Ebook (download) Varada con su magnate griego (Bianca) (Spanish Edition) unlimited


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CRISTOS THEOFANIS hab237a hecho un desastre monumental de su propio matrimonio, por lo que le resultaba imposible compartir la alegr237a de ver a su primo favorito y a su esposa renovar sus votos matrimoniales. Al ver la felicidad que sent237an el uno por el otro, las sonrisas 237ntimas que compart237an un hombre y una mujer profundamente enamorados, se ech243 las manos a la cabeza al recordar lo que hab237a perdido.Pero se cuid243 de mantener en su sitio la m225scara que decidi243 presentar al mundo: un Cristos feliz y despreocupado, al que no afectaban las p233rdidas que le atormentaban en secreto. Se guardaba el dolor para s237 mismo.La ceremonia de renovaci243n se hab237a celebrado en la peque241a capilla blanca situada al borde de un acantilado con vistas a las aguas turquesas del mar J243nico, en la isla de Kosmimo, propiedad privada de su primo. A la salida de la capilla, la feliz pareja se vio rodeada de alegres admiradores. Cristos estaba solo junto a un cipr233s achaparrado, aislado en su propia nube negra de pensamientos oscuros, con la cara dolorida por el esfuerzo de forzar sonrisas que no sent237a.Por supuesto que deseaba lo mejor a su prima, pero a Cristos le atormentaban los recuerdos de su propia boda, cinco a241os atr225s, en un registro civil de la ciudad medieval de Durham, en el norte de Inglaterra. Hab237a mirado a Hayley, su novia, con orgullo y adoraci243n, y con una asombrosa incredulidad por el hecho de que una mujer tan incre237ble hubiera aceptado compartir su vida con 233l. A cambio, sus ojos hab237an brillado de amor y confianza al ofrecerle su cuerpo y, lo que era m225s importante, su coraz243n. Un regalo que no ten237a precio. Uno que le hab237a sido arrebatado.El remordimiento le desgarraba como un dolor f237sico. Hac237a m225s de dos a241os que no ve237a a su mujer. Dos a241os y cinco meses para ser exactos. Probablemente podr237a calcular el tiempo en horas, incluso en minutos. Durante cada segundo de esa separaci243n se hab237a desgarrado a s237 mismo con autorrecriminaci243n y culpa. Ahora, ni siquiera sab237a d243nde viv237a Hayley, qu233 estaba haciendo. Le hab237a hecho da241o a al no haber estado all237 cuando ella lo hab237a necesitado. Pero no le hab237a dado la oportunidad de compensarla. Con una crueldad que 233l no hab237a cre237do... dulce y gentil esposa hab237a pose237do, lo hab237a abandonado y borrado por completo de su vida.Mientras su primo Alex y su esposa Dell se besaban al son de exuberantes v237tores, Cristos cerr243 los ojos al recordar la alegr237a de besar a Hayley cuando el celebrante le hab237a dicho que pod237a reclamar a su novia. Hab237an sido tan felices como ellos dos. Emocionados ante la perspectiva de toda una vida juntos. Delirantemente enamorados. Seguros de que s243lo se necesitaban el uno al otro cuando el mundo parec237a estar en su contra.Una vez fuimos como ellos& Las palabras no eran m225s que un murmullo entrecortado, tan ligero