Tríptico de Cuaresma

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 Haciendo sacrificios Hacer un sacrificio es hacer una cosa sagrada, es decir, ofrecerla a Dios por amor. Hacer sacrificio es ofrecer a Dios, porque lo amo, cosas que me cuestan trabajo. Por ejemplo, ser amable con el vecino que no me simpatiza o ayudar a otro en su trabajo. A cada uno de nosotros hay algo que nos cuesta trabajo hacer en la vida de todos los días. Si esto se lo ofrecemos a Dios por amor, estamos haciendo sacrificio. No se trata tanto de realizar acciones extraordinarias, sino más bien, de saber ofrecer aquellas circunstancias cotidianas que nos son molestas, de aceptar con humildad, gozo y alegría, los distintos contratiempos que se nos presentan a diario, todo con amor.

«Queridos hermanos y hermanas, que este tiempo de Cuaresma encuentre a toda la Iglesia dispuesta y solícita a la hora de testimoniar a cuantos viven en la miseria material, moral y espiritual el mensaje evangélico, que se resume en el anuncio del amor del Padre misericordioso, listo para abrazar en Cristo a cada persona. Podremos hacerlo en la medida en que nos conformemos a Cristo, que se hizo pobre y nos enriqueció con su pobreza»

LA CUARESMA

Papa Francisco Mensaje para la Cuaresma 2014

 Haciendo oración Aprovechar estos días para orar, para platicar con Dios, para decirle que lo quiero y que quiero estar con Él. La oración es diálogo con Dios, es entrar en intimidad con Él, solo Él y Yo. Me puedo ayudar de un libro de oración o de meditación de la cuaresma. Puedo leer en la Biblia pasajes relacionados con la Cuaresma.

«Pues conocen la gracia de nuestro Señor Jesucristo, el cual, siendo rico, se hizo pobre por nosotros para enriquecernos con su pobreza» (2 Cor 8, 9)… La pobreza de Cristo que nos enriquece consiste en el hecho que se hizo carne, cargó con nuestras debilidades y nuestros pecados, comunicándonos la misericordia infinita de Dios. Papa Francisco Mensaje para la Cuaresma 2014


La Cuaresma

¿Cómo tengo que vivir la Cuaresma?

La cuaresma nos invita a vivir un consciente y fructuoso ejercicio espiritual, para que podamos llegar “renovados a las fiestas pascuales”.

Durante este tiempo especial de purificación, contamos con una serie de medios concretos que la Iglesia nos propone y que nos ayudan a vivir la cuaresma:

El ayuno, la oración y la limosna son los medios privilegiados que la Iglesia nos propone durante este tiempo para realizar una verdadera conversión, una renovación interior.

Miércoles de Ceniza El miércoles de Ceniza es el primer día de la Cuaresma. Recuerda una antigua tradición del pueblo hebreo, que cuando se sabían en pecado o cuando se querían preparar para una fiesta importante en la que debían estar purificados se cubrían de cenizas y vestían con un saco de tela áspera. De esta forma nos reconocemos pequeños, pecadores y con necesidad de perdón de Dios, sabiendo que del polvo venimos y que al polvo vamos. El Miércoles de Ceniza realizamos el gesto simbólico de la imposición de ceniza en la frente. Mientras el ministro impone la ceniza dice estas dos expresiones, alternativamente: “Arrepiéntete y cree en el Evangelio” (cfr. Mc 1,15) y "Acuérdate de que eres polvo y al polvo has de volver" (cfr. Gn 3,19). La ceniza procede de los ramos bendecidos el Domingo de la Pasión del Señor precedente. La ceniza simboliza nuestra condición débil y caduca como seres humanos que caminamos hacia la muerte; nuestra situación pecadora, la oración y la súplica para que el Señor acuda en ayuda nuestra.

Además, la cuaresma es un tiempo de escucha de la Palabra de Dios. En el desierto Jesús vence las tentaciones con la palabra de Dios y señala la Palabra que sale de la boca de Dios como alimento. En el domingo de la Transfiguración se escucha la voz del Padre que revela su palabra: «Escúchenlo». El camino que recorremos durante la cuaresma es también un camino de fe, que tiene como referencia principal a la Palabra de Dios que la Iglesia nos propone en las lecturas de éste tiempo.

Arrepintiéndome de mis pecados y confesarme

Pensar en qué he ofendido a Dios, Nuestro Señor, si me duele haberlo ofendido, si realmente estoy arrepentido. Éste es un muy buen momento del año para llevar a cabo una confesión preparada y de corazón (es importante que podamos acudir al Sacramento de la Reconciliación). Esto implica hacer un buen examen de conciencia, es decir, revisar mi propia vida y buscar aquellos momentos y actos en los que haya ofendido a Dios y a mis hermanos.

 Luchando por cambiar Analizar mi conducta para conocer en qué estoy fallando. Hacer propósitos para cumplir día con día y revisar en la noche si lo he logrado, deben ser pocos propósitos para poder cumplirlos, hay que subir las escaleras de un escalón en un escalón, no se puede subir toda de un brinco. Mi plan debe ser realista, práctico y concreto para poderlo cumplir.


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