dependen del nebulizador, del fármaco y del paciente. Estos factores son fundamentalmente: el equipo de nebulización, el fármaco a nebulizar, el volumen del líquido, el espacio muerto y el tipo de paciente10. En relación al tamaño de las partículas que es capaz de generar el nebulizador, se sabe que las de tamaño entre 2 y 5 µm son las idóneas para el depósito pulmonar, ya que las mayores de 5 µm se depositan en la orofaringe y las menores de 0,5 µm se exhalan. Por tanto, el tipo de nebulizador debe conseguir que, al menos, el 50% de las partículas sean inferiores a 5 µm. El volumen y la viscosidad del fármaco a nebulizar también influyen en el depósito del aerosol en la vía aérea, puesto que cuanta más viscosa sea la solución menor es el ritmo de salida y se requiere un compresor más potente. Por otro lado, se sabe que flujos inspiratorios altos, por encima de 60 l/ min, aumentan la impactación y por debajo de 30 l/min la cantidad inhalada es mínima. Además, se conoce que la respiración nasal reduce casi a la mitad el depósito pulmonar comparado con la respiración oral, al ser la nariz filtro para las partículas aerosolizadas. Dispositivos. Un nebulizador es un dispositivo que permite convertir un líquido en gotas de aerosol creando así una fina niebla (nebulizador, del latín nebula: niebla) para la adecuada inhalación de una solución por parte del paciente. De forma general, los nebulizadores se clasifican, atendiendo al sistema de propulsión que utilizan, en tres grupos11. •
Nebulizadores tipo jet o de chorro. Son los que más se usan en la terapia nebulizada domiciliaria de los pacientes con EPOC. Su funcionamiento se basa en el principio venturi. En estos aparatos, las gotas de aerosol son generadas por una corriente de gas, aire u oxígeno, a alta presión que entra en la cazoleta del nebulizador y a su salida produce una presión negativa que facilita la succión del líquido fraccionándolo en multitud de partículas. Dependiendo del flujo que generan se agrupan en convencionales y de alto flujo. Los nebulizadores de chorro convencionales originan flujos inferiores a 6 l/min, mientras que los tipo jet de alto flujo, como el CR60®, el Pari Boy® y el Pari LC Plus®, los producen por encima de los 6,5 l/min.
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Nebulizadores ultrasónicos. Se caracterizan porque el aerosol se genera por los ultrasonidos provocados por un transductor piezoeléctrico que vibra provocando ondas que al colisionar con el líquido a nebulizar lo fracciona en multitud de partículas. Tienen la ventaja de que permiten nebulizar grandes volúmenes, pero no son adecuados para soluciones de fármacos con alta viscosidad (como los antibióticos).
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