EDITORIAL Viernes 22 de octubre de 2010
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Por qué luchar
Con veinte años y madre de un hijo, Marisol Valles García aceptó el cargo de jefe de seguridad en uno de los municipios más violentos de México. ¿Valentía, ingenuidad? Cuando tomó protesta para ejercer su cargo, muchos llamaron irresponsables a las autoridades municipales, estatales y federales por permitir semejante suicidio. Esto no sucedió en las épocas revolucionarias, ni es el nombre de alguna “Adelita” de Pancho Villa. Marisol Valles, es el nombre de una mujer del norte de México que sabe por qué luchar, estudiante de criminología que esta semana quedó al frente de menos de veinte elementos de seguridad, algunos de ellos armados, para resguardar por la integridad de los casi 10 mil habitantes que tiene su municipio: Praxedis Guerrero, municipio fronterizo en el estado de Chihuahua. “El miedo es algo que está presente, pero creo que podemos hacer algo por nuestra comunidad”. Así lo dijo la que hoy muchos llaman “La mujer más valiente de México”. Tal vez existan otras igual o más valientes que ella, pero esta semana ella se ha ganado el reconocimiento y el respeto de millones en el mundo, pero también se ha ganado la crítica y el menosprecio de muchos. Son dos cosas que siempre irán de la mano. Ella escogió su lucha y está dispuesta a dar la vida por ella, con miedo, pero con la convicción de que es necesario “hacer algo por nuestra comunidad”, como ella lo dijo.
“El miedo es algo que está presente, pero creo que podemos hacer algo por nuestra comunidad”. Así lo dijo la que hoy muchos llaman “La mujer más valiente de México”
En Tlajomulco, nuestros regidores y muchos funcionarios han emprendido también una lucha, pero el compromiso con la causa dista mucho del mostrado por Marisol. A varios de ellos se les ha obligado a estar ahí, so pena de perder el trabajo; a otros se les ha convencido por la comodidad de estar ahí, sin hacer nada; pero también los hay quienes están convencidos que es ahora o nunca, la lucha por tomar el control de su partido político. Ese partido está encabezado por un grupo de personas que obedecen a una persona con nombre y apellido, Raúl Padilla, a quienes estos luchadores llaman “nefasto” y que se hace llamar a sí mismo “defensor de la cultura y la educación”. Lo que justifica las luchas no es “qué” se busca, sino “para qué” lo quiere. A Marisol le queda claro, lo dijo así: “Aquí toda la gente tiene miedo, todos tenemos miedo, pero vamos a cambiar ese miedo por seguridad”. Y en ello pone su vida de por medio, sólo por eso, nos quita cualquier argumento para cuestionar su lucha. Sabe para qué lucha, pero también sabe cómo “Las mujeres policías recorren las delegaciones y van casa por casa para hablar de prevención, fomentar valores de la familia”. Tal vez se equivoque o acierte en su decisión, pero hacerlo de esa manera, es algo digno de aplaudir, en donde los medios para hacerlo, difícilmente serán el centro del debate. Para los perredistas del Sol Naciente, ese “para qué” quieren el partido parece que es tan natural para ellos que poco o nada se habla al respecto, es entonces que se señalan y critican los medios utilizados para realizar su lucha. Las críticas y las preguntas empiezan a surgir: ¿Quién y cómo paga a las gentes que están ahí?, ¿Quién pagó los lonches?, ¿De quién es la camioneta que les trajo el agua?, ¿Están con
Si a final de cuentas lo que importa es “hacer algo por nuestra comunidad”, como lo dijo Marisol, ¿Por qué aferrarse tanto a un partido?
vacaciones, con licencia o de aviadores? Cuestionamientos que resulta inútil responder, pues parte de dar validez a la lucha será cuidar las formas, de modo que no extraña que efectivamente tengan licencia o se les otorguen vacaciones escalonadas, pero resuelto esto se vuelven a preguntar: ¿Entonces no era importante lo que estaban haciendo? ¿Alguien más lo hace o puede esperar a que ellos de desocupen de su lucha? Y si alguien más lo hace, ¿Entonces para qué se les contrató? En realidad todas estas preguntas nunca surgirían de considerarse la causa noble, justa y de un claro interés social. El plantón será indefinido, la lucha desgastante, los recursos finitos y el partido severamente lastimado. La razón otorgada para este enfrentamiento por quienes lo hacen por convicción es “porque es posible una mejor calidad de vida desde la izquierda”, el problema es que se escucha tan demagogo que pocos se la creen y lo peor es que prácticamente es el mismo slogan de quienes ahora mantienen el control. Si a final de cuentas lo que importa es “hacer algo por nuestra comunidad”, como lo dijo Marisol, ¿Por qué aferrarse tanto a un partido? La convicción de tomar frente en esta lucha, será siempre muy personal y respetable desde cualquier punto de vista. Pero la peor decisión que se puede tomar es dejar pasar los días y las oportunidades de sembrar una mejor calidad de vida, sin tomar la iniciativa de emprender la propia lucha.
DEL RECUERDO
ESTA SEMANA
La parroquia de San Antonio de Padua albergó al Padre Rosalío Muro Ríos, en la década de los sesentas; personas que convivían con él recuerdan cómo conseguía juguetes en Guadalajara para regalarlos a niños de Tlajomulco en navidad.
A este trabajador del ayuntamiento que la mañana del jueves 21 utilizaba la unidad TZ-0186, parece que les dio calor y necesitaban urgentemente una cerveza para acompañar sus tortas ahogadas y poder seguir en sus labores.