Lavado broncoalveolar (LBA) El uso del lavado broncoalveolar (LBA) ha proporcionado datos importantes en el campo de la inmunidad local, inflamación y mecanismos de diversas patologías respiratorias, entre ellas el asma. Consiste en la instilación de 100-400 ml de suero salino isotónico y estéril, idealmente a temperatura corporal para evitar la broncoconstricción inducida por frío, en alícuotas de 20 a 60 ml dejando el broncoscopio encajado en un segmento pulmonar. Posteriormente, se procede a la recuperación del fluido de manera moderada e intermitente. La cantidad de fluido recuperado varía desde un 50% en pacientes con asma moderada a grave hasta el 80-90% en el asma leve. Es importante procesar el líquido en las horas siguientes o bien mantenerlo en frío (4ºC). El LBA permite estudiar la pequeña vía aérea, que es inaccesible visualmente al broncoscopista, y apenas existen técnicas alternativas al LBA que permitan valorar esta región anatómica. En el LBA de pacientes asmáticos podemos observar un aumento de celularidad, a expensas principalmente de eosinófilos, incluso cuando la enfermedad es leve y estable. En los casos de asma grave puede hallarse un predominio de neutrófilos. Asimismo, se ha evidenciado un incremento de mediadores de la cascada inflamatoria (leucotrienos, prostaglandinas, citosinas, histamina, triptasa y moléculas de adhesión solubles)3. También se ha utilizado el LBA para evaluar el efecto del tratamiento farmacológico en la vía aérea. Prueba de provocación segmentaria La prueba de provocación segmentaria (PPS) consiste en una exposición a alérgenos en pacientes alérgicos, con y sin asma, y se utiliza a menudo para definir los mecanismos subyacentes al desarrollo de la inflamación en la vía aérea. Los alérgenos pueden administrarse en forma de aerosol, con una distribución dispersa por ambos pulmones, o bien en disolución mediante instilación directa a través del broncoscopio sobre una localización determinada de la vía aérea. La metodología para la realización de la PPS con broncoscopio no está estandarizada. Habitualmente se debe titular la dosis de antígeno que se va a administrar mediante una prueba de provocación específica, calculando el PC20 (dosis que provoca una caída en el FEV1 de más del 20%). Se debe de fijar el broncoscopio
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