Guía de Práctica Clínica para la Seguridad del Paciente Quirúrgico.

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Algunos autores han cuestionado el uso de esta técnica en la artroplastia unilateral, a causa de las relativamente pequeñas cantidades de sangre obtenidas (Adalberth 98, Rizzi 98). Otra técnica consiste en la recogida intraoperatoria de células que se lavan antes de retransfundir (Elawad 91). En comparación con la recuperación postoperatoria, se pueden transfundir grandes volúmenes sin riesgo significativo para los pacientes (Paravicina 83). Un metanálisis sobre la efectividad del recuperador de células, para minimizar la transfusión alogénica perioperatoria, concluyó que en cirugía ortopédica los instrumentos que producen tanto células lavadas como no lavadas disminuyen la frecuencia de exposición a la sangre alogénica con un grado similar que el grupo control (Huet 99).

Resumen de la evidencia

Calidad baja

La transfusión sanguínea conlleva una serie de riesgos: riesgo de infección, daño inmunológico y error en el procedimiento. Se ha sugerido que la transfusión de sangre alógena podría aumentar el riesgo de recurrencia de cáncer (Foster 85, Hyman 99, Tartter 85): Un metanálisis (McAlister 98) de tres ECA y dos estudios de cohortes, en los que los grupos control recibieron sangre con reducción de leucocitos o sangre autóloga no mostró diferencias significativas en la recurrencia de cáncer, aunque los ECA eran de un pequeño número de participantes. Otros aspectos a tener en cuenta son los riesgos de no transfundir (como la anemia perioperatoria (Klein 07)).

Calidad baja

La anemia preoperatoria aumenta la probabilidad de una transfusión alogénica y debería investigarse y corregirse antes de la cirugía. Se dispone de evidencia limitada sobre las concentraciones apropiadas de Hb en el preoperatorio (Spence 90). El uso de una transfusión intraoperatoria debe reflejar la tasa de pérdida sanguínea continua, la inestabilidad hemodinámica y el sangrado postoperatorio previsto (Welch 92). Varias declaraciones de consenso han recomendado un umbral de transfusión postopoeratoria de entre 70 y 100 g/l de hemoglobina (Guidelines 96, Spence 95, Simon 98). Por lo que respecta a los límites inferiores, se ha sugerido que los pacientes con problemas cardiovasculares deberían transfundirse cuando los niveles de Hb estén en un rango de 80 a 100 g/l (Hill 02, Carson JAMA 98). En cuanto a los límites superiores, no se han observado diferencias en la mortalidad con niveles de transfusión entre 70 y 120 g/l (Hebert 99), ni entre 80-100g/l (Carson Transfusion 98, Bush 97).

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