CONCLUSION CATEDRA DE ESTUDIOS MULTICULTURALES
En Honduras lo intercultural y lo multicultural, se propone como una opción que nos conduce a comprender la diversidad como la característica inherente a toda persona. Apostando en romper los prejuicios étnicos para construir la ciudadanía basada en el reconocimiento y el respecto al otro y la otra. Partimos de la idea de la Etnóeducación y la multiculturalidad, que no se basa solamente en la integración de individuos, sino en una visión paternalista donde el diverso es el otro, que debe adaptarse a las normas de un grupo dominante. Debemos desafiar la idea de que las diferencias justifican la desigualdad, especialmente cuando las diferencias se usan para argumentar desigualdades socioeconómicas. Asume que lo intercultural no es un adjetivo (para ser aplicado a las escuelas la educación, la gestión, la mediación, la salud,...) sino una mirada hacia la diversidad, una manera de entender las relaciones constructivas. En este contexto lo intercultural contiene dimensiones socio política propositiva muy clara expresada en acciones tendientes al reconocimiento de las posibilidades y riquezas de nuestra diversidad, el sostenimiento de nuestras particularidades y la lucha frontal contra las desigualdades instaladas en la sociedad hondureña y que aportaría a la solución de conflictos entre culturas y a la transformación del marco estructural que origina inequidad política, socio-económica. La manera como entendemos la interculturalidad desde la política y la educación toma iniciativa y funcionales que busca promover el diálogo sin tocar las causas de la asimetría cultural ni social. Simultáneamente esta tarea debe ser atendida de manera inmediata, con la participación de todos los entes que regulan la sociedad es decir, desde el espacio de todos, que nos permita afianzar el tejido social, reorientar el pacto ciudadano y hacerlo inclusivo con la participación de la diversidad. La secretaria de Educación enfrenta en la actualidad el desafío de construir propósitos comunes y vínculos de compromiso cívico entre diferentes actores que intervienen en su construcción, con la participación de distintos actores sociales que buscan espacios de inclusión, de solidaridad y de participación que puedan transformar los códigos y las prácticas predominantes en la vida pública y en la cultura política, para contrarrestar los efectos fragmentadores. Se plantea como el desafío de una política de la diferencia capaz de estimular la reconstrucción de lo colectivo, de reconocer y resolver los conflictos interculturales, sociales y políticos. La concepción sobre lo público como la escuela pensado, como el espacio de todos abre el debate académico y político sobre el reconocimiento de que los diferentes actores