REVISTA "RESCATE" num. 16 Año 2022

Marzo 2022 - Número 16

Rescate

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Rescate

ÍNDICE

1. Editorial 2. Institucionales 2.1. Carta a los hermanos cofrades. Rvdo. Mons. D. José Manuel Lorca Planes 2.2. Saluda del Presidente de la Comunidad Autónoma de Murcia. D. Fernando López Miras 2.3. Saluda del Alcalde de Murcia. D. José Antonio Serrano Martínez 2.4. El Cristo de Rescate nos mira a cada uno. Rvdo. Manuel J. Peñalver Soler 2.5. El Carisma del Silencio. D. José Ramón Guerrero Bernabé 2.6. Saluda del Presidente del Cabildo Superior de Cofradías. D. José Ignacio Sánchez Ballesta 2.7. Saluda del Nazareno del Año. D. Antonio Munuera Alemán 2.8. La Esperanza del Rescate. D. Juan Antonio De Heras Tudela 2.9. Saluda del Nazareno de Honor de la Hermandad. D. Santos Puerta Martínez 3. Artículos 3.1. Efeméride: 75 aniversario de la primera salida procesional del Stmo. Cristo del Rescate.

D. Ángel Delgado Vidal 3.2. Origen de la devoción al Cristo del Rescate. D. Lorenzo Tomás Gabarrón 3.3. Restauración de la Virgen de la Esperanza de la Hermandad del Rescate. Dña. Loreto López Martínez 3.4. La imagen de San Félix de Valois en la iglesia de San Juan Bautista. Dña. Maria Teresa Marín Torres 3.5. Lo que nos dicen los pies del Cristo del Rescate. D. José Antonio Berná Gascón 3.6. En cada persona hay un fotógrafo. D. Vicente Montesinos Urbán 3.7. Viernes del Rescate. D. Francisco Nortes Tornel 3.8. Bajo la tarima del Rescate. D. Antonio Ayuso Ros 4. Poema “Es Martes Santo”. Dña. Ana María Vara Hernanz 5. In Memoriam 6. Memoria de Secretaría

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EDITORIAL

Todo apunta a que en este 2022 la Semana Santa volverá a sacar a las calles de nuestra querida Murcia sus cortejos procesionales, justo cuando se cumplen 75 años de la primera salida en procesión de la Hermandad de Esclavos del Rescate y María Santísima de la Esperanza.

A fecha de este editorial no están claras las medidas que finalmente habrán de tomarse al respecto, aunque la determinación por parte del Obispado, seguido por las Cofradías y Hermandades es manifiesta.

Han sido tres largos años de espera, pero en realidad han sido tres años de preparación, de maduración y crecimiento interior que nos han transformado y unido más si cabe, y que han fraguado a nuevos y mejores Nazarenos, hermanos en la fe, sustentada bajo unos cimientos más sólidos, y con una mayor devoción y cariño hacia su Hermandad, y sus santos titulares.

Dejemos que la Santa Cruz nos guíe y nos impulse a prepararnos para revivir la Pasión de pasiones. Celebremos y compartamos juntos nuestros bellos y únicos cultos cuaresmales, el Quinario al Cristo y el más precioso Besapié que Dios le ha regalado a Murcia.

Va a ser la de 2022 la Semana Santa de mayor Esperanza, la más intensa de las últimas décadas. Revestidos con nuestro escapulario trinitario y perfumados por la esencia de claveles, rosas y gladiolos volveremos a vivir los Hermanos del Rescate el mejor de los reencuentros en la tarde del Martes Santo en la iglesia de San Juan Bautista. También esa tarde rezaremos todos juntos, por nosotros, por nuestras familias y amigos, por quienes sufren y por quienes nos han dejado, siempre en nuestro recuerdo.

El silencio volverá a Murcia, ondearán las elegantes capas por las calles, solo se percibirá el tañer de las campanas y el acompasado andar de los tronos. Embriagados por el aroma a azahar, muchos corazones encogidos esperarán en plazas y recónditas esquinas, sumidos en profunda intimidad, la llegada de una Madre y el encuentro cara a cara con su hijo maniatado, el de la eterna mirada, el Señor de Murcia.

El consejo editorial de la Revista Rescate agradece a todos sus colaboradores los preciosos relatos entregados, plagados de fe, ciencia, sentimiento y arte, una prueba irrefutable de su generosidad, entrega y cariño. A todos los lectores deseamos que disfruten la publicación, un inspirador regalo para los sentidos, un puente hacia la Semana Santa y un patrimonio a disposición de todos los Hermanos Esclavos del Rescate y todos los murcianos.

Consejo Editorial

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CARTA A LOS HERMANOS COFRADES 2022 Después de este largo tiempo de incertidumbres, de los dos años de espera para la mayoría de las cofradías, cuando escribo estas letras estoy movido por la esperanza de volver a veros en la calle al son de las trompetas y tambores, llenando las calles del color de la Semana Santa, sintiendo el olor del azahar, de los claveles y alhelíes en la primavera de nuestra Región de Murcia. Estoy convencido que no soy el único optimista, porque todas las cofradías, incluso mucho antes de esta cuaresma, ya tendréis programadas las actividades esenciales, las reuniones y los pregones. En este año la Semana Santa discurre por los caminos de la confianza, con la esperanza de que todo saldrá bien, eso sí, sin olvidarse de las diversas cautelas.

Antes de nada, agradecer todos los esfuerzos que habéis hecho este tiempo de la cruda pandemia y tantas iniciativas que habéis llevado a cabo, todos ellas meritorias, porque no se pudieron sacar nuestras bellas imágenes por las calles de nuestros pueblos, barrios y ciudades, y conseguisteis preparar en las sedes de vuestras cofradías la más bella muestra de la Pasión de Nuestro Señor y el espléndido espectáculo de la caridad, cuando os hicisteis solidarios en tantos casos de pobrezas. Gracias.

Pero la vida sigue y es necesario retomar el itinerario del Vía Crucis de Cristo, aprendiendo de Él a saber hacer la Voluntad del Padre. Nos viene bien esto, porque acabamos de pasar un tiempo en el que no pudimos ver cumplidas nuestras expectativas, posiblemente hasta alguno se habrá disgustado al ver los planes de vida rotos. La llamada es a seguir prestando atención a los acontecimientos de la mano de Nuestro Señor. Leemos en los evangelios, que antes de comenzar la vida pública, Jesús se retiró al desierto a orar y fue allí donde nos mostró la luz de su palabra, fue en la respuesta al tentador, donde le dijo, en la precariedad del desierto, que no le interesaban los panes, ni los bienes, ni los reinos, que su verdadero interés es hacer la Voluntad de Dios. Así de sencillo, que esto, aunque parezca simple, es una fuente de sabiduría. Os invito a reflexionar un momento acerca de esto, porque no se trata de la Voluntad de Dios que nosotros hubiéramos deseado, ni tal y como nosotros la concebimos, ni como -en nuestra pobre sabiduría humana- consideramos que debería ser; sino la Voluntad de Dios la concibe y nos la revela cada día en las circunstancias concretas en que se manifiesta ante nosotros. Lo vivido nos ha enseñado a valorar la importancia de descubrir cual es la Voluntad de Dios y aceptarla sin protestar, que lo que no puede ser es 9

pensar que Dios admita nuestra idea de lo que debería ser su Voluntad y que nos ayude a cumplir esa voluntad, en lugar de aprender a descubrir y aceptar la suya en el día a día de nuestra vida, incluso cuando las cosas no han ido bien a nuestro juicio. Esto sencillamente es el producto de la fe y una fe madura.

Venga, amigos, comenzamos otra etapa en nuestra vida movidos por la esperanza y con deseo de hacer la Voluntad de Dios. En estas circunstancias también nos está llamando Jesús a seguirle. El es nuestro Maestro, que nos enseña con su Palabra y con su ejemplo.

Jesús es el mejor amigo, camina con nosotros a través de las oscuridades de este mundo cerrado y vive con nosotros, nos da la fuerza que necesitamos y nos ilumina el camino, quién me sigue no anda en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida (Jn 8,12). Vosotros, queridos cofrades, tenéis una misión especifica en esta aventura que hay que preparar bien, con exquisito primor, me refiero a la Semana Santa. Que en este año brille el rostro de Cristo, que cuando salgáis a la calle, vuestra mejor predicación sea que la gente pueda sentir latir el corazón misericordioso del Señor, que vean a Cristo pasar, que las benditas imágenes de Jesús, la Virgen María y las de todos los testigos de la Pasión nos ayuden a dar gloria a Dios.

Vuelvo a recurrir a la voz solemne del Santo Padre, el Papa Francisco, que me gustaría que la volváis a escuchar con agrado, con el mismo cariño con el que él se dirige a los cofrades: que sean una presencia activa en la comunidad, como células vivas, piedras vivas… Amen a la Iglesia. Déjense guiar por ella. En las parroquias, en las diócesis, sean un verdadero pulmón de fe y de vida cristiana. Veo en esta plaza una gran variedad de colores y de signos. Así es la Iglesia: una gran riqueza y variedad de expresiones en las que todo se UHFRQGXFH D OD XQLGDG DO HQFXHQWUR FRQ &ULVWR ¬ 3DSD )UDQFLVFR +RPLOtD HQ ODV -RUQDGDV de Cofradías y Piedad Popular, mayo 2013). Habiendo escuchado estas palabras, os pido que colaboréis con la llamada que nos ha hecho el Papa Francisco, responder a la pregunta sobre cómo esta siendo vuestra experiencia en la Iglesia llamada a la comunión, a la unidad, decidnos como os sentís como iglesia y qué esperáis de ella. La mejor manera de participar es a través de la parroquia, pero también podréis entrando el la Web de la Diócesis, en el apartado sobre la Sinodalidad.

Os encomiendo especialmente al cuidado de la Santísima Virgen María, en sus diversas advocaciones, pidiéndole que os ayude a todos los cofrades a responder tan rápidamente como los discípulos a la llamada de Cristo, para que por donde paséis seáis portadores de paz, misericordia y perdón; también para que caminéis siempre cerca de Jesús y atendáis con el mismo corazón del Señor los gritos y súplicas de los que están en las cunetas de los caminos pidiéndonos ayuda. Le pido a Nuestra Señora que os de fortaleza para que seáis generosos en dar el amor y la ternura de Dios.

Que Dios os bendiga, José Manuel Lorca Planes Obispo de Cartagena WALTER J. CISZEK, Caminando por valles oscuros, 44.

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SALUDA DEL PRESIDENTE DE LA C.C.A.A. DE LA REGIÓN DE MURCIA

Murcia condensa en su Semana Santa toda una explosión de fervor, barroquismo y belleza y que evidencia cómo sienten los nazarenos murcianos esos días cuajados de historia, cultura, gastronomía y tradición.

Tradición de la que forma parte una cita indispensable para miles de personas cuando llega el mes de marzo: el Besapié a la imagen de Nuestro Padre Jesús del Rescate y que convierte a la parroquia de San Juan en el epicentro cofrade de la ciudad durante una jornada.

Este año será aún más especial para la Asociación de Esclavos. Porque todos deseamos que, por fin, nuestras procesiones vuelvan a las calles, que el Señor del Rescate vuelva a navegar bajo el Arco hasta el centro de la ciudad y que la Esperanza, tan bella como siempre, lo acompañe ante la mirada emocionada del pueblo murciano.

La pandemia nos ha arrebatado tan espléndidos momentos, pero no ha acabado con ellos ni con la ilusión, esfuerzo y trabajo que ponéis durante todo el año para mantener viva la devoción por vuestros titulares. Deseo que en este año podamos todos vibrar de nuevo al contemplar el inigualable cortejo esclavo que colma la ciudad cada Martes Santo de emoción nazarena.

Como nazarenos, conozco bien los sentimientos que mantienen vivas nuestras cofradías y la ilusión que miles y miles de familias ponen cada año por sacar a las calles los más espléndidos desfiles. Conozco la inquietud de la mañana del Martes Santo, el eterno miedo por si llueve, la alegría cuando se acerca la hora de abrir las puertas del templo y la enorme emoción de volver a vestir la túnica que anhelamos.

Solo deseo que este año vuelva a repetirse tan hermoso ritual y que todos podamos disfrutar de la Semana Santa como la entiende Murcia: con nuestros pasos en las calles bajo un cielo de primavera.

Fernando López Miras Presidente de la Región de Murcia

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SALUDA DEL ALCALDE DE MURCIA

El municipio de Murcia se engalana un año más para recibir nuestra Semana Santa.

Ocho días de festividad, devoción y pasión que a los murcianos y murcianas nos inspiran muchos sentimientos.

La Semana Santa es una fecha muy significativa para el municipio, que se convierte en el escenario de nuestro gran patrimonio, de imágenes de extraordinaria belleza, donde el olor a incienso y a huerta con una recién nacida primavera, se entremezclan para que nuestras calles empiecen a llenarse de tradiciones centenarias.

Llevamos dos años viviendo estas fechas de forma diferente a causa del Covid. Los encuentros con los compañeros y compañeras cofrades, con los vecinos y vecinas, han tenido que darse tenuemente y con muchas precauciones. Pero ninguno de los impedimentos, ni restricciones que nos hemos encontrado por el camino han apagado la ilusión por vivir estas fechas.

Son muchas las razones que nos empujan a amar Murcia en Semana Santa y os animo a que este año sigáis haciéndolo con el cariño y el entusiasmo que nos caracterizan.

Como alcalde del municipio, pero sobre todo como murciano que ha vivido la Semana Santa en las calles de Murcia siendo un vecino más, guardo cientos de recuerdos entrañables de esta época del año. No solo de las grandes procesiones por las que ya nos conocen en muchas partes del mundo, sino también de las pequeñas que pasean por las calles de las pedanías. Murcia tiene muchos matices, también en Semana Santa, y os aseguro que merece la pena vivirlos y sentirlos todos. Por eso me siento en la obligación de invitar a todo aquel que no haya estado en Murcia en estas fechas a venir a conocerla y disfrutarla en primera persona.

Por último, quiero referirme a la Hermandad de Esclavos de Nuestro Padre Jesús del Rescate y María Santísima de la Esperanza que protagoniza el Martes Santo murciano.

Vuestra larga historia os ha dado la experiencia de que, por muchos avatares que se produzcan, la normalidad regresa, así que esta pandemia es otra piedra en el camino que sortear.

Por ello, el próximo 12 de abril el barrio de San Juan volverá a acoger su procesión como siempre pero con más ganas que nunca.

Os doy las gracias, porque vuestra contribución es esencial para que nuestra Semana Santa sea posible. Seguid viviendo esta celebración con la devoción, el entusiasmo y el respeto que os caracterizan. Seguid haciendo Semana Santa.

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EL CRISTO DEL RESCATE NOS MIRA A CADA UNO He vivido, como otros años, el primer viernes del mes de marzo, en plena cuaresma. Pese a la pandemia y al mal tiempo, la afluencia de fieles, fue masiva, ordenada y emotiva. Los murcianos ya no hablan del “besapiés”, sino de ir a ver al Cristo del Rescate, en San Juan, de volver a encontrarse con su mirada.

Jesús no mira las «estadísticas», ni siquiera la muchedumbre, sino que presta atención «a cada uno de nosotros». Uno por uno. El estupor del encuentro con Jesús, esa maravilla que percibe quien le mira y se da cuenta de que el Señor ya tenía la mirada fija sobre él. Porque, precisamente, esta es la peculiaridad de la mirada de Jesús. Jesús no masifica a la gente: Jesús nos mira a cada uno.

En el Evangelio hay que prestar atención a todo: a las palabras y a los silencios (Mc 15,5; Mt 26,23); a las obras y a los gestos. Porque el hombre no sólo se expresa verbalmente; tiene otros medios y modos, entre ellos la mirada. ¡Qué mirada tan expresiva!, solemos decir. Hay miradas indiferentes y de indiferencia, de aceptación o de rechazo; hay también miradas de ternura, confidenciales, alentadoras... ¿Cómo era, como es, la mirada de Jesús? A Jesús no sólo no hay que perderle de vista (Hb 12, 1-2), sino que tampoco hay que perder de vista su mirada, ni su punto de mira, el corazón.

Los evangelios conservan diferentes «miradas» de Jesús; si los ojos son el reflejo del alma, a través de ellas podremos llegar a conocer los «sentimientos de Cristo Jesús» (Flp 2,6), para interiorizarlos y hacerlos propios. Y todos necesitamos ese cruce de miradas clarificador, pues en la mirada de Cristo se percibe la profundidad de un amor eterno e infinito que toca las raíces más profundas del ser.

Jesús, la mirada de Dios. «De muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres; hoy nos ha hablado en su Hijo» (Hb 1, 1-2). Sin apartarnos del espíritu de esta afirmación, podemos decir: «De muchos modos miró Dios en el pasado al mundo y al hombre; hoy nos ha mirado en el Hijo». Miró a su obra creadora: «Vio Dios todo cuanto había hecho, y he aquí que estaba muy bien» (Gn 1, 31). Miró al hombre y a su obra demoledora: «Viendo Dios que la maldad del hombre cundía en la tierra, y que todos los pensamientos que ideaba su corazón eran puro mal de continuo, le pesó a Dios de haber hecho al hombre, y se indignó en su corazón» (Gn 6, 5-6; ef Sal 14, 2). Miró a su pueblo en Egipto: «Bien vista tengo la aflicción de mi pueblo en Egipto... conozco sus sufrimientos. He bajado para librarle» (Ex 3, 7-8).

Dios no sólo ha hablado al mundo y al hombre, también los ha mirado, y Jesús es esa mirada plena, definitiva y exhaustiva de Dios. Cristo no es sólo la Palabra de Dios encarnada; encarna también su mirada: entrañable, benevolente, misericordiosa, paterna. «Tanto amó Dios al mundo que le envió a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna» (Jn 3,16). Y si a Jesús, en cuanto encarnación de la Palabra de Dios, hemos de escucharle (cf Mc 9,7); en cuanto encarnación de su mirada, hemos de contemplarte con atención (cf Lc 4, 20), porque el modo de ser y de hacer de Jesús nos traducen la mirada de Dios.

Descubrir esa mirada profunda, personal y cordial manifestada en Jesús nos ayudará a superar los miedos, a deshacer las dudas y a iluminar las oscuridades de nuestro caminar en la vida, sabiendo que «Tú me sondeas y me conoces... y que todas mis sendas te son manifiestas» (Sal 139, 1-3).

A veces, decimos que “no hay mal que por bien no venga”. La pandemia nos exige otro modo de comportamiento social. Hemos cambiado el beso piadoso del pie del Cristo del Rescate, por su mirada. ¡Cómo nos reconforta ese encuentro, ante la mirada de un Dios, que quiere “rescatarme”, de todo aquello, que no me hace feliz!

Manuel J. Peñalver Soler Párroco de la Iglesia de San Juan Bautista de Murcia Consiliario de la Hermandad del Cristo del Rescate 17

“EL CARÍSMA DEL SILENCIO” Tenemos por delante el reto de sacar a la luz el número 16 de la Revista “Rescate”. Una difícil tarea, en donde vaya por delante, nuestro más sincero agradecimiento a aquellos que con sus artículos y buen saber, colaboran con la Hermandad del Rescate para comunicar y llevar la devoción del Señor de Murcia y de su madre, la Stma. Virgen de la Esperanza, a todos los fieles y devotos del Cautivo sanjuanero.

No es fácil de explicar y transmitir la grandeza del Rescate. Cuando crees haberte acercado siquiera un poquito a su sombra, de nuevo te sorprende y te devuelve al comienzo de todo.

El año 2021, supuso un gran reto logístico, puesto que a pesar de ésta terrible pandemia que nos asola, el Besapié a Ntro. Padre Jesús del Rescate ha sido de las pocas, por no decir la única “celebración”, que ha venido realizándose, puesto que en el año 2020 aún no se había decretado el estado de alarma, ya que fue una semana después, y en el 2021, ya se pudo llevar a cabo, aunque con muchas restricciones.

La limitación de aforo y horario no pudo con la piedad de los devotos de su Cristo. Su entusiasmo desbordante pudo con los inconvenientes. Si pensabas que habría miedo, te equivocabas. Si pensabas que habría temor a comparecer ante el Señor, tampoco fue así. Fue uno de los Besapiés del Rescate de más “calidad” que puedo recordar.

Durante el corto periodo de apertura que se nos permitía (recordemos que había toque de queda desde las once de la noche hasta las seis de la mañana), el discurrir de fieles y de devotos del Rescate fue incesante, ni un minuto de descanso. Todos ellos guardando distancia, orden, silencio, mascarilla, gel. Lo que hiciera falta para ver a Su Señor.

Pero aún nos guardaba otra sorpresa. Llegado el Martes Santo y aún vigentes las limitaciones de horario y aforo, se decidió conmemorar la salida de la procesión, sustituyéndola por una Eucaristía a la misma hora en la que tenía que salir a la calle la Procesión de la Esclavitud.

San Juan completa de aforo permitido, pero los devotos del Rescate aguardaban en el exterior del Templo con paciencia, querían verlo, querían estar con Él y Su Madre, por lo que de manera espontánea y no convocada, se formó nuevamente una interminable fila de fieles hasta el arco de San Juan.

Cómo se explica que un devoto del Rescate, que no puede acceder San Juan por la limitación de aforo existente, permanezca en cola más de una hora, por la sola posibilidad, que no certeza, de intentar ver a su Cristo. ¿Qué tiene esta Imagen?. ¿Qué milagros habrá hecho en sus corazones para que anhelen verlo de esa manera?. Eran como aquél ciego gritaba más y más fuerte, ¡Jesús, hijo de David, ten compasión de mí!. La muchedumbre le regañaba para que se callara, pero él gritaba todavía más fuerte. (Lucas 18,35-43) Jesús se paró y mandó que lo trajeran, y cuando estuvo cerca le preguntó, ¿qué quieres que haga por ti?. El dijo, Señor que vea otra vez. Jesús le contestó: recobra la vista, tu fe te ha curado.

Para la Hermandad del Rescate, aquellos cientos de devotos del Cristo del Rescate, estaban gritando ver a Jesús, y no podíamos dejarlos sin que lo vieran, llevaban esperando toda la tarde, por lo que se improvisó un acto de veneración para que aquellos que con su silencio

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paciente gritaban cada vez más y más fuerte: ¡Jesús del Rescate, ten compasión de mí!.

De nuevo el Señor nos dio otra lección, Él con su silencio soporta paciente nuestros desaires. Manos atadas, boca entreabierta, mirada al infinito que traspasa corazones, escuchaba el silencio atronador de los fieles que esperaban fuera.

El silencio marcó gran parte de la pasión de Cristo, no se rompió en el prendimiento, no se rompió en su procesamiento, no se rompió en su ajusticiamiento, no se rompió en su crucifixión.

“Isaías 53,7 : Fue oprimido y afligido, pero no abrió su boca; como cordero que es llevado al matadero…”.

Hay silencios que gritan y el de los devotos del Rescate, atronan. Frente a ellos, la paciente Imagen de su Rescate, que con su silencio, calma, sosiega, apacigua y conmueve. Sólo con el Señor de Murcia podrás conversar sin decir nada. Decir tanto sin decir nada, es el Carisma del Silencio.

José Ramón Guerrero Bernabé Hno. Mayor

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SALUDA DEL PRESIDENTE DEL CABILDO SUPERIOR DE COFRADÍAS Queridos hermanos del Stmo. Cristo del Rescate: Muchas gracias por la invitación que, como presidente del Cabildo Superior de Cofradías, me hacéis de nuevo para asomarme a las páginas de vuestra magnífica revista Rescate. Las publicaciones que cada año editan las diferentes cofradías y hermandades de nuestra ciudad se erigen en vehículo de indudable valor para la trasmisión de proyectos, ilusiones, historia y sentimiento, dando testimonio de la realidad viva de todas ellas. Porque una de las cosas que en tiempos de adversidad hemos sabido rechazar los cofrades y hermanos es la resignación a sumirnos en ningún letargo que apagara, siquiera transitoriamente, el alma viva y dinámica de nuestro modo de ser y sentir nazarenos. Todos estos medios impresos, que dan a conocer la religiosidad, la historia, el patrimonio y el acervo cultural de nuestras cofradías y hermandades, atesoran al mismo tiempo, por la razón apuntada, la capacidad de demostrar que nosotros, los cofrades y hermanos, hemos estado y seguimos estando en permanente actividad.

Sin duda tenemos motivos más que suficientes de alegría y de agradecimiento al Señor por haber podido al fin, tras lo vivido durante los últimos dos años, retomar felizmente las distintas celebraciones litúrgicas, actos y eventos cofrades programados tanto desde el Cabildo como en el seno de cada una de las cofradías y hermandades, todo ello pese a las lógicas restricciones y limitaciones impuestas por la crisis sanitaria en la que aún nos vemos inmersos.

Quiera Dios que este año quedemos libres de ella y podamos, entre otras muchas cosas, sacar a la calle como siempre nuestros anhelados desfiles procesionales.

La difícil situación de pandemia que nos asola desde principios de 2020 nos ha hecho vivir las dos últimas celebraciones de Semana Santa de un modo totalmente atípico desde la perspectiva del mundo nazareno. Ciertamente han sido dos años difíciles, marcados por la necesidad imperiosa de unas medidas sanitarias cuya rigurosidad desnudó nuestra celebración del colorido y fervor popular de sus procesiones. Pero si como cristianos no nos abandonamos al desaliento en los momentos más duros, es ahora, al vislumbrar a lo lejos el progresivo final de esta crisis sanitaria, cuando más que nunca debemos dar gracias a Dios por otorgarnos los maravillosos dones de la fe y la esperanza. Porque gracias a esa fe inquebrantable en Cristo, aquí bajo la advocación del Rescate, y la esperanza que siempre nos transmite, hemos podido superar esta travesía en el desierto. Sepamos ahora afrontar, desde la responsabilidad y el sentir nazareno, también desde la alegría y el optimismo que brotan de nuestros corazones cofrades, la nueva etapa ilusionante que (D.m.) a partir de ahora puede abrirse de nuevo.

Quiero tener un recuerdo muy especial para todos los hermanos del Rescate, familiares y amigos que se han visto afectados por la pandemia que venimos atravesando. En nuestra memoria siempre estarán aquellos que nos han dejado, con la certera esperanza de que Dios Padre los tiene acogidos en su regazo.

Mi deseo, como el de todos vosotros, es que esta Murcia nazarena recupere pronto la normalidad que tanto anhelamos. Preparémonos, pues, para gozar como hermanos, si cabe con mayor fe y entusiasmo que nunca, cuantas celebraciones la pandemia nos arrebató. Preparémonos para retomar la actividad cofrade en todo su esplendor. Preparémonos, queridos hermanos del Stmo. Cristo del Rescate, para disfrutar de nuevo, con alegría y verdadero fervor religioso, de nuestras procesiones en la calle y volver así a dar testimonio a todo el mundo de lo que es nuestra fe y nuestra esencia nazarenas. Ojalá este año, llegado Martes Santo, a las puertas de la majestuosa Iglesia de San Juan Bautista podamos ser testigos de esa orden que manda: hermanos del Rescate, ¡procesión a la calle!

Muchas gracias.

Jose Ignacio Sánchez Ballesta 23

SALUDA DEL NAZARENO DEL AÑO Nos entra la prisa sin saber por qué. Como pidiendo Esperanza en cada calle, como sabiendo que necesitamos un Rescate inminente. Todo es el Martes Santo de los sueños que han estado metidos en un cajón y ahora afloran como los ramos de novia en un altar. ¿Qué es esta prisa? El latido nazareno que nos está llamando. La prisa es mala consejera cuando se quiere querer, pero es el aliciente por la necesidad de volver a esperarnos en el sitio indicado.

Este año será distinto porque viene y va el sentimiento de una vara a otra, de una fila a otra, de una silla a otra y todos somos protagonistas.

Os escribo como Nazareno del Año 2022 pero también como Antonio Munuera, ese nazareno que aprendió de Murcia la lección más importante: merece la pena vivir con nuestras cofradías todo el año.

La vida es algo más que ir y venir y ganar dinero. Ya lo sabéis. Porque ser nazareno no está de moda y cada vez es más difícil.

Este año represento a esos miles de murcianos que viven su fe con el reencuentro constante con Dios y su Madre. Soy mariano, no lo puedo dudar. Donde alguien ve a la Virgen, yo la llamo Rosario, Lágrimas, Carmen y así hasta terminar todas las letanías que me acercan a la Madre del cielo. ¿A dónde iremos cuando ya venga? ¿Has pensado cómo será tu Martes Santo? Porque el Dios de las manos atadas va a repartir Esperanza por su Madre. Un Rescate de Esperanza donde la vida es más vida porque ellos la dan.

Sigamos trabajando. Sigamos viviendo la hermandad desde dentro, pues es responsabilidad de todos, no solo el día de la salida.

Hay muchas cosas por hacer. ¿Lo tienes todo preparado? Porque este año vuelve esa parte de tu alma que nunca se fue.

El que nace nazareno, muere nazareno, del Rescate. Quiero enviaros un abrazo fraterno en vuestros titulares con el ánimo de disfrutar cada día de vuestra sabiduría y entrega. En San Juan, habita la Esperanza. En San Juan, Murcia se acoge a las manos del Dios Rescatado.

Sirvan entonces estas palabras para volver a soñar. Un día menos, un tiempo más de nazarenismo.

Nos vemos en la calle. Donde nunca debieron de desaparecer nuestras cofradías.

Un fuerte abrazo.

Antonio Munuera Alemán

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LA ESPERANZA DEL RESCATE Casi da vértigo. Tantas cosas nos han sucedido en estos dos últimos años, que echar la vista atrás nos coloca en esa posición desde la que se diría que marzo de 2020 pudo haber sucedido hace cien años, tan larga y penosa ha venido resultando esta pandemia, dramática en sus consecuencias, muchas de ellas por desgracia irreparables. El tiempo se nos ha vuelto pétreo en estos meses de angustia y mascarilla, de confinamientos, cuarentenas y convalecencias. Acostumbrados a nuestro entorno de aparente seguridad, hemos atravesado el umbral del padecimiento, que ha sido colectivo y universal, además de personal y directo.

Nada, sin embargo, es nuevo, aunque lo hayamos experimentado por primera vez en presente desde nuestra esquina privilegiada del mundo. La humanidad ya se ha enfrentado –lo sigue haciendo– en incontables ocasiones a pruebas en forma de enfermedad, hambrunas, guerras y devastación. Tal vez por eso, durante este tiempo, me he aferrado más a la imagen de nuestro Padre Jesús del Rescate, tantas veces encargado de reconfortar nuestros corazones, llevando consuelo a quienes se le han acercado, incluso cuando su talla permanecía oculta tras un muro levantado en San Juan Bautista y los presos allí encarcelados durante la Guerra Civil guardaban el secreto de su escondida presencia.

Nunca hasta hoy, desde entonces, se había conocido una suspensión generalizada de las procesiones, renacidas en 1940 y detenidas para contener el avance del virus, ochenta años después. Esta circunstancia, sin duda, nos ha interpelado en lo más profundo de nuestras convicciones pues, aún sin cortejos en la calle, la Semana Santa ha continuado ofreciéndonos un espacio para la contrición y para otorgar a Cristo la dignidad que merece, pues se hizo hombre para sufrir como un hombre; pues entregó su vida, para abrazar la nuestra con la Resurrección.

Y junto a Él, siempre presente, siempre camino, siempre fiel, nuestra Madre y protectora, María Santísima de la Esperanza, que quiso guiar la gubia de Sánchez Lozano para irradiar belleza, plenitud y soberana elegancia. Está ya próximo el tiempo en que la Soberana de la Primavera volverá a resplandecer, alzada sobre la devoción que despierta en tantos corazones a la espera. Por eso, en estos momentos, vuelven a mí los que gracias a esta Hermandad he podido vivir junto a Ella, entre ellos el que me permitió asistir –tras la amable invitación que me cursó su Hermano Mayor, gran amigo y colega José Ramón Guerrero– al Solemne Triduo celebrado el pasado diecinueve de diciembre. Esa soleada mañana se llevó a cabo también un emotivo acto, en el que el que tomaba el relevo como Camarera de la Esperanza María Iniesta, a quien desde estas líneas deseo que disfrute con el acierto que seguro la acompañará, en esta emotiva andadura que para ella comienza.

Junto a estos deseos, para todos ustedes no puedo sino sumar –con la expresión en ellos del más profundo y necesario, que no es otro que el del fin de la pandemia–, el no menos importante mensaje de reconocimiento a su encomiable labor. Se es nazareno los trescientos sesenta y cinco días, más uno adicional en los años bisiestos. Y por esta razón, su agenda está repleta de un calendario de tantas buenas acciones, que no es posible glosarlas sin riesgo cierto de extenderme más de lo permitido en estas líneas.

Les invito por ello también a acercarse a los contenidos de esta publicación con detenimiento, para conocer en mayor profundidad cuanto de nuevo atesora saberse y proclamarse Esclavo de Nuestro Padre Jesús del Rescate, con las ataduras voluntarias del compromiso cofrade. Y no deseo terminar sin felicitar a Santos Puerta Martínez, distinguido como Nazareno de Honor de la Hermandad por el Real y Muy Ilustre Cabildo Superior de Cofradías de Murcia, en esta Semana Santa 2022 tan próxima y tan especial, pues todos confiamos en que sea la del regreso de las procesiones y porque, para quien esto escribe, resultará imborrable en el recuerdo hasta el último de sus días.

Con todo afecto, Juan Antonio De Heras Pregonero de la Semana Santa 27

SALUDA DEL NAZARENO DE HONOR 2022 En primer lugar, agradecer al Hermano Mayor y a la Junta de Gobierno este nombramiento como Nazareno del Año de la Hermandad del Rescate a la que pertenezco desde hace mucho tiempo.

A ella llegué de la mano de mi tío Pedro Puerta Ródenas, y de él he aprendido la dedicación y devoción al Cristo del Rescate. Tanto a uno como a otro les debo mucho.

Desde mi infancia, ir con el colegio el Miércoles de Ceniza a la Iglesia de San Juan y en vez de quedarme sentado junto a mis compañeros, me iba a la reja de la capilla y agarrado a ella me quedaba contemplando al Cristo, su rostro y sus manos atadas, sus ojos,… sobre todo sus ojos, notaba como me llamaba.

Desde bien pequeños, el día del Besapié íbamos con mis padres, guardábamos dos horas en la cola para besar su pie descalzo como descalzos iban algunos penitentes del Tercio de Promesas que llamaban mi atención cuando procesionaba cogido de la mano de mi madre cada Martes Santo.

Siendo adolescente y siguiendo los pasos de mi tío me hice Hermano.

Mi tío me pedía acompañarlo a la Hermandad para ayudarle a limpiar los tronos, preparar los faroles y las galas y a mí me encantaba acompañarle, me sentía cerca del Cristo y eso me hacía muy feliz.

Siempre que me han necesitado en la Hermandad he estado ahí, ayudando y colaborando en lo que he podido y me siento abrumado, no estoy acostumbrado a que me premien.

Nunca he buscado ningún reconocimiento, lo he hecho de corazón. El Cristo del Rescate ha estado conmigo siempre que lo he necesitado y yo siempre estaré con él para cuando me necesite. Mi Fe hacía él es infinita.

Ponerme delante de él, darle las gracias por todo lo bueno que aporta a mi vida, por estar siempre ahí. Tengo mis manos atadas a las suyas, siento que le debo mucho.

Portar el estandarte del Cristo el día de la procesión, es para mí ayudarle a cargar parte de su cruz. Es volver la vista atrás y verle tan cerca. Es sentirlo como un padre que está siempre atento a su hijo, que lo protege y lo cuida.

Los últimos pasos de la procesión son muy emocionantes, disfrutar el encuentro del Cristo del Rescate y la Virgen de la Esperanza desde la puerta de la iglesia, donde aguarda la Santa Cruz, pone la piel de gallina. Es la culminación de un largo año de preparación.

Antes de finalizar quiero dedicar estas palabras a mi familia, especialmente a mi tío. En él veo la tradición, la constancia, la entrega y el amor. Y también a mi hijo, que ha comenzado a procesionar.

En él veo el futuro, la continuidad, la sencillez, la inocencia. Veo a ese niño de los Miércoles de Ceniza, pero él es mucho mejor que yo.

Santos Puerta Martínez Nazareno de Honor de la Hermandad del Rescate 2022

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EFEMÉRIDE: 75 ANIVERSARIO PRIMERA SALIDA EN PROCESIÓN DEL SANTÍSIMO CRISTO DEL RESCATE

“Fue el éxito tan grande, tan grande, que superó cuanto habíamos previsto. Toda la carrera fue un desfile triunfal. Era tal su esplendor, su empaque, su majestuosidad, su sencillez, que imponía a su paso. El público callaba y sólo se oía el roce de las sandalias de los Hermanos en el pavimento de las calles. Muchísimas personas se arrodillaban al paso de nuestro amadísimo Cristo, hecho insólito que jamás ha ocurrido en Murcia. Perdonarme si mi torpe expresión no os sabe exponer con más galanura y colorido el fantástico y formidable éxito logrado en nuestro primer desfile procesional” (D. Antº González-Conejero, Vice-Secretario Hermandad, Cabildo General Ordinario, 25/01/1.948) La siguiente crónica, basada en documentos, fragmentos de noticias y artículos publicados en los periódicos de la época, rescatados de nuestros archivos, es un fiel testimonio de cómo se desarrolló y la acogida que tuvo, en aquella Semana Santa del año 1.947, la presencia en las calles de Murcia, por primera vez, de la Procesión del Santísimo Cristo del Rescate.

“La Junta de Gobierno de la Hermandad, compuesta por honorables caballeros de una acendrada religiosidad e integrada por prestigiosas personalidades de las Ciencias y de las Artes, de las Letras, de la Industria y del Comercio, trabajó intensamente para que la solemne procesión de la noche del Martes Santo, que maravilló al pueblo murciano, alcanzase el rotundo éxito que obtuvo, mucho más si se tiene presente, que este impresionante cortejo, fue organizado en menos de seis meses, en los que la Hermandad supo vencer toda clase de dificultades.

El 1 de abril de 1.947, en la noche augusta del Martes Santo, a las diez en punto, del templo parroquial de San Juan Bautista, desfiló solemnemente y por vez primera por las calles de la ciudad, el desfile penitencial de la Hermandad del Santísimo Cristo del Rescate, en el que figuraba, como única imagen, el titular de esta Hermandad, que se venera en la citada iglesia, y que cuenta con la devoción más fervorosa de casi toda la ciudad.

Momentos antes de ponerse en marcha el cortejo, el Presidente de la Hermandad, Rvdo. Sr. Juan Antonio Guerrero, dio lectura a un oficio del Gobernador Civil dirigido al Hermano Mayor, en el que le anunciaba que para conmemorar la primera salida de la Procesión de la Esclavitud y en honor del Santísimo Cristo del Rescate, ponía en libertad a tres presos gubernativos.

Cerca de un par de centenar de penitentes, con túnicas moradas, capa blanca bordada con la insignia de la Hermandad, capuz del tono de la túnica y cíngulo blanco, pie calzado con sandalia, llevando pendidos del cuello el rico escapulario bordado en oro y portando artísticos faroles de oro viejo con luz de cera, formaban en el severísimo y silencioso cortejo.

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Abría la marcha una sección de tambores y cornetas, siguiendo a ello el estandarte, rico y serio, de la Hermandad.

Luego, en hileras de ritmo y armonía muy perfectos, los hermanos alumbrantes, hasta llegar al magnífico trono, breve y fino, llevado a hombros de los devotísimos penitentes, al que daba escolta la Guardia Civil, sobre el que aparece hirviendo en luz y perfumado en frescas flores de nuestros huertos la impresionante, artística y sencilla figura del Santísimo Cristo del Rescate, luciendo riquísima túnica de terciopelo morado, bordada en oro, costeada a expensas de las piadosas damas murcianas como ofrenda al Cristo y cuyos nombres figuran en el interior de la misma.

Tras el trono, único y solemne, majestuoso y delicado, el clero de la parroquia y una representación de la curia, luego la Junta de Gobierno de la Hermandad con su Hermano Mayor, D. Eduardo Carbonell y a continuación la presidencia oficial, integrada por el Gobernador Civil, Sr. Graciá, el Gobernador Militar, Sr. Sarabia, el Presidente de la Diputación, Sr. Alcázar, el Alcalde, Sr. Virgili y el representante del Delegado de Hacienda, Sr. López-Mesas. Cerraba el severísimo cortejo, que recorrió casi toda la ciudad, una banda de música y un piquete de Artillería.

El cortejo pasionario recorrió el siguiente itinerario: plaza de San Juan, Arco, plaza de Ceballos, Pintor Villacis, calle y plaza de Apóstoles, plaza del Cardenal Belluga, calle Salzillo, plaza de la Cruz, Trapería, Platería, plaza de Santa Catalina, plaza de las Flores, Jiménez Baeza, plaza de San Pedro, Jara Carrillo, plaza de Martínez Tornel, Arenal, Glorieta de España, Paseo de Garay, Gloria, Estrella y plaza de San Juan, para entrar en la Iglesia.

En tributo a la verdad ha de declararse que fue esta procesión de penitencia acogida con cariño unánime y un profundo respeto por cuantas personas tuvieron la satisfacción de presenciarla. Había una muy viva ansiedad y era mucha la curiosidad por ver este desfile, desplazándose una verdadera muchedumbre de la huerta y de los pueblos cercanos. A lo largo de todo el recorrido, un enorme gentío presenció el solemne paso de la Procesión de la Esclavitud, ocupando totalmente las numerosas filas de sillas dispuestas y las tribunas levantadas en las plazas.

El orden observado por los cofrades, el atuendo de gusto depurado de sus túnicas, su acendrada catolicidad y piedad sin límites, pusieron en la Semana Santa murciana una pincelada de severa originalidad, belleza y señorío, que mereció la cariñosa aprobación de los miles de personas que presenciaron el primer desfile procesional del Santísimo Cristo del Rescate, enriqueciendo notablemente con ello el prestigio de nuestras procesiones de Semana Santa”. Ángel Delgado Vidal Tesorero Hermandad del Rescate 31

ORIGEN DE LA DEVOCIÓN AL CRISTO DE RESCATE Lorenzo Tomás Gabarrón. Doctor Arquitecto e Historiador del Arte.

Presidente de la Junta Distrito Murcia Este Es por todos conocida la inmensa devoción que los murcianos profesamos al Cristo del Rescate. Buena prueba de ello es el célebre y tradicional besapié que cada primer viernes de marzo se celebra en la Iglesia de San Juan Evangelista o el encierro de su imagen, acompañada por la Virgen de la Esperanza, en la abarrotada Plaza de San Juan la noche del Martes Santo. En las siguientes líneas trataremos de profundizar en el origen de dicha devoción y como ha llegado hasta nuestros días.

Para conocer el principio de la historia nos debemos trasladar a los años 20 del siglo XVII, concretamente a Sevilla cuando los Padres Capuchinos de la capital hispalense encargan al taller de Juan de Mesa la figura de Jesús como Ecce Homo, en el momento de ser presentado al pueblo por parte de Poncio Pilato mientras afirma “he aquí el Hombre”. Una imagen, que se cree realizada por alguno de sus discípulos más aventajados como Luis de la Peña o Francisco de Ocampos y que era, frente a lo que pudiera parecer, policromada, de 173 centímetros de altura y cubierta con un sencillo paño de pureza.

La imagen fue llevada por los Padres Capuchinos a la ciudad de San Miguel de Ultramar, conocida comúnmente como la Mármora (actual ciudad marroquí de Mehdía) y que había sido tomada por España desde el año 1614. Sucede que estando allí, el Rey Muley Ismael consiguió reunir un ejército considerable que, con el Capitán General Alí Benendala al frente, se alzó sobre la ciudad el 30 de abril de 1681 llevándose consigo un importante número de esclavos así como una cantidad considerable de imágenes sagradas, ornamentos y relicarios que fueron llevados a la ciudad de Mequinez, residencia oficial del rey. Según diferentes fuentes 1(Sandoval y Rojas), junto al Cristo fueron capturadas un Jesús Nazareno, un Cristo Crucificado con la Virgen de la Soledad, una Virgen del Rosario, una Inmaculada Concepción, una Virgen con Niño, un

Fig. 1 San José, dos imágenes del Niño Jesús, un San Miguel, un San Francisco de Asís, un San Diego, un San Antonio de Padua, una Santa Lucía y un Ángel.

Las imágenes se vieron sometidas a todo tipo de escarnios, ultrajes y profanaciones, se dice y así lo atestiguan algunos cuadros que se conservan como el atribuido a Valdés Leal 2(fig.1) o el cuadro anónimo 3(fig. 2) conservado en la Iglesia de Trujillo (Cáceres), que la imagen de Jesús Nazareno fue arrojada al suelo y arrastrada. Cronistas de la época como el trinitario Rafael de San Juan lo relató en 1686 en su obra De la Redención de Cautivos: “Habiéndose apoderado los moros de las santas imágenes, hicieron con ellas muchos ultrajes y escarnio, y llevándolas como despojos de su triunfo a la ciudad de Mequinez, las pusieron ante su rey Muley Ismael. Éste las mandó arrastrar por las calles, en odio a la religión cristiana, y después que las echasen a los leones, como si fueran carne humana, para 4 que fuesen despedazadas”.

Si bien es cierto que en la imagen actual no se perciben huellas de erosiones o pérdidas de masa o policromía por lo que puede que, o bien no se produjera ese hecho, o bien la imagen no es la misma que se conserva en Madrid.

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Fig. 2 No tardó en ponerse en marcha la operación de rescate de los esclavos cautivos, así como de todas las imágenes y objetos litúrgicos. El encargo recayó en los Padres Trinitarios siendo Fray Pedro de los Ángeles el encargado de solicitar al rey que las imágenes pudieran ser rescatadas a cambio de una cuantía económica. La leyenda cuenta que el padre ofreció para rescatar la imagen el peso de la misma en oro aunque de forma milagrosa su peso se redujo con el consiguiente enfado de Muley Ismael. El fresco de la Iglesia de Algorta (Fig. 3) representa el conocido como “milagro de la balanza” con un pago que algunas fuentes cifran en 30 monedas de plata, una cantidad muy recurrente, referencia al texto del Evangelio de San Mateo (26:15 y 27:5-10) en el que se relata como acordó Judas la traición y venta de Jesús a los sacerdotes, siendo esta cantidad frecuente en los relatos de imágenes rescatadas. Contamos con el testimonio del Capitán Sandoval y Rojas que describe así la negociación con el Rey Muley Ismail para recuperar la escultura “ Hallóse entre nosotros el Virtuoso Padre Fr. Pedro de los Ángeles, religioso lego de la Santísima Trinidad Descalza, Hijo de Sevilla… se fue a arrojar a los pies del Rey Bárbaro, pidiéndole, no continuara las viles acciones con cosas sagradas, ni que permitiera se entregasen (las imágenes) a tan vil nación como la hebrea; que por las siete imágenes ofrecía siete moros, los que él pidiera de los cautivos de España, dentro de tres meses. Fuelo concedido, entregándoselas con calidad, que ha de ser quemado vivo si no cumple lo prometido…” 5 Según el cronista Fray Alejandro de la Madre de Dios los musulmanes devolvieron 211 esclavos cautivos, 17 sagradas imágenes y un importante número de vasos sagrados y ornamentos litúrgicos. Las imágenes fueron embaladas y transportadas desde Mequínez hasta Tetuán siendo recibidas por fray Francisco de San Miguel y llevadas en procesión hasta el convento de los trinitarios entre vítores del pueblo. Entre estas imágenes se encontraba la de Jesús Nazareno que pasó a llamarse Jesús Nazareno Rescatado o Jesús Cautivo. La imagen fue de Mequinez a Tetuán, y de allí a Ceuta el primer día del año de 1682 con una gran algarabía, tras esto fue enviada por los Padres Trinitarios hasta Gibraltar, de ahí a Sevilla para llegar en torno a la segunda quincena de agosto de 1682 a Madrid, al convento de la Trinidad Descalza, ubicado frente a San Jerónimo el Real, celebrándose una procesión hasta el Alcázar desde cuyos balcones Carlos II y María Luisa de Orleans pudieron contemplarlo tal y como aparece en el citado cuadro (Fig. 4)6 en una composición en la que otros miembros de la corte se distribuyen en los Fig. 3

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balcones adyacentes y en la que se ve la Iglesia de San Juan, la Real Armería y el Alcázar. Tras la procesión se produjo el reparto de las imágenes pues eran muy apreciadas por su condición de rescatadas.

En dicho reparto se entregó el San Miguel al Rey Carlos II, la Virgen del Rosario a la Reina y el San José a la Reina Madre Mariana.

Fig. 4 balcones adyacentes y en la que se ve la Iglesia de San Juan, la Real Armería y el Alcázar. Tras la procesión se produjo el reparto de las imágenes pues eran muy apreciadas por su condición de rescatadas.

En dicho reparto se entregó el San Miguel al Rey Carlos II, la Virgen del Rosario a la Reina y el San José a la Reina Madre Mariana.

En Madrid, la imagen de Jesús Nazareno fue recibida ya con el nombre de Jesús del Rescate y llega ya portando el escapulario Trinitario, con la cruz en rojo y azul, como símbolo identificativo de su rescate pues fue esta orden la que colocó este elemento a todos los esclavos cautivos liberados así como a las sagradas imágenes como forma de salvoconducto para poder acceder a tierras cristianas.

Los Trinitarios no devolvieron la imagen a los Capuchinos que iniciaron un pleito que finalmente abandonaron gracias a la mediación del duque de Medinaceli, patrón del convento trinitario.

Ya en Madrid, tres décadas después de su llegada, en 1710, se crea la Esclavitud de Nuestro Padre Jesús Nazareno, ostentando el título de Real Congregación de Jesús Nazareno y de la Santísima Trinidad, Redención de Cautivos, con el objetivo de agregarse a la Orden Trinitaria siendo Hermano Mayor el Duque de Medinaceli. Su finalidad era la de asistir el Viernes Santo por la mañana al Convento de los Trinitarios para acompañar en procesión a la imagen. El carácter penitencial de la Iglesia hacía que se escogiese el viernes para adorar al Cristo, con especial fecha el primer viernes de marzo.

Se desconoce cuándo empezó esta tradición de besar el pie de Jesús pero se arraigó fuertemente entre el pueblo madrileño pues se decía que de las tres gracias que se le pedían se conseguía una. Desde entonces, el “Señor de Madrid” como es conocido en la capital española se convierte en la devoción más destacada y extendida de la capital recibiendo culto en su Iglesia de Jesús en el popular barrio de las letras.

En paralelo a la llegada de Jesús del Rescate a Madrid, a Sevilla (hacia 1700) llega la imagen de Jesús Cautivo a la Iglesia de San Ildefonso, procedente del Convento de Nuestra Señora de Gracias de Trinitarios Descalzos, en Córdoba se instauró la Cofradía de Jesús Nazareno Rescatado con sede en el Convento de Nuestra Señora de Gracia, de Tinitarios Descalzos con una imagen del escultor Fernando Díaz Pacheco (1713), en Utrera se funda la Cofradía del Redentor Cautivo en 1717 y un año más tarde, llega Granada 1718 la imagen de Jesús del Rescate colocada en el Convento de Gracia. Estos hechos no hacen más que corroborar la rápida difusión de la devoción por el Rescate o Cautivo por diferentes territorios españoles.

De vuelta en Madrid, no fue hasta años más tarde cuando pasó a conocerse como Jesús Medinaceli o Cristo de Medinaceli pues la capilla en la que se alojaba se construyó sobre unos terrenos 34

cedidos por el Duque de Medinaceli donde permaneció hasta 1810. No fueron las antes descritas las últimas vicisitudes que sufrió la imagen del “Rescatado” pues durante la supresión de las órdenes religiosas por parte de José Bonaparte se tuvo que guardar en el convento de los Padres Basilios para posteriormente, en 1814, trasladarlo a la Iglesia de los Padres Trinitarios y a la Parroquia de San Sebastián donde estuvo 10 años (1836-1846) siendo finalmente ubicado en la capilla de Jesús nuevamente donde permanece desde entonces. En 1885 los Duques de Medinaceli entregaron la capilla a los Padres Capuchinos que volvieron a encontrarse con la imagen 200 años después y que se encargaron de convertirla en una de las de mayor devoción y culto con una capilla de las más concurridas lo que les obligó a derribar la iglesia primitiva (de 1689) para construir una nueva en 1930.

Es en los años previos a la guerra civil cuando comienza la expansión de la devoción por el Cristo del Rescate o Cautivo a las diferentes provincias españolas a partir de que, en 1928, la Esclavitud de Jesús de Nazareno fuera elevada a Archicofradía Primaria con la posibilidad de agrupar a asociaciones y cofradías de todo el país siendo en la actualidad 42 cofradías las agregadas. A día de hoy hay más de 295 imágenes de Medinaceli en España y 26 fuera de ella en países como Lituania, Polonia, Austria o Hungría.

Esta devoción que comenzó a “colonizar” buena parte del país no evitó que durante la guerra civil volvieran las vicisitudes para la imagen con traslados a Valencia, Cataluña (pasó por el Castillo de Figueres y el de Peralada), Francia incluso llegó a Ginebra en 1937, trasladada junto al resto del Tesoro Artístico, para participar de la exposición organizada por la Sociedad de Naciones. El 14 de mayo de 1939 la imagen regresa a Madrid recibida con gran entusiasmo por pueblo y autoridades en una procesión que recorrió las calles de la capital desde el Monasterio de la Encarnación hasta su Basílica. Tras este regreso se enfatizó aún más la dispersión de las devociones por toda la península incluida la Región de Murcia en la que en 1941 se funda en Cartagena la Asociación Piadosa de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli perteneciente a la Cofradía de Jesús Nazareno (o Cofradía Marraja) y dos años más tarde, en 1943, se funda la Hermandad de Esclavos de Nuestro Padre Jesús del Rescate con imagen procedente del Convento de la Santísima Trinidad (de finales del XVII o principios del XVIII) convirtiéndose, como decíamos al comienzo, en una iconografía de referencia para la devoción de los murcianos y una de las grandes protagonistas de nuestra Semana Santa.

BIBLIOGRAFÍA DE CARLOS VARONA, María Cruz: “Imágenes rescatadas en la Europa moderna: el caso de Jesús de Medinaceli” en Journal of Spanish Cultural Studies, 2012, pp. 1-28 FERNÁNDEZ VILLA, Domingo.: Historia del Cristo de Medinaceli. Editorial Everest, León, 2007.

JIMÉNEZ SÁNCHEZ, Antonio Jesús: “Jesús Cautivo de Medinaceli y su Cofradía de Pasión en la ciudad autónoma de Melilla” en Religiosidad popular: Cofradía de penitencia, San Lorenzo del Escorial 2017, pp. 545-556 MARLASCA RUIZ, Gregorio: “Jesús de Medinaceli en la imaginería semanasantera de Castilla y León: Historia, Iconografía, Difusión y Ejemplos” en Religiosidad popular: Cofradía de penitencia, San Lorenzo del Escorial 2017, pp. 557-572 MONTOJO MONTOJO, Vicente: “La devoción a Jesús de Medinaceli o del Rescate” en Imagen de devoción, Asociación Piadosa Jesús de Medinaceli, Cartagena, 2015, pp33-62.

SÁNCHEZ MADARIAGA, Elena: “Fundación y primera época de la Cofradía de Jesús Nazareno en Madrid” en Actas del Congreso Internacional Cristobal de Santa Catalina y las Cofradías de Jesús Nazareno, Córdoba, Ayuntamiento de Mérida-Congregación Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno, 1991, 2 vols. I, pp. 385-392.

1 MONTOJO MONTOJO, Vicente: “La devoción a Jesús de Medinaceli o del Rescate” en Imagen de devoción, Asociación Piadosa Jesús de Medinaceli, Cartagena, 2015, pp. 33-62.

2 Escuela Cusqueña, finales del XVIII. Pago por el rescate de la estatua de Cristo (detalle de Escenas de la leyenda del Cristo de Medinaceli) en Arequipa (Perú) 3 Anónimo español h.1700 “Procesión de imágenes y cautivos liberados en Madrid en septiembre de 1682. Trujillo (Cáceres), Iglesia de San Martín 4 MARLASCA RUIZ, Gregorio: “Jesús de Medinaceli en la imaginería semanasantera de Castilla y León: Historia, Iconografía, Difusión y Ejemplos” en Religiosidad popular: Cofradía de penitencia, San Lorenzo del Escorial 2017, pp. 557-572 5 DE CARLOS VARONA, María Cruz: “Imágenes rescatadas en la Europa moderna: el caso de Jesús de Medinaceli” en Journal of Spanish Cultural Studies, 2012, pp.

1-28 6 Anónimo español h.1700 “Procesión de imágenes y cautivos liberados en Madrid en septiembre de 1682. Trujillo (Cáceres), Iglesia de San Martín

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RESTAURACIÓN DE LA VIRGEN DE LA ESPERANZA DE LA HERMANDAD DEL RESCATE Nuestra relación con la Hermandad de Ntro Padre Jesús del Rescate desde el año 2007, fecha en que se llevó a cabo la restauración integral de la imagen del titular en el taller de Asoarte, ha sido ininterrumpida y ha creado un vínculo que va mucho más allá de la mera relación profesional, acrecentando el cariño y admiración tanto por esta maravillosa imagen y, como no podía ser menos, la de la bellísima Virgen de la Esperanza que le acompaña, como por el desfile procesional que cada Martes Santo recorre con sobriedad y recogimiento las calles de Murcia.

Desde entonces, cada año tras la procesión, y ya van para quince, hemos ido a la parroquia de San Juan Bautista para revisar el estado del Cristo del Rescate, limpiar sus descarnados pies, en los que la inmensa devoción popular ha ido dejando su inevitable huella y, puntualmente, dar algunos retoques que paliaran los daños más evidentes y urgentes en ambas imágenes, hasta que, por fin, ha llegado el momento de acometer los muy necesarios trabajos de restauración en la de la Señora del Martes Santo.

El estado general de conservación de la imagen de la Virgen de la Esperanza, realizada por José Sánchez Lozano en 1948, era deficiente en su aspecto superficial. Al tratarse de una imagen de vestir se ocultaban los grandes daños sufridos en el enlienzado interno, producto de golpes y del debilitamiento por envejecimiento de los materiales del mismo, del mismo modo que tampoco eran visibles algunas grietas de unión de piezas y fendas de la madera, de distinta intensidad e importancia, especialmente en la zona superior de la cabeza, que parte del punto de sujeción de la corona y el manto, sin que por ello hubiera un peligro inminente para la obra, ya que estructuralmente se conserva estable y no se han detectado focos de infestación por xilófagos.

Contaba con numerosos roces generalizados sobre las policromías, con pérdidas de capa pictórica y estucos de base, siendo muy significativas las pérdidas en la frente, cabello y manos, a consecuencia del claveteado de alfileres y el roce del metal de los anillos que suele lucir en sus dedos.

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Sobre los viejos barnices que debían proteger la policromía de las carnaciones, muy degradados e irregulares, se apreciaba una capa media de suciedad generalizada, por depósito y adhesión de polvo y contaminación. En los pies la suciedad era más intensa y las adherencias por depósitos mayores, amén de grandes erosiones y roces. Al haber perdido de forma generalizada la funcionalidad su capa protectora de barniz, debido al envejecimiento de este, era evidente la deshidratación de las policromías.

Se había producido la pérdida de tres lágrimas de vidrio, quedando patente la huella de la ubicación de las mismas, y contaba con pequeñas faltas en las pestañas de ambos ojos.

Sobre la base de madera que sostiene la imagen se apreciaban grietas, erosiones o desgastes y roces generalizados con pérdidas irregulares de su original barniz teñido.

La banda de encaje bordado que hace de tapajuntas de la unión del busto al cuerpo se encontraba con desgarros y grandes signos de debilitación.

Las normas internacionales de conservación y restauración de obras de arte, a través de las Cartas del Restauro, establecen que hay que intervenir con el máximo respeto a la obra original y procurando en todo momento la reversibilidad de los procesos aplicados, de este modo se ha realizado el trabajo sobre la imagen.

Tras el concienzudo análisis organoléptico, para determinar cada uno de los daños, se efectuaron las catas de limpieza para comprobar la resistencia de sus policromías originales a las distintas disoluciones, optando finalmente por una muy suave con apoyo de punta de bisturí, en zonas de mayores depósitos de suciedad.

Una vez realizada la limpieza se procede a la primera hidratación en profundidad de las policromías, con una mezcla de resinas sintéticas estables, aplicadas en temperatura templada para facilitar su penetración, antes de efectuar el sellado de las grietas con resinas epoxídicas, y el estucado de las carencias, compuesto de sulfato cálcico y agua colas naturales.

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La reintegración de carencias en las policromías se ha realizado con materiales específicos para restauración, por su carácter reversible. Sobre las carnaciones y cabello se aplica una nueva capa de protección de aspecto satinado, no brillante.

Se ha incorporado nueva tornillería, con paso de rosca empotrada en la unión de los brazos.

Paralelamente se ha ido actuando en las zonas del enlienzado interno, reforzando las áreas más debilitadas y grietas igualmente con resinas y las pequeñas faltas con estucos.

Toda la zona interna, a modo de vestido cuyo color estaba completamente degradado, se ha pintado con dos manos de un tono similar al original. Colocando un nuevo encaje en la unión entre el cuerpo y el cuello de la Virgen; este encaje de blonda, de tono azul marino, tiene una antigüedad similar a la de la propia imagen, pues era una pieza que yo misma heredé de mi abuela, Doña Julia Otálora, satisfaciéndome que haya tenido tan honroso uso.

Sobre la peana se eliminaron los viejos e irregulares barnices teñidos, conservando la zona de la firma y fecha originales, se procedió al sellado de grietas y modelado con resinas de las faltas, aplicando posteriormente un tratamiento preventivo antixilófagos en la madera natural antes de igualar el tono de nogal de la madera, que es originariamente de pino, para dar el consiguiente barnizado final.

Por último, se ha procedido a la inserción de los injertos de pelo natural en las faltas de las pestañas y a la colocación de las lágrimas artesanales de vidrio faltantes, que han sido donadas por un gran devoto de la Virgen de la Esperanza, D. Nicolás Diaz.

De este modo queda la imagen a punto y dispuesta a permanecer por muchos años con la misma espléndida belleza con que la creara el maestro Sánchez Lozano.

Loreto López Martínez Historiadora – restauradora.

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LA IMAGEN DE SAN FÉLIX VALOIS EN LA IGLESIA DE SAN JUAN BAUTISTA María Teresa Marín Torres Una de las imágenes que más incógnitas ha suscitado en los estudios de escultura en Murcia es la de San Félix de Valois en la parroquia de San Juan Bautista de Murcia. Se encuentra en la actualidad situada en el lado izquierdo del crucero, junto a la puerta de ingreso y provendría del antiguo convento de la Trinidad de Murcia, desamortizado en 1835. Se le ha asignado tanto a Nicolás como a Francisco Salzillo y, con más dudas, a Roque López.

Fig. 1. ¿Francisco Salzillo? San Félix de Valois, parroquia de San Juan Bautista, Murcia.

Foto: Rafael Melendreras.

Se trata de una imagen de candelero, que representa al santo trinitario, fundador de la Orden de la Santísima Trinidad para la Redención de los Cautivos, junto con San Juan de Mata. Si el ermitaño San Félix de Valois personifica la vida contemplativa, su compañero se vincula a la activa y redentora, propia de la orden. De ahí que al primero se le represente en actitud de oración o con el atributo de un ciervo con una cruz entre las astas, que alude al que se le acercó en el bosque de Cerfroid (Aisne, Francia). En el caso que nos ocupa, San Félix porta en su mano derecha un crucifijo, que contempla con devoción, mientras sujeta la bandera de la orden trinitaria con la izquierda. Su cabeza

está muy bien tallada, con profunda y expresiva mirada y con movidas barbas que se dirigen hacia la izquierda. También las manos muestran una delicada y elegante pose.

Este San Félix de Valois, supuestamente junto con un San Juan de la Mata, con el que hacía pareja, provenía del convento de la Trinidad. Así lo describió Fuentes y Ponte en 1881, al igual que el resto de imágenes trinitarias que fueron destinadas a la parroquia de Santa Eulalia. Hoy en día, San Juan de Mata ha desaparecido, aunque debe ser la imagen que aparece en una antigua fotografía de la colección José Crespo hoy en el Archivo Regional de Murcia (fig. 2). En este caso portaría un bonete en la cabeza, con una iglesia con dos torres en una mano y en la otra un estandarte de la orden. Ambas eran custodiadas por la cofradía de la Trinidad, activa en el último cuarto de siglo del siglo XIX, que realizaría el altar que describe el erudito Fuentes en su célebre España Mariana1 y que podemos medio visualizar en la fotografía del Archivo Regional.

Antes de la desamortización del convento trinitario en Murcia, los primeros biógrafos de Salzillo, sus contemporáneos, citaban entre sus obras la de San Félix de Valois, como es el caso de Diego Rejón de Silva 2, pero que en realidad lo describía con los atributos de la iglesia con dos torres y la bandera, por tanto, que sería en realidad San Juan de Mata. Luis Santiago Bado y Ceán Bermúdez citaban a San Félix de Valois como obras de Salzillo y añadían también el Beato Simón de Rojas, que hoy se encuentra en Santa Eulalia, sin mayor descripción 3.

Esta confusión en la denominación de los dos santos trinitarios fue siempre una constante.

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Fig. 2. San Juan de Mata. Fuente: Fondo José Crespo, Archivo General de la Región de Murcia.

Fuentes y Ponte, en 1880, sí que hablaba de San Juan de Mata como hombre de unos cuarenta años, con bonete de doctor, portando bandera e iglesia con dos torres y de San Félix de Valois, con hermosa cabeza y barba blanca, contemplando dos torres y de San Félix de Valois, con hermosa cabeza y barba blanca, contemplando un crucificado y con un estandarte en la otra mano. Sería, por tanto, la descripción que consideraríamos más adecuada. No se aventuraba entonces a apuntar autoría, lo que sí llegó a hacer en su monografía dedicada a Salzillo de 1900, en la que, entre interrogantes, citaba a San Félix de Valois, remitiéndose a Ceán Bermúdez. De San Juan de Mata ya no hablaba porque no lo consideraría obra de Francisco Salzillo.

Fuentes sí tenía más claro quiénes eran los autores de los otros dos santos trinitarios que se encontraban en la iglesia de Santa Eulalia. Atribuía a Roque López la imagen de vestir de San Miguel de los Santos que, en efecto, se citaba en la memoria de hechuras del discípulo de Salzillo y el Beato Simón de Rojas que daba como obra del maestro.4 Estas dos imágenes todavía se encuentran en Santa Eulalia, pero no están expuestas y están 5 a la espera de su restauración. Sus fotografías fueron publicadas por José Crespo, estudioso de la orden trinitaria, y que invertía la autoría dada por Fuentes (Figs. 3 y 4).6

Fig. 3. Francisco Salzillo. Beato Simón de Rojas, hoy santo. Parroquia de Santa Eulalia, Murcia.

Fuente: José Crespo (1964). Según Fuentes, le daba un rosco a la imagen de un niño vestido a la usanza huertana.

Fig. 4. Roque López. San Miguel de los Santos.

Parroquia de Santa Eulalia, Murcia. Fuente: José Crespo (1964).

Ya a comienzos del siglo XX, Andrés Baquero citaba como de Salzillo San Juan de Mata y Elías Tormo, en su Guía de Levante de 1923, atestiguaba la presencia de San Félix de Valois de Salzillo en su visita a la iglesia de San Juan Bautista, sin citar a San Juan de Mata.7 De nuevo pensamos que ambos debían referirse a la misma imagen.

Para añadir mayor complejidad al misterio, también San Felix de Valois de San Juan Bautista podría ser de Roque López, puesto que se reseñaba en su memoria una imagen bajo tal advocación realizada en 1801 para el padre jubilado Ruiz, de la Trinidad, tal y como detectó José María Ibáñez García. Este gran erudito murciano publicó en La Verdad en febrero de 1920, una serie de artículos dedicados a la historia de la orden trinitaria en Murcia, ampliados en sus Rebuscos, y en los que estudiaba las cuatro imágenes trinitarias. En su caso, hablaba de San Juan de Mata como obra «gallardísima», que sobresalía frente a las demás, y de San Félix como imagen a la que sobraba el bonete doctoral

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y que no podría ser obra de Salzillo. En este caso vemos que invierte la descripción dada por Fuentes y Ponte y corregía a Ceán Bermúdez: «Ceán Bermúdez a la fe de quien le suministrara los datos para su Diccionario, confunde con la del otro fundador, San Félix de Valois. Y no hay más que verlas, ya que se hallan entrambos lados del altar de la Santísima Trinidad, para desvanecer toda confusión».8 Probablemente el altar fuera el que vemos en la borrosa fotografía de la colección de José Crespo en el Archivo Regional de Murcia, que representaría, según creemos, a San Juan de Mata, por lo que contradecimos a Ruiz Ibáñez y no ponemos más del lado de Fuentes y Ponte (fig. 2).

Y a pesar de dar el dato de la autoría de Roque López, dudaba el investigador que el San Félix de San Juan fuera de él. No es extraño, puesto que se estaría refiriendo a la que vemos en la fotografía, hoy desaparecida, que parecía una obra anterior a Francisco Salzillo (fig. 2). No se puede contemplar muy bien, al estar además en lejanía, pero sus grandes rasgos podrían apuntar la autoría de un Nicolás Salzillo. Pero es presuntuoso aventurarse con la sola visión de tan desenfocada fotografía. El caso es que esta obra que todavía estaba en la iglesia de San Juan en la década de 1920, ya no existía cuando estudió las imágenes José Sánchez Moreno en 1945. Sí se conserva la fotografía de 1940 realizada por Cristóbal Belda de San Félix de Valois para la Junta de Incautación del Tesoro Artístico, por lo que San Juan de Mata se debió perder en la Guerra Civil (fig. 5). De hecho, en el expediente realizado tras la misma, de imágenes desaparecidas, aparece la entrada «Roque López: San Félix de Valois, capilla de la izquierda», dentro de San Juan Bautista.9

Fig. 5. ¿Francisco Salzillo? San Félix de Valois, iglesia parroquial de San Juan Bautista. Foto: Belda, 1940. Fuente: Archivo General de la Región de Murcia.

Fig. 6. ¿Francisco Salzillo? San Félix de Valois, iglesia parroquial de San Juan Bautista. Fuente: Sánchez Moreno, 1964.

Para José Sánchez Moreno, todo resultaba más confuso, puesto que no se atrevía a dar la autoría a Salzillo en ninguna de las tres imágenes que ya quedaban por aquel entonces, repartidas en las dos parroquias murcianas. Solamente en su libro póstumo de 1964, el profesor Sánchez Moreno, se decantó por la autoría de Nicolás Salzillo para la imagen que se custodiaba en San Juan Bautista y que titulaba entre interrogantes, «¿San Juan de Mata o San Félix de Valois?». Allí justificaba que la obra, a pesar de sus restauraciones, que incluso podrían haberse hecho por su propio hijo, denotaba los rasgos estilísticos de Nicolás Salzillo así como de la misma policromía debajo de un barniz más reciente. 10 41

Como vemos, esta interesantísima obra, ha sido objeto de controversia a lo largo del tiempo, tanto en su denominación como en su autoría. Hoy constituye un misterio, todavía más agrandado si cabe, si se la compara con San Félix de Valois que perteneció a la colección del conde de Güell y que pasó en 1984 al Museo Nacional de Escultura de Valladolid. Ha sido una de las obras que más destacaron de la exposición temporal del museo vallisoletano en 2019 (Fig. 7). Es una incógnita cómo llegó este San Félix de Valois a las manos de Juan Antonio Güell. Él lo estudió como obra de Francisco Salzillo en su famoso libro de escultura policromada publicado en 1925, por lo que con toda probabilidad, debió adquirirlo en Murcia, como los otros dos salzillos de su colección, San Francisco de Asís y Santo Domingo de Guzmán,11 que provenían de la desaparecida iglesia de San Andrés y a su vez del extinto convento de San Diego. 12

Fig. 7. Francisco Salzillo, San Félix de Valois.

Museo Nacional de Escultura de Valladolid. Foto: José María Cámara.

Ambas imágenes son de gran parecido y denotan que, si no son del mismo autor, sí que partirían de un mismo modelo. O que una precedería a la otra. La gran diferencia estriba en que la imagen de Valladolid porta en su mano derecha unos grilletes, un atributo con el que también se suele representar al santo fundador. También sus rasgos son más finos, con ojos más rasgados y una barba de cabello más detallado, con cejas más pobladas y arrugas más acentuadas.

Una hipótesis podría apuntar a que una de ellas fuera realizada por Roque López, atendiendo al dato de que realizó una imagen de vestir para un padre de la Trinidad en 1801, y que seguiría el modelo anterior de su maestro. Algo que era habitual en el escultor de la Era Alta.

En todo caso, la contemplación de ambos San Félix de Valois, revelan la importancia de la imagen de vestir que se custodia en la parroquia de San Juan Bautista que, si se le observa con detenimiento, como le ocurrió a José Sánchez Moreno, se descubre su gran interés y perfección, bien fuera de Nicolás o de Francisco Salzillo. Como señalaba Andrés Baquero, hemos de concentrarnos en la cabeza y en las manos y olvidar la indumentaria que muchas veces desvirtúa la imagen. Y ese análisis nos lleva a otras imágenes de vestir de santos patriarcas y anacoretas de conventos como el de Santo Domingo o la Merced, en los que a veces se hace difícil identificar su autor, bien por sus restauraciones en el tiempo, bien por su desaparición, teniéndonos que atener a la visualización de antiguas fotografías, como ocurre con el mercedario San Pedro Nolasco o el genial San Agustín de Fuente Álamo.

Como la mayoría de los autores a lo largo del tiempo, que bien lo creyeron San Juan de Mata, bien San Félix de Valois, nuestra balanza se inclinaría un poco más por Francisco Salzillo para la imagen que en la actualidad se conserva en San Juan Bautista de Murcia, aunque la hipótesis del profesor Sánchez Moreno, puede aproximarse bastante a la verdad.

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1 FUENTES Y PONTE, J. España Mariana. Lérida: Imprenta Mariana, parte primera, 1880, p. 132.

2 GARCÍA LÓPEZ, D. «Era todo para todos: la construcción biográfica de Francisco Salzillo durante el siglo XVIII», Imafronte, (24), 2015, p. 146.

3 MARTÍNEZ RIPOLL, A. «Francisco Salzillo, un profeta en su tierra. Una biografía, con catálogo, por el matemático Luis Santiago Bado», en MONTOJO MONTOJO, V. (coord.) La Dolorosa y la Cofradía de Jesús en el 250 aniversario de la Dolorosa, San Juan y la Verónica, p. 46; CEÁN BERMÚDEZ, J. A. Diccionario histórico de los más ilustres profesores de las Bellas Artes en España. Madrid: Imprenta de la Viuda de Ibarra, 1800, t. VI, p. 30.

4 FUENTES Y PONTE, J. op. cit., parte segunda, 1881, p. 101.

5 ROMERO CABRERA, A. «Iglesia de Santa Eulalia», en TOMÁS GABARRÓN, L. (coord.) Identidad y patrimonio en Murcia. Los Templos del Centro Este. Murcia: Junta Municipal Distrito Este, Ayuntamiento de Murcia, 2021, p. 154.

6 CRESPO, J. «Antiguo convento de la Santísima Trinidad de Murcia», Estudios Trinitarios, n. 2, 1964, pp. 151-155.

7 TORMO, E. Guía de Levante (provincias valencianas y murcianas). Madrid: Calpe, 1923, p. 353.

8 IBÁÑEZ GARCÍA, J. M. La Verdad, 6 de febrero de 1920; Id. Rebuscos y otros artículos (ed. de RUIZ TOBAR, J.A.). Murcia: Academia Alfonso X el Sabio, 2003, p. 325.

9 AGRM (Archivo General de la Región de Murcia), FR,AHN,R-90/5, ˜«Pieza 11ª: Tesoro artístico y cultura roja». Averiguaciones e informes remitidos al Fiscal Instructor de la Causa General de Murcia, Cardiel Escudero, sobre actividades del profesorado y las destrucciones producidas en los bienes del Patrimonio Artístico de la provincia de Murcia durante la Guerra Civil.

10 SÁNCHEZ MORENO, J. Nuevos estudios sobre escultura murciana. Murcia: Diputación Provincial, 1964.

11 GÜELL, E. Escultura polícroma religiosa española (Una colección). París: Dujardin, 1925.

12 ARIAS MARTÍNEZ, M.; LUNA MORENO, L. Museo Nacional de Escultura. Madrid: Ministerio de Cultura, 1995, p. 81.

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LO QUE NOS DICEN LOS PIES DEL CRISTO DEL RESCATE Cuando miras, esos pies doloridos, erosionados en los que se ve hasta la veta de la madera, las primeras palabras que me vienen a la cabeza son amor, devoción, felicidad, fe…

Cada una de las personas que se acercan, con pasión y de forma multitudinaria cada primer viernes de marzo, verán una cosa diferente, le pedirán, le preguntarán, le presentarán algo importante, le darán un fugaz beso de amor. Tantas peticiones, plegarias, tanta devoción, es una historia de fe y cada beso, ha ido desgastando los pies del Cristo del Rescate, ha ido cambiando su policromía, su forma y su color.

Son dos pies cansados, fatigados por el paso de los años y por el desgaste que sufren día a día. Estos años de pandemia en los que el devocional besapié no se ha podido realizar, han contribuido a que esos pies hayan detenido su patología, su desgaste, su evolución. Es importante antes de seguir leyendo aclarar que quien les escribe es podólogo, con 25 años de experiencia viendo exclusivamente pies y que lleva otros tantos años, estudiando y analizando los pies de imágenes de la Semana Santa para intentar descubrir qué características, qué patologías salieron de las gubias de los imagineros cuando tallaron esas obras de arte.

Generalmente cuando un investigador analiza una imagen desde un punto de vista artístico, los autores se centran en la morfología de los rostros, las manos, para asimilar a la producción artística o estudiarla pero olvidan el hecho de estudiar sus pies. Los pies son los grandes olvidados siempre. Generalmente son el apoyo máximo de esas esculturas en tanto en cuanto es su conexión a la peana que la sustenta, y al igual que en el cuerpo humano, sostienen todo el cuerpo y el peso del mismo. Los pies de las imágenes, son capitales en el estudio de los grafismos que permiten estudiar y atribuir las obras a sus autores, y son fácilmente reconocibles si se estudian.

Los pies de cada uno de nosotros, soportan cargas muy superiores al de nuestro propio peso, cuando caminamos soportamos dos veces nuestro propio peso y cuando hacemos un ejercicio como la carrera llegamos hasta soportar tres veces nuestro peso y lo hacen formados por 28 huesos, 30 músculos y 33 articulaciones que se mueven coordinadamente a la perfección para permitir desplazarnos a cualquier sitio que deseemos, pasear, correr, subir escaleras, calzarse, conducir o levantarse. Son actividades en las que nuestros pies juegan un papel fundamental y sirven para darnos cuenta de lo importante que es el pie en nuestra vida. Como decía Leonardo Da Vinci “El pie es sin duda una obra de arquitectura e ingeniería magnífica y una obra de arte”. El pie esconde muchos misterios y trabajar intentado desentrañar alguno de ellos es una pasión y un orgullo para mí. Poder ver como funciona un hueso como el astrágalo que reparte todas las cargas que le llegan desde la pierna o la función tan importante de fijar el pie al suelo que tienen los dos huesos más pequeños del pie que son los sesamoideos y que fueron los últimos huesos en descubrirse en el siglo XVIII te lleva a comprender el por qué es tan perfecto y, al contrario de lo que a mucha gente le pueda parecer, tan bello.

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¿Qué nos dicen los pies del Cristo de Rescate cuando los miras desde un punto de vista podológico?

De los pies de esta imagen, solo está tallado el antepié, los metatarsianos y las falanges que forman los dedos.

También están talladas las uñas aunque éstas tienen un desgaste muy acusado debido al efecto de los besos de los fieles. Al no ser unos pies de talla completa, no podemos determinar con exactitud el número que calzaba la imagen pero por las dimensiones del antepié y la posición de los pies, probablemente el número sería un 41. Vemos unos pies mayores, doloridos después de una jornada de trabajo, unos pies que cuando quitas los zapatos están enrojecidos y necesitan descansar.

Los pies del Cristo, no están paralelos, el derecho está ligeramente más abierto y adelantado como cuando cada uno de nosotros llevamos tiempo parados, y adelantamos un pie para descansar cargando más, un pie que el otro. En el caso de la imagen es el pie derecho el que soporta más carga claramente y, por su posición, nos indica que la rodilla estaría ligeramente adelantada y flexionada. Los pies están posicionados en una posición de descanso, de espera….

Los dedos de la imagen son muy largos, los dos presentan un tipo de pie del denominado griego, donde el segundo dedo es más largo que el primero, esto es típico de la imaginería murciana de los siglos XVII y XVIII. El 67% de las imágenes presenta esta fórmula de los dedos, muy habituales en toda la escultura clásica, y lo han ido utilizando posteriormente muchos imagineros. Es destacable, que el tercer y cuarto dedos son también muy largos. En el pie izquierdo, el segundo y tercero son prácticamente iguales, lo que daría problemas a la hora de la utilización del calzado ya que ocuparía mucho espacio dentro, al estar los zapatos normalmente diseñados para que sea el primer dedo el que más espacio ocupe. Un 16% de la población mundial tiene los pies griegos y en las exploraciones que los podólogos realizamos en clínica el porcentaje es ligeramente superior. Los problemas que suele provocar este tipo de pie, son dedos en garra o martillo por la presión del zapato. Esa patología también se da en la imagen del Cristo, segundo y tercer dedo de ambos pies presentan una ligera garra.

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Otra característica que destaca de la imagen es su quinto dedo, mucho más corto que el resto, ligeramente rotado, más en el pie izquierdo. En podología calificamos a este tipo de dedos como insuficiente y, además, en la imagen se ubica ligeramente debajo del cuarto dedo por lo que podológicamente hablando sería un dedo infraductus.

Los pies del Rescatado tienen un hallux valgus, “juanete”, más acentuado en su pie izquierdo. Esta sería la única patología junto a los dedos en garra, reseñable de los pies de la imagen. Aunque no está tallado todo el pie, la posición, la forma de los dedos y el hallux valgus, nos indican que nos encontramos claramente ante un pie aplanado con tendencia a valguizar o pronar, es decir irse hacia dentro al caminar, en el pie derecho se ve como claramente el arco plantar está colapsado, hundido cuando se adelanta ligeramente .

Los pies de las imágenes son accesibles a los fieles. Cuando la pandemia pase y la tradición de cada primer viernes de marzo recupere su forma tradicional, y nos acerquemos a besar los pies de la imagen, los veremos de forma un poco diferente.

Los pies son objeto de veneración de la práctica totalidad de las imágenes cristíferas, como vemos cada año en San Juan Bautista, con la imagen del Cristo del Rescate.

José Antonio Berná Gascón Doctor por la Universidad Miguel Hernández.

Profesor del Grado de Podología de la UCAM Podólogo del Elche Club de Fútbol SAD

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EN CADA PERSONA HAY UN FOTÓGRAFO En cada persona hay un fotógrafo, haga o no fotografías. Y más en estos tiempos en los que la tecnología ha puesto al alcance de todos la posibilidad de fotografiar. Cosa distinta es que se sea “Fotógrafo”, con mayúscula o, si se prefiere, profesional de la Fotografía. Ser profesional exige bastantes más cosas que llevar un artilugio capaz de hacer fotos. Tener “ojo fotográfico”, sensibilidad, paciencia para disparar en el momento adecuado, saber encuadrar, saber manejar la cámara, saber procesar las imágenes… y, tan importante como todo lo demás, decidir qué se quiere fotografiar.

Desde el punto de vista estético, pocas manifestaciones, sean de la índole que sean, se prestan a ser fotografiadas como la Semana Santa a través de todas sus vertientes. Desde los cultos más intimistas a las grandes procesiones. Las posibilidades son infinitas.

Durante los últimos años he tenido el privilegio de participar en la exposición de fotografía “Colores de Pasión”, organizada por Mariano Egea Marco y Francisco Javier Asunción, y auspiciada por el Cabildo Superior de Cofradías, el Ayuntamiento y la Comunidad Autónoma de Murcia. Diecisiete procesiones, diecisiete fotógrafos y tres fotos de cada procesión.

Han sido, hasta ahora, seis exposiciones a través de las que todos los participantes hemos ido madurando nuestra preparación para intentar reflejar en tres imágenes todo un desfile procesional.

En 2017 tuve la oportunidad de fotografiar la Procesión que, cada Martes Santo, pone en la Calle la Hermandad de Esclavos de Nuestro Padre Jesús del Rescate y María Santísima de la Esperanza. Como cofrade del Cristo del Refugio, me gustan las procesiones austeras, serias en su planteamiento y en su ejecución. Considero prescindible el caramelo, aunque tan arraigada costumbre merece todo el respeto. Otra cosa es el comportamiento del público. La procesión del Rescate, para mí, es especial por su seriedad y su disciplina. La puesta en la calle es impecable.

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Todas las procesiones tienen tres escenarios comunes: la salida, el paso por lugares emblemáticos y la recogida. Obtener tres imágenes válidas para una exposición requiere una planificación que parte del conocimiento, entre otras cosas, del recorrido y de la composición del desfile. Las nociones que se pueden tener por haber sido espectador se quedan cortas. En el caso del Rescate, ser oriundo del barrio de San Lorenzo y haber visto el desfile desde la niñez sólo faculta para hacer una primera aproximación a lo que esta Cofradía representa y es capaz de mostrar.

Por tanto, se impone buscar información, tomar las primeras decisiones sobre qué fotografiar y luego seguir el recorrido previsto mirando arriba y abajo para decidir las ubicaciones que encajen con lo que se pretende hacer.

En la planificación inciden de forma decisiva las horas de salida y de recogida. Pasar del día a la noche ofrece muchas más posibilidades pero cuando el Sol se esconde se complica la toma de la imagen. El tiempo de recorrido solo es un elemento a tener en cuenta para prever la fatiga.

Así pues, tras la preparación descrita, el Martes Santo me dirigí a la Iglesia de San Juan Bautista. Barrio de San Juan, vecino de mi barrio de nacimiento.

Acceder al Templo para ver su preparación me dio la oportunidad de conocer el ambiente que se respira, por qué se llama Hermandad.

Fotográficamente permite reflejar en imágenes gestos, actitudes, con la esperanza de que los momentos captados sean capaces de transmitir algo de los sentimientos que afloran.

Es el aspecto más difícil de la fotografía. La alegría es la nota predominante. La disposición de todos los elementos materiales que componen la procesión, los abrazos, la ayuda mutua para poner en su sitio la capa o el capuz, las fotos de familia…

El momento más espectacular, sin embargo, es la apertura de las puertas, el “procesión a la calle”. Es todavía media tarde y los rayos del Sol entran en el templo y ofrecen toda una gama de luces, matices, claroscuros, contraluces que es imperativo captar. Muchas decisiones que tomar y la sensación de dejar pasar muchas oportunidades de hacer una buena foto porque las posibilidades de esa situación también son muchas.

El orden, fruto de la experiencia y de la responsabilidad de los cofrades, está garantizado. Todo el mundo conoce su sitio y actúa en consecuencia. La procesión ya está en la calle.

La cadencia de quienes portan los pasos es rítmica, ordenada y coordinada. No se entiende de otra manera teniendo en cuenta el tipo de tronos en los que están dispuestas las imágenes.

Evidentemente, no se puede estar en dos sitios al mismo tiempo, y la observación desde dentro impide ver la salida desde la calle, donde el público empieza a jugar un papel imprescindible y condicionante. En más de una ocasión he estado en esa situación y lo que queda patente es la devoción que esta Cofradía despierta.

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Una vez en la calle, el fotógrafo busca los lugares que eligió en el momento de la preparación. Por supuesto, una cosa es la voluntad y otra la posibilidad y es sobre el terreno donde el fotógrafo tiene que ir improvisando. Aquí es donde el público condiciona. El fotógrafo tiene que entender que el público lleva tiempo esperando y, en muchos casos, ha pagado una silla. Y que lo que el público quiere es ver la procesión sin trabas. Y resulta que no solo hay un fotógrafo (o sea, una persona haciendo fotos). Somos muchas personas, quizá demasiadas, acercándonos a cada paso para obtener un primer plano. Unos con equipos fotográficos y los más con teléfonos móviles. Hay fotógrafos de prensa, fotógrafos particulares y, luego, el de Colores de Pasión, un bulto más entre tantos otros. Las quejas del público (que he tenido que escuchar en persona) están justificadas. Seguramente habrá formas de paliar este tipo de situaciones, pero se opte por la forma que se opte su puesta en práctica sería difícil y, seguro, controvertida.

Por eso, se deben buscar otras ubicaciones que, no por ser menos emblemáticas deben ser peores desde el punto de vista fotográfico. Cualquiera de las calles que podríamos considerar secundarias esconde rincones y detalles que ofrecen una buena composición. Sin embargo, la fachada de la Catedral y su Torre como fondo de una foto siguen siendo imbatibles y es lo que todos buscamos. También el Arco de San Juan (sobre todo a la vuelta, con la oscuridad de la noche), Trapería o Santo Domingo ofrecen unos magníficos escenarios.

Sin embargo, la recogida es, con mucho, la parte más atractiva, la más emotiva tanto para los fieles como para quien se dedica a la fotografía. Luces apagadas, público mayoritariamente en silencio, el pasillo que forman los nazarenos, el encuentro de las imágenes, las luces de los faroles en la oscuridad… es todo un mundo de sentimientos. Y, fotográficamente, todo un reto aunque poco a poco la tecnología va facilitando las cosas. No obstante, siempre prevalecerá el ojo del fotógrafo, no en vano el encuadre es lo que da sentido a una foto y eso no lo da ninguna tecnología.

La belleza y los sentimientos se dan la mano en la Semana Santa de Murcia, y la Hermandad de Esclavos de Nuestro Padre Jesús del Rescate y María Santísima de la Esperanza es un fiel reflejo de ello. Una procesión reconfortante para quien se dedica a la fotografía por afición o por profesión.

Vicente José Montesinos Urbán Aficionado a la fotografía

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VIERNES DEL RESCATE “Cristo del Rescate, Cristo de mi amor…”El inicio de su himno se repite en mi corazón cada vez que pienso en Él. Es como si de un saludo particular en que presentarle los respeto al Cautivo de San Juan, como quien se santigua al cruzar el Puente de los Peligros.

Desde que tengo uso de razón el Santísimo Cristo del Rescate ha estado presente en mi vida. He tenido la inmensa fortuna de criarme en una familia que me ha enseñado a quererle, porque tanto la rama paterna como la materna, sienten un profundo amor por el Señor. Lo cual, inevitablemente, lo convierte en uno más de mi casa. Aunque yo me pregunto ¿quién no siente respeto por tan milagrosa imagen? Y es que, Ntro. Padre Jesús del Rescate, su imagen, su devoción… traspasa fronteras, más allá de su Hermandad, la Parroquia, el Barrio y la propia Murcia. No vengo a descubrirlo, pero sí a recalcarlo ¿Por qué? Porque hay que aplaudir y estar eternamente agradecidos a quienes han cuidado su culto durante tanto tiempo.

Esta imagen del Ecce Homo, que tiene su casa en la ciudad de Murcia en la Parroquia de San Juan Bautista, tiene ese “halo de misticismo y casi de magia”, como Hernández Navarro describe a la Patrona de Murcia. Es lo que en otros términos se llama unción y en eso, al Cristo del Rescate, no hay quien le gane. Tal vez sea porque ante nosotros se presenta un Rey, pero de la forma más humana posible. Sin grandes ostentaciones, pero sin perder su majestad. Sin grandes lujos, pero sin restar un ápice de su divinidad. Y en esa línea, entre lo humano y lo divino, avanza la devoción de este Cautivo.

Seguro que usted, querido lector, se habrá preguntado que fueron de aquellas largas filas que llegaban hasta la plaza de toros en el día del besapié. Permítame corregirle, pues muy en contra de lo que todos puedan pensar, no han desaparecido. Sí, siguen estando. La devoción al Cristo del Rescate es tan grande que no hay templo que se precie que quiera tener su particular imagen del Medinaceli. Es así, sin más rodeos, el fruto de la devoción a esta querida advocación, pero particularmente a esta imagen. Y eso, todas esas imágenes repartidas por toda la Diócesis, especialmente las que han proliferado en estos últimos años, son el fruto del amor al Cristo del Rescate de Murcia, al Cautivo de San Juan, al Hijo de la Virgen de la Fuensanta. Por eso comentaba una líneas más atrás que aquellas largas filas del besapie no han desaparecido, siguen en busca del beso de su Señor en sus benditos pies, porque no quieren apartarse de su Cristo bajo ningún concepto. Por tanto, esta Hermandad

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de Esclavos, ha sido valedora de una gran devoción que la Región de Murcia ha hecho suya.

El primer viernes de marzo se ha convertido en una especie de jornada de oración en que Él, maniatado, coronado de espinas, con sus pies cansados, presto a tomar la Cruz… nos espera en cada templo, entre el silencio y la oración, entre claveles y alelíes, entre suspiros y besos.

Es ese y no otro, el primer viernes de marzo, que marca un punto de inflexión en nuestra cotidianidad. Es como si se tratara de un ritual de debido cumplimiento, para poder avanzar en la Cuaresma y llegar a una nueva Semana Santa.

Todo eso, teniendo en cuenta la belleza de su hermoso rostro, el perfil que dibuja su silueta y sus manos llenas de misericordia, conforman en Él ese magnetismo. Esto, traducido en devoción, me ha llevado a difundir su imagen en televisión, radio o redes sociales. No hay Cuaresma sin que Él sea protagonista. Tal vez no sea justo y objetivo, pero el amor no entiende más que de amor. Pero no sólo eso, cada semana el Señor del Rescate se hace presente en Sentir Cofrade. Una imagen suya, acompañada de un texto alusivo a su devoción le acompaña, saliendo cada viernes “en procesión” por nuestras redes sociales. No se imaginan la cantidad de comentarios o mensajes que genera su fotografía, ya sean actuales o antiguas. El interés que despierta es algo muy llamativo, a la vez que hermoso.

El inicio de cada Cuaresma siempre es especial, pero no se ve completa hasta haber pasado para verle en San Juan. El aumento de su devoción, que es auténtica y real, de la que pocas imágenes verdaderamente cuentan, le ha llevado a conocerle con el sobrenombre del “Señor de Murcia”. No seré yo quien se lo quite. El pueblo murciano ha querido darle su sitio con ese título porque, como ven, el Cristo del Rescate no obedece única y exclusivamente a su Hermandad o su Barrio de San Juan, es de Murcia entera.

En este momento, Cristo mío, te pido por la salud del mundo entero. Que toda la Humanidad sepa aferrarse a tu nombre, para poder salvarnos de esta terrible situación que ya parece va concluyendo. Todo apunta que será este, el 2022, el año de volver a verte salir de tu iglesia, de cruzar el arco de San Juan y bendecir a toda Murcia. Quiera Dios que así sea, que podamos volver a disfrutar de todo aquello que dejamos atrás hace dos años. Ojalá poder acompañarte, después de tanto tiempo, en esa noche de Martes Santo que conviertes en un “Viernes del Rescate” Francisco Nortes Director Sentir Cofrade

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BAJO LA TARIMA DEL RESCATE Cada Martes Santo, doy gracias por portar el paso del Cristo del Rescate. Con el paso engalanado con claveles y rosas. Alfombra de sangre sobre la que va a transcurrir su calvario, no sin sufrimiento, no sin duda, no sin tentación para abandonarlo, pero aceptado puesto que es así la voluntad del Padre. Su sufrimiento nos redime. Nosotros lo llevamos hacia su sacrificio. Para el perdón de nuestros pecados desde Getsemaní hasta el Calvario.

Así se presenta, cada Martes Santo, El Cautivo por Murcia. Por sus calles camina, avanza, ahora sobre nuestros hombros, como demostración de nuestro agradecimiento por lo que es la mayor acción de generosidad que hayan visto los siglos.

Durante la procesión del Rescate, al estar bajo la tarima, en un lateral, me es imposible ver su rostro sereno y doloroso, resignado y firme, iniciando su largo camino al cadalso. Sin embargo, lo puedo ver reflejado en algunos escaparates de las calles Trapería y Correos, en escorzo, huidizo. Reflejos de una divinidad verdadera, bella representación humana de una realidad que trasciende nuestro entendimiento.

Mi recorrido por Murcia, sin embargo, es ideal para ver otra procesión. La de caras que se iluminan, que cambian, que transmutan aliviadas al saber que Su tortura fue la salvación de nuestras almas.

Al ver avanzar hacia ellos al Cristo del Rescate, los rostros cambian, la cara es el reflejo del alma, cambian sus rostros, porque han cambiado sus almas. En nosotros está mantener ese cambio durante el resto del año. Abrazar su redención hasta que, de nuevo, un martes por la noche salga por Murcia recordándonos su sacrificio y su victoria, nuestros pecados y nuestra potencia de santidad. Ver la conversión de esos rostros, de esas almas es esperanza, son gotas de agua de realidad en un desierto virtual.

Lo que el público ve no es sólo una talla, ni tan siquiera una mera representación de lo Divino. Esas almas, son reconfortadas, metamorfoseadas frente a su paso. El Cristo del Rescate arranca astillas del alma de los presentes. Se cambian entonces los papeles, la talla se convierte en un agente de conversión y las personas a su paso son tallas esculpidas para su redención.

Si esto logra una representación humana de lo Divino, ¿Cómo no se iba a levantar Lázaro ante Él?, ¿cómo no iban a calmarse los vientos y la mar? ¿cómo no iban los ciegos a ver, los impedidos a andar y los leprosos a sanar?

Este 2022, tras un obligado parón de dos años el Señor de Murcia volverá a caminar, sobre su ciudad, que es la nuestra, para realizar su recorrido de sufrimiento hacia el Gólgota que también es un camino de redención para los cristianos que acuden a su encuentro.

Antonio Ayuso Ros Portatronos del Cristo del Rescate

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POEMA P OEMA ES E SM MARTES ARTES SANTO” SANTO” Procesión Pr Proc rocces esió ón de ddel el SSi Silencio. ile lenc nccio o. Es Es M Martes arrte arte tes Sant Sa Santo. ant nto. o o.

A Ar om mas a ddee Mu M uurc r ia rc ia eenvuelven n ue nv u lv lven e al en al Cautivo.

C ut Ca utiv ivvo o..

Aromas Murcia A lo llejos ejos , llos ejos ej oss o olivos liivo voss del deel Hu H Huerto, erto er t , to sudan su uddaan ól óleos leo eoss ddee aangustia. nggus u ti t a. a ¡O ¡Oh Oh Cr C ris i to is o ddel e R el esca es esca cate te!! te Cristo Rescate!

SSereno, Se Sere ereeno no, atadas atad at a aass las ad laass manos mano ma nos , nos Ro R oto de de dolor dolo do lor tuu Rostro, Ros ostr str tro, o, Roto aalma al maa in m intacta inta taact ca.

Tu us in iingratos ngr grat atos oss hermanos herr ma mano os navegamos naveega na g mo os Tus po p or ttenebrosos eneb en bro oso os lla ago os. s. por lagos. ¡E ¡El El Am A mor mor o ddee tu m mir irad ir aadda ¡ Amor mirada ¡Las ¡L Las as p pisadas issad adass ddee Tu Tus us pi p pies es m es maltrechos! alltrrecho ecch ho os!

Procesión Pr Proc ro occes cessió ón de dell Si Sile Silencio. lleenc n iio o. Ess M Martes arte ar tess Sa te SSanto aant ntto Ar A Aromas ro om mas ddee Murc M Mu Murcia urccia , abat ab attim atim mieent n o en en llas a aalmas as lmas lm as p as e ad ec ador oras or as abatimiento pecadoras ¡O Oh Sa Sant noC nt Cr ris isto to o ddel eell R e caate es te!! ¡Oh Santo Cristo Rescate!

P Pe rdon rd on na nu nues estr es tros tr os ffra raacaso caaso os, s, Perdona nuestros fracasos, no nos nos os abandones aba bandon ndo nd on ness en en nuestro n es nu e tr tro o naufragio, naauf u ra r gi gio, o, qqu ue tu tu o íddoss eescuchen sccuc scuc uche h nn nu uestr estr t a sú úpl plic i a, ic a que oídos nuestra súplica, N Nu ueesstras tras tr as almas alm lmas mass eemprenden mp m prreend end n en e eell Ca C mino mi no Nuestras Camino qqu ue n os ha as ens en nsseeña ñ do o. que nos has enseñado. ¡Q Quuee n o ha h ayyaa ssido iddo en e vvano aan no tu tu C aallva vari rio! ri o o! ¡Que no haya Calvario!

Y cu ccuando uan ndo reg grreesess a San SSaan an Juan JJuuan n Bautista, Bau auti tist ti s a, st a regreses tu us Á ngeeless ssi igan gaan ca ant n an ndo d : tus Ángeles sigan cantando “!Oh Oh hN Naz azar aren e o! en o , ¡S ¡Sie iemp mpre r sseas re eass load ea lo oaddo! o” Nazareno!, ¡Siempre loado!”

An na M María V ara Hernanz ar He (V Vallado dolilid, d, 26.1.2022) 26.

6 11..20 2022 22)) 22 Ana Vara (Valladolid,

An na María María Vara Va Hernánz Her erná nánz , nació ná nació acció i en en Valladolid Vaallllad V adol adol o idd en en Ana 1951 19 51 ,,es es licen enciiadaa en n cciencias iieenccia iass qu uíím mic icas y ccur ursa ursa ur licenciada químicas cursa est es tudiios o de B Bel ella el las Ar A rte t s . SSuu o b a pi br pic ictór ctórric ica se estudios Bellas Artes obra pictórica encu en cuen entraa repa paarttidda en M p u eeo us os , Ga G alerí rías ass ddee Arte Art y encuentra repartida Museos Galerías cole lecc ccio ione ness pa art r iculares eess; ti ttiene ien ene pu p pub ubliccad adoss ssiete ados ieete lib bro ros colecciones particulares; publicados libros , pr rin nci cipa palm lmen nttee ccuentos uen ue nttos os y p oemari oe marios ma oss qque uee eestán stán n a llaa principalmente poemarios ve ent n a en llas ass llibrerías iib bre rerrí rías as ““Campus” Caampus C mp pus u ” dee p laza la za ddee Sa San venta plaza A An drés y ““El dr El ssueño El uueeño ñ ddee P Pe epa pa”” en llaa Pl laz az Ma aza ayo yor dee Andrés Pepa” Plaza Mayor Va V allladdol o idd Valladolid

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“Si vivimos, vivimos para el Señor, y si morimos, morimos para el Señor: tanto en la vida como en la muerte, pertenecemos al Señor”.

Carta de San Pablo a los romanos, 14-8

Dña. Asunción Iniesta Moreno D. Damián Mora Tejada Dña. María Mercedes Pérez Ruiz D. Jesús Belmonte Abellán Dña. Virgilia Primitiva Carrasco Moreno Dña. Alicia Bernabé Torres D. Andrés Guerrero García

ANUARIO 26 de Febrero 2021: Inicio Quinario al Cristo del Rescate.

24 de Marzo 2021: Boleto Solidario.

5 de Marzo 2021: Besapíe (Veneración) al Cristo del Rescate.

30 de Marzo 2021: Martes Santo.

Presentación Revista Recate.

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ANUARIO

1 de mayo 2021: Mayos

9 de Julio 2021: Entrega de título de Hermano Honorario a D. Enrique Fernández Martínez y D. Pedro Puerta Ródenas.

21 de May 2021: Peregrinación mariana de visita a la Virgen de la Fuensanta en la Catedral.

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ANUARIO 17-19 de Diciembre 2021: Inicio del Triduo a María Santísima de la Esperanza.

Concierto de Villancicos.

Concurso de Postales Navideñas.

Toma de posesión de la nueva Camarera de la Virgen de la Esperanza, Dña. María Iniesta López Matencio.

16 de Septiembre 2021: Reunión del Cabildo Superior de Cofradías de Murcia en la sede de la Hermandad.

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19 de Noviembre 2021: Misa Funeral de los Hermanos Escalvos fallecidos, y difuntos de Asociaciones Benefactoras.

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Plaza Cristo del Rescate • T. 968 21 63 97 www.puracepamurcia.com

Avda. Príncipe de Asturias, 1 - B (Frente ZIG ZAG) Teléfono 968 907 050 - MURCIA www.confiteriajesusespinosa.es

Bar - Cafetería Plaza Ceballos, 2 MURCIA

Vicente Montesinos Urbán