Un último apunte. Cualquier sistema de colección (Bülau, sistema de tres cámaras, Heimlich) ha de disponer de una salida para el aire que drena la cavidad pleural del paciente. Es decir, el sistema ha de estar bien conectado al equipo de succión, bien abierto al exterior. El cierre hermético del sistema es peligroso, y puede conducir al neumotórax a tensión en caso de que exista fuga.
2.- Los sistemas de tres cámaras Estos sistemas se basan en la conexión en serie de tres frascos (Fig. nº 64), que poseen las siguientes funciones: –– El primero de ellos, llamado cámara de colección, recoge los líquidos procedentes de la cavidad pleural sin que se mezclen con el líquido que ejerce el sellado de agua, como ocurre en los sistemas de Bülau. Se trata de una cámara graduada, lo que permite una fácil lectura de la cantidad de líquido drenada. –– La segunda cámara, llamada de sellado, ejerce la función del sistema de Bülau, es decir, el sellado subacuático. –– La tercera cámara es la llamada cámara de control de succión, y es probablemente la que más ha evolucionado a lo largo de los últimos años. En los primeros equipos se trataba de una cámara abierta al aire atmosférico, con un nivel de agua y con comunicación con el sistema de succión del hospital. Esta cámara permitía la entrada de aire del exterior del sistema en el caso de que la cavidad pleural del paciente no produjera fluido alguno. En los nuevos equipos, esta cámara ha sido sustituida por una que posee un sistema mecánico que regula la aspiración que se transmite al paciente. Estos sistemas de tres cámaras permiten una mejor cuantificación de la cantidad de líquido drenado, así como modular la aspiración que se aplica al sistema. Sin embargo, son más caros que los clásicos sistemas de Bülau. En la actualidad se han simplificado sustituyéndolos por un sistema tricameral (Fig. nº 64) de gran comodidad para los pacientes.
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