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Orientaciones metodológicas
Aprender nuevos conocimientos es sólo un aspecto del proceso educativo, ya que sólo con información no se cambian los comportamientos. Las niñas, niños y adolescentes deben desarrollar, además, diversas actitudes y habilidades para la vida. Es necesario poner en práctica lo que se aprende en cuanto a comunicación, negociación, resolución de conflictos, pensamiento crítico, evaluación y prevención de riesgos personales, toma de decisiones y responsabilidad. Se trata entonces de un proceso de apropiación activa, tanto de conceptos como de elementos prácticos, que requiere:
Contar con el apoyo de los padres y madres. Para ello se ha complementado el trabajo que a realizar con niños y niñas con el programa de Escuela de Pares, Madres y Tutores y Encargados. Es indispensable que el personal directivo y docente se reúna con ellos al inicio del ciclo lectivo para informar y compartir los objetivos, contenidos y actividades que se desarrollarán en cada año escolar.
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Analizar con detenimiento y anticipación cada actividad para lograr el dominio de la misma y de los ejercicios que presenta. Si lo considera útil, buscar más información o hacer los cambios y adaptaciones necesarios, según las necesidades de su escuela y comunidad.
Motivar la participación activa y constructiva de cada alumno(a).
Favorecer en todo momento el diálogo y la comunicación, el respeto y la cordialidad.
Entablar relaciones basadas en la confianza, sin inhibiciones ni temores. Favorecer los aportes y la creatividad, teniendo siempre en cuenta las características del grupo con el que trabaja.
Brindar ayuda continua a los alumnos(as), para contribuir a resolver sus dudas.
Partir de problemas para que, mediante la guía del o de la docente, el grupo intente buscar sus soluciones.
Facilitar los aprendizajes siendo concreto/a y breve al aclarar y responder preguntas.