Revista Koinonia.

kOINÔNÍA REVISTA DEL SEMINARIO MAYOR DE MANIZALES

120 AÑOS AL SERVICIO DEL EVANGELIO Una recopilación histórica de la Arquidiócesis de Manizales

Edición No. AÑO 2020 - ISSN 1909 -4728

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CONTENIDO

01

EDITORIAL

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NUESTRA IDENTIDAD

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SÍNODO PANAMAZÓNICO

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ETAPAS DE LA FORMACIÓN SACERDOTAL

06

FRATELLI TUTTI

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08

EL PROBLEMA DEL MAL EN EL PECADO DE LOS PRIMEROS PADRES

LA SANTIDAD COMO PROYECTO DE VIDA

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UN MILLENNIAL EN LOS ALTARES

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OBISPO, ARZOBISPO Y SEDE VACANTE

39

LA VOCACIÓN ES SIEMPRE UNA INICIATIVA DE DIOS

15

LA ADMINISTRACIÓN DIOCESANA EN SEDE VACANTE

41

EXPERIENCIA DEL APOSTOLADO DEL SEMINARISTA

18

EVANGELIZACIÓN SIN LÍMITES

44

RACISMO

20

120 AÑOS AL SERVICIO DEL EVANGELIO

45

DERECHO A LA VIDA

24

EL SEMINARIO DE MANIZALES ANTE EL COVID 19

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LA FORMACIÓN SACERDOTAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA

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¿ESTAMOS ABANDONANDO LA TRADICIÓN? “UNA MAÑANA, EL SEMBRADOR”…

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Editorial Pbro. José Silvano Peralta Director de la Revista

Queremos dar la bienvenida a todos nuestros lectores, ésta es la revista del Seminario Mayor de Manizales, la cual quiere ser un vínculo de comunión de la institución donde se forman los Pastores del futuro con el presbiterio Arquidiocesano, las parroquias, comunidades religiosas y movimientos eclesiales, que enriquecen la vida de esta Iglesia Particular.

En el mes de agosto de 1989, nació la revista “Koinonía” por iniciativa del Padre Arturo Cardona Chica s.s.

(Q.E.P.D.) el cual, inspirado en esta Palabra de origen griego, quería promover la “Comunión” por medio de un instrumento de comunicación social. El deseo era llegar a tantas personas que se interesan por nuestra casa de formación, con unos propósitos claros como lo eran: la formación permanente del clero por medio de un artículo de carácter doctrinal; la formación pastoral apoyada por reflexiones y experiencias que muestran el quehacer de la Iglesia; y la pastoral de las vocaciones, que es la expresión de la fe madura de una comunidad parroquial, la cual gesta en su seno candidatos a la vida sacerdotal.

Después de 31 años y en medio de esta dura realidad de la Pandemia del Covid 19, la comunidad del Seminario ha renovado su vivo deseo de continuar esta “Comunión” con los diferentes estamentos que conforman y vivifican la Arquidiócesis de Manizales.

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Somos conscientes que el Corazón de una Iglesia Particular, en primer lugar, debe palpitar vigorosamente con la fuerza del Evangelio.

De igual forma, está llamado a abrirse desde la fraternidad a tantas personas e instituciones que procuran de maneras muy diversas, pero enriquecedoras, el fortalecer la vida espiritual y así ser testigos de la presencia del Señor Vivo y Resucitado en la Iglesia por medio de su trabajo Pastoral.

En esta casa hay seminaristas que proceden de las diferentes parroquias de la Arquidiócesis, quienes recibieron buen testimonio y ánimo por parte de los sacerdotes que acompañan esas instituciones; dichos jóvenes han madurado su fe por medio de la Nueva Evangelización, gracias a los diversos movimientos eclesiales o grupos parroquiales; han recibido un especial afecto fraterno de las diferentes comunidades religiosas; lo mismo que cuentan con el apoyo espiritual y material de laicos comprometidos.

Todas estas personas e instituciones nos inspiran hoy para ser una comunidad más viva, agradecida y abierta. Deseamos ser el Corazón afectivo y efectivo de esta Porción del Pueblo de Dios y por ello, queremos que esta revista con su variedad de artículos y notas, sea el medio para llegar a ustedes, de manera tal que la vida del Seminario sea no sólo conocida, sino amada por todos y así; unidos en la Fe y en la Caridad, nos sientan cercanos, fraternos y podamos compartir el mismo caminar, desarrollando cada uno el rol eclesial que el Espíritu Santo nos indica. Bienvenidos y esperamos que disfruten la presente edición.

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SÍNODO PANAMAZÓNICO: CAMINOS CON FUTURO

Mons. Nelson Jair Cardona Ramírez Obispo de San José del Guaviare

Un sueño cultural El asunto de la inculturación ha interesado a la fe desde los inicios de la revelación y encuentra en la encarnación del Hijo de Dios, su fundamento más irrefutable, ya que es también una encarnación cultural por el hecho de acoger determinadas condiciones sociales y culturales de los hombres con 1que el Verbo encarnado convivió . Cristo no nos alcanzaría en la verdad de

nuestra humanidad concreta si no entrara en contacto con nosotros en la diversidad y la complementariedad de nuestras 2 culturas. La encarnación es entonces modelo para la inculturación, pues ésta es “la inserción del evangelio en una cultura autóctona y la introducción de esa misma cultura 3 en la vida de la Iglesia” .

1Cfr. CONCILIO VATICANO II. Documentos. Paulinas: Lima. 2008. Ad Gentes Nro. 10.

2

El sínodo Panamazónico celebrado en el mes de octubre de 2019, discutió con libertad muchas cosas. De entre todas ellas basta destacar tres, que coinciden con los sueños del Papa en su Exhortación “Querida Amazonía” y que tienen importancia grande, no sólo para la Iglesia que peregrina en la región Amazónica, sino para la Iglesia universal.

03

Cfr. COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL. Documentos 1969-1996. La fe y la inculturación.

Madrid: BAC. 1998. Nro. II, 20.

JUAN PABLO II. Carta Encíclica Slavorum Apostoli. 1985. Nro. 21. http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/encyclicals/documents/hf_jpii_enc_19850602_slavorum-apostoli.html. Acceso en 11/11/2019

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Por eso, recordó el sínodo que nuestra conversión tiene también una dimensión cultural.

Solo una Iglesia misionera e inserta hará surgir las Iglesias particulares autóctonas, enraizadas en las culturas y tradiciones propias de los pueblos, unidas en la misma fe en Cristo y diversas en su manera de vivirla, expresarla y celebrarla. El mundo indígena con sus mitos, narraciones, ritos, canciones, danzas y expresiones espirituales enriquece el encuentro intercultural y por eso el sínodo propone iniciar un camino que pueda desembocar en el establecimiento de un rito propio.

La ecología integral: un sueño ecológico y social

No hay dos crisis separadas sino una sola y compleja crisis socio-ambiental

La cristología de los últimos tiempos ha recuperado en su reflexión el principado cósmico de Cristo: Él es el Señor del universo e involucra de algún modo la creación en la plenitud final. Esto significa que, si Cristo incluye la creación toda en su proyecto salvador, la preocupa5

ción por el cosmos no es una opción, sino una obligación en la acción pastoral. El modelo tradicional con que se han tratado los grandes problemas del mundo ha separado lo humano y social de lo ambiental: "No hay dos crisis separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental. Las líneas para la solución requieren una aproximación integral para combatir la pobreza, para devolver la dignidad a los 5 excluidos y simultáneamente para cuidar la naturaleza" .

El Sínodo se ha dispuesto entonces, en consonancia con Laudato Si a poner en acción un paradigma nuevo de cuidado de la creación que, valorando la especial dignidad del hombre, lo ponga dentro de la interacción global de la creación y pretende desde la teología, la espiritualidad, la moral y la acción pastoral apoyar el cambio necesario de mentalidad para poder así proteger el mundo.

FRANCISCO. Carta Encíclica Laudato Si. Ciudad del Vaticano: Librería Editrice Vaticana. 2015. Nro. 139.

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La sinodalidad: un sueño eclesial La Iglesia ha sido siempre colegial, pues en la toma de decisiones se ha tenido siempre en cuenta el parecer de las jerarquías, de los colegas. El momento presente con sus desafíos, reclama un avance para que también el pueblo de Dios participe6 en el discernimiento de los asuntos de fe . El sínodo se concibe ahora como espacio apto para dar 7 voz a todo el pueblo de Dios , y entrar en una novedosa tarea de discernimiento comunitario que lleve al descubrimiento de la voluntad de Dios, busque el consenso y la comunión y delinee acciones para responder a los desafíos pastorales 8.

Como fruto concreto de esta sinodalidad, los obispos de la región amazónica propusieron la creación de un organismo auténticamente sinodal. Este, nació el 29 de junio de 2020 como Conferencia Eclesial de la Amazonía compuesta por Obispos, Sacerdotes, Religiosos y laicos.

Estas grandes líneas de acción no son fruto del capricho, sino un intento eficaz de responder a desafíos evidentes de nuestra sociedad que reclama: Dar mayor importancia a las historias y culturas particulares de cada pueblo, responder a los ataques contra el planeta y la dignidad del hombre y pasar de un modelo representativo a un modelo participativo en la guía de las comunidades.

6

Cfr. COMISIÓN TEOLÓGICA INTERNACIONAL (2014). El Sensus Fidei en la vida de la Iglesia. Madrid: BAC.2014. Nro. 49.

7 Cfr.FRANCISCO. Constitución Apostólica Episcopalis Communio. Nro. 7. 15.

8

Cfr. ASAMBLEA ESPECIAL PARA LA REGIÓN PANAMAZÓNICA. Op. Cit. Nro. 88-92

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FRATELLI TUTTI Pbro. Héctor Adrián Gaviria Chica Máster en Teología Moral

Seremos verdaderamente felices cuando por fin nuestros anhelos más profundos coincidan. 1 Sin embargo, esto no nos puede desalentar en la búsqueda profunda de aquella utopía de la 2 moral cristiana. Entiéndase la utopía en un sentido dinámico, como una orientación prospectiva, que mirando al futuro, intenta delinear caminos para obtenerlo.

De este modo, las metas que se plantean, desde la renovación de la teología moral son particularmente tres:

La humanización San Juan Pablo II en la Veritatis Splendor afirmaba: “La Iglesia católica es maestra de la verdad y su misión es anunciar y enseñar auténticamente la Verdad, que es Cristo, y, al mismo tiempo, declarar y confirmar con su autoridad los principios de orden moral que fluyen de la misma naturaleza humana” (VS 64).

La reflexión de la moral cristiana nos presenta que vivimos en camino entre el denominado “yo real” y el “yo ideal”, esto significa la realidad en primer lugar de lo que somos, y en segundo término, lo que por la fe estamos llamados a ser. Ésta es la lucha constante de la vida cristiana considerada como la experiencia de un cami1

no, una vía de conversión hacia la salvación. Se trata de una invitación constante que nos motiva, nos alienta, nos ilumina, nos da fuerzas, orientando nuestros pasos y ayudándonos a corregir nuestros constantes desvíos. Es muy factible que en esto consista la auténtica bienaventuranza, en la fusión verdadera de ambas realidades.

Fratelli Tutti fue firmada el 3 de octubre de 2020, en la víspera de la memoria de San Francisco de Asís, en la ciudad de Asís, Italia.

Se dedica a definir y exaltar la fraternidad como valor y elemento ordenador de las sociedades, las naciones y la convivencia mundial. También realiza una crítica a los regímenes políticos liberales y a los populismos.

“Las bienaventuranzas responden al deseo natural de felicidad. Este deseo es de origen divino: Dios lo ha puesto en el corazón del hombre a fin de atraerlo hacia Él, el único que lo puede satisfacer”: CEC 1718.

Cf. JOSÉ-ROMÁN FLECHA, Moral Fundamental. La vida según el Espíritu. Sígueme: Salamanca, 2012. 251 – 279.

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Toda la reflexión moral tiende a mostrar un modelo de hombre válido para todo tiempo y cultura, un modelo del que se derivan todas las exigencias éticas, de este modo, presenta a Cristo como modelo de humanidad: “el misterio del hombre sólo se esclarece en el misterio del Verbo encarnado” (GS 22).

El testimonio La teología es, como afirmaba Santo Tomás, un ejercicio de fe, una experiencia que se aprende de rodillas y que lleva a la confesión pública de la misma, por ello no nos podemos eximir del deber y el honor de hacer presentes siempre los ideales que el Evangelio en su novedad nos presenta.

Esto implica a su vez, que desde su quehacer profético no nos eximamos de elevar la voz frente a los vicios o antivalores que impiden la extensión y manifestación del reino de Dios. Es la experiencia fundante del amor que marca la vida y el entorno social, así lo expresaba Benedicto XVI: “Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva” (DCE 1).

La fraternidad Parece que esto es un dato obvio, pero no lo es del todo, pues ella sólo se descubre a la luz de la fe.

“La fraternidad depende del concepto que se tenga de la paternidad de Dios y de cómo sea Dios; la fraternidad cristiana está siempre por delante de los lazos biológicos (familia) y sociales (ciudadanos); el cristiano es antes de nada y sólo hermano del cristiano; el cristiano es hermano para servir3 a los que están fuera de la comunidad cristiana” .

Ser para los hermanos pan para su hambruna, palabra para sus silencios, diálogo para sus desencuentros, mano, ternura, compasión, compañía, presencia y defensa.

Es necesaria frente al último desafío que nos ha puesto la actual situación de emergencia sanitaria, por eso el Papa Francisco, con sus signos elocuentes, nos la quiere presentar magisterialmente, para afrontar como Iglesia y sociedad mundial las imperiosas lecciones que nos va dejando este difícil momento.

El Cardenal Parolin, el día de la presentación de esta nueva encíclica, afirmaba: “la Encíclica no se limita a considerar la fraternidad como un instrumento o un deseo, sino que esboza una cultura de la fraternidad que debe aplicarse a las relaciones internacionales”, ya que “la fraternidad no es una tendencia o moda que se desarrolla a lo largo del tiempo o en un tiempo, sino la manifestación de actos concretos”.

Nuestra tarea será leerla detenidamente, interiorizarla y crear a partir de sus reflexiones una sociedad auténticamente más fraterna.

3 JOSEPH RATZINGER, La fraternidad de los cristianos. Sígueme: Salamanca, 2015. 82.

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EL PROBLEMA DEL MAL EN EL PECADO DE LOS PRIMEROS PADRES San Agustín – La Ciudad de Dios Libro XIV, 11-15

Pbro. Mario Fernando Calle Herrera Licenciado en Filosofía

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«El ser naturaleza le viene de Dios, que la hizo; pero el apartarse de lo que es le viene de haber sido hecha de la nada. No se apartó el hombre hasta dejar de existir, sino que, inclinándose hacia sí, quedó reducido a menos de lo que era cuando estaba unido al que es en grado sumo.

1

Al dejar a Dios y quedarse en sí mismo, esto es, complacerse a sí mismo, no equivale a ser nada, pero sí a acercarse a la nada. De ahí que los soberbios se llaman en las santas Escrituras con otro nombre,1 los que se complacen en sí mismos» .

S. AGUSTÍN, La ciudad de Dios, Libro XIV, caps. 11-15, versión online: https://www.augustinus.it/spagnolo/ cdd/index2.htm

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Al analizar el texto de San Agustín en el libro XIV de su obra "La ciudad de Dios", se descubren las líneas de preocupación del autor que son importantes para determinar su propuesta de comprensión del mal en el mundo: Dios como origen de la creación y en particular el alma humana en la que se manifiesta Dios creando al hombre a su imagen y semejanza. Una creación en sí que contiene las huellas de Dios y quiere llegar a Él para experimentar su salvación, y a la vez se convierte en un puente entre la grandeza divina y la pequeñez del hombre como creatura. Con San Agustín se entiende que Dios espera propiamente que el ser humano sepa y quiera conformarse al orden establecido por Dios desde el principio.

Al proponer una reflexión sobre el mal desde el problema de la creación, San Agustín demuestra que ontología y moral van de la mano. Los bienes de la creación son objeto de amor y voluntad en cuanto conducen al hombre a Dios como Bien supremo. Y si Dios es el Ser, únicamente Él será objeto de amor absoluto, en Dios el hombre gozará de la felicidad última.

Dios al crear recta a su criatura le ofrece también como propiedad de su naturaleza misma una buena voluntad. La mala voluntad que aparece en el hombre sólo puede entenderse como un alejarse de las obras de Dios para correr tras las obras propias de las determinaciones autónomas del hombre, por tanto se declara la mala voluntad como un defecto del alma y no como algo que pertenece a la voluntad libre de Dios que desde el principio crea al hombre bueno. Así lo expresa San Agustín: «Pero la mala voluntad original, que en el hombre precedió a todas las obras malignas, fue una desviación de las obras 2 de Dios a las suyas, en lugar de una obra en sí misma; por lo tanto, las obras malignas, son tales porque son segundas a sí mismo, no de acuerdo con Dios» .

Esto es claro para San Agustín, en cuanto que reconoce que en la misma esencia del hombre hay una destinación última a la cuestión de Dios, más aún, en el Ser de Dios está la esencia misma del ser humano que nace dentro de un orden divino identificado con un claro referente metafísico y teológico. Esto no quiere decir que se pueda admitir un determinismo creatural: el ser humano tiene la alternativa de seguir o abandonar el camino mostrado por Dios. En cada ser humano se desarrolla la tentación original, cada posibilidad de salvarse o condenarse es una posibilidad ontológica ejercida por su propia libertad como cercanía a la Verdad completa del Verbo encarnado o como destrucción en el caos que hace el ser del hombre 2 esclavo.

Ibid.

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Para San Agustín es clara esta referencia a la libertad del hombre que se identifica con el ser mismo de Dios, ya que el ser humano es únicamente libre cuando se somete al orden divino, que en ningún modo es una tiranía o imposición que le corresponde simplemente por el hecho de ser hombre, sino un verdadero ejercicio de la voluntad humana que ejerce propiamente la libertad, como un modo distinto del intelectualismo moral de la filosofía clásica griega en su visión del hombre.

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Sócrates decía, por ejemplo, que es imposible conocer el bien y hacer el mal.

Desde la perspectiva agustiniana la razón puede conocer el bien, pero la voluntad puede rechazarlo por ser una facultad distinta de la razón que posee autonomía con respecto a la razón. Así, mientras la razón conoce, la voluntad elige aquello que se muestra conforme o no a sus principios. De esta manera se podría explicar la tendencia propia en el ser humano a realizar muchas obras desde su voluntad que estarían por fuera de la experiencia del conocimiento verdadero y recto que, como ya se ha dicho, se manifiesta por defecto y no como esencia constitutiva de su ser creatural. De este modo puede explicarse al final la posibilidad humana de la aversio Deo y de la conversio ad creaturam.

Así, entonces, podrá afirmarse que el pecado original inicia propiamente en este defecto del orden creatural; y por un acto de la voluntad defectuosa que se rebela contra el plan de Dios, el hombre no quiere someterse a este plan, él mismo quiere y prefiere constituirse en el centro de sus propias aspiraciones.

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Ibid.

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Cuando se sale de su orden, el hombre se aleja cada vez más de Dios que es el todo hasta llenar su interioridad de su propia nada, y sin embargo esta decisión humana no destruye su estructura ontológica, aunque su ser quede deteriorado y el amor que le debe a Dios se convierte en amor a sí mismo o a las criaturas, y a veces en forma desenfrenada y ciega como acto volitivamente egoísta.

Vienen entonces al final las justas consecuencias de este acto desordenado en donde aparece una justa condena. San Agustín habla aquí de un hombre que pasa de un orden espiritual a un ser lanzado a las criaturas, y por ende a convertirse en un ser carnal para saciarse en ellas por su propia soberbia.

Y así su libertad se convierte en su propia esclavitud: «una condición dura e infeliz, en discordia incluso consigo mismo, esclava de aquel a quien pecaminoso había consentido, murió voluntariamente en espíritu y destinado a morir en el cuerpo contra su voluntad, desertor de la vida eterna y 3condenado incluso a una muerte eterna, si la gracia no interviene para liberarlo» .

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Cuando el hombre peca, sale de sí mismo, de su orden y se vacía en el exterior, se olvida de su centro espiritual y del orden divino, sale de su órbita ontológica propia y queda sumergido en las cosas sensibles. Este mismo acto se convertirá en la causa de su justa condena, así también lo afirma San Agustín: «La infelicidad del hombre no es en realidad nada más que la desobediencia de sí mismo contra sí mismo, 4 que no puede, y no quiere lo que porque quiere lo podría tener» .

Queda por decir que la salida de este estado de alienación y de abajamiento causado por el pecado original y por su propia desobediencia será la gracia divina, un acto de fe en el que seguramente participará un gran esfuerzo de inteligencia y voluntad, una reflexión profunda sobre sí mismo, un acto de conversión a su propia interioridad, y por lo tanto, a su propio creador. Éste es el sentido último de la interioridad en la que participa un acto cognoscitivo y un acto volitivo y por la cual el hombre redescubre y reconoce en sí mismo su principio natural de la imagen de Dios con todos los elementos eternos y trascendentales que han sido puestos por Dios en el alma humana. Dios ha tomado la iniciativa cuando nos creó, al hombre ahora le corresponde expresar su adhesión a su creador por la conversión, en la que solicita la gracia que lo hará verdaderamente libre.

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Ibid.

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OBISPO, ARZOBISPO Y SEDE VACANTE Pbro. Jorge Iván Rincón Rodríguez Licenciado en Derecho Canónico Hace once meses nuestra Iglesia particular de Manizales entraba en un período denominado sede vacante, lo cual quería decir que perdía su cabeza visible, que en nuestro caso corresponde a estar sin arzobispo.

Para entender esta situación vamos a hacer una referencia a varios conceptos que se manejan a veces de forma desprevenida, pero que en realidad tienen contextos distintos al igual que sus aplicaciones.

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Una diócesis es según el CIC c. 369 “una porción del pueblo de Dios cuyo cuidado se encomienda al Obispo…” Esa diócesis está compuesta entonces por un número determinado de fieles, de sacerdotes, religiosos, de parroquias y tiene al frente a un pastor que cuida su vida pastoral y el crecimiento espiritual de cada uno de sus miembros.

Puede suceder que la diócesis sea demasiado extensa como sucedía con la diócesis de Manizales antes del 10 de mayo de 1954, cuando fue dividida en dos iglesias particulares más: la diócesis de Pereira y la de Armenia, siendo elevada así a la dignidad de arquidiócesis y siendo erigida en Iglesia metropolitana por ser, digámoslo coloquialmente, la madre de las iglesias nacientes.

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El pastor de una diócesis es el Obispo, él por intervención del Espíritu Santo ante un llamado que le hace la Iglesia a través del Sumo Pontífice para una Iglesia particular, y haciéndose así sucesor de los apóstoles, se le ordena en una eucaristía solemne para tomar luego posesión de la sede para la cual es ordenado (Cf. CIC 375) .

Si es ordenado para una diócesis, entonces será obispo diocesano (Cf. CIC 376), pero si el obispo es promovido para guiar una Iglesia arquidiocesana, entonces, dicho obispo recibe la dignidad arzobispal y recibe de manos del Romano Pontífice, el Palio, especie de collar hecho de lana de las ovejas y que se usa sobre la casulla en las celebraciones eucarísticas, el cual simboliza la comunión entre el Sumo Pontífice y quien ha sido promovido a arzobispo.

Cuando decimos que estamos en sede vacante, se quiere afirmar que adolecemos de pastor propio, obispo o arzobispo según sea el caso (CIC c. 416). En Manizales, se ha nombrado un

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administrador diocesano, que es un sacerdote de nuestra arquidiócesis, elegido por el colegio de Consultores (CIC c. 421), éste se encarga de estar al frente de nuestra Iglesia con las funciones propias de quien ejerce un gobierno pastoral, de tal manera que la vida de la diócesis en sede vacante siga su curso normal, animando al presbiterio y a sus fieles a seguir con empeño las huellas de Jesús.

La sede vacante tiene unas limitantes, porque durante este tiempo no se puede transformar la realidad de dicha Iglesia particular, se responde a lo más urgente, pero sin hacer cambios de fondo que pueda dañar los derechos de un futuro obispo o arzobispo, según sea la dignidad de la Iglesia particular que se encuentre en dicha situación.

La Iglesia es una realidad hermosa, que a medida que se va conociendo nos permite comprender un poco más de su misterio y de la manera como hace su tarea en el mundo en comunión entre los fieles y sus pastores.

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LA ADMINISTRACIÓN DIOCESANA EN SEDE VACANTE

Pbro. Efraín Castaño Arboleda Administrador Diocesano

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Monseñor Gonzalo Restrepo El 6 de enero conocimos la noticia que nos dejó perplejos; hasta ese día Monseñor sería Arzobispo titular y por lo tanto el Colegio de consultores pasaría a elegir un “administrador Diocesano”, figura que el Derecho Canónico contempla para estos casos. Es evidente el período pastoral eficiente, abierto, sencillo, creativo y afectuoso, con un inmenso impulso al laicado y la cultura y al paso de un Plan pastoral que como guía nos hizo vivir una Eclesiología actual; la gratitud hacia él por su dedicación y empeño es gesto justo y cariñoso.

A las tres de la tarde de ese día 6 de enero el colegio de consultores me eligió como Administrador Diocesano: con amor inmenso al Señor y a la Arquidiócesis acepté, conocedor de mis inmensos límites, pero seguro de la ayuda del Señor: “te basta mi Gracia” y de la acción del espíritu Santo, así como de la presencia de María, Patrona de la Arquidiócesis.

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Señor Nuncio

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La aceptación de la Nunciatura fue inmediata y su agenda clara: “tu servicio será llevar la nave sin estancamientos, pero procurando que todo marche bien, que entregues al nuevo Arzobispo la Arquidiócesis con el buen nivel que dejó Mons.

Gonzalo. Consulta con esta Nunciatura si hay que dar pasos y cambios. Cuida sobre todo del bien de los Presbíteros”.

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Me alegró, no puedo negarlo, la participación en la sesión de la Conferencia Episcopal y la recepción el 19 de febrero de la carta de la “Congregación de los Obispo del Vaticano firmada por el cardenal Ouellet animando este servicio. Sentí a la Iglesia como Madre que ama y acompaña dando fortaleza y bendición.

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Las Tres P

Como concesión de esta labor me propuse enrutar el trabajo espiritual y pastoral en tres P: pobreza, prudencia y paciencia.

Pobreza Porque sé que todo es Gracia, que todo es recibido, que de mi parte nada puedo dar pero que del tesoro del Corazón de Jesús mucho se puede hacer para mantenernos en alegría y fraterna marcha como pueblo de Dios.

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Prudencia Porque sé que nada se puede innovar, que todos deben ser tratados con justicia, que hay casos difíciles que deben llevarse desde el amor.

Paciencia Porque estoy aleccionado sobre el no innovar nada, soportar algunas incomprensiones, evitar precipitación y no dramatizar sobre problemas que se presente.

Sacudida fuerte fue la aparición del COVID 19: freno y cambio para muchas actividades que con motivo de los 120 años de la Arquidiócesis se tenían preparadas, imposibilidad de acompañamiento personal para los amados Sacerdotes y las comunidades Parroquiales.

Como contrapartida entramos a la avenida virtual que ha permitido sostener parte de las actividades.

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Hasta el presente es satisfactorio constatar el valor de un Clero generoso, valeroso y audaz; de un laicado en marcha ascendente, de las Comunidades Religiosas, fuerza evangelizadora impetuosa, de los movimientos laicales, fuego ardiente, de las Comunidades Parroquiales, fuente de nueva evangelización, del Seminario Mayor,

Me alienta cada día la Palabra.

“A un administrador, lo que se le pide es que sea fiel” (1 Cor 4,2) semillero de esperanza, de las delegaciones de pastoral que son bandera en alto en vanguardia de luz, de Colegios, Capellanes, diáconos que son surtidores de la presencia de Dios.

El amor de Dios nos siga alimentando porque como dice el Papa Francisco: “si la misericordia no es el centro, corremos el riesgo de que Dios esté fuera de lugar en su propia Iglesia” (Albano, Sept. 2019).

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EVANGELIZACIÓN SIN LÍMITES CURIA

John Eider Rivera Seminarista Año de Pastoral

La Iglesia Católica que nace de la misión de Cristo, para la salvación de todos los hombres es esencialmente evangelizadora; ella misma se encuentra en la necesidad de valerse de los instrumentos que el hombre, a través de su inteligencia, ha puesto al servicio del ser humano para predicar el mensaje de salvación. A través de la historia, la Iglesia iluminada e impulsada por el Espíritu Santo, se ha valido de los diversos medios de comunicación con el propósito de llevar a Cristo sin límites ni barreras a todas las naciones.

El 12 de febrero de 1931 nace la radio vaticana, acontecimiento que traería consigo un nuevo reto hacia el cual debería apuntar la evangelización. El Papa Pío XI fue el primer Pontífice en hacer una transmisión radiofónica, locutando un mensaje en latín, que fue transmitido a diferentes países del mundo. En el discurso expresó agradecimientos a Dios por el avance tecnológico, su preocupación por el mantenimiento de la paz y sus deseos de felicidad para los católicos del mundo impartiendo por primera vez una bendición apostólica por un medio de comunicación.

Desde ese día, Guillermo Marconi, inventor de la radio, abrió una vía de comunicación para la Santa Sede.

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Actualmente, en el Vaticano, se encuentra ubicado un museo que rinde homenaje a la historia de la radio en la Iglesia. Un espacio en el que se recopilan cientos de piezas radiofónicas que nos permiten viajar en el tiempo.

Dieciocho años más tarde, en 1949, cuando la televisión había alcanzado gran popularidad en el mundo, el Papa Pío XII fue el primer Papa en dar un mensaje por televisión, pretendiendo alentar a las comunidades cristianas a usar todas las herramientas que la técnica pone a disposición para anunciar la Buena Nueva de Cristo resucitado. Estos dos grandes acontecimientos fueron los que iluminaron a la Iglesia para la elaboración del decreto conciliar

Inter mirifica (sobre los medios de comunicación social), firmado por Pablo VI el 4 de diciembre de 1963, en el cual se dice que la Iglesia, urgida por la necesidad de Evangelizar, considera que forma parte de su misión predicar el mensaje de salvación, con la ayuda, también, de los medios de comunicación social, puesto que le corresponde el derecho originario de utilizar y poseer toda clase de medios de este género para su labor de salvación.

A la llegada del COVID 19 a Colombia, el 6 de marzo del 2020, y particularmente a nuestra arquidiócesis de Manizales el 15 de marzo del mismo año, la evangelización adquiere un nuevo reto que consiste en llegar a una

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población sedienta de Dios pero que también se encuentra atemorizada.

Como testigos del Evangelio debíamos dar continuidad a la formación de las comunidades y catequesis para los sacramentos en nuestra arquidiócesis, pero a la vez, llegar también a muchas personas que aún no habían escuchado la Buena Nueva.

que proféticamente la Iglesia ya había mirado de modo deferente años atrás como medios de evangelización. Sólo de esta manera llegamos a comprender la bondad que encierra un medio tan valioso para el ser humano, pero que a la vez se encuentra degradado por el consumismo, la pornografía y noticias tergiversadas.

En cuanto a lo particular, como seminarista de año de pastoral, nunca imaginé tenerme que enfrentar a un reto pastoral tan exigente como el que trajo consigo la llegada inesperada de una pandemia que paralizó al mundo entero, y que nos distanció socialmente hasta el punto de cambiar nuestras costumbres y comportamientos.

Superar las limitaciones para anunciar a Cristo acarrea consigo un agotamiento que es gratificante, ya que es producto de haber cumplido como pastores que juntamente con la comunidad, experimentan su mismos miedos y dudas. Creo que los retos son grandes aprendizajes, que nos estimulan a poner “nuestro casi nada, cuando Dios pone su casi todo”.

A la par con el párroco, teníamos algo claro: ¡No abandonar la barca!

Guiados por esta convicción y aleccionados por el Espíritu Santo, procedimos a encaminar nuestra comunidad para alentarla a que tampoco abandonara la barca como ya lo había enseñado el Papa Francisco en su bendición Urbi et orbi el 27 de marzo del presente año. Para realizar esta pastoral, tuvimos que recurrir a las herramientas virtuales

Los retos son los que verdaderamente nos van formando a lo largo y ancho de nuestras vidas, porque principalmente nos conducen a desconfiar de nuestras fuerzas, para abandonarnos en aquel que todo lo puede. No tengas miedo de buscar a Jesús, ni mucho menos de anunciarlo ¡La evangelización no tiene límites porque el amor de Cristo no tiene límites!

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120 AÑOS AL SERVICIO DEL EVANGELIO INVESTIGACIÓN

Breve recopilación histórica de la Arquidiócesis de Manizales

Al festejar este jubileo en medio de incertidumbres y dificultades por la crisis que enfrenta el mundo entero, aparece como fuente de gozo y ánimo la consideración del legado de nuestra Iglesia particular, la cual ha sido una auténtica historia de Salvación que se convierte hoy en signo de esperanza para todos, ya que no sólo permite redescubrir los orígenes, sino también vislumbrar un nuevo horizonte.

Previo a todo, hay que decir que la Iglesia Católica penetró en tierras de América con los primeros descubridores.

Algunos se han empeñado en demostrar que la religión

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cristiana se propagó en América por la fuerza de las armas, pero en realidad fue por la labor heroica de los misioneros que encontraron los métodos de la evangelización basados en la caridad, que, a su vez, estaba respaldada en la teología de la floreciente escolástica.

una aldea o una ciudad sin templo, podría ser cualquier otra cosa, menos un lugar civilizado, por ello ya para el 17 o 18 de noviembre de 1849 se construye la primera capilla pajiza.

La Iglesia pajiza y memorial de 1849

El territorio de la nueva población perteneció a la Diócesis de Santafé de Antioquia, hasta el año 1868, cuando fue creada la Diócesis de Medellín. Buscaron en su memoria y su atención fijóse en el Padre Bernardo José Ocampo, residente en aquel entonces en Marinilla.

Trecientos años más tarde, con la colonización antioqueña, llega la Iglesia Católica a “la Colina Encaramada”, la recién fundada Manizales.

Sin embargo para los antioqueños,

El curato en Manizales

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A él se dirigieron los vecinos, posiblemente en septiembre de 1849, ofreciéndole el curato y su respuesta fue aceptada. Ya estaba conseguido el cura. Ahora faltaba la erección de la parroquia. A este fin elevaron un memorial, que no tiene fecha, pero que debió ser escrito hacia el 17 ó 18 de noviembre de 1849, porque la información data de entonces. Al recibir la respuesta de obstrucción del párroco por no haber creación de parroquia eclesiástica, los colonos acometieron gestiones para obtener la creación de la parroquia, pues ya se decía que en 1850 estaba el padre Ocampo ejerciendo su ministerio.

Adjudicación de solares para la Iglesia y el cura Por el artículo 5 de un acuerdo dictado el 6 de julio de 1850 dispuso el cabildo, señalar y poner en posesión de sus sola-

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res a los vecinos pobladores, empezando así las diligencias el 24 y adjudicándoles 31 lotes.

Primer Párroco: Pbro.

Bernardo Ocampo Muy probablemente había venid a Manizales desde finales de 1849, pues se decía que para el año 1850 ya estaba ejerciendo su ministerio parroquial con el primer bautizado registrado a nombre de Luis Carlos Hoyos. El Padre Bernardo Ocampo había sido ordenado el 19 de julio de 1830 por el Ilmo. Dr. Fray Mariano Garnica, obispo de Antioquia; fue coadjutor de Marinilla, ciudad donde nació el 19 de agosto de 1806, Cura de Cocorná de 1836 hasta 1848.

Murió en Manizales en 1878.

El 20 de marzo de 1876 se le informó por medio de memorial al vicario capitular de Medellín, Mons. José Ignacio Montoya,

firmado por 276 personas, sobre la construcción de una capilla (la segunda) donde se colocó una virgen bajo el título de “la Cueva Santa”. El 10 de mayo de 1876 el cura José Joaquín Baena informa a Mons. Montoya que el terreno fue donado por la señora Elena Valencia, y que es un lugar apto para la vivencia eclesial.

La primera capilla fue construida donde hoy es la plaza de Bolívar y se levanta la Catedral. La capilla de la Enea, que no ha sido la primera en ser edificada, fue construida por el Pbro. Nazario Restrepo Maya, y fue dedicada a Nuestra Señora del Rosario. El 24 de octubre 1978 se erigió y el 29 de noviembre del mismo año se bendijo y se celebraron en ella los oficios divinos.

La cuarta capilla es la del hospital, el Pbro. Juan Pedro Marchetti se dirige al vicario capitular de Medellín informando que la capilla ya se

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encontraba concluida; en dicha carta pide la bendición y el permiso para celebrar los oficios divinos. El 30 de mayo el vicario capitular concede al vicario excusador, padre José Joaquín Baena que bendiga la capilla según el rito romano.

La visita pastoral de 1870 fue realizada por Monseñor José Joaquín Isaza, Obispo coadjutor de Monseñor Valerio Antonio Jiménez. En el acta de dicha visita se puede leer que se trata de una Iglesia en construcción, con una gran devoción al Amo Sacramentado. La Iglesia de Manizales está dedicada a Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá y las funciones del culto se celebran con toda solemnidad.

Historia y destrucción de los templos El año 1849 fue creado el municipio de Manizales. Ese mismo año fue creada la primera capilla, donde hoy se levanta la catedral. En 1857 se comienza a construir el primer templo con técnicas de la época, y es demolido en 1866. Tenía 15 metros de ancho por 64 metros de largo.

El 26 de agosto de 1888 se inicia

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la construcción del segundo templo, bajo la dirección del señor Mariano Sanz de Santa María. Culmina en 1897 y se convierte en la primera catedral en 1900, cuando el Papa león Xlll creó la Diócesis, la cual fue inaugurada en marzo de 1901.

Esta catedral fue destruida durante el incendio del 20 de marzo 1926. Una réplica suya se encuentra en el barrio de Chipre de la misma ciudad.

La nueva Catedral Después del incendio el 20 de marzo de 1926 el Señor obispo nombra la junta para la reconstrucción, la cual estuvo presidida por Monseñor Luis Carlos Muñoz. El presbítero Adolfo Hoyos Ocampo, el doctor Aquilino Villegas, el Doctor Emilio Arias, Don Rafael Jenaro Mejía y Don Manuel Felipe Calle.

Quienes tuvieron la responsabilidad de reconstruir la Catedral abriendo un concurso nacional e internacional para la presentación de planos, concurso que fue declarado desierto por no haber resultado satisfactorio.

Se resaltan los proyectos presentados por Benjamín Eduardo Canals Dussan de la

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ciudad de Bogotá, Jean Carlo Bonarda, ciudadano Italiano, y Manuel Rincón de nuestra ciudad de Manizales, quien era constructor de la Época.

A finales de enero del año 1928 llegaron los planos premiados a Colombia, que fueron aprobados por el Señor Obispo Monseñor Tiberio de J. Salazar y Herrera, con un área de 2.400 metros cuadrados. El 23 de diciembre de 1951, el papa

kOINÔNÍA Pío XII le otorga el título de Basílica Menor. Y en el año de 1984 el gobierno Nacional la declara Monumento Nacional.

Nuestra Iglesia particular de Manizales en su historia ha sido regida y orientada pastoralmente por ocho (8) Obispos sucesores de los Apóstoles, quienes han ejercido su triple función de enseñar, regir y santificar. Su último arzobispo fue Monseñor

Gonzalo Restrepo Restrepo, hombre sencillo y cercano.

Nuestra Iglesia particular hasta el día de hoy se encuentra en sede vacante orientada por el administrador diocesano Presbítero Efraín Cataño Arboleda. Desde 1947 hasta 1973 la Arquidiócesis de Manizales contó con la presencia de 4 Obispos Auxiliares. El clero de Manizales, se ha destacado por ser un clero culto, emprendedor y ejemplar.

BIBLIOGRAFÍA DUQUE BOTERO, Guillermo. Apuntes para la historia del Clero de Caldas. Medellín. Bedout. 1957 GÓMEZ OROZCO, Horacio. 120 Años de Creación de la Arquidiócesis. En: Revista Impronta. Academia Caldense de Historia. Manizales. Manigraf, 2020.

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EL SEMINARIO DE MANIZALES ANTE EL COVID 19 SEMINARIO

Una nueva situación que suscitó muchos interrogantes a la luz de la fe

de seguidores del Señor, que como discípulos aspiran a la configuración total con Jesucristo Sacerdote, Siervo y Pastor, debió marchar.

Mons. Luis Enrique Hoyos Ochoa Rector Saliente Seminario Mayor Ante la pandemia del COVID 19 que cubrió y espantó, sembrando pobreza, enfermedad y muerte en los continentes del mundo, el Seminario Mayor de Nuestra Señora del Rosario entró en aquella crisis generalizada, y en cumplimiento de los decretos y normas de salud promulgados por el Gobierno Nacional y Departamental, nuestra comunidad

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diversas maneras en los aconteceres de nuestra peregrinación en la historia de Salvación. La vida y lo que ella contiene es vocación: llamadas de Dios y de su providencia a cada Todos los seminaristas, instante, a la salvación y formadores y personal auxiliar bienaventuranza eterna, “Al Hijo tuvieron que dirigirse hacia sus Amado, Escúchenlo”. respectivos hogares y familias a fin de cumplir y observar el Como tardaba el retorno a la necesario y ordenado normalidad en esta casa del confinamiento con los cuidados Seminario Mayor, se procedió a higiénicos exigidos en procura de trasmitir clases virtuales a todos salud y vida. Este éxodo ocurrió a los seminaristas en sus partir del 17 de marzo de 2020. respectivos grados académicos por espacio de dos meses.

Nueva situación que suscitó muchos interrogantes a la luz de Además hubo comunicación y la fe: Dios no sólo habla con su comunión en oración y reflexión palabra Divina, también lo hace de por las redes sociales.

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SEMINARIO

Por especial gracia de Dios, y obtenida la respectiva autorización por parte de la administración municipal de Villamaría, en atención al protocolo presentado por nuestra institución, los alumnos del año Propedéutico regresaron a tareas presenciales y vida comunitaria el 1 de julio de 2020; los seminaristas de las etapas de filosofía y teología ingresaron de nuevo el 30 de julio del presente año para completar el primer semestre aún inconcluso, con la esperanza de iniciar el segundo semestre el primero de septiembre.

Invocado el auxilio Maternal de la Santísima Virgen María, Madre y Patrona, subimos nuevamente a la barca de nuestro querido Seminario, remando todos juntos, y cada uno con su remo esforzado y valiente queriendo dar respuesta al designio de Dios. La pandemia nos ha situado en el camino de las bienaventuranzas, en un seguimiento fiel del Señor Jesús: “El Pobre de Dios, el que tiene hambre de Dios, la misericordia encarnada, la paz en persona, el justo perseguido, el humilde y limpio de corazón”.

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Subimos nuevamente a la barca de nuestro querido Seminario, remando todos juntos

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SEMINARIO

LA FORMACIÓN SACERDOTAL EN TIEMPOS DE PANDEMIA

Jaider Bueno

Seminario Conciliar de la Inmaculada Concepción de María Santísima Pereira - Colombia III Teología En nuestro Seminario, una vez inició la pandemia, el Obispo y los formadores tomaron la decisión de enviarnos para nuestras casas como prevención a esta crisis que vive la humanidad. Frente a tal situación nuestro temor era: ¿Qué va a suceder con el proceso de formación? Y la solución, que a la vez fue un desafío, no sólo para nosotros sino para todo el mundo académico, fue la virtualidad. El desafío hoy es que nuestra formación sacerdotal debe estar más acorde a las necesidades de la realidad y al Concilio Vaticano II, que nos invita a leer con fe los “signos de los tiempos”. Una formación multidisciplinar, psicoafectiva y psicosocial, y una formación no ajena a la virtualidad, centrada en el discipulado, porque el reto más grande de la Iglesia para la sociedad en este siglo XXI es la Nueva Evangelización.

Luis Fernando Jarquin Seminario Mayor de Filosofía San Luis Gonzaga Matagalpa - Nicaragua Propedéutico En estos momentos de pandemia la formación se ha vivido de una forma más Virtual. Esto no detiene el proceso, ha generado elementos que permiten fortalecer nuestra vida y nos ayudan a descubrir con mayor ímpetu la profundidad de la oración. Además, esto no ha detenido la evangelización, sino que nos ha impulsado a usar nuevas formas de evangelizar.

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Keneth Rivas

Seminario Nacional Nuestra Señora de los Ángeles San José - Costa Rica Propedéutico

SEMINARIO

Este tiempo de pandemia ha sido de gracia y crecimiento espiritual. Acá en Costa Rica hemos llevado clases virtuales. Aunque hay un solo seminario diocesano en todo el país, durante este segundo semestre la formación de los seminaristas ha quedado en las manos de cada diócesis.

Los formadores del seminario solo dan un acompañamiento. Todo tiempo es bueno para responder al Señor, y en tiempo de crisis mundial el llamado se hace más fuerte.

Andrés Varela Sánchez

Seminario Misionero San José Medellín - Colombia I Teología

El reto de la formación en este 2020 ha sido algo extraordinario, la pandemia nos obligó a salir de nuestra casa de formación para realizar los estudios virtuales desde nuestros hogares. ¡Qué gran compromiso!, pues el proceso se tornó en una autoformación acompañada de nuestra familia. Nos hemos visto obligados a reinventarnos, pero es claro que este momento nos lleva a comprender mejor el Evangelio: Jesús vino a cambiar el mundo y marcó la historia, ahora también vivimos un cambio, y nos corresponde igual que Jesús marcar lo que acontece y continuar luchando. Debemos seguir orando para que esta situación acabe pronto, pero ésta nos ha dejado claro que se puede seguir a Cristo en cualquier circunstancia de la vida.

Wilfredo Ramiro Meoño Seminario Mayor Nacional de la Asunción Ciudad de Guatemala- Guatemala III Teología La experiencia de la pandemia ha sido una oportunidad en mi vida para recordar que en la vida no hay nada seguro, todo cambia, nada nos pertenece. La pandemia vino a cambiar el escenario de mi formación, el continuar la formación fuera del Seminario ha sido una oportunidad para vivir de cerca la realidad de mi familia, de mi comunidad y de muchas personas. Esta pandemia ha despertado en mí la esperanza, la perseverancia, la gratitud, la compasión y la caridad. Todo ha sido una lección del Buen Dios para mi vida.

José Carlos López Seminario Nacional Cristo Sacerdote La Ceja- Colombia I Teología ¿Quién lo iba a pensar? ¿Quién se iba a imaginar que mi proceso formativo con miras al sacerdocio ministerial se constituyera en “algo atípico por causa de una pandemia”?. Hoy por hoy, mi casa de formación es la casa de mis padres, mi apostolado lo vivo con ellos, las clases, conferencias, retiros y Misas las recibo por medio de una pantalla. Sin embargo, ha sido una experiencia de salvación que me hace estar agradecido con Dios que, aún en medio de esta situación inédita, me sigue llamando a entregarme por la causa del Reino.

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Nuestra Identidad SEMINARIO

Luis Horacio Villegas Seminarista III Filosofía

Los símbolos Institucionales son la Carta de presentación de una Institución, allí se encuentra representada su Identidad.

SLOGAN

“FORMANDO PASTORES AL SERVICIO DEL EVANGELIO”

En el año 2002, con el motivo de los 100 años del Seminario Mayor, se realizó un concurso con la finalidad de elegir un slogan como signo de representación del Seminario. Es así que fue seleccionado éste, el cual ha identificado a través de los años al Seminario Mayor de Manizales.

El corazón representa al Seminario Mayor. Se encuentra dentro de la silueta de la Catedral Arquidiocesana de Manizales como signo de que nuestra institución es el corazón de la Arquidiócesis. En la parte superior tiene escrito “Seminario Mayor Nuestra Señora del Rosario” y en la parte inferior tiene por escrito “Formando pastores al servicio del Evangelio”. El Seminario es una casa que forma a los seminaristas tanto en la fe cristiana como en su dimensión humana

ESCUDO

El Escudo y la Bandera fueron diseñados en el año 2020 por el Pbro. Dr. DIEGO ALBERTO URIBE CASTRILLON profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana de la ciudad de Medellín y miembro de la Academia de Historia Eclesiástica de Colombia.

Las cuatro rosas unidas en plata, hablan de la Virgen Santísima del Rosario, para que a su sombra se formen los futuros sacerdotes mirando los misterios de la vida de Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote. El fondo azur (Azul), hace referencia a la sabiduría, a la contemplación, a la vida espiritual profunda en la que se forman los futuros pastores de la Iglesia manizalita. Las flores de lis, tomadas de la tradición heráldica aparecen en los escudos como evocación de las virtudes teologales de la fe y caridad, iluminadas por la fuerza de la esperanza. Se refieren también a la nobleza de la raza caldense, afianzada En la piedad de los mayores. La aguja de la Santa Iglesia Catedral indica la flecha de la fe elevada hacia la gloria, emblema natural de la ciudad Arzobispal, signo de la pujanza noble del pueblo santo.

La cruz arzobispal da identidad a la Iglesia particular en 02 | www.postres.es la que fue fundado el Seminario.

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BANDERA

SEMINARIO

La Bandera está en dos campos, Azur y Blanco. Signos de la virtud y la fe que deben animar la formación de los Pastores según el Corazón de Cristo. Sobre los dos campos el escudo del Seminario.

HIMNO El himno del Seminario Mayor está articulado por el coro y tres estrofas. Éste fue compuesto y armonizado por el Pbro.

Bernardo Naranjo Giraldo; en él se destacan los ideales a alcanzar por parte de los que se preparan para servir a la Iglesia y al mundo desde su consagración particular en el ministerio ordenado. Por otra parte, en él se exalta a la Santísima Virgen María en su advocación del Santo Rosario, encomendándole la casa de formación de los pastores de la Iglesia particular de Manizales

EL CORITO DE NUESTRA SEÑORA Desde el año 1910 el Seminario Mayor de Manizales conserva una devoción a Nuestra Señora de los Dolores, bajo el nombre de “El Corito de Nuestra Señora”. Esta devoción fue creada por los mismos seminaristas y se ha mantenido a través de los años por la piedad y veneración de todos. Los días viernes, la familia del Seminario se une para expresar su fervor a la Madre por medio del canto y la reflexión, permitiendo en cada uno de los integrantes de la casa de formación una vida espiritual unida al testimonio y ejemplo de aquella mujer que nos trajo al Salvador del mundo. Cada año, el día 15 de septiembre se celebra una solemne fiesta en su honor.

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La vocación sacerdotal que

ETAPAS

algunos hombres reciben de

DE LA FORMACIÓN SACERDOTAL

descubriendo a lo largo del

parte del mismo Dios es un don que se va proceso formativo que el candidato va recibiendo en el Seminario

Cristian Mateo Martínez Seminarista II Teología

Ciertamente el hombre que se prepara para ser sacerdote, ha de tener una formación integral que le permita responder a las necesidades y los retos que el mundo actual le presenta,

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y es por esto que la Iglesia desde siempre ha velado para que los seminaristas puedan vivenciar de la mejor manera el llamado que Jesús les ha hecho. Para ello, la formación del candidato al sacerdocio ministerial ha sido dividida en diferentes etapas de manera que con el transcurrir de los años en el seminario se pueda tener mayor conciencia del ministerio sacerdotal. Estas etapas corresponden y se desarrollan de la siguiente manera:

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ETAPA PROPEDÉUTICA

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Es la primera etapa de vida en el Seminario Mayor después de haber pasado por un proceso de discernimiento guiado por la pastoral vocacional de la arquidiócesis. El objetivo de esta etapa consiste en “asentar las bases sólidas para la vida espiritual y favorecer el autoconocimiento del candidato, en aras del desarrollo humano y cristiano”. Su duración es de un año.

ETAPA DISCIPULAR Se le llama discipular a la segunda etapa de formación en el seminario, porque en ella se espera que el seminarista llegue a tomar la decisión definitiva y vinculante de ser discípulo misionero del Señor, teniendo en cuenta aquello de lo que habla el Evangelio: “los llamó para que estuvieran con Él” (Cfr. Mc 3, 14).

I FILOSOFÍA

El objetivo primordial de esta etapa es arraigar al seminarista en el seguimiento de Cristo, escuchando su Palabra, conservándola en el corazón y poniéndola en práctica. La duración de esta etapa en el Seminario Mayor de Manizales corresponde a tres años de estudios filosóficos.

II FILOSOFÍA

III FILOSOFÍA

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ETAPA CONFIGURADORA

SEMINARIO

I TEOLOGÍA

Aquí el Seminarista se concentra en la configuración con Cristo, para que, unido a Él, pueda hacer de la propia vida un don para los demás. La etapa configuradora se ordena a una conformación progresiva con Cristo Cabeza, Siervo, Esposo, Pastor y Profeta de la Iglesia.

Tiene como finalidad asegurar el proceso de la transformación en Cristo a fin de que el candidato llegue a la recepción del sacramento del Orden muy bien dispuesto. Esta etapa consta de cuatro años de formación en los saberes teológicos.

II TEOLOGÍA

IV TEOLOGÍA

AÑO DE FORMACIÓN PASTORAL MISIONERA El año de pastoral dentro de la formación sacerdotal del seminario es importante porque el seminarista tiene la oportunidad de profundizar y madurar su propia identidad cristiana, además podrá tener un acercamiento más concreto a la realidad diocesana realizando diferentes actividades apostólicas en comunión con el párroco y los fieles de la parroquia a la cual es enviado.

AÑO DE PASTORAL

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AÑO DE EXPERIENCIA

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ETAPA DE SÍNTESIS VOCACIONAL

SEMINARIO

Es la última etapa de la formación, normalmente coincide con el ejercicio del ministerio diaconal y se trata de un tiempo propicio para consolidar el proceso de maduración del candidato y la inserción a la vida en el presbiterio diocesano. Al culminar con éxito esta etapa el candidato es llamado para la ordenación sacerdotal.

Es bajo estos parámetros, que el candidato a las ordenes sagradas se va preparando de manera académica, comunitaria, pastoral y espiritual a fin de que el ministerio que le es conferido pueda ser de frutos abundantes para la Iglesia y las comunidades a las cuales es enviado como pastor del rebaño y misionero de Jesucristo el Señor

SECCIÓN ADULTOS Y PROFESIONALES Desde hace 25 años nuestro Seminario ofrece la posibilidad para que personas entre 25 y 35 años, o aquellos que poseen una carrera profesional, accedan a la formación para recibir las órdenes Sagradas. Su proceso presenta algunas variantes como la exención de la etapa propedéutica y el año de Pastoral

EQUIPO DE FORMADORES

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VOCACIONES

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VOCACIONES

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LA SANTIDAD COMO PROYECTO DE VIDA Andrés Mauricio Campiño Seminarista Año de Pastoral

Son varios los documentos del Magisterio de la Iglesia que, haciendo eco a las palabras del Señor en el Evangelio: “sean santos, como su Padre celestial es santo” (Mt 5,48), exhortan sobre esta prioridad en la vida del bautizado. Tal vez, los más populares, reconocidos o mencionados sean: la Constitución Dogmática “Lumen Gentium” sobre la Iglesia del Concilio Vaticano II, varios numerales del Catecismo de la Iglesia Católica y la Exhortación Apostólica “Gaudete et Exsultate” del Papa Francisco sobre el llamado a la santidad en el mundo actual.

Toda esta enseñanza, recopilada y explicitada, se propone hacer reflexionar a los creyentes para que, emprendiendo un verdadero proceso de conversión, logren desinstalarse de las falsas seguridades que ofrece el pecado y recobren el estado de gracia perdido por la soberbia humana y el engaño del Maligno. Una vez recorrido este camino, en lugar de excusas serán notorios los resultados.

En esta oportunidad, en lugar de exponer el contenido de los tres textos ya mencionados, se ofrece una apreciación personal sobre este importante tema. Quien escribe estas líneas anticipa y reconoce sin complejos de falsa humildad lo mucho que le falta para alcanzar el ideal de la santidad. Es válido reconocer la condición pecadora cuando se confía en la ayuda divina para “vencer al mal a fuerza de bien” (Rm 12,21).

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Son muchos los cristianos que se han santificado sin saberlo, y estos sí que podrían llamarse “santos inocentes”

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Con toda certeza, quien ha abrazado la fe vive una permanente tensión entre el pecado y la gracia; con justa razón el Apóstol Pablo advierte: “quien se sienta seguro, tenga cuidado de no caer” (1Cor 10,12) y, animando a los creyentes para no desfallecer en el intento, también añade: “cuanto más se multiplicó el pecado, más abundo la gracia” (Rm 5,20). La satisfacción viene de saber que el creyente aspira a la santidad, no para recibir el aplauso del público, sino que la verdadera y única intención es agradar a la Trinidad Santa.

Siempre será erróneo pensar que ser santo es sinónimo de ser retraído, tímido o apocado. Al contrario, la santidad es para personas decididas, que hacen lo que les corresponde y un poco más para Gloria de Dios, bien de los hermanos y la propia santificación.

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De hecho, son muchos los cristianos que se han santificado sin saberlo, y estos sí que podrían llamarse “santos inocentes”, ya que por la sencillez de sus existencias han pasado desapercibidos para el mundo, pero quien es tres veces Santo ha tenido a bien recompensarlos.

Quien pretenda alcanzar la santidad deberá atender a las recomendaciones del Divino Redentor: “permanezcan en mi amor” (Jn 15,9), y recibir el consejo de San Agustín: “reza como si todo dependiera de Dios y trabaja como si todo dependiera de ti”.

El bienaventurado Carlo Acutis, “ciber-apóstol de la Eucaristía”, interceda por la Iglesia en este buen propósito.

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Entrevista UN MILLENNIAL EN LOS ALTARES Ivan De La Cruz Santiago Promotor Asociación Amigos de Carlo Acutis en Colombia Barranquilla

La reciente beatificación de Carlo Acutis ha generado gran impacto en la Iglesia, pues su juventud y estilo de vida han servido de inspiración a muchos que necesitan crecer en la fe. La revista Koinonía desea compartir la experiencia de un joven colombiano, que, a ejemplo de Carlo, ha querido convertirse en ciberapóstol para propagar la fe y la devoción a este beato en nuestro país.

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¿Cuándo empezó esta aventura de Fe?

Ante lo que afrontamos en el mundo, todo esto llegó a mí como una luz de esperanza. Yo siempre he sido un joven devoto y fiel creyente, hoy soy misionero y catequista, tengo un grupo de personas a las que evangelizo e instruyo. Conocí a Carlo este año, en el mes de abril, justo el mes de mi cumpleaños. Tuve contacto con su vida a través de un video publicado en YouTube. Es increíble todo lo que vivió este adolescente de tan solo 15 años, me impactó tanto, que dije: “yo tengo que hacer que las personas lo conozcan, y mucho más los jóvenes, seguramente será un gran ejemplo para ellos”. Así lo hice.

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¿Cómo surgió esta ola Acutis en las redes?

En efecto, son muchas personas que se han sentido impactadas. Hay muchas cuentas dedicadas a él. Sin embargo, existen las páginas oficiales en cada país, las cuales están en convenio con la Asociación Oficial de los Amigos de Carlo Acutis, en Italia. Todos somos una gran familia y sostenemos contacto permanentemente. Me vinculé gracias al encargado de la Asociación de Carlo Acutis en Argentina, un seminarista llamado Diego Oliveira, él me habló y me propuso ser parte de este proyecto. Yo personalmente había creado un perfil en las redes sociales. Éste, en una noche obtuvo más de 100 solicitudes de amistad en Facebook y 80 seguidores en Instagram.

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¿Haz sentido que Carlo te ayudado en todo esto?

Por supuesto que sí. Carlo me ha ayudado muchísimo respecto a todo este tema de la evangelización digital. Yo no tenía un conocimiento avanzado, usaba lo normal. Desde que comencé esta aventura de fe, le hablé como a un amigo y pedí su ayuda. Por gracia de Dios aparecieron personas brindando colaboración, apoyo para extender su devoción, he aprendido y he hecho cosas que jamás pensé hacer.

Sin lugar a dudas es un trabajo muy duro y pesado, tengo que atender a muchas personas que me escriben diariamente pidiendo ayuda, pidiendo oración, pidiendo más información; y bueno, pues ahí he estado, los atiendo con mucho cariño, cuando trabajas con amor, ese trabajo se hace liviano y es un gusto poder hacerlo a pesar de lo exigente que puede ser.

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¿Tienes una vivencia personal que quieras contarnos relacionada con la devoción a Carlo?

Una vez estaba en mi cuarto a punto de irme a dormir, me dirigí a él en oración y le pedí su ayuda en este proyecto, para poder hacer todo de la mejor manera. Al siguiente día encontré una cantidad de mensajes, entre ellos había uno muy especial.

Era un mensaje que le hizo llegar un señor a la mamá de Carlo, a la señora Antonia Salzano, y ella muy amablemente nos envió un saludo especial acá a Colombia. En el saludo en audio ella estaba hablando un poco en español, yo me quedé sorprendido, sentía como si él me hubiese respondido a través de su mamá, fue muy conmovedor.

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A partir de la experiencia que has tenido, ¿qué dirías tú a los jóvenes?

Bueno primero que todo, comienzo citando las palabras de Carlo: "todos nacemos como originales, pero muchos mueren como fotocopias”. A partir de esto les diría que no tengan miedo, que la verdadera alegría está en ser uno mismo, en mostrarse tal cual somos, sin máscaras, sin pretender querer aparentar lo que no somos, sólo por agradar a alguien. Yo los animo a dejar huellas, no cicatrices, a ser un buen testimonio para los demás, a hacer buen uso de las redes y poder contribuir para que este mundo y las nuevas generaciones que vienen, tengan motivos para vivir.

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"LA VOCACIÓN ES SIEMPRE UNA INICIATIVA DE DIOS" SS. FRANCISCO Todo hombre está llamado a una vocación, a ser feliz en su vida diaria. Esta invitación y proyecto de vida que tiene cada persona lo lleva a descubrir el plan de Dios en la existencia de cada uno, por eso es necesario acallar los miedos y los prejuicios para adentrarse en su corazón y dar una respuesta generosa a la llamada que el Señor hace en los más profundo de su ser.

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Dios realiza llamados particulares en algún momento de la vida: a unos los llama a la vida del matrimonio, donde hombre y mujer forman un solo cuerpo, una sola alma, bajo la bendición del Padre del cielo, donde son invitados por Él a ser santos en medio de la cotidianidad, a dar testimonio en medio de un mundo que quiere destruir la familia, que quiere destruir el matrimonio y se quiere sacar a Dios de todo ámbito social.

Juan Carlos Gómez Seminarista II Filosofía

Un sacerdote no se hace el día de su ordenación, es un proceso permanente que comienza desde que inicia en el Seminario y que va más allá, incluso hasta la muerte

VOCACIONES Existe una vocación a la vida religiosa o contemplativa, donde se configura el ser con Cristo y donde se vive de una manera que su corazón no anhela otra cosa sino el cielo, a poder vivir plenamente en una unión con Dios y este estilo de vida se hace realidad viviendo en y para la comunidad, reconociendo al hermano como el mismo Cristo; es un llamado muy especial por Dios, que invita a renunciar a sí mismo, al egoísmo y a soportar al otro como lo dice San Pablo “sean humildes y amables, sean comprensivos y sopórtense unos a otros con amor” (Ef 4,2). Quien sostiene esta vida es el mismo Dios por medio de la comunidad y de la oración constante, refle-

kOINÔNÍA jando a Cristo a través de las actividades cotidianas (barrer, trapear, cocinar, etc.…) y donde el servicio al otro es la clave fundamental para encontrar al Amor que viene en busca de quien se dona, donde se ha comprendido que, si Jesús ha dado amor, lo menos que se puede hacer es dar amor, pues “amor con amor se paga” (Santa Teresita).

Como dice el Papa Francisco, el sacerdote es una persona consagrada a Cristo, que tiene “olor a oveja”, que está en todo y con todos, el sacerdote es capaz de donarse a una comunidad, el sacerdote posee todos los carismas y trabaja con todos,

guiando un pueblo, donde cada persona, a través de experiencias de fe, encuentre la verdad en Dios que nos ama como Padre amoroso.

El sacerdote no es un santo, es una persona que, con sus muchas falencias, dificultades, limitaciones, ha tenido el coraje y la valentía de dar un “sí” al Señor que un día lo llamó, porque en la debilidad, Dios muestra su gracia y su misericordia. “un sacerdote no se hace el día de su ordenación, es un proceso permanente que comienza desde que inicia en el Seminario y que va más allá, incluso hasta la muerte”.

El Seminario es nuestra casa de formación, donde se gesta el primer amor. Es aquí donde nosotros como seminaristas nos entregamos a Dios, donando nuestra vida cargada de ilusiones, de sueños, de alegrías, y hasta de tristezas, donde el Señor en su infinito amor nos llama a seguirlo y nosotros con todas nuestras debilidades le respondemos para servir a nuestros hermanos, a una comunidad, porque es allí donde experimentamos el amor del Padre.

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VOCACIONES

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EXPERIENCIA DEL APOSTOLADO DEL SEMINARISTA

Carolina Hoyos Londoño

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Ser madres espirituales ha sido un don que Dios ha apuesto en nuestro corazón.

Es un compromiso a orar constante y fervientemente por la suscitación de nuevas vocaciones sacerdotales, la santificación de los sacerdotes y la perseverancia y disposición de corazón de nuestros seminaristas para que Dios pueda hacer su obra en ellos.

Sabemos que no es fácil para un

joven responder al llamado sacerdotal; implica compromiso y renuncias al mundo, abrir su corazón al llamado que Dios que tiene para su vida y hacer su voluntad. Este acto requiere de mucha oración y es ahí donde empieza nuestra labor espiritual, donde lo abrazamos con nuestras oraciones, eucaristías, rosarios, ayunos y sacrificios, para que su fe sea fortalecida y se sientan acompañados.

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Nuestros corazones quedan llenos de gozo al saber que estamos contribuyendo a construir el reino de Dios en la tierra Nuestra experiencia como madres espirituales en estos dos años que llevamos vinculadas al Seminario Mayor de Manizales ha sido muy grata y de continuo aprendizaje, pues cuando comenzamos no sabíamos cuál era la mejor manera de proceder y buscar un equilibrio perfecto.

Fue así como simplemente nos abandonamos y confiamos en el Espíritu Santo quien ha ido inspirando nuestras oraciones y acciones; siempre buscando que este apostolado sea fundamentalmente de oración y que a través de él podamos apoyar a nuestros jóvenes seminaristas en actividades relacionadas con su bienestar y salud.

Orar por la santificación de los sacerdotes y el surgimiento de nuevas vocaciones sacerdotales debe ser una labor de todos los fieles. Rogamos fervientemente al dueño de la mies que envíe obreros a su viña, pues la mies es mucha y los obreros son pocos.

Pedimos qué haya un verdadero avivamiento en la vida de los jóvenes; que sus corazones sean dóciles al llamado que Dios les hace y sean lo suficientemente valientes para dar su Sí, su hágase en mi según tu palabra, don admirable.

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Cada vez que tenemos la oportunidad de compartir con ustedes, muy apreciados seminaristas, nuestros corazones quedan llenos de gozo al saber que estamos contribuyendo a construir el reino de Dios en la tierra. Este mundo ahora más que nunca necesita de jóvenes comprometidos con la iglesia católica, que estén dispuestos hacer los brazos y los pies de Jesús aquí en la tierra. Necesitamos ministros del señor, hombres con ardor de santidad, con verdadero compromiso de morir al hombre viejo y ser nuevas criaturas en Cristo Jesús, para así ser la luz del mundo. Confiamos en ustedes, sabemos que se encuentran en las mejores manos, cuentan con nuestras oraciones y con nuestro compromiso de orar todos los días por ustedes, futuros pastores del rebaño.

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RACISMO María Eugenia Marín Magíster en tecnología de la educación

Empecemos definiendo el racismo como una teoría de superioridad de un grupo sobre otro grupo, que pertenecen a diferentes razas o etnias. El racismo procura un orden jerárquico entre los grupos étnicos con el fin de justificar los privilegios y ventajas de las que usufructúa el grupo dominante.

El Racismo es el rechazo por diferencias biológicas hacia una persona a quien se le considera de raza inferior, es decir, es una ideología de superioridad. En este caso también podemos hablar de la xenofobia, ésta proviene del griego xenos que significa “extranjero” y phóbos que significa “miedo,” por lo tanto, es un rechazo únicamente hacia las personas extranjeras.

Dicho en otras palabras, es un prejuicio, que se fundamenta en la supuesta idea de que algunas etnias son superiores a otras, sea por el color de piel, pensamientos, opiniones, creencias, inteligencia, cultura o carácter.

La mayoría de las veces, el racismo se asocia tan sólo al prejuicio contra los negros, sin embargo, las actitudes racistas también pueden expresarse contra cualquier raza o etnia, sean negra, india, blanco o asiática, entre otras.

El racismo es un sentimiento de desprecio y superioridad que algu-

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CURIOSIDADES El Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial es conmemorado el día 21 de marzo de cada año.

Algunos íconos que han luchado en contra del racismo en diversas partes del mundo han sido Martin Luther King, Nelson Mandela, Oskar Schindler, Rigoberta Menchú, entre otros.

La práctica del racismo es considerada un crimen que no puede pasar desapercibido, el cual es castigado con una pena de varios años de prisión según lo establecido en la ley nacional. nas personas tienen y demuestran hacia otros individuos que supuestamente son diferentes a ellos. Por esto, el racismo suele conllevar a la discriminación e incentivar ciertos antivalores, como el irrespeto, el odio, la intolerancia y la injusticia.

Hemos visto en nuestra historia que el racismo se ha manifestado de diferentes formas: en la esclavitud como forma de dominación; en el apartheid, como sistema político de discriminación racial en Sudáfrica; en el holocausto, para exterminar a los judíos, así como en el colonialismo

europeo, el imperialismo o en ciertas políticas de blanqueamiento impulsadas por algunas naciones americanas.

Dentro de las principales causas del racismo puedo considerar las siguientes: Diferencias ideológicas, el etnocentrismo, que impone la idea de superioridad de un grupo humano sobre otro, la diversidad de creencias religiosas, la intolerancia a lo que es diferente, la discriminación, los discursos basados en el odio, los prejuicios sin base o razón.

De allí la importancia de volver a practicar la tolerancia y el respeto, y de entender y reconocer que todos los seres humanos tenemos los mismos derechos y que la vida de todos vale lo mismo.

De lo contrario las consecuencias del racismo pueden ser la generación de odio hacia aquellos que son diferentes, la división de la sociedad en diferentes grupos, maltratos y hostigamientos constantes de un grupo sobre otro.

Cierto sentimiento de superioridad por parte de quienes practican el racismo, la esclavitud, como forma de dominación, el apartheid, como forma extrema de discriminación política, masacres y genocidios, como los que estaos viviendo.

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DERECHO A LA VIDA D.P José German Hoyos Salazar

Hoy la vida, cada vez se ve más amenazada por el trepidar de llamas de cañones, misiles, bombas, tanta sangre inocente derramada, la vida más amenazada. Siempre ha sido así; la historia no es otra cosa que el registro de conflictos lacerantes, desgarradores, que han jalonado el transcurrir de la vida con innumerables víctimas humanas y desde que el mundo tiene historia, el hombre se ha levantado contra el hombre y contra la naturaleza, por eso, han muerto millones como consecuencia de cataclismos naturales (terremotos, inundaciones) y de cataclismos sociales (guerras, revoluciones). Hoy mueren más personas que antes, pero no víctima de un cataclismo natural o social. Los millones que mueren cada año son víctimas de tres instituciones de alta confiabilidad; tres instancias a los cuales Dios, la naturaleza y la sociedad, les entregaron el precioso legado, "cuidar la vida". Esas tres instituciones son: la familia, el profesional médico y el estado. Tres instituciones donde el factor confianza es decisivo.

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La vida del bebé que ya comienza a gestarse, es confiada a papá y mamá; ellos tienen el derecho y el deber de velar por ese embrión lleno de anhelo y de esperanza. Luego, el profesional de la medicina presta un juramento: "A nadie daré veneno mortal, voy a respetar la vida del niño en el seno de su madre"; se convierte en colaborador de confianza de los padres.

En medio de estas dos instancias, está el Estado, que es la expresión jurídica de la sociedad y tiene como misión ser el garante y gerente de los derechos y deberes humanos, cuidar la vida particularmente de aquellas vidas que desprovistas de otras tutelas, quedaran expuestas a perecer. Ahora bien, estas tres instituciones, han entrado en una siniestra confabulación concertada para generar una conspiración contra la vida y como subproducto de ello, una anticultura de la muerte. ¿Cuándo, quién lo ha hecho, dónde consta lo dicho antes?

Todos conocemos la respuesta, en el ABORTO y en la EUTANASIA.

MUNDO En el aborto, la madre actúa allí contra su ley primaria, su instinto más fino; ella fue creada para acunar, para ser de algún modo la primera experiencia del niño en el umbral de los brazos de Dios y voluntariamente traiciona esa vocación de cuna y abraza la vocación de verdugo, sepultura y tumba de la vida que ella misma concibió.

Ya hay aquí una terrible traición, el comienzo de una conjura de la muerte contra la vida. Luego viene el profesional de la medicina. y violando la ética primaria de su vocación, coloca su conocimiento y sus destrezas, al servicio de la muerte, lo contrario para lo cual estudió. Finalmente, el Estado tiene su legitimidad en el hecho que como es un consenso social legítimamente expresado, se levante como garante de los derechos humanos y de los correlativos deberes, los cuales tienen su raíz en la vida.

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kOINÔNÍA Si el ser no puede vivir, para qué derechos.? He aquí, que el Estado, violando su razón de ser, levanta la mano y dice: "Yo, en lugar de tutelar con mi mano protectora la vida del que ha de nacer; con mi autoridad, decreto que se ampare al padre y la madre y se le ayude al médico a perpetrar ese crimen contra la vida inocente e indefensa.

Yo protejo a quien va a realizar ese crimen. Yo levantaré mi mano para castigar a quienes traten de impedir que el crimen se ejecute."

¿Qué tenemos que hacer frente a esta catástrofe abominable del aborto; pero particularmente, el aborto legalizado, el aborto recubierto bajo la idolatría, que se llama libertad; el aborto amparado por la constitución de los estados?

Qué otra conducta es merecedora del calificativo de terrorismo que la agresión brutal, violenta, no avisada, contra una criatura inocente, indefensa, que no tiene ninguna responsabilidad, a la cual se le escoge como víctima para prevenir situaciones inconfortables.

Acción que quema las conciencias y hace gemir los corazones. ¿Seguiremos contemplando cobardemente, con el silencio de los que no tienen coraje de hablar sobre tan abominable crimen? Y peor todavía, un crimen ejecutado en nombre de la libertad. Somos libres para hacer lo que queramos.

Libertad, libertad, ídolo intocable.

La víctima inocente e indefensa, allí, en el santuario interior del útero materno, es atacada en un acto que manifiesta una actitud salvaje, brutal, de dominio, de desprecio de la vida, no merece otro calificativo que llamarlo terrorismo. Cuando se practica con intencionalidad, se despenaliza primero y se legaliza después, instaura en la sociedad una nueva estrategia de poder.

MUNDO

Ahora el poder no radicará en la fuerza del derecho, será sinónimo de la violencia, se instaurará una categoría de opresión brutal; cada vez que una vida le signifique un obstáculo, un impedimento, una disminución en un interés, yo, con el auxilio del estado y de la ciencia médica, voy a eliminar la vida que ha empezado a molestar el desarrollo.

Una sociedad basada en legitimar el aborto, es una sociedad que ya optó por la violencia; es una sociedad que está sentada bajo la base del terrorismo; es un volcán en explosión; después, nadie tiene derecho a quejarse cuando se sembraron las raíces de una cultura basada en la opresión de los fuertes sobre los débiles e indefensos.

La lógica del aborto es así, una vez que se permite la eliminación de la vida del que está por nacer, se tendrá que permitir la eliminación del que está por morir. La Eutanasia. Se pasa rápidamente de un estado a otro, las vidas que precisamente reclaman compasión, misericordia, mejor delicadeza y fidelidad, son las que reciben un brutal menosprecio y sentencia lapidaria de eliminación.

Esa no es la voluntad de Dios. No es la voluntad de las democracias merecedoras de ese nombre.

Todo estado que admita la legalización del aborto y de la eutanasia, es un estado que no merece llamarse estado, ha renunciado a ser un estado de derecho y no merece llamarse democrático, porque en una democracia, todas las vidas tienen el mismo valor, no hay ciudadanos de primera o segunda categoría; en un estado democrático no rigen las leyes de un circo romano, donde, el César o la multitud, pulgar arriba o pulgar abajo, determinaban quienes pueden vivir o quienes deben morir.

Hay que provocar un remezón de la conciencia.

Basta ya de silencios cobardes, de silencios y complicidades vergonzosas; no hay que herir a las personas, pero si hay que herir las conciencias, remecerlas para que despierten a la sociabilidad de la vida; dejemos de construir esa falsa cultura en la que se enfatiza la prepotencia, las categorías de dominio y de poder, para darle lugar a una cultura del respeto, de la contemplación, de la misericordia, de la ternura, especialmente a los más débiles.

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CATEQUESIS

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¿ESTAMOS ABANDONANDO LA TRADICIÓN?

Pbro. Camilo Andrés Castellanos Delegado Arquidiocesano de Liturgia

«La Iglesia, abrazando en su seno a los pecadores, es a la vez santa y siempre necesitada de purificación y busca sin cesar la conversión y la renovación» (L.G. 8).

Porque es semper purificanda, Ella ha conocido, a lo largo de su historia, períodos de incoherencia entre fe creída, fe celebrada y fe vivida; porque es sancta, ha conocido también, durante dichos períodos, una gran variedad de iniciativas de pœnitentia et renovatio, nacidas del deseo, de muchos de sus hijos, de vivir con radicalidad el don del Bautismo. Éstos, dóciles al Espíritu del Resucitado que todo lo hace nuevo (Cf. Ap 21, 5) y movidos por un profundo sentido eclesial, han reconocido el imperativo de ir a la Tradición, y han hallado en ella el camino para promover soluciones eclesiales que, en cada momento, han generado un sorprendente florecimiento de vida cristiana.

En la base de estos procesos, salvados los límites propios de épocas y lugares, hay una ponderada comprensión de la esencia de la Iglesia, que «no es una institución pensada y armada en un escritorio..., es una realidad viviente... Ella vive a través del tiempo en un constante llegar a ser, como todo ser viviente, transformándose... Sin embargo, en su esencia, 1 permanece siempre la misma, y su corazón es Cristo” .

1

Guardini, Romano, “La Iglesia del Señor”, 1965, citado por Benedicto XVI, 28-022013: La Chiesa «non è unꞌistituzione escogitata e costruita a tavolino..., ma una realtà vivente... Essa vive lungo il corso del tempo, in divenire, come ogni essere vivente, trasformandosi... Eppure nella sua natura rimane sempre la stessa, e il suo cuore è Cristo. Insegnamenti IX, 2013, LEV, 2014, p.281. Traducción del autor.

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La Iglesia, que no es una institución pensada y armada en un escritorio, es una realidad viviente. Ella vive a través del tiempo en un constante llegar a ser, como todo ser viviente, transformándose.

Así lo entendió, por citar un ejemplo reciente, en el Concilio Vaticano II, que se propuso, como objetivo primordial «acrecentar cada día más la vida cristiana entre los fieles, adaptar mejor a las necesidades de nuestro tiempo las instituciones que están sujetas a cambio, promover cuanto pueda contribuir a la unión de todos los que creen en Cristo y fortalecer todo lo que sirve para invitar a todos al seno de la Iglesia» (S.C. 1).

Pero no todas las iniciativas de pœnitentia et renovatio han seguido esta ruta. Algunas -no pocas-, ignorando, con o sin culpa, la dimensión dinámica de la Iglesia, al ir a la Tradición, la han “traicionado”: haciendo de ella un absolutum -algo “desvinculado”-, han falseado su vocación de ser brújula para encontrar la unidad católica, y la han convertido en obstáculo para alcanzarla. Este es, por ejemplo, el camino recorrido por los cismas que, apelando a la Tradición, la han hecho coincidir, erróneamente, con aquello que en la Iglesia es devenir, con las instituciones que están sujetas a cambio. En la raíz del problema se encuentra la soberbia del intelecto, que excluye toda posibilidad de comunión y termina por demostrar, paradójicamente, que «el saber de este mundo es locura» (1Co 1, 20).

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Es innegable que la Iglesia vive, desde hace algún tiempo, un período en el que se viene confrontando, cada vez más de cerca, con su condición de semper purificanda; es evidente que los síntomas de esta crisis, razonablemente, se perciben con fuerza en ámbito litúrgico, pues «la liturgia es la cumbre a la que tiende la acción de la Iglesia y, al mismo tiempo, la fuente de donde mana toda su fuerza» (S.C. 10): la crisis de la fe celebrada no hace más que denunciar la crisis de la fe creída y vivida, situación que abre las puertas a una reflexión madura y siempre necesaria, acerca de la importancia capital de la renovación litúrgica en el proceso de renovación eclesial; es esperanzador, finalmente, saber que la “crisis” es una provocación para la Iglesia, que la invita a confiar en su condición de sancta, y a entrar en una dinámica seria de pœnitentia et renovatio.

La Iglesia nunca ha abandonado y nunca abandonará la Tradición, porque la Tradición de la Iglesia es Cristo y su Evangelio. Pero se hace absolutamente necesario que todos los miembros de la Iglesia hagamos un ejercicio de conversión eclesial y de humilde sometimiento a la sabiduría de Dios que nos permita entender que «este tesoro lo llevamos en vasijas de barro» (2Co 4, 7) y actuar en consecuencia: no podemos permitirnos, en ningún modo, el atropello de la banalización del tesoro, ni la falsedad de considerar las vasijas más importantes que su contenido.

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Agradecimientos “UNA MAÑANA, EL SEMBRADOR”…

(MT. 13, 3.8) Alejandro Martínez Suárez Seminarista III Filosofía

La humana existencia, don recibido de Dios, posee en sí misma todas las potencialidades para desplegar las más bellas expresiones que, se manifiestan como futuro prometedor en la edificación de un mundo que cada vez más se ve necesitado de la contemplación de la vida, la naturaleza, los dones y capacidades recibidos.

Es pues de esta manera, como Dios empieza a soñar con el hombre, y lo sitúa en el gran campo del mundo… tierra bruta, sometida a los avatares de la cotidianidad y a las inclemencias de los tiempos cambiantes; pero a su vez, tierra fértil y expectante de manos trabajadoras, corazones generosos y servicio desinteresado, que puedan de forma sencilla ir disponiéndola hasta hacerla fecunda y lograr el germen de una cosecha que satisfaga los más recónditos y nobles anhelos de la humanidad.

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El Dueño del campo, suscita constantemente con providencia y solicitud, en todo tiempo y lugar el deseo profundo en algunas personas para dedicarse al servicio de la mies, siendo este el motivo para que muchos y muchas, ofrezcan la prenda mejor de su corazón, convirtiéndose así en el nacer de la esperanza para los que nunca la han tenido o la han perdido, y la fortaleza de la misma, para quienes flaquean al vaivén de los vientos huracanados que advienen al nuevo mundo; seminaristas, diáconos, sacerdotes y religiosos, son el cumplimiento de la promesa aquella de “les daré pastores según mi corazón” (Jr. 3,15).

“Pidan al Dueño de la mies, que envíe operarios a su mies” (Mt. 9,38), son las palabras de un Sembrador, que no solo preocupado por la cantidad considerable de trabajo, se ocupa de las condiciones que puedan favorecer la presencia viva y eficaz de sus jornaleros;

kOINÔNÍA es por ello, que en el grupo de estos, permite también la presencia de otros trabajadores, que con voluntad elevada, ánimo alegre y espíritu pródigo, se unen a la noble causa, al apostolado de la esperanza; se trata pues ya no de ministros consagrados como tradicionalmente es entendido, sino de otras personas e instituciones, que sin importar las motivaciones, se vinculan de diversas maneras a la empresa de la salvación, actuando expresamente desde y con la generosidad de su espíritu en la oración, hasta el desprendimiento y la donación de bienes materiales, también recibidos de Dios; ¡grande el Señor, que todo lo prevé!, ¡grande el Señor, que se entrega sin reservas!, ¡grande el Señor, que suscita vocaciones!, ¡grande el Señor, que las sostiene íntegramente con la bondad de otros muchos!

La presencia de los benefactores tanto espirituales, como materiales, son la manifestación de un Dios providente, que antes de sembrar en el mundo y en sus ministros ya ha sembrado anticipadamente en otros, que desde su propia condición e incluso en el silencio, se ha convertido en otros apóstoles de la verdad y la esperanza. Con esta convicción, exulta de gratitud, confianza y alegría nuestro corazón, primeramente para con Dios, Divino Arador y en segunda instancia, para con todos aquellos que han contribuido a la formación de los pastores de cada tiempo; sin agotar el número de todos estos, incluyendo quienes permanecen y contribuyen silenciosamente, expresamos nuestra gratitud a las

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La presencia de los benefactores es la manifestación de un Dios providente, que antes de sembrar en el mundo y en sus ministros ya ha sembrado anticipadamente en otros Damas Voluntarias Vicentinas, a la Fundación Luker, a la Red Agroveterinaria, a las Damas del Apostolado Seminaristas, al Grupo de Intercesión por la santificación de los sacerdotes, y a otros tantos que aman a Dios, al mundo y al hombre, entregándose y preocupándose por quienes son y serán los pastores del Rebaño del Señor, quien antes de sembrar ya ha sembrado; finalmente, todo esto desvela el secreto del sentido de la vida, en el que vale la pena tener corazón si este encuentra razones para palpitar.

CONSEJO EDITORIAL Fundador PBRO. ARTURO CARDONA CHICA, S.S + Director PBRO. JOSÉ SILVANO PERALTA HERNÁNDEZ Equipo de Redacción y Diseño ANDRÉS FELIPE JARAMILLO CORREA CRISTIAN CAMILO FRANCO MEJÍA EDGAR SEBASTIÁN SARCHI CHINGUAL JHON EDISON VÁSQUEZ AGUDELO MARTÍN HUMBERTO MONTES LONDOÑO

Reina Dolorosa, Virgen del Rosario, por tu Seminario ruega sin cesar.

TĂş que te ofreciste con tu Hijo Amado, ven a nuestro lado, Madre sin igual.