Cuando van llegando los Rovers/Compañeros al lugar de la cita, son recibidos por el Equipo de Scouters que tienen ante ellos los símbolos rover: Un hacha y una horquilla de madera. El Coordinador del Clan los recibe con unas palabras de ánimo tras la noche de reflexión pasada, recordándoles que en ese momento de soledad se han enfrentado a su peor enemigo, su propio “YO” y sus miedos. Ahora reunidos en la seguridad de la Comunidad Rover/Compañera, ha llegado el momento de despedir a los que han culminado su etapa como educandos. Se trata del paso más importante como Scouts, ya que culminan el objetivo que B.P. nos marcó empezar a ser Ciudadanos útiles para la sociedad. Una sociedad que muchas veces no compartirá nuestro modelo de persona, leal, dispuesta para servir. Por ello a partir de ahora nos vamos a encontrar con que tenemos que tomar decisiones ante los distintos caminos que nos vamos a encontrar. Eso es lo que simboliza nuestra horquilla, distintas alternativas donde elegir, pero también un apoyo en la decisión que debemos tomar. Se les hace entrega de la horquilla rover que llevarán prendida en su pañoleta. También tenemos ante nosotros el Hacha. Es símbolo de la fuerza y la contundencia con la que un Rover/Compañero debe enfrentarse a los retos que tiene por delante. Por último no debemos olvidar que nuestro principal aprendizaje en el Escultismo y en especial en el Clan ha sido el servicio desinteresado a los demás, hecho desde la humildad. Por ello todos los Rovers/Compañeros que van a ser enviados deben hacer un último gesto: bien en la corriente de agua o bien con la cantimplora, procederán a lavar las manos de todos los miembros del Clan. Tras ello, todo el Clan en círculo unidos por los hombros, cantará juntos por última vez la Canción del Clan. Al acabar, los enviados salen del círculo y se alejan del grupo que queda unido por los hombros. (Versionada de la tradición de grupos de Scouts de Aragón)
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