, está involucrados diseñadores industriales, gráficos, ilustradores, chefs, baristas, sociólogos, consultores, mecánicos, universidades y demás actores de la vida tapatía que aportan ideas desde sus guaridas. ¿Cómo funciona? 1° Te registras en el sitio www.bikla.net


img: José Manuel Villasana

2° Vas por tu credencial a las oficinas (Vidrio 1875. col americana) 3° Con esta credencial te prestan la bici en las estaciones Postales bicicleteras para Guanatos Bajo el tema “Bicicletas de uso público”, Bikla lanzó una convocatoria para ilustradores y artistas para su segundo tiraje de postales. Los diecinueve finalistas fueron publicados en el sitio de Facebook de Bikla en donde los usuarios votaron por los tres mejores. Los ganadores fueron: 1er lugar: Manuel Tenedor Bicicleta $1,500 Alforja EA (edición especial BIKLA/ilustración 1er lugar) Publicación en la revista, KY y Oh Dear! Postales y aplicaciones de Bikla Presencia en exposición colectiva

2do lugar: Luis Silva $1,500 Alforja EA (edición especial BIKLA/ilustración 2do lugar) Publicación en la revista, KY y Oh Dear! Postales y aplicaciones de Bikla Presencia en exposición colectiva 3er lugar: Mario Alberto Pérez López $500 Alforja EA (edición especial BIKLA/ilustración 3er lugar) Publicación en la revista, KY y Oh Dear! Postales y aplicaciones de Bikla Presencia en exposición colectiva Las siete ilustraciones con más votos estarán impresas en las nuevas postales de Bikla, y su pieza participa, a partir del 9 de septiembre, en una exhibición colectiva en el show room del Dear Deer (López Cotilla #1238, Colonia Americana).


Concurso de ilustraci贸n de BIKLA 1er lugar Manuel Tenedor


Concurso de ilustraci贸n de BIKLA 2do lugar Luis Silva


Concurso de ilustraci贸n de BIKLA 3er lugar Mario Alberto P茅rez L贸pez


Tavi El mundo no s贸lo es blanco y negro Acuarela









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