Reactivar la actividad cultural de Chilpancingo
empieza por reconocer que ésta nunca ha
dejado de existir. Aceptar que nos han tocado
días difíciles. Nada es fácil. Hay que encontrar
pujanza en una ciudad agostada por la violencia,
el tráfico, la escasez y la indiferencia. Es cosa de
todos nosotros lograrlo.