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ENTRETENER / CINE

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WWW.METRO.PR JUEVES, 5 DE OCTUBRE DE 2017

La aventura de trabajar con Tom Cruise

DOUG LIMAN

Tom Cruise y Sarah Wright Olsen en una escena de American Made. AP

Llega a las pantallas una cinta basada en una historia real que reúne el narcotráfico con la CIA y las guerrillas de Centroamérica. Todo bajo el liderazgo del mismo director que nos entregó la trilogía Bourne y con la actuación protagónica de Tom Cruise CORTESÍA UNIVERSAL PICTURES

LUCÍA HERNÁNDEZ @lucyeditora

Una historia tan loca que apenas se puede creer que realmente haya sucedido es la base de la nueva película del director Doug Liman, American Made, protagonizada por Tom Cruise. Se trata de un piloto de una línea aérea que intercambió su vida monótona por una vida llena de adrenalina como piloto de una aerolínea de carga para la CIA en los años ochenta. Juegas mucho en la película con formatos y estilos. ¿Fue algo que te interesó específicamente para esta cinta? — Sí, la película no está ubicada en el día de hoy. Está ambientada en la década del ochenta, por lo que sucede en un mundo diferente. César Charlone, mi director de fotografía, y yo hablamos de acentuar ese hecho. La distancia le permitiría tener más diversión porque tendría más de un sentido de aventura. American Made tiene lugar en un momento en que los pilotos todavía estaban viviendo el tipo de Wild West American Dream. No andaban en caballos, sino en aviones. Tenían una libertad que ahora ya no existe. ¿Podría esta historia tener lugar hoy? — No hay forma de que los eventos puedan suceder hoy. Soy un piloto, así que puedo decirles que el tipo de vuelo que Barry Seal y los otros pilotos que trabajaban para la CIA estaban haciendo no son posibles hoy. El GPS, los radares y la tecnología moderna lo han hecho imposible. Con el ciclo de noticias de hoy de 24 horas, el tipo de explotaciones escandalosas de la CIA en su guerra contra la Unión Soviética no sería posible. Barry podría ser un tipo extremadamente desagradable. ¿Les preocupaba a Tom y a ti llevar a este personaje a la pantalla? — Nunca se me ocurrió retratar a Barry en otra cosa que la luz positiva de que la película brilla sobre él. Pero creo que si miras

mis películas, los héroes de ellas han sido tradicionalmente los personajes que serían villanos en las películas de otras personas. Jason Bourne debe ser el villano. Es un asesino letal que está en libertad y tiene amnesia. En cualquier otra película, él sería la persona que tienes que parar. Incluso en Swingers, mi primera película, mis amigos que leyeron el guion me rogaron que no la hiciera porque odiaban al personaje de Vince Vaughn y decían que era, para ellos, el enemigo. Por lo tanto, a menudo me han atraído personajes como Barry Seal: las mismas cualidades de la salida para sí mismo, oportunista, sin pensar en las consecuencias, que rompe las reglas. Tom y yo hablábamos a menudo de Barry como si tuviéramos la filosofía de que si tú caminaras por la calle y te encontraras un billete de 100 dólares, el crimen sería no recogerlo. ¿Qué es lo que aprendiste de hablar con los que conocían el verdadero Barry Seal? — A la gente le encantaba Barry. Este no es un caso en el que él fuera un personaje que en la vida real a la gente no le gustara. La gente amaba a Barry Seal. Incluso, cuando rodábamos en Colombia, en Sudamérica, contratamos pilotos colombianos y todos ellos habían trabajado para Pablo Escobar en algún momento u otro, y muchos de ellos

conocían a Barry Seal. A uno de ellos, que amaba a Barry, le preguntamos cómo se conocieron. Nos dijo que Barry Seal robó un avión suyo. Que estaba vendiendo un avión y Barry fue a verlo en Colombia y le preguntó si podía tomarlo para un vuelo de prueba y simplemente despegó ¡y se fue! Optaste por una forma de trabajo tipo boot camp en la que al terminar de filmar, preparaban las escenas del día siguiente. ¿Te ayudó eso a mantenerlo emocionante? — Lo que Tom y yo estábamos persiguiendo era este sentimiento evocado por la fotografía de Debbie en la prisión. Miramos esta foto y pensamos en esta mujer que estaba casada con un capitán de la aerolínea TWA y que, de repente, lo termina visitando en una prisión de Centroamérica. Es un sentimiento que conocemos. Y revisábamos constantemente el guion y las escenas para intentar capturar esto. Pero no es tan simple como escribir la escena y ya; así no funcionaría. Ese es el proceso de Tom y es mío también, así que cuando nos juntas, se amplifica, especialmente cuando Tom y yo compartimos una casa junto con el escritor. Toda la película fue un campo de entrenamiento. Estábamos viviendo y respirando juntos, tratando de capturar estos sentimientos, y el tono de estas

relaciones era muy importante para nosotros. Es como pintar con un pincel muy fino. ¿Hay un día que recuerdes especialmente del rodaje, cuando pensaras: “No puedo creer que tengamos que hacer esto”? — Había un lugar remoto en Colombia cerca de un río y una cascada que nos dijeron que era espectacular, pero nunca había sido fotografiado. Esto estaba justo al borde del territorio controlado por los rebeldes de las FARC. Aunque ahora hay un cese al fuego, nunca pensamos que realmente podríamos salir y filmar, pero al contrario, obtuvimos permiso y la mayoría de las imágenes aéreas extraordinarias fueron de allí. Ves a Tom volando sobre los ríos y esos son verdaderos soldados que encontramos. ¡Eran verdaderos soldados con verdaderas armas! Antes de filmar les habíamos dicho: “Asegúrense de que su seguridad está en marcha, porque vamos a llamarlos para que nos apunten, pero, por favor, no disparen”. La producción de American Made fue verdaderamente una aventura. No se trataba solo de retratar a Barry Seal en esta extraordinaria aventura. Tom y yo realmente vivimos una aventura. Es por eso que si hablas con Tom sobre esta película, él se apasiona, tanto por cómo se ve en la película como con la diversión y el reto de hacerla.

“Homenaje y burla” al oportunismo EE. UU. La más reciente cinta de Tom Cruise es la inteligente y alegre American Made, una cinta que se parece bastante a las películas de gran presupuesto de Cruise, antes de trastocar todo y dejar paso para la cinta menos seria de Cruise que nos había faltado. El filme resulta ser un vehículo muy bueno para el actor, con el que regresa a una cabina de avión 31 años después de Top Gun, y nos recuerda simultáneamente su carisma natural de actor de cine al tiempo que lo deconstruye sutilmente. Doug Liman, el director de American Made, ha demostrado tener un talento raro para unir a actores súper famosos en caleidoscopios cinéticos. Lo hizo con Brad Pitt y Angelina Jolie en Mr. & Mrs. Smith, con Matt Damon en Bourne Identity y en su más reciente película con Cruise, Edge of Tomorrow, una historia de ciencia ficción que comprobó esta máxima: No se puede matar a Cruise. En American Made, una historia vagamente apegada a la verdad que se desarrolla a finales de los setenta y comienzos de los ochenta, Cruise interpreta a Barry Seal, un piloto de la extinta aerolínea TWA cuyo contrabando de puros cubanos llama la atención de la CIA. Un policía llamado Shafer (Domhnall Gleeson) se acerca a él y le ofrece un trabajo en el que tomará fotos para inteligencia y hará pagos a personas como el dictador panameño Manuel Noriega. “Estamos construyendo países ahí abajo”, dice Shafer embelesado. Seal, viendo su avión y dispuesto a apagar para siempre el botón de “autopiloto”, aprovecha la oportunidad y no deja de tentar su buena suerte. “Tiendo

a decir que sí antes de ver las cosas”, dice en un diario en video que aparece ocasionalmente en la película. “Quizá debí hacer más preguntas”. Despreocupado, casi encantadoramente ignorante de los peligros y del terreno de cuestionable ética donde se está metiendo, Seal empieza pronto a traficar enormes cantidades de cocaína de regreso a Arkansas para el Cartel de Medellín, encabezado por Pablo Escobar. Al igual que varias películas recientes, como War Dogs y War Machine, American Made es una farsa a las ambiciones internacionales de Estados Unidos salidas de control. Aquí se presentan los resultados cómicos y a menor escala de políticas mal ideadas desde la parte más alta del comando. Por cierto, presidentes como Jimmy Carter y el gobernador de Arkansas, Bill Clinton, tienen cameos en American Made. La cinta es un homenaje y una burla al oportunismo estadounidense ante las decisiones despreocupadas de políticos, que tan fácil y tan apabullantemente benefician (hasta cierto punto) a un piloto que busca emociones extremas y no puede decir que no. El punto álgido llega cuando Seal, que escapa de la DEA, aterriza de emergencia en un suburbio y escapa en la bicicleta de un niño, todo mientras está bañado en cocaína. Por fin, un método diferente y raro de escape para Cruise. American Made, escrita por Gary Spinelli, ha embellecido la historia, por supuesto. La vida de Seal no fue tan brillante como la interpreta Cruise. Pero de todas formas, ¿qué vida lo es? AP

BREVE

Cines abiertos Caribbean Cinemas informó que están operando Fine Arts Popular, Montehiedra, Plaza Guaynabo, Plaza las Américas, Western Plaza en Mayagüez y Plaza del Caribe en Ponce. Las

próximas aperturas dependerán de que llegue la energía eléctrica y las condiciones de cada cine. Los estrenos para hoy son American Made en cine comercial, y en Fine Arts Popular estrena Victoria & Abdul. METRO


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