emociones y experimentar las sensaciones. De ahí que toda vivencia que genera un recuerdo indeleble, un momento en la memoria, suele conllevar un verdadero aprendizaje. Y en esta función, pocas cosas hay como la música y las canciones. Es por ello que en los scouts se han prodigado los himnos y las marchas, porque en los himnos se conjuga a la perfección -si el himno es bueno- el ritmo que facilita la memoria y la letra que transmite los valores. El himno scout original estaba compuesto en Si bemol mayor, lo que hace difícil tocarlo a la guitarra. Sin embargo, el ritmo es vivo y de dos por cuatro, como corresponde a un himno de ritmo marcado. La letra hace continuas referencias al cumplimiento del deber, honrar y guardar la patria, y permanecer unidos. Este himno se ha mantenido en activo hasta la actualidad en ASDE, aunque cada vez se canta en menos actos. Por el testimonio directo de los scouts de aquella época, sabemos que no era muy habitual cantar o danzar en las actividades scouts de aquellos primeros años. En los años setenta la animación pedagógica da un cambio radical y con ella aparecen de forma primordial las canciones y las danzas. El más bello de los ruidos, aparte de ser un complemento imprescindible para el escultis-
mo, puede servirnos muchas veces como formas de conectar con scouts de otros lugares. Especialmente hay que destacar que desde este momento ya no se cantan en el grupo canciones propiamente scouts; esto es, en las acampadas y en los fuegos de campamento se alternarán las canciones scouts con canciones de cantautores y lo que se llamó la canción-protesta. Dentro de las canciones scouts se consolidan algunas como: “La canción del clan”, “Anikuni”, y las que se cantaban en las marchas, con la patrulla en fila, y cuya voz iniciaba el guía y era coreado por su patrulla. Cantar es una de las muchas formas de expresión que el ser humano ha utilizado desde siempre, pues en su gran capacidad de transmisión y en su carácter, evidentemente multitudinario reside su alto grado de aceptación e importancia. Con esta idea y tratando de cubrir una necesidad de renovación de las viejas canciones escultistas, unido al fin primordial de empezar a fortalecer, con grandes acontecimientos, la asociación que hacía pocos años se había constituido, surgen los festivales de la canción scout y guía del seno de la ASDE. Es una forma de contribuir a la difusión del escultismo a la vez que se potencia la canción como modo imperecedero de diálogo y de unión. Pero en 1973, año en el
que se celebra el primer Festival de la Canción, en Madrid, organizado por el clan Atalaya, suponía mucho más. Significaba que los chicos salieran del entorno de su grupo scout y conocieran a otros jóvenes, en principio de la misma ciudad, pero en los años siguientes, poblaciones cercanas sumaron sus cantos y a los pocos años los festivales nacionales de la canción se extendieron, de tal forma, que han supuesto mucho más en significancia que lo que su propio significado esperaba alcanzar. Los chicos al cantar no solamente lo hacían por sí o en el mejor de los casos, por su grupo. Pronto representaron a su municipio o ciudad y con el cambio federativo, la canción que ganara en el festival que organizaba la asociación federada, participa como representante de su asociación autonómica, con lo que la alegría y la sana competitividad estaban servidas. Por primera vez alcanza el carácter de nacional en el año 1975. En 1982 el consejo scout nacional y las zonas scouts comienzan a asumir la organización de los festivales. Hasta ese año siempre había recaído su organización en las agrupaciones madrileñas. Málaga, Cádiz, Valencia, Granada, Murcia, Mérida, Zaragoza, Valladolid, Tarragona, Gijón, Burgos, Gran Canaria, Albacete, Logro- 301 ño y otras ciudades de España acogen a los scouts que cantan su unión en su acto asociativo