Revista Industria Argentina. Edición Nro. 77

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El barrio, mi mejor casualidad De entrada debo decir que no creo que haya sido una casualidad llegar a Saavedra. No creo en las casualidades, sino más bien en las causalidades, algo de este barrio me esperaba, había un regalo que yo debía hacerle a él, y otro él a mí. Pero igual, como no puedo explicar cómo es que se dio vivir en este barrio único y maravilloso, voy a atribuirle al azar este hecho histórico que marcó mi vida. Buscaba vivir por estos lares de Buenos Aires, era una intensión nomás, pero en el medio de la búsqueda me llegó un llamado inesperado: había un departamento en Avenida San Isidro y Ramallo que tenía todas las características que yo necesitaba, y sin dudarlo me mudé. Tardé apenas una semanas en decidir hacer una revista para el barrio, el viaje editorial comenzaría en Saavedra, para luego expandirse a otros barrios (que luego fueron Núñez y Villa Urquiza). Se armó el equipo, junto con Nieves y Gimena, y empezó a tomar forma uno de los mejores proyectos de mi vida: Revista Industria Argentina. Me enamoré de la calles, de los pasajes con nombres de cuento, de las puertas viejas, de los adoquines, de las filas de árboles, del pasado del Parque Saavedra con su arroyo Medrano sin entubar, de las historia de los leones, del pasado Polaco del 19, del sello tanguero en cada esquina, de los poetas que vivieron para escribirle sus mejores versos. Me enamoré de la mirada apasionada con la que vecinos y vecinas abrazaban lágrimas cuando llegaba a sus labios una historia sobre el barrio. Me enamoré de la fidelidad del vecino a su lugar, como si se tratara de su propio jardín, como si estuviera hablando de todo un barrio como su propia familia. Salía emocionada de cada entrevista, me llenaron de fotos, de poesías, de cuentos, de la historia debajo de cada baldosa. Me llenaron del pasado que era presente en sus corazones, y hacía que mi propio futuro tuviera un sentido nuevo: el barrio como estilo de vida. Con todo lo que eso implica, vivirlo y sentirlo en la piel, elegirlo antes que cualquier otro lugar en el mundo. Podés irte por un rato, viajar, dar la vuelta al mundo y conocer los paisajes más impactantes de la tierra. Pero llegar a Saavedra, llegar a Núñez es llegar a una vida nueva, que encuentra su sentido en el silencio de sus calles, en la compañía del vecino, en el canto de los pájaros, en los versos de sus poetas y sus músicos. Saavedra y Núñez cumplen 146 años de historia, más allá de quienes compraron las tierras, de qué día se inauguró la estación, de qué música se escuchó cuando el 27 de abril de 1873 hubo fiesta en el Paseo del Lago, más allá los datos... Hoy celebramos las historias que siguen vivas en estos dos barrios de Buenos Aires, historias que son recuerdos, historias que forjaron personalidades y valores, esos que hoy distinguen a Saavedra y Núñez del resto de los barrios porteños. Soledad Gonzalez Alemán


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