Infecciones respiratorias
TB, lo que provoca un frecuente retraso diagnóstico. Ésta es la causa del inicio tardío de la terapéutica, con la consiguiente mayor gravedad de la enfermedad y la posibilidad de que persistan secuelas importantes. Además, el tiempo más prolongado de expulsión de bacilos mantiene la capacidad de contagio, y por tanto, de extensión y perpetuación de la TB en la sociedad.
subagudas progresivas, con síntomas respiratorios y generales y en otros casos con un inicio insidioso en que los enfermos están asintomáticos o tienen síntomas prácticamente indistinguibles de la progresión de algunas enfermedades crónicas que pueden presentar los pacientes. Un alto índice de sospecha y una radiografía de tórax compatible, nos inducirán a practicar el estudio bacteriológico que confirmará el diagnóstico.
2. CLÍNICA Y DIAGNÓSTICO
2.2. Síntomas y exploración
2.1. Formas clínicas de presentación
Los síntomas pueden ser inespecíficos o constitucionales, o bien específicos o respiratorios. Los enfermos los presentan de forma muy variada, lo que puede facilitar o complicar la sospecha de la enfermedad. Algunos síntomas hacen pensar rápidamente en tuberculosis: la expectoración hemoptoica o hemoptisis o los cuadros de adelgazamiento y tos seca persistente. En estos casos se deben realizar inmediatamente las exploraciones que suelen llevar al diagnóstico. En otras ocasiones los síntomas son más inespecíficos: cuadro catarral persistente, febrícula o sudoración nocturna con ligera astenia y anorexia, aumento de la tos en pacientes con bronquitis crónica o discreto dolor torácico. La pleuritis tuberculosa, que representa un 10% de las TB en nuestro país, suele presentarse como un cuadro agudo, con dolor en punta de costado y fiebre alta, o en forma más insidiosa con dolor sordo torácico con características pleuríticas, febrícula persistente, tos seca y deterioro del estado general. En realidad, la TB puede mostrarse con una gran variedad de formas clínicas, y en nuestro país debemos pensar en ella como una alternativa diagnóstica en numerosas situaciones clínicas. En ocasiones la forma pulmonar es totalmente asintomática y sólo se sospecha tras un hallazgo casual de una lesión en un estudio radiográfico, en un estudio de contactos o de otros grupos de riesgo, tras un viraje tuberculínico o al investigar el pulmón tras el diagnóstico de una TB extrapulmonar. La exploración física es muy inespecífica y pueden encontrarse grandes lesiones pulmonares en la radiografía de tórax, con una semiología respiratoria anodina. En las localizaciones extrapulmonares: pleuritis, escrófula,
El primer contacto del bacilo tuberculoso con el individuo suele provocar la infección tuberculosa que sólo podemos detectar al comprobar la positivización de la reacción tuberculínica. En la mayoría de los casos las defensas del organismo son suficientes para detener en este punto el avance de los bacilos, pero en algunas ocasiones, tras la infección se produce la enfermedad tuberculosa primaria. Clásicamente este tipo de tuberculosis era casi exclusivo de la edad infantil, pero en la actualidad, en los países donde ha disminuido mucho la prevalencia de la infección, esta forma de iniciarse la enfermedad puede aparecer en la edad adulta y es la habitual en las personas con gran inmunodepresión, tanto la provocada por enfermedad como por tratamientos. Esta TB primaria puede iniciarse con un cuadro clínico inespecífico: febrícula, afectación del estado general, tos y adenomegalias. El riesgo epidemiológico reciente, el viraje tuberculínico y la radiografía de tórax con lesiones ganglionares hiliares o mediastínicas junto con infiltrados apicales nos harán sospechar la enfermedad, que en bastantes ocasiones podremos confirmar con el hallazgo de bacilos en esputos, aspirados gástricos o muestras obtenidas por broncoscopia. En algunas ocasiones esta forma primaria puede extenderse por vía hematógena y progresar hacia una TB miliar o meníngea. Sin embargo, la forma más frecuente es la TB secundaria o del adulto, que puede presentarse de forma muy variada, desde una clínica aguda similar a una neumonía, hasta formas 900