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Modesto Seara Vázquez, un gran hombre, un excelente amigo

Su carrera en la vida fue brillante. Profesor, Doctor, Creador de Sistemas Universitarios, Escritor, Poeta, Compositor, Director de Programas de Televisión, Inventor y casi cualquier faceta de la vida profesional que podamos imaginar.

Y, además, innovador creando las bases con mucha anticipación de algo imprescindible hoy: “El derecho interplanetario internacional”, que en nuestro tiempo es una referencia.

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Siempre tendré en la memoria la imagen serena, seria, tranquila y al mismo tiempo activa, decidida, emprendedora y rebosando inteligencia de nuestro querido amigo Modesto Seara. Recuerdo con cariño la entrañable visita que hicimos a Modesto en Oaxaca con el Magnífico Rector y amigo Senén Barro y con el desaparecido e inolvidable Enrique Beotas que escribió, a modo de diccionario de la A a la Z, un maravilloso libro sobre Modesto, sus ideas y sus pensamientos.

También formarán siempre parte de mis recuerdos las reuniones mantenidas con él, en sus viajes a España y en diferentes viajes que tuve que realizar a México, así como el fruto de poder observar y vivir en primera persona el afecto que todo el mundo le tenía. Era un gran hombre muy querido, respetado y admirado. Y, yo me sumo a ese sentimiento. Él lo merecía todo y más.

Emigrante de Allariz (Ourense) en México después de una impresionante carrera en el mundo universitario, además de otros muchos ámbitos, desarrollada en España, Francia, Reino Unido y Estados Unidos para afincarse en esta tierra hermana, donde tantos paisanos nuestros han logrado crear una nueva vida.

No olvidaba su Ourense, al que año tras año volvía y, cuando pasaba por la tierra de los Madrigallegos, los que en ella morábamos, teníamos la oportunidad de disfrutar de su compañía, de su talento y de sus inmensos conocimientos. Modesto se hacía querer. Era bueno y generoso como aquellos a los que referencia el Himno Gallego y lo era de verdad, de corazón, amigo de los amigos y enemigo de nadie.

Trabajador incansable, visitaba continuamente los campus universitarios que fue creando: el Sistema de Universidades Estatales de Oaxaca (SUNEO), y gestionando su mejora de forma continua. Así se convirtió en una referencia mundial.

Decía en estos últimos años que pensaba reducir su actividad para dedicar parte de su tiempo a revivir sus vivencias de la niñez y la juventud en su tierra natal compartiéndolo con su tierra de acogida. De la mano de su familia a la que adoraba y de la que siempre hablaba lleno de orgullo y cariño. Pero no pudo ser.

Los tránsitos de la vida son insondables y muchas veces marcan caminos que no deberían de recorrerse todavía.

Modesto era un hombre lleno de vitalidad y se mostraba mucho más joven de lo que su documento de identidad anotaba.

Todos habríamos deseado para Modesto una mucho más larga vida. Todos habríamos deseado disfrutar mucho más tiempo de su compañía y de su sabiduría. Se fue, sin ruidos ni manifestaciones de ningún tipo, con sencillez y humildad, tal como él era. Un gran referente que nos deja un vacío imposible de rellenar. Se ha ido un gran hombre, un gran amigo y un gran gallego, aunque en su tierra de acogida seguro que también dirán que un gran mexicano, porque con sus acciones y su entrega se lo ha ganado. Su obra y su espíritu permanecerán siempre con nosotros.

Seguro que el Derecho Interplanetario Internacional, que Modesto creó, habrá elegido una estrella muy brillante donde su espíritu morará eternamente y desde donde nos guiará y, solo con mirar al cielo, hará que se mantenga vivo su recuerdo en nuestras mentes y en nuestros corazones. Te querremos siempre amigo Modesto.

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