significativo. Este impacto se proyecta en la imagen que presentan gran parte de las personas observadas, entre ellas: vestimenta de estilo surf, llena de imágenes de surfing o de marcas asociadas al deporte, stickers y racks en los carros, entre otros. Esto fue observado en personas de todas las edades y niveles socio-económicos. Además del impacto que ha tenido el surfing en la moda, existe el impacto que ha tenido en el turismo y, por lo tanto, en la economía del municipio de Rincón. Esto se puede observar, por ejemplo, en murales, en las competencias de surf
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que auspicia el municipio y en el desarrollo de la infraestructura y las facilidades turísticas como lo son el balneario y el Sunset Village. Este desarrollo probablemente está inspirado directamente por las playas y el buen surf en Rincón. Sin embargo, deberíamos mirar con detenimiento el mercado o a quién están dirigidos estos nuevos desarrollos turísticos, ya que nuestras observaciones dan la impresión de que el rincoeño común y corriente (sea surfer o no) no es el tipo de consumidor a quien está dirigido este desarrollo económico (Carrero Morales, 2007).
Experiencia que hay que vivirla por Carlos J. Carrero Morales
Definitivamente, el surfing es una experiencia que solo se comprende cuando se vive. Yo, que no practico el deporte, ni siquiera en juegos electrónicos, solo puedo verlos y tratar de entender su arte. Para intentar comprenderlos, me doy a la tarea de observarlos. De forma interesante, veo que se acomodan en línea luego del paleteo hasta lo hondo. En uno de los momentos, que como caballeros demuestran su honor, se colocan por turnos para tomar las olas, siguiendo su propio orden. Entonces, el momento de la calma: ese espacio entre cresta y cresta de las olas, parece ser el momento en que se conocen, dialogan y socializan con los otros surfers. Pero el momento en que llegan las olas puede convertirse en un momento de lucha donde el más apto es quien corre la ola, una especie de “darwinismo surfer.” Aunque, según me aclaran varios de ellos, se entiende que hay un orden para el turno de la ola, algunos no lo respetan y quieren
Noah Hollins y Anyhel Velázquez, Surf spot: Black Eagle
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